Culturas y Religiones – Juan Bosch
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tencia de “dioses”, seres superiores a los hombres, pero sometidos a<br />
la muerte y renacimiento). De hecho, el budismo es la única religión<br />
que no basa su doctrina en un mensaje de Dios, sino en la experiencia<br />
psicológica de su fundador humano, que él llamó el “despertar”.<br />
Curiosamente, muy poco después de su muerte el Buda sería considerado<br />
como un ser divino por sus discípulos.<br />
Reflexionando sobre la condición humana descubre que el hombre<br />
padece una terrible enfermedad, y siguiendo el procedimiento<br />
médico de su tiempo se esfuerza en precisar cuál es esa enfermedad,<br />
si tiene cura y en caso positivo cuál es el tratamiento adecuado<br />
para curar tal enfermedad. Así descubre lo que llama las Cuatro Nobles<br />
Verdades, que es el aspecto más fundamental de su doctrina.<br />
Las Cuatro Nobles Verdades<br />
Historia de las religiones<br />
La primera, la definición de la enfermedad, es que todo lo que sucede<br />
en la vida del hombre es “sufrimiento”. Aunque éste es el término<br />
que tradicionalmente se utiliza en castellano, quizás no es el más<br />
apropiado para expresar lo que decía Buda. El término original pâli<br />
(dukkha) designa todo aquello que no es permanente o inmutable, sino<br />
que tiene un comienzo y un final, que es efímero. La sensación<br />
que todas las cosas producen en nosotros es dukkha, esa profunda<br />
insatisfacción, ese dolor o sufrimiento debido a que son efímeras. Para<br />
aquél que busca una felicidad absoluta cualquier cosa, aunque<br />
produzca un gozo momentáneo, si es efímera, si alguna vez se acaba,<br />
no puede menos de producir insatisfacción, y concluye que no<br />
merece la pena esforzarse por alcanzarlo. Como dijo el Buda, “lo que<br />
es impermanente no ofrece alegría, no vale la pena saludarlo, no tiene<br />
ningún valor ambicionarlo”. En este sentido, todo lo que nos ofrece<br />
esta vida no es más que sufrimiento.<br />
La segunda dice que ese dolor o sufrimiento tiene una causa, y<br />
que esa causa es el “deseo” o “sed”. En este aspecto se diferencia<br />
claramente del resto de las religiones que ponen el origen del mal del<br />
hombre en un castigo de Dios a alguna falta o culpa que el hombre<br />
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