Rosa Chillante, mujeres y performance en México - Nodo 50
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<strong>Rosa</strong> <strong>Rosa</strong> chillante chillante. chillante Mujeres Mujeres y y <strong>performance</strong><br />
<strong>performance</strong><br />
cativas del Estado de <strong>México</strong> que también se llamó Las <strong>mujeres</strong> artistas<br />
o Se solicita esposa. En ella, de manera breve, analizábamos el<br />
empleo sexista de la imag<strong>en</strong> fem<strong>en</strong>ina <strong>en</strong> los medios y <strong>en</strong> el arte,<br />
m<strong>en</strong>cionábamos algunas de las principales artistas a lo largo de la<br />
historia del arte, para llegar a <strong>México</strong> y c<strong>en</strong>trarnos <strong>en</strong> las artistas jóv<strong>en</strong>es<br />
que <strong>en</strong> aquel mom<strong>en</strong>to éramos nosotras y nuestras cuatas. Sin<br />
embargo, el énfasis no estaba <strong>en</strong> promover a las artistas sino <strong>en</strong> hablar<br />
de temas feministas a través de nuestras obras. Así, las fotos de las<br />
luchadoras de Lourdes Grobet nos permitieron hablar de las <strong>mujeres</strong><br />
golpeadas; los dibujos de los diarios de infancia de Magali Lara de la<br />
formación de la id<strong>en</strong>tidad <strong>en</strong> las niñas; el trabajo de Maris del erotismo<br />
y el de Yolanda Andrade nos refería al lesbianismo; el mío a la<br />
violación y el de Ana Victoria Jiménez al trabajo doméstico.<br />
En ese mom<strong>en</strong>to Maris estaba <strong>en</strong> el tercer mes de su primer embarazo<br />
y yo <strong>en</strong> el sexto de mi segundo. Llegábamos a las distintas<br />
escuelas con delantales de utilería que ac<strong>en</strong>tuaban aún más nuestras<br />
panzas y botas vaqueras que, por alguna extraña razón, inquietaban a<br />
muchos. En más de una institución logramos que los chavos <strong>en</strong>traran<br />
<strong>en</strong> acaloradas discusiones o compartieron amargas confesiones sobre<br />
viol<strong>en</strong>cia intrafamiliar.<br />
La obra más ambiciosa de Polvo de Gallina Negra fue el proyecto<br />
visual que se llamó ¡MADRES! y se llevó a cabo a lo largo de varios<br />
meses de 1987. Nos planteamos ¡MADRES! como una forma de integrar<br />
la vida y el arte por lo que nuestro primer paso fue embarazarnos<br />
para <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der el tema a fondo. Naturalm<strong>en</strong>te contamos con la ayuda<br />
de nuestros esposos qui<strong>en</strong>es como artistas <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dieron perfectam<strong>en</strong>te<br />
bi<strong>en</strong> nuestras int<strong>en</strong>ciones. Como bu<strong>en</strong>as feministas tuvimos hijas y,<br />
para probar nuestra exactitud ci<strong>en</strong>tífica, Yuru<strong>en</strong> y Andrea nacieron<br />
con tres meses de difer<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> 1985, el año del terremoto. Desde<br />
<strong>en</strong>tonces nos pres<strong>en</strong>tamos como el único grupo que cree <strong>en</strong> el parto<br />
por el arte.<br />
¡MADRES! contó con varios elem<strong>en</strong>tos, <strong>en</strong> primer lugar, una serie<br />
de <strong>en</strong>víos de arte correo a la comunidad artística, a las feministas y<br />
a la pr<strong>en</strong>sa, <strong>en</strong> los que se abordaban diversos aspectos de la materni-<br />
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