Rafael Ortega Dominguez Parte 1 - Fiestabrava
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Apuntes biográficos y profesionales - I<br />
Viene de la página nº 82.<br />
con las tablas dentarias totalmente desarrolladas,<br />
hecho que coincide al cumplir un<br />
vacuno los cinco años. De aquellos toros<br />
lidiados con más de cinco años y hasta con<br />
ocho por Lagartijo y Frascuelo no se han<br />
vuelto a ver por las Plazas de Toros, aunque<br />
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> era de los poquísimos lidiadores<br />
que estos años, de las décadas que él<br />
toreaba, estaba capacitado para enfrentarse<br />
exitosamente a ellos. El Cordobés, que fue<br />
un parteaguas en la Fiesta Brava, le puso la<br />
guinda al pastel de forma definitiva y los<br />
minitoros e inválidos o de desecho, a los que<br />
se les podía hacer de todo tipo de mojigangas,<br />
quedaron establecidos para desgracia de<br />
nuestra Fiesta Nacional.<br />
Y pese a lo dicho, la reseña de aquella<br />
corrida de novillos dice que fue «una de las<br />
más completas de las que se han venido<br />
celebrando por estos contornos desde hace<br />
algunos años.» Pero, curiosamente, sigue<br />
diciendo: «Los toros de Benítez Cuberos<br />
resultaron desiguales», así que, «de las más<br />
completas», nada. De todas formas, los<br />
aficionados recordaban la tarde del anterior<br />
10 de julio el «triple triunfo y gran cartel» -<br />
precisamente con otra «corrida terciadita» de<br />
los Herederos de D. Carlos Núñez, y en la<br />
que también la terna salió a hombros de la<br />
Plaza Real, de ahí que los aficionados<br />
ofrecieran una buena entrada en todos los<br />
tendidos.<br />
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> recogió a su primero<br />
con seis verónicas, rematadas con media,<br />
para seguidamente comenzar el trasteo con<br />
la muleta dando dos muletazos por alto, cinco<br />
naturales y el de pecho. Otra tanda del mismo<br />
porte, más derechazos, el de la firma y tres<br />
ayudados, para terminar a su enemigo con<br />
una de sus magistrales estocadas, rodando<br />
de forma fulminante. Dos orejas y, según el<br />
cronista, con petición de rabo, que por cuenta<br />
cortó uno de sus subalternos y el diestro arrojó<br />
a la arena. A su segundo, cuarto de la tarde,<br />
lo recibió con tres verónicas y media, para<br />
no realizar ningún quite que mencionar. El<br />
84<br />
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />
burel presentó en el último tercio las<br />
consecuencias de haber sido picado en<br />
demasía y estaba quedado, así que <strong>Rafael</strong> le<br />
toreó por naturales lentos, varios derechazos,<br />
dos circulares, unos ayudados y tres manoletinas,<br />
acabándolo de un pinchazo hondo y<br />
una entera. Fuerte ovación, una oreja, vueltas<br />
y saludos.<br />
Jaime Ostos recogió a su primero con<br />
cinco verónicas y dos chicuelitas. Brindó a la<br />
concurrencia desde el centro del anillo,<br />
realizando seguidamente un largo trasteo con<br />
pases de todas las marcas, pero haciéndolo<br />
todo el torero, ya que el cornúpeta acometía<br />
sin ganas. Se impusieron los conocimientos<br />
del diestro, que hizo doblar al astado de media<br />
estocada muy efectiva. Cortó las dos orejas,<br />
siendo la tercera vez de las tres que la cruzó<br />
en triunfo, habiendo actuado en dicha plaza<br />
en seis ocasiones, en las que cortó 7 orejas.<br />
A su segundo enemigo, quinto del encierro,<br />
lo recibió con tres excelentes verónicas y un<br />
vistoso quite. Brindó la faena al empresario<br />
Francisco Casado, para seguidamente<br />
trastearlo por bajo y derechazos muy ceñidos,<br />
derramando valor; dos naturales, varios<br />
ayudados y en redondo, a un toro ya muy al<br />
borde del agotamiento por el exceso de<br />
castigo (minitoros, de poco peso y mucha<br />
vara, propios para espontáneos), para<br />
acabarlo con dos medias estocadas, para ser<br />
pitado en el arrastre, mientras que el diestro<br />
era ovacionado, saludando desde el tercio.<br />
El «Torero fraile» de Puerto Real<br />
recibió al su primero con cinco verónicas y al<br />
hacer un quite salió trompicado sin consecuencias.<br />
Con la muleta, pases por bajo,<br />
cinco naturales rematados con el de pecho,<br />
y otra serie de la misma firma con temple y<br />
mando, cerrándola con otro de pectoral.<br />
Después le dio sus peculiares manoletinas<br />
(8 y 9, a pie de la página 86), nuevos pases de<br />
todas las marcas, para acabar con un<br />
pinchazo bien señalado y una entera. Dos<br />
orejas. Relata el cronista que «cuando habían<br />
sonado los clarines para dar salida al último<br />
Pasa a la página nº. 86.<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA