15.05.2013 Views

Despiertos en la lluvia ED01_11287.indd - Aula Avatares

Despiertos en la lluvia ED01_11287.indd - Aula Avatares

Despiertos en la lluvia ED01_11287.indd - Aula Avatares

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

12<br />

TERESA DEL VALLE BARUZZI<br />

AUSENCIAS<br />

Siempre el corazón, <strong>en</strong>vía luz donde<br />

no <strong>la</strong> hay…<br />

T<strong>en</strong>go t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia a ser como un pescado frío, a ponerme de chaleco <strong>la</strong><br />

coraza protectora, <strong>en</strong>cerrarme <strong>en</strong> mí. T<strong>en</strong>go un corazón de payaso, hago a<br />

veces bromas, pero sufro desde aquel día <strong>en</strong> que me diagnosticaron que sería<br />

ciego para toda <strong>la</strong> vida. El tiempo reunió a los tiempos, y jamás se produjo<br />

ningún mi<strong>la</strong>gro, solo que algui<strong>en</strong> se compadeció de mi extrema pobreza, y<br />

sabi<strong>en</strong>do que yo necesitaba estar siempre <strong>en</strong> movimi<strong>en</strong>to. Me regaló a Dexter,<br />

el que sería mi guía. Con él y mi bastón b<strong>la</strong>nco, recorrimos los lugares más<br />

increíbles, el Parque Japonés, el Rosedal, donde nos inundábamos de frescura<br />

y agradables olores. En mi salida habitual del viernes, todo, o casi todo,<br />

cambió <strong>en</strong> nuestras vidas. Probablem<strong>en</strong>te, Dexter, se ade<strong>la</strong>ntó al semáforo,<br />

todo fue un <strong>en</strong>sordecedor fr<strong>en</strong>ar de vehículos. A pesar del día destemp<strong>la</strong>do,<br />

mi corazón se detuvo. La apar<strong>en</strong>te frialdad que me caracterizaba se esfumó.<br />

Gruesas y cali<strong>en</strong>tes lágrimas, brotaron de estos ojos secos, sin vida. Huérfano<br />

de todo lloraba. Dexter, mi ángel guardián y mi bastón, se fueron vo<strong>la</strong>ndo por<br />

el aire. Quedé inmóvil. Algui<strong>en</strong> bondadoso me ayudó a cruzar. Algui<strong>en</strong> se<br />

ocupó de Él.<br />

SENTIMIENTOS NOBLES<br />

Mi padre siempre buscaba despertar <strong>en</strong> mí, s<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>tos nobles, el apr<strong>en</strong>dizaje<br />

era continuo y de forma ejemplifi cadora, así iba teji<strong>en</strong>do mi vida. En<br />

vivo y <strong>en</strong> directo, suelo decir hoy. Cierto día me l<strong>la</strong>ma y nos <strong>en</strong>caminamos al<br />

galponcito, que era su lugar más querido donde guardaba <strong>la</strong>s cosas más increíbles<br />

de imaginar. Allí me muestra un pepino muy gordo, pero muy gordo,<br />

ad<strong>en</strong>tro de una botel<strong>la</strong>. Estaba sorpr<strong>en</strong>dida y fascinada. Millones de preguntas<br />

hacía mi cabecita loca. ¿Sopló <strong>la</strong> botel<strong>la</strong> e hizo <strong>en</strong>trar el pepino? ¿Cómo una<br />

cosa tan grande podría haber <strong>en</strong>trado <strong>en</strong> el gollete tan pequeño de <strong>la</strong> botel<strong>la</strong>?<br />

Miraba a papá con ojos más que de asombro, y ya fuera de sí, le dije, ¡Papá<br />

necesito que me expliques esto! Mi padre con su habitual parsimonia tomó<br />

una botel<strong>la</strong> vacía y me llevó a <strong>la</strong> huerta. Vi meter un pepino, pequeñito, <strong>en</strong> <strong>la</strong><br />

botel<strong>la</strong> sin despr<strong>en</strong>derlo de <strong>la</strong> rama, y como quedó allí prisionero. Ahí me di

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!