Despiertos en la lluvia ED01_11287.indd - Aula Avatares
Despiertos en la lluvia ED01_11287.indd - Aula Avatares
Despiertos en la lluvia ED01_11287.indd - Aula Avatares
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
10<br />
TERESA DEL VALLE BARUZZI<br />
VIAJE<br />
El Doctor Thomas Bri<strong>en</strong> reconocido psiquiatra estadounid<strong>en</strong>se, está<br />
radicado <strong>en</strong> Bu<strong>en</strong>os Aires, explota <strong>la</strong> parasicología, el nebuloso campo de<br />
f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>os paranormales, pero por sobre todo se especializa <strong>en</strong> Terapias De<br />
Regresión De Vidas Pasadas. Decidí acudir a su consultorio, <strong>en</strong> el elegante<br />
Barrio de Recoleta, una fría y desteñida mañana de invierno. Al llegar debí<br />
aguardar unos mom<strong>en</strong>tos <strong>en</strong> <strong>la</strong> sa<strong>la</strong> de espera. El ambi<strong>en</strong>te era cálido, con colores<br />
t<strong>en</strong>ues y cuadros <strong>en</strong> prolijas hileras, cuando abrió <strong>la</strong> puerta del consultorio<br />
el Doctor, me reconoció de inmediato, a pesar de haber transcurrido casi veinte<br />
años, de nuestros anteriores <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tros. Mi padre, y él, médicos del Hospital<br />
Rawson t<strong>en</strong>ían hermosos y gratos recuerdos de sus años de juv<strong>en</strong>tud. Después<br />
de saludarnos muy efusivam<strong>en</strong>te, el doctor Thomas me preguntó, sobre el motivo<br />
de <strong>la</strong> consulta, a lo que le respondí un tanto avergonzada, que me s<strong>en</strong>tía<br />
muy confundida, por cosas que estaba vivi<strong>en</strong>do. Con una infi nita paci<strong>en</strong>cia<br />
y dulzura me calma y me explica, que <strong>la</strong> m<strong>en</strong>te también ti<strong>en</strong>e males, como<br />
cualquier órgano de nuestro cuerpo. Le com<strong>en</strong>to que mi vida transcurre sin<br />
sobresaltos económicos, soy traductora de inglés y francés, <strong>en</strong> una importante<br />
empresa naviera, además poseo un pequeño departam<strong>en</strong>to <strong>en</strong> Olivos y mis<br />
vacaciones transcurr<strong>en</strong> <strong>en</strong> <strong>la</strong> costa Atlántica, con algunos viajes a Europa. Mi<br />
gran y doloroso problema, son <strong>la</strong>s horribles pesadil<strong>la</strong>s, que desde niña vivía y<br />
ahora de grande, se ac<strong>en</strong>tuaban cada día más. En <strong>la</strong>s pesadil<strong>la</strong>s acud<strong>en</strong> voces<br />
que me susurran y no alcanzo a <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der. Veo <strong>en</strong> el<strong>la</strong>s un bello rostro fem<strong>en</strong>ino<br />
nacarado, que emerge siempre de un estanque, que a mi parecer esa bel<strong>la</strong><br />
mujer, es una princesa egipcia o algo simi<strong>la</strong>r. Esto me llevó a consumir literatura<br />
referida al antiguo Egipto. El médico me escuchaba sin mediar pa<strong>la</strong>bra,<br />
yo proseguía con mi re<strong>la</strong>to. En mi primer viaje a Europa, concurrí al museo<br />
de egiptología <strong>en</strong> Londres, deambulé por sus espléndidas galerías, ll<strong>en</strong>as de<br />
antigüedades y al <strong>en</strong>trar <strong>en</strong> <strong>la</strong> sección del Antiguo Egipto, mi pulso aceleró,<br />
me vi presa del miedo y <strong>la</strong> angustia, ¿qué buscaba allí?, ni yo misma lo sabía.<br />
Me movía con l<strong>en</strong>titud maravil<strong>la</strong>da ante esos mudos objetos bellísimos custodios<br />
del pasado y voceros del futuro. En este preciso mom<strong>en</strong>to mi at<strong>en</strong>ción se<br />
c<strong>en</strong>tra <strong>en</strong> un hombre que observa embelesado, <strong>la</strong> vitrina donde se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra el<br />
Escarabajo Sagrado. Nos miramos <strong>la</strong>rgam<strong>en</strong>te sin decir una pa<strong>la</strong>bra s<strong>en</strong>tí mi<br />
boca reseca, y luego no dejé de p<strong>en</strong>sar <strong>en</strong> él y <strong>en</strong> el escarabajo sagrado símbolo<br />
de <strong>la</strong> eternidad. El doctor me confesó no saber nada sobre cuestiones de egiptología,<br />
pero que apasionarse por ello no signifi caba acudir al consultorio, le<br />
contesté que después de aquel episodio no t<strong>en</strong>ía paz. Se reiteraba mi sueño de<br />
<strong>la</strong> princesa que me hab<strong>la</strong> sin poder yo escuchar<strong>la</strong>. Pregunto si padezco algún