15.05.2013 Views

Despiertos en la lluvia ED01_11287.indd - Aula Avatares

Despiertos en la lluvia ED01_11287.indd - Aula Avatares

Despiertos en la lluvia ED01_11287.indd - Aula Avatares

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

DESPIERTOS EN LA LLUVIA<br />

105<br />

Deja lo que está haci<strong>en</strong>do y se dirige a cumplir con una guardia. Cuando<br />

Lucero queda so<strong>la</strong> revisa <strong>la</strong> docum<strong>en</strong>tación que ti<strong>en</strong>e Marta <strong>en</strong> su escritorio.<br />

Con una sonrisa diabólica rompe dos hojas ya foliadas, de un docum<strong>en</strong>to listo<br />

para <strong>en</strong>tregar. Entra personal de limpieza. Hace un bollo de papel y lo tira al<br />

cesto que pronto será vaciado. No dejó ningún rastro. Las horas se atropel<strong>la</strong>n<br />

sin dar tregua. El reloj marca <strong>la</strong> salida. Al otro día el personal de Alonso<br />

Propiedades vuelve a su rutina. Marta se si<strong>en</strong>ta como de costumbre <strong>en</strong> su<br />

escritorio. Su jefe se acerca.<br />

–Bu<strong>en</strong> día, Marta, dice con diplomacia.<br />

–Bu<strong>en</strong> día, Doctor Alonso, le responde con una voz amable. El doctor<br />

Alonso se inclina hacia los hombros de <strong>la</strong> muchacha.<br />

–Martita, necesito el boleto de compra de <strong>la</strong> Calle Obligado al 4000. Enseguida,<br />

Doctor, esbozó Marta.<br />

El Doctor Alonso toma <strong>la</strong> docum<strong>en</strong>tación y se va a su despacho. Al rato,<br />

<strong>la</strong> voz urg<strong>en</strong>te del Doctor <strong>la</strong> l<strong>la</strong>ma. Marta obedece. Cuando vuelve <strong>la</strong> palidez<br />

brota <strong>en</strong> su rostro. Sus <strong>la</strong>bios apretados acumu<strong>la</strong>n bronca. No <strong>en</strong>ti<strong>en</strong>de que<br />

pasó. Siempre es muy prolija y detallista. Una voz con sorna <strong>la</strong> devuelve al<br />

lugar<br />

–Te s<strong>en</strong>tís bi<strong>en</strong> Martita, le pregunta Lucero.<br />

El<strong>la</strong> vuelve <strong>la</strong> vista hacia su compañera. La mira fi jo.<br />

–Sí, Sí, todo está bi<strong>en</strong>, acota despacio.<br />

–¿Seguro? ¿no lo parece?<br />

–No te preocupes, Lucero. Seguí con tu trabajo.<br />

Marta está obnubi<strong>la</strong>da.<br />

No quiere maltratarse ni p<strong>en</strong>sar mal.<br />

–Martitaaaaa, volvé, insiste Lucero.<br />

Marta no contesta. El fi nal de <strong>la</strong> jornada <strong>la</strong> despabi<strong>la</strong>. Toma su cartera y<br />

camina hacia el pasillo. Es inútil no puede reponerse de lo que sucedió. Segura<br />

de haber hecho bi<strong>en</strong> su trabajo le cuesta compr<strong>en</strong>der esa situación. Hace un<br />

gesto de intolerancia cuando recuerda <strong>la</strong> mirada acusadora de su jefe. Las lágrimas<br />

inundan su cara y el maquil<strong>la</strong>je de los ojos se diluye dejando surcos. Se<br />

limpia <strong>la</strong> suciedad que ocasiona el l<strong>la</strong>nto y se va. Los días sigui<strong>en</strong>tes continúan<br />

sin nada <strong>en</strong> particu<strong>la</strong>r. Marta se esmera cada día Siempre fue muy responsable.<br />

–Ho<strong>la</strong>, Martita, <strong>la</strong> saluda Juan, con su cordialidad de siempre.<br />

–Juan, ¡qué alegría!! hacía tiempo que no te veía.<br />

–¿Tomaste vacaciones?

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!