Culturas y Religiones – Juan Bosch

Culturas y Religiones – Juan Bosch Culturas y Religiones – Juan Bosch

15.05.2013 Views

esos países: “El consejo que yo me doy a mí mismo y quiero para mí, para mis amigos y para todo el que quiera saber mi opinión es que uno debe marcharse de esos lugares e ir a un sitio donde pueda profesar su religión y cumplir su ley sin coacción y sin miedo. Se debe abandonar casa, hijos y posesiones ya que la religión del Señor es nuestro mayor tesoro” (Carta sobre la persecución religiosa, citada en Maimónides, Sobre el Mesías (ed. J. Targarona), Riopiedras, Barcelona, p.47). Al-Adel, hermano de Saladino, responde en una carta a Ricardo Corazón de León, en 1191, que no llegarán a un acuerdo sobre la Ciudad Santa de Jerusalén, el territorio, ni la reliquia de la Santa Cruz: “La Ciudad Santa es tan vuestra como nuestra: es incluso más importante para nosotros, pues hacia ella realizó nuestro profeta su milagroso viaje nocturno y en ella se reunirá nuestra comunidad el día del juicio final. Queda, pues, descartado que la abandonemos. Los musulmanes no lo admitirían nunca. En lo referente al territorio, siempre ha sido nuestro y vuestra ocupación es sólo pasajera. Habéis podido instalaros en él porque los musulmanes que entonces lo ocupaban eran débiles, pero, mientras dure la guerra, no os permitiremos disfrutar de vuestras posesiones. En cuanto a la cruz, representa una gran baza en nuestras manos y sólo nos separaremos de ella si conseguimos a cambio una importante concesión que favorezca al islam” (citado en A.Maalouf, Las cruzadas vistas por los árabes, Alianza, Madrid, 1983,p.301). El nazismo trató de erradicar, de manera escalonada pero definida, de forma física a los judíos: “En el caso de los judíos no se trata sólo de unos pocos criminales, sino de que toda la judería procede de raíces criminales, y por su propia naturaleza es criminal. Los judíos no son gente como otra gente, sino un pseudopueblo vinculado por la criminalidad hereditaria. La aniquilación de la judería no significa una pérdida para la Humanidad, sino que es algo tan útil como la pena capital o la custodia de protección contra otros criminales” (Deutscher Wochendienst, 2 de abril de 1944, citado en C.Vidal Manzanares, Textos para la historia del pueblo judío, Cáte- 178

dra, Madrid, 1995,p.287). REFERENCIAS DOCUMENTALES El hecho religioso en sí mismo ALCOBA, S.: Los judíos, Bruguera, Barcelona, 1973 TOULAT, J.: Los judíos, mis hermanos, Estela, Barcelona. MITRE FERNÁNDEZ, E.: Judaísmo y cristianismo, raíces de un gran conflicto histórico, Istmo, Madrid, 1980. CHEJNE, A.: Historia de la España musulmana, Catedra, Madrid, 1980 LAROUY, A.: El islam árabe y sus problemas, Península, Barcelona,1984 MAALOUF, A.: Las cruzadas vistas por los árabes, Alianza, Madrid, 1983. DU PASQUIER, R.: El despertar del islam, Desclée de Brouwer, Bilbao, 1992. En Occidente muchas obras reconstruyen la epopeya del cristianismo o el conflicto entre éste y la política: Ben Hur (H. Hathaway, USA, 1947) Quo Vadis (M.Le Roy, USA, 1951) son dos ejemplos en el cristianismo primitivo Juana de Arco, C.B. De Mille (Usa, 1917), traza un cuadro histórico, humano y religioso del conflicto político entre ingleses y franceses en el siglo XV Las Cruzadas, C.B. De Mille (Usa, 1935), estudia esta época desde el punto de vista occidental, desde una visión de epopeya romántica. Paseo por el amor y la muerte, (J.Huston), historia de amor ambientada en la Edad Media, donde están presentes los valores “revolucionarios” de una especie de revolución del 68 del medioevo. Becket, (P. Glenville, Gran Bretaña, 1964), estudia el conflicto entre Thomás Becket, primado de Inglaterra y la trama de intereses políticos que acaba con su vida. Galileo, (J. Losey, Usa, 1974). Describe el conflicto entre la ciencia renacentista y una visión distorsionada de la religión. Dentro del mundo islámico: 179

esos países: “El consejo que yo me doy a mí mismo y quiero para mí,<br />

para mis amigos y para todo el que quiera saber mi opinión es que<br />

uno debe marcharse de esos lugares e ir a un sitio donde pueda profesar<br />

su religión y cumplir su ley sin coacción y sin miedo. Se debe<br />

abandonar casa, hijos y posesiones ya que la religión del Señor es<br />

nuestro mayor tesoro” (Carta sobre la persecución religiosa, citada<br />

en Maimónides, Sobre el Mesías (ed. J. Targarona), Riopiedras, Barcelona,<br />

p.47).<br />

Al-Adel, hermano de Saladino, responde en una carta a Ricardo<br />

Corazón de León, en 1191, que no llegarán a un acuerdo sobre la<br />

Ciudad Santa de Jerusalén, el territorio, ni la reliquia de la Santa<br />

Cruz: “La Ciudad Santa es tan vuestra como nuestra: es incluso más<br />

importante para nosotros, pues hacia ella realizó nuestro profeta su<br />

milagroso viaje nocturno y en ella se reunirá nuestra comunidad el<br />

día del juicio final. Queda, pues, descartado que la abandonemos.<br />

Los musulmanes no lo admitirían nunca. En lo referente al territorio,<br />

siempre ha sido nuestro y vuestra ocupación es sólo pasajera. Habéis<br />

podido instalaros en él porque los musulmanes que entonces lo<br />

ocupaban eran débiles, pero, mientras dure la guerra, no os permitiremos<br />

disfrutar de vuestras posesiones. En cuanto a la cruz, representa<br />

una gran baza en nuestras manos y sólo nos separaremos de<br />

ella si conseguimos a cambio una importante concesión que favorezca<br />

al islam” (citado en A.Maalouf, Las cruzadas vistas por los árabes,<br />

Alianza, Madrid, 1983,p.301).<br />

El nazismo trató de erradicar, de manera escalonada pero definida,<br />

de forma física a los judíos: “En el caso de los judíos no se trata<br />

sólo de unos pocos criminales, sino de que toda la judería procede<br />

de raíces criminales, y por su propia naturaleza es criminal. Los judíos<br />

no son gente como otra gente, sino un pseudopueblo vinculado<br />

por la criminalidad hereditaria. La aniquilación de la judería no<br />

significa una pérdida para la Humanidad, sino que es algo tan útil<br />

como la pena capital o la custodia de protección contra otros criminales”<br />

(Deutscher Wochendienst, 2 de abril de 1944, citado en<br />

C.Vidal Manzanares, Textos para la historia del pueblo judío, Cáte-<br />

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