Rafael Ortega Dominguez Parte 1 - Fiestabrava

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Apuntes biográficos y profesionales - I Viene de la página nº 48. la Feria de San Miguel. El (04-06-1953), Peralta cortó como rejoneador las dos primeras orejas en Sevilla. Antonio Ordóñez sufrió una grave cogida en una de las corridas de la Feria de Abril. Pedrés, con sólo cuarenta corridas, ocupó el primer puesto en el escalafón taurino, seguido por Antonio Ordóñez con treinta y seis. De todas formas, en 1953 se notó un notable descenso de festejos en España. 1954: En la tradicional Corrida del Montepío, celebrada en Las Ventas de Madrid, el diestro gaditano Rafael Ortega logró cortar dos orejas y salir una vez más en hombros en 1954. Esa temporada actuó en solitario en la corrida a beneficio del Montepío de Toreros en Madrid. Aquel mismo año le corta el rabo a un Miura en la Maestranza sevillana. La ejecución de la suerte de matar a aquel toro, de forma que según salía por el costillar el toro se derrumbaba antes de llegar a la muleta, se encuentra representada en el grupo escultórico que posee en su ciudad natal inaugurado en octubre del 2002. Agosto: 29: El cartel de la Plaza Real de El Puerto de Santa María no podía despertar mayor interés entre los aficionados de toda la región, pues además de tratarse de la «corrida grande de Agosto», la procedencia de los toros –seis de D. Manuel Sánchez Cobaleda y uno de D. Salvador Guardiola- y el arranque de la corrida, enarbolada con el sobrio arte ecuestre de D. Ángel Peralta, al que siguió la egregia terna formada por Antonio Bienvenida, Rafael Ortega y César Girón, fueron más que suficientes para que se agotaran todos los asientos de Sol, y en la Sombra una muy buena entrada… y todo ello aguantando la concurrencia y los toreros el agobiante viento de Levante. 50 Rafael Ortega Domínguez Pues a lo que vamos. D. Ángel tuvo una de sus incontables tardes de éxito, porque al de Guardiola lo rejoneó con su admirable destreza, especialmente colocando banderillas a dos manos, deshaciéndose de su enemigo con un certero rejón de muerte, seguido de un pinchazo poco hondo y media estocada efectiva. El cronista –seguimos sin saber la verdadera fuente original-, decidió hacer su reseña teniendo en cuenta el orden de los diestros según sus méritos, y por ello, puso en primer lugar al voluntarioso diestro venezolano César Girón, que le tocó el mejor lote, lanceando muy artísticamente a su primero y colocándole tres magníficos pares de poder a poder. Su faena fue tan inteligente que dejó al descubierto de que se trataba de un torero caro, bullidor, destacando la serie de redondos de 18 kilates. Magníficos sus naturales y el de pecho. Por su magistral faena y su certera estocada mereció la dos orejas y el rabo. En su segundo, que cerró plaza, volvió a cuajar en banderillas, entusiasmando al nutrido respetable, pues domina la suerte a la perfección, saliendo de la cara de su enemigo caminando, como siempre lo hiciera el mexicano Rodolfo Gaona. Inició la faena de muleta con impecables estatuarios al más puro estilo de Manolete, tras los cuales llegaron los derechazos, afarolados, naturales y de otras marcas, para acabar con un pinchazo, buena estocada y dos orejas con salida a hombros. A Rafael Ortega –era la cuarta vez de trece que actuó en El Puerto- le tocó el que fue el peor del encierro, por lo que lo toreó con la debida precaución. El mal carácter y pésimo estilo del toro se acentuaron a la hora de la muleta, haciéndose muy peligroso, de ahí que el de San Fernando se limitara a cuadrarlo para propinarle un estocada magnífica, en la que se entregó de cuerpo y alma, dejando hecho un verdadero trapo el de Cobaleda, recibiendo palmas y pitos el toro. A su segundo lo toreó de forma impecable Pasa a la página nº 52. El PUERTO de SANTA MARÍA

Rafael Ortega Domínguez El PUERTO de SANTA MARÍA Apuntes biográficos y profesionales - I 51

Apuntes biográficos y profesionales - I<br />

Viene de la página nº 48.<br />

la Feria de San Miguel. El (04-06-1953),<br />

Peralta cortó como rejoneador las dos<br />

primeras orejas en Sevilla. Antonio Ordóñez<br />

sufrió una grave cogida en una de las corridas<br />

de la Feria de Abril. Pedrés, con sólo cuarenta<br />

corridas, ocupó el primer puesto en el<br />

escalafón taurino, seguido por Antonio<br />

Ordóñez con treinta y seis. De todas formas,<br />

en 1953 se notó un notable descenso de<br />

festejos en España.<br />

1954:<br />

En la tradicional Corrida del Montepío,<br />

celebrada en Las Ventas de Madrid, el diestro<br />

gaditano <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> logró cortar dos orejas<br />

y salir una vez más en hombros en 1954. Esa<br />

temporada actuó en solitario en la corrida a<br />

beneficio del Montepío de Toreros en Madrid.<br />

Aquel mismo año le corta el rabo a un Miura<br />

en la Maestranza sevillana. La ejecución de<br />

la suerte de matar a aquel toro, de forma que<br />

según salía por el costillar el toro se<br />

derrumbaba antes de llegar a la muleta, se<br />

encuentra representada en el grupo<br />

escultórico que posee en su ciudad natal<br />

inaugurado en octubre del 2002.<br />

Agosto:<br />

29:<br />

El cartel de la Plaza Real de El Puerto<br />

de Santa María no podía despertar mayor<br />

interés entre los aficionados de toda la región,<br />

pues además de tratarse de la «corrida<br />

grande de Agosto», la procedencia de los<br />

toros –seis de D. Manuel Sánchez Cobaleda<br />

y uno de D. Salvador Guardiola- y el arranque<br />

de la corrida, enarbolada con el sobrio arte<br />

ecuestre de D. Ángel Peralta, al que siguió la<br />

egregia terna formada por Antonio Bienvenida,<br />

<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> y César Girón, fueron más<br />

que suficientes para que se agotaran todos<br />

los asientos de Sol, y en la Sombra una muy<br />

buena entrada… y todo ello aguantando la<br />

concurrencia y los toreros el agobiante viento<br />

de Levante.<br />

50<br />

<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />

Pues a lo que vamos. D. Ángel tuvo<br />

una de sus incontables tardes de éxito,<br />

porque al de Guardiola lo rejoneó con su admirable<br />

destreza, especialmente colocando<br />

banderillas a dos manos, deshaciéndose de<br />

su enemigo con un certero rejón de muerte,<br />

seguido de un pinchazo poco hondo y media<br />

estocada efectiva.<br />

El cronista –seguimos sin saber la<br />

verdadera fuente original-, decidió hacer su<br />

reseña teniendo en cuenta el orden de los<br />

diestros según sus méritos, y por ello, puso<br />

en primer lugar al voluntarioso diestro venezolano<br />

César Girón, que le tocó el mejor lote,<br />

lanceando muy artísticamente a su primero<br />

y colocándole tres magníficos pares de poder<br />

a poder. Su faena fue tan inteligente que dejó<br />

al descubierto de que se trataba de un torero<br />

caro, bullidor, destacando la serie de redondos<br />

de 18 kilates. Magníficos sus naturales y<br />

el de pecho. Por su magistral faena y su<br />

certera estocada mereció la dos orejas y el<br />

rabo. En su segundo, que cerró plaza, volvió<br />

a cuajar en banderillas, entusiasmando al<br />

nutrido respetable, pues domina la suerte a<br />

la perfección, saliendo de la cara de su<br />

enemigo caminando, como siempre lo<br />

hiciera el mexicano Rodolfo Gaona. Inició la<br />

faena de muleta con impecables estatuarios<br />

al más puro estilo de Manolete, tras los cuales<br />

llegaron los derechazos, afarolados, naturales<br />

y de otras marcas, para acabar con un<br />

pinchazo, buena estocada y dos orejas con<br />

salida a hombros.<br />

A <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> –era la cuarta vez de<br />

trece que actuó en El Puerto- le tocó el que<br />

fue el peor del encierro, por lo que lo toreó<br />

con la debida precaución. El mal carácter y<br />

pésimo estilo del toro se acentuaron a la hora<br />

de la muleta, haciéndose muy peligroso, de<br />

ahí que el de San Fernando se limitara a<br />

cuadrarlo para propinarle un estocada magnífica,<br />

en la que se entregó de cuerpo y alma,<br />

dejando hecho un verdadero trapo el de<br />

Cobaleda, recibiendo palmas y pitos el toro.<br />

A su segundo lo toreó de forma impecable<br />

Pasa a la página nº 52.<br />

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