Rosa Chillante, mujeres y performance en México - Nodo 50
Rosa Chillante, mujeres y performance en México - Nodo 50
Rosa Chillante, mujeres y performance en México - Nodo 50
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
<strong>Rosa</strong> <strong>Rosa</strong> chillante chillante. chillante Mujeres Mujeres y y <strong>performance</strong><br />
<strong>performance</strong><br />
(The return of the evil daughters). Según sus propias palabras, lo sigui<strong>en</strong>te<br />
sucedería:<br />
«Gina y Marcela subidas <strong>en</strong> un carro dando vueltas al<br />
Zócalo, porque el hecho de pasear es divertido, inútil y<br />
vano... La transmisión... todo lo que puede sucederle a un<br />
carro <strong>en</strong> movimi<strong>en</strong>to y lo <strong>en</strong>tret<strong>en</strong>ido de verlo <strong>en</strong> TV.<br />
Bonus... lo que sucede d<strong>en</strong>tro del carro. El ridículo regreso<br />
de las hijas diabólicas y su fun style of life».<br />
Pero he aquí lo que realm<strong>en</strong>te aconteció. El público esperaba<br />
at<strong>en</strong>to a que sucediera algo <strong>en</strong> Ex-Teresa. El tiempo transcurría implacable.<br />
Empezaba la impaci<strong>en</strong>cia. No nos habían pastoreado al Zócalo,<br />
por lo que asumíamos que la acción se había cancelado por el<br />
festival de ajedrez que también se llevaba a cabo <strong>en</strong> esa misma plaza<br />
pública. Cerca de las siete de la noche se empezaron a escuchar sir<strong>en</strong>as<br />
de patrulla. Hubo gran movimi<strong>en</strong>to <strong>en</strong> la calle y <strong>en</strong>tre los mismos<br />
trabajadores de Ex-Teresa. Se acercaron dos carros policíacos a toda<br />
velocidad, a todo ruido. Por la v<strong>en</strong>tanilla vi los rostros de Gina y<br />
Marcela, molestos, hartos, ocultando su preocupación detrás de la<br />
goma de mascar. Las bajaron rudam<strong>en</strong>te y las metieron a Ex-Teresa a<br />
empujones. Ambas vestían negro riguroso, de cuero. Su maquillaje<br />
era rebelde, como sus rostros, que parecían a punto de morder a los<br />
chotas. Las seguí como pude, tratando de sacar alguna imag<strong>en</strong> para<br />
def<strong>en</strong>derlas <strong>en</strong> caso de alguna violación a sus derechos humanos. Después<br />
de todo, aunque son niñas malas, no dejan de ser artistas. Las<br />
llevaron a la oficina de Guillermo Santamaría, director de ese antro<br />
cultural. Cerraron la puerta. Se oía el sil<strong>en</strong>cio. Pasaron 15 minutos. De<br />
rep<strong>en</strong>te salió corri<strong>en</strong>do un policía. Fue a recoger algo a la patrulla. El<br />
público le aplaudió. Algunos com<strong>en</strong>taron que era extraño que la policía,<br />
que está para servir a la ciudadanía, se prestara para jugar al arte.<br />
Nuevam<strong>en</strong>te las sacaron <strong>en</strong> vilo, bajando peligrosam<strong>en</strong>te las escaleras.<br />
Salieron del santuario cultural y oímos las sir<strong>en</strong>as. Ya no supimos<br />
que pasó con ellas. Pasamos al sigui<strong>en</strong>te <strong>performance</strong>.<br />
Yo me quedé p<strong>en</strong>sando cuanto habían cambiado los tiempos:<br />
hoy los policías <strong>en</strong> lugar de agredir a los jóv<strong>en</strong>es, a los artistas, incluso<br />
los ayudan <strong>en</strong> sus <strong>performance</strong>s.<br />
51