Culturas y Religiones – Juan Bosch
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Historia de las religiones<br />
Pues bien, lo que adoráis sin conocer, eso os vengo yo a anunciar.<br />
El Dios que hizo el mundo y todo lo que hay en él, que es Señor<br />
del cielo y de la tierra, no habita en santuarios fabricados por mano<br />
de hombres; ni es servido por manos humanas, como si de algo<br />
estuviera necesitado, el que a todos da la vida, el aliento y todas<br />
las cosas. Él creó, de un solo principio, todo el linaje humano, para<br />
que habitase sobre toda la faz de la tierra fijando los tiempos determinados<br />
y los límites del lugar donde habían de habitar, con el<br />
fin de que buscasen la divinidad, para ver si a tientas la buscaban<br />
y la hallaban; por más que no se encuentra lejos de cada uno de<br />
nosotros; pues en Él vivimos, nos movemos y existimos, como han<br />
dicho algunos de vosotros. Porque somos también de su linaje...<br />
Dios, pues, pasando por alto los tiempos de la ignorancia, anuncia<br />
ahora a los hombres que todos y en todas partes deben convertirse<br />
porque ha fijado el día en que va a juzgar al mundo según justicia,<br />
por el hombre que ha destinado, dando a todos una garantía al<br />
resucitarlo de entre los muertos» (Pablo en Atenas, Hechos de los<br />
Apóstoles 17, 22-31).<br />
“Los cristianos no se distinguen de los demás hombres, ni por<br />
el lugar en que viven, ni por su lenguaje, ni por su modo de vida.<br />
Ellos, en efecto, no tienen ciudades propias, ni utilizan un hablar<br />
insólito, ni llevan un género de vida distinto. Su sistema doctrinal<br />
no ha sido inventado gracias a su talento y especulación de hombres<br />
estudiosos, ni profesan, como otros, una enseñanza basada<br />
en autoridad de hombres. Viven en ciudades griegas y bárbaras,<br />
según les cupo en suerte, siguen las costumbres de los habitantes<br />
del país, tanto en el vestir como en todo su estilo de vida y, sin embargo,<br />
dan muestras de un tenor de vida admirable y, a juicio de<br />
todos, increíble. Habitan en su propia patria, pero como forasteros;<br />
toman parte en todo como ciudadanos, pero lo soportan todo como<br />
extranjeros; toda tierra extraña es patria para ellos, pero están<br />
en toda patria como en tierra extraña ... Viven en la carne, pero no<br />
según la carne. Viven en la tierra, pero su ciudadanía está en el<br />
cielo. Obedecen las leyes establecidas, y con su modo de vivir superan<br />
estas leyes. Por decirlo en pocas palabras: los cristianos<br />
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