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Mil mesetas. Capitalismo y esquizofrenia - Patricio Lepe Carrión

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250 MIL MESETAS<br />

Diríase que hay claramente una contradicción: entre la manada y el soütario;<br />

entre el contagio de masa y la ahanza preferente; entre la muhiphcidad pura y el<br />

individuo excepcional; entre el conjunto aleatorio y la elección predestmada. Y la<br />

contradicción es real: Achab no ehge a Moby Dick, en esa elección que lo desborda<br />

y que procede de otra parte, sin romper con la ley de los baUeneros que<br />

exige que primero se debe perseguh a la manada. Pentesilea rompe la ley de la<br />

manada, manada de mujeres, manada de perras, cuando ehge a Aquües como<br />

enemigo favorito. Y sin embargo, gracias a esa elección anomal cada uno entra en<br />

su devenh-animal, devenh-perro de PentesUea, devenir-baUena del capitán<br />

Achab. Nosotros, los brujos, sabemos perfectamente que las contradicciones son<br />

reales, pero que las contradicciones reales no lo son en serio. Pues la cuestión es la<br />

siguiente: ¿Cuál es exactamente la namraleza del anomal? ¿Qué función tiene con<br />

relación a la banda, a la manada? Es evidente que el anomal no es simplemente<br />

un mdividuo excepcional, lo que le reduchía al animal famihar o doméstico, edipizado<br />

a la manera del psicoanáhsis, la imagen del padre..., etc. Para Achab, Moby<br />

Dick no es como el gatito o el perrito que una anciana reconoce como suyo y<br />

mima. Para Lawrence, el devenh-tortuga en el que entra no tiene nada que ver<br />

con una relación sentimental y doméstica. También Lawrence forma parte de los<br />

escritores que admhamos y que nos plantean un problema, puesto que han sabido<br />

hgar su escritura a devenhes animales reales inauditos. Ahora bien, a Lawrence se<br />

le objeta: "¡Sus tortugas no son reales!". A lo que responde: "es posible, pero mi<br />

devenh lo es, mi devenh es real, mcluso y sobre todo si no podéis juzgarlo, puesto<br />

que sois unos perritos domésticos..."'' El anomal, el elemento preferencial de la<br />

manada, no tiene nada que ver con el individuo favorito, doméstico y psicoanahtico.<br />

Pero el anomal tampoco es un representante de una especie, aquel que presentaría<br />

los caracteres específicos y genéricos en su estado más puro, modelo o<br />

ejemplar único, perfección típica encamada, término eminente de una serie, o soporte<br />

de una correspondencia absolutamente armoniosa. El anomal no es ni hidividuo<br />

ni especie, sólo contiene afectos, y no imphca ni sentimientos famihares o<br />

subjetivos, ni caracteres específicos o significativos. Tanto las caricias como las<br />

clasificaciones humanas le son extrañas. Lovecraft Uama Outsider a esa cosa o entidad,<br />

la Cosa, que Uega y desborda por el borde, lineal y sin embargo múltiple,<br />

"rebosante, efervescente, tumultuosa, espumeante, que se extiende como una enfermedad<br />

infecciosa, a ese horror sin nombre".<br />

Ni individuo ni especie, ¿qué es el anomal? Es un fenómeno, pero un fenómeno<br />

de borde. Nuestra hipótesis es la siguiente: una multiphcidad se define, no<br />

por los elementos que la componen en extensión, ni por los caracteres que la componen<br />

en comprensión, sino por las fincas y las dimensiones que imphca en "intensión".<br />

Si cambiáis de dimensiones, si añadís o retháis alguna, cambiáis de multiphcidad.<br />

De ahí que exista un borde según cada multiphcidad, que no es en<br />

modo alguno un centro, shio la línea envolvente o la extrema dhnensión en función<br />

de la cual se pueden contar las otras, todas las que constituyen la manada en<br />

tal momento (más aüá, la multiphcidad cambiaría de naturaleza). Es lo que el capitán<br />

Achab le dice a su segundo: no tengo ninguna historia personal con Moby<br />

Dick, ninguna venganza que cumphr, ni tampoco ningún mito que desentrañar.<br />

DEVENIR-INTENSO, DEVENIR-ANIMAL, DEVENIR-IMPERCEPTIBLE... 251<br />

pero, ¡tengo un devenh! Moby Dick no es ni un individuo ni un género, es el<br />

borde, y, para atacar a toda la manada, para alcanzar a toda la manada y pasar a<br />

través de ella, tengo que atacarlo. Los elementos de la manada sólo son "maniquíes"<br />

hnaginarios, los caracteres de la manada sólo son entidades simbólicas, lo<br />

único que cuenta es el borde —el anomal—. "Para mí esta ballena blanca es la muralla,<br />

muy cerca de mí", la pared blanca, "a veces creo que más aUá no existe<br />

nada, ¡qué más da!". Si el anomal es, pues, el borde, se puede comprender mejor<br />

sus diversas posiciones con relación a la manada o multiphcidad que bordea, y las<br />

diversas posiciones de un Yo fascmado. Incluso se puede hacer una clasificación<br />

de las manadas sin caer en las trampas de un evolucionismo que sólo vería en eUas<br />

un estadio colectivo inferior (en lugar de considerar los agenciamientos particulares<br />

que emplean). En cualquier caso, habrá borde de manada, y posición anomal,<br />

cada vez que, en un espacio, un animal se encuentre en la línea, o trazando la<br />

finca con relación a la cual el resto de los miembros de la manada están en una mitad,<br />

izquierda o derecha: posición periférica, que hace que ya no podamos saber si<br />

el anomal está todavía en la banda, ya está fuera de eUa, o en su cambiante frontera.<br />

Pero unas veces cada animal alcanza esa línea u ocupa esa posición dinámica,<br />

como en una manada de mosquitos en la que "cada individuo del grapo se desplaza<br />

aleatoriamente hasta que vea a todos sus congéneres en un mismo semiespacio,<br />

momento en el que se apresura a modificar su movimiento a fin de entrar en<br />

el gmpo, quedando la estabUidad asegurada en catástrofe por una barrera"<br />

Otras veces un animal preciso traza y ocupa el borde, en tanto que jefe de manada.<br />

Otras todavía el borde es definido o redoblado por un ser de otra naturaleza,<br />

que ya no pertenece a la manada, o que nunca ha pertenecido a cha, y que<br />

representa una potencia de otro orden, que actúa eventualmente como amenaza,<br />

pero también como cabecüla, outsider..., etc. En cualquier caso, no hay banda sin<br />

este fenómeno de borde, o anomal. Bien es verdad que las bandas también están<br />

minadas por fuerzas muy diferentes que instauran en eUas centros intemos de tipo<br />

conyugal y famihar, o de tipo estatal, y que las hacen pasar a una forma de sociabihdad<br />

totahnente distinta, sustitoyendo los afectos de manada por sentimientos<br />

de fanüha o intehgibüidades de Estado. El centro, o los agujeros negros intemos,<br />

pasan a ocupar el papel principal. Ahí, en esa aventura que también se produce en<br />

las bandas humanas cuando reconstituyen un famiharismo de grupo, o hicluso un<br />

autoritarismo, un fascismo de manada, el evolucionismo puede ver un progreso.<br />

Los brajos siempre han ocupado la posición anomal, en la frontera de los<br />

campos o de los bosques. Habitan las lindes. Están en el borde del pueblo, o entre<br />

dos pueblos. Lo hnportante es su afinidad con la afianza, con el pacto, que les da<br />

un estatuto opuesto al de la fihación. Con el anomal, la relación es de ahanza. El<br />

brujo está en una relación de ahanza con el demonio como potencia del anomal.<br />

Los antiguos teólogos han distinguido perfectamente dos tipos de maldición que<br />

se ejercían sobre la sexuahdad. El primero concierne a la sexuahdad como proceso<br />

de fifiación bajo el que transmite el pecado original. Pero el segundo la concieme<br />

como potencia de ahanza, e inspha uniones ihcitas o amores abominables: difiere<br />

tanto más del primero cuanto que tiende a hnpedh la procreación, y que el demonio,<br />

al no tener la capacidad de procrear, debe utilizar medios indhectos (así, ser

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