15.05.2013 Views

Despiertos en la lluvia ED01_11287.indd - Aula Avatares

Despiertos en la lluvia ED01_11287.indd - Aula Avatares

Despiertos en la lluvia ED01_11287.indd - Aula Avatares

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

DESPIERTOS EN LA LLUVIA<br />

143<br />

–De que accid<strong>en</strong>te hablás. Vos eras <strong>la</strong> primera <strong>en</strong> odiarlo. Los celos te<br />

consumían. Yo hice de todo para que te dieras cu<strong>en</strong>ta Li<strong>la</strong>. Él no te merecía.<br />

Aj<strong>en</strong>o a <strong>la</strong> discusión, Federico no olvida. Como cascadas, igual que el río<br />

rápido, <strong>la</strong>s imág<strong>en</strong>es pasan una tras otra. Todavía retumba el bramido del agua<br />

y el grito agudo de su amigo.<br />

–Nunca <strong>en</strong>contraron el cuerpo.<br />

–No seas iluso Federico. Lo vimos caer.<br />

–Lo veo <strong>en</strong> <strong>la</strong> calle, <strong>en</strong> mis sueños, <strong>en</strong> los rincones de <strong>la</strong> casa, <strong>en</strong> el trabajo.<br />

–Es tu conci<strong>en</strong>cia. No pudo haber sobrevivido.<br />

–Ese es tu deseo, ¿Cierto Casandra?, así t<strong>en</strong>drías chance de estar con el<strong>la</strong>.<br />

¿Creés que no me doy cu<strong>en</strong>ta?, ¿Creés que soy estúpido?<br />

En el c<strong>en</strong>tro de <strong>la</strong> pausa se escuchan <strong>la</strong>s lágrimas de Li<strong>la</strong>, que mojan <strong>la</strong><br />

última foto donde <strong>la</strong> felicidad los juntó a los cuatro. Su<strong>en</strong>a <strong>la</strong> campañil<strong>la</strong> del<br />

teléfono y hace que el sil<strong>en</strong>cio sea más p<strong>en</strong>etrante. Los tres se miran. Esperan<br />

que algui<strong>en</strong> dé <strong>la</strong> ord<strong>en</strong>. El<strong>la</strong> adquiere valor, levanta el auricu<strong>la</strong>r y con voz<br />

temblorosa responde.<br />

–Ho<strong>la</strong>, ho<strong>la</strong> ¿Sos vos?…<br />

DICE LLAMARSE ROCÍO<br />

En <strong>la</strong> casa no se oyó el ruido sobre el pasto. La granja ti<strong>en</strong>e pocas hectáreas<br />

pero <strong>la</strong>s sufi ci<strong>en</strong>tes para amortiguar los sonidos. Rocío, una típica niña<br />

de siete años única hija de <strong>la</strong> pareja, saborea el café con leche del tambo familiar.<br />

Esa mañana, los perros recib<strong>en</strong> a unas personas con atu<strong>en</strong>dos b<strong>la</strong>ncos<br />

cubiertos de pies a cabeza. Uno de ellos que vestía traje oscuro atina a golpear<br />

<strong>la</strong> puerta, pero los <strong>la</strong>dridos hac<strong>en</strong> que se abra antes de lo previsto.<br />

–Bu<strong>en</strong>os días, señora –saludó el ofi cial y mostró una p<strong>la</strong>ca– V<strong>en</strong>imos a<br />

inspeccionar el aérea.<br />

–¿Por qué? T<strong>en</strong>emos todo <strong>en</strong> ord<strong>en</strong>.<br />

–No es una inspección de rutina, hay sospechas que un trozo del satélite<br />

pudo haber caído por aquí.<br />

La mujer, que escuchó <strong>la</strong> noticia por <strong>la</strong> radio, no le quedó más remedio<br />

que dejarlos examinar. Espero se vayan pronto, mi<strong>en</strong>tras limpia los trastos del

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!