15.05.2013 Views

Despiertos en la lluvia ED01_11287.indd - Aula Avatares

Despiertos en la lluvia ED01_11287.indd - Aula Avatares

Despiertos en la lluvia ED01_11287.indd - Aula Avatares

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

72<br />

MIRIAN CLAUDIA LÓPEZ CAMPORRO<br />

Sintió <strong>la</strong> respiración <strong>en</strong> su cuello, <strong>la</strong> embriagó su perfume y al oído escuchó:<br />

–Decime que sí, por favor. –La abrazó con <strong>la</strong> ternura de un amante y <strong>la</strong><br />

fortaleza de un hombre.<br />

Hoy sigu<strong>en</strong> juntos. ¿Difer<strong>en</strong>cia de edad? No existe, viv<strong>en</strong> <strong>en</strong> <strong>la</strong> misma<br />

dim<strong>en</strong>sión.<br />

LA MIRADA DEL TREN<br />

Desde hace mucho tiempo me persigue una inquietud que creía peculiar.<br />

Y digo creía porque al com<strong>en</strong>tarlo <strong>en</strong> rueda de amigos o <strong>en</strong> alguna reunión<br />

familiar, advertí que no era el único que <strong>la</strong> sufría. Muchos confesaron <strong>la</strong> misma<br />

manía, otros rieron <strong>en</strong> forma burlona, algunos me miraron con lástima<br />

crey<strong>en</strong>do que no estaba demasiado cuerdo.<br />

Mi obsesión se hacía siempre pres<strong>en</strong>te allí donde había g<strong>en</strong>te desconocida.<br />

Podía suceder <strong>en</strong> <strong>la</strong> co<strong>la</strong> de un banco, <strong>en</strong> el subte, <strong>en</strong> el tr<strong>en</strong>… Ahí com<strong>en</strong>zaba<br />

a mirar a <strong>la</strong>s personas e imaginar historias según su rostro, sus actitudes, sus<br />

gestos. Todo me servía para fantasear. La triste mirada de una humilde mujer,<br />

una conversación <strong>en</strong>tre hombres trajeados, <strong>la</strong>s carcajadas histéricas de un<br />

grupo de adolesc<strong>en</strong>tes hasta aquellos que daban el aspecto de espectros sólo<br />

se dejaban llevar.<br />

Pero esa manía se convirtió <strong>en</strong> obsesión cuando <strong>la</strong> vi. No ost<strong>en</strong>taba gran<br />

belleza, s<strong>en</strong>cil<strong>la</strong> al vestir y maquil<strong>la</strong>da con delicadeza. Desde que <strong>la</strong> descubrí<br />

<strong>en</strong> aquel tr<strong>en</strong> no pude dejar de observar<strong>la</strong>. Día tras día coincidíamos: el mismo<br />

vagón, <strong>la</strong> misma hora.<br />

También se repetían <strong>en</strong> el viaje los mismos rostros. Cotidiana rutina. Advertí<br />

<strong>la</strong> pres<strong>en</strong>cia de una mujer mayor que me miraba sin pestañar. Al principio<br />

me intimidó, mas luego no me importó su pres<strong>en</strong>cia.<br />

El<strong>la</strong> ya había captado mi at<strong>en</strong>ción. Lo que más me atrajo fue su mirada.<br />

Ti<strong>en</strong>e unos hermosos ojos verdes con destellos de inoc<strong>en</strong>cia y tristeza. A veces<br />

los manti<strong>en</strong>e muy abiertos como pret<strong>en</strong>di<strong>en</strong>do t<strong>en</strong>er poderes para cambiar <strong>la</strong><br />

realidad. Otras parece t<strong>en</strong>er un velo, lágrimas a punto de estal<strong>la</strong>r. Su pres<strong>en</strong>cia<br />

diaria logró que ignorara al resto de los pasajeros. Aún a <strong>la</strong> dama de edad,<br />

que me observaba sin disimulo. Ya no me interesaba inv<strong>en</strong>tar historias, quería<br />

conocer <strong>la</strong> suya. Una que otra vez int<strong>en</strong>té un diálogo estúpido y común. Sólo<br />

me miró y sonrió. Bu<strong>en</strong>o, dije, no es poco.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!