Despiertos en la lluvia ED01_11287.indd - Aula Avatares
Despiertos en la lluvia ED01_11287.indd - Aula Avatares
Despiertos en la lluvia ED01_11287.indd - Aula Avatares
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
DESPIERTOS EN LA LLUVIA<br />
tanta soledad, apr<strong>en</strong>dió de los animales, que había llegado el mom<strong>en</strong>to de<br />
parir.<br />
Delfín, nació a <strong>la</strong> par del 25 de diciembre, <strong>en</strong> un colchón de paja, sin rebozo,<br />
<strong>en</strong>vuelto <strong>en</strong> trapos gastados. En <strong>la</strong> casa, brindaban por el salvador que<br />
llegó guiado por estrel<strong>la</strong>s. Sus gemidos se perdieron <strong>en</strong> el aire, el l<strong>la</strong>nto niño le<br />
borró <strong>la</strong> tristeza, b<strong>la</strong>nco como <strong>la</strong> luna ll<strong>en</strong>a. Hambri<strong>en</strong>to, se pr<strong>en</strong>dió al pecho<br />
mor<strong>en</strong>o. La madre, olvidó. Sepultó, el atardecer de su martirio. Abrazada al<br />
tibio cuerpo, casi, dio gracias al verdugo. Doblegada con su carga de leña, <strong>la</strong><br />
madre sonríe, el primogénito corre fr<strong>en</strong>te a el<strong>la</strong>. Un coche negro y lustroso<br />
como toro bravío, se deti<strong>en</strong>e. Impon<strong>en</strong>te. Suntuoso. El niño no teme. La madre<br />
tiemb<strong>la</strong>. ¿A quién pedir ayuda? Todos le han dado <strong>la</strong> espalda, hasta el cura<br />
de <strong>la</strong> Capil<strong>la</strong>, le negó el bautismo. Siempre solos, <strong>en</strong> <strong>la</strong>s ruinas de <strong>la</strong> casa. El<br />
hombre, huele a carbones <strong>en</strong>c<strong>en</strong>didos. Baja del coche, exti<strong>en</strong>de los brazos.<br />
Abraza al niño. La madre quiere protegerlo. L<strong>la</strong>ma. Implora. El jadeo de fi era,<br />
profana el aire del atardecer. El coche inicia su marcha. Corre deso<strong>la</strong>da, los<br />
brazos abiertos <strong>en</strong> cruz. Quiere det<strong>en</strong>er al impío. El hijo ríe, el padre ríe cuando<br />
<strong>la</strong> sangre mártir cubre el parabrisas.<br />
El cuerpo muti<strong>la</strong>do, se funde <strong>en</strong> <strong>la</strong> tierra, una leve llovizna <strong>la</strong> consagra,<br />
el aire, aroma a lirios.<br />
LAS TINIEBLAS TAN TEMIDAS<br />
Despierto. Con <strong>la</strong>s pestañas, atrapo un sueño recién nacido. T<strong>en</strong>go que<br />
aprovechar el mom<strong>en</strong>to, el Contro<strong>la</strong>dor de sueños se acerca. No debe <strong>en</strong>contrarlo.<br />
Ya he visto de qué se trata su trabajo. Toma al recién nacido y lo coloca<br />
sobre una mesa b<strong>la</strong>nca y fría. Hasta los más olvidadizos sab<strong>en</strong>, que los recién<br />
nacidos, necesitan calor. Pero allí quedan los pobrecitos, tiritando y luego esa<br />
luz que los <strong>en</strong>ceguece. No me atreví a ver el fi nal. Debo ocultarlo, lo colocaré<br />
<strong>en</strong>tre los libros. Nadie se ocupa de ellos, son el mejor escondite. Ellos guardan<br />
ternura y quizá, alguno, t<strong>en</strong>ga una nana para susurrarle. Eso dic<strong>en</strong>.<br />
Desayuno. Vestido de b<strong>la</strong>nco, está el que repite: Cuchaaara y me muestra<br />
cómo se lleva a <strong>la</strong> boca. Me divierto, cargo el té con leche con el preciado<br />
instrum<strong>en</strong>to y cuando mi <strong>en</strong>tr<strong>en</strong>ador, sonríe satisfecho, descargo el líquido<br />
d<strong>en</strong>tro de mi oreja. Me espera <strong>la</strong> que pregunta, no le contestaré. El<strong>la</strong> no <strong>en</strong>ti<strong>en</strong>de.<br />
En el mundo, que r<strong>en</strong>ace, cuando el sol se junta con <strong>la</strong> línea oscura, están<br />
los que contro<strong>la</strong>n. Allí no pued<strong>en</strong> <strong>en</strong>trar los que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> recuerdos, esos que<br />
35