Despiertos en la lluvia ED01_11287.indd - Aula Avatares
Despiertos en la lluvia ED01_11287.indd - Aula Avatares
Despiertos en la lluvia ED01_11287.indd - Aula Avatares
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
84<br />
EDITH MIGLIARO<br />
EL ENSAYO<br />
Ha decidido <strong>en</strong>sayar <strong>la</strong> muerte, por eso se durmió <strong>en</strong> el asi<strong>en</strong>to. Un ruido<br />
fuerte lo hizo despertar. No sirve, fue una muerte corta. Prueba otra vez.,<br />
duerme <strong>en</strong> el jardín, un cálido descanso, l<strong>en</strong>to, suave, tan dormido que soñó <strong>en</strong><br />
colores, el trino de un pájaro lo ha despertado. Este <strong>en</strong>sayo fue mejor. Ahora<br />
que <strong>la</strong> noche ha <strong>en</strong>vuelto todo, <strong>en</strong> <strong>la</strong> casa <strong>la</strong>s sombras grises y <strong>la</strong>s sombras<br />
negras se repart<strong>en</strong> los rincones. Una cama b<strong>la</strong>nda, sabanas de seda, el canto<br />
de los grillos, <strong>la</strong> brisa profunda y <strong>la</strong> luz de <strong>la</strong> luna perversam<strong>en</strong>te hermosa se<br />
cue<strong>la</strong>n por <strong>la</strong> v<strong>en</strong>tana. Hay olor a <strong>lluvia</strong> nueva, hay color a noche negra, hay<br />
abismo eterno, ya no puede <strong>en</strong>sayar.<br />
Se ha dormido para siempre.<br />
LA CORTADA DEL DISIMULO<br />
Amanecía <strong>en</strong> <strong>la</strong> cortada de “El Disimulo”, un auto con los vidrios po<strong>la</strong>rizados<br />
estacionado, <strong>la</strong> silueta de un hombre recostado <strong>en</strong> el asi<strong>en</strong>to del conductor,<br />
dormido, desmayado o quizás muerto yacía <strong>en</strong> medio de <strong>la</strong> calle. Los<br />
primeros vecinos <strong>en</strong> acercarse fueron el Pai Cai y Abel, dos hermanos, que<br />
no se hab<strong>la</strong>ban, de <strong>la</strong> última casa de <strong>la</strong> cortada, <strong>la</strong> de dos puertas de madera<br />
iguales, a <strong>la</strong> derecha de una un cartel que rezaba “TEMPLO DEL PAI CAI” a<br />
<strong>la</strong> izquierda de <strong>la</strong> otra “PLOMERO-GASISTA” con letras de molde y con pintura<br />
agregaron matricu<strong>la</strong>do, debajo de una azulejo con <strong>la</strong> imag<strong>en</strong> de <strong>la</strong> virg<strong>en</strong>.<br />
–No es feligrés de mi iglesia.<br />
–Yo no le hice ningún arreglo.<br />
–Hay que l<strong>la</strong>mar a <strong>la</strong> policía– opino el sodero que oportunam<strong>en</strong>te dejaba<br />
el pedido <strong>en</strong> <strong>la</strong> casa de <strong>la</strong> divorciada profesora de música que ni se asomó.<br />
–Nooo, <strong>la</strong> policía no –gritaron todos al unísono.<br />
Del chalet adjunto se animó el Sr. Gómez, corredor de bolsa y su esposa<br />
con un libro <strong>en</strong> su mano, Belle de jour. Él, era un hombre sumam<strong>en</strong>te nervioso,<br />
correcto y misterioso, el<strong>la</strong> una mujer sobria y reservada, con un diagrama<br />
estricto de actividades. Se levantaba 7.00hs., llevaba sus hijos al colegio, iba<br />
al gimnasio dos horas, y luego de organizar <strong>la</strong> c<strong>en</strong>a dedicaba <strong>la</strong>s tardes de los<br />
lunes a su cabello, aunque <strong>la</strong>s peluquería estaban cerrada, martes: a <strong>la</strong> psicóloga,<br />
a pesar de haber abandonado el tratami<strong>en</strong>to hace años, miércoles: té con