15.05.2013 Views

Despiertos en la lluvia ED01_11287.indd - Aula Avatares

Despiertos en la lluvia ED01_11287.indd - Aula Avatares

Despiertos en la lluvia ED01_11287.indd - Aula Avatares

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

100<br />

SARA LIDIA NOVAS<br />

VIVIRÁS ENTRE MIS PASOS<br />

El cielo me acompaña como único testigo y el aire besa el plumaje del vértigo<br />

de esta quietud que no replica. Recorro el lugar donde <strong>la</strong> inmortalidad cayó<br />

<strong>en</strong> un cántaro vacío. En medio de un sil<strong>en</strong>cio quebrado, mis lágrimas gritan. El<br />

mármol desnuda un acurrucado gesto de rostro dormido y lloran los huesos el<br />

destierro de su ejército, a<strong>la</strong>s rotas <strong>en</strong> <strong>la</strong> hoguera del espejo. Escucho tu susurro,<br />

huel<strong>la</strong> que persiste y juega con <strong>la</strong> luna <strong>en</strong> una barca azu<strong>la</strong>da. A cada paso choco<br />

con <strong>la</strong>s piedras que empuñan el misterio mi<strong>en</strong>tras <strong>la</strong> impot<strong>en</strong>cia desangra a<br />

estos ojos ve<strong>la</strong>dos y el alma gime un ¿Por qué? que devuelve convulsa <strong>la</strong> nada.<br />

Pájaro peregrino… Tu voz acuna <strong>la</strong> congoja, se adormece el vi<strong>en</strong>to. Late tu<br />

nombre <strong>en</strong> un bosque impregnado de aurora y <strong>la</strong> <strong>lluvia</strong> se fi ltra por el umbral<br />

sembrando pétalos. Sir<strong>en</strong>a <strong>en</strong>tre <strong>la</strong>s estrel<strong>la</strong>s. Salgo de aquí con <strong>la</strong> certeza que lo<br />

más sublime de vos vivirá <strong>en</strong>tre mis pasos. Cruzo <strong>la</strong> calle corri<strong>en</strong>do al colectivo<br />

que me llevará a casa. Por suerte, lo alcancé. Ocupo uno de los asi<strong>en</strong>tos que da<br />

a <strong>la</strong> v<strong>en</strong>tanil<strong>la</strong>. El sol acaricia mis ojos y <strong>en</strong>tibia mi corazón.<br />

UNA MONEDA<br />

Quieta sobre el escritorio yace una moneda. Su destino dep<strong>en</strong>de de mí.<br />

Es el mío propio. Puedo dejarlo a <strong>la</strong> deriva sin horizontes o por el contrario<br />

remontarlo a ser protagonista.<br />

La soledad reseca los s<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>tos cuando el abismo se apodera de los<br />

sueños. ¿Puede ser el mar ese abismo, si lo transitamos a ciegas dejando caer<br />

<strong>la</strong> moneda <strong>en</strong> un mar sedi<strong>en</strong>to que nos trague o será fortaleza, y nos impulsará<br />

a soltar <strong>la</strong>s amarras siempre y cuando sepamos dibujar nuestro camino?<br />

Algui<strong>en</strong> que merodea es el miedo. También él puede co<strong>la</strong>borar para que<br />

esa órbita, que es nuestra vida, acelere o no. Es una decisión de cada ser humano.<br />

Una moneda es el trabajo <strong>la</strong>borioso de cada día para amasar <strong>la</strong>s metas<br />

propuestas a fi n de no sucumbir <strong>en</strong> <strong>la</strong> nada. Yo <strong>la</strong> necesito como parte de un<br />

todo, por tal razón nunca <strong>la</strong> consideré un simple objeto.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!