15.05.2013 Views

Mil mesetas. Capitalismo y esquizofrenia - Patricio Lepe Carrión

Mil mesetas. Capitalismo y esquizofrenia - Patricio Lepe Carrión

Mil mesetas. Capitalismo y esquizofrenia - Patricio Lepe Carrión

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

300<br />

MIL MESETAS<br />

gima correspondencia simbólica o estructural es posible entre las dos, salvo cuando se<br />

las traduce en sistemas puntaales. En el problema rostro-paisaje, habíamos distinguido<br />

como tres estados: 1) semióticas de corporeidad, süuetas, posturas, colores y fincas<br />

(estas semióticas ya están presentes y proliferan entre los animales, en eUas la cabeza<br />

forma parte del cuerpo, el cuerpo tiene como correlato el medio, el biotopo; en<br />

eUas vemos surgh líneas ya muy puras, como en las conductas de "brizna de hierba");<br />

2) una organización de rostro, pared blanca-agujeros negros, cara-ojos, o bien cara<br />

vista de perfil y ojos obhcuos (esta semiótica de rostridad tiene como correlato la organización<br />

del paisaje: rostrización de todo el cuerpo y paisajización de todos los medios,<br />

punto centtal europeo, el Cristo); 3) una desterritorialización de los rostios y de<br />

los paisajes, en beneficio de cabezas buscadoras, con fincas que ya no limitan ninguna<br />

forma, que ya no forman ningún contomo, colores que ya no distribuyen paisaje (es<br />

la semiótica pictórica, hacer huh rostió y paisaje: ejemplo, lo que Mondrian üama, y<br />

con toda razón, "paisaje", puro paisaje en tanto que desterritorializado hasta lo absoluto).<br />

— Por comodidad nosotros presentamos ties estados bien distintos y sucesivos,<br />

pero a título provisional—. Nosotios no podemos dech si los animales no hacen ya<br />

pintura, aunque no pmten sobre henzos, e mcluso cuando sus colores y sus líneas son<br />

inducidos por hormonas: incluso en este caso, una distinción clara animal-hombre no<br />

tendría mucho fundamento. Y a la inversa, nosotios tenemos que dech que la pintura<br />

no comienza con el Uamado arte abstracto, pero recrea las süuetas y posturas de la<br />

corporeidad, y también actúa ya plenamente en la orgaiüzación rostro-paisaje (cómo<br />

los phitores "ttabajan" el rostro del Cristo, y lo hacen huh en todos los sentidos fuera<br />

del código rehgioso). La pintura siempre ha tenido como finaüdad la desterritorialización<br />

de los rostios y paisajes, bien por reactivación de la corporeidad, bien por hberación<br />

de las líneas o de los colores, las dos cosas a la vez. En la pintura hay muchos devemres-anhnales,<br />

devenhes-mujer y niño.<br />

Pues bien, el problema de la música es diferente, si bien es verdad que es el del<br />

ritomelo. Desterritorializar el ritornelo, inventar líneas de desterritorialización<br />

para el ritomelo, imphca procedimientos y constracciones que no tienen nada que<br />

ver con los de la pintura (a no ser vagas analogías, como algunas veces han hitentado<br />

los pintores). Sin duda, una vez más, no es seguro que entre el anhnal y el<br />

hombre se pueda hacer pasar una frontera: ¿acaso no hay pájaros músicos, como<br />

lo piensa Messiaen, por oposición a pájaros no músicos? ¿El ritomelo del pájaro<br />

es forzosamente territorial, o bien no utihza ya, en desterritoriafizaciones muy sutües,<br />

líneas de fuga selectivas? Por supuesto, no es la diferencia entre el ruido y el<br />

sonido la que permite definir la música, ni siquiera lo que distingue los pájaros<br />

músicos y los pájaros no músicos, sino el trabajo del ritornelo: ¿sigue siendo territorial<br />

y territorializante, o bien es arrastrado en un bloque móvü que traza ima<br />

transversal a través de todas las coordenadas —y todos los interrnediarios entre los<br />

dos—? La música es precisamente la aventura de un ritomelo: cómo la música<br />

vuelve a converthse en ritomelo (en nuesfra cabeza, en la cabeza de Swaim, en las<br />

cabezas pseudobuscadoras de la tele y de la radio, un gran músico como smtorua,<br />

o la cancioncüla); cómo se apodera del ritomelo, lo vuelve cada vez más sobrio,<br />

tan sólo algunas notas, para arrastrarlo en una finca creadora tanto más rica<br />

cuanto que no se ve ni el origen ni el fin...<br />

DEVENIR-INTENSO, DEVENIR-ANIMAL, DEVENIR-IMPERCEPTIBLE... 301<br />

Leroi-Gourhan establecía una distinción y una correlación entre dos polos,<br />

"mano-herramienta" y "rostro-lenguaje". Pero se trataba de distinguh una forma<br />

de conterfido y una forma de expresión. Ahora que consideramos expresiones que<br />

tienen su conterüdo en sí mismas, aparece otra distmción: el rostro con sus correlatos<br />

visuales (ojos) remite a la pmtura, la voz remhe a la música, con sus correlatos<br />

auditivos (la propia oreja es un ritomelo, tiene la forma de un ritomelo). La<br />

música es en primer lugar una desterritorialización de la voz, que deviene cada vez<br />

menos lenguaje, de la misma manera que la pintura es una desterritorialización del<br />

rostro. Pues bien, los rasgos de vocaUdad pueden perfectamente ajustarse a rasgos<br />

de rostridad, como cuando a parth de un rostro se leen palabras, sin embargo, entre<br />

eUos no hay correspondencia, y hay cada vez menos a medida que son arrastrados<br />

por los movimientos respectivos de la música y de la pintura. La voz está<br />

muy adelantada respecto al rostro, muy por delante. A este respecto, thular una<br />

obra musical Rostro parece la mayor paradoja sonora Por eso, la úiüca manera<br />

de "situar" los dos problemas, el de la pintura y el de la música, es emplear un criterio<br />

extrínseco a la ficción de un sistema de las beUas artes, es comparar las fuerzas<br />

de desterritorialización en los dos casos. Pues bien, parece que la música tiene<br />

una fuerza desterritoriahzante mucho mayor, mucho más intensa y colectiva a la<br />

vez, y la voz una capacidad de ser desterritorializada también mucho mayor. Quizás<br />

ese rasgo exphca la fascinación colectiva ejercida por la música, e incluso la<br />

potenciahdad del pehgro "fascista" del que hablábamos hace un momento: la música,<br />

tambores, trompetas, empuja a los pueblos y los ejércitos a una carrera que<br />

puede conduchlos al abismo, mucho más que los estandartes y las banderas, que<br />

son cuadros, medios de clasificación o de adhesión. Puede que los músicos sean<br />

individualmente más reaccionarios que los pintores, más rehgiosos, menos "sociales",<br />

pero no por eUo dejan de manejar una fuerza colectiva infinitamente superior<br />

a la de la pmtura: "No hay unión más poderosa que el coro formado por la asamblea<br />

del pueblo...". Siempre se puede exphcar esta fuerza por las condiciones materiales<br />

de la emisión y de la recepción musicales, pero es preferible lo inverso,<br />

más bien son esas condiciones las que se exphcan por la fuerza de desterritoriahzación<br />

de la música. Dhíase que la pintura y la música no corresponden a los<br />

mismos umbrales desde el punto de vista de una máquina abstracta mutante, o<br />

que la máquina pictórica y la máquina musical no tienen el mismo índice. Hay un<br />

"retraso" de la pmtura respecto a la música, como lo constataba Klee, el más músico<br />

de los pintores.''* Quizás sea esa la razón de que mucha gente prefiera la pmtura,<br />

o de que la estética haya tomado la pmtura como modelo privüegiado: es<br />

verdad que da menos "miedo". Incluso sus relaciones con el capitahsmo, y con las<br />

formaciones sociales, no son en absoluto del mismo tipo.<br />

En cualquier caso, debemos sin duda hacer intervertir a la vez factores de territoriahdad,<br />

de desterritorialización, pero también de reterritoriahzación. Los ritornelos<br />

del anhnal y del niño parecen territoriales: además, no son "música".<br />

Pero cuando la música se apodera del ritomelo, para desterritorializarlo, y desterritoriahzar<br />

la voz, cuando se apodera del ritomelo para hacerlo huh en un bloque<br />

sonoro rítnüco, cuando el ritomelo "deviene" Schumarm o Debussy, lo hace a través<br />

de un sistema de coordenadas armóiücas y melódicas en el que la música se

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!