Despiertos en la lluvia ED01_11287.indd - Aula Avatares
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DESPIERTOS EN LA LLUVIA<br />
135<br />
–¿Apago?<br />
–Me da igual, el velo de mis ojos me permite imaginarte.<br />
–¿Y mañana? No sé, mañana me despertará <strong>la</strong> noche de una vez y para<br />
siempre.<br />
BUENOS AIRES<br />
Bril<strong>la</strong>n los pétalos de una fl or pesada al amanecer. Unas cuadras más<br />
al fondo, el río marrón acaricia <strong>la</strong>s oril<strong>la</strong>s de <strong>la</strong> ciudad de p<strong>la</strong>ta. Se hamacan<br />
sobre <strong>la</strong>s calles, los palos borrachos. Los canteros del Rosedal anuncian brotes<br />
de jacarandás.<br />
Se perfi <strong>la</strong> el rumor de voces cantando tangos antiguos. Un par de zapatos<br />
de tacón camina por Florida para <strong>en</strong>contrarse con su pareja y deleitar a los<br />
turistas con una milonga. Erguido a <strong>la</strong> sombra de los edifi cios de balcones<br />
grises, está él, echando su mirada por sobre los hombros de una ciudad convulsionada.<br />
Su impon<strong>en</strong>te altura deja perplejas a miles de cámaras fotográfi cas<br />
de ojos rasgados.<br />
Atardece sobre mi ciudad. Mañana, <strong>la</strong> luz del sol se co<strong>la</strong>rá por <strong>la</strong>s h<strong>en</strong>dijas<br />
de <strong>la</strong>s persianas de San Telmo.<br />
ESCAPADA DE FIN DE SEMANA<br />
Piedad, por favor, fíjese ad<strong>en</strong>tro si está todo <strong>en</strong> ord<strong>en</strong> antes de irnos. Recuerde<br />
que hasta el verano no volvemos y no quiero dejar nada fuera de lugar.<br />
Ya había recorrido el <strong>en</strong>orme jardín de <strong>la</strong> quinta y revisado todos los rincones.<br />
El portón del galponcito estaba con candado y <strong>la</strong>s v<strong>en</strong>tanas del quincho<br />
cerradas.<br />
Volvió a pasar por el garaje. El auto gris ya estaba <strong>en</strong> marcha con el tanque<br />
ll<strong>en</strong>o, para no perder tiempo <strong>en</strong> el viaje. Controló <strong>la</strong>s cubiertas y el agua.<br />
Pasó un trapo al parabrisas y lo secó. V<strong>en</strong>cido por el cansancio, se frotó los<br />
ojos y se puso los l<strong>en</strong>tes.