Magazine: 6.pdf
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20 Antonio Blanch<br />
no le cOnvierte.Por ello puede decirse que el sentimiento estético<br />
es desinteresado, mientras que el religioso genera siempre<br />
una responsabilidad que interesa al hombre, no a cualquier<br />
aspecto de su vida, sino a su destino mismo.<br />
Si comparamos ahora ambas experiencias desde su objeto<br />
específico,la diferencia entre ellas es todavía más amplia.<br />
Yaque si bien podría admitirse que el objeto de ambas es en<br />
cierto modo un absoluto, el correspondiente a la vivencia<br />
estética se aprehende corno un absoluto natural (orden y<br />
armonía superlativos, desde el orden y armonía sensible y<br />
materia!), mientras que el absoluto religioso se percibe corno<br />
sobrepasando los límites naturales, aun los más bellos, ya que<br />
se presenta cornouna realidad de otra naturaleza, de un nivel<br />
no sólo superior, sino plenamente distinto al de los límites y<br />
perfecciones intramundanas. El absoluto religioso trasciende<br />
la mundanidad y por ello sólo es percibido por esa raíz última<br />
de la inmanencia natural, que es corno una secreta expectativa<br />
de plenitud universal, no imaginada corno utópica, sino<br />
sentida corno real, precisamente gracias a ese singularísimo<br />
contacto con lo sagrado. .<br />
En consecuencia-y ésta es la otra clara distinción entre<br />
ambas experiencias-, el sentimiento de lo sagrado, aunque<br />
puede inundar de gozo, nunca es del todo aquietante, ya que<br />
despierta el deseo de lo que es y será siempre inabarcable,aunque<br />
últimamente presentido cornoplenamente abarcador. Esla<br />
presencia real de una grande y realísirnaausencia, que, corno<br />
tal, sólo puede ser representada y vivida negativamente, por lo<br />
que todavía no es. Eluniverso de lo bello,por elcontrario, está<br />
esencialmente ligado a la representación,se deriva de una presencia<br />
concreta y termina, gracias a la imaginación encendida,<br />
en otra representación ejemplar.Podría decirse que en la misma<br />
esencia de lo estético está su representatividad; mientras