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Despiertos en la lluvia ED01_11287.indd - Aula Avatares

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DESPIERTOS EN LA LLUVIA<br />

La mujer miró a su alrededor y se dio cu<strong>en</strong>ta que estaba so<strong>la</strong> <strong>en</strong> su casa<br />

hab<strong>la</strong>ndo con un extraño y volvió a inquietarse.<br />

–¿Qué pret<strong>en</strong>des? ¿No te das cu<strong>en</strong>ta que me podría haber muerto de un<br />

susto?<br />

–No, de un ataque al corazón –ac<strong>la</strong>ró el Ángel– Moriste de un ataque al<br />

corazón.<br />

Sorpr<strong>en</strong>dida y <strong>en</strong>ojada a <strong>la</strong> vez le preguntó:<br />

–¿Y ahora qué? ¡Viniste a buscar para llevarme al Cielo, al Más Allá, al<br />

Paraíso!<br />

–Digamos arriba –agrego Ángel<br />

–¿No voy con el Señor? –dijo horrorizada.<br />

–Sí tranqui<strong>la</strong>, saliste sorteada para ir arriba.<br />

–¿Un sorteo? La g<strong>en</strong>te va al cielo ¿por sorteo? Yo p<strong>en</strong>saba que los bu<strong>en</strong>os<br />

iban al Cielo y los malos al Infi erno.<br />

–Bu<strong>en</strong>o tratamos de mant<strong>en</strong>er el equilibrio, algunos arriba otros abajo,<br />

bu<strong>en</strong>os y malos mezc<strong>la</strong>ditos, no queremos demandas por discriminación.<br />

–¿Y el infi erno, el fuego?<br />

–Es que el infi erno no es tan infi erno. En realidad se parec<strong>en</strong>, un poco<br />

m<strong>en</strong>os de fl ores y pájaros, un poco más de calor y mosquitos, sino bastaría con<br />

dejarlos <strong>en</strong> <strong>la</strong> tierra, primer mundo, tercer mundo.<br />

–Ahhh. Es decir que puede que a un <strong>la</strong>drón le toque el cielo y a un bu<strong>en</strong><br />

samaritano, el infi erno, un político al cielo, otro al infi erno, no parece muy<br />

justo.<br />

–No, no, no…, sin exagerar, los políticos ti<strong>en</strong><strong>en</strong> un lugar aparte, junto con<br />

algunos ministros de economía, algunos músicos, asesores. Bu<strong>en</strong>o basta de<br />

char<strong>la</strong> t<strong>en</strong>emos una eternidad para hab<strong>la</strong>r, ahora van a v<strong>en</strong>ir tus pari<strong>en</strong>tes y te<br />

llevarán al ve<strong>la</strong>torio.<br />

–Yo dejé todo arreg<strong>la</strong>do.<br />

En el ve<strong>la</strong>torio, Aurora acostada <strong>en</strong> el ataúd y a su <strong>la</strong>do Ángel continúan…<br />

–¿Y ahora qué hago?<br />

–Nada, te t<strong>en</strong>és que quedar cal<strong>la</strong>da dejando que tus amigos te despidan.<br />

Se acercan los sobrinos:<br />

–¡Ay tía!, como te vamos a extrañar –dijo uno llorando.<br />

–Qué ve<strong>la</strong>torio tan elegante elegiste –dijo otro.<br />

–Espero que no haya gastado todo el dinero –agregó el tercero.<br />

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