Despiertos en la lluvia ED01_11287.indd - Aula Avatares
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DESPIERTOS EN LA LLUVIA<br />
que se apodere de nosotros, disfrutemos el perfume, los sonidos, <strong>la</strong> ternura.<br />
Un minuto de dicha int<strong>en</strong>sa aunque sea breve nos dará <strong>la</strong> maravillosa dicha<br />
del recuerdo.<br />
CIUDAD<br />
Más allá de <strong>la</strong>s torres y <strong>la</strong>s iglesias, los campanarios y de los techos rojos,<br />
de <strong>la</strong>s calles cargadas de pasado, historia, dolor y sangre. De lo bello, lo<br />
ruinoso del progreso y <strong>la</strong> bonanza. No puedo contemp<strong>la</strong>r tu belleza sin s<strong>en</strong>tir<br />
que me robaste.<br />
LA CURANDERA<br />
Todos apreciaban mucho a Mechi, preferían sus curas. Si bi<strong>en</strong> podía tratar<br />
con excel<strong>en</strong>tes resultado males como empacho, mal de ojo, culebril<strong>la</strong>, ataque<br />
de susto, su especialidad era mal de amores y curas espirituales. A raíz de esto<br />
sabía más pecados que el cura del pueblo. Si bi<strong>en</strong> nunca hizo mal a nadie, se<br />
com<strong>en</strong>taba que ayudó a varios mejorar sus fi nanzas sin gran esfuerzo de ambas<br />
partes. Pero una mañana una vecina, con un problema crónico de jaqueca,<br />
subió hasta su casa y <strong>la</strong> <strong>en</strong>contró degol<strong>la</strong>da detrás de su humilde vivi<strong>en</strong>da. El<br />
pueblo quedó conmocionado con <strong>la</strong> noticia. La policía investigó aunque no<br />
demasiado y cerró el caso como “Robo seguido de muerte” ya que <strong>la</strong> vivi<strong>en</strong>da<br />
estaba revuelta y seguram<strong>en</strong>te faltaban cosas. Todos sabían que Mechi no t<strong>en</strong>ía<br />
nada de mucho valor. Era improbable que algui<strong>en</strong> se av<strong>en</strong>turara de noche por<br />
<strong>la</strong> montaña, por un camino de difícil acceso. Sus restos descansan el extremo<br />
norte del cem<strong>en</strong>terio. Muchos vecinos extrañaban sus ayudas místicas, pero<br />
uno de ellos ahora duerme más tranquilo.<br />
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