Despiertos en la lluvia ED01_11287.indd - Aula Avatares
Despiertos en la lluvia ED01_11287.indd - Aula Avatares
Despiertos en la lluvia ED01_11287.indd - Aula Avatares
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
DESPIERTOS EN LA LLUVIA<br />
–¿Quedaste debiéndole a esa mujer?<br />
–Siempre decía –No t<strong>en</strong>go monedas, le doy una mandarina, un día me<br />
cansé y le hice un pedido grande y no fui más –reconoció Aurora avergonzada.<br />
–¡María! ¡María! ¿Cómo pudiste morir? –gritaba una vecina cuando otra<br />
le dijo algo al oído– Aurora sí c<strong>la</strong>ro, el dolor me hizo confundir de nombre.<br />
–Esta vecina va a todos los ve<strong>la</strong>torios aunque no conozca al muerto, eso<br />
sí grita y llora por todos con el mismo dolor.<br />
Entraron juntos el cura y el pastor rezando cada uno <strong>en</strong> su estilo.<br />
–Bu<strong>en</strong>o Aurora, ya es hora, vamos y<strong>en</strong>do.<br />
–No quisieras escuchar lo que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> para decir los repres<strong>en</strong>tantes del<br />
Señor.<br />
–No hac<strong>en</strong> mal trabajo, pero te cu<strong>en</strong>to <strong>en</strong> el camino.<br />
–¿Vo<strong>la</strong>mos al cielo?<br />
–No, todavía t<strong>en</strong>és que despedirte de algui<strong>en</strong> más.<br />
SOMBRERO<br />
S<strong>en</strong>tada <strong>en</strong> <strong>la</strong>s vías, alejada de <strong>la</strong>s casas y de su g<strong>en</strong>te. P<strong>la</strong>nea otra vida,<br />
distinta. Sin p<strong>en</strong>as, de perfi l al horizonte, de reojo a lo que vi<strong>en</strong>e, el<strong>la</strong>, inoc<strong>en</strong>te,<br />
espera.<br />
Mi<strong>en</strong>tras pi<strong>en</strong>sa <strong>en</strong> mil sombreros difer<strong>en</strong>tes, si pudiera elegir uno pero<br />
no me atrevo Solo si <strong>en</strong>contrara alguno grande que pueda tapar, un poco, mis<br />
ideas, y olvidarme de el<strong>la</strong> allí s<strong>en</strong>tada, esperando.<br />
Todo quedó <strong>en</strong> aquel día, nos cruzamos <strong>en</strong> sil<strong>en</strong>cio, escondidos por <strong>la</strong><br />
<strong>lluvia</strong>. Solo podíamos escapar y <strong>en</strong> un mom<strong>en</strong>to, mirarnos a los ojos fi ngi<strong>en</strong>do<br />
indifer<strong>en</strong>cia, acariciarnos a distancia, besarnos como nunca. En el remolino<br />
de pasiones, se llevó mi prud<strong>en</strong>cia y yo me marché feliz con inconsci<strong>en</strong>cia.<br />
El tiempo y el desamor descascararon <strong>la</strong>s paredes de nuestra casa, de<br />
nuestra vida. Ahogados por reproches sil<strong>en</strong>ciosos, nos dejamos caer a lo más<br />
bajo, <strong>la</strong> indifer<strong>en</strong>cia.<br />
Lo mismo permanece, por eso, el<strong>la</strong> está allí s<strong>en</strong>tada y yo sólo pi<strong>en</strong>so con<br />
qué taparme.<br />
83