Mil mesetas. Capitalismo y esquizofrenia - Patricio Lepe Carrión
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MIL MESETAS<br />
devenires-mujer, devenires-niño, devenires-animal, pero, bajo todo tipo de influencias<br />
que conciemen también a los instrumentos, tiende cada vez más a devenir<br />
molecular, en una especie de chapoteo cósmico en el que lo inaudible se hace<br />
oír, lo imperceptible aparece como tal: ya no el pájaro cantor, sino la molécula sonora.<br />
Si la experimentación de droga ha marcado a todo el mundo, incluso a los<br />
que no se drogan, es porque ha modificado las coordenadas perceptivas del espacio-tiempo,<br />
haciéndonos entrar en un universo de micropercepciones en el que los<br />
deverdres moleculares toman el relevo de los devenhes animales. Los hbros de<br />
Castañeda muestran perfectamente esta evolución, o más bien esta involución, en<br />
la que los afectos de un devenir-perro, por ejemplo, son sustituidos por los de un<br />
devenh molecular, micropercepciones del agua, del ahe, etc. Un hombre avanza<br />
vacuando de una puerta a otra, y se esfuma: "lo más que puedo dech es que somos<br />
fluidos, seres lumhiosos hechos de fibras"". Todos los viajes Uamados iniciaticos<br />
imphcan esos umbrales y esas puertas en las que el propio devenir deviene, y<br />
en los que se cambia de devenh, según las "horas" del mundo, los cnculos de un<br />
infierno o las etapas de un viaje que hacen variar las escalas, las formas y los gritos.<br />
De los auUidos animales hasta los vagidos de los elementos y de las partículas.<br />
Las manadas, las multiphcidades no cesan, pues, de transformarse las unas en<br />
las otras, de pasar las unas a las otras. Los hombres-lobos, una vez muertos, se<br />
transforman en vamphos. No debe extrañamos, hasta tal punto el devenir y la<br />
multiphcidad son una sola y misma cosa. Una multiphcidad no se define por sus<br />
elementos, ni por un centro de unificación o de comprensión. Una multiphcidad<br />
se define por el número de sus dimensiones; no se divide, no pierde o gana lünguna<br />
dimensión sin cambiar de naturaleza. Y como las variaciones de sus dimensiones<br />
son inmanentes a eUa, da lo mismo decir que cada multiplicidad ya está<br />
compuesta por términos heterogéneos en simbiosis, o que no cesa de transformarse<br />
en otras multiplicidades en hilera, según sus umbrales y sus puertas. Así, en el<br />
Hombre de los lobos, la manada de lobos devenía también enjambre de abejas, y<br />
también campo de anos, y colección de pequeños agujeros y de finas ulceraciones<br />
(tema del contagio); pero también todos esos elementos componían "la" multipücidad<br />
de simbiosis y de devenh. Si hemos imaginado la posición de un Yo fascinado<br />
es porque la multiphcidad hacia la que tiende, raidosamente, es la continuación<br />
de otra multiphcidad que actúa sobre él y lo distiende por dentro. Por eso el<br />
yo sólo es un umbral, una puerta, un devenh entre dos multiphcidades. Cada multiphcidad<br />
se define por un borde que funciona como Anomal; pero hay una huera<br />
de bordes, una línea continua de bordes (fibra) según la cual la multiphcidad cambia.<br />
Y en cada umbral o puerta, ¿hay un nuevo pacto? Una fibra va de un hombre<br />
a un animal, de un hombre o un animal a moléculas, de moléculas a partículas,<br />
hasta lo hnperceptible. Toda fibra es fibra de Universo. Una fibra en hilera de<br />
bordes constituye una hnea de fuga o de desterritoriahzación. Vemos que el Anomal,<br />
el Outsider, tiene varias funciones: no sólo bordea cada multipficidad que determina,<br />
con la máxima dhnensión provisional, la estabüidad temporal o local; no<br />
sólo es la condición de la ahanza necesaria para el devenh; también dirige las<br />
transformaciones de devenh o los pasos de multiphcidades siempre más lejos en la<br />
línea de fuga. Moby Dick es la Muralla blanca que bordea la manada; también es<br />
DEVENIR-INTENSO, DEVENIR-ANIMAL, DEVENIR-IMPERCEPTIBLE.. 255<br />
el Término de la alianza demom'aca; por último, es el terrible Hilo de pesca, hbre<br />
en su extremidad, la Unea que atraviesa la pared y arrastra al caphán, ¿hasta<br />
dónde? A la nada...<br />
El error que hay que evitar es creer en una especie de orden lógico en esa hilera,<br />
esos pasos o esas transformaciones. Ya es demasiado postular un orden que<br />
hía del animal al vegetal, luego a las moléculas, a las partículas. Cada multiphcidad<br />
es simbiótica, reúne en su devenir animales, vegetales, microorganismos, partículas<br />
locas, toda una galaxia. Tampoco hay un orden lógico preformado entre<br />
estos heterogéneos, entre los lobos, las abejas, los anos y las pequeñas cicatrices<br />
del Hombre de los lobos. Por supuesto, la brajería no cesa de codificar ciertas<br />
transformaciones de devenires. Veamos, por ejemplo, una novela Uena de tradiciones<br />
bmjas. Le Menear de loups, de Alejandro Dumas: en un primer pacto, el<br />
hombre de las hndes obtiene del diablo la realización de sus deseos, a condición<br />
de que una mecha de sus cabeUos devenga cada vez roja. Estamos en la muhiphcidad-cabeUos,<br />
con su borde. El hombre se mstala en el borde como jefe de manada.<br />
Después, cuando ya no queda un sólo cabello humano, un segundo pacto le<br />
hace devenir-lobo, devenh sin fin, al menos en principio, puesto-que sólo es vulnerable<br />
un día al año. Entre la multipUcidad-cabeUos y la multipücidad-lobos, sabemos<br />
perfectamente que siempre puede induchse un orden de semejanza (rojo<br />
como el pelo de un lobo), pero eso sigue siendo muy secundario (el lobo de transformación<br />
será negro, con un pelo blanco). De hecho, hay una primera multiphcidad-cabeUos<br />
atrapada en un devenh-pelo rojo; una segunda mifltiphcidad-lobos<br />
que arrastra a su vez al devenh-animal del hombre. Y entre ambas, umbral y fibra,<br />
simbiosis o paso de heterogéneos. Así actuamos nosotros, los brajos, no según un<br />
orden lógico, sino según compatibihdades o consistencias alógicas. La razón es<br />
muy simple. Nadie, ni siquiera Dios, puede dech de antemano si dos bordes se hilarán<br />
o constituhán una fibra, si tal muhiphcidad pasará o no a tal otra, o si tales<br />
elementos heterogéneos entrarán ya en simbiosis, constituhán una multiphcidad<br />
consistente o de cofuncionamiento, apta para la transformación. Nadie puede dech<br />
por dónde pasará la línea de fuga: ¿se dejará hundh para volver a caer en el<br />
animal edipico de la famüia, un simple Podenco? ¿O bien caerá en el otro pehgro,<br />
el de transformarse en línea de abohción, de aniquüación, de autodestracción,<br />
Achab, Achab...? Nosotros conocemos muy bien los pehgros de la línea de fuga, y<br />
sus ambigüedades. Los riesgos siempre están presentes, pero siempre existe también<br />
una posibüidad de escapar a eUos: en cada caso se dhá si la línea es consistente,<br />
es dech, si los heterogéneos funcionan efectivamente en una multiphcidad<br />
de simbiosis, si las multiphcidades se transforman efectivamente en los devenires<br />
de paso. Pongamos un ejemplo tan simple como: jc vuelve a tocar el piano... ¿Se<br />
trata de una vueha edipica a la mfancia? ¿Se trata de una manera de morir en una<br />
especie de abohción sonora? ¿Se trata de un nuevo borde, como una línea activa<br />
que va a entrañar otros devenhes, devenires completamente distintos que el devenir<br />
o redevenh pianista, y que va a induch una transformación de todos los agenciamientos<br />
precedentes en los que x estaba prisionero? ¿Una sahda? ¿Un pacto<br />
con el diablo? El esquizoanáhsis o la pragmática no tienen otro sentido: haced rizoma,<br />
pero no sabéis con qué podéis hacerlo, qué tallo subterráneo hará efectiva-