Mil mesetas. Capitalismo y esquizofrenia - Patricio Lepe Carrión
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MIL MESETAS<br />
doble movimiento, uno por el que un término (el sujeto) se sustrae a la mayoría, y<br />
otro por el que im término (el medio o el agente) sale de la minoría. Hay un bloque<br />
de devenir indisociable y asimétrico, un bloque de alianza: los dos "Señor<br />
Klein", el judío y el no judío, entran en un devenir-judío (y lo mismo sucede en<br />
Focus).<br />
Una mujer tiene que devenir-mujer, pero en un devenir-mujer del hombre en<br />
su totahdad. Un judío deviene judío, pero en un devenir-judío del no judío. Un<br />
devenh mmoritario sólo existe gracias a un medium y un sujeto desterritoriahzados<br />
que son como sus elementos. Sólo hay sujeto del devenir como variable desterritoriahzada<br />
de la mayoría, y medium del devenh como variable desterritoriahzante<br />
de una minoría. Cualquier cosa, lo más inesperado, lo más insignificante,<br />
puede precipitamos en un devenh. No os desviaréis de la mayoría sin un pequeño<br />
detaUe que empieza a crecer y que os arrastra. Porque el héroe de Focus, el americano<br />
medio, necesita gafas que dan a su nariz un aire hgeramente semita, "a causa<br />
de las gafas", va a verse metido en esa extraña aventura del devenh-judío de un<br />
no-judío. Cualquier cosa puede servh, pero el asunto se revela pohtico. Devenhminoritario<br />
es un asunto pohtico y recurre a todo un trabajo de potencia, a una<br />
micropohtica activa. Justo lo contrario de la macropohtica, e incluso de la Historia,<br />
donde más bien se trata de saber cómo se va a conquistar o a obtener una mayoría.<br />
Como decía Faulkner, para no ser fascista no había otra opción que devenir-negro<br />
Contrariamente a la historia, el devenir no debe pensarse en términos<br />
de pasado y de futuro. Un devenir-revolucionario es indiferente a los problemas<br />
de un futuro y de un pasado de la revolución; pasa entre los dos. Todo devenir es<br />
un bloque de coexistencia. Las llamadas sociedades sin historia se sitúan fuera de<br />
la historia, no porque se contenten con reproduch modelos inmutables o estén regidas<br />
por una estmcutra fija, sino porque son sociedades de devenir (sociedades<br />
de guerra, sociedades secretas, etc.). La historia siempre es de la mayoría, o de minorías<br />
defirüdas con relación a la mayoría. Pero "cómo conquistar la mayoría" es<br />
un problema absolutamente secundario con relación a los caminos de lo imperceptible.<br />
Tratemos de dech las cosas de otro modo: no hay devenir-hombre, puesto que<br />
el hombre es la entidad molar por excelencia, mientras que los devenires son moleculares.<br />
La función de rostridad nos ha mostrado bajo qué forma el hombre<br />
constituía la mayoría, o más bien el patrón que la condicionaba: blanco, macho<br />
adulto, "racional", etc., en resumen, el europeo medio cualquiera, el sujeto de<br />
enunciación. Según la ley de arborescencia, ese Punto central se desplaza por todo<br />
el espacio o sobre toda la pantalla, y cada vez va a alimentar una oposición distmtiva<br />
según el rasgo de rostridad retenido: por ejemplo, macho-(hembra); adulto-<br />
(nmo); blanco-(negro, amarülo o rojo); racional-(animal). El punto central, o tercer<br />
ojo, tiene, pues, la propiedad de organizar las distribuciones binarias en las<br />
máqumas duales, de reprodúcese en el término principal de la oposición, al<br />
mismo tiempo que toda la oposición resuena en él. Constitución de una "mayoría"<br />
como redundancia. El hombre se constituye así como una gigantesca memoria,<br />
con la posición del punto central, su frecuencia en tanto que es necesariamente<br />
reproducido por cada punto dominante, su resonancia en tanto que el<br />
DEVENIR-INTENSO, DEVENIR-ANIMAL, DEVENIR-IMPERCEPTIBLE... 293<br />
conjunto de los puntos se refiere a él. Formará parte de la red de arborescencia<br />
toda finea que va de un punto a otro en el conjunto del sistema molar, y que se<br />
define, pues, por puntos que responden a esas condiciones memoriales de frecuencia<br />
y de resonancia<br />
La sumisión de la finea al punto constituye la arborescencia. Por supuesto, el<br />
niño, la mujer, el negro tienen recuerdos; pero la Memoria que recoge esos recuerdos<br />
no deja de ser la instancia viril mayoritaria que los considera como "recuerdos<br />
de infancia", como recuerdos conyugales o coloniales. Se puede operar<br />
por conjunción o uiüón de puntos contiguos, más bien que por relación de puntos<br />
distantes: en lugar de recuerdos, se tendrá entonces fantasmas. Así, la mujer<br />
puede tener un punto hembra y un punto macho imidos, y el hombre, un pimto<br />
macho y un punto hembra. Sin embargo, la constitución de esos híbridos tampoco<br />
nos permite avanzar en el sentido de un verdadero devenh (la bisexuahdad, por<br />
ejemplo, como lo señalan los psicoanahstas, no impide en modo alguno el predominio<br />
de lo masculino o la mayoría del "falo"). En la medida en que una finea<br />
está relacionada con puntos distantes, o bien compuesta de puntos contiguos, no<br />
se rompe con el esquema de arborescencia, no se alcanza ni el devenir ni lo molecular.<br />
Una línea de devenh no se define ni por puntos que une ni por puntos que<br />
la componen: al contrario, pasa entre los puntos, sólo crece por el medio, y huye<br />
en una dhección perpendicular a los puntos que en principio se han distmguido,<br />
transversal a la relación localizable entre puntos contiguos o distantes Un<br />
punto siempre es de origen. Pero una línea de devenh no tiene ni principio ni fin,<br />
ni safida lü Uegada, ni origen ni destino; y hablar de ausencia de origen, erigh la<br />
ausencia de origen en origen, es un mal juego de palabras. Una finea de devenir<br />
sólo tiene un medio. El medio no es una media, es un acelerado, es la velocidad<br />
absoluta del movimiento. Un devenir siempre está en el medio, sólo se puede coger<br />
en el medio. Un devenh no es ni uno ni dos, ni relación de los dos, sino entredos,<br />
frontera o línea de fuga, de caída, perpendicular a las dos. Si el devenh es un<br />
bloque (bloque-línea) es porque constituye una zona de entomo y de indiscemibihdad,<br />
un no man's land, una relación no localizable que arrastra a los dos puntos<br />
distantes o contiguos, que Ueva uno al entomo del otro, —y el entomo-frontera es<br />
mdiferentre tanto a la contigüidad como a la distancia—. En la finea o el bloque<br />
de devenh que une la avispa y la orquídea se produce una común desterritorialización,<br />
de la avispa en tanto que deviene una pieza hberada del aparato de reproducción<br />
de la orquídea, pero también de la orquídea en tanto que deviene el<br />
objeto de un orgasmo de la avispa hberada a su vez de su propia reproducción.<br />
Coexistencia de dos movimientos asimétricos que forman un bloque, en una línea<br />
de fuga en la que se precipita la presión selectiva. La línea, o el bloque, no une la<br />
avispa y la orquídea, ni tampoco las conjuga o las mezcla: pasa entie las dos,<br />
arrastrándolas a un entorno común en el que los puntos dejan de ser discemibles.<br />
El sistema-línea (o bloque) del devenir se opone al sistema-punto de la memoria.<br />
El devenir es el movimiento gracias al cual la línea se hbera del punto, y hace<br />
indiscernibles los puntos: rizoma, lo opuesto de la arborescencia, hberarse de la<br />
arborescencia. El devenir es una antimemoria. Sin duda, hay una memoria molecular,<br />
pero como factor de integración en un sistema molar o mayoritario. El