Rafael Ortega Dominguez Parte 1 - Fiestabrava
Rafael Ortega Dominguez Parte 1 - Fiestabrava
Rafael Ortega Dominguez Parte 1 - Fiestabrava
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Apuntes biográficos y profesionales - I<br />
Viene de la página nº 50.<br />
con el capote. Se cambió el primer tercio con<br />
una sola vara, ya que el animal se caía. Su<br />
faena de muleta fue buena, si bien se deslució<br />
por las reiteradas caídas del animal. Después<br />
comenzó a trastearlo con uno doblones<br />
eficaces, seguidos de varios derechazos<br />
suaves, naturales lentos y ligados con el de<br />
pecho, un molinete vistoso y manoletinas,<br />
ejecutándolo todo con valor. Pinchazo y<br />
media estocada fueron suficientes, para<br />
lograr una oreja del débil enemigo.<br />
La reseña dice claramente que<br />
Antonio Bienvenida «no correspondió a la<br />
expectación que tenía el público por verle<br />
actuar, después de su brillante campaña. Y<br />
decimos esto porque un torero de su talla no<br />
puede justificarse nunca con sólo un par de<br />
lances, por muy toreros que sean, tales como<br />
los que se limitó a darle a su primero, y dos<br />
pares de banderillas. La faena de muleta fue<br />
medrosa, vulgar, de las que merman el<br />
prestigio de un encumbrado torero. Y para<br />
colmo estuvo fatal con el acero. A «huye que<br />
te alcazo», tres pinchazos desganados y<br />
medio golletazo, con derrame. A su segundo,<br />
que dicho sea de paso fue de los mejores del<br />
encierro, le aplicó el desinterés de las<br />
precauciones, a las que no había lugar y<br />
menos justificación, escuchando protestas<br />
masivas y hasta palmas en chunga. Si nada<br />
hizo con la capa, menos con la franela, y<br />
llegada la hora de la verdad no pudo estar<br />
peor, y fue cuando la pita, de las más<br />
merecidas, ensordeció el indignado ambiente<br />
del populacho.<br />
En perspectiva histórica global, en la<br />
temporada de 1954, se retiraron los<br />
matadores: Domingo López <strong>Ortega</strong>, que se<br />
doctoró en 1931; Pepe Bienvenida, que se<br />
hizo matador con 17 años, manteniendo su<br />
cartel de torero largo y poderoso, hasta<br />
retirarse en 1954. En este contexto, en la Real<br />
Maestranza de Caballería de Sevilla se<br />
celebraron veinticinco festejos: ocho corridas<br />
de toros y dieciséis novilladas, además de<br />
tres festivales. Recibió la alternativa el diestro<br />
52<br />
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />
mexicano Alfredo Leal, de manos del Niño de<br />
la Palma II, con Manolo Carmona de testigo<br />
y reses de Prieto de la Cal (el 18 de abril). El<br />
crítico e historiador taurino Filiberto Mira<br />
subraya el récord logrado por César Girón,<br />
aún imbatido: cortó un rabo (el 27 de abril), a<br />
un astado de Cobaleda y otro a las cuarenta<br />
y ocho horas a un toro de don Salvador<br />
Guardiola, resultado cogido en esa función<br />
por el segundo toro. Cortaron dos orejas<br />
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> (el 1 de mayo) y el mexicano<br />
Juan Silveti (el 17 de junio). Este año se<br />
produjo la gravísima y espectacular cogida<br />
del novillero mexicano Miguel Ángel, en la<br />
boca y garganta, que los doctores Leal<br />
Castaño y Morote lograron superar (el 2 de<br />
mayo). Los primeros espadas de la<br />
temporada fueron: César Girón, con cuarenta<br />
y tres festejos, y Antonio Ordóñez con treinta<br />
y nueve.<br />
1955:<br />
Abril:<br />
23:<br />
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>, en la Feria de Abril de<br />
Sevilla, al igual que en 1952, volvió a cortar<br />
dos orejas y rabo en la Real Maestranza de<br />
Caballería de Sevilla, el (23-04-1955). Sin<br />
embargo, según don Nicolás Salas, en su libro<br />
«Sevilla en tiempos del Tamarguillo» sólo<br />
cortó dos orejas. Desde entonces y hasta el<br />
final de la década de 1950 el gaditano,<br />
magnífico estoqueador, se estabilizó en una<br />
cifra en torno a las 40 corridas por temporada,<br />
mantenido gracias a sus éxitos en las plazas<br />
de mayor categoría, aunque sin un cartel de<br />
excesivo tirón popular.<br />
A modo de resumen, señalaremos,<br />
por ejemplo, que en la Real Maestranza de<br />
Caballería de Sevilla se celebraron veintitrés<br />
festejos: nueve corridas y catorce novilladas,<br />
además de tres festivales. De manos de<br />
Antonio Bienvenida –que reaparecía en Sevilla<br />
M después de que en 1952 denunciara el<br />
afeitado de los toros-, tomó la alternativa el<br />
diestro mexicano Joselito Huerta, con reses<br />
Pasa a la página nº 54.<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA