Rafael Ortega Dominguez Parte 1 - Fiestabrava
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Apuntes biográficos y profesionales - I<br />
En honor a la verdad, para Cardeño<br />
fueron las más sonadas ovaciones de la<br />
tarde. Su gran valentía y amor propio pusieron<br />
de manifiesto el dominio en esta, en que<br />
demostró cada vez estaba cuajando más<br />
como torero y artista, tanto con el capote<br />
como con la muleta. Buena prueba de ello<br />
fueron la serie de verónicas con que recibió<br />
a su primero y después los impecables<br />
estatuarios, naturales y ayudados por bajo,<br />
que instrumentó en su faena de muleta. Lo<br />
mató de una estocada y media, entrando muy<br />
bien la dos veces y de las que murió el novillo<br />
sin puntilla. Una gran ovación con corte de<br />
dos orejas y vuelta al ruedo fueron los<br />
certificados de garantía de sus actuaciones.<br />
Y el éxito se repitió en el quinto de la tarde,<br />
con el que se estiró mucho en una finas<br />
verónicas. Después de brindar al público,<br />
ejecutó una faena de muleta muy ceñida,<br />
amparado ya en el conocimiento exacto de<br />
los terrenos de los novillos, y todo valientemente,<br />
con todo el repertorio de pases, que<br />
el respetable jaleó entusiasmado. Entrando<br />
muy bien, colocó media estocada en su sitio,<br />
descabellando luego, para obtener una oreja,<br />
otra ovación y vuelta al ruedo.<br />
A <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> nada tardaron los<br />
entendidos que era otro novillero que<br />
claramente prometía. Toreó muy bien de capa,<br />
bajando con cadencia los brazos y jugando<br />
admirablemente con las muñecas, recordándonos<br />
a Juan Belmonte García, y todo el<br />
tiempo se comportó reposado y valiente en<br />
la cara de sus novillos. Sus faenas de muleta,<br />
tanto al tercero como al que cerró plaza,<br />
fueron muy toreras y de cerca, dejándose ver<br />
y sacando el mejor partido posible de sus<br />
enemigos. Mató a ambos con brevedad,<br />
siendo premiada su labor con calurosas<br />
ovaciones. El cronista, al final de su reseña<br />
dice: «Es un novillero que llegará, si la suerte<br />
no dispone otra cosa»…, que también podría<br />
haber dicho «si Dios quiere» ¡y quiso! Ni que<br />
decir tiene que los espectadores salieron<br />
satisfechos, que no siempre sucede.<br />
36<br />
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />
1947:<br />
Agosto:<br />
03:<br />
Con ocho novillos del marqués del<br />
Contadero hicieron su debut el ganadero<br />
sevillano –que presentó novillos ajustados de<br />
peso, pero bien armados y que ofrecieron<br />
buen juego, sin que sepamos los nombres,<br />
números, pelaje y peso de cada uno- y el<br />
novillero, el después famoso matador, natural<br />
de San Fernando, conocido como «El Torero<br />
de la Isla», <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez, en la<br />
Plaza Real de El Puerto de Santa María<br />
(Cádiz), alternando con Ventura Núñez<br />
(Venturita), que abría el cartel la tarde del<br />
domingo (03-08-1947), seguido de Manuel<br />
Franco (Cardeño), <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> y Paquito<br />
Bru. Esta novillada con caballos tuvo, además,<br />
el aliciente adicional de ver cuál de los<br />
diestro se haría merecedor del hermoso<br />
capote de paseo de que otorgaba la Casa<br />
Osborne al triunfador. La emblemática Plaza<br />
lucía vigorosa con sus tendidos bien repletos<br />
de una masa de aficionados, llegados de<br />
todos los pueblos de la provincia, especialmente<br />
de San Fernando, que se dieron cita<br />
una vez más para disfrutar de una más de<br />
las interesantes y animadas novilladas de<br />
carácter regional que se dieron aquellas<br />
temporadas en El Puerto, cuyos festejos se<br />
iniciaron, siempre con gran afluencia de<br />
espectadores desde las primeras novilladas<br />
celebradas en junio y julio.<br />
El primer y quinto novillos,<br />
correspondieron al jerezano Ventura Núñez<br />
(Venturita), fue muy lucidamente toreado, el<br />
que abrió plaza, con la capa y con la muleta,<br />
Venturita cuajó buenos pases, logrando darle<br />
una buena media estocada «lagartijera», lo<br />
que le valió una bien merecida oreja, dando<br />
la vuelta al ruedo entre sonadas ovaciones,<br />
viéndose obligado a devolver a los espectadores<br />
chaquetas, sobreros y hasta un gato.<br />
A su segundo lo remató de una estocada algo<br />
delantera, mereciendo una ovación y vuelta<br />
al ruedo, consiguiendo sumar 4.938 votos y<br />
Cartel en la página anterior. Pasa a la página nº. 38.<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA