Despiertos en la lluvia ED01_11287.indd - Aula Avatares
Despiertos en la lluvia ED01_11287.indd - Aula Avatares
Despiertos en la lluvia ED01_11287.indd - Aula Avatares
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
52<br />
CARMEN FLORENTÍN CABRERA<br />
–Así es que este es el lugar que tanto resguardabas, siempre te gustó todo<br />
lo viejo, lo usado pero con poco pasado.<br />
–Qué raro que dejaste todos los sombreros que le daban el toque al personaje,<br />
como siempre decías. Pero mir<strong>en</strong> si hasta ti<strong>en</strong>e reproducidas <strong>la</strong>s cabezas<br />
de esas tres mujeres que perdieron <strong>la</strong> cordura por vos… mirá que t<strong>en</strong>és que<br />
ser turro, ah pero si me quedé corta, t<strong>en</strong>és <strong>la</strong> cabezas de esos dos pobres tipos<br />
a qui<strong>en</strong>es le sacaste el amor de sus vidas.<br />
La bicicleta <strong>la</strong> colgaste también, no podías con tu g<strong>en</strong>io o t<strong>en</strong>ías miedo<br />
que te lleve por el otro camino, ese que termina justo <strong>en</strong> <strong>la</strong> casa de el<strong>la</strong>.<br />
¿Mirá?, el dado, ahora <strong>en</strong>ti<strong>en</strong>do cuando me decías no lo decido yo… siempre<br />
fuiste cobarde, no sé de qué me asombro.<br />
¿A que el<strong>la</strong> anduvo por acá?, ese perfume rancio mezc<strong>la</strong> de colonia La<br />
Franco Inglesa y naftalina, otra que conserva todo a cualquier precio como<br />
vos. Debe mirarte por <strong>la</strong> v<strong>en</strong>tana de <strong>la</strong> cocina y p<strong>en</strong>sar “como diría mi abue<strong>la</strong>,<br />
todo potro viejo termina domado” Shh creo que ahí subís para estar con tus<br />
recuerdos. Sabés, te perdono porque no he visto mi cabeza. Espero que <strong>la</strong><br />
hayas guardado <strong>en</strong> tu corazón.<br />
UN CASAMIENTO MUY POBRE<br />
CON UN OCULTO SECRETO<br />
Pancrasia Estigarribia mucama de mi archi<strong>en</strong>emiga Mónica Alderete se<br />
casaba de una forma muy apurada y precaria. El salón que eligió fue un quincho<br />
que había pert<strong>en</strong>ecido a un colegio ya abandonado, yo había sido invitada<br />
nada más porque me ofrecí por si necesitaban de mi ayuda, solo me pidieron<br />
que co<strong>la</strong>bore con los c<strong>en</strong>tros de mesas, el carbón, el pan, diez <strong>la</strong>tas de duraznos<br />
<strong>en</strong> almíbar para el postre, y el traje de mi marido para el novio, ya que ambos<br />
eran petisos. Mi g<strong>en</strong>erosidad y mi astucia para organizar ev<strong>en</strong>tos notó que faltaban<br />
algunos detalles más. Un desodorante para el baño, papel higiénico, un<br />
pequeño botiquín de primeros auxilios y un bidón de keros<strong>en</strong>e para <strong>la</strong>s estufas<br />
ya que era pl<strong>en</strong>o julio. El ansiado día llegó y yo tuve que cambiar mi tapado<br />
de zorro p<strong>la</strong>teado por el viejo de nutria sin depi<strong>la</strong>r para no des<strong>en</strong>tonar con<br />
los invitados. Mónica Alderete como siempre queri<strong>en</strong>do sobresalir, llevó uno<br />
de zorro colorado <strong>la</strong>rgo hasta los pies. No bi<strong>en</strong> llegué observé que el cotillón<br />
había sido prestado, <strong>en</strong> uno decía “Feliz cumpleaños” <strong>en</strong> otro “Feliz Navidad”<br />
y hasta había un pasacalles “Estamos felices y orgullosos de vos, Bi<strong>en</strong>v<strong>en</strong>ida