Rafael Ortega Dominguez Parte 1 - Fiestabrava
Rafael Ortega Dominguez Parte 1 - Fiestabrava
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APUNTES BIOGRÁFICOS<br />
y PROFESIONALES de<br />
RAFAEL ORTEGA DOMÍNGUEZ<br />
«El Torero de la Isla»<br />
JUAN J. ZALDÍVAR ORTEGA 2008
Apuntes biográficos y profesionales - I<br />
2<br />
PORTADA: Foto de archivo.<br />
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA<br />
Apuntes biográficos y profesionales - I<br />
Dedicación:<br />
A Pepita Camacho, viuda de D. <strong>Rafael</strong><br />
<strong>Ortega</strong> Domínguez, y a sus siete hijos,<br />
guardando con profundo respeto su<br />
memoria, recordando con admiración sus<br />
valores humanos, su integridad<br />
profesional y su ejemplar hombría frente<br />
a los toros y ante la vida.<br />
Con un fuerte abrazo a todos.<br />
19 de Diciembre de 2007.<br />
El Autor.<br />
3
Apuntes biográficos y profesionales - I<br />
4<br />
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA<br />
CONTENIDO<br />
Apuntes biográficos y profesionales - I<br />
Páginas<br />
PROLOGO ............................................................................ 9<br />
Introducción ........................................................................... 11<br />
PARTE PRIMERA<br />
Apuntes biográficos y profesionales de<br />
RAFAEL ORTEGA DOMINGUEZ ........................... 15<br />
CUADRO I<br />
Algunos percances sufridos ...................................... 21<br />
CUADROS II y III<br />
Novilladas, corridas y trofeos logrados en la<br />
Plaza Real de El Puerto de Santa María .................... 23<br />
Algunos trofeos logrados en otras plazas .................. 23<br />
Algunos nombres de los toros que lidió ................... 25<br />
Historia de la «Plaza México», en la que actuó<br />
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> en dos ocasiones ................................ 31<br />
SEGUNDA PARTE<br />
CRONOLOGÍA GENERAL<br />
Años 1921 a 1999 ...................................................... 33<br />
BIBLIOGRAFÍA ................................................................... 93<br />
5
Apuntes biográficos y profesionales - I<br />
6<br />
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />
El «As de Espadas» del siglo XX.<br />
Frascuelo lo fue del XIX.<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA<br />
Apuntes biográficos y profesionales - I<br />
7
Apuntes biográficos y profesionales - I<br />
8<br />
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />
El «tipo» de toros de Miura que estoqueaba <strong>Rafael</strong><br />
<strong>Ortega</strong> Domínguez, «El Torero de la Isla.»<br />
(Fotos del autor y de archivo)<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />
123456789<br />
C<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA<br />
PROLOGO<br />
Apuntes biográficos y profesionales - I<br />
123456789on<br />
motivo del X aniversario de 123456789<br />
la muerte del diestro <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong><br />
Domínguez, el pasado (19-12-1997), 123456789<br />
el autor de estos «Apuntes<br />
123456789<br />
biográficos y profesionales» -primero de una larga 123456789<br />
serie dedicada a<br />
123456789<br />
los matadores de toros, al que ha de seguir Juan García 123456789<br />
(Mondeño),<br />
si es que consigo colaboración-, que tuvo el alto honor de asistir al<br />
acto de homenaje que se le dedicó ante su tumba, en el Cementerio de San<br />
Fernando, ha querido aportar a los aficionados, conmovido por el mismo, esta<br />
nueva y modesta publicación, a modo de renovado recuerdo a su amigo <strong>Rafael</strong>,<br />
haciendo llegar a todos, de forma en gran parte cronológica, cómo su toreo, de la<br />
mano de quienes le vimos actuar, se inspiraba básicamente en la pureza y la verdad,<br />
sin las habituales corruptelas hoy imperantes; es decir, de lo que debería ser un<br />
arte religioso y cultural, una interpretación fiel de lo clásico y estético.<br />
Su físico, alejado de las figuritas tan delicadas de nuestros días, poco<br />
propicio en su constitución, pero de una virilidad sin equívocos, no le impidió recorrer<br />
y conocer palmo a palmo todo el fascinante compendio de los secretos emanados<br />
de los principios generales del toreo, imprimiendo a la vez hondura, profundidad y<br />
cadencia en sus movimientos. Llegó a dominar como pocos el conocimiento de<br />
los modos de embestir los toros, pulsando las acometidas al son de la bravura de<br />
sus enemigos, llegando a lograr una libertad artística que embelezaba hasta los<br />
más desconocedores de la Fiesta.<br />
Desveló muchos misterios secretos del toreo, tales como calcular con<br />
precisión matemática –de esto sólo se daban cuenta los entendidos- el espacio<br />
que necesitaba cada toro para reponerse, incluyendo especialmente los miuras y,<br />
sobre todo, ofreciéndose a su enemigo para embarcarlo, cumpliendo así con los<br />
dos principios básicos del toreo clásico. Con una brevedad de tiempo casi<br />
inexplicable, conocía la clase de cada toro que enfrentaba, anticipándose con un<br />
don especial a los cambios de conducta de los toros durante la lidia, a los que<br />
atendiendo a todos cuanto se movía cerca de él, casi todos con sentido, no se<br />
123456789<br />
9
Apuntes biográficos y profesionales - I<br />
10<br />
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />
decidían con fijeza por ninguno. Fue también <strong>Rafael</strong> un especialista en desbaratar<br />
los planes defensivos de los toros abantos o medrosos, que de bravucones pasaban,<br />
con su mágico trasteo, a ser bravos Él «sacaba de ondas», lo mismo a los toros<br />
quedados que a los gazapones, y les rompía sus planes a los que pretendían<br />
aquerenciarse. Y todas estas virtudes, innatas en él, pasaban desapercibidas,<br />
desgraciadamente, para una gran mayoría de aficionados.<br />
¡Y qué no decir de sus conocimientos!... sobre los terrenos de la plaza, los<br />
del toro y los que él podía ocupar en cada momento de la lidia. Con todo ello dejó de<br />
manifiesto que no era en modo alguno empresa imposible desarrollar los principios<br />
plásticos sobre los que elaboró sus faenas, con el precioso toreo artístico clásico,<br />
interpretadas de forma muy personal. En él todo cuanto hacía era torear, porque<br />
conocía todas las maneras de hacerlo, comenzando por interpretar con precisión<br />
los tres tiempos de las suertes: citando, cargando y rematando. Sin embargo, lo<br />
que solía ocurrir es que, llegado el momento de ejecutar la suerte suprema, lo<br />
hacía con tal perfección y acierto que una gran mayoría se olvidaba de la magistratura<br />
con que había realizado la faena.<br />
Y como ser agradecido es de bien nacido, no pierdo la oportunidad de felicitar<br />
a un extraordinario aficionado, D. José María Rojas Guillén, quien con su obra<br />
enciclopédica titulada «Un Día de Toros», integrada por más de 1200 páginas, reseña<br />
igual número de festejos celebrados en la Plaza Real de El Puerto de Santa María,<br />
acompañado con un DVD en el que se encuentran los correspondientes carteles.<br />
Todo un minucioso y concienzudo trabajo, de muchos años de apasionado cariño<br />
hacia su querida Ciudad y la Fiesta Brava, que nos ha facilitado enriquecer<br />
extremadamente la presente publicación. D. José María Rojas Guillén es para esta<br />
autor el «José María de Cossío», el nuestro particular, específicamente de El Puerto<br />
de Santa María. Su voluminosa obra se ha convertido en un libro de consulta<br />
fundamental para quien quiera saber la historia taurina de la Plaza Real, desde el<br />
año de su fundación, en 1880, hasta el 2005. Para este autor, tener entre sus manos<br />
y poder analizar y estudiar lo escrito en «Un Día de Toros» es un gustazo difícil de<br />
comparar con nada. ¡Gracias!, D. José María, por lo mucho que estoy disfrutando<br />
con tu trabajo y por el enriquecimiento que me ofrecerá cada vez que una de mis<br />
publicaciones tenga que incluir lo sucedido taurina y cronológicamente en la Plaza<br />
Real, como ha ocurrido ya en varias ocasiones. <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez (El Torero<br />
de la Isla), desde el privilegiado lugar que debe estar disfrutando, también te lo<br />
agradecerá al ver su nombre en tantas corridas que él lidió en El Puerto, al que<br />
tanto quería, y recordar sus carteles.<br />
El Autor<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />
123456789<br />
R<br />
123456789<br />
Introducción<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA<br />
Apuntes biográficos y profesionales - I<br />
123456789eseñar<br />
lo mucho que se ha escrito sobre 123456789<br />
«El Torero de la Isla» haría<br />
estos «apuntes» interminables, y en 123456789<br />
eso no podemos caer, porque<br />
123456789<br />
nuestro interés es sacar a la red Internet una especie 123456789<br />
de primera parte,<br />
123456789<br />
para una vez que hayamos recopilado más información y fotos 123456789<br />
de<br />
algunos amables lectores, escribir una segunda y hasta tercera edición<br />
en la web. Y en esta Introducción, además de lo ya resumidamente escrito, queremos<br />
agregar la visión de algunos críticos taurinos que observaron cómo <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong><br />
gozaba del «secreto, de adelantar el engaño y dejar caer el peso de su cuerpo<br />
sobre la pierna contraria, cargando la suerte, tanto de capote como de muleta.»<br />
Para repetir que fue «su don el de la estocada, sencillamente extraordinario el volapié<br />
y cuando alguna vez lo hacía recibiendo remataba con un pase de pecho; que ambas<br />
ejecutadas generalmente en la suerte natural. A los buenos aficionados jamás les<br />
importó que pinchara un toro, así decían, por tener la oportunidad de poder verle de<br />
nuevo interpretar «su» particular suerte de matar. Maestro de maestros, siempre<br />
mantuvo el respecto, el aprecio y la admiración tanto de la crítica, de los buenos<br />
aficionados y de todos sus propios compañeros de profesión.»<br />
El Premio Cervantes 2004, D. <strong>Rafael</strong> Sánchez Ferlosio, le escribiría tres<br />
artículos en 1980 en el Diario 16 titulados El As de Espadas, sobrenombre por el<br />
que también fue conocido dentro y fuera de nuestras fronteras, donde llamaba al<br />
ángulo que su figura y su estoque formaban a la hora de matar el «inmortal», y<br />
parodiando una frase de <strong>Rafael</strong> Guerra Bejarano (Guerrita), decía:»……con la espada<br />
en los últimos 30 años el primero <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> después «nadie», y después de<br />
«nadie», media docena de buenos estoqueadores». De haber nacido en otra época,<br />
donde la suerte de matar era la absoluta protagonista de la fiesta, hubiese sido<br />
primera figura indiscutible.<br />
El Rubio Torero, llamado en sus inicios «el Tesoro de la Isla», fue director de<br />
la primera Escuela Taurina de la Diputación de Cádiz en 1985, la misma que le<br />
otorgara la Placa de Plata de la Provincia. Su libro de cabecera, El Toreo Puro, con<br />
prólogo de Ángel Fernando Mayo, corto, pero intenso, es toda una referencia para<br />
profesionales y aficionados que disfrutan con la auténtica verdad de este arte. Todo<br />
un torero, sin duda de época, cuyo arte no fue valorado en su momento y que sí lo<br />
harán generaciones venideras.<br />
11
Apuntes biográficos y profesionales - I<br />
12<br />
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />
Y llegó su muerte para que pasara lo de siempre, que todos reconozcan ahora<br />
sus méritos…, porque el secular desdén de los españoles, desgraciadamente, no lo<br />
aplican sólo a los que por una u otra causa sentimos la crucifixión de tener que emigrar<br />
de España, si no que, semejante e insolidaria forma de ser, también la infringimos<br />
anímicamente a los grandes hombres que están entre nosotros. Por eso, al morir<br />
<strong>Rafael</strong>, la Prensa de España y de Iberoamérica, destacó la irreparable pérdida en<br />
grandes titulares. Y así, al repasar los archivos de recortes de periódicos de aquél<br />
infausto día, encuentro cómo en el A B C de Sevilla, D. José Luis Suárez-Guanes, en<br />
la edición del Viernes (19-12-1997), nos dice que «el matador de toros <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong><br />
<strong>Dominguez</strong> murió a las tres y veinte de la madrugada del día anterior jueves, (18-12-<br />
1997), en su domicilio de Cádiz, como consecuencia del cáncer hepático que sufría.»<br />
Reseña después un resumen biográfico y profesional del diestro desaparecido y<br />
algunos de los premios y galardones conseguidos por el diestro.<br />
Destacó D. José Luis «su fama de extraordinario estoqueador –mata<br />
estupendamente al volapié y recibe a muchos toros– ocultan su extraordinario sentido<br />
del toreo y su porte clásico, en el que se conjugan las normas belmontinas de adelantar<br />
los engaños con la ligazón que aportó el toreo manoletista. Solamente una mala<br />
administración y, quizá, que le falló la suerte en algunas corridas claves, con matadores<br />
importantes, le impidió llegar al puesto que merecía de primera figura, tal como le<br />
pasó a Manolo Vázquez y a Antonio Chenel (Antoñete), otros dos grandes toreros de<br />
su tiempo. Su nombre fue ornato de ferias importantes.»<br />
Para el cronista del diario «Meriadiano», de Caracas (Venezuela), <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong><br />
fue «uno de los más grandes de todos los tiempos.» Vuelve a recodarnos que, como<br />
la vida de un grandioso torero, como ocurre muchas veces, no fue reconocido en su<br />
tiempo, pero que a la hora de hacer un listado de los diez más grandes toreros de la<br />
historia debería ser incluido. Que su estilo aún inspira a muchos profesionales. Le<br />
recuerdan como un gran estoqueador, olvidando muchos, por desconocimiento me<br />
imagino, que pocos han toreado con capa y muleta como lo hizo él.<br />
En Venezuela –nos reseña el cronista- estuvo actuando la temporada de<br />
1953, y lo hizo en el Nuevo Circo, la tarde de la presentación de Joselito Torres junto a<br />
Antonio Ordóñez. El de Ronda pegó tal petardo que fue multado con mil bolívares y<br />
<strong>Ortega</strong> recibió un puntazo leve en el triángulo de Scarpa. El triunfador, ante los difíciles<br />
guayabiteros, fue Joselito Torres, que le cortó una oreja al toro de su presentación.<br />
También toreó en la Plaza de Toros venezolana de Valencia, en la plaza portátil Parque<br />
de Atracciones, en una temporada organizada por los hermanos madrileños Dominguín.<br />
Entre sus gestas recuerdan los biógrafos la tarde de su alternativa que salió a hombros<br />
-en unión de su padrino Manolo González-, convirtiéndose en una de las grandes<br />
esperanzas de la Fiesta por la pureza de su toreo y por su excepcional manejo de la<br />
espada.»<br />
Por su parte, desde «El País», el cronista D. Joaquín Vidal, en la edición de la<br />
misma fecha que en A B C, reseña el toreo puro de <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>, que «fue director de<br />
la Escuela Taurina de Cádiz, que tenía su sede en la Plaza de Toros de El Puerto de<br />
Santa María. Quizá no se hubiera podido concebir institución más adecuada para que<br />
impartiera sus lecciones el maestro por excelencia. «Toros En el Puerto», anunciaban<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA<br />
Apuntes biográficos y profesionales - I<br />
los carteles de pasado siglos, y no hacía falta decir más.» Curiosamente, la Institución<br />
sigue ahí …<br />
Y continúa el señor Vidal diciendo: «La historia del toreo revivía en aquel inmenso<br />
ruedo gaditano y, con ella, las más caras esencias del toreo puro, del que <strong>Rafael</strong><br />
<strong>Ortega</strong> había hecho paradigma. Pero los torerillos aprendices parecían olvidarlo.<br />
-«Maestro», le avisamos, con intenciones de chivato: «Esos no torean; pegan<br />
pases.»<br />
-«Es que lo hacen al estilo de Enzunlín», respondió. Y se fue a ellos, y con esa<br />
voz pausada y esa paciencia –bondadosa- inagotable y esa humildad que eran<br />
características de la personalidad del maestro, los convocó en el centro del redondel,<br />
les exhortó «Vamos a torear según es», y cambiaron todos las formas.<br />
El propio <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>, a nuestro requerimiento, tomó la muleta. No fue así<br />
exactamente. Le dijimos: «Rafé, aquí le cedo los trastos y que Dios reparta suerte.»<br />
Se los dimos igual que en la ceremonia de la alternativa, él nos entregó el capote<br />
siguiendo el rito y nos dimos la mano.» Luego se puso a atoreá. Atoreó como los<br />
propios ángeles.» <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> tenía una concepción del toreo sin parigual, con una<br />
pureza interpretativa difícil de superar. La desplegaba lo mismo con capote que con<br />
muleta, aunque en estas suertes era donde calaba mayor hondura.<br />
Hubo faenas de <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> que los aficionados no hemos podido olvidar.<br />
Entre las mejores cabría situar la que cuajó a un toro de Miguel Higuero, el día del<br />
Corpus en la Plaza de Toros madrileña de Las Ventas. <strong>Ortega</strong>, que tenía ya 46 años y<br />
se le había acentuado la propensión a la obesidad; pero en cuanto se puso a torear<br />
parecía el mismísimo dios Apolo. A los pocos pases ya se había echado la muleta a la<br />
izquierda, la adelantaba ofreciendo el medio-pecho, se traía al toro embebido en sus<br />
vuelos, cargaba la suerte, ligaba los pases. A cada muletazo restallaban los olés como<br />
el rugido del volcán y, al rematarlos, el tendido era un manicomio.<br />
El triunfo de <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> aquella tarde fue memorable. Sólo que el destino<br />
hizo una grotesca pirueta y Curro Romero colaboró en ella. El torero de Camas, que<br />
intervenía a continuación, se negó a torear al toro y provocó un gran escándalo. Los<br />
periódicos dieron amplia cobertura a esta noticia, se lucieron con ella los reporteros,<br />
y las reseñas de la corrida quedaron casi reducidas a una gacetilla. Eso se llama<br />
infortunio, que también <strong>Rafael</strong>, en demasiadas ocasiones tuvo que vencer.<br />
No importó a los aficionados, que siguieron considerando paradigma del arte<br />
de torear la faena de <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>, pero en su cotización y sus contratas no tuvo el<br />
reflejo debido. En realidad toda la trayectoria profesional de <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> estuvo<br />
marcada por la fortuna esquiva, por la arbitrariedad y por el infortunio. Sufrió cornadas<br />
tremendas pero no tanto a causa de la mala suerte sino precisamente por la pureza<br />
de su toreo.<br />
El maestro explica muy cabalmente su concepción del arte de torear en un<br />
libro titulado, precisamente, El toreo puro, del que es autor Ángel-Fernando Mayo,<br />
uno de los aficionados que mejor han sabido entender la personalidad y el genio torero<br />
de <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>. Aquella jornada en El Puerto -corría el año 1991- almorzamos con<br />
el maestro en uno de los restaurantes de la zona portuaria, y cada comensal que<br />
entraba se acercaba a la mesa a saludarlo. «¡El mejor matador de todos los tiempos!»,<br />
13
Apuntes biográficos y profesionales - I<br />
14<br />
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />
le piropeaban. Y si, por raro acaso, había alguno que no lo conocía, los demás<br />
ponderaban la indiscutible destreza de <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> manejando la espada. En cambio,<br />
de su toreo, nadie acertó a comentar nada. La ignorancia está siempre latente en la<br />
Fiesta Brava y es más acusada que en ninguna otra profesión.<br />
Ha sido <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> el mejor matador desde la posguerra acá -¡más de medio<br />
siglo!- y este merecido título, que le valía para sentirse orgulloso, paradójicamente le<br />
perjudicó, pues restaba importancia a la calidad de su toreo. A veces los criterios son<br />
así de limitados y planos, y se convierten en tópicos.»<br />
«También los pinchaba, ¿verdad, maestro?», le comentamos -solo por enredary<br />
se reía, y reconocía que «naturalmente» Sin embargo es justo añadir que cada uno<br />
de aquellos pinchazos de <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> se coreaba con ovaciones. Pinchando o<br />
cobrando la estocada, la ejecución del volapié o de la suerte de recibir tenían en <strong>Rafael</strong><br />
<strong>Ortega</strong> la misma pureza que cuando toreaba al natural. Entre las estocadas, le<br />
recordamos el sensacional volapié que cobró a un Pablo Romero en Madrid el año<br />
1954, y él destacó otro en la Maestranza, en el que según salía de la suerte por el<br />
costillar, el toro rendía la vida en las propias bambas de la muleta. El diestro más<br />
completo del último medio siglo. Un auténtico torero de época: eso fue <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>.»<br />
Gracias y nuestra felicitación más sincera, D. Joaquín Vidal, porque tan interesantes<br />
datos que, por la web han llegado a mis manos y con los que he querido complementar<br />
y enriquecer esta Introducción.<br />
El «Torero de la Isla» y su amigo D. Enrique Barrilaro -el empresario-, con el<br />
gran estoqueador, preparado para cortar con su mágica tizona un pastel<br />
conmemorativo, de alguna efeméride. (Imagen de archivo).<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />
R<br />
123456789<br />
123456789<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA<br />
Apuntes biográficos y profesionales - I<br />
APUNTES BIOGRAFICOS<br />
y<br />
PROFESIONALES<br />
123456789<br />
123456789<br />
afael <strong>Ortega</strong> Domínguez,<br />
123456789<br />
123456789<br />
matador de 123456789<br />
toros, nacido en<br />
123456789San<br />
Fernando (Cádiz) 123456789<br />
–<br />
antiguamente conocida como<br />
«Isla de León»-, el (04-07-1921),<br />
casado en segundas nupcias con Pepita<br />
Camacho y padre de siete hijos, falleció a las<br />
3:20 horas de la madrugada del jueves, (18-<br />
12-1997), debido a un cáncer hepático,<br />
después de haber estado ingresado en el<br />
Hospital Universitario de Puerto Real (Cádiz)<br />
durante varias semanas, del que fue<br />
trasladado unas horas antes de morir a su<br />
domicilio, no sin mucho tiempo antes haber<br />
expresado su deseo de morir en su casa de<br />
Cádiz, en la que vivió los últimos treinta años<br />
y tras 22 años de ejercer la profesión. El<br />
viernes, a las doce de la mañana, tras una<br />
misa en la Iglesia de San Francisco, de San<br />
Fernando, fue enterrado en el Cementerio de<br />
esta población gaditana. Se nos fue todo un<br />
torero, que sin duda marcó una época, cuyo<br />
arte no fue valorado en su momento y que sí<br />
lo estamos valorando desde que nos<br />
abandonó.<br />
Tuvo <strong>Rafael</strong> dos ascendientes<br />
taurinos, que fueron sin duda un poco<br />
tardíamente, los que dice que marcarían su<br />
destino. El primero fue su propio padre,<br />
conocido como «el Loro», quien de forma<br />
paraprofesional se encargaba de matar<br />
muchos toros sobreros que no eran lidiados<br />
en la plaza y algún que otro Toro del<br />
Aguardiente, en ambos casos en San<br />
Fernando, donde regenta una lechería. El<br />
segundo su tío Pepe <strong>Ortega</strong>, banderillero que<br />
en otros escritos es conocido como <strong>Rafael</strong><br />
<strong>Ortega</strong> (Cuco de Cádiz), que actuó mucho<br />
en Madrid en las novilladas durante decenas<br />
de años, terminando como auxiliar del rejoneador<br />
José Belmonte, por lo que acaso<br />
influyera en su vocación tal influencia familiar,<br />
pero se inició al toreo con vocación tardía,<br />
vistiéndose de por primera vez de luces en<br />
1945, pero con una sobriedad y pundonor<br />
ejemplares, para terminar siendo un gran<br />
torero y, sobre todo, un hombre cabal. Sus<br />
cualidades humana le hicieron acreedor a<br />
llevarse el profundo y multitudinario cariño que<br />
incontables amigos y aficionados, que<br />
debieron servir de valiosísimo salvoconducto<br />
para disfrutar de pase automático al Paraíso.<br />
Pero hablemos de aquellas jornadas<br />
en la Plaza Militar de Ceuta en la que el<br />
«Torero de la Isla» comenzó a sentir el<br />
raspajeo interior del gusanillo del toreo,<br />
llegando a construir con sus propias manos<br />
una pequeña placita de toros en el interior del<br />
acuartelamiento, por supuesto, con el<br />
permiso de su Capitán, de apellido Entrala,<br />
quien desde el principio confió plenamente<br />
en sus posibilidades. Allí mataba –según nos<br />
han contado, no sin antes intentar lidiar,<br />
cuanto ganado desfilaba para el sostenimiento<br />
proteínico de la tropa, con el consentimiento<br />
del mando. La gran cantidad de reses<br />
estoqueadas y descabelladas en esa época<br />
determinaría sus conocimientos en cuanto al<br />
uso de los aceros. En esta ciudad<br />
norteafricana se viste por primera vez de<br />
15
Apuntes biográficos y profesionales - I<br />
luces, junto a otros compañeros de milicias,<br />
en el año 1941, anunciándose con el apodo<br />
de «el Panocha».<br />
Finalizado el servicio militar obligatorio,<br />
y con una buena reputación ganada<br />
como novillero, da comienzo su carrera por<br />
plazas andaluzas. Son en plazas de la<br />
provincia de Granada casi todos sus compromisos<br />
hasta llegar a Madrid, ya curtido en el<br />
duro oficio. De vez en cuando, mientras vivía<br />
mi abuelo paterno, D. Ramón Zaldívar del Cid,<br />
tuve ocasión de verlo torear, cuando apenas<br />
tenía este autor seis años de edad, vacas que<br />
recuerdo me aterrorizaban, en la placita del<br />
cortijo «La Esparraguera», ubicada en los<br />
aledaños de Puerto Real. Después del<br />
fallecimiento del abuelo, <strong>Rafael</strong> siguió<br />
esporádicamente visitando aquél cortijo,<br />
estableciendo una gran y sincera amistad con<br />
el hermano de mi padre Emilio, también<br />
llamado Ramón, como su padre.<br />
Desde que don José Luis Osborne<br />
Vázquez, de El Puerto de Santa María,<br />
adquirió su ganadería en 1952, <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>,<br />
que era amigo del ganadero, era el director<br />
de las tientas en la dehesa de «Bolaños»,<br />
donde toreó muchas veces.<br />
Sólo quienes fueron a lo largo de su<br />
vida un ejemplo de amistad sincera para los<br />
suyos y quienes le conocieron, los que<br />
manifestaron un rico abanico de valores<br />
humanos auténticos, puede hacerse merecedores<br />
a que, en el X aniversario de su muerte,<br />
el pasado (18-12-2007) se dieron cita<br />
puntual, a las cinco de la tarde, amigos y<br />
aficionados ante su tumba y le rindieron con<br />
palabras emotivas de su viuda, doña Pepita<br />
Camacho y las del Presidente de la Tertulia<br />
Taurina «Cambio de Tercio», D. Juan Manuel<br />
García Candón, éste acompañado de<br />
decenas de amigos del torero y aficionados<br />
de Puerto Real, finalizando el sentido acto,<br />
pletórico de recuerdos aleccionadores, en la<br />
memoria de quien fuera un excelente torero<br />
y certero estoqueador, con la interpretación<br />
de pasos-dobles, por parte de un sobresaliente<br />
trío, también de Puerto Real. La<br />
16<br />
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />
grandes dimensiones con que se le recuerda<br />
al torero es el certificado de su grandeza<br />
humana y torera.<br />
En la villa portorrealeña, en la que<br />
nuestro tío carnal D. Ramón Zaldívar Muñoz<br />
era el Presidente de la Peña Taurina «Juan<br />
García (Mondeño), el diestro de San Fernando<br />
sigue siendo muy querido y muchas veces<br />
estuvo en dicha Peña conversando largamente<br />
con D. Ramón, pues además de que<br />
eran muy buenos amigos, <strong>Rafael</strong> fue muchas<br />
veces a entrenarse y torear en la década de<br />
1940 a la placita de tienta y herradero, aquella<br />
reses de media casta que el primero tenía en<br />
el cortijo de «La Esparraguera», a pie del<br />
casco urbano de Puerto Real. Fue precisamente<br />
mi tío el que una tarde de septiembre<br />
de 1955, cuando este autor contaba<br />
22 años de edad, me presentó al famoso<br />
diestro en aquella Peña.<br />
Allá donde toreaba, <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong><br />
dejaba un hálito imborrable de su calidad<br />
humana y torerismo. En ese sentido nos ha<br />
dado un inmenso gusto leer con el afecto y<br />
reconocimiento de su arte y valor ante los<br />
toros la página en la web que le dedica D.<br />
Juan Luis Penna, Secretario General de la<br />
Unión Taurina de Abonados de España,<br />
Institución de la que este autor no tenía ni idea<br />
de su existencia. El Sr. Penna es gran<br />
aficionado italiano, afincado desde su niñez<br />
en Madrid, quien tuvo la suerte de ver triunfar<br />
al Maestro en tantas tardes gloriosas, publicó<br />
con verdadero afecto un artículo antes de la<br />
muerte del torero, del que resumiremos su<br />
extenso contenido dentro de la Cronología<br />
General, en el año 1949.<br />
Se presentó en la Plaza de Toros de<br />
Madrid el domingo (14-08-1949), una de las<br />
tantas novilladas veraniegas, en las que, junto<br />
con novilleros ya veteranos y de escaso<br />
cartel, debutaba algún nuevo diestro escasamente<br />
conocido por los aficionados madrileños.<br />
Aquel éxito inicial motivó sucesivas<br />
repeticiones y el balance al final de la<br />
temporada de 1949 ya le hizo acreedor al<br />
título de Torero de Madrid: cuatro novilladas<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />
seguidas con tres salidas a hombros<br />
consecutivas y el anuncio de su alternativa<br />
en la propia Monumental a menos de<br />
cincuenta días desde su debut en el cartel de<br />
primerísimo figura, con toros de Buendía.<br />
En abril de 1950, con los éxitos<br />
logrados por nuestro paisano en la Plaza de<br />
Toros de Madrid en la temporada anterior, ya<br />
estaba más que justificado el título de «torero<br />
de Madrid», mas tras cortar una oreja en la<br />
corrida de inauguración de la temporada<br />
madrileña de 1950, se proclamó el máximo<br />
triunfador en la tradicional Feria madrileña de<br />
San Isidro, y a pesar del serio retraso que<br />
supuso para su carrera el gravísimo percance<br />
sufrido en la Plaza de Toros de Pamplona en<br />
julio de ese año, de la que se salvó milagrosamente,<br />
siguió triunfando en la Plaza de<br />
Toros madrileña de Las Ventas durante toda<br />
la década de 1950, en la que no hubo año en<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA<br />
Apuntes biográficos y profesionales - I<br />
RAFAEL ORTEGA DOMÍNGUEZ<br />
la que no obtuviera un rotundo éxito y, en<br />
muchas ocasiones, con durísimas corridas,<br />
sumando un balance de orejas cortadas y<br />
salidas a hombros, tan sólo supe-rado por<br />
contadísimos diestros en toda la historia de<br />
la Plaza Monumental madrileña.<br />
Llegado este momento es de justicia<br />
señalar el reconocimiento que la afición<br />
madrileña dispensaba a este gran diestro<br />
gaditano, y que también obtuvo sin reserva<br />
alguna de las aficiones de Sevilla y Barcelona,<br />
pero muy especialmente de la de su provincia<br />
de nacimiento, que literalmente se volcaba<br />
por verlo en la Plaza Real de El Puerto de<br />
Santa María, las tres plaza que, con la de<br />
Madrid, mayor importancia tenían entonces<br />
a nivel nacional e internacional, en las que<br />
ocupó el puesto de primera figura del toreo<br />
que con tanto valor, arte y pundonor conquistó,<br />
aunque fuese reconocido desde<br />
17
Apuntes biográficos y profesionales - I<br />
siempre su enorme prestigio como certero<br />
estoqueador, pues no en vano era considerado<br />
como uno de los mejores de toda la<br />
historia del toreo y, posiblemente el mejor de<br />
la posguerra civil española.<br />
También la provincia de Cádiz ha<br />
dado toreros que triunfaron a su paso por Las<br />
Ventas de Madrid y que merecen, todavía más<br />
por su condición de «paisanos», recordarles,<br />
como el murciano-algecireño Miguel Mateos<br />
(Miguelín), que logró el record de seis orejas<br />
cortadas a tres toros en una sola tarde, o<br />
Manuel Lara (Jerezano), que cortó dos orejas<br />
a un Victorino una tarde veraniega, y, en<br />
tiempo posterior, grandes figuras, como la del<br />
malogrado Francisco Rivera (Paquirri), Paco<br />
Ojeda, o José Luis Galloso, también con<br />
record de cuatro orejas en una novillada, sin<br />
olvidarnos de <strong>Rafael</strong> de Paula, el sin duda<br />
alguna más emblemático diestro gitano de los<br />
últimos tiempos, por no citar más.<br />
Por último, es de justicia decir, que<br />
no tenemos la menor duda en conceder a<br />
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> como el primer matador de<br />
toros gaditano que más mereció el título de<br />
«torero de Madrid», y por incontables años,<br />
ya se ha cumplido el X Aniversario de su<br />
muerte y es verdadera y anímicamente aleccionador<br />
integrarse entre los innumerables<br />
amigos y aficionados que con tanto cariño y<br />
admiración le siguen recordando. El pasado<br />
(18-12-2007) se vivió para nuestro deleite un<br />
homenaje y en recuerdo de aquel gran torero<br />
que fue <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>.<br />
Fue uno de los toreros más clásicos,<br />
al que llamaron el «Tesoro de la Isla». La<br />
autenticidad de su toreo rondeño mereció<br />
durante las décadas de 1950 y 1960 la plena<br />
admiración de los aficionados. Cuantos<br />
tuvimos la oportunidad de conocer su toreo<br />
puro y su estilo irreprochable de matador le<br />
recordamos como modelo permanente de<br />
buen hacer torero y estilo de estoqueador<br />
extraordinario. Los aficionados, escritores y<br />
críticos taurinos, que alcanzamos a verlo en<br />
plenitud de sus facultades, tantas veces<br />
atacadas por duras cornadas, le recordamos<br />
18<br />
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />
El poeta versaría que<br />
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> consiguió en el<br />
ruedo «El toreo puro» los<br />
conceptos de su toreo eterno<br />
y fuera de la plaza «la purita y<br />
leal amistad a sus<br />
compatriotas, por eso se dijo<br />
de él: «....así lo que yo veo,<br />
para hacer el toreo puro, es<br />
esta continuidad: citar, parar,<br />
templar y mandar, y a ser<br />
posible cargando la suerte».<br />
como la idea (Antoñete): que se tiene «El del torero toreo que perfecto,<br />
de más realización me ha impresionado de lidias auténticas. ha sido Sus<br />
estadísticas Manolete en y la el Plaza que más Real me son ha extraordinarias,<br />
gustado, no <strong>Rafael</strong> sólo por <strong>Ortega</strong>, esas ocho a quien Puertas<br />
Grandes, considero sino además, por el poder el torero magistral más de sus<br />
faenas, completo estocadas y el que y triunfos ha toreado rotundos. con Le<br />
apodaron mayor con pureza.» el sobrenombre (www.jale.com de «As de<br />
espadas», tertulia rev2 por tema su exquisito taur.htm). virtuosismo al<br />
practicar la suerte suprema, cosa que<br />
indudablemente le perjudicó, pues, también<br />
llegó a torear muy bien; pero todos<br />
esperábamos su entrega sin reserva, llevando<br />
su vida en vuelo con la espada. Su toreo<br />
hizo escuela, por ejemplo, en su paisano<br />
Francisco Ruiz Miguel, y para muchos otros<br />
matadores.<br />
Desde que el domingo (14-08-1949)<br />
en que <strong>Rafael</strong> debutó en Madrid, ya dejó a los<br />
aficionados madrileños que se reunieron en<br />
la Plaza de Toros de Las Ventas, realmente<br />
sorprendidos por su determinación y oficio,<br />
por sus muchos conocimientos y maestría,<br />
pese a que su aspecto, con calva incipiente<br />
y figura ligeramente encorvada, denunciaban<br />
que no se trataba de un niño, sino de un<br />
hombre ya hecho, que aparentaba aún mayor<br />
edad de la que realmente tenía. Y aquél éxito<br />
inicial motivó sucesivas repeticiones.<br />
En las plazas españolas de mayor<br />
importancia tenían entonces a nivel nacional<br />
e internacional, en las que ocupó el puesto<br />
de primera figura del toreo que con tanto valor,<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA<br />
Apuntes biográficos y profesionales - I<br />
Recogiendo los vuelos del capote después de<br />
ejecutar un primoroso quite.<br />
arte y pundonor conquistó, aunque fuese<br />
reconocido desde siempre su enorme prestigio<br />
como certero estoqueador, pues no en<br />
vano era considerado como uno de los<br />
mejores de toda la historia del toreo y, posiblemente<br />
el mejor de la posguerra civil<br />
española. Sin embargo, hay quien dice que<br />
su gran estilo y seguridad como magistral<br />
estoqueador le perjudicó, pues opacó su valía<br />
como torero; otros, en cambio, consideraban<br />
que su figura, aparentando una edad superior<br />
a la que tenía, no le favoreció. También se<br />
dijo en aquellos años que no le administraron<br />
bien la etapa de sus mejores éxitos.<br />
Pero la realidad fue que tuvo marcada<br />
mala suerte en los múltiples y graves<br />
percances sufridos, que le interrumpieron<br />
demasiadas veces sus rachas de resonantes<br />
triunfos.Con el capote era magistral en su<br />
forma de recoger los toros, y su toreo a la<br />
verónica se manifestaba siempre templado<br />
y profundo, que fue sólo igualado por el<br />
maestro de Ronda, Antonio Ordóñez. Con la<br />
muleta toreaba extraordinariamente limpio,<br />
cargando la suerte y siempre centrado en sí<br />
mismo, derrochando una hombría poco<br />
común; si bien, en honor a la verdad, la<br />
realidad fue que no alcanzó el puesto que<br />
merecía por su extraordinaria calidad como<br />
torero…, pero si en el amor de la que fue su<br />
guapa esposa, Pepita Camacho, cuyos ojos<br />
se encienden de cariño al recordar «el<br />
maravilloso esposo que era.»<br />
En su tierra natal, el diestro de San<br />
Fernando, siguió después de retirado,<br />
dictando lecciones de tauromaquia. Un<br />
discípulo suyo, Ruiz Miguel, llegó también a<br />
ser «Torero de Madrid» por sus éxitos en la<br />
Plaza de Toros de Las Ventas, obtenidos al<br />
igual que su querido maestro, enfrentándose<br />
a corridas duras, entre ellas a más de un<br />
centenar de las de don Eduardo II Miura<br />
Fernández, en plazas como la «Real» de El<br />
Puerto de Santa María, donde antes las lidiara<br />
con atronadores éxito su maestro <strong>Rafael</strong>.<br />
El que le concedieran en la<br />
temporada madrileña el título de «torero de<br />
Madrid», fue un anticipo certeramente<br />
adivinado de lo que <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> llegó a<br />
conseguir, pues mereció el recuerdo de<br />
19
Apuntes biográficos y profesionales - I<br />
aquella afición capitalina y la máxima estimación<br />
de todos los aficionados, especialmente<br />
de los que tuvimos la inmensa<br />
suerte de presenciar alguna de sus memorables<br />
actuaciones en la Plaza Real de El<br />
Puerto de Santa María, al que siempre<br />
recordaremos sus conocimientos en el arte<br />
de torear, esgrimiendo a la perfección todos<br />
sus principios fundamentales, el dominio de<br />
los terrenos del toro y el suyo propio en cada<br />
toro, lo que le permitió el «cite de largo sin<br />
citar» y con la muleta en la izquierda, dentro<br />
de una característica muy suya y, sobre todo,<br />
propinando aquellas incomparables estocadas<br />
a volapié, o, preferentemente, en la<br />
suerte de recibir, con las que coronaba sus<br />
exitosas actuaciones.<br />
Para Néstor Luján, el gaditano fue un<br />
diestro «valiente y desgraciado en la plaza,<br />
con sorda vibración de torero antiguo.» Y algo<br />
hay de exacto en la definición, pues su carrera<br />
hubo de ser una constante lucha contra el<br />
dolor físico de las cornadas, soportadas con<br />
la bizarría de los más gallardos toreros de<br />
antaño, y contra los prejuicios que le relegaron<br />
a posiciones secundarias en la Fiesta de su<br />
tiempo. Así, José María de Cossío –que,<br />
extrañamente, calificaba de «basto» su toreoreconoce<br />
que «el mérito principal de este<br />
matador de toros ha sido haber permanecido<br />
en la brecha de la profesión sin desmayos ni<br />
concesiones, sin haber variado el estilo<br />
valeroso de su toreo ni rectificado sus<br />
procedimientos de la mejor ley en la suerte<br />
de matar.» Pero en ese comprensivo<br />
reconocimiento se encerraba también el gran<br />
estereotipo que ocultó, más que cualquier otra<br />
circunstancia, la dimensión torera, la hombría<br />
de <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>: su maestría en la suerte<br />
suprema.<br />
La propaganda de su tiempo le<br />
presentaba como «el rey de espadas» porque<br />
ejecutaba el volapié «con la perfección y la<br />
eficacia que los maestros del estoque de<br />
cualquier época hayan podido tener.» <strong>Ortega</strong><br />
se recreaba en el cite, marcaba con lentitud<br />
soberana los tres tiempos y salía gallar-<br />
20<br />
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />
damente del embroque después de haber<br />
hecho humillar al toro con la muleta en las<br />
pezuñas. Fue todo un estilista de la estocada<br />
y como tal, en premio de conso-lación, se<br />
colocó un sello de especialista que dejó en<br />
un segundo plano entre sus muchas virtudes<br />
su excepcional toreo con capa y muleta. Tal<br />
es así, que esa sola fue la coartada perfecta<br />
para justificar su injusto lugar en el toreo, tal<br />
y como se desprende de nuevo de las<br />
palabras de Cossío: «Es cierto que el público<br />
agradece, aplaude la práctica clásica y<br />
honrada de la suerte suprema pero no es ella<br />
fuente de popularidad ni de con-tratos.»<br />
Durante toda su trayectoria taurina el<br />
Maestro dejó constancia de su toreo de corte<br />
clásico, rondeño, puro y neto como una fuente<br />
limpia y clara, impulsado por una patente<br />
virilidad que nada tiene que ver con algunas<br />
de las «extrañas» poses de figuritas de<br />
nuestros días.<br />
El mérito principal de este matador de<br />
toros fue la de haber permanecido en la<br />
brecha de su profesión sin presentar, pese a<br />
los múltiples percances que recibió, desmayo<br />
ni concesiones, sin haber variado un ápice<br />
su estilo valeroso de su toreo ni rectificado la<br />
ortodoxia de sus procedimientos de la mejor<br />
ley en la suerte suprema de matar, con una<br />
personalidad propia difícilmente igualada. Y<br />
toreó muchas veces bien, y siempre con<br />
decoro y con el más alto nivel artístico, con<br />
gran eficacia, dominio y sabiendo el momento<br />
exacto para el adorno.<br />
Debemos reseñar, en cuanto a su<br />
tradicional eficacia a la hora de pasaportar los<br />
toros, que la realizó en una época muy poco<br />
propicia para la estimación de esta suerte<br />
como esta de estilismos toreros en que<br />
apareció <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> logró consideración<br />
excepcional y sostuvo su cartel con tan<br />
arriesgado e injustamente poco estimado<br />
recurso, que en él fue una sobresaliente<br />
habilidad. Aunque, en honor a la verdad, el<br />
público agradecía y aplaudía la práctica<br />
clásica y honrada de la suprema suerte que<br />
ejecutaba a la perfección, pero, desgra-<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA<br />
CUADRO I<br />
Algunos de los percances sufridos<br />
ciadamente, no le supuso a <strong>Rafael</strong>, volvemos<br />
a citar a D. José María de Cossío, una<br />
determinante fuente de popularidad ni de<br />
contratas.<br />
Se ha cumplido el X Aniversario de<br />
su muerte y es verdadera y anímicamente<br />
aleccionador integrarse entre los innumerables<br />
amigos y aficionados que con tanto<br />
cariño y admiración le siguen recordando. Él<br />
logró mantenerse en un lugar preferente año<br />
tras año, y lo que fue más meritorio, a prueba<br />
de serios percances, algunos tan grave que<br />
parecieron que presagiaron el fin del gaditano.<br />
Todos, en fin, seguimos recordando su valor,<br />
que mereció plenamente el calificativo de<br />
«más que comprobado.»<br />
Apadrinó, entre otros -fueron cincosegún<br />
los datos que tenemos, a Joselito<br />
Torres, Juan Posadas, Pepe Cáceres, Adolfo<br />
Rojas y Chamaco.<br />
1 y 2) <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>, Antonio Ordóñez,<br />
Juan Posadas y Joselito Torres, alternaron el<br />
(14-10-1952). Esa tarde se doctoraron: el<br />
español Juan Posadas, con Bigote, de la<br />
ganadería española de doña Concepción de<br />
la Concha y Sierra, y el venezolano Joselito<br />
Torres, en la Monumental de Zaragoza,<br />
Apuntes biográficos y profesionales - I<br />
Fechas Lugares Ganaderías Tipo de lesiones<br />
(08-06-1950) Granada Ramos Paúl Muslo izquierdo.<br />
(08-07-1950) Pamplona Fermín Bohórquez. Dos cornadas gravísimas: una<br />
interesaba el recto y la vejiga, y la otra la pierna derecha.<br />
(00-00-1951) Línea de la Concepción Una cornada.<br />
(00-08-1951) Cádiz Una cornada.<br />
(12-10-1959) Zaragoza Marqués de Domecq. Puntazo en la región auricular.<br />
(00-05-1959) Madrid Una cornada.<br />
(16-10-1966) Motril Espinosa de los Monteros. Fracturas de cúbito y radio<br />
del brazo derecho.<br />
(01-10-1967) Barcelona Hoyo de la Gitana Cornada que le atravesó el muslo<br />
izquierdo.<br />
(01-10-1967) Marbella Ana Romero Varios golpes y conmoción cerebral.<br />
siendo su padrino <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> y testigo<br />
Antonio Ordóñez.<br />
3) El (01-05-1958), confirmó su doctorado<br />
el diestro colombiano Pepe Cáceres, en<br />
la Plaza de Toros de Madrid, de manos de<br />
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> y ante la presencia de Antonio<br />
Chenel (Antoñete), con el astado de nombre<br />
Saltador, de la ganadería española de don<br />
Clemente Tassara.<br />
4) El (01-10-1967) recibió la alternativa<br />
en la Plaza de Toros de Barcelona el<br />
diestro venezolano Adolfo J. Rojas Flores, de<br />
manos de <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>, al cederle la muerte<br />
del toro, llamado Jarretero, negro bragado,<br />
núm. 57, con 477 kgrs., cortando una oreja.<br />
5) <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>, Juan García<br />
(Mondeño) y Antonio Borrero Morato<br />
(Chamaco) alternaron en Madrid en mayo de<br />
1958, día que <strong>Ortega</strong> le confirmó su alternativa<br />
a Chamaco.<br />
A <strong>Rafael</strong> le <strong>Ortega</strong> le confirmó su<br />
alternativa el diestro madrileño Luis Segura,<br />
la tarde del (15-05-1958) en la Plaza de Toros<br />
de La Ventas de Madrid, y atestiguado por<br />
Antonio Chenel (Antoñete), con el toro de<br />
nombre Elegido, de la ganadería española<br />
de don Fermín Bohórquez Gómez. .<br />
21
Apuntes biográficos y profesionales - I<br />
22<br />
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA<br />
CUADRO II<br />
Apuntes biográficos y profesionales - I<br />
Novilladas, corridas y trofeos en la Plaza Real<br />
Fechas Ganaderías Novillos Toros Orejas y rabos A Hombros<br />
(03-08-1947) M. del Contadero 2 ———————————<br />
—————<br />
(06-05-1951) Benítez Cubero 2 2 2 1<br />
(03-08-1952) Antonio Urquijo 2 3 1<br />
(29-08-1954) Manuel S. Cobaleda 2 1<br />
(05-08-1956) Fermín Bohórquez 2 1<br />
(19-03-1957) José Villar Vega 2 2 1<br />
(04-08-1957) José Luis Osborne 2 4 1 1<br />
(25-08-1957) Domecq y Osborne 2 2 1<br />
(27-04-1958) Eduardo II Miura 2 2 1 1<br />
(12-10-1959) Domecq Hermanos 2 1<br />
(10-07-1966) Carlos Núñez 2 2 1 1<br />
(31-07-1966) Beníez Cubero 2 3 1<br />
(28-08-1966) Carlos Núñez 2 3 1<br />
CUADRO III<br />
Algunos de los trofeos logrados en su vida profesional<br />
Fechas Ganaderías Novillos Toros Orejas y rabos A Hombros<br />
(03-08-1947) M. del Contadero 2<br />
(02-10-1949) Felipe Bartolomé 2 1<br />
« « Escudero Calvo 1 1 1<br />
(00-04-1950) 2 1<br />
(00-05-1950) (Madrid) 2 2 1<br />
(06-05-1951) Benítez Cubero 2 2 2 1<br />
(03-08-1952) Antonio Urquijo 2 3 1<br />
(12-10-1952) 2 2 1<br />
(00-05-1953) 2 2 1<br />
(29-08-1954) Manuel S. Cobaleda 2 1<br />
(23-04-1955) (Sevilla) 2 2 1 1<br />
(05-08-1956) Fermín Bohórquez 2 1<br />
(19-03-1957) José Villar Vega 2 2 1<br />
(04-08-1957) José Luis Osborne 2 4 1 1<br />
(25-08-1957) Domecq y Osborne 2 2 1<br />
(27-04-1958) Eduardo II Miura 2 2 1 1<br />
(00-05-1959) Eduardo II Miura 2 2 1 1<br />
(12-10-1959) Domecq Hermanos 2 1<br />
(24-03-1966) Manuel Martínez 2 2 1<br />
(10-07-1966) Carlos Núñez 2 2 1 1<br />
(31-07-1966) Benítez Cubero 2 3 1<br />
(28-08-1966) Carlos Núñez 2 3 1<br />
(00-04-1967) (Sevilla) 2 1 1<br />
(25-05-1967) (Madrid) 2 2 1<br />
(00-06-1985) (Jerez ) 2 2 1<br />
En Madrid: Seis veces saldría en volandas camino a la calle de Alcalá, en<br />
las temporadas de 1949, 50, 52, 53, 54 y 67.<br />
23
Apuntes biográficos y profesionales - I<br />
1949:<br />
1949:<br />
Octubre:<br />
10:<br />
Cordobés:<br />
Recibió su alternativa el (02-10-1949),<br />
en la Plaza de Toros de Las Ventas (Madrid),<br />
con toros de don Joaquín Buendía (1). La alternativa<br />
se la concedió Manuel Dos Santos,<br />
Manuel González y <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> alternaron<br />
el (02-10-1949) en Madrid; día que recibió la<br />
alternativa <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> al cederle Manolo<br />
González, que estaba en su mejor momento,<br />
su primer toro, de nombre Cordobés, de<br />
pelaje negro mulato y listón, bragado,<br />
marcado con el número 80, de la ganadería<br />
de don Felipe Bartolomé, en presencia de<br />
Manolo Dos Santos, entonces en pleno<br />
candelero y «ojito derecho de la afición<br />
madrileña. Por percance de éste último<br />
durante el tercio de quites en el primer toro,<br />
la corrida quedó en un mano a mano y el éxito<br />
de <strong>Ortega</strong> fue rotundo, al cortar una oreja al<br />
toro Cordobés, el de su alternativa y otra al<br />
sexto (un sobrero de Escudero Calvo<br />
Hermanos, lo que hoy es de Victorino), y<br />
logrando su cuarta salida a hombros por la<br />
Puerta de Madrid en menos de dos meses,<br />
acompañado de su padrino.<br />
24<br />
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />
Algunos nombres más de los toros que lidió:<br />
1950:<br />
Julio:<br />
08:<br />
Trocador:<br />
En la segunda de las corridas del<br />
serial taurino de la Feria de San Fermín, en<br />
Pamplona, celebrada la tarde del sábado (08-<br />
07-1950), alternaron los diestros Manolo<br />
González, Manolo dos Santos y <strong>Rafael</strong><br />
<strong>Ortega</strong> Domínguez (Gallito), que lidiaron<br />
reses de don Fermín Bohórquez Gómez. Dos<br />
Santos y Gallito era la segunda vez que<br />
actuaban en la Plaza de Toros de dicha<br />
ciudad, en cuya corrida los relevante fue,<br />
desgraciadamente, que <strong>Ortega</strong> sufrió una<br />
grave cogida en el sexto toro. Reseñaremos<br />
la corrida:<br />
«Con una tarde también calurosa y<br />
entrada semejante a la del día anterior, se dio<br />
el sábado la segunda corrida citada, en la<br />
que, a pesar de no haberse cortado ninguna<br />
oreja, por rigor presidencial, los tres toreros<br />
que en ella tomaron parte, salieron afanosos<br />
de triunfar y aprovecharon ampliamente las<br />
buenas condiciones del temple y cabezas que<br />
ofrecían los toros jerezanos de don Fermín<br />
Bohórquez Gómez, se hicieron acreedores<br />
a ellas en los toros tercero, cuarto y quinto,<br />
Octubre: (1)Don Joaquín Buendía Peña, adquirió en 1932 la ganadería del conde de Santa Coloma,<br />
que a su vez procede de la que formó don Eduardo Ibarra con reses de don Joaquín<br />
1949:<br />
Murube, como se dice al reseñar la vaca de don Ernesto Blanco y de su hijo Manuel,<br />
Octubre:<br />
procedente de la de don Fernando Parladé. En 1905, el conde de Santa Coloma adquirió<br />
10:<br />
el hato de reses que don Manuel Fernández Peña adquirió de don Eduardo Ibarra. En<br />
Cordobés:<br />
1996 (al amparo del artículo 6o. bis c), don Joaquín Buendía hizo tres lotes de machos y<br />
de hembras de igual número, que se repartieron entre sus hijos y se adjudicó una parte a<br />
10:<br />
la dehesa La Amarguilla, siendo la procedencia actual de Santa Coloma-Buendía.<br />
Cordobés:<br />
La producción de toros de la ganadería de don Joaquín Buendía, ubicada en<br />
Sevilla, y que dentro de la misma casta conserva las procedencias de Ibarra y del Saltillo,<br />
de la más pura casta de Vistahermosa, ha sido magnífica, siendo de notar que con reses<br />
de esta vacada se han formado otras muchas, se aumentaron otras y se han efectuado<br />
cruces con casi todas. La antigüedad de esta ganadería es del 16 de mayo de 1906. Su<br />
divisa: Azul y encarnada en una sola cinta. Señal: oreja derecha zarcillada.<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />
en los que cuajaron faenas francamente<br />
soberbias, ligeramente deslucidas con el<br />
acero, pero premiadas con grandes<br />
ovaciones, peticiones de orejas y vueltas al<br />
ruedo.<br />
Y cuando ya estaba vencida la corrida,<br />
en la faena del sexto toro, que <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong><br />
le había brindado a los asilados de la Casa<br />
Misericordia, sobrevino la desgracia que<br />
impresionó profundamente al público. Fue el<br />
citar al natural cuando el toro, marcado con<br />
el número 105 y que atendía por el nombre<br />
de Trocador, que estuvo a punto de no<br />
lidiarse porque estaba cojo de la extremidad<br />
posterior derecha, impedimento que pasó<br />
inadvertido para el público, pero no para los<br />
veterinarios, enganchó por la pierna derecha<br />
al gaditano <strong>Ortega</strong>, volteándole, y una vez en<br />
el suelo le metió la cabeza, suspendiéndole<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA<br />
Apuntes biográficos y profesionales - I<br />
por la entrepierna de tan aparatosa manera,<br />
que en el acto se dio cuenta el público que<br />
había recibido una gran cornada, como, en<br />
efecto, así fue. Al momento en la enfermería<br />
se le apreció una herida penetrante por la<br />
región perineal, que interesaba el recto y la<br />
vejiga y ascendía hasta la región abdominal.<br />
Se le intervino, a lo largo de dos horas con<br />
repetidas transfusiones en vista del fuerte<br />
shock y carencia de pulso en que se<br />
encontraba. Luego reaccionó a las inyecciones<br />
y transfusiones que se le aplicaron, y<br />
a las diez de la noche se le trasladó a la<br />
Clínica de San Miguel, donde durante la<br />
madrugada le atendió el doctor Guinea, que<br />
fue llamado de urgencia a Madrid.<br />
La corrida de Bohórquez fue buena,<br />
en general, de clase, dando un promedio de<br />
286 kilos y medio en canal.<br />
En la imagen<br />
superior, el<br />
momento en<br />
que el toro se<br />
cuela el iniciar<br />
<strong>Ortega</strong> el<br />
muletazo.<br />
En la imagen<br />
inferior, el<br />
momento en que<br />
el toro engancha<br />
al diestro de San<br />
Fernando por la<br />
pierna derecha.<br />
(Fotos de<br />
archivo).<br />
25
Apuntes biográficos y profesionales - I<br />
26<br />
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />
Arriba, el momento más trágico de la cogida. Abajo, en composición seriada,<br />
una vez en suelo, el toro cornea de nuevo a <strong>Ortega</strong>; todos al quite y el diestro<br />
inmóvil sobre la arena; <strong>Ortega</strong> es llevado sin conocimiento a la enfermería.<br />
1958:<br />
Abril:<br />
27:<br />
Escogido,<br />
Espejito II:<br />
La reseña de esta corrida de toros de<br />
D. Eduardo II Miura Fernández, celebrada la<br />
tarde del domingo (27-03-1958) en la Plaza<br />
Real de El Puerto de Santa María, bajo un<br />
cielo azul y soleado, es doblemente interesante,<br />
porque la esperada miurada ya<br />
protagonizó la tarde anterior un hecho que<br />
acentuó aún más el atractivo del festejo y que<br />
vivimos con toda intensidad (2, véase en la<br />
página 28). Y es que durante el desencajonamiento<br />
uno de los astados, llamado<br />
Velonero, se emplazó en el centro del<br />
redondel, mirando hacia cuanto se movía,<br />
pero sin perder de vista al camión donde<br />
estaban sus compañeros, ya que sobre él<br />
estaban dos hombres, preparados para dar<br />
salida a otro ejemplar. Esa fue la causa, más<br />
el ruido que hacían sus compañeros, que en<br />
dos ocasiones el toro se fuese hacia el<br />
camión y cornease sobre las ruedas. Como<br />
una y otra vez, sin resultado alguno, volviera<br />
a situarse en el centro del redondel, no<br />
haciendo caso alguno a los cabestros, por lo<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA<br />
Apuntes biográficos y profesionales - I<br />
Este miura era semejante a Espejito II, faltándole<br />
sólo la característica de tener «ojo de perdiz.»<br />
que habiendo pasado más de media hora,<br />
alguien, aun a sabiendas del peligro que ello<br />
representaba y porque no se podía hacer otra<br />
cosa, autorizó que saliese otro miureño,<br />
llamado Espejito II, de pelo co-lorado, ojo de<br />
perdiz, al que <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> le cortó al día<br />
siguiente las orejas. Cuando el «ojo de perdiz»<br />
vio a Velonero, en menos que canta un gallo,<br />
se lanzaron a toda velocidad el uno contra el<br />
otro y del tremendo encontro-nazo con sus<br />
testuces, que se pudo escu-char por todos<br />
los presentes, ambos saltaron al aire como<br />
si fuesen de juguete, para quedar muerto en<br />
el acto Velonero (3, página 28).<br />
Las incidencias continuaron, pues de<br />
los seis toros que salieron de Zahariche fueron<br />
sustituidos tres –uno, el citado Velonero y<br />
dos rechazados por pequeños-, dos de ellos<br />
por otros de la misma divisa, llegados la<br />
mañana del día de la corrida y que fueron<br />
embarcados con muchas dificultades en la<br />
madrugada de ese día, y un tercero de la de<br />
Domecq Hermanos. Los cinco de la famosa<br />
vacada sevillana, la de los «terroríficos<br />
miuras», se comportaron bien en su conjunto,<br />
eso sí, con mucho poder, casta y nervios;<br />
siendo los más grandes los lidiados en cuarto,<br />
quinto y sexto lugar, aunque todos fueron muy<br />
aplaudidos; pasando seguidamente a relacionar<br />
todos ellos, integrando la segunda<br />
parte de la reseña principal, en la que torearon<br />
el citado <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez, Dámaso<br />
Gómez y Luis Miguel González Lucas (Luis<br />
Miguel Dominguín):<br />
27
Apuntes biográficos y profesionales - I<br />
1958:<br />
Mayo:<br />
15:<br />
Elegido:<br />
Recibió <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> su doctorado<br />
once años después de su alternativa en la<br />
misma Plaza de Toros madrileña de Las<br />
Ventas, el (15-05-1958), de manos de Luis<br />
Segura y de testigo Antonio Chenel<br />
(Antoñete), con el toro de nombre Elegido,<br />
de la ganadería española de don Fermín<br />
Bohórquez Gómez (4, enmarcado en rojo).<br />
28<br />
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />
1959:<br />
Mayo:<br />
17:<br />
Mariscal:<br />
El sólo nombre de <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> fue<br />
ornato de las ferias españolas más<br />
importantes. En el recuerdo están el rabo a<br />
un Miura en Sevilla en 1954 y la gran faena al<br />
toro, llamado Mariscal, marcado con el<br />
número 19 y de pelaje negro, de D. Clemente<br />
Tassara, el (17-05-1959), que inspiró al<br />
cronista del periódico A B C, Antonio Díaz-<br />
(2) Tan fue así que, aquella misma tarde decidí en mis adentros abandonar tan pronto<br />
fuese posible mi trabajo en la Base Hispano-Americana de Rota y volverme a Córdoba<br />
para terminar la carrera de Veterinaria que había dejado en 1952. Me juré a mi mismo, ya<br />
de forma definitiva, dedicarme a los toros de lidia desde que volviera a pisar la Facultad<br />
de Veterinaria de Córdoba ¡Y así lo hice!, dedicándome todo el resto de mi vida al estudio<br />
de los toros bravos y en mi vejez a escribir sobre ellos.<br />
(3) Otro hecho similar, como ya quedó citado, tuvo lugar el (20-07-1879), cuando el toro<br />
de la ganadería española de Taviel de Andrade, llamado Calzonero, que se encontraba<br />
en los corrales de la Plaza de Toros de Valencia, al sacarlo de los cajones, su<br />
compañero de dehesa, de nombre Mantillino, acometió contra él, llegándole con tal<br />
ímpetu que le ocasionó la muerte al chocar frontalmente.<br />
(4) De Jerez de la Frontera (Cádiz), con divisa verde y encarnada, y señal, hoja<br />
de higuera en la izquierda y un corte en la derecha, tiene antigüedad del (17-05-<br />
1951). Los hermanos Bohórquez, uno de ellos, llamado Fermín, fue el padre de<br />
los también hermanos Fermín y José Bohórquez Gómez, presentaron por<br />
primera vez sus toros en la nueva plaza de toros de Madrid el (25-03-1912).<br />
Procede de la que en 1940 formó su ganadería don Luis Vallejo Alba, con 59<br />
hembras y dos sementales adquiridos directamente a doña Carmen de Federico,<br />
antigua de Murube y de pura casta Vistahermosa y que fue adquirida por don<br />
Fermín en 1946. Vacada que, notablemente aumentada con más reses de este<br />
puro encaste «de los murubes», fue adquirida por el jerezano Fermín<br />
Bohórquez Gómez, quien vio por primera vez su nombre en los carteles la<br />
tarde del (22-04-1946), con una muy buena corrida que despacharon con<br />
sonados éxitos los diestros Domingo López <strong>Ortega</strong>, Juanito Belmonte, Alfonso<br />
Ramírez (El Calesero) y Pepe Luis Vázquez, en la Monumental Plaza de Toros de<br />
Barcelona. Supo don Fermín Bohórquez mantener en buen tono las excelentes<br />
ascendencias de este encaste, al mismo tiempo que le infundió a su ganado<br />
unas características propias, dándoles un sello especial dentro del canon<br />
murubeño. Son unos toros que, pese a las desigualdades inevitables de las<br />
ganaderías de camadas largas, suelen dar buen juego con abundancia de<br />
muchos toros realmente extraordinarios. Tras el fallecimiento de don Fermín,<br />
continuó con la acreditada ganadería su hijo don Fermín Bohórquez Escribano,<br />
notable rejoneador, en las fincas de «Fuente Rey» y «Peñuelas».<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA<br />
Apuntes biográficos y profesionales - I<br />
No cabe mayor perefección, en la técnica de<br />
estoquear los toros, como la ejecutaba <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>.<br />
Cañabate, una de sus mejores crónicas. El<br />
mismo año, también durante el serial<br />
madrileño de San Isidro –sin duda en otra<br />
corrida-, el toro de nombre Rosaledo,<br />
también marcado con el nº 19, de pelaje<br />
negro, de la misma ganadería, obtuvo del<br />
premio al mejor toro de dicho serial, por su<br />
extraordinario comportamiento en los tres<br />
tercios de la lidia. Ocupó el décimo lugar de<br />
la lista y de los 46 toros premiados en la Plaza<br />
de Toros de Madrid entre 1950 y 1996.<br />
La citada «lista» es como sigue:<br />
1951: Rizador, nº 25, cárdeno, de don Felipe<br />
Pablo Romero. 1952: Cachiporra, nº 44,<br />
negro, de don Fermín Bohórquez Gómez.<br />
1953: Escamillo, nº 44, negro, de don Antonio<br />
Urquijo. 1954: Italiano, nº 208, negro, de don<br />
Antonio Urquijo. 1955: Lunero, nº 74, negro<br />
bragado, de don Carlos Núñez. 1956:<br />
Farolero, nº 18, negro, de doña Eusebia<br />
Galache. 1957: Grasito, nº 26, negro, de don<br />
Antonio Pérez. 1958: Rosaledo, nº 21,<br />
cárdeno, de don Felipe Pablo Romero. 1959:<br />
Mariscal, nº 19, negro, de don Clemente<br />
Tassara. La Feria de San Isidro madrileña,<br />
repetimos, no sólo supone el ciclo más largo<br />
e importante de corridas y, por tanto, el de<br />
mayor número de toros lidiados, acercándose<br />
durante los últimos años a los treinta festejos<br />
celebrados, sino también, en líneas<br />
generales, las de mayores exigencias sobre<br />
las condiciones que deben reunir los toros,<br />
aunque a veces, el desmedido celo de algunos<br />
grupos de aficionados por el tamaño de los<br />
toros, peso y armadura, más bien parecen<br />
que quisieran resucitar los ancestrales toros<br />
pintados en el techo de la cueva rupestre de<br />
Altamira. Y sin embargo, ya es bien sabido<br />
que los toros demasiado grande y pesados,<br />
no son siempre aptos para una lidia artística<br />
y, como se casan pronto, se dedican a<br />
defenderse, dando cornadas.<br />
29
Apuntes biográficos y profesionales - I<br />
1966:<br />
Marzo:<br />
24:<br />
Martincho:<br />
El (24-03-1966), luego de una faena<br />
brillante al bravo y noble toro, de nombre<br />
Martincho, de Manuel Martínez, en la «Plaza<br />
México» –«la más grande del Mundo», como<br />
tantas veces lo recuerda el cornista taurino<br />
mexi-cano D. Adiel Bolio (padre)-, con el corte<br />
de dos orejas, el diestro <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> se<br />
ganó la Oreja de Oro. Ello quiere decir que<br />
no más llegó a México y triunfo.<br />
1967:<br />
Octubre:<br />
01:<br />
Capuchino:<br />
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>, en la segunda<br />
temporada de su reaparición, circuló por la<br />
misma senda que la primera en esta de 1967,<br />
30<br />
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />
ya que tras torear veinte corridas, con frecuentes<br />
triunfos, fue cogido en la Monumental<br />
de Barcelona el (01-10-1967) por el toro,<br />
llamado Capuchino, del hierro de «Hoyo de<br />
la Gitana», que le infringió una cornada que<br />
le atravesó el muslo izquierdo por su tercio<br />
medio. Aquella tarde le había otorgado la<br />
alternativa a Adolfo Rojas, en presencia de<br />
Francisco Rivera (Paquirri).<br />
Desde que hizo su debut con<br />
picadores, la tarde del (11-08-1946), en la<br />
Plaza de Toros de Ceuta, hasta su última<br />
corrida en la Plaza de Toros de Madrid, tras<br />
algunos años de retirada, transcurrieron<br />
prácticamente 20 años, y de su postrera<br />
actuación madrileña aún quedan muchos<br />
aficionados que seguirán recordando<br />
gratamente aquella corrida de su reaparición,<br />
en la Feria de San Isidro de 1967, en la que<br />
cortó dos orejas a un toro de Contreras, por<br />
una inenarrable faena con el capote, la muleta<br />
Pasa a la página nº 32<br />
ANCTL - MÉXICO<br />
¡Si! La «Plaza México» es «la más grande del mundo.»<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA<br />
Apuntes biográficos y profesionales - I<br />
Historia de la «Plaza México», en la que toreó <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />
La Plaza de Toros México fue edificada en catorce meses, iniciándose las obras<br />
el (01-12-1944); y el enorme coso, el mayor del mundo, fue inaugurado el (05-02-1946).<br />
En la construcción participaron 12.000 obreros, en tres turnos diarios. El diámetro primitivo<br />
del redondel fue de 50 metros, reduciéndosele posteriormente a 44, tienendo un cupo<br />
para 44 mil espectadores; el nivel al que se encuentra dicho redondel es el 20 metros<br />
bajo el nivel medio del terreno de la calle Insurgente. El Patio de Cuadrillas, Toriles,<br />
Patios de Caballos y demás servicios se encuentran más altos que el del redondel, a 17<br />
metros abajo del nivel del terreno. La gradería comprende 37 hileras de gradas de<br />
ochenta centímetros de ancho, con peraltes que varían de 48 a 56 centímetros; dichas<br />
graderías tienen un desarrollo horizontal de treinta metros. En seguida se encuentra la<br />
típica y bien acomodada hilera de palcos, con cupo de cerca de diez personas cada<br />
uno, muy buenos asientos y medio baño propio; dichos palcos se encuentran justamente<br />
sobre el nivel natural del terreno. Arriba de los palcos, y ya soportadas por magníficas<br />
estructuras de ferroconcreto, es decir, en el aire, están las graderías correspondientes a<br />
las localidades de «general», o sea, 23 hileras de gradas también de 80 centímetros en<br />
ancho con peraltes de 64 centímetros de alto; el desarrollo horizontal de esta última<br />
localidad es de veinte metros lineales. El techadillo que circunda interiormente toda la<br />
plaza se encuentra a una altura de 22 metros arriba del nivel natural del terren o, y,<br />
como éste se halla a 20 metros arriba del redondel, se tiene un total, para la altura<br />
interior del coso entero, la «fuerte cantidad de cuarenta y dos metros lineales (Excelsior,<br />
(17-02-1946), Arq. Manuel Chacón. Tercera Sección. Página 7).<br />
Fue bendecida por el Arzobispo de México, don Luis María Martínez. que hizo<br />
un recorrido completo por ella regándola con agua bendita. Cuando terminó, volteó a<br />
ver a los toreros y les dijo: «Aunque ustedes nos lo crean, la historia dirá que yo di la<br />
vuelta al ruedo antes que ustedes.» En la inauguración lidiáronse toros de la ganadería<br />
zacatecana San Mateo, de don Antonio Llaguno. El cartel: Luis Castro (El Soldado),<br />
Manuel Rodríguez (Manolete) y Luis Procuna. El primer astado se llamó Jardinero, de<br />
pelo cárdeno obscuro y caribello, nº 33. El primer capotazo lo dio Román Guzmán (El<br />
Chato), quien clavó también el primer par de banderillas. La primera vara el picador<br />
José Amezola, que marró, y fue José Noriega (El Cubano) quien realmente puso la<br />
primera puya. El primer muletazo, de «El Soldado», siendo un ayudado por alto; y la<br />
primera estocada del mismo diestro, se refrendó con el descabello al segundo golpe. El<br />
primer puntillero que entró en funciones, para atronar al segundo astado de la corrida<br />
inaugural, fue el cahetero Víctor Reyes.<br />
La recaudación en taquilla, ascendió a la cantidad de 546,264.00 pesos. Fungió<br />
como Juez de Plaza don Carlos Zamora y el Cambiador de Suertes lo fue don Rosendo<br />
Béjar. Los subalternos que actuaron fueron:<br />
Picadores: José Larios (El Indio); José Noriega (El Cubano) y José Amezola.<br />
Banderilleros: Román Guzmán (El Chato); Carlos Encinas y José Antonio Casillas,<br />
formaron la cuadrilla de Luis Castro (El Soldado); la del diestro español Manuel<br />
Rodríguez (Manolete) estuvo integrada por los picadores Luis Vallejo Barajas (El Pimpi);<br />
Felipe Mota y Manuel Pérez (Andaluz) y por los peones Alfredo David, Jesús Merino (El<br />
Güero) y Ricardo Aguilar.<br />
A las órdenes de Luis Procuna salieron a caballo: Juan Aguirre (Conejo Chico);<br />
José Meza y Manuel Domínguez (Berrinches II) y los infantes Fernando López, David<br />
Siqueiros (Tabaquito) y Francisco Balderas. Los puntulleros fueron: Macario Castelán<br />
(Gallinito) y Víctor Reyes.<br />
31
Apuntes biográficos y profesionales - I<br />
32<br />
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />
Viene de la página nº 30 Brava, por parte de los ignorantes, más que<br />
y la espada; curiosamente, esa tarde abrileña<br />
Curro Romero se negó a matar un toro; y lo<br />
que son los aficionados: produjo más<br />
expectación el mitin de Curro (el día anterior<br />
había obtenido un gran éxito) –una prueba<br />
más de la inclinación populachera de la Fiesta<br />
el arte del toreo- , que la memorable tarde de<br />
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>, quien tuvo que retirarse<br />
definitivamente poco después, tras otra<br />
gravísima cogida sufrida en la Monumental<br />
Plaza de Toros de Barcelona.<br />
Se podrá torear igual, pero mejor, ¡nunca! Y es que<br />
lo que hacía <strong>Rafael</strong> era pintar el arte puro.<br />
Mejoró a su creador Manolete, en la suerte de<br />
las «manoletinas.» ¿Acaso, no?<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA<br />
Apuntes biográficos y profesionales - I<br />
CRONOLOGIA GENERAL DE RAFAEL<br />
ORTEGA DOMÍNGUEZ<br />
<strong>Rafael</strong> irradiaba humanismo,<br />
nobleza y simpatía, los mejores<br />
valores del hombre.<br />
1921:<br />
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez, matador<br />
de toros, nacido en San Fernando (Cádiz), el<br />
(04-07-1921), falleció en la misma ciudad el<br />
(18-12-1997), a los 76 años de edad y tras<br />
20 de ejercer su profesión. Sobrino del<br />
banderillero <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> (Cuco de Cádiz)<br />
–que actuó mucho en Madrid en las novilladas<br />
durante muchos años, terminando como<br />
auxiliar del rejoneador José Belmonte-, por<br />
lo que acaso influyera en su vocación tal<br />
influencia familiar, pero se inició al toreo con<br />
vocación tardía, vistiéndose de por primera<br />
vez de luces en 1945, pero con una sobriedad<br />
y pundonor ejemplares, para terminar siendo<br />
un gran torero y, sobre todo, un hombre cabal.<br />
Sus cualidades humana le hicieron acreedor<br />
a llevarse el profundo y multitudinario cariño<br />
que incontables amigos y aficionados, que<br />
debieron servir de valiosísimo salvoconducto<br />
para disfrutar de pase automático al Paraíso.<br />
33
Apuntes biográficos y profesionales - I<br />
1945:<br />
Agosto:<br />
11:<br />
Vistió su primer traje de luces en<br />
1945 en la plaza de Ceuta (Norte de África),<br />
ciudad donde cumplía el servicio militar y<br />
donde un año después, hizo su debut con<br />
picadores, la tarde del (11-08-1946), en la<br />
Plaza de Toros de Ceuta (Enclave español<br />
en el Norte de África, en donde el año antes<br />
había cumplido con su servicio militar obligatorio).<br />
Tardó tres temporadas en coger fama<br />
en su escalafón, sin suerte ni en su primer<br />
paseíllo en la Real Maestranza de Sevilla en<br />
1948, donde la fulgurante actuación de<br />
Frasquito, un inconsistente imitador de<br />
Manolete, opacó su buen toreo (véase (14-<br />
08-1949).<br />
Septiembre:<br />
08:<br />
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>, Luis Miguel González<br />
Lucas (Dominguín), a la sazón novilleros, y<br />
Pepe Anastasio como rejoneador, alternaron<br />
el día (08-09-1946) en la Plaza de Toros de<br />
Murcia, lidiando ganado de don Eduardo II<br />
Miura Fernández, más un toro de Santos para<br />
el rejoneador. La ciudad cartagenera, de gran<br />
raigambre taurina, con extraordinarios y<br />
entendidos aficionados, carece desde hace<br />
años de Plaza de Toros. En ese sentido hay<br />
que destacar la incansable labor que vienen<br />
ejerciendo los distinguidos miembros del<br />
prestigioso «Foro Taurino Cultural de Cartagena<br />
y su Comarca» para lograr que pronto<br />
cuenten con una moderna Plaza de Toros.<br />
1947:<br />
Abril:<br />
27:<br />
El ganadero D. Esteban González<br />
presentó siete de sus novillos en la Plaza Real<br />
de El Puerto de Santa María, la tarde del (27-<br />
04-1947), presentando el coso una buena<br />
entrada, si bien los novillos, aunque de poco<br />
peso, dieron en su conjunto aceptable juego<br />
34<br />
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />
a los diestros Juanito Balañá, Manuel Navarro,<br />
Manuel Franco (Cardeño) y <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong><br />
Domínguez, que hacía su presentación como<br />
novillero. Y que no se pase decir que el último<br />
toro, de <strong>Ortega</strong>, se le condenó a banderillas<br />
negras.<br />
Balañá, que era el rejoneador, en<br />
verdad, no estuvo todo lo afortunado que de<br />
él se esperaba, probablemente debido a que<br />
le tocó en suerte un novillote chico y tal vez<br />
reparado de la vista, no le hizo caso al de a<br />
caballo, pese a que el caballero rejoneador le<br />
obligó con insistencia, lo cual restó brillantez<br />
a su labor, quien, no obstante, estuvo tan<br />
valiente como voluntarioso, consiguiendo al<br />
finalizar su aburrida lidia, con un certero rejón<br />
de muerte, siendo premiado su trabajo con<br />
calurosos aplausos, que le obligaron a saludar<br />
desde los medios.<br />
Manolo Navarro, que abría el cartel de<br />
los lidiadores de a pie, demostró en todo<br />
momento ser un novillero enterado de su<br />
oficio, que no en balde venía de triunfar en la<br />
Real Maestranza de Caballería de Sevilla. La<br />
faena de muleta a su primer novillo fue<br />
bastante inteligente y reposada, obligándole<br />
a embestir porque el animal estaba un poco<br />
quedado, logrando sacar de él el mayor<br />
partido posible. Llegó el astado al desolladero<br />
después de recibir una media estocada en<br />
su sitio y un descabello certero, por lo que<br />
fue ovacionado.<br />
En su segundo, que brindó a la concurrencia,<br />
inició la faena de muleta con sus<br />
estatuarios, sin moverse un pelo y con los<br />
pies metidos parcialmente en la montera,<br />
para seguir luego muy torero, derrochando<br />
valentía inteligentemente, ofreciendo pases<br />
de todas las marcas, que el público agradecía<br />
aplaudiéndole con sincero entusiasmo,<br />
adornándose varias veces con pases de<br />
rodillas y tocando el pitón. La poca fortuna al<br />
estoquear le impidió lograr los trofeos que en<br />
ley iba a ganarse, pero el público conocedor<br />
supo premiar la buena y voluntariosa labor<br />
del gaditano con muchos aplausos.<br />
Pasa a la página nº 36<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA<br />
Apuntes biográficos y profesionales - I<br />
35
Apuntes biográficos y profesionales - I<br />
En honor a la verdad, para Cardeño<br />
fueron las más sonadas ovaciones de la<br />
tarde. Su gran valentía y amor propio pusieron<br />
de manifiesto el dominio en esta, en que<br />
demostró cada vez estaba cuajando más<br />
como torero y artista, tanto con el capote<br />
como con la muleta. Buena prueba de ello<br />
fueron la serie de verónicas con que recibió<br />
a su primero y después los impecables<br />
estatuarios, naturales y ayudados por bajo,<br />
que instrumentó en su faena de muleta. Lo<br />
mató de una estocada y media, entrando muy<br />
bien la dos veces y de las que murió el novillo<br />
sin puntilla. Una gran ovación con corte de<br />
dos orejas y vuelta al ruedo fueron los<br />
certificados de garantía de sus actuaciones.<br />
Y el éxito se repitió en el quinto de la tarde,<br />
con el que se estiró mucho en una finas<br />
verónicas. Después de brindar al público,<br />
ejecutó una faena de muleta muy ceñida,<br />
amparado ya en el conocimiento exacto de<br />
los terrenos de los novillos, y todo valientemente,<br />
con todo el repertorio de pases, que<br />
el respetable jaleó entusiasmado. Entrando<br />
muy bien, colocó media estocada en su sitio,<br />
descabellando luego, para obtener una oreja,<br />
otra ovación y vuelta al ruedo.<br />
A <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> nada tardaron los<br />
entendidos que era otro novillero que<br />
claramente prometía. Toreó muy bien de capa,<br />
bajando con cadencia los brazos y jugando<br />
admirablemente con las muñecas, recordándonos<br />
a Juan Belmonte García, y todo el<br />
tiempo se comportó reposado y valiente en<br />
la cara de sus novillos. Sus faenas de muleta,<br />
tanto al tercero como al que cerró plaza,<br />
fueron muy toreras y de cerca, dejándose ver<br />
y sacando el mejor partido posible de sus<br />
enemigos. Mató a ambos con brevedad,<br />
siendo premiada su labor con calurosas<br />
ovaciones. El cronista, al final de su reseña<br />
dice: «Es un novillero que llegará, si la suerte<br />
no dispone otra cosa»…, que también podría<br />
haber dicho «si Dios quiere» ¡y quiso! Ni que<br />
decir tiene que los espectadores salieron<br />
satisfechos, que no siempre sucede.<br />
36<br />
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />
1947:<br />
Agosto:<br />
03:<br />
Con ocho novillos del marqués del<br />
Contadero hicieron su debut el ganadero<br />
sevillano –que presentó novillos ajustados de<br />
peso, pero bien armados y que ofrecieron<br />
buen juego, sin que sepamos los nombres,<br />
números, pelaje y peso de cada uno- y el<br />
novillero, el después famoso matador, natural<br />
de San Fernando, conocido como «El Torero<br />
de la Isla», <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez, en la<br />
Plaza Real de El Puerto de Santa María<br />
(Cádiz), alternando con Ventura Núñez<br />
(Venturita), que abría el cartel la tarde del<br />
domingo (03-08-1947), seguido de Manuel<br />
Franco (Cardeño), <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> y Paquito<br />
Bru. Esta novillada con caballos tuvo, además,<br />
el aliciente adicional de ver cuál de los<br />
diestro se haría merecedor del hermoso<br />
capote de paseo de que otorgaba la Casa<br />
Osborne al triunfador. La emblemática Plaza<br />
lucía vigorosa con sus tendidos bien repletos<br />
de una masa de aficionados, llegados de<br />
todos los pueblos de la provincia, especialmente<br />
de San Fernando, que se dieron cita<br />
una vez más para disfrutar de una más de<br />
las interesantes y animadas novilladas de<br />
carácter regional que se dieron aquellas<br />
temporadas en El Puerto, cuyos festejos se<br />
iniciaron, siempre con gran afluencia de<br />
espectadores desde las primeras novilladas<br />
celebradas en junio y julio.<br />
El primer y quinto novillos,<br />
correspondieron al jerezano Ventura Núñez<br />
(Venturita), fue muy lucidamente toreado, el<br />
que abrió plaza, con la capa y con la muleta,<br />
Venturita cuajó buenos pases, logrando darle<br />
una buena media estocada «lagartijera», lo<br />
que le valió una bien merecida oreja, dando<br />
la vuelta al ruedo entre sonadas ovaciones,<br />
viéndose obligado a devolver a los espectadores<br />
chaquetas, sobreros y hasta un gato.<br />
A su segundo lo remató de una estocada algo<br />
delantera, mereciendo una ovación y vuelta<br />
al ruedo, consiguiendo sumar 4.938 votos y<br />
Cartel en la página anterior. Pasa a la página nº. 38.<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA<br />
Apuntes biográficos y profesionales - I<br />
37
Apuntes biográficos y profesionales - I<br />
Viene de la página nº 36.<br />
ganarse el capote de paseo de la Casa<br />
Osborne.<br />
El segundo y sexto correspondieron<br />
a Manuel Franco (Cardeño), haciéndole una<br />
faena de muleta muy ceñida y con ambas<br />
manos, si bien un tanto movido, pero con innegable<br />
valor. Por fortuna sufrido un percance<br />
sin consecuencias, rematando al primero<br />
de su lote con media estocada ligeramente<br />
tendida, ganándose una oreja y dando la vuelta<br />
al ruedo entre calurosas ovaciones. A su<br />
segundo, justo es reconocer que toreó artísticamente<br />
con bonitas verónicas, y muletazos<br />
sin moverse, de gran mérito pues tuvo que<br />
aguantar mucho, para rematarlo de media<br />
estocada en todo los rubios y un certero descabello,<br />
aunque intervinor el puntillero.<br />
El tercero y séptimo correspondieron<br />
a <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>, quien agradó<br />
desde que abrió el capote con su serenidad<br />
y elegancia de su toreo, dejando ver que había<br />
en él una futura gran figura. «Sus lances a<br />
pie –según la primorosa crónica de D. José<br />
María Rojas Guillén-, fueron muy aplaudidos,<br />
así como su toreo de frente por detrás y por<br />
chicuelitas. Con la muleta estuvo muy<br />
reposado y valiente, toreando al natural. No<br />
tuvo suerte con el pincho en su primero y al<br />
segundo lo despachó con media estocada<br />
delantera. Vuelta y muchos aplausos.»<br />
El cuarto y octavo de Paquito Bru,<br />
que toreaba por segunda vez una novillada<br />
con caballos, dejando al descubierto que<br />
sabía hacer su trabajo. De su primer enemigo<br />
recibió un fuerte achuchón, seguido de una<br />
estocada poco ortodoxa, para dar una vuelta<br />
al ruedo. A su segundo, último de la tarde, lo<br />
muleteó ceñidamente, con temple y mucho<br />
valor, ejecutando una serie de naturales<br />
mirando a los espectadores y le salieron con<br />
elegante estilo. Remató el último de la tarde<br />
de una estocada, siendo su trabajo premiado<br />
con sonada ovación y vuelta al ruedo. Todo,<br />
pues, terminó complaciendo al numeroso<br />
público y más al empresario, por el éxito<br />
económico.<br />
38<br />
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />
1947:<br />
Agosto:<br />
17:<br />
Hasta el (17-08-1947) no logró<br />
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> torear en una plaza de toros<br />
de importancia, haciéndolo el citado día en la<br />
Monumental Plaza de Toros de Barcelona, si<br />
bien, desgraciadamente, con poca fortuna, y<br />
aún le esperada el duro calvario de un año<br />
más de riesgos sin compensación alguna,<br />
hasta que le llegó la hora feliz de tomar su<br />
alternativa en la Plaza de Toros de Madrid el<br />
(14-08-1949).<br />
1948:<br />
Tardó <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> tres temporadas<br />
en coger fama en su escalafón, sin suerte ni<br />
en su primer paseíllo en la Real Maestranza<br />
de Sevilla en 1948, donde la fulgurante<br />
actuación de Frasquito, un inconsistente<br />
imitador de Manolete, opacó su buen toreo<br />
(véase (14-08-1949). Hizo su debut con<br />
picadores, la tarde del (11-08-1946). en la<br />
Plaza de Toros de Ceuta (Enclave español<br />
en el Norte de África, en donde el año antes<br />
había cumplido con su servicio militar<br />
obligatorio). Ju<br />
Agosto:<br />
18:<br />
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>, Pepín Martín Vázquez<br />
y José Vera (Niño del Barrio) alternaron en la<br />
Plaza de toros de Cartagena, el día (18-07-<br />
1948), lidiando ganado de don <strong>Rafael</strong> Clairac.<br />
1949:<br />
Agosto:<br />
14:<br />
Siguiendo el citado anteriormente<br />
artículo de la web, escrito con singular afecto<br />
a la figura señera de <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>, nos<br />
permitimos resumirlo por el indudable interés<br />
que tiene su contenido, que transmite<br />
admiración, afecto y reconocimiento al torero,<br />
para todos los que le recordaremos siempre,<br />
muy especialmente para los aficionados<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />
gaditanos, sin olvidarnos antes de felicitar a<br />
su autor, el Sr. Juan Luis Penna, quien reseña<br />
textualmente : «Corría el verano de 1949,<br />
cuando, en plena canícula, un domingo 14<br />
de agosto, se anunció en Madrid una de las<br />
tantas novilladas veraniegas, en las que, junto<br />
con novilleros ya veteranos y de escaso<br />
cartel, se solía hacer debutar algún nuevo<br />
diestro escasamente conocido por los aficionados;<br />
en este caso se anunciaba el debut<br />
de <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez, de San<br />
Fernando (Cádiz), cuyo nombre poco o nada<br />
decía a los aficionados madrileños, aparte la<br />
coincidencia del apellido con el que el célebre<br />
diestro de Borox –Domingo <strong>Ortega</strong>, o el<br />
sevillano <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>-; los más enterados<br />
recordaban vagamente que el año anterior un<br />
novillero de ese nombre y apellido había<br />
actuado en Sevilla la misma tarde en la que<br />
se presentó con gran éxito en la Maestranza<br />
Frasquito, de quien se llegó a decir que iba a<br />
ser el sucesor del entonces recientemente<br />
fallecido Manolete, mientras que del gaditano<br />
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> apenas se había dicho nada,<br />
a pesar de que resolvió ese día una seria<br />
papeleta, despachando cinco novillos por<br />
cogidas de sus compañeros.<br />
El ganado fue de la señora viuda de<br />
Arribas, acompañando a nuestro paisano los<br />
novilleros Trujillano y Manuel Santos Cabrero,<br />
y el éxito de <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> fue tan firme que<br />
repitió sus actuaciones los días (21-08 y 22 y<br />
25-09) del mismo año. Continuó la buena<br />
racha, hasta el punto de considerarse plenamente<br />
maduro para tomar la alternativa, el<br />
(02-10-1950).<br />
Los aficionados que aquel día<br />
canicular se reunieron en Las Ventas,<br />
salieron sorprendidos del oficio, conocimientos<br />
y maestría del debutante gaditano,<br />
cuyo aspecto, con calva incipiente y figura<br />
ligeramente encorvada, denunciaban que no<br />
se trataba de un niño, sino de un hombre ya<br />
hecho, que aparentaba aún mayor edad de<br />
la que realmente tenía. Aquel éxito inicial<br />
motivó sucesivas repeticiones y el balance<br />
al final de la temporada de 1949 ya le hizo<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA<br />
Apuntes biográficos y profesionales - I<br />
acreedor al título de torero de Madrid: cuatro<br />
novilladas seguidas con tres salidas a<br />
hombros consecutivas y el anuncio de su<br />
alternativa en la propia Monumental a menos<br />
de cincuenta días desde su debut en el cartel<br />
de primerísimo figura, con toros de Buendía.<br />
Aquella misma tarde ya probaría las mieles<br />
del triunfo cortando las dos orejas de su último<br />
toro y cruzando por primera vez aquella<br />
Puerta Grande. Cinco veces más a lo largo<br />
de su carrera saldría en volandas camino a<br />
la calle de Alcalá, en el 50, 52, 53, 54 y 67.<br />
1949:<br />
Octubre:<br />
10:<br />
Recibió su alternativa el (02-10-1949),<br />
en la Plaza de Toros de Las Ventas (Madrid),<br />
con toros de don Joaquín Buendía. Se la<br />
concedió Manuel Dos Santos, Manuel<br />
González y <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> alternaron el (02-<br />
10-1949) en Madrid; día que recibió la<br />
alternativa <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> al cederle Manolo<br />
González, que estaba en su mejor momento,<br />
su primer toro, de nombre Cordobés, de<br />
pelaje negro mulato y listón, bragado,<br />
marcado con el número 80, de la ganadería<br />
de don Felipe Bartolomé, en presencia de<br />
Manolo Dos Santos, entonces en pleno<br />
candelero y «ojito derecho de la afición<br />
madrileña.»<br />
Por percance de éste último durante<br />
el tercio de quites en el primer toro, la corrida<br />
quedó en un mano a mano y el éxito de <strong>Ortega</strong><br />
fue rotundo, al cortar una oreja al toro<br />
Cordobés, el de su alternativa y otra al sexto<br />
(un sobrero de Escudero Calvo Hermanos,<br />
lo que hoy es de Victorino), y logrando su<br />
cuarta salida a hombros por la Puerta de<br />
Madrid en menos de dos meses,<br />
acompañado de su padrino.<br />
Actuó nuestro paisano en aquella<br />
temporada de 1949 en tres corridas más,<br />
siempre con resonado éxito, y quedó en<br />
inmejorables condiciones para la temporada<br />
siguiente.<br />
39
Apuntes biográficos y profesionales - I<br />
1950:<br />
Temporada 1950: desoreja por<br />
partida doble, en San Isidro, a un toro de<br />
Buendía. Recibe cornadas en Granada, y el<br />
8 de julio en Pamplona (gravísima).<br />
Abriendo la generación de los años<br />
1950 figura un diestro de la categoría y talla<br />
de <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>: torero de toreros,<br />
profesional honesto y sincero, respetado por<br />
todos sus compañeros y tenido hoy, cuando<br />
más y mejor se le reivindica, como una de<br />
las más clásicas referencias de la pureza del<br />
torero. Pero aquel al que llamaron «el tesoro<br />
de la Isla» no fue en su tiempo, tal y como<br />
designa la generalidad del término, «figura del<br />
toreo.» <strong>Ortega</strong> fue ante todo, un buen<br />
capoteador, un templado ejecutor del pase<br />
natural más clásico, el de más difícil ejecución,<br />
y trazó además el pase de pecho con<br />
una enorme profundidad. Torero modélico,<br />
por tanto, dentro de la línea belmontina y<br />
heredero de esa sobria y arriesgada manera<br />
que impuso la escuela rondeña, que<br />
culminaba con la soberbia interpretación del<br />
volapié, en la que él fue un auténtico maestro.<br />
Pero también es clásico el debate<br />
para dilucidar, según Paco Aguado, las<br />
causas que le impidieron llegar a la cumbre<br />
contando con tan excelentes cualidades<br />
técnicas, haciendo un toreo de tan nítida<br />
calidad, de tan difícil y hermoso concepto. La<br />
mayoría aludió a un físico nada propicio: rala<br />
cabellera, como la de su homólogo El Gallo,<br />
y ostensible robustez cercana a la obesidad,<br />
como consecuencia de su tardío arranque en<br />
la profesión, de su madurez personal. Otros<br />
lo achacan también a ese rosario de graves<br />
cornadas que surcaron de cicatrices su<br />
amplia anatomía, aunque más bien cabría<br />
pensar que todas esas pruebas de sangre<br />
que superó una y otra vez con la misma<br />
determinación, y con el sólido valor que los<br />
toros le pusieron a prueba reiteradamente,<br />
fueran consecuencia, precisamente, de la<br />
torpeza de movimientos de su fornido físico.<br />
También es cierto que <strong>Ortega</strong> coincidió<br />
en su tiempo con otros toreros de mucho<br />
40<br />
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />
mejor atractivo popular –Luis Miguel<br />
Dominguín, Julio Aparicio, Miguel Báez (Litri<br />
III) y Antonio Ordóñez...- que le aventajaron<br />
en el escalafón y a los que no siempre pudo<br />
seguir el regular ritmo del éxito por causa de<br />
esos persistentes percances que tantas<br />
veces le sacaron del palenque y que le<br />
menguaron cotización. Porque, de una u otra<br />
forma, el toreo de <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>, como el de<br />
todos los que torean con pleno y consciente<br />
asentamiento de plantas sobre la arena, era<br />
siempre una arriesgada apuesta, en la que la<br />
cornada siempre tenía un alto número de<br />
probabilidades de producirse. Pero a<br />
sabiendas de todo ello, en de la Isla, supo<br />
siempre pagar el precio de la honestidad y<br />
de la fidelidad a su concepto.<br />
Abril:<br />
Ciertamente, con los éxitos logrados<br />
por nuestro paisano en la Plaza de Toros de<br />
Madrid en la temporada anterior, ya estaba<br />
más que justificado el título de «Torero de<br />
Madrid», mas tras cortar una oreja en la<br />
corrida de inauguración de la temporada<br />
madrileña de 1950, se proclamó el máximo<br />
triunfador en la tradicional Feria madrileña de<br />
San Isidro, y a pesar del serio retraso que<br />
supuso para su carrera el gravísimo percance<br />
sufrido en la Plaza de Toros de Pamplona en<br />
julio de ese año, de la que se salvó milagrosamente,<br />
siguió triunfando en la Plaza de<br />
Toros madrileña de Las Ventas durante toda<br />
la década de 1950, en la que no hubo año en<br />
la que no obtuviera un rotundo éxito y, en<br />
muchas ocasiones, con durísimas corridas,<br />
sumando un balance de orejas cortadas y<br />
salidas a hombros, tan sólo superado por<br />
contadísimos diestros en toda la historia de<br />
la Plaza Monumental madrileña.<br />
Junio:<br />
08:<br />
Toreando <strong>Ortega</strong> en la Plaza de Toros<br />
de Granada, la tarde del (08-06-1950), sufrió<br />
una cogida infringida por un astado de la<br />
ganadería de D. Ramos Paúl, que fue<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />
bastante grave, afectando su muslo<br />
izquierdo.<br />
Julio:<br />
08:<br />
Sufrió <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> uno de los más<br />
graves percances de su vida profesional,<br />
toreando en la Plaza de Toros de Pamplona,<br />
en una de las corridas tradicionales de la<br />
Feria de San Fermín, la tarde de (08-07-1950),<br />
en la que un toro de D. Fermín Bohórquez<br />
Gómez, llamado Trocador, le asestó dos<br />
cornadas gravísimas: una interesaba el recto<br />
y la vejiga, y la otra la pierna derecha, de las<br />
que se libró mila-grosamente de una muerte<br />
segura, aunque quedó siempre limitada la<br />
agilidad de la pierna, exactamente a tres<br />
meses de haber sido proclamado el máximo<br />
triunfador en la Feria de San Isidro madrileña,<br />
tras cortar una oreja en la corrida de<br />
inauguración de la temporada. En esta Plaza<br />
obtuvo durante toda la década de 1950,<br />
rotundos éxitos y, en muchas ocasiones, con<br />
durísimas corridas, sumando un balance de<br />
orejas cortadas y salidas a hombros, tan sólo<br />
superado por contadísimos diestros en toda<br />
la historia de la Plaza Monumental madrileña.<br />
Aunque nuestro paisano toreó en la<br />
temporada de 1949 en tres corridas más,<br />
siempre con resonado éxito, y quedó en<br />
inmejorables condiciones para la temporada<br />
siguiente. En ésta, sin embargo, no logró los<br />
triunfos que esperaba, pero sí obtuvo muchos<br />
aplausos en la certeras estocadas que<br />
propinó a sus enemigos, creciendo su crédito<br />
de matador valeroso y con envidiable<br />
pundonor. Y pese a la cornada sufrida toreó<br />
esa temporada veintiséis corridas.<br />
Pero, pasado el tráfago del día a día<br />
del toreo de la década de 1950, superadas<br />
las intrigas y las políticas taurinas de la época,<br />
varias décadas después es tiempo de<br />
reconocer sin prejuicios los méritos de este<br />
diestro, que, técnicamente, devolvió al toreo<br />
de muleta el cite con el engaño adelantado<br />
que el manoletismo –compensándolo con<br />
otras virtudes, como la ligazón- había desde-<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA<br />
Apuntes biográficos y profesionales - I<br />
ñado durante la década de 1940. Habrá que<br />
reivindicar la figura de <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> tal y<br />
como hicieron las dos plazas más importantes<br />
de la Tauromaquia, pues en esas sí<br />
que figura, y de las grandes, a tenor de un<br />
palmarés al alcance de muy pocos: 19 orejas<br />
y dos rabos en sus tardes en La Maestranza,<br />
23 apéndices y seis salidas a hombros en 32<br />
actuaciones en Las Ventas. Algo haría más<br />
que dar estocadas... Mi personal felicitación<br />
al cronista e historiador don Francisco<br />
Aguado, en agradecimiento por el placer que<br />
nos ha regalado al leer la colección de<br />
«Figuras Del Siglo XX», en la notable revista<br />
6 TOROS 6.<br />
1951:<br />
Mayo:<br />
06:<br />
Tras torear una sola novillada en la<br />
Plaza Real de El Puerto de Santa María, en<br />
su etapa de novillero, la tarde del (03-08-<br />
1947), <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> reapareció en dicho<br />
coso, ya como matador de toros, el (06-05-<br />
1951), figurando como segundo en el cartel,<br />
que estaba encabezado por Pepe Luis<br />
Vázquez y de tercero, Miguel Báez (Litrti III),<br />
en una tarde que el cronista cuyo nombre real<br />
desconocemos, pero que la calificó de «Olor,<br />
color y sabor.» La citada terna se enfrentó a<br />
6 toros 6 de D. José Benítez Cubero -todos<br />
de bonita «hechuras», aceptables cornamentas,<br />
aunque como todos los de aquellos años,<br />
faltitos de romana, si bien dieron una media<br />
en canal de 266 kilos, porque todos pasaron<br />
de los 500 en vivo; sólo uno fue menos bravo<br />
y todos aplaudidos en el arrastre-, en un día<br />
que comenzó amenazando lluvia, por lo que<br />
los espectadores, que acudieron en buen<br />
número, estuvieron con sus gabardinas en<br />
guardia.<br />
El toro que abrió plaza y el cuarto<br />
correspondieron a Pepe Luis Vázquez ( El<br />
Sócrates de San Bernardo), del que Manolete,<br />
que por cierto le admiraba, dijo: «Si Pepe Luis<br />
quisiera, acabaría con todos los toreros»,<br />
41
Apuntes biográficos y profesionales - I<br />
prácticamente con treinta años de edad, pues<br />
nació en Sevilla el (21-12-1921) y once de<br />
alternativa, pues la recibió de manos de<br />
manos de Pepe Mejías (Bienvenida) la tarde<br />
sevillana del (15-08-1940), y en presencia de<br />
Gitanillo de Triana, al cederle Bienvenida el<br />
astado, de nombre Sabihondo, de pelaje<br />
negro, de don Francisco Chica. Se la confirmó<br />
Marcial Lalanda del Pino en Madrid el (20-10-<br />
1940)-, disfrutaba de una gran solidez de<br />
conocimientos, ocupando ya un lugar de<br />
privilegio, nos trajo a los portuenses su toreo<br />
de capa con el fino y exquisito aroma de la<br />
Escuela Sevillana, desprendiéndose «de su<br />
capote maravilloso y que tenía la virtud de<br />
extender y penetrar en la sensibilidad de todos<br />
los espectadores.» Y fueron muy suyas las<br />
verónicas interpretadas a su segundo<br />
enemigo, cuarto de la tarde con el cielo gris,<br />
al que toreó por naturales, sin que lograra<br />
cuajar faena. El cronista reseña que «toreó<br />
mejor al primero con la muleta, pues estuvo<br />
más confiado, rematándolo de una estocada.<br />
En el segundo logró su media habilidosa tras<br />
señalar dos pinchazos, dividiéndose las<br />
opiniones en ambos toros.<br />
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> dejó en el ánimo de<br />
todos los espectadores «sabor de torero<br />
caro», y es que «El torero de la Isla» traía<br />
aquella tarde amenazando lluvia muchísima<br />
ganas de agradar, recibiendo por su entrega<br />
las más sonadas ovaciones de la tarde. Y es<br />
que tanto con el capote como con la franela<br />
se ciñó valerosamente, valiente, reposado y<br />
artista, y aunque con la espada, extrañamente,<br />
no estuvo a la altura que nos tenía<br />
acostumbrados, siempre ejecutó la suerte<br />
con su habitual limpieza y marcando los<br />
tiempos, con el estilo que sólo saben<br />
paladear los aficionados maduros. El que no<br />
acertara con el acero en las primeras<br />
entradas a sus dos enemigos, no impidió que<br />
la Presidencia, le concediera bondadosamente,<br />
las dos orejas del primero, segundo<br />
de la tarde, y los espectadores le obligaran a<br />
dar la vuelta al ruedo en el quinto, se segundo<br />
enemigo.<br />
42<br />
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />
El largamente esperado por el público<br />
de la Plaza Real, el diestro Miguel Báez (Litri<br />
III), no logró cumplir como de él se esperaba,<br />
pues defraudó con su faena a su primer<br />
enemigo, tercero de la tarde, que,<br />
ciertamente, fue el único astado que dio clara<br />
muestras de mansedumbre. En el sexto,<br />
último y segundo de su lote, estuvo más<br />
afortunado y después de un revolcón, al hacer<br />
un quite de frente por detrás, al quinto, surgió<br />
la nota de color, la que inyecta a todos<br />
anímicamente la emoción, que se rindieron<br />
con sus impecables estatuarios con que inició<br />
la faena al último de la corrida, que fueron<br />
seguidos por dos tandas de naturales modélicos,<br />
en ejecución y valentía, a su peculiar<br />
estilo de citar desde larga distancia. Y no<br />
pueden olvidarse sus impecables molinetes<br />
de rodillas, y sus comprometedoras y elegantes<br />
manoletinas, mirando al público. Con dos<br />
pinchazos y un descabello al segundo intento<br />
acabó su postrera faena al segundo de su<br />
lote, concediéndosele una oreja, por lo que<br />
<strong>Ortega</strong> y Litri salieron a hombros.<br />
Cartel en la siguiente página<br />
1951:<br />
Junio:<br />
22:<br />
Este año fue especialmente amargo<br />
para nuestro paisano, ya que el (22-06-1951),<br />
toreando en la Plaza de Toros de Lima (Perú),<br />
uno toro de D. Salvador Guardiola, le hirió<br />
gravemente en la pierna derecha, y un mes<br />
después, el 25 de agosto de ese año, otro<br />
toro, en esta ocasión de Concha y Sierra le<br />
causó una herida grave en la pierna izquierda.<br />
Al final esta temporada había logrado sumar<br />
veintiocho corridas toreadas.<br />
En 1951, <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> sufrió otras<br />
dos cornadas, una en La Línea de la<br />
Concepción y otra en Cádiz, volviendo a dejar<br />
su número de contrataciones por debajo de<br />
la treintena. Pero el tremendo castigo de los<br />
toros no amilanó a <strong>Rafael</strong>.<br />
Pasa a la página nº. 44.<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA<br />
Apuntes biográficos y profesionales - I<br />
43
Apuntes biográficos y profesionales - I<br />
La estadística de las corridas<br />
toreadas en los años posteriores a la temporada<br />
de 1951, fueron: cuarenta y ocho en<br />
1952; treinta y cinco, en 1953; veintinueve,<br />
en 1954, y treinta y nueve, en 1955.<br />
En la del 52 de nuevo el triunfo en<br />
Madrid, la Puerta del Príncipe en Sevilla en el<br />
día del Pilar y su confirmación en la «Plaza<br />
México».<br />
1952:<br />
Agosto:<br />
03::<br />
Tres diestros salieron a hombros por<br />
la Puerta Grande de la Plaza Real de El<br />
Puerto de Santa María la tarde del (03-08-<br />
1952): Luis Miguel González Lucas (Luis<br />
Miguel Dominguín), <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong><br />
Domínguez (El Torero de la Isla) y Antonio<br />
Ordóñez, que lidiaron astados de seis<br />
señores ganaderos, cuales fueron: José<br />
Manuel Domecq, Antonio Urquijo, marqués de<br />
Villamaría, Fermín Bohórquez Gómez, José<br />
Luis Osborne Vázquez (5) y Juan de Dios<br />
Pareja Obregón. Se cortaron en total 7 orejas<br />
y un rabo, destacando en la famosa terna<br />
Luis Miguel que cortó tres orejas y el único<br />
rabo. Y es que Luis Miguel Dominguín sacó a<br />
relucir aquellas grandes facultades que le<br />
caracterizaron y sus increíbles conocimientos<br />
de los toros y sus terrenos, cualidades que<br />
le hicieron brillar intensamente, propias de un<br />
astro de primera magnitud. Calando en los<br />
espectadores sus variadas temeridades y<br />
sus ortodoxas maneras de dirigir la lidia. Sus<br />
formas de pasar de muleta a su segundo de<br />
44<br />
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />
D. Fermín Bohórquez, corriéndole lenta y<br />
cadenciosamente las manos, fueron<br />
guirnaldas del más puro arte, para configurar<br />
una extraordinaria faena, con clara inteligencia<br />
y del más puro dominio, que coronó con una<br />
gran estocada descomponiendo «los mismísimos<br />
rubios.» Ya antes había cortado una<br />
oreja a su primero, al que colocó tres pares<br />
de banderillas de poder a poder, que fueron<br />
muy aplaudidos. Era la primera vez que Luis<br />
Miguel salía por la Puerta Grande en El Puerto,<br />
de las tres que la cruzó en triunfo, habiendo<br />
toreado en El Puerto en siete ocasiones,<br />
logrando 13 orejas y 3 rabos<br />
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>, por su parte y como<br />
todos lo esperaban, brilló con su excelsa<br />
valentía y el pundonor al que tenía a toda la<br />
afición acostumbrados. Su toreo de capa<br />
iluminó la plaza, y el aroma de su rancia<br />
escuela provocó los más sentidos aplausos.<br />
Para él era la segunda vez, de las 8, que<br />
volvió a cruzar la Puerta Grande, logrando en<br />
la Plaza Real un total 24 orejas y 3 rabos. Y<br />
es que <strong>Ortega</strong> ejecutó magníficos naturales<br />
a su primero, «provocando cada arrancada<br />
con golpecitos de estoque en el hocico, para<br />
terminar realizando una faena perfectamente<br />
ligada y con su habitual dominio, copulándola<br />
con dos pinchazos y media estocada, para<br />
pasear con la oreja de cada uno de sus<br />
enemigos, ya que también le realizó una<br />
buena a su segundo. Fueron, pues dos orejas,<br />
y no tres, como cita el cronista.<br />
Antonio Ordóñez toreó con fino y<br />
elegante estilo por verónica al de Villamaría,<br />
Pasa a la página nº 46.<br />
(2) De El Puerto de Santa María, con divisa verde y blanca, y señal, hoja de higuera en<br />
la derecha y rajada a izquierda, tiene el mismo historial que la vacada de don Juan Pedro<br />
Domecq y Díez. Al dividirse la vacada de los «Hijos de don Juan Pedro Domecq»,<br />
correspondió una parte a don Pedro Domecq y Díez, quien la vendió en el año1946 a don<br />
Luis de la Calle Ruiz, pasando de éste a don Antonio Jiménez Jiménez, quien la enajenó<br />
en 1952 a don José Luis Osborne Vázquez. Éste debutó en la Plaza de Toros de Madrid<br />
el día (19-03-1959), en que se lidiaron cinco bravos novillos, junto a otro de D. Juan<br />
Antonio Álvarez, destacándose notablemente el llamado Flequillero, de pelaje negro,<br />
corrido en tercer lugar y que resultó de bandera. Se le dio la vuelta al ruedo. Esa<br />
temporada lidió D. José Luis Osborne Vázquez ocho corridas.<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA<br />
Apuntes biográficos y profesionales - I<br />
45
Apuntes biográficos y profesionales - I<br />
pero, desgraciadamente, no tuvo suerte<br />
matando, por lo que en los tendidos hubo<br />
disparidad de opiniones.<br />
A su segundo enemigo, de Pareja<br />
Obregón, que por cierto, no se picó ni<br />
banderilleó, lo pasó arriesgándose con la<br />
muleta, rematándolo de pinchazo y media<br />
estocado. No habiendo quedado satisfecho<br />
de sus actuaciones regaló el sobrero, al que<br />
le hizo una buena faena con la muleta, a base<br />
de naturales ajustados y bonitos afarolados,<br />
para coronarla con una soberbia estocada,<br />
de fulminante efecto. Para Ordóñez, fue la<br />
primera vez de las seis que pasó en gloria<br />
bajo la Puerta Grande, toreando en dicha<br />
plaza 14 veces y logrando un total de 22 orejas<br />
y 2 rabos.<br />
1952:<br />
En la del 52 de nuevo el triunfo en<br />
Madrid, la Puerta del Príncipe en Sevilla en el<br />
día del Pilar y su confirmación en «la» México.<br />
Octubre:<br />
12:<br />
El 12 de octubre sale por la puerta del<br />
Príncipe de la Real Maestranza de Caballería<br />
de Sevilla, en unión de Luis Miguel Domínguín<br />
y Antonio Ordóñez.<br />
14:<br />
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>, Antonio Ordóñez, Juan<br />
Posadas y Joselito Torres, alternaron el (14-<br />
10-1952). Esa tarde se doctoró el espada<br />
venezolano Joselito Torres, en la Monumental<br />
de Zaragoza, siendo su padrino <strong>Rafael</strong><br />
<strong>Ortega</strong> Domínguez y testigo Antonio Ordóñez<br />
46<br />
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />
Viene de la página nún. 44. y Juan Posadas, con el toro, llamado Bigote,<br />
de la ganadería española de don Tomás<br />
Pérez de la Concha.<br />
1953:<br />
En dos de las tradicionales corridas<br />
de San Isidro en Madrid, <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> logró<br />
pasear tres orejas.<br />
En Venezuela –nos reseñan el<br />
cronista del diario «Meriadiano», de Caracasvino<br />
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> a torear la temporada de<br />
1953, y actuó en el Nuevo Circo la tarde de la<br />
presentación de Joselito Torres junto a Antonio<br />
Ordóñez. El de Ronda pegó tal petardo que<br />
fue multado con mil bolívar y <strong>Ortega</strong> recibió<br />
un puntazo leve en el triángulo de Scarpa. El<br />
triunfador ante los difíciles guayabiteros fue<br />
Joselito Torres, que le cortó una oreja al toro<br />
de su presentación. También toreó en<br />
Valencia, en la plaza portátil Parque de Atracciones,<br />
en una temporada organizada por los<br />
hermanos Dominguín. Entre sus gestas<br />
recuerdan los biógrafos la tarde de su<br />
alternativa que salió a hombros -en unión de<br />
su padrino Manolo González-, convirtiéndose<br />
en una de las grandes esperanzas de la<br />
Fiesta por la pureza de su toreo y por su<br />
excepcional manejo de la espada.»<br />
Agosto:<br />
02:<br />
El cronista del festejo mayor<br />
celebrado en la Plaza Real de El Puerto de<br />
Santa Maria abrió su reseña con el muy bien<br />
entendible título de «Toritos en El Puerto»…<br />
y nunca mejor dicho, pues los seis toros<br />
«escogidos» anunciados, de la ganadería de<br />
Pasa a la página nº 48.<br />
(3) Estaba ubicada en el término municipal de Olmedilla (Salamanca), con divisa caña y<br />
encarnada, señal: derecha zarcillo, izquierda muesca, presentó por primera vez sus toros<br />
en la Monumental Plaza de Toros de Madrid el (06-10-1918). Fue fundada por don Juan<br />
Muriel, de Castroverde de Campos, con reses del marqués de Salas y de don Vicente<br />
Martínez. El año 1926 fue aumentada con una punta de vacas de don José Bueno,<br />
procedente del marqués de Albaserrada. Entre los novillos lidiados el día de su debut en<br />
Madrid figura el primer astado, llamado Conejito, de pelaje sardo, en una corrida en la<br />
actuó el rejoneador Barajas y Emilio Mayor (Mayorito).<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA<br />
Apuntes biográficos y profesionales - I<br />
47
Apuntes biográficos y profesionales - I<br />
Viene de la página nº 46.<br />
D. Vicente Muriel (3), dieron en canal 229 kilos,<br />
lo que quiere decir, haciéndoles un favor a<br />
los mini toros, que no llegaron a los 460 kilos<br />
de peso vivo. ¡Cuántos nos gustaría saber el<br />
cronista original de la que sacó tan ortodoxa<br />
ironía la que nos escribe D. José María Rojas<br />
Guillén!<br />
La corrida de seis toros -en una tarde<br />
con un clima espléndido, buen aforo,<br />
ambiente festivo y expectación lógica en los<br />
tendidos, hacia presagiar una gloriosa tarde-<br />
, fue sometida a la valentía y arte de la terna<br />
compuesta por los diestros Domingo López<br />
<strong>Ortega</strong>, Jesús Córdoba –torero mexicanonorteamericano-<br />
y <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez,<br />
destacando éste último que, como siempre<br />
volvía a El Puerto «con deseos de hacer un<br />
mito del respeto que las canas merecen,<br />
actuando por tercera vez de las ocho que pisó<br />
la Plaza Real. Este vez, el <strong>Ortega</strong> de Borox,<br />
que no el de San Fernando, recibió cariñosos<br />
aplausos de bienvenida, quien descubrió su<br />
alba cabellera al corresponder a los.<br />
aficionados desde el tercio, que debió<br />
recordar a los buenos aficionados la añeja<br />
estampa del rondeño Pedro Romero.<br />
Todos los bureles dieron muestras de<br />
acrisolada mansedumbre y uno nada más<br />
colaboró en la lidia, aunque en nada colaboró<br />
con el toledano «el viejo», «cuyo toreo soso y<br />
mandón, no vamos a descubrir a estas<br />
alturas. Sin embargo, al final, mereció algunas<br />
palmas de pura simpatía.» En su segundo,<br />
cuarto de la tarde más propia para bostezar<br />
–entonces no había nacido aún la «ola»-, la<br />
lidia circuló entre brotes de protestas por el<br />
ridículo tamaño del toro, que es posible no<br />
alcanzara ni los 440 kilos, sin que pudiera<br />
salvarse ningún detalle, que no fuera el<br />
general aburrimiento.<br />
Jesús Córdoba ni siquiera observó a<br />
su primer enemigo y a su segundo, quinto de<br />
la tarde, «después de ver cómo pasaba en<br />
unas verónicas de <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>, se confió<br />
tantito y logró algunos pases con ambas<br />
manos, que fueron bien recibidos por unos<br />
48<br />
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />
espectadores con evidentes ganas, por lo<br />
menos, de aplaudir, pero remató mal y el<br />
cuento se ha terminado.<br />
¡Cómo no!, nuestro paisano de San<br />
Fernando, mostró su habitual buena voluntad,<br />
con su borregote, pero sin lograr nada; si bien<br />
toreó a su primero, tercero de la tarde y fue<br />
justamente ovacionada su entrega al rematar<br />
la faena. Cuenta el cronista que la muerte de<br />
su segundo enemigo se la brindó a<br />
respetable, pero el aprendiz a bicharraco dijo<br />
que «nanai de la China», cuando ya el cronista<br />
no quiso ni saber más del asunto. Pero por lo<br />
menos la gente se quedó con el regusto<br />
auditivo de los estupendos clarines de la Plaza<br />
Real, esos que elogiara D. Gregorio Corrochano.<br />
Y la nota desagradable de la tarde la<br />
protagonizó, desgraciadamente, el picador<br />
portuense Manuel Atalaya Reina (Pacurri),<br />
que resultó herido en la planta del pie derecho,<br />
que le impidió continuar la lidia.<br />
En perspectiva histórica, en la<br />
temporada de 1953, estuvieron en activo los<br />
matadores siguientes: Domingo López<br />
<strong>Ortega</strong>, que se retiró en 1954; Pepe<br />
Bienvenida, que se hizo matador con 17 años,<br />
manteniendo su cartel de torero largo y<br />
poderoso, hasta retirarse en 1954. En ese<br />
mismo sentido, en la plaza de toros de la Real<br />
Maestranza de Caballería de Sevilla, fue<br />
aumentando el número de festejos a medida<br />
que avanzaba la década de los años<br />
cincuenta.<br />
En 1953 se celebraron veintiocho:<br />
nueve corridas y diecinueve novilladas,<br />
además de cuatro festivales. Curiosamente<br />
este año no hubo doctorados en La<br />
Maestranza, cuando en la década se logró<br />
una marca todavía no superada, de catorce<br />
alternativas. En el caso del Baratillo, triunfaron<br />
ese año Calerito, que logró dos orejas frente<br />
a una impresionante miurada, y el mexicano<br />
Jesús Córdoba, que cortó una oreja, ambos<br />
en Feria de Abril, y Juan Posada, que resultó<br />
gravemente herido; Niño de la Palma II y el<br />
rejoneador Ángel Peralta, en los festejos de<br />
Pasa a la página nº 50.<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA<br />
Apuntes biográficos y profesionales - I<br />
49
Apuntes biográficos y profesionales - I<br />
Viene de la página nº 48.<br />
la Feria de San Miguel. El (04-06-1953),<br />
Peralta cortó como rejoneador las dos<br />
primeras orejas en Sevilla. Antonio Ordóñez<br />
sufrió una grave cogida en una de las corridas<br />
de la Feria de Abril. Pedrés, con sólo cuarenta<br />
corridas, ocupó el primer puesto en el<br />
escalafón taurino, seguido por Antonio<br />
Ordóñez con treinta y seis. De todas formas,<br />
en 1953 se notó un notable descenso de<br />
festejos en España.<br />
1954:<br />
En la tradicional Corrida del Montepío,<br />
celebrada en Las Ventas de Madrid, el diestro<br />
gaditano <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> logró cortar dos orejas<br />
y salir una vez más en hombros en 1954. Esa<br />
temporada actuó en solitario en la corrida a<br />
beneficio del Montepío de Toreros en Madrid.<br />
Aquel mismo año le corta el rabo a un Miura<br />
en la Maestranza sevillana. La ejecución de<br />
la suerte de matar a aquel toro, de forma que<br />
según salía por el costillar el toro se<br />
derrumbaba antes de llegar a la muleta, se<br />
encuentra representada en el grupo<br />
escultórico que posee en su ciudad natal<br />
inaugurado en octubre del 2002.<br />
Agosto:<br />
29:<br />
El cartel de la Plaza Real de El Puerto<br />
de Santa María no podía despertar mayor<br />
interés entre los aficionados de toda la región,<br />
pues además de tratarse de la «corrida<br />
grande de Agosto», la procedencia de los<br />
toros –seis de D. Manuel Sánchez Cobaleda<br />
y uno de D. Salvador Guardiola- y el arranque<br />
de la corrida, enarbolada con el sobrio arte<br />
ecuestre de D. Ángel Peralta, al que siguió la<br />
egregia terna formada por Antonio Bienvenida,<br />
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> y César Girón, fueron más<br />
que suficientes para que se agotaran todos<br />
los asientos de Sol, y en la Sombra una muy<br />
buena entrada… y todo ello aguantando la<br />
concurrencia y los toreros el agobiante viento<br />
de Levante.<br />
50<br />
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />
Pues a lo que vamos. D. Ángel tuvo<br />
una de sus incontables tardes de éxito,<br />
porque al de Guardiola lo rejoneó con su admirable<br />
destreza, especialmente colocando<br />
banderillas a dos manos, deshaciéndose de<br />
su enemigo con un certero rejón de muerte,<br />
seguido de un pinchazo poco hondo y media<br />
estocada efectiva.<br />
El cronista –seguimos sin saber la<br />
verdadera fuente original-, decidió hacer su<br />
reseña teniendo en cuenta el orden de los<br />
diestros según sus méritos, y por ello, puso<br />
en primer lugar al voluntarioso diestro venezolano<br />
César Girón, que le tocó el mejor lote,<br />
lanceando muy artísticamente a su primero<br />
y colocándole tres magníficos pares de poder<br />
a poder. Su faena fue tan inteligente que dejó<br />
al descubierto de que se trataba de un torero<br />
caro, bullidor, destacando la serie de redondos<br />
de 18 kilates. Magníficos sus naturales y<br />
el de pecho. Por su magistral faena y su<br />
certera estocada mereció la dos orejas y el<br />
rabo. En su segundo, que cerró plaza, volvió<br />
a cuajar en banderillas, entusiasmando al<br />
nutrido respetable, pues domina la suerte a<br />
la perfección, saliendo de la cara de su<br />
enemigo caminando, como siempre lo<br />
hiciera el mexicano Rodolfo Gaona. Inició la<br />
faena de muleta con impecables estatuarios<br />
al más puro estilo de Manolete, tras los cuales<br />
llegaron los derechazos, afarolados, naturales<br />
y de otras marcas, para acabar con un<br />
pinchazo, buena estocada y dos orejas con<br />
salida a hombros.<br />
A <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> –era la cuarta vez de<br />
trece que actuó en El Puerto- le tocó el que<br />
fue el peor del encierro, por lo que lo toreó<br />
con la debida precaución. El mal carácter y<br />
pésimo estilo del toro se acentuaron a la hora<br />
de la muleta, haciéndose muy peligroso, de<br />
ahí que el de San Fernando se limitara a<br />
cuadrarlo para propinarle un estocada magnífica,<br />
en la que se entregó de cuerpo y alma,<br />
dejando hecho un verdadero trapo el de<br />
Cobaleda, recibiendo palmas y pitos el toro.<br />
A su segundo lo toreó de forma impecable<br />
Pasa a la página nº 52.<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA<br />
Apuntes biográficos y profesionales - I<br />
51
Apuntes biográficos y profesionales - I<br />
Viene de la página nº 50.<br />
con el capote. Se cambió el primer tercio con<br />
una sola vara, ya que el animal se caía. Su<br />
faena de muleta fue buena, si bien se deslució<br />
por las reiteradas caídas del animal. Después<br />
comenzó a trastearlo con uno doblones<br />
eficaces, seguidos de varios derechazos<br />
suaves, naturales lentos y ligados con el de<br />
pecho, un molinete vistoso y manoletinas,<br />
ejecutándolo todo con valor. Pinchazo y<br />
media estocada fueron suficientes, para<br />
lograr una oreja del débil enemigo.<br />
La reseña dice claramente que<br />
Antonio Bienvenida «no correspondió a la<br />
expectación que tenía el público por verle<br />
actuar, después de su brillante campaña. Y<br />
decimos esto porque un torero de su talla no<br />
puede justificarse nunca con sólo un par de<br />
lances, por muy toreros que sean, tales como<br />
los que se limitó a darle a su primero, y dos<br />
pares de banderillas. La faena de muleta fue<br />
medrosa, vulgar, de las que merman el<br />
prestigio de un encumbrado torero. Y para<br />
colmo estuvo fatal con el acero. A «huye que<br />
te alcazo», tres pinchazos desganados y<br />
medio golletazo, con derrame. A su segundo,<br />
que dicho sea de paso fue de los mejores del<br />
encierro, le aplicó el desinterés de las<br />
precauciones, a las que no había lugar y<br />
menos justificación, escuchando protestas<br />
masivas y hasta palmas en chunga. Si nada<br />
hizo con la capa, menos con la franela, y<br />
llegada la hora de la verdad no pudo estar<br />
peor, y fue cuando la pita, de las más<br />
merecidas, ensordeció el indignado ambiente<br />
del populacho.<br />
En perspectiva histórica global, en la<br />
temporada de 1954, se retiraron los<br />
matadores: Domingo López <strong>Ortega</strong>, que se<br />
doctoró en 1931; Pepe Bienvenida, que se<br />
hizo matador con 17 años, manteniendo su<br />
cartel de torero largo y poderoso, hasta<br />
retirarse en 1954. En este contexto, en la Real<br />
Maestranza de Caballería de Sevilla se<br />
celebraron veinticinco festejos: ocho corridas<br />
de toros y dieciséis novilladas, además de<br />
tres festivales. Recibió la alternativa el diestro<br />
52<br />
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />
mexicano Alfredo Leal, de manos del Niño de<br />
la Palma II, con Manolo Carmona de testigo<br />
y reses de Prieto de la Cal (el 18 de abril). El<br />
crítico e historiador taurino Filiberto Mira<br />
subraya el récord logrado por César Girón,<br />
aún imbatido: cortó un rabo (el 27 de abril), a<br />
un astado de Cobaleda y otro a las cuarenta<br />
y ocho horas a un toro de don Salvador<br />
Guardiola, resultado cogido en esa función<br />
por el segundo toro. Cortaron dos orejas<br />
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> (el 1 de mayo) y el mexicano<br />
Juan Silveti (el 17 de junio). Este año se<br />
produjo la gravísima y espectacular cogida<br />
del novillero mexicano Miguel Ángel, en la<br />
boca y garganta, que los doctores Leal<br />
Castaño y Morote lograron superar (el 2 de<br />
mayo). Los primeros espadas de la<br />
temporada fueron: César Girón, con cuarenta<br />
y tres festejos, y Antonio Ordóñez con treinta<br />
y nueve.<br />
1955:<br />
Abril:<br />
23:<br />
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>, en la Feria de Abril de<br />
Sevilla, al igual que en 1952, volvió a cortar<br />
dos orejas y rabo en la Real Maestranza de<br />
Caballería de Sevilla, el (23-04-1955). Sin<br />
embargo, según don Nicolás Salas, en su libro<br />
«Sevilla en tiempos del Tamarguillo» sólo<br />
cortó dos orejas. Desde entonces y hasta el<br />
final de la década de 1950 el gaditano,<br />
magnífico estoqueador, se estabilizó en una<br />
cifra en torno a las 40 corridas por temporada,<br />
mantenido gracias a sus éxitos en las plazas<br />
de mayor categoría, aunque sin un cartel de<br />
excesivo tirón popular.<br />
A modo de resumen, señalaremos,<br />
por ejemplo, que en la Real Maestranza de<br />
Caballería de Sevilla se celebraron veintitrés<br />
festejos: nueve corridas y catorce novilladas,<br />
además de tres festivales. De manos de<br />
Antonio Bienvenida –que reaparecía en Sevilla<br />
M después de que en 1952 denunciara el<br />
afeitado de los toros-, tomó la alternativa el<br />
diestro mexicano Joselito Huerta, con reses<br />
Pasa a la página nº 54.<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA<br />
Apuntes biográficos y profesionales - I<br />
53
Apuntes biográficos y profesionales - I<br />
Viene de la página nº 52.<br />
de Felipe Bartolomé y Antonio Vázquez de<br />
testigo, el (29-09-1955). En los festejos<br />
feriados compitieron Antonio Ordóñez y<br />
César Girón. <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> cortó dos orejas,<br />
el (23-04-1955). Antonio Bienvenida triunfó en<br />
la corrida del Hábeas. Primeros espadas del<br />
escalafón: Chicuelo II con cincuenta y dos<br />
corridas, y César Girón con cuarenta y nueve.<br />
Además de los rabos logrados en la<br />
Real Maestranza sevillana por <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>,<br />
en ese tiempo destacaron sus triunfos<br />
repetidos en Las Ventas, de Madrid, como el<br />
de las tres orejas que paseó en 1953.<br />
1956:En 1956 de nuevo prueba el hule con<br />
una grave cogida en la capital.<br />
Agosto:<br />
05:<br />
La reseña de la corrida, celebrada en<br />
la Plaza Real de El Puerto de Santa María, la<br />
tarde veraniega del (05-08-1956), en la que<br />
alternaron los diestros <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong><br />
Domínguez, Joselito Huerta –éste torero<br />
mexicano hacía su presentación en nuestro<br />
coso- y Joaquín Bernardó, en la que se<br />
lidiaron a muerte 6 toros de D. Fermín<br />
Bohórquez Gómez, la realizó el cronista a<br />
manera de curiosa preguntas y auto respuestas,<br />
entre él y algún aficionado entendido,<br />
en un diálogo singular:<br />
-¿Qué me cuenta Usted de la corrida?<br />
-¿Qué quiere Usted que le cuente?<br />
Que los toros enviados por D. Fermín<br />
Bohórquez dejaron en muy mal lugar los<br />
colores de su divisa; ya que al parecer todos<br />
apostaron por ser lo más mansos posibles,<br />
y podemos asegurar que salieron empatados.<br />
Entonces, agregamos nosotros, el<br />
«programa» de enviar toros de desecho a la<br />
Plaza Real es algo muy antiguo…, claro que,<br />
conociendo a D. Fermín éste vendía corridas<br />
de calidad si de las pagaban.<br />
-Sí, pero el sexto fue bueno para el<br />
ganadero y para el torero, y hasta puede<br />
decirse que honró la ganadería. Y es que D.<br />
54<br />
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />
Fermín, aunque les comprasen corridas de<br />
saldo, siempre tuvo el pundonor de incluir<br />
algún que otro buen toro.<br />
-Pero sin esa alegría que caracteriza<br />
a los toros bravos de casta andaluza, aunque<br />
como Ud. bien dice, fue el más potable del<br />
encierro; pero, en verdad, sin que mereciera<br />
el calificativo de superior; y los demás, como<br />
Ud. mismo presenció, fueron más huidos que<br />
liebre perseguida por veloces galgos y, por lo<br />
tanto, fuertemente pitados en el arrastre,<br />
luciendo el tercero las banderillas negras –o<br />
las viudas- como humorísticamente yo las<br />
llamo, nos dice el cronista, que no D. José<br />
María Rojas Guillén, que se limita a copiar la<br />
reseña. Pero ¿por qué suspendieron las<br />
banderillas de fuego?<br />
-Sí, que fundaron esperanzas que no<br />
cristalizaron. Pero ¡amigo! Allí estaba el<br />
Belmonte rubio que fue el que sacó a flote la<br />
«corría», a base de mantenerse en plan de<br />
maestro y dando en todo momento lección<br />
práctica del arte de obligar a pasar, cortando<br />
la única oreja de la tarde, a sus segundo, que<br />
brindó a D. José Luis Osborne.<br />
-Como que me llegó a recordar al<br />
pasmo de Triana en aquellas tres verónicas<br />
y media que le propinó en su quite al sexto<br />
de la jornada.<br />
-¡Verdaderamente inmenso! Ese es<br />
el toro grande que estamos olvidando con<br />
tanto preciosismo y que tiene su mejor<br />
intérprete en ese don <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>, el gran<br />
torero de la Isla que nos dio, además, todo<br />
un curo de técnica, de sabiduría y de<br />
inteligencia sacándole a sus toros faenas que<br />
no tenía.<br />
-También me gustó mucho Joaquín<br />
Bernardó en el que cerró plaza, en el que le<br />
ovacionaron sin tasa ni medida en cinco<br />
lances con bonito remate de salida, un gran<br />
quite por chicuelitas, con dos revoleras<br />
torerísimas…<br />
-Sí, entonces fue cuando llegó<br />
Belmonte y lo bordó «tó.»<br />
Pasa a la página nº 56.<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA<br />
Apuntes biográficos y profesionales - I<br />
55
Apuntes biográficos y profesionales - I<br />
56<br />
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />
Viene de la página nº 54. éste había recibido la alternativa el (26-08-<br />
-No me corte usted el hilo, que quiero<br />
terminar diciéndole que la muleta de Bernardó<br />
fue primorosa y elegantísima en una faena<br />
que no tuvo el premio de las orejas por no<br />
rematar bien con el acero al cuadro de su<br />
labor; y de Joselito Huerta también le diré que<br />
muy aplaudido en sus dos mansos, aunque<br />
sus faenas fueron de menos relieve que las<br />
de sus compañeros y eso que buscó todos<br />
los resquicios para su lucimiento, pero hay<br />
que reconocer que, aunque hizo cosas muy<br />
estimables, su papel ha bajado considerablemente.<br />
-Total, que ya no le han quedado a<br />
usted ganas de toros para una temporada.<br />
-¿Qué dice usted, amigo?<br />
-«Enseguía» me pierdo yo la del<br />
domingo en Cádiz: <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>, César<br />
Girón y Gregorio Sánchez, con los toros<br />
salmantinos de don Antonio Pérez Angoso.<br />
¡Un plato fuerte!<br />
1956:<br />
Septiembre:<br />
02:<br />
Como dato adicional, en la última<br />
corrida del serial taurino del verano en la Plaza<br />
Real de El Puerto de Santa María, celebrada<br />
el (02-09-1956) –ese año se corrieron 3<br />
corridas de toros, 4 novilladas y una función<br />
de El Bombero Torero-, tuvo como aliciente<br />
adicional la actuación del rejoneador D.<br />
Bernardino Landete, cuyo trabajo, con un toro<br />
de D. Luis Ramos Paúl, fue notable, pero no<br />
logró coronarlo debidamente porque el toro<br />
se vino abajo, por la abundante pérdida de<br />
sangre que le manaba del morrillo al ser<br />
adornado con varios rejones y rejoncillos, tras<br />
vistosa preparación y porfiada citas. Un buen<br />
par, colocado por el lado contrario; uno a dos<br />
manos, sacando bien la jaca, y que finalizó<br />
con un rejón de muerte, del que dobló el<br />
agónico animal ayudado por los capotes,<br />
logrando D. Bernardino una oreja.<br />
Al rejoneador siguieron los matadores<br />
Guillermo Carvajal y Juan Antonio Romero –<br />
1956) también en la Plaza Real de El Puerto,<br />
de manos de Miguel Báez (Litri III) y de testigo<br />
Antonio Ordóñez-, quienes en un mano a<br />
mano se encargaron de la lidia de seis toros<br />
de D. Luis Ramos Paúl, llevando como<br />
sobresaliente a José González (Pepillo).<br />
Carvajal –si bien ni él, ni Romero,<br />
salvo algunos detalles esporádicos, quisieron<br />
y no pudieron, y eso sí, todos los toros fueron<br />
picados con saña, lo que provocó la indignación<br />
de los espectadores, porque vieron<br />
que los toros, con una media de 520 kilos en<br />
vivo, traían casta, temperamento y bríos… y<br />
había que acabar con ellos en la pelea con<br />
los picadores-, se hizo aplaudir en su primero,<br />
fugitivo con la percalina en las cuatro<br />
verónicas de salida, un farol de rodilla y<br />
vistoso remate, como asimismo en su quite<br />
con el capote a la espalda. Empezó la faena<br />
con pases de trasteo y la terminó sin cuajar<br />
un solo muletazo, seguido de otro trasteo,<br />
que no fue suficiente, aunque mató sin puntilla,<br />
para pasear una oreja. En su segundo codilleó<br />
en exceso con el capote y compuso una<br />
«faenita» variada y artística, que pronto quedó<br />
silenciada con el mal uso estoque. A su<br />
tercero le dio una serie de capotazos desganados,<br />
sin hacer nada en quites, volviendo<br />
a los pases de pendientes, señalando un<br />
pinchazo hondo, seguido de una buena<br />
estocada. Sacó Carvajal mejor tajada en los<br />
quites alternando en los toros de su compañero<br />
de fatiga y colocó un buen par que le<br />
ofreciera Juan Antonio en el sexto, aguantando<br />
y clavando al cuarteo, después de mucha<br />
preparación.<br />
El jerezano Romero, no hizo nada<br />
con el capote a su primero, permitiendo que<br />
se produjera un herradero en el tercio de<br />
varas, para después colocar tres buenos<br />
pares, mismos que se aplaudieron; el tercero<br />
partiendo desde el estribo hacia fuera.<br />
Comenzó la faena con pedresinas, rodillazos,<br />
algunos buenos con la derecha, adornos por<br />
alto, otros atropellados, matando muy malamente,<br />
por lo que fue ruidosamente pitado.<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />
En su segundo, que echaba la cara al suelo<br />
desde la salida, lo lanceó con excesiva<br />
precauciones. Después banderilleó con<br />
apatía, por lo que no caldeó el ambiente,<br />
muleteando desconfiado y al primer gañafón<br />
que le tiró el bicho con el izquierdo que tenía<br />
escobillado, naufragó, perdiendo los papeles<br />
con la espada, escuchando música de viento<br />
por los morenos. En el sexto, de buena<br />
estampa y adornado su teztón se formó un<br />
batiburillo de capatazos, saliendo prendido un<br />
peón por la chaquetilla. Se acrecentó el burel<br />
en el tercio de varas, donde no se hizo nada<br />
a derechas. Juan Antonio, en fin, realizó una<br />
faena distanciada y movida, y entre huyendo,<br />
atravesó a Cachivache, marcado con el<br />
número 83 en la solapa y de pelaje negro<br />
chorreado, después de un sangriento conato<br />
de descabello, «nos echó a la calle, dando<br />
fin de la corrida y de nuestro aburrimiento.»<br />
En resumen o perspectiva histórica<br />
andaluza, en la Plaza de Toros de la Real<br />
Maestranza de Caballería de Sevilla, se<br />
celebraron veintidós festejos: ocho corridas<br />
y catorce novilladas, más el festival del Arma<br />
de Aviación. Este año hubo dos alternativas,<br />
las de Gregorio Sánchez, que además resultó<br />
gravemente herido, el (01-04-1956), y Pepe<br />
Cáceres, el (30-09-1956), ambos apadrinados<br />
por Antonio Bienvenida, con Joselito<br />
Huerta y José María Martorell por testigos,<br />
respectivamente, y con reses de Buendía en<br />
ambos casos. Triunfaron <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>, que<br />
cortó dos orejas rabo en la tradicional<br />
miurada; Antonio Ordóñez y César Girón. El<br />
general Franco asistió a la última corrida de<br />
la Feria de Abril. César Girón, con sesenta y<br />
una corrida, y Gregorio Sánchez, con<br />
cincuenta y nueve, fueron los los primeros<br />
en el escalafón de matadores.<br />
1957:<br />
Marzo:<br />
19:<br />
Seis novillos de D. José Villar Vega<br />
dieron realmente su vida peleando en el ruedo<br />
de la emblemática Plaza Real de El Puerto<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA<br />
Apuntes biográficos y profesionales - I<br />
de Santa María, como lo hicieron a lo largo<br />
de siglos muchos de sus hermanos para la<br />
realización de obras benéficas, en este caso,<br />
destinando los ingresos de una novillada «en<br />
pro de nuestra remozada y progresista ciudad<br />
del Guadalete», en la que se corrieron seis<br />
novillotes por parte de <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong><br />
Domínguez, Manolo Vázquez y el jerezano<br />
Juan Antonio Romero, que había recibido su<br />
alternativa en nuestro coso, de manos de<br />
Miguel Báez (Litri III) y de testigo Antonio<br />
Ordóñez, la tarde del (26-08-1957).<br />
Se trató de un «Gran Festival<br />
Benéfico» patrocinado por el Excmo.<br />
Ayuntamiento y según la oportuna reseña<br />
aparecida al día siguiente, «bajo la mirada<br />
expectante de más de media plaza<br />
ocupada…» Así que ya va de viejo la falta de<br />
solidaridad entre los portuenses, como vienen<br />
haciendo con AFANA y otras instituciones<br />
benéficas de ayuda a los discapacitados<br />
¿Acaso en esta ocasión no les interesaba que<br />
embellecieran su propia Ciudad?<br />
Se da por sabido que a nivel artístico,<br />
todo este tipo de festivales –primero que<br />
conocimos de <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> en El Puerto-,<br />
les sirven a los toreros como entrenamiento,<br />
especialmente si como éste, celebrado el<br />
(19-04-1957); es decir, a principio de la<br />
temporada, también les son útiles en<br />
ocasiones como las mejores oportunidades<br />
para reconciliarse con cualquier mala<br />
actuación que hubiesen dejado en anteriores<br />
corridas. Decimos esto, porque fue el caso<br />
de Juan Antonio Romero, que tuvo la<br />
oportunidad de desquitarse de su pasada<br />
pésima corrida, la del (02-09-1956) en nuestra<br />
plaza, y que en el festival, con sus acertadas<br />
faenas, dejó limpio «ese empinado sendero<br />
que se labran los valientes, poniendo a<br />
contribución los mejores deseos para lograr<br />
el triunfo, que fue lo que consiguió por<br />
completo, cortándole las orejas a sus dos<br />
enemigos y saliendo de la Plaza Real a<br />
hombros, dando con ello un aldabonazo en<br />
las conciencia de los empresarios para<br />
inclinarlos a firmar contratas.<br />
57
Apuntes biográficos y profesionales - I<br />
De <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> no es a estas<br />
alturas necesario decir que dejó al descubierto<br />
como siempre su gran dominio de los<br />
toros y su inteligencia para realizar faenas a<br />
toros que nada ofrecen. Se hizo aplaudir en<br />
sus dos novillos, a los que también tumbó<br />
las orejas, paseándolas en triunfo entre<br />
incesantes ovaciones, saliendo también a<br />
hombros junto a Juan Antonio.<br />
De Manolo Vázquez estamos<br />
obligados a decir, mal que nos pese, que no<br />
rayó a la altura de sus compañeros, y no en<br />
desagravio del sevillano, que a su primero se<br />
lo corrieron mal de salida y a su segundo se<br />
lo estropearon definitivamente en el tercio de<br />
varas. Por ello anduvo bastante desconfiado<br />
por falta de materia prima, brillando por su<br />
ausencia ese su reconocido buen arte. Pero,<br />
bueno, fue el festival muy interesante, pues<br />
hubo de todo, y del que, al final, salieron los<br />
espectadores contentos, que es lo verdaderamente<br />
importante. (Cartel en la siguiente<br />
página).<br />
1957:<br />
Agosto:<br />
04:<br />
Al estudiar el largo pasado taurino de<br />
nuestra hermosa y emblemática Plaza Real,<br />
nos vemos obligados, desgraciadamente, a<br />
pensar que acarrea una extraña enfermedad:<br />
la de no ser debidamente tratada por propios<br />
y extraños, encontrándose entre éstos, desde<br />
muy antiguo, los ganaderos españoles, es<br />
decir, lo mismo los del entorno que los de<br />
centenares de kilómetros de El Puerto, que<br />
envían sus desechos ganaderos, salvo muy<br />
escasas excepciones.<br />
Y así, una vez más, la tarde del<br />
domingo (04-08-1957), en la que sin duda<br />
brillaría con la reaparición en España del<br />
madrileño Luis Miguel Dominguín, respondiendo<br />
la afición casi llenando el bello coso<br />
casi hasta los banderines del tejado, el<br />
ganadero salmantino, don Antonio Pérez (hijo)<br />
de San Fernando, cuyos seis toros estaban<br />
anunciados a su nombre, sólo se lidiaron dos<br />
58<br />
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />
toros, pues tres fueron rechazados por chicos<br />
y otro, que salió en tercer lugar, fue devuelto<br />
a los corrales por su escasa presencia. Los<br />
salmantinos fueron una becerrada en toda<br />
regla. Ante tales circunstancia –no sabemos<br />
los esfuerzos que fueron necesarios realizar<br />
para impedir un desaguisado- fueron lidiados<br />
cuatro toros de don José Luis Osborne<br />
Vázquez, de preciosas hechuras, relucientes<br />
de gordos, bien armados y cargados de<br />
bravura y buena casta, pues hicieron brava<br />
pelea con los montados y, después, se<br />
dejaron torear. El cartel lo encabezaba Antonio<br />
Bienvenida y <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> ocupaba el tercer<br />
lugar.<br />
Siguiendo la reseña –que nos ofrece<br />
D. José María Rojas Guillén- sin conocer la<br />
fuente original de procedencia, diremos que<br />
«Antonio Bienvenida, vestido de tabaco y oro,<br />
no hizo nada son su primer choto de A. P., al<br />
que dio seis pases de muleta, en medio de<br />
un griterío imponente, matándolo de media<br />
atravesada y baja. Al cuarto, un buen mozo<br />
de D. José Luis Osborne, lo toreó finamente<br />
con el capote y le clavó tres buenos pares de<br />
banderillas, Con la muleta realizó una buena<br />
faena con la derecha, cortita, para acabar con<br />
él de dos pinchazos y media estocada. Hubo<br />
aplausos para el torero y para el toro…, más<br />
para la brava y noble fiera que para su<br />
Gilgamesh.<br />
Luis Miguel, de verde y oro, no logró<br />
cortar ningún trofeo en la esperada tarde de<br />
su reaparición –éste actuó por primera vez<br />
en la Plaza Real el (03-08-1952)- por haber<br />
fallado con el estoque, pues de haber<br />
acertado con la tizona, las dos orejas del<br />
segundo hubiesen ido a sus manos. La sola<br />
presencia de su primer toro en el ruedo<br />
levantó una unánime protesta, ya que ni con<br />
lupa podía verse el astado, lo que pudo<br />
originar un serio conflicto, por el escaso trapío<br />
de las reses. Los minitoros comenzaron a<br />
anunciar su masiva presencia. El madrileño,<br />
pese a todo, quiso hacerle faena y hasta le<br />
sacó cuatro naturales buenos. Pero el diestro<br />
Pasa a la página nº 60.<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA<br />
Apuntes biográficos y profesionales - I<br />
59
Apuntes biográficos y profesionales - I<br />
Viene de la página nº 58.<br />
desistió ante el cariz que había tomado el<br />
asunto, limitándose a matar el becerro de<br />
cuatro pinchazos y dos descabellos, silbando<br />
el público frenéticamente. En el quinto salió<br />
por el desquite, al sacar su reconocido poderío<br />
para triunfar cuando quería, contra viento y<br />
marea. Estuvo realmente extraordinario al<br />
torear por verónicas, ora con los pies juntos,<br />
ora con el compás abierto. De la misma<br />
forma adornó el morrillo del de Bolaños,<br />
colocado tres pares banderillas que quedaron<br />
izadas sobre las mismas péndolas, no dejando<br />
en ningún momento de que intervinieran<br />
los miembros de su cuadrilla. La faena de<br />
muleta fue de magistral.<br />
Especialmente los ayudados por bajo<br />
iniciales y tres pases en redondo a cual<br />
mejores; así como dos tandas de<br />
manoletinas, entre pases de todas las<br />
marcas. Faena de dos orejas, pero el estoque<br />
volvió a fallar, pinchando otra vez cuatro<br />
veces, recetando al final una entera y dos<br />
descabellos, quedándose todo en una<br />
merecida ovación.<br />
¡Ah!, nuestro amigo <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>!,<br />
de celeste y oro, que consiguió un triunfo<br />
clamoroso. Uno de los más grandes de toda<br />
su vida profesional, al sumar ocho<br />
actuaciones en la Plaza Real. Su primer<br />
enemigo fue devuelto al corral. Por tanto, lidió<br />
dos toros de su gran amigo D. José Luis<br />
Osborne, a los que les hizo cuanto le vino en<br />
ganas, tanto con el capote como con la<br />
muleta.<br />
Ejecutó dos series de naturales, una<br />
en cada «colabo-rador» de sus éxitos, que<br />
será difícil superar. Al primero lo mató de una<br />
estocada en todo los rubios, haciendo<br />
maravillosamente la suerte, y al sexto de un<br />
pinchazo y un sobe-rano volapié. Le cortó las<br />
dos orejas y el rabo al primero, y al sexto las<br />
dos, saliendo de la Plaza Real a hombros y<br />
por la Puerta Grande.<br />
(Cartel en la página siguiente).<br />
60<br />
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />
1957:<br />
Agosto:<br />
25:<br />
Una vez más, afortunadamente para<br />
los aficionados de la Baja Andalucía, la<br />
«Corrida Grande» de El Puerto de Santa<br />
María, celebrada en la emblemática Plaza<br />
Real, la tarde veraniega del (25-08-1957);<br />
festejo de gran nivel, para entonces tan<br />
famoso como tradicional, que brilló<br />
solemnemente al verse los tendidos de<br />
rebosantes de espectadores, tanto en los de<br />
sombra como en los de sol, para ver a la terna<br />
formada por los diestros <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong><br />
Domínguez, Miguel Báez (Litri III) y Manolo<br />
Vázquez.<br />
La primera nota del entusiasmo<br />
festivo que se respiraba en el ambiente dio<br />
un aldabonazo de gozo protagonizado por<br />
todo el público que reclamó la presencia de<br />
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>, que salió al tercio a saludar<br />
dos veces, montera en mano, antes de<br />
iniciarse la esperada corrida, con ganado de<br />
la dehesa jerezana de Martelilla de el Sr.<br />
Marqués de Domecq, Hermanos (4, a pie de la<br />
página nº 62). Todos los toros derribaron una y<br />
otra vez a los montados, siendo buenos para<br />
los diestros, por lo que fueron aplaudidos en<br />
el arrastre y para el primero se pidió la vuelta<br />
al ruedo. Sin embargo, el cuarto toro fue<br />
devuelto a los corrales por presentar sus<br />
diamantes destruidos y los inicios del cuerpo<br />
de los cuernos escobillados, siendo sustituido<br />
«por otro de procedencia desconocida, que<br />
fue manso integral y que también fue retirado,<br />
entre la gritería del respetable», según la<br />
reseña de la corrida, de don José María Rojas<br />
Guillén. Por ello se hizo necesario correr el<br />
turno de los lidiadores, haciéndolo Litri y<br />
Vázquez de sus respectivos toros, y matando<br />
<strong>Ortega</strong> el sexto, en lugar del cuarto<br />
desechado, que fue después sustituido al final<br />
por un toro de D. José Luis Osborne.<br />
Una vez más –ésta fue la novena<br />
actuación del diestro del «Torero de la Isla»<br />
en la Plaza Real-, <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>, vestido de<br />
Pasa a la página nº 62.<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA<br />
Apuntes biográficos y profesionales - I<br />
61
Apuntes biográficos y profesionales - I<br />
Viene de la página nº 60.<br />
blanco y oro, interpretó otra de sus actuaciones<br />
destacadas, pues toreó superiormente<br />
con el capote a sendos enemigos, ofreciéndonos<br />
las verónicas cargadas de clasicismo.<br />
En el segundo, que correspondió a Manolo<br />
Vázquez –éste era la octava ocasión en El<br />
Puerto (3 novilladas y 5 corridas)-, llamado<br />
Celador -586 kilos-, realizó un quite a la<br />
verónica que fue muy aplaudido. A su primero,<br />
llamado Boquirrota –con 514 kilos-, el<br />
«centrado» torero le hizo una faena –<br />
siguiendo al cronista- «mandona, con pases<br />
de todas las marcas, destacando de ella dos<br />
series de naturales, citando y aguantando las<br />
embestidas de la fiera desde largo. Sufrió una<br />
voltereta impresionante, rematando al de<br />
Cartelilla de dos pinchazos y una entera,<br />
cortando una oreja. Por el «corrimiento» que<br />
originó la sustitución del cuarto y el<br />
desechado, <strong>Ortega</strong> mató el sexto, llamado<br />
Osborne, de D. José Luis Osborne y que<br />
pesó poco más de 500 kilos, lo trasteó con<br />
varios pases por alto, derechazos, naturales<br />
y de la firma. Fue alcanzado al torear por<br />
redondos, y corneado en el suelo, sin<br />
consecuencias, rematándolo de un soberbio<br />
volapié, para cortar una oreja, logrando dos,<br />
de las tres que se cortaron aquella tarde, y<br />
salió a hombros por la Puerta Grande. Ésta<br />
fue la quinta vez de las ocho que la cruzó.<br />
62<br />
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />
Miguel Báez (Litri III), vestido de azul<br />
y oro, tuvo mala suerte en sus dos enemigos,<br />
que llevaron los nombres de Egipciano, con<br />
585 kilos, y Capachero, con 568 kilos. Según<br />
el reseñador o rescatador de crónicas, «algo<br />
hizo al primero, al que lanceó vulgarmente y<br />
al que luego hiciera una faena de efecto. Cabe<br />
destacar de ella unos naturales, citando<br />
desde lejos. Hubo el clásico desplante de<br />
rodillas en tierra. Mató de media perpendicular<br />
y tres descabellos, dando una vuelta al<br />
ruedo.» En su otro enemigo, que fue picado<br />
con saña, no pudo lucirse, rematándolo de<br />
pinchazo y una estocada corta, pero efectiva.<br />
Recibió una clara división de opiniones.<br />
Manolo Vázquez, con la indumentaria<br />
rosa y oro, hizo lo más bonito de la jornada:<br />
torear con el capote maravillosamente a sus<br />
dos enemigos, imprimiendo a cada lance toda<br />
la alegría y la luminosidad de la escuela<br />
sevillana. Con la muleta valiente en los que le<br />
tocaron en suerte. Con Bocanegra, que pesó<br />
492 kilos, siendo el de menor peso vivo, tras<br />
unos ayudados por bajo, dio naturales,<br />
redondos, kikirikies y de la firma, que<br />
agradaron de verdad. Mató de un pinchazo y<br />
una entera desprendida, cortando una oreja<br />
y dando la vuelta al ruedo. A su segundo,<br />
llamado Celador, ya citado, que fue un toro<br />
realmente extraordinario, lo mejor fueron dos<br />
series de pases con la zurda, para terminar<br />
(4) La ganadería de don Pedro Domecq y Rivero, más conocida como del marqués de<br />
Domecq, presentó sus toros por primera vez en septiembre de 1949 y nuevamente el<br />
(18-05-1966). Pastaban sus reses en las fincas: «Martelilla» y «El Carrascal» (Carretera<br />
Jerez-Medina Sidonia, Km. 14 y Jerez de la Frontera, Cádiz), y «Las Castellanas» y «Los<br />
Barrancos» (Puerto Real, Cádiz)-, cuya procedencia histórica (*) fue de unos de los lotes<br />
en que se dividió la de don Ramón Gallardo González y que heredó su hija doña Emilia<br />
Gallardo Santos de Los Barrios (Cádiz), que en septiembre de 1949 la adquirió don Pedro<br />
Domecq y Rivero (Marqués de Domecq D´Usquain), agregándole en principio reses de<br />
don Juan y don José Belmonte y, posteriormente, en 1951, de don Juan Guardiola. En<br />
1955 don Pedro Domecq y Rivero vendió otra de sus ganaderías, oriunda de Gallardo, a<br />
don José Villar Vega, el cual la enajenó en 1959 a los señores Núñez Hermanos (Carlos y<br />
Marcos), que a su vez se la venden a don José Luis y don Pablo Martín Berrocal. En<br />
1981 fue nuevamente adquirida por los hermanos Núñez, que se le vendieron en 1983 a<br />
su actual propietario.<br />
(*) Casta fundacional originaria del El Puerto de Santa María.<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />
1958:<br />
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez toreó en la<br />
temporada de 1958 un total de 26 corridas.<br />
En la Plaza Real de El Puerto de Santa María,<br />
logró en total 24 orejas y 3 rabos, saliendo a<br />
hombros por la Puerta Grande de la Plaza<br />
Real en ocho ocasiones.<br />
Abril:<br />
27:<br />
La reseña de esta corrida de toros de<br />
D. Eduardo II Miura Fernández, celebrada la<br />
tarde del domingo (27-04-1958) en la Plaza<br />
Real de El Puerto de Santa María, bajo un<br />
cielo azul y soleado, es doblemente interesante,<br />
porque la esperada miurada ya protagonizó<br />
la tarde anterior un hecho que acentuó<br />
aún más el atractivo del festejo y que vivimos<br />
con toda intensidad . Y es que durante el<br />
desencajonamiento uno de los astados,<br />
llamado Velonero, se emplazó en el centro<br />
del redondel, mirando hacia cuanto se movía,<br />
pero sin perder de vista al camión donde<br />
estaban sus compañeros, ya que sobre él<br />
estaban dos hombres, preparados para dar<br />
salida a otro ejemplar. Esa fue la causa, más<br />
el ruido que hacían sus compañeros, que en<br />
dos ocasiones el toro se fuese hacia el<br />
camión y cornease sobre las ruedas.<br />
Como una y otra vez, sin resultado<br />
alguno, volviera a situarse en el centro del<br />
redondel, no haciendo caso alguno a los<br />
cabestros, por lo que habiendo pasado más<br />
de media hora, alguien, aun a sabiendas del<br />
peligro que ello representaba y porque no se<br />
podía hacer otra cosa, autorizó que saliese<br />
otro miureño, llamado Espejito II, de pelo<br />
colorado, ojo de perdiz, al que <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong><br />
le cortó al día siguiente las orejas. Cuando el<br />
«ojo de perdiz» vio a Velonero, en menos<br />
que canta un gallo, se lanzaron a toda<br />
velocidad el uno contra el otro y del tremendo<br />
encon-tronazo frontal, que retumbó en toda<br />
plaza, por lo que se pudo escuchar por todos<br />
los presentes, ambos saltaron al aire como<br />
si fuesen de juguete, para quedar muerto en<br />
el acto Velonero.<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA<br />
Apuntes biográficos y profesionales - I<br />
Las incidencias continuaron, pues de<br />
los seis toros que salieron de Zahariche fueron<br />
sustituidos tres –uno, el citado Velonero y<br />
dos rechazados por pequeños-, dos de ellos<br />
por otros de la misma divisa, llegados la<br />
mañana del día de la corrida y que fueron<br />
embarcados con muchas dificultades en la<br />
madrugada de ese día, y un tercero de la<br />
ganadería de Domecq Hermanos. Los cinco<br />
de la famosa vacada sevillana se comportaron<br />
bien en su conjunto, eso sí, con mucho<br />
poder, casta y nervios; siendo los más grandes<br />
los lidiados en cuarto, quinto y sexto lugar,<br />
aunque todos fueron muy aplaudidos; pasando<br />
seguidamente a relacionar todos ellos,<br />
integrando la segunda parte de la reseña<br />
principal, en la que torearon el citado <strong>Rafael</strong><br />
<strong>Ortega</strong> Domínguez, Dámaso Gómez y Luis<br />
Miguel González Lucas (Luis Miguel<br />
Dominguín):<br />
1º Escogido, de pelaje cárdeno, con<br />
el nº 26 y poco más de 700 kilos de p. v., que<br />
hizo una gran pelea con los caballos,<br />
lanzando al aire tres veces consecutivas al<br />
picador antes de tomar la primera vara,<br />
correspondió al «Torero de la Isla», quien<br />
comenzó la faena con unos lances de capa<br />
torerísimo, con el compás abierto, pero en la<br />
psicosis miureña estaba presente desde que<br />
los diestros hicieron el paseíllo. Con la muleta,<br />
faena variada al son de la charanga, pero nada<br />
nos dice el cronista de cómo lo remató.<br />
2º Navajito, de pelaje negro, con el<br />
nº 20, bizco y astillado del izquierdo, con 600<br />
kilos de p.v., correspondió a Dámaso Gómez<br />
y, al parecer, disgustado con la mala<br />
presencia del toro, se limitó a realizar una<br />
corta faena de aliño, que a nadie agradó y<br />
que a partir de entonces, el ambiente anímico<br />
de todos los diestros comenzó a descomponerse,<br />
de ahí que el cronista «Chamorro»,<br />
escribió en su reseña: «… para qué vamos<br />
a hablar de los banderilleros, picadores y de<br />
lo poco que tienen de aficionados los que<br />
arrojaron botellas…» Y lo peor, en cuanto al<br />
desánimo, se produjo en el tercer toro, en el<br />
que hay una confusión en cuanto al nombre.<br />
63
Apuntes biográficos y profesionales - I<br />
3º Datilero, de pelaje negro zaino,<br />
marcado con el número 57 y 567 kilos de p.<br />
v., pertenecía la vacada del Sr. Marqués de<br />
Domecq Hermanos. Le correspondió a Juan<br />
Antonio Romero, siendo el toro más duro y el<br />
que más fuerte empujó a los montados. El<br />
diestro jerezano, vestido de grana y oro,<br />
pronto dejó al descubierto que venía con<br />
muchas ganas de pelear y de justificarse ante<br />
sus paisanos y miles de seguidores, las<br />
buenas tardes en tierras de América, y la oreja<br />
lograda en la madrileña Plaza de Toros de<br />
Las Ventas. Sin embargo, fue para él la tarde<br />
más obscura, la más amarga de su vida<br />
torera, pues, tras el desconcierto con la<br />
espada, cada segundo más presente la<br />
«psicosis miureña», el puntillero le levantó el<br />
toro hasta cinco veces y la Presidencia no<br />
pudo evitar el envío de los tres avisos<br />
reglamentarios y el astado pasó al corral.<br />
4º Espejito II, de pelaje castaño, ojo<br />
de perdiz, con el número 9 y 640 kilos de p. v,<br />
fue el segundo de <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> -el que mató<br />
a Velonero, de pelaje negro zaino-, al que el<br />
diestro le dio dos series de naturales,<br />
acabadas con sendos pases de pecho, a los<br />
que siguieron una bonita tanda de manoletinas.<br />
Estoqueó al asesino de su hermano<br />
con una certera estocada, concediéndosele<br />
las dos orejas y el rabo, para salir por quinta<br />
vez en El Puerto por la Puerta Grande de la<br />
Plaza Real<br />
5º Nevaíto, de pelaje cárdeno oscuro,<br />
con el nº 19 y 740 kilos de p. v., fue el más<br />
pesado y a la vez el más suave y pastueño,<br />
le correspondió a Dámaso Gómez. Éste<br />
comenzó la faena de muleta en las tablas,<br />
para continuar con la derecha. El diestro se<br />
hizo pesado con el estoque, recibiendo un<br />
recado de la Presidencia.<br />
6º El de Domecq, sin nombre, de pelo<br />
negro, pesó 620 kilos de p. v., y correspondió<br />
a Juan Antonio Romero. En él está la<br />
64<br />
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />
confusión, porque en la reseña dice anteriormente:<br />
«…y el sexto, entrepelado y listón,<br />
mató un caballo en la suerte de varas. El de<br />
D. Juan Pedro Domecq, corrido en tercer<br />
lugar, negro zaino, fue el más duro y el que<br />
más fuertemente empujó a los montados.»<br />
(Cartel en la página siguiente).<br />
Mayo:<br />
01:<br />
El (01-05-1958), confirmó su doctorado<br />
el diestro colombiano Pepe Cáceres, en<br />
la Plaza de Toros de Madrid, de manos de<br />
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> y ante la presencia de Antonio<br />
Chenel (Antoñete), con el astado de nombre<br />
Saltador, de la ganadería española de don<br />
Clemente Tassara.<br />
08:<br />
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>, Juan García<br />
(Mondeño) y Antonio Borrero Morato<br />
(Chamaco) alternaron en Madrid en (08-05-<br />
1958?, día que confirmó su alternativa<br />
Chamaco. A la postre su presentación en<br />
Madrid no llegó hasta esa última temporada,<br />
el cederle Julio Aparicio la muerte del toro,<br />
llamado Sevillano, de don Alipio Pérez-<br />
Tabernero, en presencia de Luis Segura. Su<br />
tardanza en rendir pleitesía a la plaza de Las<br />
Ventas nunca le fue perdonada por la afición<br />
madrileña, que no le recibió de buen agrado<br />
y no avaló sus éxitos en otras plazas, aunque<br />
cortara una oreja muy discutida días después.<br />
Desde entonces comenzaron a bajar<br />
la chispa y los contratos del espectacular<br />
torero de Huelva, que se mantuvo en un<br />
segundo plano hasta 1962, cuando dejó de<br />
torear e incluso se creyó que se había retirado.<br />
Pero aún volvió a los ruedos en 1965, esta<br />
vez con menos actuaciones aún, hasta que<br />
el (14-09-1967) toreó, cómo no, en Barcelona<br />
la última corrida de su vida, de don Joaquín<br />
Buendía, con <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> y Juan García<br />
(Mondeño).<br />
(*) Presenció la corrida el célebre pintor Juan Lara, quien trazó con su lápiz<br />
«unos ágiles apuntes del extraño suceso.»<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA<br />
Apuntes biográficos y profesionales - I<br />
65
Apuntes biográficos y profesionales - I<br />
1958:<br />
Mayo:<br />
01:<br />
El domingo (01-05-1958), confirmó su<br />
docto-rado el diestro colombiano Pepe<br />
Cáceres, en la Plaza de Toros de Madrid, de<br />
manos de <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> y ante la presencia<br />
de Antonio Chenel (Antoñete), con el astado<br />
de nombre Saltador, de la ganadería<br />
española de don Clemente Tassara.<br />
08:<br />
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>, Juan García<br />
(Mondeño) y Antonio Borrero Morato<br />
(Chamaco) alternaron en Madrid en mayo de<br />
1958, día que confirmó su alternativa<br />
Chamaco. A la postre su presentación en<br />
Madrid no llegó hasta esa última temporada,<br />
el cederle Julio Aparicio la muerte del toro,<br />
llamado Sevillano, de don Alipio Pérez-<br />
Tabernero, en presencia de Luis Segura. Su<br />
tardanza en rendir pleitesía a la plaza de Las<br />
Ventas nunca le fue perdonada por la afición<br />
madrileña, que no le recibió de buen agrado<br />
y no avaló sus éxitos en otras plazas, aunque<br />
cortara una oreja muy discutida días<br />
después. Desde entonces comenzaron a<br />
bajar la chispa y los contratos del<br />
espectacular torero de Huelva, que se<br />
mantuvo en un segundo plano hasta 1962,<br />
cuando dejó de torear e incluso se creyó que<br />
se había retirado. Pero aún volvió a los ruedos<br />
en 1965, esta vez con menos actuaciones<br />
aún, hasta que el (14-09-1967) toreó, cómo<br />
no, en Barcelona la última corrida de su vida,<br />
del hierro de don Joaquín Buendía, con <strong>Rafael</strong><br />
<strong>Ortega</strong> y Juan García (Mondeño).<br />
15:<br />
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez -matador<br />
de toros, nacido en San Fernando (Cádiz), el<br />
66<br />
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />
(04-07-1921), que recibió su alternativa el (02-<br />
10-1949), en la plaza de Las Ventas (Madrid)se<br />
doctoró en la misma plaza, el (15-05-<br />
1958), de manos de Luis Segura y de testigo<br />
Antonio Chenel (Antoñete), con el toro de<br />
nombre Elegido, de la ganadería de don<br />
Fermín Bohórquez Gómez.<br />
El (27-04-1958) toreó en la Plaza Real<br />
de El Puerto de Santa María, cortando 2<br />
orejas, un rabo y saliendo a hombros por la<br />
Puerta Grande, la quinta vez de las 8 veces<br />
que volvió a cruzarla, logrando en total 24<br />
orejas y 3 rabos. Recibió <strong>Rafael</strong> su doctorado<br />
once años después de su alternativa en la<br />
misma Plaza de Toros madrileña de Las<br />
Ventas. El rejoneador Ángel Peralta, lidió con<br />
ellos. No cortó Segura orejas esa tarde isidril,<br />
pero sí en la siguiente, el (21-05-1958), a un<br />
toro de don Alipio Pérez-Tabernero.<br />
Julio:<br />
20:<br />
Con la actuación del rejoneador D.<br />
Ángel Peralta, que era la séptima vez que se<br />
presentaba, se inició la corrida del domingo<br />
20-07-1958, en la Plaza Real de El Puerto de<br />
Santa María, en la que intervinieron los<br />
diestros de a pie <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />
–actuaba la doceava vez-, Gregorio Sánchez<br />
–éste hacía su presentación en nuestro cosoy<br />
Curro Girón –éste llegó a trabajar la primera<br />
vez como novillero la tarde del 08-07-1956 y<br />
día que reseñamos era también la primera,<br />
pero como matador-, que lidiaron seis<br />
astados de la ganadería jerezana de D. José<br />
Villar Vega (5). Los dos últimos citados<br />
diestros venían actuando juntos en casi todas<br />
las plazas a lo largo de esa temporada.<br />
Pasa a la página nº 68.<br />
(5) En 1955 don Pedro Domecq y Rivero vendió la ganadería, oriunda de Gallardo, a don<br />
José Villar Vega, el cual la enajenó en 1959 a los señores Núñez Hermanos (Carlos y<br />
Marcos), que a su vez se la venden a don José Luis y don Pablo Martín Berrocal. En<br />
1981 fue nuevamente adquirida por los hermanos Núñez, que se le vendieron en 1983 a<br />
su actual propietario.<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA<br />
Apuntes biográficos y profesionales - I<br />
67
Apuntes biográficos y profesionales - I<br />
Viene de la página nº 66.<br />
El ganado, en general, tuvo poder y<br />
codicia con los de a caballos, siendo los<br />
mejores el tercero, quinto y sexto. Sin<br />
embargo, el festejo no llegó ni siquiera a<br />
entretener y los espectadores aguantaron con<br />
paciencia el encierro, si bien Girón fue el<br />
triunfador y la nota colorista y humana la protagonizaron<br />
tres maletillas que se arrojaron<br />
con sus muletillas, porque del dormilón<br />
espectáculo, lo destacable lo llevaron a cabo<br />
los picadores, realizando su trabajo con<br />
sanguinaria alevosía y premeditación, para<br />
dejar en la mínima expresión el poder y la<br />
codicia iniciales de los toros, que abusaron<br />
con el descarado consentimiento de los<br />
desganados jefes.<br />
La labor de los banderilleros consistió,<br />
al parecer, como recreándose en dar<br />
capotazos sin ton ni son, en el más absurdo<br />
desorden. Con unos diestros sin concentrarse<br />
anímicamente en su labor, todo<br />
termina desluciéndose y hasta los toros,<br />
1958:<br />
Agosto:<br />
31:<br />
El quinto de los festejos a «Plaza<br />
Partida», se celebró en la Plaza Real de El<br />
Puerto de Santa María, el (31-08-1958) y en<br />
esta ocasión fueron 6 toros y 6 novillos, todos<br />
ellos de D. Carlos Núñez, de Tarifa (Cádiz),<br />
que fueron lidiados, los toros, por <strong>Rafael</strong><br />
<strong>Ortega</strong>, Gregorio Sánchez y Juan Antonio<br />
Romero, y los novillos por Pepe Álvarez, de<br />
El Puerto; Emilio Oliva (padre), de Chiclana<br />
de la Frontera (Cádiz) y <strong>Rafael</strong> de Paula, de<br />
Jerez de la Frontera (Cádiz). El ganadero<br />
gaditano presentó bravos, nobles y<br />
manejables toros y novillos, siendo<br />
únicamente protestado el quinto de la tarde,<br />
segundo de Gregorio Sánchez. Los programa<br />
de mano hacían curiosas advertencias. Por<br />
ejemplo, que la corrida sería presidida y<br />
asesorada de la forma ordinaria, y que para<br />
la novillada habría una delegación de la<br />
68<br />
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />
Presidencia, por lo que los cambios de<br />
suertes y demás, serían ordenados por cada<br />
una de ellas con distintos toques de clarines.<br />
La división de la Plaza estaba ya hecha antes<br />
del desfile de las cuadrillas, que en esta<br />
ocasión lo hicieron por puertas distintas y<br />
recorridos diferentes. Igualmente había doble<br />
puerta de toriles. Los tres primeros toros se<br />
lidiaron en la media Plaza, correspondiente a<br />
los tendidos de Sombra, y los tres últimos a<br />
los del Sol, simultaneándose la lidia de cada<br />
toro con la de un novillo. También había dos<br />
bandas de música, una por cada mitad de la<br />
Plaza. En este espectáculo se cubrieron los<br />
tendidos y las gradas en su totalidad, siendo<br />
los precios de 190 pesetas el tendido de<br />
Sombra y 90 pesetas el de Sol. Y finalmente<br />
se hacía la advertencia de que para el caso<br />
de que algún astado saltase la valla, habría<br />
habilitada en ésta dos puertas comunicantes,<br />
para facilitar la vuelta del animal a su mitad<br />
de ruedo correspondiente.<br />
La reseña de ambos festejos<br />
podemos resumirla diciendo: Que <strong>Rafael</strong><br />
<strong>Ortega</strong> fue el único triunfador al cortar una<br />
oreja, pero en sus dos faenas no puso el<br />
entusiasmo de otras veces, tal vez por lo<br />
descastados que llegaron sus toros a la<br />
muleta. El segundo en la terna, Gregorio<br />
Sánchez, como en la corrida de su presentación,<br />
estuvo desganado, carente de sitio,<br />
pese a que en ambas ocasiones le tocaron<br />
buenos toros. Al tercero, Juan Antonio<br />
Romero, como otras veces, su decidido<br />
empeño por agradar le hizo lucir su valentía,<br />
escuchando aplausos en las banderillas y al<br />
torear de rodillas, pero falló con la espada,<br />
usándola con mal estilo.<br />
En las novilladas –recordamos que<br />
al finalizar la muerte de las seis primeras<br />
reses se permutaron las cuadrillas para<br />
lidiarse los otros seis cornúpetas-, Pepe<br />
Álvarez escuchó ölés en su primero, que<br />
toreó sin pararse, sufriendo por lo desconfiado<br />
más de un desarme. Cuenta el cronista que<br />
brindó su segundo a D. Eduardo Ruiz, y<br />
Pasa a la página nº 70.<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA<br />
Apuntes biográficos y profesionales - I<br />
69
Apuntes biográficos y profesionales - I<br />
Viene de la página nº 68.<br />
cumplió en la faena. Con el acero no logró<br />
golpes efectivos, escuchando un aviso. Emilio<br />
Oliva, que no se acopló con sus enemigos,<br />
lo que no le impidió sacar su reconocido valor,<br />
dejando al descubierto que no lograba jugar<br />
bien los brazos, por lo que resultó a veces<br />
atropellado. Sin embargo, por su voluntad fue<br />
premiado con una vuelta al ruedo en su<br />
primero. A <strong>Rafael</strong> de Paula, indecisopara<br />
afrontar exitosamente la lidia de los toros,<br />
apenas hizo cositas sueltas, pero eso sí, no<br />
se olvidó en ningún momento de mantener<br />
una distancia con el toro y, claro, a la hora de<br />
matar se echó hacia las «afueras», pasando<br />
otra vez por nuestro coso dejando su peculiar<br />
estela de excesivas precauciones.<br />
Para satisfacción del aficionado<br />
curioso, ofrecemos la relación de los toros<br />
lidiados en esta corrida, con indicación de su<br />
capa, peso en canal y espada que le dio<br />
muerte. Fueron: Chirrino, negro, 289 kgs.,<br />
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>; Capachero, negro, de 273<br />
kgs.; Perdigón, colorado ojinegro, 255 kgs.,<br />
Juan Antonio Romero; Leñador, negro<br />
bragado, 272 kgs., <strong>Ortega</strong>; Lechuzo, negro,<br />
285 Kgs., Sánchez; Picapleito, negro, 283<br />
Kgs., Romero. Promedio de la corrida: 276<br />
kilos y medio a la canal, correspondiendo a<br />
una media de 556 kilos en vivo.<br />
Y los novillos lidiados fueron: Fogón,<br />
negro listón, 221 Kgs., Pepe Álvarez; Florido,<br />
mulato, 244 Kgs., Emilio Oliva; Furioso,<br />
mulato, 227 Kgs., <strong>Rafael</strong> de Paula;<br />
Aborreció, mulato burraco, 273 Kgs.,<br />
Álvarez; Volador, negro, 248 Kgs., Oliva. Y<br />
Jumillano, negro, 244, Paula. Promedio de<br />
la novillada: 243 kilos a la canal, correspondiendo<br />
a una media de 490 en vivo.<br />
De todos los festejos que se<br />
celebraron durante esa época, cabe destacar<br />
los de a Plaza Partida, hecho singular y único<br />
que en pocas ciudades españolas se han<br />
celebrado. El primero de estos festejos de<br />
los que se tienen noticias, se celebró el (12-<br />
07-1835), en el que se lidiaron 10 toros, los<br />
4 primeros a plaza entera y los 6 restantes a<br />
70<br />
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />
plaza partida, levantándose la barrera divisoria<br />
en breve tiempo. Los toros eran 4 de la viuda<br />
de Montero de esta ciudad, y los 6 restantes<br />
de D. José M. Alvareda, también de El Puerto,<br />
siendo lidiados por Juan Hidalgo, de San<br />
Fernando (Cádiz) y Luis Rodríguez, de Sevilla,<br />
actuando de media espada José Díaz<br />
(Mosquita), de Cádiz y sobresaliente<br />
Francisco Benítez (El Panadero), de El<br />
Puerto.<br />
En aquélla época, los picadores eran<br />
más populares, más importantes en los<br />
carteles que los matadores, destacando entre<br />
ellos Cristóbal Marchante, de Medina Sidonia<br />
(Cádiz), Carlos Puerto y Erasmo Olbera, de<br />
El Puerto, que formaban parte de este cartel<br />
y tendrían que pasar 32 años para que se<br />
volviese a celebrar nuevamente este tipo de<br />
festejo. En esta ocasión fue el (01-09-1867),<br />
lidiándose 7 toros, 4 de Núñez Pardo y tres<br />
de Eduardo Shelly, de Vejer de la Frontera<br />
(Cádiz). Sin embargo, algo anda mal, porque<br />
en otra crónica se dice que el día (01-09-<br />
1867), el toro de nombre Tirabuzones, de don<br />
José Antonio Adalid, fue lidiado en El Puerto<br />
de Santa María, cuyo astado llegó 30 veces a<br />
los picadores, mató seis caballos, conservando<br />
sus facultades hasta morir, poniendo<br />
en grave aprieto a varios lidiadores.<br />
En primer lugar se corrieron tres<br />
toros a plaza entera, que fueron estoqueados<br />
por Antonio Sánchez (Tato), y después se<br />
dividió el ruedo, con la valla correspondiente,<br />
y en competencia de ganaderías se lidiaron<br />
a uno y a otro lado los 4 restantes por el<br />
gaditano José Ponce y el cordobés Manual<br />
Fuentes (Bocanegra). Estos dos primeros<br />
festejos de los que se tienen noticias, se<br />
celebraron en plaza de madera, en los<br />
terrenos del Ejido de San Francisco, en el<br />
mismo lugar donde está construida la actual<br />
plaza. Esta plaza de madera fue reducida a<br />
cenizas por las llamas en 1877, dando lugar<br />
con ello a que D. Tomás Osborne Böhl de<br />
Faber y otros creen la junta iniciadora para la<br />
construcción de una plaza fija.<br />
Pasa a la página nº. 72.<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA<br />
Apuntes biográficos y profesionales - I<br />
Dos aspectos de la corrida a «Plaza partida» celebrada en la Plaza<br />
Real la tarde (31-08-1958). (Foto de archivo).<br />
71
Apuntes biográficos y profesionales - I<br />
Viene de la página nº 70.<br />
La tercera corrida a plaza partida<br />
solo tardó 16 años en celebrarse después<br />
de la anterior en 1867. Seria un (02-09-1883),<br />
es decir, tres años después de inaugurarse<br />
la actual Plaza Real. Cuando se celebró este<br />
tercer festejo, se calcula que unas 15.000<br />
personas vivieron el magno acontecimiento.<br />
En esta ocasión fue una corrida de 8 toros<br />
de la ganadería de Ignacio Martín que fueron<br />
lidiados por Hermosilla Manuel Díaz (Lavi),<br />
Manuel Fuentes (Bocanegra) y Luis<br />
Mazzantini. Los cuatro primeros toros se<br />
lidiaron a plaza normal y los restantes a plaza<br />
partida, dándose la circunstancia que la valla<br />
divisoria (según cuenta D. Manuel Martínez<br />
Alfonso, en su magnifico libro Plaza Real),<br />
se instaló en el tiempo record de 7 minutos.<br />
El cuarto de estos festejos (06-08-<br />
1922), fue una novillada con ocho toros de D.<br />
Francisco Molina. Habían transcurrido 39<br />
años del anterior festejo, en esta ocasión ya<br />
la valla divisoria estaba montada cuando los<br />
espectadores entraron en el coso. En primer<br />
lugar se lidiaron los 4 primeros novillos a plaza<br />
partida y los cuatro restantes a plaza normal,<br />
previamente en el descanso se había<br />
desmontado las vallas. Los matadores que<br />
estoquearon estos 8 novillos fueron,<br />
Francisco Redondo, de Chiclana de la<br />
Frontera (Cádiz) y el asturiano Miguel<br />
Casielles, ambos actuaron simultáneamente.<br />
Los cuatro restantes a plaza normal, fueron<br />
lidiados por el gaditano José Amuelo y el<br />
sevillano Domingo Correas Montes. Como<br />
anécdota cabe destacar la singularidad de los<br />
carteles, donde se anunciaba que habría 2<br />
juegos de mulillas; los precios de esta corrida<br />
fue de 6 pesetas la sombra y 3 pesetas el<br />
sol.<br />
El quinto de los festejos de este tipo<br />
(Imagen nº 2) se celebró el (31-08-1958) y en<br />
esta ocasión fueron 6 toros y 6 novillos, todos<br />
ellos de D. Carlos Núñez de Tarifa (Cádiz),<br />
que fueron lidiados por <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>,<br />
Gregorio Sánchez y Juan Antonio Romero,<br />
los toros, y los novillos por Pepe Álvarez, de<br />
72<br />
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />
El Puerto; Emilio Oliva, de Chiclana de la<br />
Frontera (Cádiz) y <strong>Rafael</strong> de Paula, de Jerez<br />
de la Frontera (Cádiz). En esta ocasión el<br />
desfile de las cuadrillas se hicieron por<br />
puertas distintas y recorridos diferentes,<br />
habiendo doble puerta de toriles. También<br />
había dos bandas de música; en este<br />
espectáculo se cubrieron los tendidos y las<br />
gradas en su totalidad, siendo los precios de<br />
190 pesetas el tendido de sombra y 90<br />
pesetas el de sol.<br />
Después de 37 años, el (14-07-<br />
1995), se celebró el sexto y hasta el momento<br />
último festejo de este tipo. Fueron 6 toros de<br />
los señores Herederos de Cebada Gago para<br />
los matadores Francisco Núñez (Currillo),<br />
Óscar Higares y Víctor Puerto, y 6 novillos de<br />
Viento Verde, propiedad de los Hnos. Peralta,<br />
de Sevilla, para José Luis Moreno, Conrado<br />
Gil Belmonte y Víctor Manuel.<br />
En el citado Libro 5 de El Cossío se<br />
reconoce que la tradición taurina de nuestra<br />
admirable ciudad apenas si tiene parangón,<br />
por honorablemente ancestral e ilustre de<br />
milenios pletóricos de historias y culturas,<br />
puerta al mar oceánico de la mítica Tartesso<br />
argentífera, apenas si tiene igual con las de<br />
las ciudades de mayor tradición torera, Madrid<br />
o Sevilla. «Consta que antes de mediados<br />
del siglo XVIII ya se celebraban notables<br />
corridas de toros en la plaza llamada de<br />
Galeras, que se habilitaba a tal objeto. Por<br />
Real cédula de 1768 se autoriza la<br />
celebración de diez corridas de toros cada<br />
año a beneficio del Hospital de Nuestra Señora<br />
de los Milagros. Para lograrlo se hubo de<br />
construir una plaza de madera en el ejido de<br />
San Francisco, frente a la calle de Santa<br />
Lucía.» Esta plaza, como veremos más<br />
adelante, perduró hasta 1802 y fue escenario<br />
de notables sucesos taurinos, como la<br />
muerte del famoso diestros de Chiclana José<br />
Cándido, acaecida el (23-06-1771).<br />
A modo de resumen señalaremos que<br />
durante 1958 en la Real Maestranza de<br />
Caballería de Sevilla sólo se celebraron veinte<br />
Pasa a la página nº 74.<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA<br />
Apuntes biográficos y profesionales - I<br />
Dos aspectos de la corrida a «Plaza partida» celebrada en la Plaza<br />
Real la tarde (06-08-1922). (Foto de archivo).<br />
El cuarto de estos festejos (06-08-1922), fue una novillada con ocho toros de<br />
D. Francisco Molina.<br />
73
Apuntes biográficos y profesionales - I<br />
Viene de la página nº 72.<br />
festejos: nueve corridas y once novilladas,<br />
más los festivales a beneficio de la Cabalgata<br />
de los Reyes Magos y de la vejez del torero.<br />
Desde 1945 no se daba tan bajo número de<br />
festejos y nunca volvería a repetirse en el<br />
historial maestrante. En este año se concedieron<br />
dos alternativas sevillanas, la de <strong>Rafael</strong><br />
Jiménez (Chicuelo), el (06-04-1958) y de<br />
Diego Puerta, el (29-09-1958). Al primero lo<br />
doctoró Antonio Ordóñez, con Manolo<br />
Vázquez de testigo, y al segundo Luis Miguel<br />
Dominguín, que cortó dos orejas, con<br />
Gregorio Sánchez de testigo. Las reses<br />
fueron de Carlos Núñez y Arellano, respectivamente.<br />
El gran triunfador fue Antonio<br />
Ordóñez, con cuatro orejas, seguido de Jaime<br />
Ostos, Chamaco, Manolo Vázquez, Curro<br />
Girón (dos orejas) y <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>, con otras<br />
dos orejas. Cogidas de Jaime Ostos y <strong>Rafael</strong><br />
Jiménez (Chicuelo). Gregorio Sánchez, con<br />
ochenta y cinco corridas, y Chamaco, con<br />
setenta y tres, ocuparon los dos primeros<br />
lugares en el escalafón. Luto en el palco de<br />
los maestrantes por el fallecimiento (19-04-<br />
1958) de la Infanta Luisa Francisca de<br />
Orleáns, abuela materna del Infante Juan<br />
Carlos de Borbón. El (20-07-1958) saltó al<br />
callejón un novillo de la ganadería de Villar e<br />
hirió mortalmente al inspector de Policía<br />
Tomás González Moreno.<br />
1959:<br />
Dos nuevas cornadas de importancia<br />
volvió a sufrir <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>, en Madrid y<br />
Zaragoza, en la temporada de 1959, a pesar<br />
de haberle cortado ese año dos orejas a uno<br />
de don Eduardo II Miura, en la Feria de Abril<br />
de Sevilla. Fueron 19 las corridas que pudo<br />
sumar en 1959. En el 59 su tercera Puerta<br />
del Príncipe y su tercer rabo con otra faena<br />
para el recuerdo que inmortalizara el crítico<br />
Antonio Díaz-Cañabate en una genial crónica<br />
que veteranos aficionados aún recuerdan.<br />
Cansado un tanto por los percances y<br />
74<br />
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />
desilusionado por la poca repercusión de sus<br />
éxitos en los despachos, sus tempo-radas<br />
siempre fueron cortas, anuncia su retirada en<br />
el año 60.<br />
Abril:<br />
26:<br />
Hacía casi cuatro años que la<br />
prestigiada vacada de Concha y Sierra no<br />
corría sus astados en la Plaza Real de El<br />
Puerto de Santa María. La última vez, sus<br />
novillos, anunciados para el domingo (04-09-<br />
1955), que iban a ser lidiados por la terna<br />
formada por Jaime Bravo, Juan Antonio<br />
Romero, se quedaron con las ganas, pues<br />
fue suspendida. Y hay que retroceder hasta<br />
el (28-08-1927) para ver en carteles de la<br />
Plaza Real una corrida a nombre de Concha<br />
y Sierra, de la señora Viuda, que torearon<br />
<strong>Rafael</strong> Gómez (El Gallo), Juan Belmonte y<br />
Francisco Vega de los Reyes (Gitanillo de<br />
Triana). Así que los aficionados portuenses<br />
tardaron 32 años en ver toros de esa famosa<br />
divisa.<br />
Y así, la tarde del (26-04-1959)<br />
actuaron en nuestro emblemático coso Ángel<br />
Peralta, como rejoneador y los diestros de a<br />
pie <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez, Ramón Solano<br />
(Solanito) y Juan García (Mondeño) –éste era<br />
la novena vez que actuaba en la Plaza Real-<br />
, que lidiaron siete astados de la vacada<br />
sevillana citada y procedían del cortijo de la<br />
«Abundancia», y obtuvieron general aceptación<br />
por su buena presentación, fina<br />
hechuras y bien encornada. Buenos fueron<br />
especialmente el 1º , 4º y 6º, porque los otros,<br />
con excepción de de rejones que fue<br />
extraordinario, resultaron desangelados de<br />
bravura y codicia, quedándose cortos en las<br />
acometidas. La plaza con muy buena entrada,<br />
aunque el festejo fue aburrido y similar a las<br />
corridas celebradas en la Feria de Abril<br />
sevillana.<br />
Le reseña, lógicamente, la iniciamos<br />
con D. Ángel Peralta, que fue quien se llevó<br />
el merecido triunfo de la jornada y la única<br />
Pasa a la página nº 76.<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA<br />
Apuntes biográficos y profesionales - I<br />
75
Apuntes biográficos y profesionales - I<br />
Viene de la página nº 74.<br />
oreja del encierro. Y es que en justicia se lo<br />
ganó a puritita ley el rejoneador de Puebla del<br />
Río, por su elegancia sobre sus caballos, por<br />
el dominio de los terrenos para salir de frente<br />
y cuartear muy atinadamente. El maestro del<br />
rejoneo clavó banderillas muy gallardamente<br />
y al colocar un par a dos manos, se inclinó<br />
tanto sobre el toro, que caballo y caballero<br />
perdieron el equilibrio y cayeron a la arena.<br />
Circunstancialmente, el banderillero Mota de<br />
la Isla, que se hallaba en callejón como<br />
espectador, saltó raudo y veloz al redondel e<br />
hizo el quite que evitó una desgracia, dando<br />
la vuelto al ruedo al final con el rejoneador,<br />
fundiéndose ambos en un fuerte y sentido<br />
abrazo en el centro del anillo.<br />
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> lanceó a su primero<br />
con cuatro verónicas a compás abierto,<br />
suerte que solía repetir. Se lució por chicuelitas<br />
y, brindando a los espectadores, inició<br />
la faena de muleta sentado en el estribo, para<br />
continuar con la derecha y un ceñido pase<br />
de pecho. Fueron las mejores «piezas» de<br />
su trabajo y en ambos toros se le aplaudió.<br />
<strong>Rafael</strong> Solano (Solanito), al que<br />
debemos decir que le tocaron los toros<br />
menos lidiables, para poderles dominar de<br />
frente, se encontró con que el primero era un<br />
tanto manso y, por ello, el diestro se apresuró<br />
a liquidarlo. La faena a su segundo aún estuvo<br />
más descafeinada, porque el toro estaba<br />
desganado para embestir, logrando<br />
aplaudirse sólo en las banderillas, aunque se<br />
le aplaudieron varios quites.<br />
A nuestro paisano de Puerto Real se<br />
le ovacionaron por todo lo alto una serie de<br />
temerarias y ajustadas gaoneras –la quietud<br />
fue su identidad torerar-, que recetó a su<br />
primero, al que también le dio dos ayudados,<br />
igualmente jaleados. Pero pronto la res se<br />
manifestó con recelos, se desganó en las<br />
acometidas y el singular diestro comenzó a<br />
desconfiar. Semejante actitud la llaman «de<br />
contra estilo» en el toreo, que no en la pintura,<br />
provocando las naturales discrepancias de<br />
caracteres en las personas. Acabó con su<br />
76<br />
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />
desganado enemigo de un pinchazo y<br />
estocada al cuarto de la tarde, contando con<br />
el de rejones. A su segundo, último del<br />
festejo, le hizo una buena faena, por sus<br />
medidos y poderosos doblones, y al que dio<br />
una serie de pases con ambas manos,<br />
sufriendo algunos derrotes, que como<br />
siempre, el de Puerto Real aguantó con valor,<br />
pero falló con la de acero.<br />
NOTA. Nueve días antes de la corrida,<br />
concretamente, el 15 de abril, se pintaron por<br />
primera vez las rayas de los picadores sobre<br />
el albero, por Orden del Ministerio de<br />
Gobernación.<br />
1959:<br />
Mayo:<br />
17:<br />
El sólo nombre de <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> fue<br />
ornato de las ferias españolas más<br />
importantes. En el recuerdo están el rabo a<br />
un Miura en Sevilla en 1954 y la gran faena al<br />
toro, llamado Mariscal, marcado con el<br />
número 19 y de pelaje negro, de D. Clemente<br />
Tassara, el (17-05-1959), que inspiró al<br />
cronista del periódico ABC, Antonio Díaz-<br />
Cañabate, una de sus mejores crónicas. El<br />
mismo año, también durante el serial<br />
madrileño de San Isidro –sin duda en otra<br />
corrida-, el toro de nombre Rosaledo, también<br />
marcado con el nº 19, de pelaje negro, de la<br />
misma ganadería, obtuvo del premio al mejor<br />
toro de dicho serial, por su extraordinario<br />
comportamiento en los tres tercios de la lidia.<br />
Ocupó el décimo lugar de la lista y de los 46<br />
toros premiados entre 1950 y 1996.<br />
La citada «lista» es como sigue:<br />
1951: Rizador, nº 25, cárdeno, de don Felipe<br />
Pablo Romero. 1952: Cachiporra, nº 44,<br />
negro, de don Fermín Bohóquez Gómez.<br />
1953: Escamillo, nº 44, negro, de don Antonio<br />
Urquijo. 1954: Italiano, nº 208, negro, de don<br />
Antonio Urquijo. 1955: Lunero, nº 74, negro<br />
bragado, de don Carlos Núñez. 1956:<br />
Farolero, nº 18, negro, de doña Eusebia<br />
Galache. 1957: Grasito, nº 26, negro, de don<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />
Antonio Pérez Tabernero Sanchón de San<br />
Fernando. 1958: Rosaledo, nº 21, cárdeno,<br />
de don Felipe Pablo Romero. 1959: Mariscal,<br />
nº 19, negro, de don Clemente Tassara.<br />
La Feria de San Isidro madrileña,<br />
repetimos, no sólo supone el ciclo más largo<br />
de corridas y, por tanto, el de mayor número<br />
de toros lidiados, acercándose durante los<br />
últimos años a los treinta festejos celebrados,<br />
sino también, en líneas generales, las de<br />
mayores exigencias sobre las condiciones<br />
que deben reunir los toros, aunque a veces,<br />
el desmedido celo de algunos grupos de<br />
aficionados por el tamaño de los toros, peso<br />
y armadura, más bien parecen que quisieran<br />
resucitar los ancestrales toros pintados en la<br />
cueva rupestre de Altamira. Y sin embargo,<br />
ya es bien sabido que los toros demasiado<br />
grande y pesados, no son siempre aptos para<br />
una lidia artística y, como se casan pronto,<br />
se dedican a defenderse dando cornadas.<br />
Agosto:<br />
02:<br />
La reseña de la corrida celebrada en<br />
la Plaza Real de El Puerto de Santa María, la<br />
tarde veraniega del (02-08-1959), debe<br />
comenzarse, con todos los merecimientos,<br />
citando en especialmente al ganadero D.<br />
Juan Guardiola, porque encierro que nos<br />
envió, con divisa grana y oro –según el<br />
cronista- «… tuvieron el tratamiento de usía,<br />
ya que fueron todos de fina lámina, gran trapío<br />
y tuvieron entre cinco y seis años; es decir,<br />
que traían la madera de los toros de antes.»<br />
Pese a que estábamos en 1959, todos los<br />
espectadores conocedores comprendieron<br />
que esos toros eran los que hacían falta para<br />
llevar a la Fiesta por su antiguo y justo cauce.<br />
¿Qué dirían de los de hoy? Porque los<br />
«guardiolas» tenían caras de pocos amigos<br />
y menos genas de fiesta populachera, así que<br />
acometieron con casta brava al percal y,<br />
además, como debía ser, «sobrados de<br />
patas», sin despegar las armaduras del peto,<br />
para llegar al último tercio «con el aplomo y<br />
desarrollando el comportamiento de su edad.<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA<br />
Apuntes biográficos y profesionales - I<br />
Y la reseña de las actuaciones de los<br />
diestros la iniciamos con el cabeza de la terna,<br />
«El Torero de Isla», que reaparecía después<br />
de las dos cogidas –la de Madrid y la de<br />
Zaragoza-, se encontró de salida con un toro<br />
cuya presencia fue recibida con una gran<br />
ovación de los espectadores, y con Juan<br />
García (Mondeño). Este astado arrancó tres<br />
tablas de una barrera y rasgó dos capotes<br />
con la misma facilidad que se parte un papel<br />
de fumar, achuchando de salida al diestro a<br />
la salida de unos lances, rasgándole la<br />
taleguilla de tal forma que hubo de continuar<br />
la lidia con un pantalón blanco de «paisano»<br />
y sin chaquetilla, dejando ver su acrisolada<br />
veteranía y sus sobrados conocimientos con<br />
«aquellos de antaño.»<br />
Y como de costumbre, se entregó en<br />
cuerpo y alma toreras a la concurrencia, pese<br />
a lo sucedido. «Con la franela estuvo medido,<br />
justo y porfión.» A sus dos enemigos, que<br />
llegaron punteando en demasía, los remató<br />
de dos medias en su sitio, siendo ovacionado<br />
y teniendo que responder reiteradas veces a<br />
quienes le aclamaban desde los tendidos. Se<br />
rumoreaba que esa tarde era su penúltima<br />
corrida, la que hacía el número 15 de sus<br />
actuaciones en la Plaza Real –la onceava de<br />
Juan García (Mondeño) y la séptima de<br />
Antonio González-, pero fue la última de su<br />
primera etapa, pues reapareció en El Puerto<br />
siete años después, concretamente el (10-<br />
07-1966), toreando dos tarde más ese mismo<br />
año, siendo su verdadera última corrida la<br />
tarde del (21-08-1966), habiendo actuado en<br />
la Plaza Real en 18 ocasiones.<br />
De Juan García (Mondeño) hay que<br />
decir, a juicio del cronista, que «… si genial<br />
estuvo en la última corrida (6, a pie de la página<br />
78) en El Puerto, la de esta tarde la superó»,<br />
ya que realizó su mejor faena desde que vistió<br />
el traje de luces. Los cuatro ayudados, los<br />
dados en redondo y los naturales de su firma,<br />
con su mágica cadencia y quietud, fueron<br />
además kilométricos por la manera de alargar<br />
el brazo, consiguiendo su magistral faena.<br />
Pero a la hora de la suerte suprema no le<br />
77
Apuntes biográficos y profesionales - I<br />
acompañó la suerte y todo se quedó en varias<br />
vueltas al ruedo. Fue una verdadera lástima,<br />
«pues la faena fue honda, cargada de<br />
sentimientos y de gran belleza.»<br />
Y el que cerró la terna y la tarde torera,<br />
el sevillano Antonio González, tampoco se<br />
amilanó ante la envergadura de sus cuajados<br />
enemigos, a los que el rabo les llegaba a<br />
barrer la arena, ofreciendo con ellos un curso<br />
de buen toreo. «Con la capuchuela estuvo<br />
elegante –nos reseña el cronista-, tanto al<br />
lancear como en sus garbosas chicuelinas.<br />
En su primero, el público saboreó su faena<br />
con ambas manos, y como lo desplomó con<br />
media lagartijera fulminante, tuvo quedar la<br />
vuelta al ruedo y saludar desde el tercio. Con<br />
su segundo encastado enemigo entabló una<br />
enconada y porfiada lucha, pues llegó el toro<br />
al último tercio un tanto quedado y defendiéndose<br />
peligrosamente, llegando a<br />
puntearle, lo que provocó una cálida respuesta<br />
de toda la concurrencia, que el<br />
sevillano agradeció saludando como debe<br />
ser, con la montera en mano.<br />
(Cartel en la página nº 77).<br />
1959:<br />
Octubre:<br />
12:<br />
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez toreó en la<br />
temporada de 1959 un total de 19 corridas.<br />
En una de ellas, celebrada en la Plaza de<br />
Toros de Zaragoza, durante las tradicionales<br />
de las fiestas de la Virgen del Pilar, fue cogido<br />
muy aparatosamente por un toro del marqués<br />
de Domecq, al entrar a matar, que le produjo<br />
una herida en la región auricular izquierda,<br />
de pronóstico menos grave. Se le concedió<br />
la oreja del astado, que los miembros de su<br />
cuadrilla le llevaron a la enfermería de la plaza.<br />
A modo de resumen en Andalucía, en<br />
la Real Maestranza de Caballería de Sevilla,<br />
se celebraron en 1959 un total de once<br />
78<br />
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />
corridas de toros y diecisiete novilladas,<br />
además de tres festivales a beneficio de la<br />
Vejez del Torero, el Ateneo y Manuel Ponce.<br />
Este año se concedieron tres alternativas:<br />
Juan Mondeño, el (29-03-1959), Antonio<br />
González, el (28-05-1959) y Antonio Cobos,<br />
el (29-09-1959). Apadrinaron los nuevos<br />
doctores Antonio Ordóñez (Mondeño y<br />
González) y Joaquín Bernardó, a Antonio<br />
Cobos. Los testigos fueron, Manolo Vázquez,<br />
Curro Romero y Trincheira, con reses de don<br />
Raimundo Moreno de Guerra, don Clemente<br />
Tassara y don Salvador Guardiola, respectivamente.<br />
Fue el primer año de gerencia<br />
empresarial de don Diodoro Canorea. En las<br />
corridas feriales triunfaron los diestros Curro<br />
Romero (dos orejas en el toro de su<br />
presentación como matador de toros),<br />
Manolo Vázquez y Antonio Ordóñez, con dos<br />
orejas cada uno; <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>,(dos orejas),<br />
Juan García (Mondeño) y Curro Girón. Éste<br />
resultó cogido por un toro de don José Matías<br />
Cobaleda, el (24-04-1959). Curro Girón, con<br />
setenta corridas, y Gregorio Sánchez, con<br />
sesenta y dos, ocuparon los primeros<br />
puestos en el escalafón.<br />
1960:<br />
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> tan sólo se vistió de<br />
torero en cinco ocasiones y decidió<br />
abandonar la profesión en la que tantos<br />
triunfos lograra. Grande fue la sorpresa de<br />
los aficionados cuando la temporada de 1966<br />
retornó a los ruedos. Desde entonces, gustó<br />
de ayudar en sus inicios a varios novilleros,<br />
entre ellos, a sus paisanos Francisco Rivera<br />
(Paquirri) y Ruiz Miguel, que tuvieron mucho<br />
que agradecerle. Reapareció en 1966.<br />
Se decía que su atípico y poco<br />
agraciado físico no era el mejor envoltorio para<br />
que el gran público apreciase la cristalina<br />
Pasa a la página nº. 80.<br />
(6) Efectivamente, la tarde del 12 de julio anterior, Juan García (Mondeño) se comportó<br />
como «un maestro de maestros», alternando nada más ni nada menos que con los<br />
poderosos diestros Luis Miguel Dominguín y Antonio Ordóñez, que lidiaron seis toros de<br />
D. José Benítez Cubero.<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA<br />
Apuntes biográficos y profesionales - I<br />
79
Apuntes biográficos y profesionales - I<br />
80<br />
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />
Viene de la página nº. 78. siempre estuvo atento a evitar sustos con<br />
pureza de su toreo. <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> sólo pudo<br />
contratar 5 corridas de toros en la temporada<br />
de 1960, lo que le empujó a retirarse de los<br />
ruedos. Desde entonces, gustó de ayudar en<br />
sus inicios a varios novilleros, entre ellos, a<br />
sus paisanos Francisco Rivera (Paquirri) y<br />
Ruiz Miguel, que tuvieron mucho que agradecerle.<br />
Siguiendo con <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>, volví a<br />
verlo en 1961, esta vez en el cortijo de<br />
Bolaños, de don José Luis Osborne Vázquez,<br />
inolvidable amigo con el que muchas veces,<br />
en la sacristía de las Bodegas Osborne de El<br />
Puerto de Santa María, compartí con él el<br />
aromático Fino Coquinero, platicando de<br />
toros -o bien en la sacristía de las Bodegas<br />
de González Byass, charlando sobre el<br />
Parque Nacional de Doñana y su rica fauna<br />
silvestre, con el señor marqués de Bonanza,<br />
don Manuel María González Gordon, dueño<br />
de las Bodegas, al que los suyos y este<br />
servidor le llamábamos «Tío Manolo», pues<br />
tal era su inmensa categoría humana y<br />
sencillez-, cada vez que durante las<br />
vacaciones, iba a El Puerto y a Jerez a pasar<br />
unos días de descanso con la que después<br />
sería mi querida esposa, doña Alicia Abreu<br />
Portillo.<br />
Allí estaba <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>, con don<br />
José María Pemán y José Luis Osborne,<br />
cuando llegamos todos los asambleístas del<br />
XIV Congreso Internacional de la Unión de<br />
Estudiantes de Veterinaria, del que fue<br />
Presidente el después notabilísimo político<br />
español, el doctor don Luis Mardones Sevilla<br />
y este servidor de ustedes, Secretario<br />
organizador. <strong>Rafael</strong> estuvo llevando con el<br />
ilustre ganadero la tienta de las becerras que<br />
nos ofrecieron, seguida de los correspondientes<br />
capotazos y muletazos deshilvanados<br />
por parte de los congresistas más<br />
atrevidos. Hasta algunos estudiantes de<br />
detrás de la entonces cortina de acero,<br />
hicieron sus pinitos con el percal... , como el<br />
joven Tabakobich, y probaron las amarguras<br />
de los revolcones, pero <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong><br />
oportunos y brillantes quites, que todos los<br />
asistentes extranjeros jalearon.<br />
Platicando después de la tienta con<br />
mi paisano <strong>Rafael</strong> -sin dejar de saborear la<br />
riquísima paella de mariscos obsequiada por<br />
las Bodegas Osborne, que siempre se ha<br />
distinguido por sus atenciones… ¡Y así<br />
siguen!-, sobre la calidad biológica tan<br />
deficientes de muchas becerras tentadas, él<br />
manifestó su preocupación por la flojedad que<br />
presentaron... y ¡fíjate! -decía-, que las más<br />
bravas y nobles, las mejores, son las que<br />
más se caen... Lo cual resulta de lo más<br />
lógico, ya que a mayor temperamento y<br />
casta, más desequilibrio se presenta entre<br />
las órdenes emanadas del centro cerebral de<br />
la bravura y la incapacidad de los órganos<br />
motores para cumplirlas. Las añojas menos<br />
tempe-ramentales, las menos nerviosas, y a<br />
la vez más disminuida en acometividad,<br />
lógicamente, no se caían tanto.<br />
1966:<br />
La reaparición de <strong>Rafael</strong> en 1966 fue<br />
como la de «Antoñete» en Madrid, con casi<br />
45 años de edad logró que la nueva crítica le<br />
diera el sitio que no le habían dado los<br />
cronistas de los años 50. En San Isidro de<br />
1967 cuajó una de las faenas imborrables que<br />
han tenido lugar en la Monumental de Las<br />
Ventas, que realiza a un toro de Higuero, y en<br />
Barcelona el 1 de octubre, el toro llamado;<br />
Capuchino», de la ganadería de Hoyo de la<br />
Gitana, le pegó una cornada gravísima que lo<br />
puso al borde de la muerte . Este percance,<br />
una cornada que le atravesó el muslo<br />
izquierdo, precipitó su retirada en 1968.<br />
Tuve el privilegio, cita un cronista, de<br />
conocerle, allá en su Isla de San Fernando.<br />
Juntos, en compañía del periodista<br />
salmanquino Alfonso Navalón y del matador<br />
Francisco Ruiz Miguel, participamos en un<br />
tentadero en casa de Manolo Camacho,<br />
donde fuimos en compañía del querido amigo<br />
Oscar Aguerrevere Vegas, entonces alto<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />
ejecutivo de Viasa. El levante hizo que los<br />
bisoños nos tapáramos, pero la lección del<br />
maestro fue grande en el dominio de los<br />
elementos y de las reses. Al día siguiente nos<br />
refugiamos con <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> y su primo<br />
Paco <strong>Ortega</strong> en La Venta de Vargas, el sitio<br />
más torero de toda Andalucía. Estuvo locuaz,<br />
sentencioso, habló del toreo de ayer, del arte<br />
de siempre. Los cuadros de Franconeti y del<br />
Silverio, como las fotos de la Paquera de<br />
Jerez y de La Niña de los Peines y las de<br />
aquellos toreros antiguos que cuelgan sus<br />
pesados trajes dorados de las viejas paredes<br />
de la Cádiz torera, fueron los oídos de la<br />
última lección del toreó que le escuché a<br />
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>.<br />
Marzo:<br />
24:<br />
El (24-03-1966), luego de una faena<br />
brillante al bravo y noble toro, de nombre<br />
Martincho, de la ganadería de Manuel<br />
Martínez, en la Monumental «Plaza México»<br />
–la más grande del Mundo-, con el corte de<br />
dos orejas, el diestro <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> se ganó<br />
la Oreja de Oro.<br />
Julio:<br />
10:<br />
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>, que en la temporada<br />
de 1960 tan sólo se vistió de torero en cinco<br />
ocasiones, ninguna de ellas en la Plaza Real<br />
–en ésta toreó la última corrida de su primera<br />
etapa la tarde (02-08-1959)-, decidiendo<br />
abandonar la profesión, cuya noticia hizo<br />
pensar a los aficionados que la Fiesta perdería<br />
un gran valor por su hombría y pundonor, en<br />
la que tantos triunfos lograra, dejó gratamente<br />
sorprendido a todos los aficionados cuando<br />
la temporada de 1966 retornó a los ruedos<br />
para, en lucha con su edad y su excesivo<br />
peso, continuar exitosamente su carrera<br />
taurina. El acontecimiento, que resultó un<br />
«triple triunfo y gran cartel», tuvo lugar en la<br />
Plaza Real de El Puerto de Santa María, el<br />
(10-07-1966), en cuya corrida toreó ganado<br />
de D. Carlos Núñez, alternando con Juan<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA<br />
Apuntes biográficos y profesionales - I<br />
García (Mondeño) y Sebastián Palomo<br />
(Linares), logrando cortar las dos orejas y el<br />
rabo a su segundo enemigo, antes de salir a<br />
hombros del emblemático coso. Y es que,<br />
necesitado económicamente, tuvo que volver<br />
a los toros, en la sexta de las 8 veces que<br />
volvió a cruzar la Puerta Grande y en la que<br />
logró cortar un total 24 orejas y 3 rabos-, en<br />
presencia de dos jóvenes valientes como<br />
Juan García (Mondeño) y Palomo Linares.<br />
Pero para no perder su desgraciado sino de<br />
verse siempre perseguido por las cornadas,<br />
un toro le fracturó un brazo en la plaza malagueña<br />
de Motril a final de temporada.<br />
Pero vayámos a la reseña de D. José<br />
María Rojas Guillén, para decir que el la tarde<br />
del citado 10 de julio, los Herederos del<br />
ganadero gaditano D. Carlos Núñez embarcaron<br />
en su dehesa de Los Derramaderos<br />
una corrida terciadita en peso y trapío, pero<br />
de uniforme exterior, brava para los montados,<br />
con destino a la Plaza Real de El<br />
Puerto de Santa María, siendo los mejores<br />
toros los lidiados en tercero y cuarto lugares,<br />
que lidiaron los diestros <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong><br />
Domínguez, Juan García (Mondeño) y<br />
Sebastián Palomo (Linares).<br />
«El Torero de la Isla» -que fue saludado<br />
entusiásticamente por la concurrencia<br />
en agradecimiento a su regreso a El Puerto,<br />
manifestación que agradeció cruzando sus<br />
brazos en el pecho con el cariño y afecto que<br />
él prodigaba como nadie-, veroniqueó de<br />
salida a sus dos enemigos de la forma clásica<br />
a que nos tenía acostumbrados. Fue, sin<br />
duda, por lo que brindó su primer enemigo a<br />
todo el público, toreándolo muy bien por la<br />
derecha, muy ceñido al toro y de forma reposada,<br />
iluminando a todos con su veteranía.<br />
El toro le puntea en un buen número de pases<br />
de pecho y al ligar el otro se le vence su<br />
enemigo, que lo remató con media estocada<br />
en corto y por derecho, saliendo rebotado.<br />
Otros dos pinchazos y el se echó el bicho.<br />
Vuelta al ruedo. A su segundo le dobló muy<br />
bien por bajo y le citó al natural para ejecutar<br />
una buena serie de muletazos que abrochó<br />
81
Apuntes biográficos y profesionales - I<br />
con el de pecho. Se estiró el diestro y mandó<br />
muy bien la embestida con la derecha. Otra<br />
serie de naturales muy mandones y toreros,<br />
a la que siguió unas manoletinas muy a su<br />
creador. Entró con su perfección habitual a<br />
matar, colocando media estocada honda en<br />
todo lo alto –según investigaciones posteriores,<br />
la espada seccionó totalmente a nivel<br />
del arco de la arteria aorta- muriendo el toro<br />
sin puntilla. Dos orejas y rabo.<br />
El «Torero de Puerto Real», nuestro<br />
paisano y tocayo Juan García (Mondeño), nos<br />
dice el cronista que «toreó muy tranquilo a la<br />
verónica.» Empezó su primera faena con<br />
naturales que ligó con el de pecho. Su enemigo<br />
tenía una pobre arrancada, haciendo<br />
todo el trabajo el diestro. Ejecutó manoletina<br />
«sui géneris», que el público aplaudió con<br />
fuerzas, para dejar dos pinchazos y una<br />
entera. Ovación y vuelta. A su segundo le hizo<br />
una faena de cinco estatuarios con su<br />
peculiar e inaudita quietud, el «estatismo» que<br />
le caracterizó y que aplicó a todos los hechos<br />
de su vida. El toro se le arrancaba con mucho<br />
gas pero él lo domina y manda a fuerza de<br />
exponer. Otra serie de manoletinas de su<br />
propia cosecha, para un pinchazo y estocada<br />
sin puntilla. Dos orejas y rabo, invitando a sus<br />
compañeros de terna a saludar al público<br />
desde el tercio.<br />
Linares lanceó muy bien de salida y<br />
la faena de muleta la configuró a base de<br />
naturales, estirándose mucho y vaciando<br />
excelentemente a su enemigo. Otra serie con<br />
la izquierda, en un palmo de terreno. Derechazos<br />
muy mandones. En la suerte<br />
suprema, se perfiló muy cerca y, encunándose<br />
materialmente sobre el morrillo, cobró<br />
una estocada sin puntilla. Dos orejas y rabo.<br />
A su segundo y último de la gloriosa tarde, lo<br />
toreó con valor y temple por naturales y en<br />
82<br />
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />
redondos, ejecutando uno de pecho arriesgando<br />
muchísimo. Dos pinchazos y estocada.<br />
Ovación, para seguidamente, salir los<br />
tres espadas a hombros.<br />
(Cartel en la página siguiente).<br />
1966:<br />
Julio:<br />
31:<br />
Cuando la tarde del (31-07-1966) se<br />
lidió el encierro, de la ganadería sevillana de<br />
D. José Benítez Cubero (7), en la Plaza Real<br />
de El Puerto de Santa María faltaban apenas<br />
40 días para que se cumplieran 27 años de<br />
la presentación oficial de sus novillos en la<br />
Plaza de Toros de Madrid, hecho que tuvo<br />
lugar el (10-09-1939), y aquella tarde calurosa<br />
los diestros <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez, Jaime<br />
Ostos y Juan García (Mondeño) cortaron un<br />
total de nueve orejas, saliendo los tres a<br />
hombros por la Puerta Grande, después de<br />
haber sido paseados por el ruedo al terminar<br />
la corrida. Si bien, al ser rematado el tercer<br />
astado, un ramo de guapas señoritas, perfectamente<br />
identificadas con el acto, en unión<br />
de los toreros, realizaron una colecta a<br />
beneficio de la Cruz Rojas, que se celebró el<br />
«día de la banderita.»<br />
La reseña relaciona los pesos de los<br />
toros, por orden de lidia, que arrojaron una<br />
media de 463 kilos de peso en vivo. Ya para<br />
esa fecha hacía más de medio siglo largo que<br />
se había alterado la denominación que la<br />
Zootecnia aplicaba a los astados que con<br />
cuatro años, en lugar de llamarlos «novillos»,<br />
comenzaron a llamarlos impropiamente<br />
«toros.» La corrida que comentamos, pues,<br />
era de novillos, tal y como, salvo excepciones,<br />
se vienen corriendo en toda España y<br />
América. Ya casi ningún diestro lidia astados<br />
Pasa a la página nº 84.<br />
(7) En el tradicional serial taurino de la Feria madrileña de San Isidro de 1961, el toro de<br />
nombre Sanluqueño, marcado con el nº 78, de pelaje negro, de don Benítez Cubero,<br />
obtuvo del premio al mejor toro de dicho serial, por su extraordinario comportamiento en<br />
los tres tercios de la lidia. Ocupó el doceavo lugar de la lista y de los 46 toros premiados<br />
entre 1950 y 1996.<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA<br />
Apuntes biográficos y profesionales - I<br />
83
Apuntes biográficos y profesionales - I<br />
Viene de la página nº 82.<br />
con las tablas dentarias totalmente desarrolladas,<br />
hecho que coincide al cumplir un<br />
vacuno los cinco años. De aquellos toros<br />
lidiados con más de cinco años y hasta con<br />
ocho por Lagartijo y Frascuelo no se han<br />
vuelto a ver por las Plazas de Toros, aunque<br />
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> era de los poquísimos lidiadores<br />
que estos años, de las décadas que él<br />
toreaba, estaba capacitado para enfrentarse<br />
exitosamente a ellos. El Cordobés, que fue<br />
un parteaguas en la Fiesta Brava, le puso la<br />
guinda al pastel de forma definitiva y los<br />
minitoros e inválidos o de desecho, a los que<br />
se les podía hacer de todo tipo de mojigangas,<br />
quedaron establecidos para desgracia de<br />
nuestra Fiesta Nacional.<br />
Y pese a lo dicho, la reseña de aquella<br />
corrida de novillos dice que fue «una de las<br />
más completas de las que se han venido<br />
celebrando por estos contornos desde hace<br />
algunos años.» Pero, curiosamente, sigue<br />
diciendo: «Los toros de Benítez Cuberos<br />
resultaron desiguales», así que, «de las más<br />
completas», nada. De todas formas, los<br />
aficionados recordaban la tarde del anterior<br />
10 de julio el «triple triunfo y gran cartel» -<br />
precisamente con otra «corrida terciadita» de<br />
los Herederos de D. Carlos Núñez, y en la<br />
que también la terna salió a hombros de la<br />
Plaza Real, de ahí que los aficionados<br />
ofrecieran una buena entrada en todos los<br />
tendidos.<br />
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> recogió a su primero<br />
con seis verónicas, rematadas con media,<br />
para seguidamente comenzar el trasteo con<br />
la muleta dando dos muletazos por alto, cinco<br />
naturales y el de pecho. Otra tanda del mismo<br />
porte, más derechazos, el de la firma y tres<br />
ayudados, para terminar a su enemigo con<br />
una de sus magistrales estocadas, rodando<br />
de forma fulminante. Dos orejas y, según el<br />
cronista, con petición de rabo, que por cuenta<br />
cortó uno de sus subalternos y el diestro arrojó<br />
a la arena. A su segundo, cuarto de la tarde,<br />
lo recibió con tres verónicas y media, para<br />
no realizar ningún quite que mencionar. El<br />
84<br />
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />
burel presentó en el último tercio las<br />
consecuencias de haber sido picado en<br />
demasía y estaba quedado, así que <strong>Rafael</strong> le<br />
toreó por naturales lentos, varios derechazos,<br />
dos circulares, unos ayudados y tres manoletinas,<br />
acabándolo de un pinchazo hondo y<br />
una entera. Fuerte ovación, una oreja, vueltas<br />
y saludos.<br />
Jaime Ostos recogió a su primero con<br />
cinco verónicas y dos chicuelitas. Brindó a la<br />
concurrencia desde el centro del anillo,<br />
realizando seguidamente un largo trasteo con<br />
pases de todas las marcas, pero haciéndolo<br />
todo el torero, ya que el cornúpeta acometía<br />
sin ganas. Se impusieron los conocimientos<br />
del diestro, que hizo doblar al astado de media<br />
estocada muy efectiva. Cortó las dos orejas,<br />
siendo la tercera vez de las tres que la cruzó<br />
en triunfo, habiendo actuado en dicha plaza<br />
en seis ocasiones, en las que cortó 7 orejas.<br />
A su segundo enemigo, quinto del encierro,<br />
lo recibió con tres excelentes verónicas y un<br />
vistoso quite. Brindó la faena al empresario<br />
Francisco Casado, para seguidamente<br />
trastearlo por bajo y derechazos muy ceñidos,<br />
derramando valor; dos naturales, varios<br />
ayudados y en redondo, a un toro ya muy al<br />
borde del agotamiento por el exceso de<br />
castigo (minitoros, de poco peso y mucha<br />
vara, propios para espontáneos), para<br />
acabarlo con dos medias estocadas, para ser<br />
pitado en el arrastre, mientras que el diestro<br />
era ovacionado, saludando desde el tercio.<br />
El «Torero fraile» de Puerto Real<br />
recibió al su primero con cinco verónicas y al<br />
hacer un quite salió trompicado sin consecuencias.<br />
Con la muleta, pases por bajo,<br />
cinco naturales rematados con el de pecho,<br />
y otra serie de la misma firma con temple y<br />
mando, cerrándola con otro de pectoral.<br />
Después le dio sus peculiares manoletinas<br />
(8 y 9, a pie de la página 86), nuevos pases de<br />
todas las marcas, para acabar con un<br />
pinchazo bien señalado y una entera. Dos<br />
orejas. Relata el cronista que «cuando habían<br />
sonado los clarines para dar salida al último<br />
Pasa a la página nº. 86.<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA<br />
Apuntes biográficos y profesionales - I<br />
85
Apuntes biográficos y profesionales - I<br />
de la tarde, se arrojó al ruedo un veterano<br />
espontáneo aficionado, llamado D. Ramón<br />
Bohórquez, de sesenta y dos años, casado<br />
y con siete hijos –como <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> y éste<br />
servidor de ustedes-, y propietario de La Venta<br />
«El Corneta», que lógicamente fue detenido<br />
(9). Se limitó Mondeño, un tanto desairado, a<br />
dar unos lances y con la franela roja uno<br />
derecha-zos excelentes, seguidos de unos<br />
redondos, tres circulares, tres naturales y un<br />
ayudado ligado con el de pecho, dos<br />
«mondeñinas» de su peculiar estilo,<br />
recibiendo una sonada ovación, para matar<br />
de una entera y le con-cedieron las dos orejas.<br />
En otra crónica se dice: <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong><br />
Domínguez, Juan García (Mondeño) y<br />
Sebastián Palomo (Linares) –corrida que fue<br />
conocida como la del «Abuelo, el padre –<br />
padrecito- y el Hijo-, alternaron en la Plaza<br />
Real de El Puerto de Santa María, el (31-07-<br />
1966), cortándole <strong>Ortega</strong> dos orejas y rabo a<br />
uno de sus enemigos. Necesitado económicamente,<br />
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> reapareció por<br />
segunda vez ese día. En lucha con su peso<br />
excesivo y con sus 45 años de edad, cortó<br />
tres orejas y saliendo a hombros por la Puerta<br />
Grande, la séptima de las 8 veces que volvió<br />
a cruzarla, logrando en total 24 orejas y 3<br />
86<br />
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />
rabos, en presencia de dos jóvenes valientes<br />
como Juan García (Mondeño) y Sebastián<br />
Palomo (Linares). Pero para no perder su<br />
desgraciado sino de verse siempre perseguido<br />
por las cornadas, un toro le fracturó un<br />
brazo en la plaza malagueña de Motril a final<br />
de temporada.<br />
1966:<br />
Agosto:<br />
28:<br />
El ganadero D. José Benítez Cubero,<br />
anunciado en los carteles, fue sustituido por<br />
D. Carlos Núñez, con otro encierro en la<br />
Plaza Real para cubrir «la corrida cenital del<br />
Puerto», como cita el cronista, y la sustitución<br />
de Antonio Ordóñez por <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>, y la<br />
sustitución de los toros, los aficionados se<br />
hicieron en la calle «mangas y capirotes para<br />
todos los gustos… y, a pesar de todo, los<br />
tendidos ofrecieron una buena entrada. Antes<br />
de comenzar se guardó un minuto de silencio<br />
en memoria del banderillero Antonio Rizo<br />
Pastor, muerto hacía unas fechas la Plaza<br />
de Toros de Bilbao y también en recuerdo del<br />
aniversario XIX de Manolete.<br />
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez refrendó su<br />
triunfo del pasado 31 de julio en sus dos<br />
(8) «Mondeñina»: Se trata, en principio, de una «manoletina» inventada por Juan García<br />
(Mondeño) en principio, sólo que con la diferencia en que en la «mondeñina» el torero no<br />
gira, sino que se queda completamente de perfil. Una vez el toro pasa, es cuando el<br />
torero gira sobre sí mismo. Pero como me dice el maestro «Querido Manuel –Cruz Vélez,<br />
aficionado y amigo-, nunca he dado una «mondeñina» con la izquierda. Este negativo está<br />
al revés» Y como yo le digo: «Maestro alguna vez tenía que ser.......y quién encuentra el<br />
negativo. Puedo «voltear» la foto y me la dedica otra vez, pero ese «voltear» del Adobe<br />
Photoshop, le tuvo que sonar a «revolcón».<br />
(9) D. Ramón quiso hacer con el toro de Mondeño lo que sí logró realizar en Madrid el<br />
diestro Miguel Mateos (Miguelín), al que a muchos sólo le sonará su nombre de aquel día<br />
de mayo de 1968 que, en Madrid, en Las Ventas, se tiró de espontáneo, vestido de<br />
chaqueta y creo que hasta con corbata, para irse a un toro que toreaba Manuel Benítez (el<br />
Cordobés), para a cuerpo limpio, sin trampa ni cartón, demostrar al respetable –era<br />
grande la rivalidad con el Califa- que fue capaz, y lo era, no sólo de hacerle desplantes a<br />
aquel toro sino de subirse encima como si fuese un burro para, veinticuatro horas<br />
después, y sigo escribiendo de memoria, ya de luces, formara un alboroto de los grandes<br />
en dicho coso y, porque así era, después de dejarse ir esa oportunidad de poner el pie en<br />
el acelerador hasta conquistar la cumbre del toreo.<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA<br />
Apuntes biográficos y profesionales - I<br />
<strong>Rafael</strong> ORTEGA<br />
Sustituyó a ANTONIO ORDÓÑEZ<br />
87
Apuntes biográficos y profesionales - I<br />
enemigos, a los toreó admirablemente a la<br />
verónica clásica, que era lo suyo, realizando<br />
dos magníficas faenas de muleta, ligando<br />
muy artísticamente sus pases largos y<br />
profundos, que fueron coronados con una<br />
serie de adornos y una espectacular estocada,<br />
cayendo sus enemigos sin puntilla,<br />
como lograba acabarlos este diestro,<br />
cortando dos orejas en su primero y otra, con<br />
petición de una segunda en su segundo.<br />
Juan García Jiménez (Mondeño),<br />
iluminó su artístico toreo con esa singular<br />
personalidad y buen hacer dominador a sus<br />
dos toros, a los que sacó el mayor partido<br />
posible, triunfando a ley. Lo mismo con el<br />
capote que con la muleta giró los brazos<br />
admirablemente, rematando a su primero con<br />
una estocada de efecto fulminante, que le<br />
valió la dos orejas, y a su segundo, muy<br />
apagado y sosete, pero con peligro evidente,<br />
le dio una estocada y dos descabellos, siendo<br />
ovacionado y saludando el torero delsde el<br />
tercio, con la montera en la mano.<br />
Francisco Rivera (Paquirri) -que era<br />
la décima vez que actuaba en El Puerto, de<br />
ellas nueve novilladas (10)-, por lo que se<br />
presentaba como recién estrenado matador,<br />
luchó y venció con los dos malos bichos que<br />
le tocaron en suerte. Su primero fue retirado<br />
por cojear demasiado y seguidamente le salió<br />
uno de esos bicharracos que se colaba<br />
peligrosamente y, además, poniendo los<br />
pitones por delante como afilados puñales y<br />
corneando en el centro de la suerte cuando<br />
lo pasaba con la muleta, pero el valiente<br />
diestro Barbarte supo con vista y maestría<br />
burlar sus inciertas acometidas, sacándole<br />
algunos buenos muletazos, por lo que fue<br />
largamente aplau-dido, al compás que el<br />
88<br />
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />
montuno era pitado en el arrastre. El cronista,<br />
con alegría nos relata que «el éxito grande,<br />
se le entregó en el sexto y último del encierro,<br />
al que recibió de salida con una artística y<br />
limpia afarolada de rodilla –que quedó<br />
inmortalizada en un monumento junto a la<br />
Plaza Real- siguió con lances y colocó tres<br />
soberbios pares de banderillas, realizando<br />
con la franela una artística faena «pisando<br />
siempre ese sitio de los buenos toreros», que<br />
levantó una clamor de admiración y de palmas<br />
bien refrendadas y culminadas con la<br />
tizona, con una seguridad y acierto a la<br />
manera que empleaba la suya el famoso Cid<br />
Campeador, llevándose las dos orejas y el<br />
rabo -siendo la primera vez de las doce veces<br />
que lo logró, toreando en dicha plaza un total<br />
de 20 corridas, en las que cortó un total de<br />
33 orejas y 7 rabos-, con salida a hombros<br />
acompañado de <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>, ya que<br />
Mondeño se negó a que le encumbraran -<br />
siendo la quinta vez de las cinco que la cruzó<br />
en las 13 veces que actuó en dicha plaza,<br />
cortando un total de 15 orejas y 3 rabos-., en<br />
una corrida que fue entretenida, interesante<br />
y de momentos tan artísticos como vistosos.<br />
Fue la última corrida de <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> en El<br />
Puerto.<br />
1966<br />
Octubre:<br />
16:<br />
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> fue cogido la tarde del<br />
(16-10-1966) en la Plaza de Toros de Motril<br />
(Granada) por una res del ganadero Espinosa<br />
de los Monteros, que le fracturó el cúbito y<br />
radio del brazo derecho, por lo que hubo de<br />
dar por terminada sus actuaciones en el<br />
mismo año de su vuelta a los ruedos.<br />
(10) Recibió su alternativa el (11-08-1966), en la Monumental de Barcelona y el (29-11-<br />
1970), la confirmó en la plaza México. El (18-09-1966) toreó nuevamente en la Plaza Real<br />
de El Puerto de Santa María (Cádiz), cortando dos orejas y rabo de uno de sus enemigos,<br />
saliendo por la Puerta Grande, la segunda vez de las doce veces que lo logró, toreando<br />
en dicha plaza un total de 20 corridas, en las que cortó un total de 33 orejas y 7 rabos.<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />
1967:<br />
En el festejo del día del Corpus de<br />
Madrid en 1967 llevó a cabo una de las faenas<br />
más puras vistas en esta plaza que se viera<br />
enturbiada por el plante de Curro Romero a<br />
torear y matar a su segundo toro. El acontecimiento<br />
provocó que su obra maestra<br />
pasará a un segundo plano, y quedará sólo<br />
en las retinas de algunos buenos aficionados<br />
y de la crítica taurina.<br />
Aquella misma temporada toreó cinco<br />
tardes en la Monumental de Barcelona, unas<br />
actuaciones ganadas en la plaza y no en los<br />
despachos. Y así hasta otra grave cornada<br />
en el mes de octubre con la que cierra<br />
temporada. Sus 47 años de edad, las<br />
secuelas de la última cornada que le había<br />
atravesado el muslo y las 28 que le antecedieron,<br />
le hacen retirarse definitivamente<br />
en aquel año del 68. A partir de entonces<br />
algún que otro festival hasta el último, en Jerez<br />
en el 1985, para el que se prepara mental y<br />
físicamente, y en el que corta con gran éxito<br />
dos orejas y rabo.<br />
Abril:<br />
En la Feria de Abril de 1967, dentro<br />
del tradicional serial taurino de la Real<br />
Maestranza de Caballería de Sevilla, estuvo<br />
conformado por 13 corridas de toros y una<br />
novillada. Triunfaron en la misma los diestros<br />
Antonio Ordóñez, Curro Romero, <strong>Rafael</strong><br />
<strong>Ortega</strong>, Francisco Rivera (Paquirri) y Juan<br />
García (Mondeño).<br />
Mayo:<br />
25:<br />
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> y Curro Romero<br />
alternaron en un mano a mano en la<br />
Monumental de Las Ventas, de Madrid el (25-<br />
05-1967), durante la Feria de San Isidro.<br />
<strong>Ortega</strong> le realizó o cuajó una gran faena a un<br />
toro de Contreras, propiedad de don Miguel<br />
Higueros, que fue un modelo de pureza y<br />
calidad, y por la que le dieron otras dos orejas.<br />
Por su parte, Curro Romero se negó a matar<br />
uno de los suyos, de la ganadería de Cortijo-<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA<br />
Apuntes biográficos y profesionales - I<br />
liva, por considerar que estaba toreado, de<br />
ahí que las orejas de <strong>Ortega</strong> quedaron<br />
eclipsadas en la Prensa por el escándalo<br />
provocado por Curro Romero.<br />
Octubre:<br />
01:<br />
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>, en la segunda temporada<br />
de su reaparición, circuló por la misma<br />
senda que la primera en esta de 1967, ya que<br />
tras torear veinte corridas, con frecuentes<br />
triunfos, fue cogido en la Monumental de<br />
Barcelona el (01-10-1967) por el toro, llamado<br />
Capuchino, del hierro de «Hoyo de la<br />
Gitana», que le infringió una cornada que le<br />
atravesó el muslo izquierdo por su tercio<br />
medio. Aquella tarde le había otorgado la<br />
alternativa a Adolfo Rojas, en presencia de<br />
Francisco Rivera (Paquirri). Tuvo en el verano<br />
unas actuaciones sensacionales. Este<br />
percance precipitó su retirada en 1968, tras<br />
lidiar en este último año 8 corridas<br />
Desde que hizo su debut con<br />
picadores, la tarde del (11-08-1946), en la<br />
Plaza de Toros de Ceuta, hasta su última<br />
corrida en la Plaza de Toros de Madrid, tras<br />
algunos años de retirada, transcurrieron<br />
prácticamente 20 años, y de su postrera<br />
actuación madrileña aún quedan muchos<br />
aficionados que seguirán recordando gratamente<br />
aquella corrida de su reaparición, en<br />
la Feria de San Isidro de 1967, en la que cortó<br />
dos orejas a un toro de Contreras, por una<br />
inenarrable faena con el capote, la muleta y<br />
la espada; curiosamente, esa tarde abrileña<br />
Curro Romero se negó a matar un toro; y lo<br />
que son los aficionados: produjo más<br />
expectación el mitin de Curro (el día anterior<br />
había obtenido un gran éxito) –una prueba<br />
más de la inclinación populachera de la Fiesta<br />
Brava, por parte de los ignorantes, más que<br />
el arte del toreo- , que la memorable tarde de<br />
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>, quien tuvo que retirarse<br />
definitivamente poco después, tras otra<br />
gravísima cogida sufrida en la Monumental<br />
Plaza de Toros de Barcelona.<br />
89
Apuntes biográficos y profesionales - I<br />
1967:<br />
Octubre:<br />
01::<br />
0 <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>, en la segunda<br />
temporada de su reaparición, circuló por la<br />
misma senda que la primera en esta de 1967,<br />
ya que tras torear veinte corridas, con<br />
frecuentes triunfos, fue cogido en la<br />
Monumental de Barcelona el (01-10-1967) por<br />
el toro, llamado Capuchino, del hierro de<br />
«Hoyo de la Gitana», que le infringió una<br />
cornada que le atravesó el muslo izquierdo<br />
por su tercio medio. Aquella tarde le había<br />
otorgado la alternativa al diestro venezolano<br />
Adolfo J. Rojas Flores, de manos de <strong>Rafael</strong><br />
<strong>Ortega</strong>, al cederle la muerte del toro, llamado<br />
Jarretero, negro bragado, núm. 57, con 477<br />
kgrs., cortando una oreja; , en presencia de<br />
Francisco Rivera (Paquirri). Tuvo en el verano<br />
unas actuaciones sensacionales. Este<br />
percance precipitó su retirada en 1968, tras<br />
lidiar en este último año 8 corridas.<br />
16:<br />
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> fue cogido la tarde del<br />
(16-10-1966) en la Plaza de Toros de Motril<br />
(Granada) por una res del ganadero Espinosa<br />
de los Monteros, que le fracturó el cúbito y<br />
radio del brazo derecho, por lo que hubo de<br />
dar por terminada sus actuaciones en el<br />
mismo año de su vuelta a los ruedos.<br />
1968:<br />
La temporada de 1968 compartiría el<br />
éxito en San Isidro con una constante en su<br />
profesión, las cornadas.<br />
Septiembre:<br />
01:<br />
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>, en la tercera<br />
temporada de su reaparición, toreó ocho<br />
funciones, y no le faltó la cogida, que en esta<br />
ocasión, se produjo en la Plaza de Toros de<br />
Marbella (Málaga), el (01-09-1968), por un<br />
astado de doña Ana Romero, que le ocasionó<br />
contusión profunda a nivel de la región cervicobraquial<br />
izquierda, conmoción cerebral y<br />
90<br />
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />
contusiones múltiples en la cara, de pronóstico<br />
reservado. Fue ésta su temporada<br />
postrera. Su reaparición, es justo reconocerlo,<br />
a pesar de la natural merma de sus<br />
facultades físicas, estuvo presidida por el<br />
pundonor, la valentía, los innegables éxitos,<br />
como el logrado en la Plaza Real de El Puerto<br />
de Santa María, en 1966, así como en las<br />
Plazas de Toros de Madrid y Barcelona, y las<br />
cogidas, que junto a su excepcional estilo<br />
como magistral estoqueador, fueron las<br />
características principales de este memorable<br />
diestro de San Fernando (Cádiz).<br />
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>, aburrido y maltratado<br />
por los toros y las empresas, sin recoger el<br />
premio que exigían sus méritos, se despidió<br />
definitivamente del toreo el (01-09-1968) en<br />
la plaza de Marbella (Málaga), después de<br />
matar una corrida de Ana Romero, la novena<br />
que sólo sumó esa temporada y en la que<br />
también resultó herido. Su ya larga labor de<br />
ayuda a los novilleros de la provincia gaditana<br />
fue incrementada notablemente y cada vez<br />
que podía se trasladaba a la villa de Puerto<br />
Real (Cádiz) y visitaba la Peña Taurina<br />
Mondeño, conversando largas horas con mi<br />
tío carnal, don Ramón Zaldívar del Cid Muñoz,<br />
que era el presidente de la Peña en aquellos<br />
años. Tuve la oportunidad de ver a <strong>Rafael</strong><br />
<strong>Ortega</strong> y hablar con él en numerosas<br />
ocasiones y de verle en decenas de corridas.<br />
Toreó por última vez en la Plaza de Toros de<br />
Ecija, en 1968, y, retirado, dirigió la Escuela<br />
de Tauromaquia de Cádiz, en El Puerto de<br />
Santamaría, de la que salieron Ruiz Miguel,<br />
José Luis Galloso y Jesulín de Ubrique. Con<br />
el tiempo se le puso en su verdadero lugar:<br />
entre los grandes del toreo. Allá, en el cielo,<br />
descansará en paz entre los maestros de su<br />
categoría.<br />
1980:<br />
En junio de 1980 publicó una<br />
conferencia que, bajo el título de «El toreo<br />
puro», es referencia obligada para muchos<br />
aficionados. Y también por entonces fue<br />
nombrado director de la Escuela Taurina de<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />
Cádiz, en la que estuvo enseñando las bases<br />
del toreo hasta que el cáncer le minó su vida<br />
en dicha ciudad, el (18-12-1997), a quien<br />
había sido a lo largo de su carrera taurina<br />
«mucho más que una espada.»<br />
1997:<br />
Diciembre:<br />
18:<br />
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez, matador<br />
de toros, nacido en San Fernando (Cádiz), el<br />
(04-07-1921), falleció en la misma ciudad el<br />
(18-12-1997), a los 76 años de edad y tras<br />
20 de ejercer su profesión. Sobrino del<br />
banderillero <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> (Cuco de Cádiz)<br />
–que actuó mucho en Madrid en las novilladas<br />
durante muchos años, terminando como<br />
auxiliar del rejoneador José Belmonte-, por<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA<br />
Apuntes biográficos y profesionales - I<br />
lo que acaso influyera en su vocación tal<br />
influencia familiar, pero se inició al toreo con<br />
vocación tardía, vistiéndose de por primera<br />
vez de luces en 1945, pero con una sobriedad<br />
y pundonor ejemplares, para terminar siendo<br />
un gran torero y, sobre todo, un hombre cabal.<br />
Sus cualidades humana le hicieron acreedor<br />
a llevarse el profundo y multitudinario cariño<br />
que incontables amigos y aficionados, que<br />
debieron servir de valiosísimo salvoconducto<br />
para disfrutar de pase automático al Paraíso.<br />
1999:<br />
Febrero:<br />
27:<br />
Festival en su recuerdo en El Puerto<br />
de Santa María, en la tarde del 27 de febrero<br />
de 1999.<br />
<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>, uno de los mejores estoqueadores de la historia de la<br />
tauromaquia está ahí, en grupo escultórico, en su ciudad natal, para<br />
orgullo de todos los gaditanos. Fue inaugurado en octubre de 2000<br />
(Foto de archivo).<br />
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