Magazine: 6.pdf

Magazine: 6.pdf Magazine: 6.pdf

bipa.iberopuebla.edu.mx
from bipa.iberopuebla.edu.mx More from this publisher
15.05.2013 Views

8 Antonio Blanch zando a tantear, medir y asimilar el objeto,aunque de manera insuficiente. Esta sería la segunda fase. Si el proceso se interrumpiera aquí, la experiencia no habría sido más que superficial. A lo sumo, la conciencia habría captado el sentido primario del objeto (su contenido semántico directo). Para que la experiencia se colme hasta llegar a su plenitud, es preciso que suceda una reacción especial de la persona, una conmoción íntegra del sujeto, tal como hemos indicado antes. Esta sería la tercera fase o nivel último experiencial,siendo las otrasdos fasesanterioresla empíricay la experimental, respectivamente. Ni qué decir tiene que para que se verifique una experiencia plena o intensa es necesario que la unión sujeto-objeto se realicesin reservasni controles(racionalesu otros) y que sea un encuentro fuertemente afectivo,en el que el sujeto se funda intUitivamentecon el objeto,a pesar de estar todavía cubierto con elvelode lodesconocido y de lo misterioso.Asíson, esquemáticamente descritas, las grandes experienciasestéticaso religiosas, como también las de la vida amorosa o las derivadas de la contemplación de ciertas verdades globales (ideas universales) desde la cumbre de una larga investigación. Son sucesos que se viven con tal estremecimiento,a la vez fuerte y suave, que inspiran gran seguridad y pueden llegar a transformar la vida misma del sujeto que las experimenta. I

Lo estético y lo religioso: cotejo de experiencias y expresiones La experiencia religiosa Para efectuar una comparación entre lo estético y lo religioso, conviene comenzar por describir la experiencia religiosa. Aunque se trata de un acto de conciencia,sería un error reducido a un fenómeno puramente subjetivo. Desde mediados del siglo pasado no ha!) faltado quienes consideren el hecho religioso como una pura proyección del espíritu humano. Recuérdese los análisis de un WilliamJames o de algunos teólogos idealistas, desgajados del luteranismo. Su intención era la de purificar el sentimiento religioso, que se afirmaba como sustancial; pero para ello parecía necesario desvincularlo de toda realidad externa. Frente a una interpretac~ón exclusivamente subjetiva, prevalece con mucho la de los que entienden la experiencia religiosa como aquella toma de conciencia por la que el ser humano se capta estando en relación existencial con algo extraordinario, que se le impone desde fuera. A juzgar por la abundante bibliografía reciente, parece que el tema de la experiencia religiosa vuelve a interesar mucho a los teólogos y antropólogos.2 Nosotros intentare- I 2 Sobre el tema de la experiencia religiosa se dispone una abundante bibliografía. Señalamos sólo los estudios consultados. Jean MOUROUX, L'éxpérience chrétiene, Aubier, Paris 1952; ID, «Experiencia religiosa», en Sacramentum Mundi, t. III, Herder, Barcelona 1973; R. GUARDINI, J. GUITION, J.B. LOTZ, N. NEDONCELE et al., Il problema dell'esperienza religiosa,en Atti dei XV Convengo dei Centro de Studi Filosoficide Gallarate, 1960; número especial de Concilium 99 (noviembre 1974) y de Revista de Espiritualidad 142 (1977); Ph. ROQUELPO, Experiencia del mundo, ¿experienciade Dios?, Sígueme, Salamanca 1969; J. GÓMEZCAFFARENA y J. MARffN VELASCO, Introducci6n a la fenomenología de la religi6n, Cristianidad, Madrid 1978; W. KASPER, «Posibilidad de la experiencia de Dios», en Fe e Historia, Sígueme, Salamanca 1975. ' 9

Lo estético y lo religioso: cotejo de experiencias y expresiones<br />

La experiencia religiosa<br />

Para efectuar una comparación entre lo estético y lo religioso,<br />

conviene comenzar por describir la experiencia religiosa.<br />

Aunque se trata de un acto de conciencia,sería un error reducido<br />

a un fenómeno puramente subjetivo. Desde mediados<br />

del siglo pasado no ha!) faltado quienes consideren el hecho<br />

religioso como una pura proyección del espíritu humano. Recuérdese<br />

los análisis de un WilliamJames o de algunos teólogos<br />

idealistas, desgajados del luteranismo. Su intención era la<br />

de purificar el sentimiento religioso, que se afirmaba como<br />

sustancial; pero para ello parecía necesario desvincularlo de<br />

toda realidad externa. Frente a una interpretac~ón exclusivamente<br />

subjetiva, prevalece con mucho la de los que entienden<br />

la experiencia religiosa como aquella toma de conciencia por<br />

la que el ser humano se capta estando en relación existencial<br />

con algo extraordinario, que se le impone desde fuera.<br />

A juzgar por la abundante bibliografía reciente, parece<br />

que el tema de la experiencia religiosa vuelve a interesar<br />

mucho a los teólogos y antropólogos.2 Nosotros intentare-<br />

I<br />

2 Sobre el tema de la experiencia religiosa se dispone una abundante bibliografía.<br />

Señalamos sólo los estudios consultados. Jean MOUROUX,<br />

L'éxpérience chrétiene, Aubier, Paris 1952; ID, «Experiencia religiosa», en<br />

Sacramentum Mundi, t. III, Herder, Barcelona 1973; R. GUARDINI, J.<br />

GUITION, J.B. LOTZ, N. NEDONCELE et al., Il problema dell'esperienza<br />

religiosa,en Atti dei XV Convengo dei Centro de Studi Filosoficide Gallarate,<br />

1960; número especial de Concilium 99 (noviembre 1974) y de Revista de<br />

Espiritualidad 142 (1977); Ph. ROQUELPO, Experiencia del mundo,<br />

¿experienciade Dios?, Sígueme, Salamanca 1969; J. GÓMEZCAFFARENA<br />

y J. MARffN VELASCO, Introducci6n a la fenomenología de la religi6n,<br />

Cristianidad, Madrid 1978; W. KASPER, «Posibilidad de la experiencia de<br />

Dios», en Fe e Historia, Sígueme, Salamanca 1975. '<br />

9

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!