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40 Antonio Blanch La Odaa un ruiseñor(1819),por ejemplo, describe, como punto de partida, la seducción gozosaque produjo en él elcanto maravilloso de ese pájaro. En este rapto de los sentidos y gracias a la imaginación el poeta se siente elevado,como el ruiseñor, por las alas de la poesía.Yen esaaltura del sentido, es tal el deleite espiritual que el poeta experimenta que casi desea morir: IINow more than everseemsit rich to die". Pero, el vuelo del ruiseñor hace que la melancolía sustituya al gozo. El poeta cae entonces y vuelve a su antigua situación penosa de amante solitario. Casi el mismo esquema se repite en otras odas suyas, aun en aquélla inspirada por un precioso objeto de arte: Oda a unaurnagriega(1819).A partir de la descripción admirativa de las formas y figuras de este vaso,también aquí es transportado el poeta a un orden superior de belleza.Esdecir,esta urna no es sólo la cifradel pasado griegoy de la armonía clásica,sino también el símbolo de esa otra realidad, sublime y esplendorosa, que el espíritu platónico de Keats intuye en su identificación fervorosa con esta obra de arte. Es, naturalmente"la imaginación la que le permite dar el salto desde las formas plásticas a esa realidadno vista(aesa músicanooída),másluminosa,plenaria y universal. "La belleza es la verdad y la verdad es belleza", concluirá el poeta después de su penetrante contemplación. y es que, en efecto, para Keats como para tantos otros poetas puros, en esta experienciade autenticidad de lo bello o, equivalentemente, en la contemplación de ese bellísimo esplendor de la verdad de las cosas, está el horizonte de la plenitud para el espíritu humano, la verdadera felicidad del artista y,en cierta manera, su salvación. No cabedudar de la noblezay elevaciónde una talactitud estética y ciertamente resultan muy estimulantes para nuestro espíritu muchas de las obras de los poetas puros antes mencionados. De hecho, fueron tan gratificantespara algunos poetas esas experiencias, que llegaron a emplear términos religiosos
Lo estéticoy lo religioso:cotejode experienciasy expresiones 41 para calificarel objetodeslumbrante de su visión.No sólo palabrastanrománticascomoeternidad, infinito,ángely demonio, cielo, etcétera,sinotambiénmisteriodivino,divinidad,y dios(recuérdese,como ejemplo,losúltimos grandes poemas de J.R.Jiménez). De todas maneras y a pesar de su vocabulariosagrado y de sus éxtasismísticos,la mayoríade estospoetasexcluíatoda creencia religiosa realmente trascendente. Rompieron, en esto también, con la tradicióny,celososde su autonomía subjetiva,inventaban una religióna su medida. Enalgunos casos(Blake,Shelley)hasta se conviertenen sacerdotesde sus propias mitologías,que alguno de ellos (Jean-PaulRichter,Nerval) contrapone a los dioses antiguos, y proclaman,ufanos,la muerte de dios. Su conceptode trascendencia,por consiguiente,no atañe a ninguna realidad superior al mundo, sino sólo a esesupuesto fondo luminoso de las cosas,un espacio imaginario, que Rilke denominaráloAbierto,donderesidela verdady la bellezadel mundo. Trascendencia, pues, decididamente inmanente al mundo natural, no religiosaen muchos casos,aunque en algunos otrosresulteindecisao voluntariamenteambiguaante lo sagrado.Yes que tal actitud-por razonesy prejuicioshistóricos, hasta cierto punto comprensibles- circunscribíael anhelo espiritual a lo subjetivo; no a lo simplemente comprobable, como hacían los escritores naturalistas, sino a sólo lo antropocéntrico. El artista inspirado se entrega, con confianza excesiva, a invocar una belleza ideal que parecía satisfacerle del todo. Pero los símbolos que la representaron son tan imprecisos y evanescentes, que a duras penas pueden entenderse como algo más que proyeccionessubjetivas. El profesor C. M. Bowra,gran analista de la imaginaciónromántica, llegaa calificar este proceso como una ilusión óptica de autosugestión.15 15 C.M. BOWRA, La imaginaci6nromática,Taurus, Madrid, 1972.
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Lo estéticoy lo religioso:cotejode experienciasy expresiones 41<br />
para calificarel objetodeslumbrante de su visión.No sólo palabrastanrománticascomoeternidad,<br />
infinito,ángely demonio, cielo,<br />
etcétera,sinotambiénmisteriodivino,divinidad,y dios(recuérdese,como<br />
ejemplo,losúltimos grandes poemas de J.R.Jiménez).<br />
De todas maneras y a pesar de su vocabulariosagrado y de sus<br />
éxtasismísticos,la mayoríade estospoetasexcluíatoda creencia<br />
religiosa realmente trascendente. Rompieron, en esto también,<br />
con la tradicióny,celososde su autonomía subjetiva,inventaban<br />
una religióna su medida. Enalgunos casos(Blake,Shelley)hasta<br />
se conviertenen sacerdotesde sus propias mitologías,que alguno<br />
de ellos (Jean-PaulRichter,Nerval) contrapone a los dioses<br />
antiguos, y proclaman,ufanos,la muerte de dios.<br />
Su conceptode trascendencia,por consiguiente,no atañe<br />
a ninguna realidad superior al mundo, sino sólo a esesupuesto<br />
fondo luminoso de las cosas,un espacio imaginario, que Rilke<br />
denominaráloAbierto,donderesidela verdady la bellezadel<br />
mundo. Trascendencia, pues, decididamente inmanente al<br />
mundo natural, no religiosaen muchos casos,aunque en algunos<br />
otrosresulteindecisao voluntariamenteambiguaante lo<br />
sagrado.Yes que tal actitud-por razonesy prejuicioshistóricos,<br />
hasta cierto punto comprensibles- circunscribíael anhelo<br />
espiritual a lo subjetivo; no a lo simplemente comprobable,<br />
como hacían los escritores naturalistas, sino a sólo lo antropocéntrico.<br />
El artista inspirado se entrega, con confianza excesiva,<br />
a invocar una belleza ideal que parecía satisfacerle del<br />
todo. Pero los símbolos que la representaron son tan imprecisos<br />
y evanescentes, que a duras penas pueden entenderse<br />
como algo más que proyeccionessubjetivas. El profesor C. M.<br />
Bowra,gran analista de la imaginaciónromántica, llegaa calificar<br />
este proceso como una ilusión óptica de autosugestión.15<br />
15 C.M. BOWRA, La imaginaci6nromática,Taurus, Madrid, 1972.
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