Despiertos en la lluvia ED01_11287.indd - Aula Avatares
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NORMA VINCIGUERRA<br />
La pregunta hace a Li<strong>la</strong> quebrar <strong>la</strong> muñeca que sosti<strong>en</strong>e <strong>la</strong> humeante tetera.<br />
Con un trapo limpia el líquido cali<strong>en</strong>te mi<strong>en</strong>tras pi<strong>en</strong>sa una respuesta al<br />
sarcasmo de su amiga.<br />
–Bi<strong>en</strong>, <strong>en</strong> el exterior.<br />
La conversación los lleva a revivir, desde el comi<strong>en</strong>zo de <strong>la</strong> secundaria<br />
hasta el viaje de egresados. Los cuatro eran unidos. Siempre juntos a todos<br />
<strong>la</strong>dos. Hasta el último día.<br />
–Chicas, ¿Se acuerdan cuando Ezequiel le robó el exam<strong>en</strong> a <strong>la</strong> de historia?<br />
Es g<strong>en</strong>ial. Se mandó una de misión imposible. Gracias a él aprobamos el fi nal.<br />
–Me acuerdo. Si me llevaba alguna materia mi viejo me hubiese cortado<br />
hasta <strong>la</strong>s l<strong>la</strong>madas telefónicas. ¿Vos t<strong>en</strong>és que recordarlo <strong>en</strong> especial?, ¿Verdad<br />
Li<strong>la</strong>?<br />
–Como ustedes. Ezequiel es especial.<br />
–Sí, salíamos de levante. Él siempre fue un ganador. No había minita que<br />
se resistiera. Y yo ligaba de rebote.<br />
–A todas les gustaba. M<strong>en</strong>os a mí, yo estoy <strong>en</strong> otra. Li<strong>la</strong> puede hab<strong>la</strong>r<br />
sobre eso.<br />
–¿Qué querés decir? Terminá con tus com<strong>en</strong>tarios irónicos.<br />
–Si se daba <strong>la</strong> oportunidad te echabas sobre él.<br />
–La oportunidad no se dio por qué vos estabas continuam<strong>en</strong>te metida <strong>en</strong><br />
medio.<br />
–Se realista Li<strong>la</strong>. Jamás se fi jó <strong>en</strong> vos. A Ezequiel no le gustaban <strong>la</strong>s<br />
mujeres insulsas.<br />
Casandra sabe cómo herir<strong>la</strong>. Sabe de su s<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>to. También sabe de<br />
des<strong>en</strong>gaños, de no ser correspondida, de cal<strong>la</strong>r por amor.<br />
–Casandra, Li<strong>la</strong>, por favor. ¿Qué es todo esto?<br />
–No te hagas el des<strong>en</strong>t<strong>en</strong>dido. O te olvidaste de aquello.<br />
–No sé a qué te referís.<br />
–De Bariloche, de <strong>la</strong> excursión, de los rápidos.<br />
Las pa<strong>la</strong>bras de Casandra atravesaron <strong>la</strong> memoria de Federico. La riña<br />
<strong>en</strong>tre ellos dos. Cada vez más fuerte. Recordó su risa de bur<strong>la</strong>, de agrandado,<br />
de sabelotodo. La furia. Los empujones. Los golpes de puño. El horror.<br />
–Basta, basta. No pudimos impedirlo. Fue un accid<strong>en</strong>te.