Mil mesetas. Capitalismo y esquizofrenia - Patricio Lepe Carrión
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MIL MESETAS<br />
devenir o un salto en un mismo plan de inmanencia pura. Y si, en efecto, hay saltos,<br />
fisuras entre agenciamientos, no es en virtud de su irreductíbilidad de naturaleza,<br />
es porque siempre hay elementos que no llegan a tiempo, o cuando todo ha<br />
terminado, por eso hay que pasar por nieblas, o vacíos, avances y retrasos que forman<br />
parte a su vez del plan de inmanencia. Incluso los fracasos forman parte del<br />
plan. Hay que tratar de pensar ese mundo en el que el plano fijo, que llamaremos<br />
de inmovihdad o de movimiento absolutos, está recorrido por elementos informales<br />
de velocidad relativa, que entran en tal o tal agenciamiento individuado según<br />
sus grados de velocidad y de lentitud. Plan de consistencia poblado por una materia<br />
anónima, parcelas infinitas de una materia itnpalpable que entran en conexiones<br />
variables.<br />
Los niños son spinozistas. Cuando el pequeño Hans habla de un "hace-pipí",<br />
no se trata de im órgano ni de una función orgánica^ sobre todo se trata de un material,<br />
es decir, un conjunto de elementos que varía según sus conexiones, sus relaciones<br />
de movimiento y de reposo, los diversos agenciamientos individuados en<br />
los que entra. ¿Una niña tiene un hace-pipí? El niño dice sí, y no por analogía, ni<br />
para conjurar un temor de la castración. Evidentemente, las niñas tienen un hacepipí,<br />
puesto que efectivamente hacen pipí: funcionamiento maquínico más que<br />
función orgánica. Simplemente, el mismo material no tiene las mismas conexiones,<br />
las mismas relaciones de movimiento y de reposo, no entra en el mismo agenciamiento<br />
en el niño y en la niña (una niña no hace de pie ni lejos). ¿Una locomotora<br />
tiene un hace-pipí? Sí, en otro agenciamiento maquínico distinto. Las sillas<br />
no lo tienen: pero es porque los elementos de la silla no han podido incluir ese<br />
material en sus relaciones, o han descompuesto suficientemente la relación para<br />
que produzca otra cosa, ima pata de silla, por ejemplo. Así se ha podido señalar<br />
que, para los niños, un órgano sufría "mil vicisitudes", no era "fácilmente localizable,<br />
identificable, unas veces hueso, otras artefacto, excremento, el bebé, una<br />
mano, el corazón de papá..." Pero ello no es debido en modo alguno a que el órgano<br />
es vivido como obejto parcial. El órgano será exactamente lo que sus elementos<br />
hagan de él según su relación de movimiento y de reposo, y la forma en la<br />
que esa relación se compone o se descompone con la de los elementos vecinos. No<br />
estamos ante un animismo, ni tampoco ante un mecanismo, estamos ante un maquinismo<br />
universal: im plan de consistencia ocupado por una inmensa máquina<br />
abstracta de agenciamientos infinitos. No se comprenderán bien las preguntas de<br />
los niños mientras no se las considere como preguntas-máquinas; de ahí la importancia<br />
de los artículos indefinidos en esas preguntas (««vientre, un niño, un caballo,<br />
una silla, "¿cómo está hecha una persona?"). El spinozismo es el devenir-niño<br />
del filósofo. Se llama longitud de un cuerpo a los conjuntos de partículas que forman<br />
parte de él bajo tal o tal relación, conjuntos que a su vez forman parte los<br />
unos de los otros según la composición de la relación que define el agenciamiento<br />
individuado de ese cuerpo.<br />
Recuerdos de un spinozista, II. — En Spinoza hay otro aspecto. A cada relación<br />
de moviimento y de reposo, de velocidad y de lentitud, que agrupa una infi-<br />
DEVENIR-INTENSO, DEVENIR-ANIMAL, DEVENIR-IMPERCEPTIBLE.., 261<br />
nidad de partes, corresponde un grado de potencia. A las relaciones que componen<br />
un individuo, que lo descomponen o lo modifican, corresponden intensidades<br />
que lo afectan, aumentan o disminuyen su potencia de acción, que proceden de<br />
las partes exteriores o de sus propias partes. Los afectos son devenires. Spinoza<br />
pregimta: ¿qué puede un cuerpo? Se Uamará latitud de un cuerpo a los afectos de<br />
los que es capaz según tal grado de potencia, o más bien según los límites de ese<br />
grado. La latitud está compuesta de partes intensivas bajo una capacidad, de la<br />
misma manera que la longitud está compuesta de partes extensivas bajo una relación.<br />
Del mismo modo que se evitaba definir un cuerpo por sus órganos y sus funciones,<br />
también hay que evitar definirlo por caracteres Especie o Género: se intenta<br />
contar sus afectos. A ese estudio se llama "etologia", y en ese sentido<br />
Spinoza escribe una verdadera Ética. Hay más diferencias entre un caballo de carrera<br />
y un caballo de labranza que entre un caballo de labranza un buey. Cuando<br />
Von Uexküll define los mundos animales busca los afectos activos y pasivos de los<br />
que es capaz el animal, en un agenciamiento individuado del que forma parte. Por<br />
ejemplo la Garrapata, atraída por la luz, se iza hasta la punta de una rama; sensible<br />
al olor de un mamífero, se deja caer sobre él cuando éste pasa bajo la rama;<br />
por último, se hunde bajo la piel, en la zona menos peluda posible. Tres afectos<br />
nada más, el resto del tiempo la garrapata duerme, a veces durante años, indiferente<br />
a todo lo que sucede en el inmenso bosque. Su grado de potencia está perfectamente<br />
comprendido entre dos límites, el límite óptimo de su festín tras el cual<br />
muere, el límite pésimo de su espera durante la cual ayima. Se dirá que los fres<br />
afectos de la garrapata suponen ya caracteres específicos y genéricos, órganos y<br />
funciones, patas y trompas. Eso es cierto desde el punto de vista de la fisiología,<br />
pero no desde el punto de vista de la Etica, en la que los caracteres orgánicos derivan,<br />
por el contrario, de la longitud y de sus relaciones, de la latitud y de sus grados.<br />
Nada sabemos de un cuerpo mientras no sepamos lo que puede, es decir,<br />
cuáles son sus afectos, cómo pueden o no componerse con otros afectos, con los<br />
afectos de otro cuerpo, ya sea para destruirlo o ser destruido por él, ya sea para<br />
intercambiar con él acciones y pasiones, ya sea para componer con él un cuerpo<br />
más potente.<br />
Una vez más se recurrirá a los niños. Se señalará cómo hablan de los animales,<br />
y al hacerlo se emocionan. Hacen una lista de afectos. El caballo del pequeño<br />
Hans no es representativo, sino afectivo. No es el miembro de una especie, sino un<br />
elemento o un individuo en im agenciamiento maquínico: caballo de tiro-ómnibus-calle.<br />
Se define por una Usta de afectos, activos y pasivos, en función de ese<br />
agenciamiento individuado del que forma parte: tener los ojos tapados por orejeras,<br />
tener un freno y bridas, ser noble, tener un gran hace-pipí, tirar de pesadas<br />
cargas, ser fustigado, caer, armar ruido con sus patas, morder..., etc. Estos afectos<br />
circulan y se transforman en el seno del agenciamiento: lo que "puede" un caballo.<br />
Tienen claramente un límite óptimo o máximo de la potencia-caballo, pero también<br />
un umbral pésimo: ¡un caballo cae en la calle!, y no puede levantarse a causa<br />
de la carga demasiado pesada y de los fustazos demasiado fuertes; ¡un caballo va a<br />
morir! —espectáculo ordinario en otra época (Nietzsche, Dostoievsky, Nijinsky<br />
lloran por ello). En ese caso, ¿qué es el devenir-caballo del pequeño Hans? Tarn-