Culturas y Religiones – Juan Bosch

Culturas y Religiones – Juan Bosch Culturas y Religiones – Juan Bosch

15.05.2013 Views

los textos bíblicos es necesario hacer uso de la hermenéutica, es decir, de un acercamiento a los textos que tenga en cuenta los diferentes géneros literarios que aparecen y emplee los métodos históricocríticos. Sólo un acercamiento así permitirá descubrirnos su sentido auténtico. Las Iglesias protestantes han sido las pioneras en el campo de la hermenéutica bíblica, aunque hoy es común su uso en la Iglesia católica. Inspiración Se entiende por inspiración la influencia especial de Dios en la creación de la Sagrada Escritura, que hace que sea Dios mismo quien hable a través de ella y que ésta se considere como palabra de Dios. Así, el origen sobrenatural de las Escrituras se debe a una influencia particular del Espíritu Santo. La relación entre la autoría humana y la autoría divina ha sido explicada de forma diferente a lo largo de la historia. En la Edad Media, por ejemplo, se explicaba mediante la teoría de la inspiración verbal, que afirmaba que todas y cada una de las palabras procedían directamente de Dios. Esta teoría, hoy superada, se explicaba mediante la imagen del amanuense que escribía al dictado de Dios o del músico que se limita a interpretar una partitura. Hoy, desde una visión diferente, se considera a los autores inspirados, no como meros secretarios o instrumentos de Dios, sino como testigos inspirados de la fe revelada por Dios, que han recibido un carisma especial para entender y consignar recta y fielmente la palabra de Dios. Así, la inspiración no implica el menoscabo de las cualidades humanas de los autores. La inspiración no sólo se extiende a todos los libros de la Biblia, sino también a todo el proceso hasta llegar a la redacción última del texto, abarcando a todos aquellos que intervienen en dicho proceso, y no únicamente a los redactores finales. Inerrancia La inerrancia (ausencia de error) que los cristianos predican de la Biblia hay que entenderla, no como ausencia de errores históricos, sino como certeza de la salvación que se anuncia. Así, se afirma la inerrancia de todos los libros y de todos los contenidos, sin excluir ningún aspecto o parte de los mismos, ni siquiera los textos materialmente erróneos, pues esos errores materiales tam- 94

ién forman parte de la salvación que anuncian. La afirmación de la verdad de la Biblia suscitó serias dificultades en el tiempo de la Ilustración, al empezar a descubrirse errores y fallos en los libros bíblicos, que hasta entonces habían sido leídos de forma literal y acrítica. Ello llevó al intento de poner limitaciones, restringiendo la inspiración únicamente al contenido doctrinal o a las afirmaciones teológicas. Hoy dicha dificultad ha quedado superada, pues la inspiración no es un carisma que conlleva la eliminación de todo error, sino que manifiesta la auténtica revelación de Dios al hombre. Relación Biblia-Iglesia La Iglesia es receptora, intérprete y transmisora del mensaje de Cristo contenido en la Escritura. TEXTOS Los fundadores de las religiones y los libros sagrados “Y otra vez se puso a enseñar a orillas del mar. Y se reunió tanta gente junto a él que hubo de subir a una barca y, ya en el mar, se sentó; toda la gente estaba en tierra a la otra orilla del mar. Les enseñaba muchas cosas por medio de parábolas. Les decía en su instrucción: ´Escuchad. Una vez salió un sembrador a sembrar. Y sucedió que, al sembrar, una parte cayó a lo largo de camino; vinieron las aves y se la comieron; otra parte cayó en terreno pedregoso, donde no tenía mucha tierra y brotó enseguida por no tener hondura la tierra; pero cuando salió el sol se agostó y, por no tener raíz, se secó; otra parte cayó entre abrojos y la ahogaron, y no dio fruto. Otras partes cayeron en tierra buena y, creciendo y desarrollándose, dieron fruto; unas produjeron treinta, otras sesenta, otras ciento. Y decía: quien tenga oídos para oir, que oiga”. (Mc 4, 1-9) “Pablo, llamado a ser apóstol de Cristo Jesús por la voluntad de Dios y Sóstenes, el hermano, a la Iglesia de Dios que está en Corinto: a los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos, con cuantos en cualquier lugar invocan el nombre de Jesucristo, Señor nuestro, de nosotros y de ellos gracia a vosotros y paz de parte de Dios, Padre nuestro, y del Señor Jesucristo.” (1 Cor. 1,1-3) 95

ién forman parte de la salvación que anuncian.<br />

La afirmación de la verdad de la Biblia suscitó serias dificultades<br />

en el tiempo de la Ilustración, al empezar a descubrirse errores y fallos<br />

en los libros bíblicos, que hasta entonces habían sido leídos de<br />

forma literal y acrítica. Ello llevó al intento de poner limitaciones, restringiendo<br />

la inspiración únicamente al contenido doctrinal o a las<br />

afirmaciones teológicas. Hoy dicha dificultad ha quedado superada,<br />

pues la inspiración no es un carisma que conlleva la eliminación de<br />

todo error, sino que manifiesta la auténtica revelación de Dios al<br />

hombre.<br />

<strong>–</strong> Relación Biblia-Iglesia<br />

La Iglesia es receptora, intérprete y transmisora del mensaje de<br />

Cristo contenido en la Escritura.<br />

TEXTOS<br />

Los fundadores de las religiones y los libros sagrados<br />

“Y otra vez se puso a enseñar a orillas del mar. Y se reunió tanta<br />

gente junto a él que hubo de subir a una barca y, ya en el mar, se<br />

sentó; toda la gente estaba en tierra a la otra orilla del mar. Les enseñaba<br />

muchas cosas por medio de parábolas. Les decía en su instrucción:<br />

´Escuchad. Una vez salió un sembrador a sembrar. Y sucedió<br />

que, al sembrar, una parte cayó a lo largo de camino; vinieron las<br />

aves y se la comieron; otra parte cayó en terreno pedregoso, donde<br />

no tenía mucha tierra y brotó enseguida por no tener hondura la tierra;<br />

pero cuando salió el sol se agostó y, por no tener raíz, se secó;<br />

otra parte cayó entre abrojos y la ahogaron, y no dio fruto. Otras partes<br />

cayeron en tierra buena y, creciendo y desarrollándose, dieron<br />

fruto; unas produjeron treinta, otras sesenta, otras ciento. Y decía:<br />

quien tenga oídos para oir, que oiga”. (Mc 4, 1-9)<br />

“Pablo, llamado a ser apóstol de Cristo Jesús por la voluntad de<br />

Dios y Sóstenes, el hermano, a la Iglesia de Dios que está en Corinto:<br />

a los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos, con<br />

cuantos en cualquier lugar invocan el nombre de Jesucristo, Señor<br />

nuestro, de nosotros y de ellos gracia a vosotros y paz de parte de<br />

Dios, Padre nuestro, y del Señor Jesucristo.” (1 Cor. 1,1-3)<br />

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