Rafael Ortega Dominguez Parte 1 - Fiestabrava

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Apuntes biográficos y profesionales - I 56 Rafael Ortega Domínguez Viene de la página nº 54. éste había recibido la alternativa el (26-08- -No me corte usted el hilo, que quiero terminar diciéndole que la muleta de Bernardó fue primorosa y elegantísima en una faena que no tuvo el premio de las orejas por no rematar bien con el acero al cuadro de su labor; y de Joselito Huerta también le diré que muy aplaudido en sus dos mansos, aunque sus faenas fueron de menos relieve que las de sus compañeros y eso que buscó todos los resquicios para su lucimiento, pero hay que reconocer que, aunque hizo cosas muy estimables, su papel ha bajado considerablemente. -Total, que ya no le han quedado a usted ganas de toros para una temporada. -¿Qué dice usted, amigo? -«Enseguía» me pierdo yo la del domingo en Cádiz: Rafael Ortega, César Girón y Gregorio Sánchez, con los toros salmantinos de don Antonio Pérez Angoso. ¡Un plato fuerte! 1956: Septiembre: 02: Como dato adicional, en la última corrida del serial taurino del verano en la Plaza Real de El Puerto de Santa María, celebrada el (02-09-1956) –ese año se corrieron 3 corridas de toros, 4 novilladas y una función de El Bombero Torero-, tuvo como aliciente adicional la actuación del rejoneador D. Bernardino Landete, cuyo trabajo, con un toro de D. Luis Ramos Paúl, fue notable, pero no logró coronarlo debidamente porque el toro se vino abajo, por la abundante pérdida de sangre que le manaba del morrillo al ser adornado con varios rejones y rejoncillos, tras vistosa preparación y porfiada citas. Un buen par, colocado por el lado contrario; uno a dos manos, sacando bien la jaca, y que finalizó con un rejón de muerte, del que dobló el agónico animal ayudado por los capotes, logrando D. Bernardino una oreja. Al rejoneador siguieron los matadores Guillermo Carvajal y Juan Antonio Romero – 1956) también en la Plaza Real de El Puerto, de manos de Miguel Báez (Litri III) y de testigo Antonio Ordóñez-, quienes en un mano a mano se encargaron de la lidia de seis toros de D. Luis Ramos Paúl, llevando como sobresaliente a José González (Pepillo). Carvajal –si bien ni él, ni Romero, salvo algunos detalles esporádicos, quisieron y no pudieron, y eso sí, todos los toros fueron picados con saña, lo que provocó la indignación de los espectadores, porque vieron que los toros, con una media de 520 kilos en vivo, traían casta, temperamento y bríos… y había que acabar con ellos en la pelea con los picadores-, se hizo aplaudir en su primero, fugitivo con la percalina en las cuatro verónicas de salida, un farol de rodilla y vistoso remate, como asimismo en su quite con el capote a la espalda. Empezó la faena con pases de trasteo y la terminó sin cuajar un solo muletazo, seguido de otro trasteo, que no fue suficiente, aunque mató sin puntilla, para pasear una oreja. En su segundo codilleó en exceso con el capote y compuso una «faenita» variada y artística, que pronto quedó silenciada con el mal uso estoque. A su tercero le dio una serie de capotazos desganados, sin hacer nada en quites, volviendo a los pases de pendientes, señalando un pinchazo hondo, seguido de una buena estocada. Sacó Carvajal mejor tajada en los quites alternando en los toros de su compañero de fatiga y colocó un buen par que le ofreciera Juan Antonio en el sexto, aguantando y clavando al cuarteo, después de mucha preparación. El jerezano Romero, no hizo nada con el capote a su primero, permitiendo que se produjera un herradero en el tercio de varas, para después colocar tres buenos pares, mismos que se aplaudieron; el tercero partiendo desde el estribo hacia fuera. Comenzó la faena con pedresinas, rodillazos, algunos buenos con la derecha, adornos por alto, otros atropellados, matando muy malamente, por lo que fue ruidosamente pitado. El PUERTO de SANTA MARÍA

Rafael Ortega Domínguez En su segundo, que echaba la cara al suelo desde la salida, lo lanceó con excesiva precauciones. Después banderilleó con apatía, por lo que no caldeó el ambiente, muleteando desconfiado y al primer gañafón que le tiró el bicho con el izquierdo que tenía escobillado, naufragó, perdiendo los papeles con la espada, escuchando música de viento por los morenos. En el sexto, de buena estampa y adornado su teztón se formó un batiburillo de capatazos, saliendo prendido un peón por la chaquetilla. Se acrecentó el burel en el tercio de varas, donde no se hizo nada a derechas. Juan Antonio, en fin, realizó una faena distanciada y movida, y entre huyendo, atravesó a Cachivache, marcado con el número 83 en la solapa y de pelaje negro chorreado, después de un sangriento conato de descabello, «nos echó a la calle, dando fin de la corrida y de nuestro aburrimiento.» En resumen o perspectiva histórica andaluza, en la Plaza de Toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, se celebraron veintidós festejos: ocho corridas y catorce novilladas, más el festival del Arma de Aviación. Este año hubo dos alternativas, las de Gregorio Sánchez, que además resultó gravemente herido, el (01-04-1956), y Pepe Cáceres, el (30-09-1956), ambos apadrinados por Antonio Bienvenida, con Joselito Huerta y José María Martorell por testigos, respectivamente, y con reses de Buendía en ambos casos. Triunfaron Rafael Ortega, que cortó dos orejas rabo en la tradicional miurada; Antonio Ordóñez y César Girón. El general Franco asistió a la última corrida de la Feria de Abril. César Girón, con sesenta y una corrida, y Gregorio Sánchez, con cincuenta y nueve, fueron los los primeros en el escalafón de matadores. 1957: Marzo: 19: Seis novillos de D. José Villar Vega dieron realmente su vida peleando en el ruedo de la emblemática Plaza Real de El Puerto El PUERTO de SANTA MARÍA Apuntes biográficos y profesionales - I de Santa María, como lo hicieron a lo largo de siglos muchos de sus hermanos para la realización de obras benéficas, en este caso, destinando los ingresos de una novillada «en pro de nuestra remozada y progresista ciudad del Guadalete», en la que se corrieron seis novillotes por parte de Rafael Ortega Domínguez, Manolo Vázquez y el jerezano Juan Antonio Romero, que había recibido su alternativa en nuestro coso, de manos de Miguel Báez (Litri III) y de testigo Antonio Ordóñez, la tarde del (26-08-1957). Se trató de un «Gran Festival Benéfico» patrocinado por el Excmo. Ayuntamiento y según la oportuna reseña aparecida al día siguiente, «bajo la mirada expectante de más de media plaza ocupada…» Así que ya va de viejo la falta de solidaridad entre los portuenses, como vienen haciendo con AFANA y otras instituciones benéficas de ayuda a los discapacitados ¿Acaso en esta ocasión no les interesaba que embellecieran su propia Ciudad? Se da por sabido que a nivel artístico, todo este tipo de festivales –primero que conocimos de Rafael Ortega en El Puerto-, les sirven a los toreros como entrenamiento, especialmente si como éste, celebrado el (19-04-1957); es decir, a principio de la temporada, también les son útiles en ocasiones como las mejores oportunidades para reconciliarse con cualquier mala actuación que hubiesen dejado en anteriores corridas. Decimos esto, porque fue el caso de Juan Antonio Romero, que tuvo la oportunidad de desquitarse de su pasada pésima corrida, la del (02-09-1956) en nuestra plaza, y que en el festival, con sus acertadas faenas, dejó limpio «ese empinado sendero que se labran los valientes, poniendo a contribución los mejores deseos para lograr el triunfo, que fue lo que consiguió por completo, cortándole las orejas a sus dos enemigos y saliendo de la Plaza Real a hombros, dando con ello un aldabonazo en las conciencia de los empresarios para inclinarlos a firmar contratas. 57

Apuntes biográficos y profesionales - I<br />

56<br />

<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />

Viene de la página nº 54. éste había recibido la alternativa el (26-08-<br />

-No me corte usted el hilo, que quiero<br />

terminar diciéndole que la muleta de Bernardó<br />

fue primorosa y elegantísima en una faena<br />

que no tuvo el premio de las orejas por no<br />

rematar bien con el acero al cuadro de su<br />

labor; y de Joselito Huerta también le diré que<br />

muy aplaudido en sus dos mansos, aunque<br />

sus faenas fueron de menos relieve que las<br />

de sus compañeros y eso que buscó todos<br />

los resquicios para su lucimiento, pero hay<br />

que reconocer que, aunque hizo cosas muy<br />

estimables, su papel ha bajado considerablemente.<br />

-Total, que ya no le han quedado a<br />

usted ganas de toros para una temporada.<br />

-¿Qué dice usted, amigo?<br />

-«Enseguía» me pierdo yo la del<br />

domingo en Cádiz: <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>, César<br />

Girón y Gregorio Sánchez, con los toros<br />

salmantinos de don Antonio Pérez Angoso.<br />

¡Un plato fuerte!<br />

1956:<br />

Septiembre:<br />

02:<br />

Como dato adicional, en la última<br />

corrida del serial taurino del verano en la Plaza<br />

Real de El Puerto de Santa María, celebrada<br />

el (02-09-1956) –ese año se corrieron 3<br />

corridas de toros, 4 novilladas y una función<br />

de El Bombero Torero-, tuvo como aliciente<br />

adicional la actuación del rejoneador D.<br />

Bernardino Landete, cuyo trabajo, con un toro<br />

de D. Luis Ramos Paúl, fue notable, pero no<br />

logró coronarlo debidamente porque el toro<br />

se vino abajo, por la abundante pérdida de<br />

sangre que le manaba del morrillo al ser<br />

adornado con varios rejones y rejoncillos, tras<br />

vistosa preparación y porfiada citas. Un buen<br />

par, colocado por el lado contrario; uno a dos<br />

manos, sacando bien la jaca, y que finalizó<br />

con un rejón de muerte, del que dobló el<br />

agónico animal ayudado por los capotes,<br />

logrando D. Bernardino una oreja.<br />

Al rejoneador siguieron los matadores<br />

Guillermo Carvajal y Juan Antonio Romero –<br />

1956) también en la Plaza Real de El Puerto,<br />

de manos de Miguel Báez (Litri III) y de testigo<br />

Antonio Ordóñez-, quienes en un mano a<br />

mano se encargaron de la lidia de seis toros<br />

de D. Luis Ramos Paúl, llevando como<br />

sobresaliente a José González (Pepillo).<br />

Carvajal –si bien ni él, ni Romero,<br />

salvo algunos detalles esporádicos, quisieron<br />

y no pudieron, y eso sí, todos los toros fueron<br />

picados con saña, lo que provocó la indignación<br />

de los espectadores, porque vieron<br />

que los toros, con una media de 520 kilos en<br />

vivo, traían casta, temperamento y bríos… y<br />

había que acabar con ellos en la pelea con<br />

los picadores-, se hizo aplaudir en su primero,<br />

fugitivo con la percalina en las cuatro<br />

verónicas de salida, un farol de rodilla y<br />

vistoso remate, como asimismo en su quite<br />

con el capote a la espalda. Empezó la faena<br />

con pases de trasteo y la terminó sin cuajar<br />

un solo muletazo, seguido de otro trasteo,<br />

que no fue suficiente, aunque mató sin puntilla,<br />

para pasear una oreja. En su segundo codilleó<br />

en exceso con el capote y compuso una<br />

«faenita» variada y artística, que pronto quedó<br />

silenciada con el mal uso estoque. A su<br />

tercero le dio una serie de capotazos desganados,<br />

sin hacer nada en quites, volviendo<br />

a los pases de pendientes, señalando un<br />

pinchazo hondo, seguido de una buena<br />

estocada. Sacó Carvajal mejor tajada en los<br />

quites alternando en los toros de su compañero<br />

de fatiga y colocó un buen par que le<br />

ofreciera Juan Antonio en el sexto, aguantando<br />

y clavando al cuarteo, después de mucha<br />

preparación.<br />

El jerezano Romero, no hizo nada<br />

con el capote a su primero, permitiendo que<br />

se produjera un herradero en el tercio de<br />

varas, para después colocar tres buenos<br />

pares, mismos que se aplaudieron; el tercero<br />

partiendo desde el estribo hacia fuera.<br />

Comenzó la faena con pedresinas, rodillazos,<br />

algunos buenos con la derecha, adornos por<br />

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