Despiertos en la lluvia ED01_11287.indd - Aula Avatares
Despiertos en la lluvia ED01_11287.indd - Aula Avatares
Despiertos en la lluvia ED01_11287.indd - Aula Avatares
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
DESPIERTOS EN LA LLUVIA<br />
–Será por eso, porque soy linda e intelig<strong>en</strong>te soy perfecta. Sólo un hombre<br />
perfecto puede estar a mi <strong>la</strong>do.<br />
–Ya llegó.<br />
–¿Tu cita?<br />
–No, tu hombre perfecto.<br />
Rieron juntos. Hab<strong>la</strong>ron de mil cosas. Y se despidieron como bu<strong>en</strong>os<br />
amigos.<br />
Volvió a su casa, su rutina, <strong>la</strong> realidad. Pero ese <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tro le cambió el<br />
humor. Recordaba <strong>la</strong> situación y se reía de ese chico desfachatado que osó<br />
<strong>en</strong>trar <strong>en</strong> su vida.<br />
Como de costumbre, regresó al bar, música, lectura. La misma esc<strong>en</strong>a, el<br />
jov<strong>en</strong> se s<strong>en</strong>tó fr<strong>en</strong>te a el<strong>la</strong>.<br />
–Ja ja, ¿otra cita?<br />
–Algo así– le respondió con su mejor sonrisa.<br />
–T<strong>en</strong>drías que cambiar de bar. La otra vez tu cita no llegó.<br />
–Igual <strong>la</strong> pasé bi<strong>en</strong> con vos –redob<strong>la</strong> <strong>la</strong> apuesta.<br />
–Yo también –se puso nerviosa– pero…<br />
–No sigas, sos una mujer mayor, yo soy un chico y b<strong>la</strong> b<strong>la</strong> b<strong>la</strong>… Me<br />
gustás.<br />
La dejó sin pa<strong>la</strong>bras. Hacía tiempo que su corazón no vibraba como mujer.<br />
Sus ojos se empañaron. Ya no le servía <strong>la</strong> ironía ni <strong>la</strong>s máscaras. Era hermoso<br />
pero imposible.<br />
–Creo que t<strong>en</strong>dríamos que dejar <strong>la</strong>s cosas así.<br />
–¿Por qué tu miedo? Siempre a <strong>la</strong> def<strong>en</strong>siva. Dejate querer, déjate desear–<br />
y mi<strong>en</strong>tras lo decía <strong>la</strong> miraba a los ojos. Encantador, seductor.<br />
–Creo que estás muy loco y sos muy arriesgado.<br />
–Me gusta <strong>la</strong> adr<strong>en</strong>alina y de loco todos t<strong>en</strong>emos un poco. Perdón llegó<br />
mi cita.<br />
–Ok.<br />
Quedó so<strong>la</strong> <strong>en</strong> <strong>la</strong> mesa. Aturdida. El<strong>la</strong> supo desde un principio que esto no<br />
iba a funcionar. Quedará como un bu<strong>en</strong> recuerdo. Volvió a su lectura.<br />
El mozo se acercó con una rosa, una caja de bombones y un sobre.<br />
–Disculpe señora, me pidieron que se lo <strong>en</strong>tregara.<br />
Miró alrededor desori<strong>en</strong>tada. Abrió el sobre. “¿C<strong>en</strong>arías conmigo?”.<br />
71