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Rafael Ortega Dominguez Parte 1 - Fiestabrava

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APUNTES BIOGRÁFICOS<br />

y PROFESIONALES de<br />

RAFAEL ORTEGA DOMÍNGUEZ<br />

«El Torero de la Isla»<br />

JUAN J. ZALDÍVAR ORTEGA 2008


Apuntes biográficos y profesionales - I<br />

2<br />

PORTADA: Foto de archivo.<br />

<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />

El PUERTO de SANTA MARÍA


<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />

El PUERTO de SANTA MARÍA<br />

Apuntes biográficos y profesionales - I<br />

Dedicación:<br />

A Pepita Camacho, viuda de D. <strong>Rafael</strong><br />

<strong>Ortega</strong> Domínguez, y a sus siete hijos,<br />

guardando con profundo respeto su<br />

memoria, recordando con admiración sus<br />

valores humanos, su integridad<br />

profesional y su ejemplar hombría frente<br />

a los toros y ante la vida.<br />

Con un fuerte abrazo a todos.<br />

19 de Diciembre de 2007.<br />

El Autor.<br />

3


Apuntes biográficos y profesionales - I<br />

4<br />

<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />

El PUERTO de SANTA MARÍA


<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />

El PUERTO de SANTA MARÍA<br />

CONTENIDO<br />

Apuntes biográficos y profesionales - I<br />

Páginas<br />

PROLOGO ............................................................................ 9<br />

Introducción ........................................................................... 11<br />

PARTE PRIMERA<br />

Apuntes biográficos y profesionales de<br />

RAFAEL ORTEGA DOMINGUEZ ........................... 15<br />

CUADRO I<br />

Algunos percances sufridos ...................................... 21<br />

CUADROS II y III<br />

Novilladas, corridas y trofeos logrados en la<br />

Plaza Real de El Puerto de Santa María .................... 23<br />

Algunos trofeos logrados en otras plazas .................. 23<br />

Algunos nombres de los toros que lidió ................... 25<br />

Historia de la «Plaza México», en la que actuó<br />

<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> en dos ocasiones ................................ 31<br />

SEGUNDA PARTE<br />

CRONOLOGÍA GENERAL<br />

Años 1921 a 1999 ...................................................... 33<br />

BIBLIOGRAFÍA ................................................................... 93<br />

5


Apuntes biográficos y profesionales - I<br />

6<br />

<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />

El PUERTO de SANTA MARÍA


<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />

El «As de Espadas» del siglo XX.<br />

Frascuelo lo fue del XIX.<br />

El PUERTO de SANTA MARÍA<br />

Apuntes biográficos y profesionales - I<br />

7


Apuntes biográficos y profesionales - I<br />

8<br />

<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />

El «tipo» de toros de Miura que estoqueaba <strong>Rafael</strong><br />

<strong>Ortega</strong> Domínguez, «El Torero de la Isla.»<br />

(Fotos del autor y de archivo)<br />

El PUERTO de SANTA MARÍA


<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />

123456789<br />

C<br />

El PUERTO de SANTA MARÍA<br />

PROLOGO<br />

Apuntes biográficos y profesionales - I<br />

123456789on<br />

motivo del X aniversario de 123456789<br />

la muerte del diestro <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong><br />

Domínguez, el pasado (19-12-1997), 123456789<br />

el autor de estos «Apuntes<br />

123456789<br />

biográficos y profesionales» -primero de una larga 123456789<br />

serie dedicada a<br />

123456789<br />

los matadores de toros, al que ha de seguir Juan García 123456789<br />

(Mondeño),<br />

si es que consigo colaboración-, que tuvo el alto honor de asistir al<br />

acto de homenaje que se le dedicó ante su tumba, en el Cementerio de San<br />

Fernando, ha querido aportar a los aficionados, conmovido por el mismo, esta<br />

nueva y modesta publicación, a modo de renovado recuerdo a su amigo <strong>Rafael</strong>,<br />

haciendo llegar a todos, de forma en gran parte cronológica, cómo su toreo, de la<br />

mano de quienes le vimos actuar, se inspiraba básicamente en la pureza y la verdad,<br />

sin las habituales corruptelas hoy imperantes; es decir, de lo que debería ser un<br />

arte religioso y cultural, una interpretación fiel de lo clásico y estético.<br />

Su físico, alejado de las figuritas tan delicadas de nuestros días, poco<br />

propicio en su constitución, pero de una virilidad sin equívocos, no le impidió recorrer<br />

y conocer palmo a palmo todo el fascinante compendio de los secretos emanados<br />

de los principios generales del toreo, imprimiendo a la vez hondura, profundidad y<br />

cadencia en sus movimientos. Llegó a dominar como pocos el conocimiento de<br />

los modos de embestir los toros, pulsando las acometidas al son de la bravura de<br />

sus enemigos, llegando a lograr una libertad artística que embelezaba hasta los<br />

más desconocedores de la Fiesta.<br />

Desveló muchos misterios secretos del toreo, tales como calcular con<br />

precisión matemática –de esto sólo se daban cuenta los entendidos- el espacio<br />

que necesitaba cada toro para reponerse, incluyendo especialmente los miuras y,<br />

sobre todo, ofreciéndose a su enemigo para embarcarlo, cumpliendo así con los<br />

dos principios básicos del toreo clásico. Con una brevedad de tiempo casi<br />

inexplicable, conocía la clase de cada toro que enfrentaba, anticipándose con un<br />

don especial a los cambios de conducta de los toros durante la lidia, a los que<br />

atendiendo a todos cuanto se movía cerca de él, casi todos con sentido, no se<br />

123456789<br />

9


Apuntes biográficos y profesionales - I<br />

10<br />

<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />

decidían con fijeza por ninguno. Fue también <strong>Rafael</strong> un especialista en desbaratar<br />

los planes defensivos de los toros abantos o medrosos, que de bravucones pasaban,<br />

con su mágico trasteo, a ser bravos Él «sacaba de ondas», lo mismo a los toros<br />

quedados que a los gazapones, y les rompía sus planes a los que pretendían<br />

aquerenciarse. Y todas estas virtudes, innatas en él, pasaban desapercibidas,<br />

desgraciadamente, para una gran mayoría de aficionados.<br />

¡Y qué no decir de sus conocimientos!... sobre los terrenos de la plaza, los<br />

del toro y los que él podía ocupar en cada momento de la lidia. Con todo ello dejó de<br />

manifiesto que no era en modo alguno empresa imposible desarrollar los principios<br />

plásticos sobre los que elaboró sus faenas, con el precioso toreo artístico clásico,<br />

interpretadas de forma muy personal. En él todo cuanto hacía era torear, porque<br />

conocía todas las maneras de hacerlo, comenzando por interpretar con precisión<br />

los tres tiempos de las suertes: citando, cargando y rematando. Sin embargo, lo<br />

que solía ocurrir es que, llegado el momento de ejecutar la suerte suprema, lo<br />

hacía con tal perfección y acierto que una gran mayoría se olvidaba de la magistratura<br />

con que había realizado la faena.<br />

Y como ser agradecido es de bien nacido, no pierdo la oportunidad de felicitar<br />

a un extraordinario aficionado, D. José María Rojas Guillén, quien con su obra<br />

enciclopédica titulada «Un Día de Toros», integrada por más de 1200 páginas, reseña<br />

igual número de festejos celebrados en la Plaza Real de El Puerto de Santa María,<br />

acompañado con un DVD en el que se encuentran los correspondientes carteles.<br />

Todo un minucioso y concienzudo trabajo, de muchos años de apasionado cariño<br />

hacia su querida Ciudad y la Fiesta Brava, que nos ha facilitado enriquecer<br />

extremadamente la presente publicación. D. José María Rojas Guillén es para esta<br />

autor el «José María de Cossío», el nuestro particular, específicamente de El Puerto<br />

de Santa María. Su voluminosa obra se ha convertido en un libro de consulta<br />

fundamental para quien quiera saber la historia taurina de la Plaza Real, desde el<br />

año de su fundación, en 1880, hasta el 2005. Para este autor, tener entre sus manos<br />

y poder analizar y estudiar lo escrito en «Un Día de Toros» es un gustazo difícil de<br />

comparar con nada. ¡Gracias!, D. José María, por lo mucho que estoy disfrutando<br />

con tu trabajo y por el enriquecimiento que me ofrecerá cada vez que una de mis<br />

publicaciones tenga que incluir lo sucedido taurina y cronológicamente en la Plaza<br />

Real, como ha ocurrido ya en varias ocasiones. <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez (El Torero<br />

de la Isla), desde el privilegiado lugar que debe estar disfrutando, también te lo<br />

agradecerá al ver su nombre en tantas corridas que él lidió en El Puerto, al que<br />

tanto quería, y recordar sus carteles.<br />

El Autor<br />

El PUERTO de SANTA MARÍA


<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />

123456789<br />

R<br />

123456789<br />

Introducción<br />

El PUERTO de SANTA MARÍA<br />

Apuntes biográficos y profesionales - I<br />

123456789eseñar<br />

lo mucho que se ha escrito sobre 123456789<br />

«El Torero de la Isla» haría<br />

estos «apuntes» interminables, y en 123456789<br />

eso no podemos caer, porque<br />

123456789<br />

nuestro interés es sacar a la red Internet una especie 123456789<br />

de primera parte,<br />

123456789<br />

para una vez que hayamos recopilado más información y fotos 123456789<br />

de<br />

algunos amables lectores, escribir una segunda y hasta tercera edición<br />

en la web. Y en esta Introducción, además de lo ya resumidamente escrito, queremos<br />

agregar la visión de algunos críticos taurinos que observaron cómo <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong><br />

gozaba del «secreto, de adelantar el engaño y dejar caer el peso de su cuerpo<br />

sobre la pierna contraria, cargando la suerte, tanto de capote como de muleta.»<br />

Para repetir que fue «su don el de la estocada, sencillamente extraordinario el volapié<br />

y cuando alguna vez lo hacía recibiendo remataba con un pase de pecho; que ambas<br />

ejecutadas generalmente en la suerte natural. A los buenos aficionados jamás les<br />

importó que pinchara un toro, así decían, por tener la oportunidad de poder verle de<br />

nuevo interpretar «su» particular suerte de matar. Maestro de maestros, siempre<br />

mantuvo el respecto, el aprecio y la admiración tanto de la crítica, de los buenos<br />

aficionados y de todos sus propios compañeros de profesión.»<br />

El Premio Cervantes 2004, D. <strong>Rafael</strong> Sánchez Ferlosio, le escribiría tres<br />

artículos en 1980 en el Diario 16 titulados El As de Espadas, sobrenombre por el<br />

que también fue conocido dentro y fuera de nuestras fronteras, donde llamaba al<br />

ángulo que su figura y su estoque formaban a la hora de matar el «inmortal», y<br />

parodiando una frase de <strong>Rafael</strong> Guerra Bejarano (Guerrita), decía:»……con la espada<br />

en los últimos 30 años el primero <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> después «nadie», y después de<br />

«nadie», media docena de buenos estoqueadores». De haber nacido en otra época,<br />

donde la suerte de matar era la absoluta protagonista de la fiesta, hubiese sido<br />

primera figura indiscutible.<br />

El Rubio Torero, llamado en sus inicios «el Tesoro de la Isla», fue director de<br />

la primera Escuela Taurina de la Diputación de Cádiz en 1985, la misma que le<br />

otorgara la Placa de Plata de la Provincia. Su libro de cabecera, El Toreo Puro, con<br />

prólogo de Ángel Fernando Mayo, corto, pero intenso, es toda una referencia para<br />

profesionales y aficionados que disfrutan con la auténtica verdad de este arte. Todo<br />

un torero, sin duda de época, cuyo arte no fue valorado en su momento y que sí lo<br />

harán generaciones venideras.<br />

11


Apuntes biográficos y profesionales - I<br />

12<br />

<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />

Y llegó su muerte para que pasara lo de siempre, que todos reconozcan ahora<br />

sus méritos…, porque el secular desdén de los españoles, desgraciadamente, no lo<br />

aplican sólo a los que por una u otra causa sentimos la crucifixión de tener que emigrar<br />

de España, si no que, semejante e insolidaria forma de ser, también la infringimos<br />

anímicamente a los grandes hombres que están entre nosotros. Por eso, al morir<br />

<strong>Rafael</strong>, la Prensa de España y de Iberoamérica, destacó la irreparable pérdida en<br />

grandes titulares. Y así, al repasar los archivos de recortes de periódicos de aquél<br />

infausto día, encuentro cómo en el A B C de Sevilla, D. José Luis Suárez-Guanes, en<br />

la edición del Viernes (19-12-1997), nos dice que «el matador de toros <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong><br />

<strong>Dominguez</strong> murió a las tres y veinte de la madrugada del día anterior jueves, (18-12-<br />

1997), en su domicilio de Cádiz, como consecuencia del cáncer hepático que sufría.»<br />

Reseña después un resumen biográfico y profesional del diestro desaparecido y<br />

algunos de los premios y galardones conseguidos por el diestro.<br />

Destacó D. José Luis «su fama de extraordinario estoqueador –mata<br />

estupendamente al volapié y recibe a muchos toros– ocultan su extraordinario sentido<br />

del toreo y su porte clásico, en el que se conjugan las normas belmontinas de adelantar<br />

los engaños con la ligazón que aportó el toreo manoletista. Solamente una mala<br />

administración y, quizá, que le falló la suerte en algunas corridas claves, con matadores<br />

importantes, le impidió llegar al puesto que merecía de primera figura, tal como le<br />

pasó a Manolo Vázquez y a Antonio Chenel (Antoñete), otros dos grandes toreros de<br />

su tiempo. Su nombre fue ornato de ferias importantes.»<br />

Para el cronista del diario «Meriadiano», de Caracas (Venezuela), <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong><br />

fue «uno de los más grandes de todos los tiempos.» Vuelve a recodarnos que, como<br />

la vida de un grandioso torero, como ocurre muchas veces, no fue reconocido en su<br />

tiempo, pero que a la hora de hacer un listado de los diez más grandes toreros de la<br />

historia debería ser incluido. Que su estilo aún inspira a muchos profesionales. Le<br />

recuerdan como un gran estoqueador, olvidando muchos, por desconocimiento me<br />

imagino, que pocos han toreado con capa y muleta como lo hizo él.<br />

En Venezuela –nos reseña el cronista- estuvo actuando la temporada de<br />

1953, y lo hizo en el Nuevo Circo, la tarde de la presentación de Joselito Torres junto a<br />

Antonio Ordóñez. El de Ronda pegó tal petardo que fue multado con mil bolívares y<br />

<strong>Ortega</strong> recibió un puntazo leve en el triángulo de Scarpa. El triunfador, ante los difíciles<br />

guayabiteros, fue Joselito Torres, que le cortó una oreja al toro de su presentación.<br />

También toreó en la Plaza de Toros venezolana de Valencia, en la plaza portátil Parque<br />

de Atracciones, en una temporada organizada por los hermanos madrileños Dominguín.<br />

Entre sus gestas recuerdan los biógrafos la tarde de su alternativa que salió a hombros<br />

-en unión de su padrino Manolo González-, convirtiéndose en una de las grandes<br />

esperanzas de la Fiesta por la pureza de su toreo y por su excepcional manejo de la<br />

espada.»<br />

Por su parte, desde «El País», el cronista D. Joaquín Vidal, en la edición de la<br />

misma fecha que en A B C, reseña el toreo puro de <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>, que «fue director de<br />

la Escuela Taurina de Cádiz, que tenía su sede en la Plaza de Toros de El Puerto de<br />

Santa María. Quizá no se hubiera podido concebir institución más adecuada para que<br />

impartiera sus lecciones el maestro por excelencia. «Toros En el Puerto», anunciaban<br />

El PUERTO de SANTA MARÍA


<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />

El PUERTO de SANTA MARÍA<br />

Apuntes biográficos y profesionales - I<br />

los carteles de pasado siglos, y no hacía falta decir más.» Curiosamente, la Institución<br />

sigue ahí …<br />

Y continúa el señor Vidal diciendo: «La historia del toreo revivía en aquel inmenso<br />

ruedo gaditano y, con ella, las más caras esencias del toreo puro, del que <strong>Rafael</strong><br />

<strong>Ortega</strong> había hecho paradigma. Pero los torerillos aprendices parecían olvidarlo.<br />

-«Maestro», le avisamos, con intenciones de chivato: «Esos no torean; pegan<br />

pases.»<br />

-«Es que lo hacen al estilo de Enzunlín», respondió. Y se fue a ellos, y con esa<br />

voz pausada y esa paciencia –bondadosa- inagotable y esa humildad que eran<br />

características de la personalidad del maestro, los convocó en el centro del redondel,<br />

les exhortó «Vamos a torear según es», y cambiaron todos las formas.<br />

El propio <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>, a nuestro requerimiento, tomó la muleta. No fue así<br />

exactamente. Le dijimos: «Rafé, aquí le cedo los trastos y que Dios reparta suerte.»<br />

Se los dimos igual que en la ceremonia de la alternativa, él nos entregó el capote<br />

siguiendo el rito y nos dimos la mano.» Luego se puso a atoreá. Atoreó como los<br />

propios ángeles.» <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> tenía una concepción del toreo sin parigual, con una<br />

pureza interpretativa difícil de superar. La desplegaba lo mismo con capote que con<br />

muleta, aunque en estas suertes era donde calaba mayor hondura.<br />

Hubo faenas de <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> que los aficionados no hemos podido olvidar.<br />

Entre las mejores cabría situar la que cuajó a un toro de Miguel Higuero, el día del<br />

Corpus en la Plaza de Toros madrileña de Las Ventas. <strong>Ortega</strong>, que tenía ya 46 años y<br />

se le había acentuado la propensión a la obesidad; pero en cuanto se puso a torear<br />

parecía el mismísimo dios Apolo. A los pocos pases ya se había echado la muleta a la<br />

izquierda, la adelantaba ofreciendo el medio-pecho, se traía al toro embebido en sus<br />

vuelos, cargaba la suerte, ligaba los pases. A cada muletazo restallaban los olés como<br />

el rugido del volcán y, al rematarlos, el tendido era un manicomio.<br />

El triunfo de <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> aquella tarde fue memorable. Sólo que el destino<br />

hizo una grotesca pirueta y Curro Romero colaboró en ella. El torero de Camas, que<br />

intervenía a continuación, se negó a torear al toro y provocó un gran escándalo. Los<br />

periódicos dieron amplia cobertura a esta noticia, se lucieron con ella los reporteros,<br />

y las reseñas de la corrida quedaron casi reducidas a una gacetilla. Eso se llama<br />

infortunio, que también <strong>Rafael</strong>, en demasiadas ocasiones tuvo que vencer.<br />

No importó a los aficionados, que siguieron considerando paradigma del arte<br />

de torear la faena de <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>, pero en su cotización y sus contratas no tuvo el<br />

reflejo debido. En realidad toda la trayectoria profesional de <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> estuvo<br />

marcada por la fortuna esquiva, por la arbitrariedad y por el infortunio. Sufrió cornadas<br />

tremendas pero no tanto a causa de la mala suerte sino precisamente por la pureza<br />

de su toreo.<br />

El maestro explica muy cabalmente su concepción del arte de torear en un<br />

libro titulado, precisamente, El toreo puro, del que es autor Ángel-Fernando Mayo,<br />

uno de los aficionados que mejor han sabido entender la personalidad y el genio torero<br />

de <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>. Aquella jornada en El Puerto -corría el año 1991- almorzamos con<br />

el maestro en uno de los restaurantes de la zona portuaria, y cada comensal que<br />

entraba se acercaba a la mesa a saludarlo. «¡El mejor matador de todos los tiempos!»,<br />

13


Apuntes biográficos y profesionales - I<br />

14<br />

<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />

le piropeaban. Y si, por raro acaso, había alguno que no lo conocía, los demás<br />

ponderaban la indiscutible destreza de <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> manejando la espada. En cambio,<br />

de su toreo, nadie acertó a comentar nada. La ignorancia está siempre latente en la<br />

Fiesta Brava y es más acusada que en ninguna otra profesión.<br />

Ha sido <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> el mejor matador desde la posguerra acá -¡más de medio<br />

siglo!- y este merecido título, que le valía para sentirse orgulloso, paradójicamente le<br />

perjudicó, pues restaba importancia a la calidad de su toreo. A veces los criterios son<br />

así de limitados y planos, y se convierten en tópicos.»<br />

«También los pinchaba, ¿verdad, maestro?», le comentamos -solo por enredary<br />

se reía, y reconocía que «naturalmente» Sin embargo es justo añadir que cada uno<br />

de aquellos pinchazos de <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> se coreaba con ovaciones. Pinchando o<br />

cobrando la estocada, la ejecución del volapié o de la suerte de recibir tenían en <strong>Rafael</strong><br />

<strong>Ortega</strong> la misma pureza que cuando toreaba al natural. Entre las estocadas, le<br />

recordamos el sensacional volapié que cobró a un Pablo Romero en Madrid el año<br />

1954, y él destacó otro en la Maestranza, en el que según salía de la suerte por el<br />

costillar, el toro rendía la vida en las propias bambas de la muleta. El diestro más<br />

completo del último medio siglo. Un auténtico torero de época: eso fue <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>.»<br />

Gracias y nuestra felicitación más sincera, D. Joaquín Vidal, porque tan interesantes<br />

datos que, por la web han llegado a mis manos y con los que he querido complementar<br />

y enriquecer esta Introducción.<br />

El «Torero de la Isla» y su amigo D. Enrique Barrilaro -el empresario-, con el<br />

gran estoqueador, preparado para cortar con su mágica tizona un pastel<br />

conmemorativo, de alguna efeméride. (Imagen de archivo).<br />

El PUERTO de SANTA MARÍA


<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />

R<br />

123456789<br />

123456789<br />

El PUERTO de SANTA MARÍA<br />

Apuntes biográficos y profesionales - I<br />

APUNTES BIOGRAFICOS<br />

y<br />

PROFESIONALES<br />

123456789<br />

123456789<br />

afael <strong>Ortega</strong> Domínguez,<br />

123456789<br />

123456789<br />

matador de 123456789<br />

toros, nacido en<br />

123456789San<br />

Fernando (Cádiz) 123456789<br />

–<br />

antiguamente conocida como<br />

«Isla de León»-, el (04-07-1921),<br />

casado en segundas nupcias con Pepita<br />

Camacho y padre de siete hijos, falleció a las<br />

3:20 horas de la madrugada del jueves, (18-<br />

12-1997), debido a un cáncer hepático,<br />

después de haber estado ingresado en el<br />

Hospital Universitario de Puerto Real (Cádiz)<br />

durante varias semanas, del que fue<br />

trasladado unas horas antes de morir a su<br />

domicilio, no sin mucho tiempo antes haber<br />

expresado su deseo de morir en su casa de<br />

Cádiz, en la que vivió los últimos treinta años<br />

y tras 22 años de ejercer la profesión. El<br />

viernes, a las doce de la mañana, tras una<br />

misa en la Iglesia de San Francisco, de San<br />

Fernando, fue enterrado en el Cementerio de<br />

esta población gaditana. Se nos fue todo un<br />

torero, que sin duda marcó una época, cuyo<br />

arte no fue valorado en su momento y que sí<br />

lo estamos valorando desde que nos<br />

abandonó.<br />

Tuvo <strong>Rafael</strong> dos ascendientes<br />

taurinos, que fueron sin duda un poco<br />

tardíamente, los que dice que marcarían su<br />

destino. El primero fue su propio padre,<br />

conocido como «el Loro», quien de forma<br />

paraprofesional se encargaba de matar<br />

muchos toros sobreros que no eran lidiados<br />

en la plaza y algún que otro Toro del<br />

Aguardiente, en ambos casos en San<br />

Fernando, donde regenta una lechería. El<br />

segundo su tío Pepe <strong>Ortega</strong>, banderillero que<br />

en otros escritos es conocido como <strong>Rafael</strong><br />

<strong>Ortega</strong> (Cuco de Cádiz), que actuó mucho<br />

en Madrid en las novilladas durante decenas<br />

de años, terminando como auxiliar del rejoneador<br />

José Belmonte, por lo que acaso<br />

influyera en su vocación tal influencia familiar,<br />

pero se inició al toreo con vocación tardía,<br />

vistiéndose de por primera vez de luces en<br />

1945, pero con una sobriedad y pundonor<br />

ejemplares, para terminar siendo un gran<br />

torero y, sobre todo, un hombre cabal. Sus<br />

cualidades humana le hicieron acreedor a<br />

llevarse el profundo y multitudinario cariño que<br />

incontables amigos y aficionados, que<br />

debieron servir de valiosísimo salvoconducto<br />

para disfrutar de pase automático al Paraíso.<br />

Pero hablemos de aquellas jornadas<br />

en la Plaza Militar de Ceuta en la que el<br />

«Torero de la Isla» comenzó a sentir el<br />

raspajeo interior del gusanillo del toreo,<br />

llegando a construir con sus propias manos<br />

una pequeña placita de toros en el interior del<br />

acuartelamiento, por supuesto, con el<br />

permiso de su Capitán, de apellido Entrala,<br />

quien desde el principio confió plenamente<br />

en sus posibilidades. Allí mataba –según nos<br />

han contado, no sin antes intentar lidiar,<br />

cuanto ganado desfilaba para el sostenimiento<br />

proteínico de la tropa, con el consentimiento<br />

del mando. La gran cantidad de reses<br />

estoqueadas y descabelladas en esa época<br />

determinaría sus conocimientos en cuanto al<br />

uso de los aceros. En esta ciudad<br />

norteafricana se viste por primera vez de<br />

15


Apuntes biográficos y profesionales - I<br />

luces, junto a otros compañeros de milicias,<br />

en el año 1941, anunciándose con el apodo<br />

de «el Panocha».<br />

Finalizado el servicio militar obligatorio,<br />

y con una buena reputación ganada<br />

como novillero, da comienzo su carrera por<br />

plazas andaluzas. Son en plazas de la<br />

provincia de Granada casi todos sus compromisos<br />

hasta llegar a Madrid, ya curtido en el<br />

duro oficio. De vez en cuando, mientras vivía<br />

mi abuelo paterno, D. Ramón Zaldívar del Cid,<br />

tuve ocasión de verlo torear, cuando apenas<br />

tenía este autor seis años de edad, vacas que<br />

recuerdo me aterrorizaban, en la placita del<br />

cortijo «La Esparraguera», ubicada en los<br />

aledaños de Puerto Real. Después del<br />

fallecimiento del abuelo, <strong>Rafael</strong> siguió<br />

esporádicamente visitando aquél cortijo,<br />

estableciendo una gran y sincera amistad con<br />

el hermano de mi padre Emilio, también<br />

llamado Ramón, como su padre.<br />

Desde que don José Luis Osborne<br />

Vázquez, de El Puerto de Santa María,<br />

adquirió su ganadería en 1952, <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>,<br />

que era amigo del ganadero, era el director<br />

de las tientas en la dehesa de «Bolaños»,<br />

donde toreó muchas veces.<br />

Sólo quienes fueron a lo largo de su<br />

vida un ejemplo de amistad sincera para los<br />

suyos y quienes le conocieron, los que<br />

manifestaron un rico abanico de valores<br />

humanos auténticos, puede hacerse merecedores<br />

a que, en el X aniversario de su muerte,<br />

el pasado (18-12-2007) se dieron cita<br />

puntual, a las cinco de la tarde, amigos y<br />

aficionados ante su tumba y le rindieron con<br />

palabras emotivas de su viuda, doña Pepita<br />

Camacho y las del Presidente de la Tertulia<br />

Taurina «Cambio de Tercio», D. Juan Manuel<br />

García Candón, éste acompañado de<br />

decenas de amigos del torero y aficionados<br />

de Puerto Real, finalizando el sentido acto,<br />

pletórico de recuerdos aleccionadores, en la<br />

memoria de quien fuera un excelente torero<br />

y certero estoqueador, con la interpretación<br />

de pasos-dobles, por parte de un sobresaliente<br />

trío, también de Puerto Real. La<br />

16<br />

<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />

grandes dimensiones con que se le recuerda<br />

al torero es el certificado de su grandeza<br />

humana y torera.<br />

En la villa portorrealeña, en la que<br />

nuestro tío carnal D. Ramón Zaldívar Muñoz<br />

era el Presidente de la Peña Taurina «Juan<br />

García (Mondeño), el diestro de San Fernando<br />

sigue siendo muy querido y muchas veces<br />

estuvo en dicha Peña conversando largamente<br />

con D. Ramón, pues además de que<br />

eran muy buenos amigos, <strong>Rafael</strong> fue muchas<br />

veces a entrenarse y torear en la década de<br />

1940 a la placita de tienta y herradero, aquella<br />

reses de media casta que el primero tenía en<br />

el cortijo de «La Esparraguera», a pie del<br />

casco urbano de Puerto Real. Fue precisamente<br />

mi tío el que una tarde de septiembre<br />

de 1955, cuando este autor contaba<br />

22 años de edad, me presentó al famoso<br />

diestro en aquella Peña.<br />

Allá donde toreaba, <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong><br />

dejaba un hálito imborrable de su calidad<br />

humana y torerismo. En ese sentido nos ha<br />

dado un inmenso gusto leer con el afecto y<br />

reconocimiento de su arte y valor ante los<br />

toros la página en la web que le dedica D.<br />

Juan Luis Penna, Secretario General de la<br />

Unión Taurina de Abonados de España,<br />

Institución de la que este autor no tenía ni idea<br />

de su existencia. El Sr. Penna es gran<br />

aficionado italiano, afincado desde su niñez<br />

en Madrid, quien tuvo la suerte de ver triunfar<br />

al Maestro en tantas tardes gloriosas, publicó<br />

con verdadero afecto un artículo antes de la<br />

muerte del torero, del que resumiremos su<br />

extenso contenido dentro de la Cronología<br />

General, en el año 1949.<br />

Se presentó en la Plaza de Toros de<br />

Madrid el domingo (14-08-1949), una de las<br />

tantas novilladas veraniegas, en las que, junto<br />

con novilleros ya veteranos y de escaso<br />

cartel, debutaba algún nuevo diestro escasamente<br />

conocido por los aficionados madrileños.<br />

Aquel éxito inicial motivó sucesivas<br />

repeticiones y el balance al final de la<br />

temporada de 1949 ya le hizo acreedor al<br />

título de Torero de Madrid: cuatro novilladas<br />

El PUERTO de SANTA MARÍA


<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />

seguidas con tres salidas a hombros<br />

consecutivas y el anuncio de su alternativa<br />

en la propia Monumental a menos de<br />

cincuenta días desde su debut en el cartel de<br />

primerísimo figura, con toros de Buendía.<br />

En abril de 1950, con los éxitos<br />

logrados por nuestro paisano en la Plaza de<br />

Toros de Madrid en la temporada anterior, ya<br />

estaba más que justificado el título de «torero<br />

de Madrid», mas tras cortar una oreja en la<br />

corrida de inauguración de la temporada<br />

madrileña de 1950, se proclamó el máximo<br />

triunfador en la tradicional Feria madrileña de<br />

San Isidro, y a pesar del serio retraso que<br />

supuso para su carrera el gravísimo percance<br />

sufrido en la Plaza de Toros de Pamplona en<br />

julio de ese año, de la que se salvó milagrosamente,<br />

siguió triunfando en la Plaza de<br />

Toros madrileña de Las Ventas durante toda<br />

la década de 1950, en la que no hubo año en<br />

El PUERTO de SANTA MARÍA<br />

Apuntes biográficos y profesionales - I<br />

RAFAEL ORTEGA DOMÍNGUEZ<br />

la que no obtuviera un rotundo éxito y, en<br />

muchas ocasiones, con durísimas corridas,<br />

sumando un balance de orejas cortadas y<br />

salidas a hombros, tan sólo supe-rado por<br />

contadísimos diestros en toda la historia de<br />

la Plaza Monumental madrileña.<br />

Llegado este momento es de justicia<br />

señalar el reconocimiento que la afición<br />

madrileña dispensaba a este gran diestro<br />

gaditano, y que también obtuvo sin reserva<br />

alguna de las aficiones de Sevilla y Barcelona,<br />

pero muy especialmente de la de su provincia<br />

de nacimiento, que literalmente se volcaba<br />

por verlo en la Plaza Real de El Puerto de<br />

Santa María, las tres plaza que, con la de<br />

Madrid, mayor importancia tenían entonces<br />

a nivel nacional e internacional, en las que<br />

ocupó el puesto de primera figura del toreo<br />

que con tanto valor, arte y pundonor conquistó,<br />

aunque fuese reconocido desde<br />

17


Apuntes biográficos y profesionales - I<br />

siempre su enorme prestigio como certero<br />

estoqueador, pues no en vano era considerado<br />

como uno de los mejores de toda la<br />

historia del toreo y, posiblemente el mejor de<br />

la posguerra civil española.<br />

También la provincia de Cádiz ha<br />

dado toreros que triunfaron a su paso por Las<br />

Ventas de Madrid y que merecen, todavía más<br />

por su condición de «paisanos», recordarles,<br />

como el murciano-algecireño Miguel Mateos<br />

(Miguelín), que logró el record de seis orejas<br />

cortadas a tres toros en una sola tarde, o<br />

Manuel Lara (Jerezano), que cortó dos orejas<br />

a un Victorino una tarde veraniega, y, en<br />

tiempo posterior, grandes figuras, como la del<br />

malogrado Francisco Rivera (Paquirri), Paco<br />

Ojeda, o José Luis Galloso, también con<br />

record de cuatro orejas en una novillada, sin<br />

olvidarnos de <strong>Rafael</strong> de Paula, el sin duda<br />

alguna más emblemático diestro gitano de los<br />

últimos tiempos, por no citar más.<br />

Por último, es de justicia decir, que<br />

no tenemos la menor duda en conceder a<br />

<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> como el primer matador de<br />

toros gaditano que más mereció el título de<br />

«torero de Madrid», y por incontables años,<br />

ya se ha cumplido el X Aniversario de su<br />

muerte y es verdadera y anímicamente aleccionador<br />

integrarse entre los innumerables<br />

amigos y aficionados que con tanto cariño y<br />

admiración le siguen recordando. El pasado<br />

(18-12-2007) se vivió para nuestro deleite un<br />

homenaje y en recuerdo de aquel gran torero<br />

que fue <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>.<br />

Fue uno de los toreros más clásicos,<br />

al que llamaron el «Tesoro de la Isla». La<br />

autenticidad de su toreo rondeño mereció<br />

durante las décadas de 1950 y 1960 la plena<br />

admiración de los aficionados. Cuantos<br />

tuvimos la oportunidad de conocer su toreo<br />

puro y su estilo irreprochable de matador le<br />

recordamos como modelo permanente de<br />

buen hacer torero y estilo de estoqueador<br />

extraordinario. Los aficionados, escritores y<br />

críticos taurinos, que alcanzamos a verlo en<br />

plenitud de sus facultades, tantas veces<br />

atacadas por duras cornadas, le recordamos<br />

18<br />

<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />

El poeta versaría que<br />

<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> consiguió en el<br />

ruedo «El toreo puro» los<br />

conceptos de su toreo eterno<br />

y fuera de la plaza «la purita y<br />

leal amistad a sus<br />

compatriotas, por eso se dijo<br />

de él: «....así lo que yo veo,<br />

para hacer el toreo puro, es<br />

esta continuidad: citar, parar,<br />

templar y mandar, y a ser<br />

posible cargando la suerte».<br />

como la idea (Antoñete): que se tiene «El del torero toreo que perfecto,<br />

de más realización me ha impresionado de lidias auténticas. ha sido Sus<br />

estadísticas Manolete en y la el Plaza que más Real me son ha extraordinarias,<br />

gustado, no <strong>Rafael</strong> sólo por <strong>Ortega</strong>, esas ocho a quien Puertas<br />

Grandes, considero sino además, por el poder el torero magistral más de sus<br />

faenas, completo estocadas y el que y triunfos ha toreado rotundos. con Le<br />

apodaron mayor con pureza.» el sobrenombre (www.jale.com de «As de<br />

espadas», tertulia rev2 por tema su exquisito taur.htm). virtuosismo al<br />

practicar la suerte suprema, cosa que<br />

indudablemente le perjudicó, pues, también<br />

llegó a torear muy bien; pero todos<br />

esperábamos su entrega sin reserva, llevando<br />

su vida en vuelo con la espada. Su toreo<br />

hizo escuela, por ejemplo, en su paisano<br />

Francisco Ruiz Miguel, y para muchos otros<br />

matadores.<br />

Desde que el domingo (14-08-1949)<br />

en que <strong>Rafael</strong> debutó en Madrid, ya dejó a los<br />

aficionados madrileños que se reunieron en<br />

la Plaza de Toros de Las Ventas, realmente<br />

sorprendidos por su determinación y oficio,<br />

por sus muchos conocimientos y maestría,<br />

pese a que su aspecto, con calva incipiente<br />

y figura ligeramente encorvada, denunciaban<br />

que no se trataba de un niño, sino de un<br />

hombre ya hecho, que aparentaba aún mayor<br />

edad de la que realmente tenía. Y aquél éxito<br />

inicial motivó sucesivas repeticiones.<br />

En las plazas españolas de mayor<br />

importancia tenían entonces a nivel nacional<br />

e internacional, en las que ocupó el puesto<br />

de primera figura del toreo que con tanto valor,<br />

El PUERTO de SANTA MARÍA


<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />

El PUERTO de SANTA MARÍA<br />

Apuntes biográficos y profesionales - I<br />

Recogiendo los vuelos del capote después de<br />

ejecutar un primoroso quite.<br />

arte y pundonor conquistó, aunque fuese<br />

reconocido desde siempre su enorme prestigio<br />

como certero estoqueador, pues no en<br />

vano era considerado como uno de los<br />

mejores de toda la historia del toreo y, posiblemente<br />

el mejor de la posguerra civil<br />

española. Sin embargo, hay quien dice que<br />

su gran estilo y seguridad como magistral<br />

estoqueador le perjudicó, pues opacó su valía<br />

como torero; otros, en cambio, consideraban<br />

que su figura, aparentando una edad superior<br />

a la que tenía, no le favoreció. También se<br />

dijo en aquellos años que no le administraron<br />

bien la etapa de sus mejores éxitos.<br />

Pero la realidad fue que tuvo marcada<br />

mala suerte en los múltiples y graves<br />

percances sufridos, que le interrumpieron<br />

demasiadas veces sus rachas de resonantes<br />

triunfos.Con el capote era magistral en su<br />

forma de recoger los toros, y su toreo a la<br />

verónica se manifestaba siempre templado<br />

y profundo, que fue sólo igualado por el<br />

maestro de Ronda, Antonio Ordóñez. Con la<br />

muleta toreaba extraordinariamente limpio,<br />

cargando la suerte y siempre centrado en sí<br />

mismo, derrochando una hombría poco<br />

común; si bien, en honor a la verdad, la<br />

realidad fue que no alcanzó el puesto que<br />

merecía por su extraordinaria calidad como<br />

torero…, pero si en el amor de la que fue su<br />

guapa esposa, Pepita Camacho, cuyos ojos<br />

se encienden de cariño al recordar «el<br />

maravilloso esposo que era.»<br />

En su tierra natal, el diestro de San<br />

Fernando, siguió después de retirado,<br />

dictando lecciones de tauromaquia. Un<br />

discípulo suyo, Ruiz Miguel, llegó también a<br />

ser «Torero de Madrid» por sus éxitos en la<br />

Plaza de Toros de Las Ventas, obtenidos al<br />

igual que su querido maestro, enfrentándose<br />

a corridas duras, entre ellas a más de un<br />

centenar de las de don Eduardo II Miura<br />

Fernández, en plazas como la «Real» de El<br />

Puerto de Santa María, donde antes las lidiara<br />

con atronadores éxito su maestro <strong>Rafael</strong>.<br />

El que le concedieran en la<br />

temporada madrileña el título de «torero de<br />

Madrid», fue un anticipo certeramente<br />

adivinado de lo que <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> llegó a<br />

conseguir, pues mereció el recuerdo de<br />

19


Apuntes biográficos y profesionales - I<br />

aquella afición capitalina y la máxima estimación<br />

de todos los aficionados, especialmente<br />

de los que tuvimos la inmensa<br />

suerte de presenciar alguna de sus memorables<br />

actuaciones en la Plaza Real de El<br />

Puerto de Santa María, al que siempre<br />

recordaremos sus conocimientos en el arte<br />

de torear, esgrimiendo a la perfección todos<br />

sus principios fundamentales, el dominio de<br />

los terrenos del toro y el suyo propio en cada<br />

toro, lo que le permitió el «cite de largo sin<br />

citar» y con la muleta en la izquierda, dentro<br />

de una característica muy suya y, sobre todo,<br />

propinando aquellas incomparables estocadas<br />

a volapié, o, preferentemente, en la<br />

suerte de recibir, con las que coronaba sus<br />

exitosas actuaciones.<br />

Para Néstor Luján, el gaditano fue un<br />

diestro «valiente y desgraciado en la plaza,<br />

con sorda vibración de torero antiguo.» Y algo<br />

hay de exacto en la definición, pues su carrera<br />

hubo de ser una constante lucha contra el<br />

dolor físico de las cornadas, soportadas con<br />

la bizarría de los más gallardos toreros de<br />

antaño, y contra los prejuicios que le relegaron<br />

a posiciones secundarias en la Fiesta de su<br />

tiempo. Así, José María de Cossío –que,<br />

extrañamente, calificaba de «basto» su toreoreconoce<br />

que «el mérito principal de este<br />

matador de toros ha sido haber permanecido<br />

en la brecha de la profesión sin desmayos ni<br />

concesiones, sin haber variado el estilo<br />

valeroso de su toreo ni rectificado sus<br />

procedimientos de la mejor ley en la suerte<br />

de matar.» Pero en ese comprensivo<br />

reconocimiento se encerraba también el gran<br />

estereotipo que ocultó, más que cualquier otra<br />

circunstancia, la dimensión torera, la hombría<br />

de <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>: su maestría en la suerte<br />

suprema.<br />

La propaganda de su tiempo le<br />

presentaba como «el rey de espadas» porque<br />

ejecutaba el volapié «con la perfección y la<br />

eficacia que los maestros del estoque de<br />

cualquier época hayan podido tener.» <strong>Ortega</strong><br />

se recreaba en el cite, marcaba con lentitud<br />

soberana los tres tiempos y salía gallar-<br />

20<br />

<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />

damente del embroque después de haber<br />

hecho humillar al toro con la muleta en las<br />

pezuñas. Fue todo un estilista de la estocada<br />

y como tal, en premio de conso-lación, se<br />

colocó un sello de especialista que dejó en<br />

un segundo plano entre sus muchas virtudes<br />

su excepcional toreo con capa y muleta. Tal<br />

es así, que esa sola fue la coartada perfecta<br />

para justificar su injusto lugar en el toreo, tal<br />

y como se desprende de nuevo de las<br />

palabras de Cossío: «Es cierto que el público<br />

agradece, aplaude la práctica clásica y<br />

honrada de la suerte suprema pero no es ella<br />

fuente de popularidad ni de con-tratos.»<br />

Durante toda su trayectoria taurina el<br />

Maestro dejó constancia de su toreo de corte<br />

clásico, rondeño, puro y neto como una fuente<br />

limpia y clara, impulsado por una patente<br />

virilidad que nada tiene que ver con algunas<br />

de las «extrañas» poses de figuritas de<br />

nuestros días.<br />

El mérito principal de este matador de<br />

toros fue la de haber permanecido en la<br />

brecha de su profesión sin presentar, pese a<br />

los múltiples percances que recibió, desmayo<br />

ni concesiones, sin haber variado un ápice<br />

su estilo valeroso de su toreo ni rectificado la<br />

ortodoxia de sus procedimientos de la mejor<br />

ley en la suerte suprema de matar, con una<br />

personalidad propia difícilmente igualada. Y<br />

toreó muchas veces bien, y siempre con<br />

decoro y con el más alto nivel artístico, con<br />

gran eficacia, dominio y sabiendo el momento<br />

exacto para el adorno.<br />

Debemos reseñar, en cuanto a su<br />

tradicional eficacia a la hora de pasaportar los<br />

toros, que la realizó en una época muy poco<br />

propicia para la estimación de esta suerte<br />

como esta de estilismos toreros en que<br />

apareció <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> logró consideración<br />

excepcional y sostuvo su cartel con tan<br />

arriesgado e injustamente poco estimado<br />

recurso, que en él fue una sobresaliente<br />

habilidad. Aunque, en honor a la verdad, el<br />

público agradecía y aplaudía la práctica<br />

clásica y honrada de la suprema suerte que<br />

ejecutaba a la perfección, pero, desgra-<br />

El PUERTO de SANTA MARÍA


<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />

El PUERTO de SANTA MARÍA<br />

CUADRO I<br />

Algunos de los percances sufridos<br />

ciadamente, no le supuso a <strong>Rafael</strong>, volvemos<br />

a citar a D. José María de Cossío, una<br />

determinante fuente de popularidad ni de<br />

contratas.<br />

Se ha cumplido el X Aniversario de<br />

su muerte y es verdadera y anímicamente<br />

aleccionador integrarse entre los innumerables<br />

amigos y aficionados que con tanto<br />

cariño y admiración le siguen recordando. Él<br />

logró mantenerse en un lugar preferente año<br />

tras año, y lo que fue más meritorio, a prueba<br />

de serios percances, algunos tan grave que<br />

parecieron que presagiaron el fin del gaditano.<br />

Todos, en fin, seguimos recordando su valor,<br />

que mereció plenamente el calificativo de<br />

«más que comprobado.»<br />

Apadrinó, entre otros -fueron cincosegún<br />

los datos que tenemos, a Joselito<br />

Torres, Juan Posadas, Pepe Cáceres, Adolfo<br />

Rojas y Chamaco.<br />

1 y 2) <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>, Antonio Ordóñez,<br />

Juan Posadas y Joselito Torres, alternaron el<br />

(14-10-1952). Esa tarde se doctoraron: el<br />

español Juan Posadas, con Bigote, de la<br />

ganadería española de doña Concepción de<br />

la Concha y Sierra, y el venezolano Joselito<br />

Torres, en la Monumental de Zaragoza,<br />

Apuntes biográficos y profesionales - I<br />

Fechas Lugares Ganaderías Tipo de lesiones<br />

(08-06-1950) Granada Ramos Paúl Muslo izquierdo.<br />

(08-07-1950) Pamplona Fermín Bohórquez. Dos cornadas gravísimas: una<br />

interesaba el recto y la vejiga, y la otra la pierna derecha.<br />

(00-00-1951) Línea de la Concepción Una cornada.<br />

(00-08-1951) Cádiz Una cornada.<br />

(12-10-1959) Zaragoza Marqués de Domecq. Puntazo en la región auricular.<br />

(00-05-1959) Madrid Una cornada.<br />

(16-10-1966) Motril Espinosa de los Monteros. Fracturas de cúbito y radio<br />

del brazo derecho.<br />

(01-10-1967) Barcelona Hoyo de la Gitana Cornada que le atravesó el muslo<br />

izquierdo.<br />

(01-10-1967) Marbella Ana Romero Varios golpes y conmoción cerebral.<br />

siendo su padrino <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> y testigo<br />

Antonio Ordóñez.<br />

3) El (01-05-1958), confirmó su doctorado<br />

el diestro colombiano Pepe Cáceres, en<br />

la Plaza de Toros de Madrid, de manos de<br />

<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> y ante la presencia de Antonio<br />

Chenel (Antoñete), con el astado de nombre<br />

Saltador, de la ganadería española de don<br />

Clemente Tassara.<br />

4) El (01-10-1967) recibió la alternativa<br />

en la Plaza de Toros de Barcelona el<br />

diestro venezolano Adolfo J. Rojas Flores, de<br />

manos de <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>, al cederle la muerte<br />

del toro, llamado Jarretero, negro bragado,<br />

núm. 57, con 477 kgrs., cortando una oreja.<br />

5) <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>, Juan García<br />

(Mondeño) y Antonio Borrero Morato<br />

(Chamaco) alternaron en Madrid en mayo de<br />

1958, día que <strong>Ortega</strong> le confirmó su alternativa<br />

a Chamaco.<br />

A <strong>Rafael</strong> le <strong>Ortega</strong> le confirmó su<br />

alternativa el diestro madrileño Luis Segura,<br />

la tarde del (15-05-1958) en la Plaza de Toros<br />

de La Ventas de Madrid, y atestiguado por<br />

Antonio Chenel (Antoñete), con el toro de<br />

nombre Elegido, de la ganadería española<br />

de don Fermín Bohórquez Gómez. .<br />

21


Apuntes biográficos y profesionales - I<br />

22<br />

<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />

El PUERTO de SANTA MARÍA


<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />

El PUERTO de SANTA MARÍA<br />

CUADRO II<br />

Apuntes biográficos y profesionales - I<br />

Novilladas, corridas y trofeos en la Plaza Real<br />

Fechas Ganaderías Novillos Toros Orejas y rabos A Hombros<br />

(03-08-1947) M. del Contadero 2 ———————————<br />

—————<br />

(06-05-1951) Benítez Cubero 2 2 2 1<br />

(03-08-1952) Antonio Urquijo 2 3 1<br />

(29-08-1954) Manuel S. Cobaleda 2 1<br />

(05-08-1956) Fermín Bohórquez 2 1<br />

(19-03-1957) José Villar Vega 2 2 1<br />

(04-08-1957) José Luis Osborne 2 4 1 1<br />

(25-08-1957) Domecq y Osborne 2 2 1<br />

(27-04-1958) Eduardo II Miura 2 2 1 1<br />

(12-10-1959) Domecq Hermanos 2 1<br />

(10-07-1966) Carlos Núñez 2 2 1 1<br />

(31-07-1966) Beníez Cubero 2 3 1<br />

(28-08-1966) Carlos Núñez 2 3 1<br />

CUADRO III<br />

Algunos de los trofeos logrados en su vida profesional<br />

Fechas Ganaderías Novillos Toros Orejas y rabos A Hombros<br />

(03-08-1947) M. del Contadero 2<br />

(02-10-1949) Felipe Bartolomé 2 1<br />

« « Escudero Calvo 1 1 1<br />

(00-04-1950) 2 1<br />

(00-05-1950) (Madrid) 2 2 1<br />

(06-05-1951) Benítez Cubero 2 2 2 1<br />

(03-08-1952) Antonio Urquijo 2 3 1<br />

(12-10-1952) 2 2 1<br />

(00-05-1953) 2 2 1<br />

(29-08-1954) Manuel S. Cobaleda 2 1<br />

(23-04-1955) (Sevilla) 2 2 1 1<br />

(05-08-1956) Fermín Bohórquez 2 1<br />

(19-03-1957) José Villar Vega 2 2 1<br />

(04-08-1957) José Luis Osborne 2 4 1 1<br />

(25-08-1957) Domecq y Osborne 2 2 1<br />

(27-04-1958) Eduardo II Miura 2 2 1 1<br />

(00-05-1959) Eduardo II Miura 2 2 1 1<br />

(12-10-1959) Domecq Hermanos 2 1<br />

(24-03-1966) Manuel Martínez 2 2 1<br />

(10-07-1966) Carlos Núñez 2 2 1 1<br />

(31-07-1966) Benítez Cubero 2 3 1<br />

(28-08-1966) Carlos Núñez 2 3 1<br />

(00-04-1967) (Sevilla) 2 1 1<br />

(25-05-1967) (Madrid) 2 2 1<br />

(00-06-1985) (Jerez ) 2 2 1<br />

En Madrid: Seis veces saldría en volandas camino a la calle de Alcalá, en<br />

las temporadas de 1949, 50, 52, 53, 54 y 67.<br />

23


Apuntes biográficos y profesionales - I<br />

1949:<br />

1949:<br />

Octubre:<br />

10:<br />

Cordobés:<br />

Recibió su alternativa el (02-10-1949),<br />

en la Plaza de Toros de Las Ventas (Madrid),<br />

con toros de don Joaquín Buendía (1). La alternativa<br />

se la concedió Manuel Dos Santos,<br />

Manuel González y <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> alternaron<br />

el (02-10-1949) en Madrid; día que recibió la<br />

alternativa <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> al cederle Manolo<br />

González, que estaba en su mejor momento,<br />

su primer toro, de nombre Cordobés, de<br />

pelaje negro mulato y listón, bragado,<br />

marcado con el número 80, de la ganadería<br />

de don Felipe Bartolomé, en presencia de<br />

Manolo Dos Santos, entonces en pleno<br />

candelero y «ojito derecho de la afición<br />

madrileña. Por percance de éste último<br />

durante el tercio de quites en el primer toro,<br />

la corrida quedó en un mano a mano y el éxito<br />

de <strong>Ortega</strong> fue rotundo, al cortar una oreja al<br />

toro Cordobés, el de su alternativa y otra al<br />

sexto (un sobrero de Escudero Calvo<br />

Hermanos, lo que hoy es de Victorino), y<br />

logrando su cuarta salida a hombros por la<br />

Puerta de Madrid en menos de dos meses,<br />

acompañado de su padrino.<br />

24<br />

<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />

Algunos nombres más de los toros que lidió:<br />

1950:<br />

Julio:<br />

08:<br />

Trocador:<br />

En la segunda de las corridas del<br />

serial taurino de la Feria de San Fermín, en<br />

Pamplona, celebrada la tarde del sábado (08-<br />

07-1950), alternaron los diestros Manolo<br />

González, Manolo dos Santos y <strong>Rafael</strong><br />

<strong>Ortega</strong> Domínguez (Gallito), que lidiaron<br />

reses de don Fermín Bohórquez Gómez. Dos<br />

Santos y Gallito era la segunda vez que<br />

actuaban en la Plaza de Toros de dicha<br />

ciudad, en cuya corrida los relevante fue,<br />

desgraciadamente, que <strong>Ortega</strong> sufrió una<br />

grave cogida en el sexto toro. Reseñaremos<br />

la corrida:<br />

«Con una tarde también calurosa y<br />

entrada semejante a la del día anterior, se dio<br />

el sábado la segunda corrida citada, en la<br />

que, a pesar de no haberse cortado ninguna<br />

oreja, por rigor presidencial, los tres toreros<br />

que en ella tomaron parte, salieron afanosos<br />

de triunfar y aprovecharon ampliamente las<br />

buenas condiciones del temple y cabezas que<br />

ofrecían los toros jerezanos de don Fermín<br />

Bohórquez Gómez, se hicieron acreedores<br />

a ellas en los toros tercero, cuarto y quinto,<br />

Octubre: (1)Don Joaquín Buendía Peña, adquirió en 1932 la ganadería del conde de Santa Coloma,<br />

que a su vez procede de la que formó don Eduardo Ibarra con reses de don Joaquín<br />

1949:<br />

Murube, como se dice al reseñar la vaca de don Ernesto Blanco y de su hijo Manuel,<br />

Octubre:<br />

procedente de la de don Fernando Parladé. En 1905, el conde de Santa Coloma adquirió<br />

10:<br />

el hato de reses que don Manuel Fernández Peña adquirió de don Eduardo Ibarra. En<br />

Cordobés:<br />

1996 (al amparo del artículo 6o. bis c), don Joaquín Buendía hizo tres lotes de machos y<br />

de hembras de igual número, que se repartieron entre sus hijos y se adjudicó una parte a<br />

10:<br />

la dehesa La Amarguilla, siendo la procedencia actual de Santa Coloma-Buendía.<br />

Cordobés:<br />

La producción de toros de la ganadería de don Joaquín Buendía, ubicada en<br />

Sevilla, y que dentro de la misma casta conserva las procedencias de Ibarra y del Saltillo,<br />

de la más pura casta de Vistahermosa, ha sido magnífica, siendo de notar que con reses<br />

de esta vacada se han formado otras muchas, se aumentaron otras y se han efectuado<br />

cruces con casi todas. La antigüedad de esta ganadería es del 16 de mayo de 1906. Su<br />

divisa: Azul y encarnada en una sola cinta. Señal: oreja derecha zarcillada.<br />

El PUERTO de SANTA MARÍA


<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />

en los que cuajaron faenas francamente<br />

soberbias, ligeramente deslucidas con el<br />

acero, pero premiadas con grandes<br />

ovaciones, peticiones de orejas y vueltas al<br />

ruedo.<br />

Y cuando ya estaba vencida la corrida,<br />

en la faena del sexto toro, que <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong><br />

le había brindado a los asilados de la Casa<br />

Misericordia, sobrevino la desgracia que<br />

impresionó profundamente al público. Fue el<br />

citar al natural cuando el toro, marcado con<br />

el número 105 y que atendía por el nombre<br />

de Trocador, que estuvo a punto de no<br />

lidiarse porque estaba cojo de la extremidad<br />

posterior derecha, impedimento que pasó<br />

inadvertido para el público, pero no para los<br />

veterinarios, enganchó por la pierna derecha<br />

al gaditano <strong>Ortega</strong>, volteándole, y una vez en<br />

el suelo le metió la cabeza, suspendiéndole<br />

El PUERTO de SANTA MARÍA<br />

Apuntes biográficos y profesionales - I<br />

por la entrepierna de tan aparatosa manera,<br />

que en el acto se dio cuenta el público que<br />

había recibido una gran cornada, como, en<br />

efecto, así fue. Al momento en la enfermería<br />

se le apreció una herida penetrante por la<br />

región perineal, que interesaba el recto y la<br />

vejiga y ascendía hasta la región abdominal.<br />

Se le intervino, a lo largo de dos horas con<br />

repetidas transfusiones en vista del fuerte<br />

shock y carencia de pulso en que se<br />

encontraba. Luego reaccionó a las inyecciones<br />

y transfusiones que se le aplicaron, y<br />

a las diez de la noche se le trasladó a la<br />

Clínica de San Miguel, donde durante la<br />

madrugada le atendió el doctor Guinea, que<br />

fue llamado de urgencia a Madrid.<br />

La corrida de Bohórquez fue buena,<br />

en general, de clase, dando un promedio de<br />

286 kilos y medio en canal.<br />

En la imagen<br />

superior, el<br />

momento en<br />

que el toro se<br />

cuela el iniciar<br />

<strong>Ortega</strong> el<br />

muletazo.<br />

En la imagen<br />

inferior, el<br />

momento en que<br />

el toro engancha<br />

al diestro de San<br />

Fernando por la<br />

pierna derecha.<br />

(Fotos de<br />

archivo).<br />

25


Apuntes biográficos y profesionales - I<br />

26<br />

<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />

Arriba, el momento más trágico de la cogida. Abajo, en composición seriada,<br />

una vez en suelo, el toro cornea de nuevo a <strong>Ortega</strong>; todos al quite y el diestro<br />

inmóvil sobre la arena; <strong>Ortega</strong> es llevado sin conocimiento a la enfermería.<br />

1958:<br />

Abril:<br />

27:<br />

Escogido,<br />

Espejito II:<br />

La reseña de esta corrida de toros de<br />

D. Eduardo II Miura Fernández, celebrada la<br />

tarde del domingo (27-03-1958) en la Plaza<br />

Real de El Puerto de Santa María, bajo un<br />

cielo azul y soleado, es doblemente interesante,<br />

porque la esperada miurada ya<br />

protagonizó la tarde anterior un hecho que<br />

acentuó aún más el atractivo del festejo y que<br />

vivimos con toda intensidad (2, véase en la<br />

página 28). Y es que durante el desencajonamiento<br />

uno de los astados, llamado<br />

Velonero, se emplazó en el centro del<br />

redondel, mirando hacia cuanto se movía,<br />

pero sin perder de vista al camión donde<br />

estaban sus compañeros, ya que sobre él<br />

estaban dos hombres, preparados para dar<br />

salida a otro ejemplar. Esa fue la causa, más<br />

el ruido que hacían sus compañeros, que en<br />

dos ocasiones el toro se fuese hacia el<br />

camión y cornease sobre las ruedas. Como<br />

una y otra vez, sin resultado alguno, volviera<br />

a situarse en el centro del redondel, no<br />

haciendo caso alguno a los cabestros, por lo<br />

El PUERTO de SANTA MARÍA


<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />

El PUERTO de SANTA MARÍA<br />

Apuntes biográficos y profesionales - I<br />

Este miura era semejante a Espejito II, faltándole<br />

sólo la característica de tener «ojo de perdiz.»<br />

que habiendo pasado más de media hora,<br />

alguien, aun a sabiendas del peligro que ello<br />

representaba y porque no se podía hacer otra<br />

cosa, autorizó que saliese otro miureño,<br />

llamado Espejito II, de pelo co-lorado, ojo de<br />

perdiz, al que <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> le cortó al día<br />

siguiente las orejas. Cuando el «ojo de perdiz»<br />

vio a Velonero, en menos que canta un gallo,<br />

se lanzaron a toda velocidad el uno contra el<br />

otro y del tremendo encontro-nazo con sus<br />

testuces, que se pudo escu-char por todos<br />

los presentes, ambos saltaron al aire como<br />

si fuesen de juguete, para quedar muerto en<br />

el acto Velonero (3, página 28).<br />

Las incidencias continuaron, pues de<br />

los seis toros que salieron de Zahariche fueron<br />

sustituidos tres –uno, el citado Velonero y<br />

dos rechazados por pequeños-, dos de ellos<br />

por otros de la misma divisa, llegados la<br />

mañana del día de la corrida y que fueron<br />

embarcados con muchas dificultades en la<br />

madrugada de ese día, y un tercero de la de<br />

Domecq Hermanos. Los cinco de la famosa<br />

vacada sevillana, la de los «terroríficos<br />

miuras», se comportaron bien en su conjunto,<br />

eso sí, con mucho poder, casta y nervios;<br />

siendo los más grandes los lidiados en cuarto,<br />

quinto y sexto lugar, aunque todos fueron muy<br />

aplaudidos; pasando seguidamente a relacionar<br />

todos ellos, integrando la segunda<br />

parte de la reseña principal, en la que torearon<br />

el citado <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez, Dámaso<br />

Gómez y Luis Miguel González Lucas (Luis<br />

Miguel Dominguín):<br />

27


Apuntes biográficos y profesionales - I<br />

1958:<br />

Mayo:<br />

15:<br />

Elegido:<br />

Recibió <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> su doctorado<br />

once años después de su alternativa en la<br />

misma Plaza de Toros madrileña de Las<br />

Ventas, el (15-05-1958), de manos de Luis<br />

Segura y de testigo Antonio Chenel<br />

(Antoñete), con el toro de nombre Elegido,<br />

de la ganadería española de don Fermín<br />

Bohórquez Gómez (4, enmarcado en rojo).<br />

28<br />

<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />

1959:<br />

Mayo:<br />

17:<br />

Mariscal:<br />

El sólo nombre de <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> fue<br />

ornato de las ferias españolas más<br />

importantes. En el recuerdo están el rabo a<br />

un Miura en Sevilla en 1954 y la gran faena al<br />

toro, llamado Mariscal, marcado con el<br />

número 19 y de pelaje negro, de D. Clemente<br />

Tassara, el (17-05-1959), que inspiró al<br />

cronista del periódico A B C, Antonio Díaz-<br />

(2) Tan fue así que, aquella misma tarde decidí en mis adentros abandonar tan pronto<br />

fuese posible mi trabajo en la Base Hispano-Americana de Rota y volverme a Córdoba<br />

para terminar la carrera de Veterinaria que había dejado en 1952. Me juré a mi mismo, ya<br />

de forma definitiva, dedicarme a los toros de lidia desde que volviera a pisar la Facultad<br />

de Veterinaria de Córdoba ¡Y así lo hice!, dedicándome todo el resto de mi vida al estudio<br />

de los toros bravos y en mi vejez a escribir sobre ellos.<br />

(3) Otro hecho similar, como ya quedó citado, tuvo lugar el (20-07-1879), cuando el toro<br />

de la ganadería española de Taviel de Andrade, llamado Calzonero, que se encontraba<br />

en los corrales de la Plaza de Toros de Valencia, al sacarlo de los cajones, su<br />

compañero de dehesa, de nombre Mantillino, acometió contra él, llegándole con tal<br />

ímpetu que le ocasionó la muerte al chocar frontalmente.<br />

(4) De Jerez de la Frontera (Cádiz), con divisa verde y encarnada, y señal, hoja<br />

de higuera en la izquierda y un corte en la derecha, tiene antigüedad del (17-05-<br />

1951). Los hermanos Bohórquez, uno de ellos, llamado Fermín, fue el padre de<br />

los también hermanos Fermín y José Bohórquez Gómez, presentaron por<br />

primera vez sus toros en la nueva plaza de toros de Madrid el (25-03-1912).<br />

Procede de la que en 1940 formó su ganadería don Luis Vallejo Alba, con 59<br />

hembras y dos sementales adquiridos directamente a doña Carmen de Federico,<br />

antigua de Murube y de pura casta Vistahermosa y que fue adquirida por don<br />

Fermín en 1946. Vacada que, notablemente aumentada con más reses de este<br />

puro encaste «de los murubes», fue adquirida por el jerezano Fermín<br />

Bohórquez Gómez, quien vio por primera vez su nombre en los carteles la<br />

tarde del (22-04-1946), con una muy buena corrida que despacharon con<br />

sonados éxitos los diestros Domingo López <strong>Ortega</strong>, Juanito Belmonte, Alfonso<br />

Ramírez (El Calesero) y Pepe Luis Vázquez, en la Monumental Plaza de Toros de<br />

Barcelona. Supo don Fermín Bohórquez mantener en buen tono las excelentes<br />

ascendencias de este encaste, al mismo tiempo que le infundió a su ganado<br />

unas características propias, dándoles un sello especial dentro del canon<br />

murubeño. Son unos toros que, pese a las desigualdades inevitables de las<br />

ganaderías de camadas largas, suelen dar buen juego con abundancia de<br />

muchos toros realmente extraordinarios. Tras el fallecimiento de don Fermín,<br />

continuó con la acreditada ganadería su hijo don Fermín Bohórquez Escribano,<br />

notable rejoneador, en las fincas de «Fuente Rey» y «Peñuelas».<br />

El PUERTO de SANTA MARÍA


<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />

El PUERTO de SANTA MARÍA<br />

Apuntes biográficos y profesionales - I<br />

No cabe mayor perefección, en la técnica de<br />

estoquear los toros, como la ejecutaba <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>.<br />

Cañabate, una de sus mejores crónicas. El<br />

mismo año, también durante el serial<br />

madrileño de San Isidro –sin duda en otra<br />

corrida-, el toro de nombre Rosaledo,<br />

también marcado con el nº 19, de pelaje<br />

negro, de la misma ganadería, obtuvo del<br />

premio al mejor toro de dicho serial, por su<br />

extraordinario comportamiento en los tres<br />

tercios de la lidia. Ocupó el décimo lugar de<br />

la lista y de los 46 toros premiados en la Plaza<br />

de Toros de Madrid entre 1950 y 1996.<br />

La citada «lista» es como sigue:<br />

1951: Rizador, nº 25, cárdeno, de don Felipe<br />

Pablo Romero. 1952: Cachiporra, nº 44,<br />

negro, de don Fermín Bohórquez Gómez.<br />

1953: Escamillo, nº 44, negro, de don Antonio<br />

Urquijo. 1954: Italiano, nº 208, negro, de don<br />

Antonio Urquijo. 1955: Lunero, nº 74, negro<br />

bragado, de don Carlos Núñez. 1956:<br />

Farolero, nº 18, negro, de doña Eusebia<br />

Galache. 1957: Grasito, nº 26, negro, de don<br />

Antonio Pérez. 1958: Rosaledo, nº 21,<br />

cárdeno, de don Felipe Pablo Romero. 1959:<br />

Mariscal, nº 19, negro, de don Clemente<br />

Tassara. La Feria de San Isidro madrileña,<br />

repetimos, no sólo supone el ciclo más largo<br />

e importante de corridas y, por tanto, el de<br />

mayor número de toros lidiados, acercándose<br />

durante los últimos años a los treinta festejos<br />

celebrados, sino también, en líneas<br />

generales, las de mayores exigencias sobre<br />

las condiciones que deben reunir los toros,<br />

aunque a veces, el desmedido celo de algunos<br />

grupos de aficionados por el tamaño de los<br />

toros, peso y armadura, más bien parecen<br />

que quisieran resucitar los ancestrales toros<br />

pintados en el techo de la cueva rupestre de<br />

Altamira. Y sin embargo, ya es bien sabido<br />

que los toros demasiado grande y pesados,<br />

no son siempre aptos para una lidia artística<br />

y, como se casan pronto, se dedican a<br />

defenderse, dando cornadas.<br />

29


Apuntes biográficos y profesionales - I<br />

1966:<br />

Marzo:<br />

24:<br />

Martincho:<br />

El (24-03-1966), luego de una faena<br />

brillante al bravo y noble toro, de nombre<br />

Martincho, de Manuel Martínez, en la «Plaza<br />

México» –«la más grande del Mundo», como<br />

tantas veces lo recuerda el cornista taurino<br />

mexi-cano D. Adiel Bolio (padre)-, con el corte<br />

de dos orejas, el diestro <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> se<br />

ganó la Oreja de Oro. Ello quiere decir que<br />

no más llegó a México y triunfo.<br />

1967:<br />

Octubre:<br />

01:<br />

Capuchino:<br />

<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>, en la segunda<br />

temporada de su reaparición, circuló por la<br />

misma senda que la primera en esta de 1967,<br />

30<br />

<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />

ya que tras torear veinte corridas, con frecuentes<br />

triunfos, fue cogido en la Monumental<br />

de Barcelona el (01-10-1967) por el toro,<br />

llamado Capuchino, del hierro de «Hoyo de<br />

la Gitana», que le infringió una cornada que<br />

le atravesó el muslo izquierdo por su tercio<br />

medio. Aquella tarde le había otorgado la<br />

alternativa a Adolfo Rojas, en presencia de<br />

Francisco Rivera (Paquirri).<br />

Desde que hizo su debut con<br />

picadores, la tarde del (11-08-1946), en la<br />

Plaza de Toros de Ceuta, hasta su última<br />

corrida en la Plaza de Toros de Madrid, tras<br />

algunos años de retirada, transcurrieron<br />

prácticamente 20 años, y de su postrera<br />

actuación madrileña aún quedan muchos<br />

aficionados que seguirán recordando<br />

gratamente aquella corrida de su reaparición,<br />

en la Feria de San Isidro de 1967, en la que<br />

cortó dos orejas a un toro de Contreras, por<br />

una inenarrable faena con el capote, la muleta<br />

Pasa a la página nº 32<br />

ANCTL - MÉXICO<br />

¡Si! La «Plaza México» es «la más grande del mundo.»<br />

El PUERTO de SANTA MARÍA


<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />

El PUERTO de SANTA MARÍA<br />

Apuntes biográficos y profesionales - I<br />

Historia de la «Plaza México», en la que toreó <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />

La Plaza de Toros México fue edificada en catorce meses, iniciándose las obras<br />

el (01-12-1944); y el enorme coso, el mayor del mundo, fue inaugurado el (05-02-1946).<br />

En la construcción participaron 12.000 obreros, en tres turnos diarios. El diámetro primitivo<br />

del redondel fue de 50 metros, reduciéndosele posteriormente a 44, tienendo un cupo<br />

para 44 mil espectadores; el nivel al que se encuentra dicho redondel es el 20 metros<br />

bajo el nivel medio del terreno de la calle Insurgente. El Patio de Cuadrillas, Toriles,<br />

Patios de Caballos y demás servicios se encuentran más altos que el del redondel, a 17<br />

metros abajo del nivel del terreno. La gradería comprende 37 hileras de gradas de<br />

ochenta centímetros de ancho, con peraltes que varían de 48 a 56 centímetros; dichas<br />

graderías tienen un desarrollo horizontal de treinta metros. En seguida se encuentra la<br />

típica y bien acomodada hilera de palcos, con cupo de cerca de diez personas cada<br />

uno, muy buenos asientos y medio baño propio; dichos palcos se encuentran justamente<br />

sobre el nivel natural del terreno. Arriba de los palcos, y ya soportadas por magníficas<br />

estructuras de ferroconcreto, es decir, en el aire, están las graderías correspondientes a<br />

las localidades de «general», o sea, 23 hileras de gradas también de 80 centímetros en<br />

ancho con peraltes de 64 centímetros de alto; el desarrollo horizontal de esta última<br />

localidad es de veinte metros lineales. El techadillo que circunda interiormente toda la<br />

plaza se encuentra a una altura de 22 metros arriba del nivel natural del terren o, y,<br />

como éste se halla a 20 metros arriba del redondel, se tiene un total, para la altura<br />

interior del coso entero, la «fuerte cantidad de cuarenta y dos metros lineales (Excelsior,<br />

(17-02-1946), Arq. Manuel Chacón. Tercera Sección. Página 7).<br />

Fue bendecida por el Arzobispo de México, don Luis María Martínez. que hizo<br />

un recorrido completo por ella regándola con agua bendita. Cuando terminó, volteó a<br />

ver a los toreros y les dijo: «Aunque ustedes nos lo crean, la historia dirá que yo di la<br />

vuelta al ruedo antes que ustedes.» En la inauguración lidiáronse toros de la ganadería<br />

zacatecana San Mateo, de don Antonio Llaguno. El cartel: Luis Castro (El Soldado),<br />

Manuel Rodríguez (Manolete) y Luis Procuna. El primer astado se llamó Jardinero, de<br />

pelo cárdeno obscuro y caribello, nº 33. El primer capotazo lo dio Román Guzmán (El<br />

Chato), quien clavó también el primer par de banderillas. La primera vara el picador<br />

José Amezola, que marró, y fue José Noriega (El Cubano) quien realmente puso la<br />

primera puya. El primer muletazo, de «El Soldado», siendo un ayudado por alto; y la<br />

primera estocada del mismo diestro, se refrendó con el descabello al segundo golpe. El<br />

primer puntillero que entró en funciones, para atronar al segundo astado de la corrida<br />

inaugural, fue el cahetero Víctor Reyes.<br />

La recaudación en taquilla, ascendió a la cantidad de 546,264.00 pesos. Fungió<br />

como Juez de Plaza don Carlos Zamora y el Cambiador de Suertes lo fue don Rosendo<br />

Béjar. Los subalternos que actuaron fueron:<br />

Picadores: José Larios (El Indio); José Noriega (El Cubano) y José Amezola.<br />

Banderilleros: Román Guzmán (El Chato); Carlos Encinas y José Antonio Casillas,<br />

formaron la cuadrilla de Luis Castro (El Soldado); la del diestro español Manuel<br />

Rodríguez (Manolete) estuvo integrada por los picadores Luis Vallejo Barajas (El Pimpi);<br />

Felipe Mota y Manuel Pérez (Andaluz) y por los peones Alfredo David, Jesús Merino (El<br />

Güero) y Ricardo Aguilar.<br />

A las órdenes de Luis Procuna salieron a caballo: Juan Aguirre (Conejo Chico);<br />

José Meza y Manuel Domínguez (Berrinches II) y los infantes Fernando López, David<br />

Siqueiros (Tabaquito) y Francisco Balderas. Los puntulleros fueron: Macario Castelán<br />

(Gallinito) y Víctor Reyes.<br />

31


Apuntes biográficos y profesionales - I<br />

32<br />

<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />

Viene de la página nº 30 Brava, por parte de los ignorantes, más que<br />

y la espada; curiosamente, esa tarde abrileña<br />

Curro Romero se negó a matar un toro; y lo<br />

que son los aficionados: produjo más<br />

expectación el mitin de Curro (el día anterior<br />

había obtenido un gran éxito) –una prueba<br />

más de la inclinación populachera de la Fiesta<br />

el arte del toreo- , que la memorable tarde de<br />

<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>, quien tuvo que retirarse<br />

definitivamente poco después, tras otra<br />

gravísima cogida sufrida en la Monumental<br />

Plaza de Toros de Barcelona.<br />

Se podrá torear igual, pero mejor, ¡nunca! Y es que<br />

lo que hacía <strong>Rafael</strong> era pintar el arte puro.<br />

Mejoró a su creador Manolete, en la suerte de<br />

las «manoletinas.» ¿Acaso, no?<br />

El PUERTO de SANTA MARÍA


<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />

El PUERTO de SANTA MARÍA<br />

Apuntes biográficos y profesionales - I<br />

CRONOLOGIA GENERAL DE RAFAEL<br />

ORTEGA DOMÍNGUEZ<br />

<strong>Rafael</strong> irradiaba humanismo,<br />

nobleza y simpatía, los mejores<br />

valores del hombre.<br />

1921:<br />

<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez, matador<br />

de toros, nacido en San Fernando (Cádiz), el<br />

(04-07-1921), falleció en la misma ciudad el<br />

(18-12-1997), a los 76 años de edad y tras<br />

20 de ejercer su profesión. Sobrino del<br />

banderillero <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> (Cuco de Cádiz)<br />

–que actuó mucho en Madrid en las novilladas<br />

durante muchos años, terminando como<br />

auxiliar del rejoneador José Belmonte-, por<br />

lo que acaso influyera en su vocación tal<br />

influencia familiar, pero se inició al toreo con<br />

vocación tardía, vistiéndose de por primera<br />

vez de luces en 1945, pero con una sobriedad<br />

y pundonor ejemplares, para terminar siendo<br />

un gran torero y, sobre todo, un hombre cabal.<br />

Sus cualidades humana le hicieron acreedor<br />

a llevarse el profundo y multitudinario cariño<br />

que incontables amigos y aficionados, que<br />

debieron servir de valiosísimo salvoconducto<br />

para disfrutar de pase automático al Paraíso.<br />

33


Apuntes biográficos y profesionales - I<br />

1945:<br />

Agosto:<br />

11:<br />

Vistió su primer traje de luces en<br />

1945 en la plaza de Ceuta (Norte de África),<br />

ciudad donde cumplía el servicio militar y<br />

donde un año después, hizo su debut con<br />

picadores, la tarde del (11-08-1946), en la<br />

Plaza de Toros de Ceuta (Enclave español<br />

en el Norte de África, en donde el año antes<br />

había cumplido con su servicio militar obligatorio).<br />

Tardó tres temporadas en coger fama<br />

en su escalafón, sin suerte ni en su primer<br />

paseíllo en la Real Maestranza de Sevilla en<br />

1948, donde la fulgurante actuación de<br />

Frasquito, un inconsistente imitador de<br />

Manolete, opacó su buen toreo (véase (14-<br />

08-1949).<br />

Septiembre:<br />

08:<br />

<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>, Luis Miguel González<br />

Lucas (Dominguín), a la sazón novilleros, y<br />

Pepe Anastasio como rejoneador, alternaron<br />

el día (08-09-1946) en la Plaza de Toros de<br />

Murcia, lidiando ganado de don Eduardo II<br />

Miura Fernández, más un toro de Santos para<br />

el rejoneador. La ciudad cartagenera, de gran<br />

raigambre taurina, con extraordinarios y<br />

entendidos aficionados, carece desde hace<br />

años de Plaza de Toros. En ese sentido hay<br />

que destacar la incansable labor que vienen<br />

ejerciendo los distinguidos miembros del<br />

prestigioso «Foro Taurino Cultural de Cartagena<br />

y su Comarca» para lograr que pronto<br />

cuenten con una moderna Plaza de Toros.<br />

1947:<br />

Abril:<br />

27:<br />

El ganadero D. Esteban González<br />

presentó siete de sus novillos en la Plaza Real<br />

de El Puerto de Santa María, la tarde del (27-<br />

04-1947), presentando el coso una buena<br />

entrada, si bien los novillos, aunque de poco<br />

peso, dieron en su conjunto aceptable juego<br />

34<br />

<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />

a los diestros Juanito Balañá, Manuel Navarro,<br />

Manuel Franco (Cardeño) y <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong><br />

Domínguez, que hacía su presentación como<br />

novillero. Y que no se pase decir que el último<br />

toro, de <strong>Ortega</strong>, se le condenó a banderillas<br />

negras.<br />

Balañá, que era el rejoneador, en<br />

verdad, no estuvo todo lo afortunado que de<br />

él se esperaba, probablemente debido a que<br />

le tocó en suerte un novillote chico y tal vez<br />

reparado de la vista, no le hizo caso al de a<br />

caballo, pese a que el caballero rejoneador le<br />

obligó con insistencia, lo cual restó brillantez<br />

a su labor, quien, no obstante, estuvo tan<br />

valiente como voluntarioso, consiguiendo al<br />

finalizar su aburrida lidia, con un certero rejón<br />

de muerte, siendo premiado su trabajo con<br />

calurosos aplausos, que le obligaron a saludar<br />

desde los medios.<br />

Manolo Navarro, que abría el cartel de<br />

los lidiadores de a pie, demostró en todo<br />

momento ser un novillero enterado de su<br />

oficio, que no en balde venía de triunfar en la<br />

Real Maestranza de Caballería de Sevilla. La<br />

faena de muleta a su primer novillo fue<br />

bastante inteligente y reposada, obligándole<br />

a embestir porque el animal estaba un poco<br />

quedado, logrando sacar de él el mayor<br />

partido posible. Llegó el astado al desolladero<br />

después de recibir una media estocada en<br />

su sitio y un descabello certero, por lo que<br />

fue ovacionado.<br />

En su segundo, que brindó a la concurrencia,<br />

inició la faena de muleta con sus<br />

estatuarios, sin moverse un pelo y con los<br />

pies metidos parcialmente en la montera,<br />

para seguir luego muy torero, derrochando<br />

valentía inteligentemente, ofreciendo pases<br />

de todas las marcas, que el público agradecía<br />

aplaudiéndole con sincero entusiasmo,<br />

adornándose varias veces con pases de<br />

rodillas y tocando el pitón. La poca fortuna al<br />

estoquear le impidió lograr los trofeos que en<br />

ley iba a ganarse, pero el público conocedor<br />

supo premiar la buena y voluntariosa labor<br />

del gaditano con muchos aplausos.<br />

Pasa a la página nº 36<br />

El PUERTO de SANTA MARÍA


<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />

El PUERTO de SANTA MARÍA<br />

Apuntes biográficos y profesionales - I<br />

35


Apuntes biográficos y profesionales - I<br />

En honor a la verdad, para Cardeño<br />

fueron las más sonadas ovaciones de la<br />

tarde. Su gran valentía y amor propio pusieron<br />

de manifiesto el dominio en esta, en que<br />

demostró cada vez estaba cuajando más<br />

como torero y artista, tanto con el capote<br />

como con la muleta. Buena prueba de ello<br />

fueron la serie de verónicas con que recibió<br />

a su primero y después los impecables<br />

estatuarios, naturales y ayudados por bajo,<br />

que instrumentó en su faena de muleta. Lo<br />

mató de una estocada y media, entrando muy<br />

bien la dos veces y de las que murió el novillo<br />

sin puntilla. Una gran ovación con corte de<br />

dos orejas y vuelta al ruedo fueron los<br />

certificados de garantía de sus actuaciones.<br />

Y el éxito se repitió en el quinto de la tarde,<br />

con el que se estiró mucho en una finas<br />

verónicas. Después de brindar al público,<br />

ejecutó una faena de muleta muy ceñida,<br />

amparado ya en el conocimiento exacto de<br />

los terrenos de los novillos, y todo valientemente,<br />

con todo el repertorio de pases, que<br />

el respetable jaleó entusiasmado. Entrando<br />

muy bien, colocó media estocada en su sitio,<br />

descabellando luego, para obtener una oreja,<br />

otra ovación y vuelta al ruedo.<br />

A <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> nada tardaron los<br />

entendidos que era otro novillero que<br />

claramente prometía. Toreó muy bien de capa,<br />

bajando con cadencia los brazos y jugando<br />

admirablemente con las muñecas, recordándonos<br />

a Juan Belmonte García, y todo el<br />

tiempo se comportó reposado y valiente en<br />

la cara de sus novillos. Sus faenas de muleta,<br />

tanto al tercero como al que cerró plaza,<br />

fueron muy toreras y de cerca, dejándose ver<br />

y sacando el mejor partido posible de sus<br />

enemigos. Mató a ambos con brevedad,<br />

siendo premiada su labor con calurosas<br />

ovaciones. El cronista, al final de su reseña<br />

dice: «Es un novillero que llegará, si la suerte<br />

no dispone otra cosa»…, que también podría<br />

haber dicho «si Dios quiere» ¡y quiso! Ni que<br />

decir tiene que los espectadores salieron<br />

satisfechos, que no siempre sucede.<br />

36<br />

<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />

1947:<br />

Agosto:<br />

03:<br />

Con ocho novillos del marqués del<br />

Contadero hicieron su debut el ganadero<br />

sevillano –que presentó novillos ajustados de<br />

peso, pero bien armados y que ofrecieron<br />

buen juego, sin que sepamos los nombres,<br />

números, pelaje y peso de cada uno- y el<br />

novillero, el después famoso matador, natural<br />

de San Fernando, conocido como «El Torero<br />

de la Isla», <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez, en la<br />

Plaza Real de El Puerto de Santa María<br />

(Cádiz), alternando con Ventura Núñez<br />

(Venturita), que abría el cartel la tarde del<br />

domingo (03-08-1947), seguido de Manuel<br />

Franco (Cardeño), <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> y Paquito<br />

Bru. Esta novillada con caballos tuvo, además,<br />

el aliciente adicional de ver cuál de los<br />

diestro se haría merecedor del hermoso<br />

capote de paseo de que otorgaba la Casa<br />

Osborne al triunfador. La emblemática Plaza<br />

lucía vigorosa con sus tendidos bien repletos<br />

de una masa de aficionados, llegados de<br />

todos los pueblos de la provincia, especialmente<br />

de San Fernando, que se dieron cita<br />

una vez más para disfrutar de una más de<br />

las interesantes y animadas novilladas de<br />

carácter regional que se dieron aquellas<br />

temporadas en El Puerto, cuyos festejos se<br />

iniciaron, siempre con gran afluencia de<br />

espectadores desde las primeras novilladas<br />

celebradas en junio y julio.<br />

El primer y quinto novillos,<br />

correspondieron al jerezano Ventura Núñez<br />

(Venturita), fue muy lucidamente toreado, el<br />

que abrió plaza, con la capa y con la muleta,<br />

Venturita cuajó buenos pases, logrando darle<br />

una buena media estocada «lagartijera», lo<br />

que le valió una bien merecida oreja, dando<br />

la vuelta al ruedo entre sonadas ovaciones,<br />

viéndose obligado a devolver a los espectadores<br />

chaquetas, sobreros y hasta un gato.<br />

A su segundo lo remató de una estocada algo<br />

delantera, mereciendo una ovación y vuelta<br />

al ruedo, consiguiendo sumar 4.938 votos y<br />

Cartel en la página anterior. Pasa a la página nº. 38.<br />

El PUERTO de SANTA MARÍA


<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />

El PUERTO de SANTA MARÍA<br />

Apuntes biográficos y profesionales - I<br />

37


Apuntes biográficos y profesionales - I<br />

Viene de la página nº 36.<br />

ganarse el capote de paseo de la Casa<br />

Osborne.<br />

El segundo y sexto correspondieron<br />

a Manuel Franco (Cardeño), haciéndole una<br />

faena de muleta muy ceñida y con ambas<br />

manos, si bien un tanto movido, pero con innegable<br />

valor. Por fortuna sufrido un percance<br />

sin consecuencias, rematando al primero<br />

de su lote con media estocada ligeramente<br />

tendida, ganándose una oreja y dando la vuelta<br />

al ruedo entre calurosas ovaciones. A su<br />

segundo, justo es reconocer que toreó artísticamente<br />

con bonitas verónicas, y muletazos<br />

sin moverse, de gran mérito pues tuvo que<br />

aguantar mucho, para rematarlo de media<br />

estocada en todo los rubios y un certero descabello,<br />

aunque intervinor el puntillero.<br />

El tercero y séptimo correspondieron<br />

a <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>, quien agradó<br />

desde que abrió el capote con su serenidad<br />

y elegancia de su toreo, dejando ver que había<br />

en él una futura gran figura. «Sus lances a<br />

pie –según la primorosa crónica de D. José<br />

María Rojas Guillén-, fueron muy aplaudidos,<br />

así como su toreo de frente por detrás y por<br />

chicuelitas. Con la muleta estuvo muy<br />

reposado y valiente, toreando al natural. No<br />

tuvo suerte con el pincho en su primero y al<br />

segundo lo despachó con media estocada<br />

delantera. Vuelta y muchos aplausos.»<br />

El cuarto y octavo de Paquito Bru,<br />

que toreaba por segunda vez una novillada<br />

con caballos, dejando al descubierto que<br />

sabía hacer su trabajo. De su primer enemigo<br />

recibió un fuerte achuchón, seguido de una<br />

estocada poco ortodoxa, para dar una vuelta<br />

al ruedo. A su segundo, último de la tarde, lo<br />

muleteó ceñidamente, con temple y mucho<br />

valor, ejecutando una serie de naturales<br />

mirando a los espectadores y le salieron con<br />

elegante estilo. Remató el último de la tarde<br />

de una estocada, siendo su trabajo premiado<br />

con sonada ovación y vuelta al ruedo. Todo,<br />

pues, terminó complaciendo al numeroso<br />

público y más al empresario, por el éxito<br />

económico.<br />

38<br />

<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />

1947:<br />

Agosto:<br />

17:<br />

Hasta el (17-08-1947) no logró<br />

<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> torear en una plaza de toros<br />

de importancia, haciéndolo el citado día en la<br />

Monumental Plaza de Toros de Barcelona, si<br />

bien, desgraciadamente, con poca fortuna, y<br />

aún le esperada el duro calvario de un año<br />

más de riesgos sin compensación alguna,<br />

hasta que le llegó la hora feliz de tomar su<br />

alternativa en la Plaza de Toros de Madrid el<br />

(14-08-1949).<br />

1948:<br />

Tardó <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> tres temporadas<br />

en coger fama en su escalafón, sin suerte ni<br />

en su primer paseíllo en la Real Maestranza<br />

de Sevilla en 1948, donde la fulgurante<br />

actuación de Frasquito, un inconsistente<br />

imitador de Manolete, opacó su buen toreo<br />

(véase (14-08-1949). Hizo su debut con<br />

picadores, la tarde del (11-08-1946). en la<br />

Plaza de Toros de Ceuta (Enclave español<br />

en el Norte de África, en donde el año antes<br />

había cumplido con su servicio militar<br />

obligatorio). Ju<br />

Agosto:<br />

18:<br />

<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>, Pepín Martín Vázquez<br />

y José Vera (Niño del Barrio) alternaron en la<br />

Plaza de toros de Cartagena, el día (18-07-<br />

1948), lidiando ganado de don <strong>Rafael</strong> Clairac.<br />

1949:<br />

Agosto:<br />

14:<br />

Siguiendo el citado anteriormente<br />

artículo de la web, escrito con singular afecto<br />

a la figura señera de <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>, nos<br />

permitimos resumirlo por el indudable interés<br />

que tiene su contenido, que transmite<br />

admiración, afecto y reconocimiento al torero,<br />

para todos los que le recordaremos siempre,<br />

muy especialmente para los aficionados<br />

El PUERTO de SANTA MARÍA


<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />

gaditanos, sin olvidarnos antes de felicitar a<br />

su autor, el Sr. Juan Luis Penna, quien reseña<br />

textualmente : «Corría el verano de 1949,<br />

cuando, en plena canícula, un domingo 14<br />

de agosto, se anunció en Madrid una de las<br />

tantas novilladas veraniegas, en las que, junto<br />

con novilleros ya veteranos y de escaso<br />

cartel, se solía hacer debutar algún nuevo<br />

diestro escasamente conocido por los aficionados;<br />

en este caso se anunciaba el debut<br />

de <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez, de San<br />

Fernando (Cádiz), cuyo nombre poco o nada<br />

decía a los aficionados madrileños, aparte la<br />

coincidencia del apellido con el que el célebre<br />

diestro de Borox –Domingo <strong>Ortega</strong>, o el<br />

sevillano <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>-; los más enterados<br />

recordaban vagamente que el año anterior un<br />

novillero de ese nombre y apellido había<br />

actuado en Sevilla la misma tarde en la que<br />

se presentó con gran éxito en la Maestranza<br />

Frasquito, de quien se llegó a decir que iba a<br />

ser el sucesor del entonces recientemente<br />

fallecido Manolete, mientras que del gaditano<br />

<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> apenas se había dicho nada,<br />

a pesar de que resolvió ese día una seria<br />

papeleta, despachando cinco novillos por<br />

cogidas de sus compañeros.<br />

El ganado fue de la señora viuda de<br />

Arribas, acompañando a nuestro paisano los<br />

novilleros Trujillano y Manuel Santos Cabrero,<br />

y el éxito de <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> fue tan firme que<br />

repitió sus actuaciones los días (21-08 y 22 y<br />

25-09) del mismo año. Continuó la buena<br />

racha, hasta el punto de considerarse plenamente<br />

maduro para tomar la alternativa, el<br />

(02-10-1950).<br />

Los aficionados que aquel día<br />

canicular se reunieron en Las Ventas,<br />

salieron sorprendidos del oficio, conocimientos<br />

y maestría del debutante gaditano,<br />

cuyo aspecto, con calva incipiente y figura<br />

ligeramente encorvada, denunciaban que no<br />

se trataba de un niño, sino de un hombre ya<br />

hecho, que aparentaba aún mayor edad de<br />

la que realmente tenía. Aquel éxito inicial<br />

motivó sucesivas repeticiones y el balance<br />

al final de la temporada de 1949 ya le hizo<br />

El PUERTO de SANTA MARÍA<br />

Apuntes biográficos y profesionales - I<br />

acreedor al título de torero de Madrid: cuatro<br />

novilladas seguidas con tres salidas a<br />

hombros consecutivas y el anuncio de su<br />

alternativa en la propia Monumental a menos<br />

de cincuenta días desde su debut en el cartel<br />

de primerísimo figura, con toros de Buendía.<br />

Aquella misma tarde ya probaría las mieles<br />

del triunfo cortando las dos orejas de su último<br />

toro y cruzando por primera vez aquella<br />

Puerta Grande. Cinco veces más a lo largo<br />

de su carrera saldría en volandas camino a<br />

la calle de Alcalá, en el 50, 52, 53, 54 y 67.<br />

1949:<br />

Octubre:<br />

10:<br />

Recibió su alternativa el (02-10-1949),<br />

en la Plaza de Toros de Las Ventas (Madrid),<br />

con toros de don Joaquín Buendía. Se la<br />

concedió Manuel Dos Santos, Manuel<br />

González y <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> alternaron el (02-<br />

10-1949) en Madrid; día que recibió la<br />

alternativa <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> al cederle Manolo<br />

González, que estaba en su mejor momento,<br />

su primer toro, de nombre Cordobés, de<br />

pelaje negro mulato y listón, bragado,<br />

marcado con el número 80, de la ganadería<br />

de don Felipe Bartolomé, en presencia de<br />

Manolo Dos Santos, entonces en pleno<br />

candelero y «ojito derecho de la afición<br />

madrileña.»<br />

Por percance de éste último durante<br />

el tercio de quites en el primer toro, la corrida<br />

quedó en un mano a mano y el éxito de <strong>Ortega</strong><br />

fue rotundo, al cortar una oreja al toro<br />

Cordobés, el de su alternativa y otra al sexto<br />

(un sobrero de Escudero Calvo Hermanos,<br />

lo que hoy es de Victorino), y logrando su<br />

cuarta salida a hombros por la Puerta de<br />

Madrid en menos de dos meses,<br />

acompañado de su padrino.<br />

Actuó nuestro paisano en aquella<br />

temporada de 1949 en tres corridas más,<br />

siempre con resonado éxito, y quedó en<br />

inmejorables condiciones para la temporada<br />

siguiente.<br />

39


Apuntes biográficos y profesionales - I<br />

1950:<br />

Temporada 1950: desoreja por<br />

partida doble, en San Isidro, a un toro de<br />

Buendía. Recibe cornadas en Granada, y el<br />

8 de julio en Pamplona (gravísima).<br />

Abriendo la generación de los años<br />

1950 figura un diestro de la categoría y talla<br />

de <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>: torero de toreros,<br />

profesional honesto y sincero, respetado por<br />

todos sus compañeros y tenido hoy, cuando<br />

más y mejor se le reivindica, como una de<br />

las más clásicas referencias de la pureza del<br />

torero. Pero aquel al que llamaron «el tesoro<br />

de la Isla» no fue en su tiempo, tal y como<br />

designa la generalidad del término, «figura del<br />

toreo.» <strong>Ortega</strong> fue ante todo, un buen<br />

capoteador, un templado ejecutor del pase<br />

natural más clásico, el de más difícil ejecución,<br />

y trazó además el pase de pecho con<br />

una enorme profundidad. Torero modélico,<br />

por tanto, dentro de la línea belmontina y<br />

heredero de esa sobria y arriesgada manera<br />

que impuso la escuela rondeña, que<br />

culminaba con la soberbia interpretación del<br />

volapié, en la que él fue un auténtico maestro.<br />

Pero también es clásico el debate<br />

para dilucidar, según Paco Aguado, las<br />

causas que le impidieron llegar a la cumbre<br />

contando con tan excelentes cualidades<br />

técnicas, haciendo un toreo de tan nítida<br />

calidad, de tan difícil y hermoso concepto. La<br />

mayoría aludió a un físico nada propicio: rala<br />

cabellera, como la de su homólogo El Gallo,<br />

y ostensible robustez cercana a la obesidad,<br />

como consecuencia de su tardío arranque en<br />

la profesión, de su madurez personal. Otros<br />

lo achacan también a ese rosario de graves<br />

cornadas que surcaron de cicatrices su<br />

amplia anatomía, aunque más bien cabría<br />

pensar que todas esas pruebas de sangre<br />

que superó una y otra vez con la misma<br />

determinación, y con el sólido valor que los<br />

toros le pusieron a prueba reiteradamente,<br />

fueran consecuencia, precisamente, de la<br />

torpeza de movimientos de su fornido físico.<br />

También es cierto que <strong>Ortega</strong> coincidió<br />

en su tiempo con otros toreros de mucho<br />

40<br />

<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />

mejor atractivo popular –Luis Miguel<br />

Dominguín, Julio Aparicio, Miguel Báez (Litri<br />

III) y Antonio Ordóñez...- que le aventajaron<br />

en el escalafón y a los que no siempre pudo<br />

seguir el regular ritmo del éxito por causa de<br />

esos persistentes percances que tantas<br />

veces le sacaron del palenque y que le<br />

menguaron cotización. Porque, de una u otra<br />

forma, el toreo de <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>, como el de<br />

todos los que torean con pleno y consciente<br />

asentamiento de plantas sobre la arena, era<br />

siempre una arriesgada apuesta, en la que la<br />

cornada siempre tenía un alto número de<br />

probabilidades de producirse. Pero a<br />

sabiendas de todo ello, en de la Isla, supo<br />

siempre pagar el precio de la honestidad y<br />

de la fidelidad a su concepto.<br />

Abril:<br />

Ciertamente, con los éxitos logrados<br />

por nuestro paisano en la Plaza de Toros de<br />

Madrid en la temporada anterior, ya estaba<br />

más que justificado el título de «Torero de<br />

Madrid», mas tras cortar una oreja en la<br />

corrida de inauguración de la temporada<br />

madrileña de 1950, se proclamó el máximo<br />

triunfador en la tradicional Feria madrileña de<br />

San Isidro, y a pesar del serio retraso que<br />

supuso para su carrera el gravísimo percance<br />

sufrido en la Plaza de Toros de Pamplona en<br />

julio de ese año, de la que se salvó milagrosamente,<br />

siguió triunfando en la Plaza de<br />

Toros madrileña de Las Ventas durante toda<br />

la década de 1950, en la que no hubo año en<br />

la que no obtuviera un rotundo éxito y, en<br />

muchas ocasiones, con durísimas corridas,<br />

sumando un balance de orejas cortadas y<br />

salidas a hombros, tan sólo superado por<br />

contadísimos diestros en toda la historia de<br />

la Plaza Monumental madrileña.<br />

Junio:<br />

08:<br />

Toreando <strong>Ortega</strong> en la Plaza de Toros<br />

de Granada, la tarde del (08-06-1950), sufrió<br />

una cogida infringida por un astado de la<br />

ganadería de D. Ramos Paúl, que fue<br />

El PUERTO de SANTA MARÍA


<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />

bastante grave, afectando su muslo<br />

izquierdo.<br />

Julio:<br />

08:<br />

Sufrió <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> uno de los más<br />

graves percances de su vida profesional,<br />

toreando en la Plaza de Toros de Pamplona,<br />

en una de las corridas tradicionales de la<br />

Feria de San Fermín, la tarde de (08-07-1950),<br />

en la que un toro de D. Fermín Bohórquez<br />

Gómez, llamado Trocador, le asestó dos<br />

cornadas gravísimas: una interesaba el recto<br />

y la vejiga, y la otra la pierna derecha, de las<br />

que se libró mila-grosamente de una muerte<br />

segura, aunque quedó siempre limitada la<br />

agilidad de la pierna, exactamente a tres<br />

meses de haber sido proclamado el máximo<br />

triunfador en la Feria de San Isidro madrileña,<br />

tras cortar una oreja en la corrida de<br />

inauguración de la temporada. En esta Plaza<br />

obtuvo durante toda la década de 1950,<br />

rotundos éxitos y, en muchas ocasiones, con<br />

durísimas corridas, sumando un balance de<br />

orejas cortadas y salidas a hombros, tan sólo<br />

superado por contadísimos diestros en toda<br />

la historia de la Plaza Monumental madrileña.<br />

Aunque nuestro paisano toreó en la<br />

temporada de 1949 en tres corridas más,<br />

siempre con resonado éxito, y quedó en<br />

inmejorables condiciones para la temporada<br />

siguiente. En ésta, sin embargo, no logró los<br />

triunfos que esperaba, pero sí obtuvo muchos<br />

aplausos en la certeras estocadas que<br />

propinó a sus enemigos, creciendo su crédito<br />

de matador valeroso y con envidiable<br />

pundonor. Y pese a la cornada sufrida toreó<br />

esa temporada veintiséis corridas.<br />

Pero, pasado el tráfago del día a día<br />

del toreo de la década de 1950, superadas<br />

las intrigas y las políticas taurinas de la época,<br />

varias décadas después es tiempo de<br />

reconocer sin prejuicios los méritos de este<br />

diestro, que, técnicamente, devolvió al toreo<br />

de muleta el cite con el engaño adelantado<br />

que el manoletismo –compensándolo con<br />

otras virtudes, como la ligazón- había desde-<br />

El PUERTO de SANTA MARÍA<br />

Apuntes biográficos y profesionales - I<br />

ñado durante la década de 1940. Habrá que<br />

reivindicar la figura de <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> tal y<br />

como hicieron las dos plazas más importantes<br />

de la Tauromaquia, pues en esas sí<br />

que figura, y de las grandes, a tenor de un<br />

palmarés al alcance de muy pocos: 19 orejas<br />

y dos rabos en sus tardes en La Maestranza,<br />

23 apéndices y seis salidas a hombros en 32<br />

actuaciones en Las Ventas. Algo haría más<br />

que dar estocadas... Mi personal felicitación<br />

al cronista e historiador don Francisco<br />

Aguado, en agradecimiento por el placer que<br />

nos ha regalado al leer la colección de<br />

«Figuras Del Siglo XX», en la notable revista<br />

6 TOROS 6.<br />

1951:<br />

Mayo:<br />

06:<br />

Tras torear una sola novillada en la<br />

Plaza Real de El Puerto de Santa María, en<br />

su etapa de novillero, la tarde del (03-08-<br />

1947), <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> reapareció en dicho<br />

coso, ya como matador de toros, el (06-05-<br />

1951), figurando como segundo en el cartel,<br />

que estaba encabezado por Pepe Luis<br />

Vázquez y de tercero, Miguel Báez (Litrti III),<br />

en una tarde que el cronista cuyo nombre real<br />

desconocemos, pero que la calificó de «Olor,<br />

color y sabor.» La citada terna se enfrentó a<br />

6 toros 6 de D. José Benítez Cubero -todos<br />

de bonita «hechuras», aceptables cornamentas,<br />

aunque como todos los de aquellos años,<br />

faltitos de romana, si bien dieron una media<br />

en canal de 266 kilos, porque todos pasaron<br />

de los 500 en vivo; sólo uno fue menos bravo<br />

y todos aplaudidos en el arrastre-, en un día<br />

que comenzó amenazando lluvia, por lo que<br />

los espectadores, que acudieron en buen<br />

número, estuvieron con sus gabardinas en<br />

guardia.<br />

El toro que abrió plaza y el cuarto<br />

correspondieron a Pepe Luis Vázquez ( El<br />

Sócrates de San Bernardo), del que Manolete,<br />

que por cierto le admiraba, dijo: «Si Pepe Luis<br />

quisiera, acabaría con todos los toreros»,<br />

41


Apuntes biográficos y profesionales - I<br />

prácticamente con treinta años de edad, pues<br />

nació en Sevilla el (21-12-1921) y once de<br />

alternativa, pues la recibió de manos de<br />

manos de Pepe Mejías (Bienvenida) la tarde<br />

sevillana del (15-08-1940), y en presencia de<br />

Gitanillo de Triana, al cederle Bienvenida el<br />

astado, de nombre Sabihondo, de pelaje<br />

negro, de don Francisco Chica. Se la confirmó<br />

Marcial Lalanda del Pino en Madrid el (20-10-<br />

1940)-, disfrutaba de una gran solidez de<br />

conocimientos, ocupando ya un lugar de<br />

privilegio, nos trajo a los portuenses su toreo<br />

de capa con el fino y exquisito aroma de la<br />

Escuela Sevillana, desprendiéndose «de su<br />

capote maravilloso y que tenía la virtud de<br />

extender y penetrar en la sensibilidad de todos<br />

los espectadores.» Y fueron muy suyas las<br />

verónicas interpretadas a su segundo<br />

enemigo, cuarto de la tarde con el cielo gris,<br />

al que toreó por naturales, sin que lograra<br />

cuajar faena. El cronista reseña que «toreó<br />

mejor al primero con la muleta, pues estuvo<br />

más confiado, rematándolo de una estocada.<br />

En el segundo logró su media habilidosa tras<br />

señalar dos pinchazos, dividiéndose las<br />

opiniones en ambos toros.<br />

<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> dejó en el ánimo de<br />

todos los espectadores «sabor de torero<br />

caro», y es que «El torero de la Isla» traía<br />

aquella tarde amenazando lluvia muchísima<br />

ganas de agradar, recibiendo por su entrega<br />

las más sonadas ovaciones de la tarde. Y es<br />

que tanto con el capote como con la franela<br />

se ciñó valerosamente, valiente, reposado y<br />

artista, y aunque con la espada, extrañamente,<br />

no estuvo a la altura que nos tenía<br />

acostumbrados, siempre ejecutó la suerte<br />

con su habitual limpieza y marcando los<br />

tiempos, con el estilo que sólo saben<br />

paladear los aficionados maduros. El que no<br />

acertara con el acero en las primeras<br />

entradas a sus dos enemigos, no impidió que<br />

la Presidencia, le concediera bondadosamente,<br />

las dos orejas del primero, segundo<br />

de la tarde, y los espectadores le obligaran a<br />

dar la vuelta al ruedo en el quinto, se segundo<br />

enemigo.<br />

42<br />

<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />

El largamente esperado por el público<br />

de la Plaza Real, el diestro Miguel Báez (Litri<br />

III), no logró cumplir como de él se esperaba,<br />

pues defraudó con su faena a su primer<br />

enemigo, tercero de la tarde, que,<br />

ciertamente, fue el único astado que dio clara<br />

muestras de mansedumbre. En el sexto,<br />

último y segundo de su lote, estuvo más<br />

afortunado y después de un revolcón, al hacer<br />

un quite de frente por detrás, al quinto, surgió<br />

la nota de color, la que inyecta a todos<br />

anímicamente la emoción, que se rindieron<br />

con sus impecables estatuarios con que inició<br />

la faena al último de la corrida, que fueron<br />

seguidos por dos tandas de naturales modélicos,<br />

en ejecución y valentía, a su peculiar<br />

estilo de citar desde larga distancia. Y no<br />

pueden olvidarse sus impecables molinetes<br />

de rodillas, y sus comprometedoras y elegantes<br />

manoletinas, mirando al público. Con dos<br />

pinchazos y un descabello al segundo intento<br />

acabó su postrera faena al segundo de su<br />

lote, concediéndosele una oreja, por lo que<br />

<strong>Ortega</strong> y Litri salieron a hombros.<br />

Cartel en la siguiente página<br />

1951:<br />

Junio:<br />

22:<br />

Este año fue especialmente amargo<br />

para nuestro paisano, ya que el (22-06-1951),<br />

toreando en la Plaza de Toros de Lima (Perú),<br />

uno toro de D. Salvador Guardiola, le hirió<br />

gravemente en la pierna derecha, y un mes<br />

después, el 25 de agosto de ese año, otro<br />

toro, en esta ocasión de Concha y Sierra le<br />

causó una herida grave en la pierna izquierda.<br />

Al final esta temporada había logrado sumar<br />

veintiocho corridas toreadas.<br />

En 1951, <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> sufrió otras<br />

dos cornadas, una en La Línea de la<br />

Concepción y otra en Cádiz, volviendo a dejar<br />

su número de contrataciones por debajo de<br />

la treintena. Pero el tremendo castigo de los<br />

toros no amilanó a <strong>Rafael</strong>.<br />

Pasa a la página nº. 44.<br />

El PUERTO de SANTA MARÍA


<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />

El PUERTO de SANTA MARÍA<br />

Apuntes biográficos y profesionales - I<br />

43


Apuntes biográficos y profesionales - I<br />

La estadística de las corridas<br />

toreadas en los años posteriores a la temporada<br />

de 1951, fueron: cuarenta y ocho en<br />

1952; treinta y cinco, en 1953; veintinueve,<br />

en 1954, y treinta y nueve, en 1955.<br />

En la del 52 de nuevo el triunfo en<br />

Madrid, la Puerta del Príncipe en Sevilla en el<br />

día del Pilar y su confirmación en la «Plaza<br />

México».<br />

1952:<br />

Agosto:<br />

03::<br />

Tres diestros salieron a hombros por<br />

la Puerta Grande de la Plaza Real de El<br />

Puerto de Santa María la tarde del (03-08-<br />

1952): Luis Miguel González Lucas (Luis<br />

Miguel Dominguín), <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong><br />

Domínguez (El Torero de la Isla) y Antonio<br />

Ordóñez, que lidiaron astados de seis<br />

señores ganaderos, cuales fueron: José<br />

Manuel Domecq, Antonio Urquijo, marqués de<br />

Villamaría, Fermín Bohórquez Gómez, José<br />

Luis Osborne Vázquez (5) y Juan de Dios<br />

Pareja Obregón. Se cortaron en total 7 orejas<br />

y un rabo, destacando en la famosa terna<br />

Luis Miguel que cortó tres orejas y el único<br />

rabo. Y es que Luis Miguel Dominguín sacó a<br />

relucir aquellas grandes facultades que le<br />

caracterizaron y sus increíbles conocimientos<br />

de los toros y sus terrenos, cualidades que<br />

le hicieron brillar intensamente, propias de un<br />

astro de primera magnitud. Calando en los<br />

espectadores sus variadas temeridades y<br />

sus ortodoxas maneras de dirigir la lidia. Sus<br />

formas de pasar de muleta a su segundo de<br />

44<br />

<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />

D. Fermín Bohórquez, corriéndole lenta y<br />

cadenciosamente las manos, fueron<br />

guirnaldas del más puro arte, para configurar<br />

una extraordinaria faena, con clara inteligencia<br />

y del más puro dominio, que coronó con una<br />

gran estocada descomponiendo «los mismísimos<br />

rubios.» Ya antes había cortado una<br />

oreja a su primero, al que colocó tres pares<br />

de banderillas de poder a poder, que fueron<br />

muy aplaudidos. Era la primera vez que Luis<br />

Miguel salía por la Puerta Grande en El Puerto,<br />

de las tres que la cruzó en triunfo, habiendo<br />

toreado en El Puerto en siete ocasiones,<br />

logrando 13 orejas y 3 rabos<br />

<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>, por su parte y como<br />

todos lo esperaban, brilló con su excelsa<br />

valentía y el pundonor al que tenía a toda la<br />

afición acostumbrados. Su toreo de capa<br />

iluminó la plaza, y el aroma de su rancia<br />

escuela provocó los más sentidos aplausos.<br />

Para él era la segunda vez, de las 8, que<br />

volvió a cruzar la Puerta Grande, logrando en<br />

la Plaza Real un total 24 orejas y 3 rabos. Y<br />

es que <strong>Ortega</strong> ejecutó magníficos naturales<br />

a su primero, «provocando cada arrancada<br />

con golpecitos de estoque en el hocico, para<br />

terminar realizando una faena perfectamente<br />

ligada y con su habitual dominio, copulándola<br />

con dos pinchazos y media estocada, para<br />

pasear con la oreja de cada uno de sus<br />

enemigos, ya que también le realizó una<br />

buena a su segundo. Fueron, pues dos orejas,<br />

y no tres, como cita el cronista.<br />

Antonio Ordóñez toreó con fino y<br />

elegante estilo por verónica al de Villamaría,<br />

Pasa a la página nº 46.<br />

(2) De El Puerto de Santa María, con divisa verde y blanca, y señal, hoja de higuera en<br />

la derecha y rajada a izquierda, tiene el mismo historial que la vacada de don Juan Pedro<br />

Domecq y Díez. Al dividirse la vacada de los «Hijos de don Juan Pedro Domecq»,<br />

correspondió una parte a don Pedro Domecq y Díez, quien la vendió en el año1946 a don<br />

Luis de la Calle Ruiz, pasando de éste a don Antonio Jiménez Jiménez, quien la enajenó<br />

en 1952 a don José Luis Osborne Vázquez. Éste debutó en la Plaza de Toros de Madrid<br />

el día (19-03-1959), en que se lidiaron cinco bravos novillos, junto a otro de D. Juan<br />

Antonio Álvarez, destacándose notablemente el llamado Flequillero, de pelaje negro,<br />

corrido en tercer lugar y que resultó de bandera. Se le dio la vuelta al ruedo. Esa<br />

temporada lidió D. José Luis Osborne Vázquez ocho corridas.<br />

El PUERTO de SANTA MARÍA


<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />

El PUERTO de SANTA MARÍA<br />

Apuntes biográficos y profesionales - I<br />

45


Apuntes biográficos y profesionales - I<br />

pero, desgraciadamente, no tuvo suerte<br />

matando, por lo que en los tendidos hubo<br />

disparidad de opiniones.<br />

A su segundo enemigo, de Pareja<br />

Obregón, que por cierto, no se picó ni<br />

banderilleó, lo pasó arriesgándose con la<br />

muleta, rematándolo de pinchazo y media<br />

estocado. No habiendo quedado satisfecho<br />

de sus actuaciones regaló el sobrero, al que<br />

le hizo una buena faena con la muleta, a base<br />

de naturales ajustados y bonitos afarolados,<br />

para coronarla con una soberbia estocada,<br />

de fulminante efecto. Para Ordóñez, fue la<br />

primera vez de las seis que pasó en gloria<br />

bajo la Puerta Grande, toreando en dicha<br />

plaza 14 veces y logrando un total de 22 orejas<br />

y 2 rabos.<br />

1952:<br />

En la del 52 de nuevo el triunfo en<br />

Madrid, la Puerta del Príncipe en Sevilla en el<br />

día del Pilar y su confirmación en «la» México.<br />

Octubre:<br />

12:<br />

El 12 de octubre sale por la puerta del<br />

Príncipe de la Real Maestranza de Caballería<br />

de Sevilla, en unión de Luis Miguel Domínguín<br />

y Antonio Ordóñez.<br />

14:<br />

<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>, Antonio Ordóñez, Juan<br />

Posadas y Joselito Torres, alternaron el (14-<br />

10-1952). Esa tarde se doctoró el espada<br />

venezolano Joselito Torres, en la Monumental<br />

de Zaragoza, siendo su padrino <strong>Rafael</strong><br />

<strong>Ortega</strong> Domínguez y testigo Antonio Ordóñez<br />

46<br />

<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />

Viene de la página nún. 44. y Juan Posadas, con el toro, llamado Bigote,<br />

de la ganadería española de don Tomás<br />

Pérez de la Concha.<br />

1953:<br />

En dos de las tradicionales corridas<br />

de San Isidro en Madrid, <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> logró<br />

pasear tres orejas.<br />

En Venezuela –nos reseñan el<br />

cronista del diario «Meriadiano», de Caracasvino<br />

<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> a torear la temporada de<br />

1953, y actuó en el Nuevo Circo la tarde de la<br />

presentación de Joselito Torres junto a Antonio<br />

Ordóñez. El de Ronda pegó tal petardo que<br />

fue multado con mil bolívar y <strong>Ortega</strong> recibió<br />

un puntazo leve en el triángulo de Scarpa. El<br />

triunfador ante los difíciles guayabiteros fue<br />

Joselito Torres, que le cortó una oreja al toro<br />

de su presentación. También toreó en<br />

Valencia, en la plaza portátil Parque de Atracciones,<br />

en una temporada organizada por los<br />

hermanos Dominguín. Entre sus gestas<br />

recuerdan los biógrafos la tarde de su<br />

alternativa que salió a hombros -en unión de<br />

su padrino Manolo González-, convirtiéndose<br />

en una de las grandes esperanzas de la<br />

Fiesta por la pureza de su toreo y por su<br />

excepcional manejo de la espada.»<br />

Agosto:<br />

02:<br />

El cronista del festejo mayor<br />

celebrado en la Plaza Real de El Puerto de<br />

Santa Maria abrió su reseña con el muy bien<br />

entendible título de «Toritos en El Puerto»…<br />

y nunca mejor dicho, pues los seis toros<br />

«escogidos» anunciados, de la ganadería de<br />

Pasa a la página nº 48.<br />

(3) Estaba ubicada en el término municipal de Olmedilla (Salamanca), con divisa caña y<br />

encarnada, señal: derecha zarcillo, izquierda muesca, presentó por primera vez sus toros<br />

en la Monumental Plaza de Toros de Madrid el (06-10-1918). Fue fundada por don Juan<br />

Muriel, de Castroverde de Campos, con reses del marqués de Salas y de don Vicente<br />

Martínez. El año 1926 fue aumentada con una punta de vacas de don José Bueno,<br />

procedente del marqués de Albaserrada. Entre los novillos lidiados el día de su debut en<br />

Madrid figura el primer astado, llamado Conejito, de pelaje sardo, en una corrida en la<br />

actuó el rejoneador Barajas y Emilio Mayor (Mayorito).<br />

El PUERTO de SANTA MARÍA


<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />

El PUERTO de SANTA MARÍA<br />

Apuntes biográficos y profesionales - I<br />

47


Apuntes biográficos y profesionales - I<br />

Viene de la página nº 46.<br />

D. Vicente Muriel (3), dieron en canal 229 kilos,<br />

lo que quiere decir, haciéndoles un favor a<br />

los mini toros, que no llegaron a los 460 kilos<br />

de peso vivo. ¡Cuántos nos gustaría saber el<br />

cronista original de la que sacó tan ortodoxa<br />

ironía la que nos escribe D. José María Rojas<br />

Guillén!<br />

La corrida de seis toros -en una tarde<br />

con un clima espléndido, buen aforo,<br />

ambiente festivo y expectación lógica en los<br />

tendidos, hacia presagiar una gloriosa tarde-<br />

, fue sometida a la valentía y arte de la terna<br />

compuesta por los diestros Domingo López<br />

<strong>Ortega</strong>, Jesús Córdoba –torero mexicanonorteamericano-<br />

y <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez,<br />

destacando éste último que, como siempre<br />

volvía a El Puerto «con deseos de hacer un<br />

mito del respeto que las canas merecen,<br />

actuando por tercera vez de las ocho que pisó<br />

la Plaza Real. Este vez, el <strong>Ortega</strong> de Borox,<br />

que no el de San Fernando, recibió cariñosos<br />

aplausos de bienvenida, quien descubrió su<br />

alba cabellera al corresponder a los.<br />

aficionados desde el tercio, que debió<br />

recordar a los buenos aficionados la añeja<br />

estampa del rondeño Pedro Romero.<br />

Todos los bureles dieron muestras de<br />

acrisolada mansedumbre y uno nada más<br />

colaboró en la lidia, aunque en nada colaboró<br />

con el toledano «el viejo», «cuyo toreo soso y<br />

mandón, no vamos a descubrir a estas<br />

alturas. Sin embargo, al final, mereció algunas<br />

palmas de pura simpatía.» En su segundo,<br />

cuarto de la tarde más propia para bostezar<br />

–entonces no había nacido aún la «ola»-, la<br />

lidia circuló entre brotes de protestas por el<br />

ridículo tamaño del toro, que es posible no<br />

alcanzara ni los 440 kilos, sin que pudiera<br />

salvarse ningún detalle, que no fuera el<br />

general aburrimiento.<br />

Jesús Córdoba ni siquiera observó a<br />

su primer enemigo y a su segundo, quinto de<br />

la tarde, «después de ver cómo pasaba en<br />

unas verónicas de <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>, se confió<br />

tantito y logró algunos pases con ambas<br />

manos, que fueron bien recibidos por unos<br />

48<br />

<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />

espectadores con evidentes ganas, por lo<br />

menos, de aplaudir, pero remató mal y el<br />

cuento se ha terminado.<br />

¡Cómo no!, nuestro paisano de San<br />

Fernando, mostró su habitual buena voluntad,<br />

con su borregote, pero sin lograr nada; si bien<br />

toreó a su primero, tercero de la tarde y fue<br />

justamente ovacionada su entrega al rematar<br />

la faena. Cuenta el cronista que la muerte de<br />

su segundo enemigo se la brindó a<br />

respetable, pero el aprendiz a bicharraco dijo<br />

que «nanai de la China», cuando ya el cronista<br />

no quiso ni saber más del asunto. Pero por lo<br />

menos la gente se quedó con el regusto<br />

auditivo de los estupendos clarines de la Plaza<br />

Real, esos que elogiara D. Gregorio Corrochano.<br />

Y la nota desagradable de la tarde la<br />

protagonizó, desgraciadamente, el picador<br />

portuense Manuel Atalaya Reina (Pacurri),<br />

que resultó herido en la planta del pie derecho,<br />

que le impidió continuar la lidia.<br />

En perspectiva histórica, en la<br />

temporada de 1953, estuvieron en activo los<br />

matadores siguientes: Domingo López<br />

<strong>Ortega</strong>, que se retiró en 1954; Pepe<br />

Bienvenida, que se hizo matador con 17 años,<br />

manteniendo su cartel de torero largo y<br />

poderoso, hasta retirarse en 1954. En ese<br />

mismo sentido, en la plaza de toros de la Real<br />

Maestranza de Caballería de Sevilla, fue<br />

aumentando el número de festejos a medida<br />

que avanzaba la década de los años<br />

cincuenta.<br />

En 1953 se celebraron veintiocho:<br />

nueve corridas y diecinueve novilladas,<br />

además de cuatro festivales. Curiosamente<br />

este año no hubo doctorados en La<br />

Maestranza, cuando en la década se logró<br />

una marca todavía no superada, de catorce<br />

alternativas. En el caso del Baratillo, triunfaron<br />

ese año Calerito, que logró dos orejas frente<br />

a una impresionante miurada, y el mexicano<br />

Jesús Córdoba, que cortó una oreja, ambos<br />

en Feria de Abril, y Juan Posada, que resultó<br />

gravemente herido; Niño de la Palma II y el<br />

rejoneador Ángel Peralta, en los festejos de<br />

Pasa a la página nº 50.<br />

El PUERTO de SANTA MARÍA


<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />

El PUERTO de SANTA MARÍA<br />

Apuntes biográficos y profesionales - I<br />

49


Apuntes biográficos y profesionales - I<br />

Viene de la página nº 48.<br />

la Feria de San Miguel. El (04-06-1953),<br />

Peralta cortó como rejoneador las dos<br />

primeras orejas en Sevilla. Antonio Ordóñez<br />

sufrió una grave cogida en una de las corridas<br />

de la Feria de Abril. Pedrés, con sólo cuarenta<br />

corridas, ocupó el primer puesto en el<br />

escalafón taurino, seguido por Antonio<br />

Ordóñez con treinta y seis. De todas formas,<br />

en 1953 se notó un notable descenso de<br />

festejos en España.<br />

1954:<br />

En la tradicional Corrida del Montepío,<br />

celebrada en Las Ventas de Madrid, el diestro<br />

gaditano <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> logró cortar dos orejas<br />

y salir una vez más en hombros en 1954. Esa<br />

temporada actuó en solitario en la corrida a<br />

beneficio del Montepío de Toreros en Madrid.<br />

Aquel mismo año le corta el rabo a un Miura<br />

en la Maestranza sevillana. La ejecución de<br />

la suerte de matar a aquel toro, de forma que<br />

según salía por el costillar el toro se<br />

derrumbaba antes de llegar a la muleta, se<br />

encuentra representada en el grupo<br />

escultórico que posee en su ciudad natal<br />

inaugurado en octubre del 2002.<br />

Agosto:<br />

29:<br />

El cartel de la Plaza Real de El Puerto<br />

de Santa María no podía despertar mayor<br />

interés entre los aficionados de toda la región,<br />

pues además de tratarse de la «corrida<br />

grande de Agosto», la procedencia de los<br />

toros –seis de D. Manuel Sánchez Cobaleda<br />

y uno de D. Salvador Guardiola- y el arranque<br />

de la corrida, enarbolada con el sobrio arte<br />

ecuestre de D. Ángel Peralta, al que siguió la<br />

egregia terna formada por Antonio Bienvenida,<br />

<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> y César Girón, fueron más<br />

que suficientes para que se agotaran todos<br />

los asientos de Sol, y en la Sombra una muy<br />

buena entrada… y todo ello aguantando la<br />

concurrencia y los toreros el agobiante viento<br />

de Levante.<br />

50<br />

<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />

Pues a lo que vamos. D. Ángel tuvo<br />

una de sus incontables tardes de éxito,<br />

porque al de Guardiola lo rejoneó con su admirable<br />

destreza, especialmente colocando<br />

banderillas a dos manos, deshaciéndose de<br />

su enemigo con un certero rejón de muerte,<br />

seguido de un pinchazo poco hondo y media<br />

estocada efectiva.<br />

El cronista –seguimos sin saber la<br />

verdadera fuente original-, decidió hacer su<br />

reseña teniendo en cuenta el orden de los<br />

diestros según sus méritos, y por ello, puso<br />

en primer lugar al voluntarioso diestro venezolano<br />

César Girón, que le tocó el mejor lote,<br />

lanceando muy artísticamente a su primero<br />

y colocándole tres magníficos pares de poder<br />

a poder. Su faena fue tan inteligente que dejó<br />

al descubierto de que se trataba de un torero<br />

caro, bullidor, destacando la serie de redondos<br />

de 18 kilates. Magníficos sus naturales y<br />

el de pecho. Por su magistral faena y su<br />

certera estocada mereció la dos orejas y el<br />

rabo. En su segundo, que cerró plaza, volvió<br />

a cuajar en banderillas, entusiasmando al<br />

nutrido respetable, pues domina la suerte a<br />

la perfección, saliendo de la cara de su<br />

enemigo caminando, como siempre lo<br />

hiciera el mexicano Rodolfo Gaona. Inició la<br />

faena de muleta con impecables estatuarios<br />

al más puro estilo de Manolete, tras los cuales<br />

llegaron los derechazos, afarolados, naturales<br />

y de otras marcas, para acabar con un<br />

pinchazo, buena estocada y dos orejas con<br />

salida a hombros.<br />

A <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> –era la cuarta vez de<br />

trece que actuó en El Puerto- le tocó el que<br />

fue el peor del encierro, por lo que lo toreó<br />

con la debida precaución. El mal carácter y<br />

pésimo estilo del toro se acentuaron a la hora<br />

de la muleta, haciéndose muy peligroso, de<br />

ahí que el de San Fernando se limitara a<br />

cuadrarlo para propinarle un estocada magnífica,<br />

en la que se entregó de cuerpo y alma,<br />

dejando hecho un verdadero trapo el de<br />

Cobaleda, recibiendo palmas y pitos el toro.<br />

A su segundo lo toreó de forma impecable<br />

Pasa a la página nº 52.<br />

El PUERTO de SANTA MARÍA


<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />

El PUERTO de SANTA MARÍA<br />

Apuntes biográficos y profesionales - I<br />

51


Apuntes biográficos y profesionales - I<br />

Viene de la página nº 50.<br />

con el capote. Se cambió el primer tercio con<br />

una sola vara, ya que el animal se caía. Su<br />

faena de muleta fue buena, si bien se deslució<br />

por las reiteradas caídas del animal. Después<br />

comenzó a trastearlo con uno doblones<br />

eficaces, seguidos de varios derechazos<br />

suaves, naturales lentos y ligados con el de<br />

pecho, un molinete vistoso y manoletinas,<br />

ejecutándolo todo con valor. Pinchazo y<br />

media estocada fueron suficientes, para<br />

lograr una oreja del débil enemigo.<br />

La reseña dice claramente que<br />

Antonio Bienvenida «no correspondió a la<br />

expectación que tenía el público por verle<br />

actuar, después de su brillante campaña. Y<br />

decimos esto porque un torero de su talla no<br />

puede justificarse nunca con sólo un par de<br />

lances, por muy toreros que sean, tales como<br />

los que se limitó a darle a su primero, y dos<br />

pares de banderillas. La faena de muleta fue<br />

medrosa, vulgar, de las que merman el<br />

prestigio de un encumbrado torero. Y para<br />

colmo estuvo fatal con el acero. A «huye que<br />

te alcazo», tres pinchazos desganados y<br />

medio golletazo, con derrame. A su segundo,<br />

que dicho sea de paso fue de los mejores del<br />

encierro, le aplicó el desinterés de las<br />

precauciones, a las que no había lugar y<br />

menos justificación, escuchando protestas<br />

masivas y hasta palmas en chunga. Si nada<br />

hizo con la capa, menos con la franela, y<br />

llegada la hora de la verdad no pudo estar<br />

peor, y fue cuando la pita, de las más<br />

merecidas, ensordeció el indignado ambiente<br />

del populacho.<br />

En perspectiva histórica global, en la<br />

temporada de 1954, se retiraron los<br />

matadores: Domingo López <strong>Ortega</strong>, que se<br />

doctoró en 1931; Pepe Bienvenida, que se<br />

hizo matador con 17 años, manteniendo su<br />

cartel de torero largo y poderoso, hasta<br />

retirarse en 1954. En este contexto, en la Real<br />

Maestranza de Caballería de Sevilla se<br />

celebraron veinticinco festejos: ocho corridas<br />

de toros y dieciséis novilladas, además de<br />

tres festivales. Recibió la alternativa el diestro<br />

52<br />

<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />

mexicano Alfredo Leal, de manos del Niño de<br />

la Palma II, con Manolo Carmona de testigo<br />

y reses de Prieto de la Cal (el 18 de abril). El<br />

crítico e historiador taurino Filiberto Mira<br />

subraya el récord logrado por César Girón,<br />

aún imbatido: cortó un rabo (el 27 de abril), a<br />

un astado de Cobaleda y otro a las cuarenta<br />

y ocho horas a un toro de don Salvador<br />

Guardiola, resultado cogido en esa función<br />

por el segundo toro. Cortaron dos orejas<br />

<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> (el 1 de mayo) y el mexicano<br />

Juan Silveti (el 17 de junio). Este año se<br />

produjo la gravísima y espectacular cogida<br />

del novillero mexicano Miguel Ángel, en la<br />

boca y garganta, que los doctores Leal<br />

Castaño y Morote lograron superar (el 2 de<br />

mayo). Los primeros espadas de la<br />

temporada fueron: César Girón, con cuarenta<br />

y tres festejos, y Antonio Ordóñez con treinta<br />

y nueve.<br />

1955:<br />

Abril:<br />

23:<br />

<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>, en la Feria de Abril de<br />

Sevilla, al igual que en 1952, volvió a cortar<br />

dos orejas y rabo en la Real Maestranza de<br />

Caballería de Sevilla, el (23-04-1955). Sin<br />

embargo, según don Nicolás Salas, en su libro<br />

«Sevilla en tiempos del Tamarguillo» sólo<br />

cortó dos orejas. Desde entonces y hasta el<br />

final de la década de 1950 el gaditano,<br />

magnífico estoqueador, se estabilizó en una<br />

cifra en torno a las 40 corridas por temporada,<br />

mantenido gracias a sus éxitos en las plazas<br />

de mayor categoría, aunque sin un cartel de<br />

excesivo tirón popular.<br />

A modo de resumen, señalaremos,<br />

por ejemplo, que en la Real Maestranza de<br />

Caballería de Sevilla se celebraron veintitrés<br />

festejos: nueve corridas y catorce novilladas,<br />

además de tres festivales. De manos de<br />

Antonio Bienvenida –que reaparecía en Sevilla<br />

M después de que en 1952 denunciara el<br />

afeitado de los toros-, tomó la alternativa el<br />

diestro mexicano Joselito Huerta, con reses<br />

Pasa a la página nº 54.<br />

El PUERTO de SANTA MARÍA


<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />

El PUERTO de SANTA MARÍA<br />

Apuntes biográficos y profesionales - I<br />

53


Apuntes biográficos y profesionales - I<br />

Viene de la página nº 52.<br />

de Felipe Bartolomé y Antonio Vázquez de<br />

testigo, el (29-09-1955). En los festejos<br />

feriados compitieron Antonio Ordóñez y<br />

César Girón. <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> cortó dos orejas,<br />

el (23-04-1955). Antonio Bienvenida triunfó en<br />

la corrida del Hábeas. Primeros espadas del<br />

escalafón: Chicuelo II con cincuenta y dos<br />

corridas, y César Girón con cuarenta y nueve.<br />

Además de los rabos logrados en la<br />

Real Maestranza sevillana por <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>,<br />

en ese tiempo destacaron sus triunfos<br />

repetidos en Las Ventas, de Madrid, como el<br />

de las tres orejas que paseó en 1953.<br />

1956:En 1956 de nuevo prueba el hule con<br />

una grave cogida en la capital.<br />

Agosto:<br />

05:<br />

La reseña de la corrida, celebrada en<br />

la Plaza Real de El Puerto de Santa María, la<br />

tarde veraniega del (05-08-1956), en la que<br />

alternaron los diestros <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong><br />

Domínguez, Joselito Huerta –éste torero<br />

mexicano hacía su presentación en nuestro<br />

coso- y Joaquín Bernardó, en la que se<br />

lidiaron a muerte 6 toros de D. Fermín<br />

Bohórquez Gómez, la realizó el cronista a<br />

manera de curiosa preguntas y auto respuestas,<br />

entre él y algún aficionado entendido,<br />

en un diálogo singular:<br />

-¿Qué me cuenta Usted de la corrida?<br />

-¿Qué quiere Usted que le cuente?<br />

Que los toros enviados por D. Fermín<br />

Bohórquez dejaron en muy mal lugar los<br />

colores de su divisa; ya que al parecer todos<br />

apostaron por ser lo más mansos posibles,<br />

y podemos asegurar que salieron empatados.<br />

Entonces, agregamos nosotros, el<br />

«programa» de enviar toros de desecho a la<br />

Plaza Real es algo muy antiguo…, claro que,<br />

conociendo a D. Fermín éste vendía corridas<br />

de calidad si de las pagaban.<br />

-Sí, pero el sexto fue bueno para el<br />

ganadero y para el torero, y hasta puede<br />

decirse que honró la ganadería. Y es que D.<br />

54<br />

<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />

Fermín, aunque les comprasen corridas de<br />

saldo, siempre tuvo el pundonor de incluir<br />

algún que otro buen toro.<br />

-Pero sin esa alegría que caracteriza<br />

a los toros bravos de casta andaluza, aunque<br />

como Ud. bien dice, fue el más potable del<br />

encierro; pero, en verdad, sin que mereciera<br />

el calificativo de superior; y los demás, como<br />

Ud. mismo presenció, fueron más huidos que<br />

liebre perseguida por veloces galgos y, por lo<br />

tanto, fuertemente pitados en el arrastre,<br />

luciendo el tercero las banderillas negras –o<br />

las viudas- como humorísticamente yo las<br />

llamo, nos dice el cronista, que no D. José<br />

María Rojas Guillén, que se limita a copiar la<br />

reseña. Pero ¿por qué suspendieron las<br />

banderillas de fuego?<br />

-Sí, que fundaron esperanzas que no<br />

cristalizaron. Pero ¡amigo! Allí estaba el<br />

Belmonte rubio que fue el que sacó a flote la<br />

«corría», a base de mantenerse en plan de<br />

maestro y dando en todo momento lección<br />

práctica del arte de obligar a pasar, cortando<br />

la única oreja de la tarde, a sus segundo, que<br />

brindó a D. José Luis Osborne.<br />

-Como que me llegó a recordar al<br />

pasmo de Triana en aquellas tres verónicas<br />

y media que le propinó en su quite al sexto<br />

de la jornada.<br />

-¡Verdaderamente inmenso! Ese es<br />

el toro grande que estamos olvidando con<br />

tanto preciosismo y que tiene su mejor<br />

intérprete en ese don <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>, el gran<br />

torero de la Isla que nos dio, además, todo<br />

un curo de técnica, de sabiduría y de<br />

inteligencia sacándole a sus toros faenas que<br />

no tenía.<br />

-También me gustó mucho Joaquín<br />

Bernardó en el que cerró plaza, en el que le<br />

ovacionaron sin tasa ni medida en cinco<br />

lances con bonito remate de salida, un gran<br />

quite por chicuelitas, con dos revoleras<br />

torerísimas…<br />

-Sí, entonces fue cuando llegó<br />

Belmonte y lo bordó «tó.»<br />

Pasa a la página nº 56.<br />

El PUERTO de SANTA MARÍA


<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />

El PUERTO de SANTA MARÍA<br />

Apuntes biográficos y profesionales - I<br />

55


Apuntes biográficos y profesionales - I<br />

56<br />

<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />

Viene de la página nº 54. éste había recibido la alternativa el (26-08-<br />

-No me corte usted el hilo, que quiero<br />

terminar diciéndole que la muleta de Bernardó<br />

fue primorosa y elegantísima en una faena<br />

que no tuvo el premio de las orejas por no<br />

rematar bien con el acero al cuadro de su<br />

labor; y de Joselito Huerta también le diré que<br />

muy aplaudido en sus dos mansos, aunque<br />

sus faenas fueron de menos relieve que las<br />

de sus compañeros y eso que buscó todos<br />

los resquicios para su lucimiento, pero hay<br />

que reconocer que, aunque hizo cosas muy<br />

estimables, su papel ha bajado considerablemente.<br />

-Total, que ya no le han quedado a<br />

usted ganas de toros para una temporada.<br />

-¿Qué dice usted, amigo?<br />

-«Enseguía» me pierdo yo la del<br />

domingo en Cádiz: <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>, César<br />

Girón y Gregorio Sánchez, con los toros<br />

salmantinos de don Antonio Pérez Angoso.<br />

¡Un plato fuerte!<br />

1956:<br />

Septiembre:<br />

02:<br />

Como dato adicional, en la última<br />

corrida del serial taurino del verano en la Plaza<br />

Real de El Puerto de Santa María, celebrada<br />

el (02-09-1956) –ese año se corrieron 3<br />

corridas de toros, 4 novilladas y una función<br />

de El Bombero Torero-, tuvo como aliciente<br />

adicional la actuación del rejoneador D.<br />

Bernardino Landete, cuyo trabajo, con un toro<br />

de D. Luis Ramos Paúl, fue notable, pero no<br />

logró coronarlo debidamente porque el toro<br />

se vino abajo, por la abundante pérdida de<br />

sangre que le manaba del morrillo al ser<br />

adornado con varios rejones y rejoncillos, tras<br />

vistosa preparación y porfiada citas. Un buen<br />

par, colocado por el lado contrario; uno a dos<br />

manos, sacando bien la jaca, y que finalizó<br />

con un rejón de muerte, del que dobló el<br />

agónico animal ayudado por los capotes,<br />

logrando D. Bernardino una oreja.<br />

Al rejoneador siguieron los matadores<br />

Guillermo Carvajal y Juan Antonio Romero –<br />

1956) también en la Plaza Real de El Puerto,<br />

de manos de Miguel Báez (Litri III) y de testigo<br />

Antonio Ordóñez-, quienes en un mano a<br />

mano se encargaron de la lidia de seis toros<br />

de D. Luis Ramos Paúl, llevando como<br />

sobresaliente a José González (Pepillo).<br />

Carvajal –si bien ni él, ni Romero,<br />

salvo algunos detalles esporádicos, quisieron<br />

y no pudieron, y eso sí, todos los toros fueron<br />

picados con saña, lo que provocó la indignación<br />

de los espectadores, porque vieron<br />

que los toros, con una media de 520 kilos en<br />

vivo, traían casta, temperamento y bríos… y<br />

había que acabar con ellos en la pelea con<br />

los picadores-, se hizo aplaudir en su primero,<br />

fugitivo con la percalina en las cuatro<br />

verónicas de salida, un farol de rodilla y<br />

vistoso remate, como asimismo en su quite<br />

con el capote a la espalda. Empezó la faena<br />

con pases de trasteo y la terminó sin cuajar<br />

un solo muletazo, seguido de otro trasteo,<br />

que no fue suficiente, aunque mató sin puntilla,<br />

para pasear una oreja. En su segundo codilleó<br />

en exceso con el capote y compuso una<br />

«faenita» variada y artística, que pronto quedó<br />

silenciada con el mal uso estoque. A su<br />

tercero le dio una serie de capotazos desganados,<br />

sin hacer nada en quites, volviendo<br />

a los pases de pendientes, señalando un<br />

pinchazo hondo, seguido de una buena<br />

estocada. Sacó Carvajal mejor tajada en los<br />

quites alternando en los toros de su compañero<br />

de fatiga y colocó un buen par que le<br />

ofreciera Juan Antonio en el sexto, aguantando<br />

y clavando al cuarteo, después de mucha<br />

preparación.<br />

El jerezano Romero, no hizo nada<br />

con el capote a su primero, permitiendo que<br />

se produjera un herradero en el tercio de<br />

varas, para después colocar tres buenos<br />

pares, mismos que se aplaudieron; el tercero<br />

partiendo desde el estribo hacia fuera.<br />

Comenzó la faena con pedresinas, rodillazos,<br />

algunos buenos con la derecha, adornos por<br />

alto, otros atropellados, matando muy malamente,<br />

por lo que fue ruidosamente pitado.<br />

El PUERTO de SANTA MARÍA


<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />

En su segundo, que echaba la cara al suelo<br />

desde la salida, lo lanceó con excesiva<br />

precauciones. Después banderilleó con<br />

apatía, por lo que no caldeó el ambiente,<br />

muleteando desconfiado y al primer gañafón<br />

que le tiró el bicho con el izquierdo que tenía<br />

escobillado, naufragó, perdiendo los papeles<br />

con la espada, escuchando música de viento<br />

por los morenos. En el sexto, de buena<br />

estampa y adornado su teztón se formó un<br />

batiburillo de capatazos, saliendo prendido un<br />

peón por la chaquetilla. Se acrecentó el burel<br />

en el tercio de varas, donde no se hizo nada<br />

a derechas. Juan Antonio, en fin, realizó una<br />

faena distanciada y movida, y entre huyendo,<br />

atravesó a Cachivache, marcado con el<br />

número 83 en la solapa y de pelaje negro<br />

chorreado, después de un sangriento conato<br />

de descabello, «nos echó a la calle, dando<br />

fin de la corrida y de nuestro aburrimiento.»<br />

En resumen o perspectiva histórica<br />

andaluza, en la Plaza de Toros de la Real<br />

Maestranza de Caballería de Sevilla, se<br />

celebraron veintidós festejos: ocho corridas<br />

y catorce novilladas, más el festival del Arma<br />

de Aviación. Este año hubo dos alternativas,<br />

las de Gregorio Sánchez, que además resultó<br />

gravemente herido, el (01-04-1956), y Pepe<br />

Cáceres, el (30-09-1956), ambos apadrinados<br />

por Antonio Bienvenida, con Joselito<br />

Huerta y José María Martorell por testigos,<br />

respectivamente, y con reses de Buendía en<br />

ambos casos. Triunfaron <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>, que<br />

cortó dos orejas rabo en la tradicional<br />

miurada; Antonio Ordóñez y César Girón. El<br />

general Franco asistió a la última corrida de<br />

la Feria de Abril. César Girón, con sesenta y<br />

una corrida, y Gregorio Sánchez, con<br />

cincuenta y nueve, fueron los los primeros<br />

en el escalafón de matadores.<br />

1957:<br />

Marzo:<br />

19:<br />

Seis novillos de D. José Villar Vega<br />

dieron realmente su vida peleando en el ruedo<br />

de la emblemática Plaza Real de El Puerto<br />

El PUERTO de SANTA MARÍA<br />

Apuntes biográficos y profesionales - I<br />

de Santa María, como lo hicieron a lo largo<br />

de siglos muchos de sus hermanos para la<br />

realización de obras benéficas, en este caso,<br />

destinando los ingresos de una novillada «en<br />

pro de nuestra remozada y progresista ciudad<br />

del Guadalete», en la que se corrieron seis<br />

novillotes por parte de <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong><br />

Domínguez, Manolo Vázquez y el jerezano<br />

Juan Antonio Romero, que había recibido su<br />

alternativa en nuestro coso, de manos de<br />

Miguel Báez (Litri III) y de testigo Antonio<br />

Ordóñez, la tarde del (26-08-1957).<br />

Se trató de un «Gran Festival<br />

Benéfico» patrocinado por el Excmo.<br />

Ayuntamiento y según la oportuna reseña<br />

aparecida al día siguiente, «bajo la mirada<br />

expectante de más de media plaza<br />

ocupada…» Así que ya va de viejo la falta de<br />

solidaridad entre los portuenses, como vienen<br />

haciendo con AFANA y otras instituciones<br />

benéficas de ayuda a los discapacitados<br />

¿Acaso en esta ocasión no les interesaba que<br />

embellecieran su propia Ciudad?<br />

Se da por sabido que a nivel artístico,<br />

todo este tipo de festivales –primero que<br />

conocimos de <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> en El Puerto-,<br />

les sirven a los toreros como entrenamiento,<br />

especialmente si como éste, celebrado el<br />

(19-04-1957); es decir, a principio de la<br />

temporada, también les son útiles en<br />

ocasiones como las mejores oportunidades<br />

para reconciliarse con cualquier mala<br />

actuación que hubiesen dejado en anteriores<br />

corridas. Decimos esto, porque fue el caso<br />

de Juan Antonio Romero, que tuvo la<br />

oportunidad de desquitarse de su pasada<br />

pésima corrida, la del (02-09-1956) en nuestra<br />

plaza, y que en el festival, con sus acertadas<br />

faenas, dejó limpio «ese empinado sendero<br />

que se labran los valientes, poniendo a<br />

contribución los mejores deseos para lograr<br />

el triunfo, que fue lo que consiguió por<br />

completo, cortándole las orejas a sus dos<br />

enemigos y saliendo de la Plaza Real a<br />

hombros, dando con ello un aldabonazo en<br />

las conciencia de los empresarios para<br />

inclinarlos a firmar contratas.<br />

57


Apuntes biográficos y profesionales - I<br />

De <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> no es a estas<br />

alturas necesario decir que dejó al descubierto<br />

como siempre su gran dominio de los<br />

toros y su inteligencia para realizar faenas a<br />

toros que nada ofrecen. Se hizo aplaudir en<br />

sus dos novillos, a los que también tumbó<br />

las orejas, paseándolas en triunfo entre<br />

incesantes ovaciones, saliendo también a<br />

hombros junto a Juan Antonio.<br />

De Manolo Vázquez estamos<br />

obligados a decir, mal que nos pese, que no<br />

rayó a la altura de sus compañeros, y no en<br />

desagravio del sevillano, que a su primero se<br />

lo corrieron mal de salida y a su segundo se<br />

lo estropearon definitivamente en el tercio de<br />

varas. Por ello anduvo bastante desconfiado<br />

por falta de materia prima, brillando por su<br />

ausencia ese su reconocido buen arte. Pero,<br />

bueno, fue el festival muy interesante, pues<br />

hubo de todo, y del que, al final, salieron los<br />

espectadores contentos, que es lo verdaderamente<br />

importante. (Cartel en la siguiente<br />

página).<br />

1957:<br />

Agosto:<br />

04:<br />

Al estudiar el largo pasado taurino de<br />

nuestra hermosa y emblemática Plaza Real,<br />

nos vemos obligados, desgraciadamente, a<br />

pensar que acarrea una extraña enfermedad:<br />

la de no ser debidamente tratada por propios<br />

y extraños, encontrándose entre éstos, desde<br />

muy antiguo, los ganaderos españoles, es<br />

decir, lo mismo los del entorno que los de<br />

centenares de kilómetros de El Puerto, que<br />

envían sus desechos ganaderos, salvo muy<br />

escasas excepciones.<br />

Y así, una vez más, la tarde del<br />

domingo (04-08-1957), en la que sin duda<br />

brillaría con la reaparición en España del<br />

madrileño Luis Miguel Dominguín, respondiendo<br />

la afición casi llenando el bello coso<br />

casi hasta los banderines del tejado, el<br />

ganadero salmantino, don Antonio Pérez (hijo)<br />

de San Fernando, cuyos seis toros estaban<br />

anunciados a su nombre, sólo se lidiaron dos<br />

58<br />

<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />

toros, pues tres fueron rechazados por chicos<br />

y otro, que salió en tercer lugar, fue devuelto<br />

a los corrales por su escasa presencia. Los<br />

salmantinos fueron una becerrada en toda<br />

regla. Ante tales circunstancia –no sabemos<br />

los esfuerzos que fueron necesarios realizar<br />

para impedir un desaguisado- fueron lidiados<br />

cuatro toros de don José Luis Osborne<br />

Vázquez, de preciosas hechuras, relucientes<br />

de gordos, bien armados y cargados de<br />

bravura y buena casta, pues hicieron brava<br />

pelea con los montados y, después, se<br />

dejaron torear. El cartel lo encabezaba Antonio<br />

Bienvenida y <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> ocupaba el tercer<br />

lugar.<br />

Siguiendo la reseña –que nos ofrece<br />

D. José María Rojas Guillén- sin conocer la<br />

fuente original de procedencia, diremos que<br />

«Antonio Bienvenida, vestido de tabaco y oro,<br />

no hizo nada son su primer choto de A. P., al<br />

que dio seis pases de muleta, en medio de<br />

un griterío imponente, matándolo de media<br />

atravesada y baja. Al cuarto, un buen mozo<br />

de D. José Luis Osborne, lo toreó finamente<br />

con el capote y le clavó tres buenos pares de<br />

banderillas, Con la muleta realizó una buena<br />

faena con la derecha, cortita, para acabar con<br />

él de dos pinchazos y media estocada. Hubo<br />

aplausos para el torero y para el toro…, más<br />

para la brava y noble fiera que para su<br />

Gilgamesh.<br />

Luis Miguel, de verde y oro, no logró<br />

cortar ningún trofeo en la esperada tarde de<br />

su reaparición –éste actuó por primera vez<br />

en la Plaza Real el (03-08-1952)- por haber<br />

fallado con el estoque, pues de haber<br />

acertado con la tizona, las dos orejas del<br />

segundo hubiesen ido a sus manos. La sola<br />

presencia de su primer toro en el ruedo<br />

levantó una unánime protesta, ya que ni con<br />

lupa podía verse el astado, lo que pudo<br />

originar un serio conflicto, por el escaso trapío<br />

de las reses. Los minitoros comenzaron a<br />

anunciar su masiva presencia. El madrileño,<br />

pese a todo, quiso hacerle faena y hasta le<br />

sacó cuatro naturales buenos. Pero el diestro<br />

Pasa a la página nº 60.<br />

El PUERTO de SANTA MARÍA


<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />

El PUERTO de SANTA MARÍA<br />

Apuntes biográficos y profesionales - I<br />

59


Apuntes biográficos y profesionales - I<br />

Viene de la página nº 58.<br />

desistió ante el cariz que había tomado el<br />

asunto, limitándose a matar el becerro de<br />

cuatro pinchazos y dos descabellos, silbando<br />

el público frenéticamente. En el quinto salió<br />

por el desquite, al sacar su reconocido poderío<br />

para triunfar cuando quería, contra viento y<br />

marea. Estuvo realmente extraordinario al<br />

torear por verónicas, ora con los pies juntos,<br />

ora con el compás abierto. De la misma<br />

forma adornó el morrillo del de Bolaños,<br />

colocado tres pares banderillas que quedaron<br />

izadas sobre las mismas péndolas, no dejando<br />

en ningún momento de que intervinieran<br />

los miembros de su cuadrilla. La faena de<br />

muleta fue de magistral.<br />

Especialmente los ayudados por bajo<br />

iniciales y tres pases en redondo a cual<br />

mejores; así como dos tandas de<br />

manoletinas, entre pases de todas las<br />

marcas. Faena de dos orejas, pero el estoque<br />

volvió a fallar, pinchando otra vez cuatro<br />

veces, recetando al final una entera y dos<br />

descabellos, quedándose todo en una<br />

merecida ovación.<br />

¡Ah!, nuestro amigo <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>!,<br />

de celeste y oro, que consiguió un triunfo<br />

clamoroso. Uno de los más grandes de toda<br />

su vida profesional, al sumar ocho<br />

actuaciones en la Plaza Real. Su primer<br />

enemigo fue devuelto al corral. Por tanto, lidió<br />

dos toros de su gran amigo D. José Luis<br />

Osborne, a los que les hizo cuanto le vino en<br />

ganas, tanto con el capote como con la<br />

muleta.<br />

Ejecutó dos series de naturales, una<br />

en cada «colabo-rador» de sus éxitos, que<br />

será difícil superar. Al primero lo mató de una<br />

estocada en todo los rubios, haciendo<br />

maravillosamente la suerte, y al sexto de un<br />

pinchazo y un sobe-rano volapié. Le cortó las<br />

dos orejas y el rabo al primero, y al sexto las<br />

dos, saliendo de la Plaza Real a hombros y<br />

por la Puerta Grande.<br />

(Cartel en la página siguiente).<br />

60<br />

<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />

1957:<br />

Agosto:<br />

25:<br />

Una vez más, afortunadamente para<br />

los aficionados de la Baja Andalucía, la<br />

«Corrida Grande» de El Puerto de Santa<br />

María, celebrada en la emblemática Plaza<br />

Real, la tarde veraniega del (25-08-1957);<br />

festejo de gran nivel, para entonces tan<br />

famoso como tradicional, que brilló<br />

solemnemente al verse los tendidos de<br />

rebosantes de espectadores, tanto en los de<br />

sombra como en los de sol, para ver a la terna<br />

formada por los diestros <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong><br />

Domínguez, Miguel Báez (Litri III) y Manolo<br />

Vázquez.<br />

La primera nota del entusiasmo<br />

festivo que se respiraba en el ambiente dio<br />

un aldabonazo de gozo protagonizado por<br />

todo el público que reclamó la presencia de<br />

<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>, que salió al tercio a saludar<br />

dos veces, montera en mano, antes de<br />

iniciarse la esperada corrida, con ganado de<br />

la dehesa jerezana de Martelilla de el Sr.<br />

Marqués de Domecq, Hermanos (4, a pie de la<br />

página nº 62). Todos los toros derribaron una y<br />

otra vez a los montados, siendo buenos para<br />

los diestros, por lo que fueron aplaudidos en<br />

el arrastre y para el primero se pidió la vuelta<br />

al ruedo. Sin embargo, el cuarto toro fue<br />

devuelto a los corrales por presentar sus<br />

diamantes destruidos y los inicios del cuerpo<br />

de los cuernos escobillados, siendo sustituido<br />

«por otro de procedencia desconocida, que<br />

fue manso integral y que también fue retirado,<br />

entre la gritería del respetable», según la<br />

reseña de la corrida, de don José María Rojas<br />

Guillén. Por ello se hizo necesario correr el<br />

turno de los lidiadores, haciéndolo Litri y<br />

Vázquez de sus respectivos toros, y matando<br />

<strong>Ortega</strong> el sexto, en lugar del cuarto<br />

desechado, que fue después sustituido al final<br />

por un toro de D. José Luis Osborne.<br />

Una vez más –ésta fue la novena<br />

actuación del diestro del «Torero de la Isla»<br />

en la Plaza Real-, <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>, vestido de<br />

Pasa a la página nº 62.<br />

El PUERTO de SANTA MARÍA


<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />

El PUERTO de SANTA MARÍA<br />

Apuntes biográficos y profesionales - I<br />

61


Apuntes biográficos y profesionales - I<br />

Viene de la página nº 60.<br />

blanco y oro, interpretó otra de sus actuaciones<br />

destacadas, pues toreó superiormente<br />

con el capote a sendos enemigos, ofreciéndonos<br />

las verónicas cargadas de clasicismo.<br />

En el segundo, que correspondió a Manolo<br />

Vázquez –éste era la octava ocasión en El<br />

Puerto (3 novilladas y 5 corridas)-, llamado<br />

Celador -586 kilos-, realizó un quite a la<br />

verónica que fue muy aplaudido. A su primero,<br />

llamado Boquirrota –con 514 kilos-, el<br />

«centrado» torero le hizo una faena –<br />

siguiendo al cronista- «mandona, con pases<br />

de todas las marcas, destacando de ella dos<br />

series de naturales, citando y aguantando las<br />

embestidas de la fiera desde largo. Sufrió una<br />

voltereta impresionante, rematando al de<br />

Cartelilla de dos pinchazos y una entera,<br />

cortando una oreja. Por el «corrimiento» que<br />

originó la sustitución del cuarto y el<br />

desechado, <strong>Ortega</strong> mató el sexto, llamado<br />

Osborne, de D. José Luis Osborne y que<br />

pesó poco más de 500 kilos, lo trasteó con<br />

varios pases por alto, derechazos, naturales<br />

y de la firma. Fue alcanzado al torear por<br />

redondos, y corneado en el suelo, sin<br />

consecuencias, rematándolo de un soberbio<br />

volapié, para cortar una oreja, logrando dos,<br />

de las tres que se cortaron aquella tarde, y<br />

salió a hombros por la Puerta Grande. Ésta<br />

fue la quinta vez de las ocho que la cruzó.<br />

62<br />

<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />

Miguel Báez (Litri III), vestido de azul<br />

y oro, tuvo mala suerte en sus dos enemigos,<br />

que llevaron los nombres de Egipciano, con<br />

585 kilos, y Capachero, con 568 kilos. Según<br />

el reseñador o rescatador de crónicas, «algo<br />

hizo al primero, al que lanceó vulgarmente y<br />

al que luego hiciera una faena de efecto. Cabe<br />

destacar de ella unos naturales, citando<br />

desde lejos. Hubo el clásico desplante de<br />

rodillas en tierra. Mató de media perpendicular<br />

y tres descabellos, dando una vuelta al<br />

ruedo.» En su otro enemigo, que fue picado<br />

con saña, no pudo lucirse, rematándolo de<br />

pinchazo y una estocada corta, pero efectiva.<br />

Recibió una clara división de opiniones.<br />

Manolo Vázquez, con la indumentaria<br />

rosa y oro, hizo lo más bonito de la jornada:<br />

torear con el capote maravillosamente a sus<br />

dos enemigos, imprimiendo a cada lance toda<br />

la alegría y la luminosidad de la escuela<br />

sevillana. Con la muleta valiente en los que le<br />

tocaron en suerte. Con Bocanegra, que pesó<br />

492 kilos, siendo el de menor peso vivo, tras<br />

unos ayudados por bajo, dio naturales,<br />

redondos, kikirikies y de la firma, que<br />

agradaron de verdad. Mató de un pinchazo y<br />

una entera desprendida, cortando una oreja<br />

y dando la vuelta al ruedo. A su segundo,<br />

llamado Celador, ya citado, que fue un toro<br />

realmente extraordinario, lo mejor fueron dos<br />

series de pases con la zurda, para terminar<br />

(4) La ganadería de don Pedro Domecq y Rivero, más conocida como del marqués de<br />

Domecq, presentó sus toros por primera vez en septiembre de 1949 y nuevamente el<br />

(18-05-1966). Pastaban sus reses en las fincas: «Martelilla» y «El Carrascal» (Carretera<br />

Jerez-Medina Sidonia, Km. 14 y Jerez de la Frontera, Cádiz), y «Las Castellanas» y «Los<br />

Barrancos» (Puerto Real, Cádiz)-, cuya procedencia histórica (*) fue de unos de los lotes<br />

en que se dividió la de don Ramón Gallardo González y que heredó su hija doña Emilia<br />

Gallardo Santos de Los Barrios (Cádiz), que en septiembre de 1949 la adquirió don Pedro<br />

Domecq y Rivero (Marqués de Domecq D´Usquain), agregándole en principio reses de<br />

don Juan y don José Belmonte y, posteriormente, en 1951, de don Juan Guardiola. En<br />

1955 don Pedro Domecq y Rivero vendió otra de sus ganaderías, oriunda de Gallardo, a<br />

don José Villar Vega, el cual la enajenó en 1959 a los señores Núñez Hermanos (Carlos y<br />

Marcos), que a su vez se la venden a don José Luis y don Pablo Martín Berrocal. En<br />

1981 fue nuevamente adquirida por los hermanos Núñez, que se le vendieron en 1983 a<br />

su actual propietario.<br />

(*) Casta fundacional originaria del El Puerto de Santa María.<br />

El PUERTO de SANTA MARÍA


<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />

1958:<br />

<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez toreó en la<br />

temporada de 1958 un total de 26 corridas.<br />

En la Plaza Real de El Puerto de Santa María,<br />

logró en total 24 orejas y 3 rabos, saliendo a<br />

hombros por la Puerta Grande de la Plaza<br />

Real en ocho ocasiones.<br />

Abril:<br />

27:<br />

La reseña de esta corrida de toros de<br />

D. Eduardo II Miura Fernández, celebrada la<br />

tarde del domingo (27-04-1958) en la Plaza<br />

Real de El Puerto de Santa María, bajo un<br />

cielo azul y soleado, es doblemente interesante,<br />

porque la esperada miurada ya protagonizó<br />

la tarde anterior un hecho que acentuó<br />

aún más el atractivo del festejo y que vivimos<br />

con toda intensidad . Y es que durante el<br />

desencajonamiento uno de los astados,<br />

llamado Velonero, se emplazó en el centro<br />

del redondel, mirando hacia cuanto se movía,<br />

pero sin perder de vista al camión donde<br />

estaban sus compañeros, ya que sobre él<br />

estaban dos hombres, preparados para dar<br />

salida a otro ejemplar. Esa fue la causa, más<br />

el ruido que hacían sus compañeros, que en<br />

dos ocasiones el toro se fuese hacia el<br />

camión y cornease sobre las ruedas.<br />

Como una y otra vez, sin resultado<br />

alguno, volviera a situarse en el centro del<br />

redondel, no haciendo caso alguno a los<br />

cabestros, por lo que habiendo pasado más<br />

de media hora, alguien, aun a sabiendas del<br />

peligro que ello representaba y porque no se<br />

podía hacer otra cosa, autorizó que saliese<br />

otro miureño, llamado Espejito II, de pelo<br />

colorado, ojo de perdiz, al que <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong><br />

le cortó al día siguiente las orejas. Cuando el<br />

«ojo de perdiz» vio a Velonero, en menos<br />

que canta un gallo, se lanzaron a toda<br />

velocidad el uno contra el otro y del tremendo<br />

encon-tronazo frontal, que retumbó en toda<br />

plaza, por lo que se pudo escuchar por todos<br />

los presentes, ambos saltaron al aire como<br />

si fuesen de juguete, para quedar muerto en<br />

el acto Velonero.<br />

El PUERTO de SANTA MARÍA<br />

Apuntes biográficos y profesionales - I<br />

Las incidencias continuaron, pues de<br />

los seis toros que salieron de Zahariche fueron<br />

sustituidos tres –uno, el citado Velonero y<br />

dos rechazados por pequeños-, dos de ellos<br />

por otros de la misma divisa, llegados la<br />

mañana del día de la corrida y que fueron<br />

embarcados con muchas dificultades en la<br />

madrugada de ese día, y un tercero de la<br />

ganadería de Domecq Hermanos. Los cinco<br />

de la famosa vacada sevillana se comportaron<br />

bien en su conjunto, eso sí, con mucho<br />

poder, casta y nervios; siendo los más grandes<br />

los lidiados en cuarto, quinto y sexto lugar,<br />

aunque todos fueron muy aplaudidos; pasando<br />

seguidamente a relacionar todos ellos,<br />

integrando la segunda parte de la reseña<br />

principal, en la que torearon el citado <strong>Rafael</strong><br />

<strong>Ortega</strong> Domínguez, Dámaso Gómez y Luis<br />

Miguel González Lucas (Luis Miguel<br />

Dominguín):<br />

1º Escogido, de pelaje cárdeno, con<br />

el nº 26 y poco más de 700 kilos de p. v., que<br />

hizo una gran pelea con los caballos,<br />

lanzando al aire tres veces consecutivas al<br />

picador antes de tomar la primera vara,<br />

correspondió al «Torero de la Isla», quien<br />

comenzó la faena con unos lances de capa<br />

torerísimo, con el compás abierto, pero en la<br />

psicosis miureña estaba presente desde que<br />

los diestros hicieron el paseíllo. Con la muleta,<br />

faena variada al son de la charanga, pero nada<br />

nos dice el cronista de cómo lo remató.<br />

2º Navajito, de pelaje negro, con el<br />

nº 20, bizco y astillado del izquierdo, con 600<br />

kilos de p.v., correspondió a Dámaso Gómez<br />

y, al parecer, disgustado con la mala<br />

presencia del toro, se limitó a realizar una<br />

corta faena de aliño, que a nadie agradó y<br />

que a partir de entonces, el ambiente anímico<br />

de todos los diestros comenzó a descomponerse,<br />

de ahí que el cronista «Chamorro»,<br />

escribió en su reseña: «… para qué vamos<br />

a hablar de los banderilleros, picadores y de<br />

lo poco que tienen de aficionados los que<br />

arrojaron botellas…» Y lo peor, en cuanto al<br />

desánimo, se produjo en el tercer toro, en el<br />

que hay una confusión en cuanto al nombre.<br />

63


Apuntes biográficos y profesionales - I<br />

3º Datilero, de pelaje negro zaino,<br />

marcado con el número 57 y 567 kilos de p.<br />

v., pertenecía la vacada del Sr. Marqués de<br />

Domecq Hermanos. Le correspondió a Juan<br />

Antonio Romero, siendo el toro más duro y el<br />

que más fuerte empujó a los montados. El<br />

diestro jerezano, vestido de grana y oro,<br />

pronto dejó al descubierto que venía con<br />

muchas ganas de pelear y de justificarse ante<br />

sus paisanos y miles de seguidores, las<br />

buenas tardes en tierras de América, y la oreja<br />

lograda en la madrileña Plaza de Toros de<br />

Las Ventas. Sin embargo, fue para él la tarde<br />

más obscura, la más amarga de su vida<br />

torera, pues, tras el desconcierto con la<br />

espada, cada segundo más presente la<br />

«psicosis miureña», el puntillero le levantó el<br />

toro hasta cinco veces y la Presidencia no<br />

pudo evitar el envío de los tres avisos<br />

reglamentarios y el astado pasó al corral.<br />

4º Espejito II, de pelaje castaño, ojo<br />

de perdiz, con el número 9 y 640 kilos de p. v,<br />

fue el segundo de <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> -el que mató<br />

a Velonero, de pelaje negro zaino-, al que el<br />

diestro le dio dos series de naturales,<br />

acabadas con sendos pases de pecho, a los<br />

que siguieron una bonita tanda de manoletinas.<br />

Estoqueó al asesino de su hermano<br />

con una certera estocada, concediéndosele<br />

las dos orejas y el rabo, para salir por quinta<br />

vez en El Puerto por la Puerta Grande de la<br />

Plaza Real<br />

5º Nevaíto, de pelaje cárdeno oscuro,<br />

con el nº 19 y 740 kilos de p. v., fue el más<br />

pesado y a la vez el más suave y pastueño,<br />

le correspondió a Dámaso Gómez. Éste<br />

comenzó la faena de muleta en las tablas,<br />

para continuar con la derecha. El diestro se<br />

hizo pesado con el estoque, recibiendo un<br />

recado de la Presidencia.<br />

6º El de Domecq, sin nombre, de pelo<br />

negro, pesó 620 kilos de p. v., y correspondió<br />

a Juan Antonio Romero. En él está la<br />

64<br />

<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />

confusión, porque en la reseña dice anteriormente:<br />

«…y el sexto, entrepelado y listón,<br />

mató un caballo en la suerte de varas. El de<br />

D. Juan Pedro Domecq, corrido en tercer<br />

lugar, negro zaino, fue el más duro y el que<br />

más fuertemente empujó a los montados.»<br />

(Cartel en la página siguiente).<br />

Mayo:<br />

01:<br />

El (01-05-1958), confirmó su doctorado<br />

el diestro colombiano Pepe Cáceres, en<br />

la Plaza de Toros de Madrid, de manos de<br />

<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> y ante la presencia de Antonio<br />

Chenel (Antoñete), con el astado de nombre<br />

Saltador, de la ganadería española de don<br />

Clemente Tassara.<br />

08:<br />

<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>, Juan García<br />

(Mondeño) y Antonio Borrero Morato<br />

(Chamaco) alternaron en Madrid en (08-05-<br />

1958?, día que confirmó su alternativa<br />

Chamaco. A la postre su presentación en<br />

Madrid no llegó hasta esa última temporada,<br />

el cederle Julio Aparicio la muerte del toro,<br />

llamado Sevillano, de don Alipio Pérez-<br />

Tabernero, en presencia de Luis Segura. Su<br />

tardanza en rendir pleitesía a la plaza de Las<br />

Ventas nunca le fue perdonada por la afición<br />

madrileña, que no le recibió de buen agrado<br />

y no avaló sus éxitos en otras plazas, aunque<br />

cortara una oreja muy discutida días después.<br />

Desde entonces comenzaron a bajar<br />

la chispa y los contratos del espectacular<br />

torero de Huelva, que se mantuvo en un<br />

segundo plano hasta 1962, cuando dejó de<br />

torear e incluso se creyó que se había retirado.<br />

Pero aún volvió a los ruedos en 1965, esta<br />

vez con menos actuaciones aún, hasta que<br />

el (14-09-1967) toreó, cómo no, en Barcelona<br />

la última corrida de su vida, de don Joaquín<br />

Buendía, con <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> y Juan García<br />

(Mondeño).<br />

(*) Presenció la corrida el célebre pintor Juan Lara, quien trazó con su lápiz<br />

«unos ágiles apuntes del extraño suceso.»<br />

El PUERTO de SANTA MARÍA


<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />

El PUERTO de SANTA MARÍA<br />

Apuntes biográficos y profesionales - I<br />

65


Apuntes biográficos y profesionales - I<br />

1958:<br />

Mayo:<br />

01:<br />

El domingo (01-05-1958), confirmó su<br />

docto-rado el diestro colombiano Pepe<br />

Cáceres, en la Plaza de Toros de Madrid, de<br />

manos de <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> y ante la presencia<br />

de Antonio Chenel (Antoñete), con el astado<br />

de nombre Saltador, de la ganadería<br />

española de don Clemente Tassara.<br />

08:<br />

<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>, Juan García<br />

(Mondeño) y Antonio Borrero Morato<br />

(Chamaco) alternaron en Madrid en mayo de<br />

1958, día que confirmó su alternativa<br />

Chamaco. A la postre su presentación en<br />

Madrid no llegó hasta esa última temporada,<br />

el cederle Julio Aparicio la muerte del toro,<br />

llamado Sevillano, de don Alipio Pérez-<br />

Tabernero, en presencia de Luis Segura. Su<br />

tardanza en rendir pleitesía a la plaza de Las<br />

Ventas nunca le fue perdonada por la afición<br />

madrileña, que no le recibió de buen agrado<br />

y no avaló sus éxitos en otras plazas, aunque<br />

cortara una oreja muy discutida días<br />

después. Desde entonces comenzaron a<br />

bajar la chispa y los contratos del<br />

espectacular torero de Huelva, que se<br />

mantuvo en un segundo plano hasta 1962,<br />

cuando dejó de torear e incluso se creyó que<br />

se había retirado. Pero aún volvió a los ruedos<br />

en 1965, esta vez con menos actuaciones<br />

aún, hasta que el (14-09-1967) toreó, cómo<br />

no, en Barcelona la última corrida de su vida,<br />

del hierro de don Joaquín Buendía, con <strong>Rafael</strong><br />

<strong>Ortega</strong> y Juan García (Mondeño).<br />

15:<br />

<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez -matador<br />

de toros, nacido en San Fernando (Cádiz), el<br />

66<br />

<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />

(04-07-1921), que recibió su alternativa el (02-<br />

10-1949), en la plaza de Las Ventas (Madrid)se<br />

doctoró en la misma plaza, el (15-05-<br />

1958), de manos de Luis Segura y de testigo<br />

Antonio Chenel (Antoñete), con el toro de<br />

nombre Elegido, de la ganadería de don<br />

Fermín Bohórquez Gómez.<br />

El (27-04-1958) toreó en la Plaza Real<br />

de El Puerto de Santa María, cortando 2<br />

orejas, un rabo y saliendo a hombros por la<br />

Puerta Grande, la quinta vez de las 8 veces<br />

que volvió a cruzarla, logrando en total 24<br />

orejas y 3 rabos. Recibió <strong>Rafael</strong> su doctorado<br />

once años después de su alternativa en la<br />

misma Plaza de Toros madrileña de Las<br />

Ventas. El rejoneador Ángel Peralta, lidió con<br />

ellos. No cortó Segura orejas esa tarde isidril,<br />

pero sí en la siguiente, el (21-05-1958), a un<br />

toro de don Alipio Pérez-Tabernero.<br />

Julio:<br />

20:<br />

Con la actuación del rejoneador D.<br />

Ángel Peralta, que era la séptima vez que se<br />

presentaba, se inició la corrida del domingo<br />

20-07-1958, en la Plaza Real de El Puerto de<br />

Santa María, en la que intervinieron los<br />

diestros de a pie <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />

–actuaba la doceava vez-, Gregorio Sánchez<br />

–éste hacía su presentación en nuestro cosoy<br />

Curro Girón –éste llegó a trabajar la primera<br />

vez como novillero la tarde del 08-07-1956 y<br />

día que reseñamos era también la primera,<br />

pero como matador-, que lidiaron seis<br />

astados de la ganadería jerezana de D. José<br />

Villar Vega (5). Los dos últimos citados<br />

diestros venían actuando juntos en casi todas<br />

las plazas a lo largo de esa temporada.<br />

Pasa a la página nº 68.<br />

(5) En 1955 don Pedro Domecq y Rivero vendió la ganadería, oriunda de Gallardo, a don<br />

José Villar Vega, el cual la enajenó en 1959 a los señores Núñez Hermanos (Carlos y<br />

Marcos), que a su vez se la venden a don José Luis y don Pablo Martín Berrocal. En<br />

1981 fue nuevamente adquirida por los hermanos Núñez, que se le vendieron en 1983 a<br />

su actual propietario.<br />

El PUERTO de SANTA MARÍA


<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />

El PUERTO de SANTA MARÍA<br />

Apuntes biográficos y profesionales - I<br />

67


Apuntes biográficos y profesionales - I<br />

Viene de la página nº 66.<br />

El ganado, en general, tuvo poder y<br />

codicia con los de a caballos, siendo los<br />

mejores el tercero, quinto y sexto. Sin<br />

embargo, el festejo no llegó ni siquiera a<br />

entretener y los espectadores aguantaron con<br />

paciencia el encierro, si bien Girón fue el<br />

triunfador y la nota colorista y humana la protagonizaron<br />

tres maletillas que se arrojaron<br />

con sus muletillas, porque del dormilón<br />

espectáculo, lo destacable lo llevaron a cabo<br />

los picadores, realizando su trabajo con<br />

sanguinaria alevosía y premeditación, para<br />

dejar en la mínima expresión el poder y la<br />

codicia iniciales de los toros, que abusaron<br />

con el descarado consentimiento de los<br />

desganados jefes.<br />

La labor de los banderilleros consistió,<br />

al parecer, como recreándose en dar<br />

capotazos sin ton ni son, en el más absurdo<br />

desorden. Con unos diestros sin concentrarse<br />

anímicamente en su labor, todo<br />

termina desluciéndose y hasta los toros,<br />

1958:<br />

Agosto:<br />

31:<br />

El quinto de los festejos a «Plaza<br />

Partida», se celebró en la Plaza Real de El<br />

Puerto de Santa María, el (31-08-1958) y en<br />

esta ocasión fueron 6 toros y 6 novillos, todos<br />

ellos de D. Carlos Núñez, de Tarifa (Cádiz),<br />

que fueron lidiados, los toros, por <strong>Rafael</strong><br />

<strong>Ortega</strong>, Gregorio Sánchez y Juan Antonio<br />

Romero, y los novillos por Pepe Álvarez, de<br />

El Puerto; Emilio Oliva (padre), de Chiclana<br />

de la Frontera (Cádiz) y <strong>Rafael</strong> de Paula, de<br />

Jerez de la Frontera (Cádiz). El ganadero<br />

gaditano presentó bravos, nobles y<br />

manejables toros y novillos, siendo<br />

únicamente protestado el quinto de la tarde,<br />

segundo de Gregorio Sánchez. Los programa<br />

de mano hacían curiosas advertencias. Por<br />

ejemplo, que la corrida sería presidida y<br />

asesorada de la forma ordinaria, y que para<br />

la novillada habría una delegación de la<br />

68<br />

<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />

Presidencia, por lo que los cambios de<br />

suertes y demás, serían ordenados por cada<br />

una de ellas con distintos toques de clarines.<br />

La división de la Plaza estaba ya hecha antes<br />

del desfile de las cuadrillas, que en esta<br />

ocasión lo hicieron por puertas distintas y<br />

recorridos diferentes. Igualmente había doble<br />

puerta de toriles. Los tres primeros toros se<br />

lidiaron en la media Plaza, correspondiente a<br />

los tendidos de Sombra, y los tres últimos a<br />

los del Sol, simultaneándose la lidia de cada<br />

toro con la de un novillo. También había dos<br />

bandas de música, una por cada mitad de la<br />

Plaza. En este espectáculo se cubrieron los<br />

tendidos y las gradas en su totalidad, siendo<br />

los precios de 190 pesetas el tendido de<br />

Sombra y 90 pesetas el de Sol. Y finalmente<br />

se hacía la advertencia de que para el caso<br />

de que algún astado saltase la valla, habría<br />

habilitada en ésta dos puertas comunicantes,<br />

para facilitar la vuelta del animal a su mitad<br />

de ruedo correspondiente.<br />

La reseña de ambos festejos<br />

podemos resumirla diciendo: Que <strong>Rafael</strong><br />

<strong>Ortega</strong> fue el único triunfador al cortar una<br />

oreja, pero en sus dos faenas no puso el<br />

entusiasmo de otras veces, tal vez por lo<br />

descastados que llegaron sus toros a la<br />

muleta. El segundo en la terna, Gregorio<br />

Sánchez, como en la corrida de su presentación,<br />

estuvo desganado, carente de sitio,<br />

pese a que en ambas ocasiones le tocaron<br />

buenos toros. Al tercero, Juan Antonio<br />

Romero, como otras veces, su decidido<br />

empeño por agradar le hizo lucir su valentía,<br />

escuchando aplausos en las banderillas y al<br />

torear de rodillas, pero falló con la espada,<br />

usándola con mal estilo.<br />

En las novilladas –recordamos que<br />

al finalizar la muerte de las seis primeras<br />

reses se permutaron las cuadrillas para<br />

lidiarse los otros seis cornúpetas-, Pepe<br />

Álvarez escuchó ölés en su primero, que<br />

toreó sin pararse, sufriendo por lo desconfiado<br />

más de un desarme. Cuenta el cronista que<br />

brindó su segundo a D. Eduardo Ruiz, y<br />

Pasa a la página nº 70.<br />

El PUERTO de SANTA MARÍA


<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />

El PUERTO de SANTA MARÍA<br />

Apuntes biográficos y profesionales - I<br />

69


Apuntes biográficos y profesionales - I<br />

Viene de la página nº 68.<br />

cumplió en la faena. Con el acero no logró<br />

golpes efectivos, escuchando un aviso. Emilio<br />

Oliva, que no se acopló con sus enemigos,<br />

lo que no le impidió sacar su reconocido valor,<br />

dejando al descubierto que no lograba jugar<br />

bien los brazos, por lo que resultó a veces<br />

atropellado. Sin embargo, por su voluntad fue<br />

premiado con una vuelta al ruedo en su<br />

primero. A <strong>Rafael</strong> de Paula, indecisopara<br />

afrontar exitosamente la lidia de los toros,<br />

apenas hizo cositas sueltas, pero eso sí, no<br />

se olvidó en ningún momento de mantener<br />

una distancia con el toro y, claro, a la hora de<br />

matar se echó hacia las «afueras», pasando<br />

otra vez por nuestro coso dejando su peculiar<br />

estela de excesivas precauciones.<br />

Para satisfacción del aficionado<br />

curioso, ofrecemos la relación de los toros<br />

lidiados en esta corrida, con indicación de su<br />

capa, peso en canal y espada que le dio<br />

muerte. Fueron: Chirrino, negro, 289 kgs.,<br />

<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>; Capachero, negro, de 273<br />

kgs.; Perdigón, colorado ojinegro, 255 kgs.,<br />

Juan Antonio Romero; Leñador, negro<br />

bragado, 272 kgs., <strong>Ortega</strong>; Lechuzo, negro,<br />

285 Kgs., Sánchez; Picapleito, negro, 283<br />

Kgs., Romero. Promedio de la corrida: 276<br />

kilos y medio a la canal, correspondiendo a<br />

una media de 556 kilos en vivo.<br />

Y los novillos lidiados fueron: Fogón,<br />

negro listón, 221 Kgs., Pepe Álvarez; Florido,<br />

mulato, 244 Kgs., Emilio Oliva; Furioso,<br />

mulato, 227 Kgs., <strong>Rafael</strong> de Paula;<br />

Aborreció, mulato burraco, 273 Kgs.,<br />

Álvarez; Volador, negro, 248 Kgs., Oliva. Y<br />

Jumillano, negro, 244, Paula. Promedio de<br />

la novillada: 243 kilos a la canal, correspondiendo<br />

a una media de 490 en vivo.<br />

De todos los festejos que se<br />

celebraron durante esa época, cabe destacar<br />

los de a Plaza Partida, hecho singular y único<br />

que en pocas ciudades españolas se han<br />

celebrado. El primero de estos festejos de<br />

los que se tienen noticias, se celebró el (12-<br />

07-1835), en el que se lidiaron 10 toros, los<br />

4 primeros a plaza entera y los 6 restantes a<br />

70<br />

<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />

plaza partida, levantándose la barrera divisoria<br />

en breve tiempo. Los toros eran 4 de la viuda<br />

de Montero de esta ciudad, y los 6 restantes<br />

de D. José M. Alvareda, también de El Puerto,<br />

siendo lidiados por Juan Hidalgo, de San<br />

Fernando (Cádiz) y Luis Rodríguez, de Sevilla,<br />

actuando de media espada José Díaz<br />

(Mosquita), de Cádiz y sobresaliente<br />

Francisco Benítez (El Panadero), de El<br />

Puerto.<br />

En aquélla época, los picadores eran<br />

más populares, más importantes en los<br />

carteles que los matadores, destacando entre<br />

ellos Cristóbal Marchante, de Medina Sidonia<br />

(Cádiz), Carlos Puerto y Erasmo Olbera, de<br />

El Puerto, que formaban parte de este cartel<br />

y tendrían que pasar 32 años para que se<br />

volviese a celebrar nuevamente este tipo de<br />

festejo. En esta ocasión fue el (01-09-1867),<br />

lidiándose 7 toros, 4 de Núñez Pardo y tres<br />

de Eduardo Shelly, de Vejer de la Frontera<br />

(Cádiz). Sin embargo, algo anda mal, porque<br />

en otra crónica se dice que el día (01-09-<br />

1867), el toro de nombre Tirabuzones, de don<br />

José Antonio Adalid, fue lidiado en El Puerto<br />

de Santa María, cuyo astado llegó 30 veces a<br />

los picadores, mató seis caballos, conservando<br />

sus facultades hasta morir, poniendo<br />

en grave aprieto a varios lidiadores.<br />

En primer lugar se corrieron tres<br />

toros a plaza entera, que fueron estoqueados<br />

por Antonio Sánchez (Tato), y después se<br />

dividió el ruedo, con la valla correspondiente,<br />

y en competencia de ganaderías se lidiaron<br />

a uno y a otro lado los 4 restantes por el<br />

gaditano José Ponce y el cordobés Manual<br />

Fuentes (Bocanegra). Estos dos primeros<br />

festejos de los que se tienen noticias, se<br />

celebraron en plaza de madera, en los<br />

terrenos del Ejido de San Francisco, en el<br />

mismo lugar donde está construida la actual<br />

plaza. Esta plaza de madera fue reducida a<br />

cenizas por las llamas en 1877, dando lugar<br />

con ello a que D. Tomás Osborne Böhl de<br />

Faber y otros creen la junta iniciadora para la<br />

construcción de una plaza fija.<br />

Pasa a la página nº. 72.<br />

El PUERTO de SANTA MARÍA


<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />

El PUERTO de SANTA MARÍA<br />

Apuntes biográficos y profesionales - I<br />

Dos aspectos de la corrida a «Plaza partida» celebrada en la Plaza<br />

Real la tarde (31-08-1958). (Foto de archivo).<br />

71


Apuntes biográficos y profesionales - I<br />

Viene de la página nº 70.<br />

La tercera corrida a plaza partida<br />

solo tardó 16 años en celebrarse después<br />

de la anterior en 1867. Seria un (02-09-1883),<br />

es decir, tres años después de inaugurarse<br />

la actual Plaza Real. Cuando se celebró este<br />

tercer festejo, se calcula que unas 15.000<br />

personas vivieron el magno acontecimiento.<br />

En esta ocasión fue una corrida de 8 toros<br />

de la ganadería de Ignacio Martín que fueron<br />

lidiados por Hermosilla Manuel Díaz (Lavi),<br />

Manuel Fuentes (Bocanegra) y Luis<br />

Mazzantini. Los cuatro primeros toros se<br />

lidiaron a plaza normal y los restantes a plaza<br />

partida, dándose la circunstancia que la valla<br />

divisoria (según cuenta D. Manuel Martínez<br />

Alfonso, en su magnifico libro Plaza Real),<br />

se instaló en el tiempo record de 7 minutos.<br />

El cuarto de estos festejos (06-08-<br />

1922), fue una novillada con ocho toros de D.<br />

Francisco Molina. Habían transcurrido 39<br />

años del anterior festejo, en esta ocasión ya<br />

la valla divisoria estaba montada cuando los<br />

espectadores entraron en el coso. En primer<br />

lugar se lidiaron los 4 primeros novillos a plaza<br />

partida y los cuatro restantes a plaza normal,<br />

previamente en el descanso se había<br />

desmontado las vallas. Los matadores que<br />

estoquearon estos 8 novillos fueron,<br />

Francisco Redondo, de Chiclana de la<br />

Frontera (Cádiz) y el asturiano Miguel<br />

Casielles, ambos actuaron simultáneamente.<br />

Los cuatro restantes a plaza normal, fueron<br />

lidiados por el gaditano José Amuelo y el<br />

sevillano Domingo Correas Montes. Como<br />

anécdota cabe destacar la singularidad de los<br />

carteles, donde se anunciaba que habría 2<br />

juegos de mulillas; los precios de esta corrida<br />

fue de 6 pesetas la sombra y 3 pesetas el<br />

sol.<br />

El quinto de los festejos de este tipo<br />

(Imagen nº 2) se celebró el (31-08-1958) y en<br />

esta ocasión fueron 6 toros y 6 novillos, todos<br />

ellos de D. Carlos Núñez de Tarifa (Cádiz),<br />

que fueron lidiados por <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>,<br />

Gregorio Sánchez y Juan Antonio Romero,<br />

los toros, y los novillos por Pepe Álvarez, de<br />

72<br />

<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />

El Puerto; Emilio Oliva, de Chiclana de la<br />

Frontera (Cádiz) y <strong>Rafael</strong> de Paula, de Jerez<br />

de la Frontera (Cádiz). En esta ocasión el<br />

desfile de las cuadrillas se hicieron por<br />

puertas distintas y recorridos diferentes,<br />

habiendo doble puerta de toriles. También<br />

había dos bandas de música; en este<br />

espectáculo se cubrieron los tendidos y las<br />

gradas en su totalidad, siendo los precios de<br />

190 pesetas el tendido de sombra y 90<br />

pesetas el de sol.<br />

Después de 37 años, el (14-07-<br />

1995), se celebró el sexto y hasta el momento<br />

último festejo de este tipo. Fueron 6 toros de<br />

los señores Herederos de Cebada Gago para<br />

los matadores Francisco Núñez (Currillo),<br />

Óscar Higares y Víctor Puerto, y 6 novillos de<br />

Viento Verde, propiedad de los Hnos. Peralta,<br />

de Sevilla, para José Luis Moreno, Conrado<br />

Gil Belmonte y Víctor Manuel.<br />

En el citado Libro 5 de El Cossío se<br />

reconoce que la tradición taurina de nuestra<br />

admirable ciudad apenas si tiene parangón,<br />

por honorablemente ancestral e ilustre de<br />

milenios pletóricos de historias y culturas,<br />

puerta al mar oceánico de la mítica Tartesso<br />

argentífera, apenas si tiene igual con las de<br />

las ciudades de mayor tradición torera, Madrid<br />

o Sevilla. «Consta que antes de mediados<br />

del siglo XVIII ya se celebraban notables<br />

corridas de toros en la plaza llamada de<br />

Galeras, que se habilitaba a tal objeto. Por<br />

Real cédula de 1768 se autoriza la<br />

celebración de diez corridas de toros cada<br />

año a beneficio del Hospital de Nuestra Señora<br />

de los Milagros. Para lograrlo se hubo de<br />

construir una plaza de madera en el ejido de<br />

San Francisco, frente a la calle de Santa<br />

Lucía.» Esta plaza, como veremos más<br />

adelante, perduró hasta 1802 y fue escenario<br />

de notables sucesos taurinos, como la<br />

muerte del famoso diestros de Chiclana José<br />

Cándido, acaecida el (23-06-1771).<br />

A modo de resumen señalaremos que<br />

durante 1958 en la Real Maestranza de<br />

Caballería de Sevilla sólo se celebraron veinte<br />

Pasa a la página nº 74.<br />

El PUERTO de SANTA MARÍA


<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />

El PUERTO de SANTA MARÍA<br />

Apuntes biográficos y profesionales - I<br />

Dos aspectos de la corrida a «Plaza partida» celebrada en la Plaza<br />

Real la tarde (06-08-1922). (Foto de archivo).<br />

El cuarto de estos festejos (06-08-1922), fue una novillada con ocho toros de<br />

D. Francisco Molina.<br />

73


Apuntes biográficos y profesionales - I<br />

Viene de la página nº 72.<br />

festejos: nueve corridas y once novilladas,<br />

más los festivales a beneficio de la Cabalgata<br />

de los Reyes Magos y de la vejez del torero.<br />

Desde 1945 no se daba tan bajo número de<br />

festejos y nunca volvería a repetirse en el<br />

historial maestrante. En este año se concedieron<br />

dos alternativas sevillanas, la de <strong>Rafael</strong><br />

Jiménez (Chicuelo), el (06-04-1958) y de<br />

Diego Puerta, el (29-09-1958). Al primero lo<br />

doctoró Antonio Ordóñez, con Manolo<br />

Vázquez de testigo, y al segundo Luis Miguel<br />

Dominguín, que cortó dos orejas, con<br />

Gregorio Sánchez de testigo. Las reses<br />

fueron de Carlos Núñez y Arellano, respectivamente.<br />

El gran triunfador fue Antonio<br />

Ordóñez, con cuatro orejas, seguido de Jaime<br />

Ostos, Chamaco, Manolo Vázquez, Curro<br />

Girón (dos orejas) y <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>, con otras<br />

dos orejas. Cogidas de Jaime Ostos y <strong>Rafael</strong><br />

Jiménez (Chicuelo). Gregorio Sánchez, con<br />

ochenta y cinco corridas, y Chamaco, con<br />

setenta y tres, ocuparon los dos primeros<br />

lugares en el escalafón. Luto en el palco de<br />

los maestrantes por el fallecimiento (19-04-<br />

1958) de la Infanta Luisa Francisca de<br />

Orleáns, abuela materna del Infante Juan<br />

Carlos de Borbón. El (20-07-1958) saltó al<br />

callejón un novillo de la ganadería de Villar e<br />

hirió mortalmente al inspector de Policía<br />

Tomás González Moreno.<br />

1959:<br />

Dos nuevas cornadas de importancia<br />

volvió a sufrir <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>, en Madrid y<br />

Zaragoza, en la temporada de 1959, a pesar<br />

de haberle cortado ese año dos orejas a uno<br />

de don Eduardo II Miura, en la Feria de Abril<br />

de Sevilla. Fueron 19 las corridas que pudo<br />

sumar en 1959. En el 59 su tercera Puerta<br />

del Príncipe y su tercer rabo con otra faena<br />

para el recuerdo que inmortalizara el crítico<br />

Antonio Díaz-Cañabate en una genial crónica<br />

que veteranos aficionados aún recuerdan.<br />

Cansado un tanto por los percances y<br />

74<br />

<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />

desilusionado por la poca repercusión de sus<br />

éxitos en los despachos, sus tempo-radas<br />

siempre fueron cortas, anuncia su retirada en<br />

el año 60.<br />

Abril:<br />

26:<br />

Hacía casi cuatro años que la<br />

prestigiada vacada de Concha y Sierra no<br />

corría sus astados en la Plaza Real de El<br />

Puerto de Santa María. La última vez, sus<br />

novillos, anunciados para el domingo (04-09-<br />

1955), que iban a ser lidiados por la terna<br />

formada por Jaime Bravo, Juan Antonio<br />

Romero, se quedaron con las ganas, pues<br />

fue suspendida. Y hay que retroceder hasta<br />

el (28-08-1927) para ver en carteles de la<br />

Plaza Real una corrida a nombre de Concha<br />

y Sierra, de la señora Viuda, que torearon<br />

<strong>Rafael</strong> Gómez (El Gallo), Juan Belmonte y<br />

Francisco Vega de los Reyes (Gitanillo de<br />

Triana). Así que los aficionados portuenses<br />

tardaron 32 años en ver toros de esa famosa<br />

divisa.<br />

Y así, la tarde del (26-04-1959)<br />

actuaron en nuestro emblemático coso Ángel<br />

Peralta, como rejoneador y los diestros de a<br />

pie <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez, Ramón Solano<br />

(Solanito) y Juan García (Mondeño) –éste era<br />

la novena vez que actuaba en la Plaza Real-<br />

, que lidiaron siete astados de la vacada<br />

sevillana citada y procedían del cortijo de la<br />

«Abundancia», y obtuvieron general aceptación<br />

por su buena presentación, fina<br />

hechuras y bien encornada. Buenos fueron<br />

especialmente el 1º , 4º y 6º, porque los otros,<br />

con excepción de de rejones que fue<br />

extraordinario, resultaron desangelados de<br />

bravura y codicia, quedándose cortos en las<br />

acometidas. La plaza con muy buena entrada,<br />

aunque el festejo fue aburrido y similar a las<br />

corridas celebradas en la Feria de Abril<br />

sevillana.<br />

Le reseña, lógicamente, la iniciamos<br />

con D. Ángel Peralta, que fue quien se llevó<br />

el merecido triunfo de la jornada y la única<br />

Pasa a la página nº 76.<br />

El PUERTO de SANTA MARÍA


<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />

El PUERTO de SANTA MARÍA<br />

Apuntes biográficos y profesionales - I<br />

75


Apuntes biográficos y profesionales - I<br />

Viene de la página nº 74.<br />

oreja del encierro. Y es que en justicia se lo<br />

ganó a puritita ley el rejoneador de Puebla del<br />

Río, por su elegancia sobre sus caballos, por<br />

el dominio de los terrenos para salir de frente<br />

y cuartear muy atinadamente. El maestro del<br />

rejoneo clavó banderillas muy gallardamente<br />

y al colocar un par a dos manos, se inclinó<br />

tanto sobre el toro, que caballo y caballero<br />

perdieron el equilibrio y cayeron a la arena.<br />

Circunstancialmente, el banderillero Mota de<br />

la Isla, que se hallaba en callejón como<br />

espectador, saltó raudo y veloz al redondel e<br />

hizo el quite que evitó una desgracia, dando<br />

la vuelto al ruedo al final con el rejoneador,<br />

fundiéndose ambos en un fuerte y sentido<br />

abrazo en el centro del anillo.<br />

<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> lanceó a su primero<br />

con cuatro verónicas a compás abierto,<br />

suerte que solía repetir. Se lució por chicuelitas<br />

y, brindando a los espectadores, inició<br />

la faena de muleta sentado en el estribo, para<br />

continuar con la derecha y un ceñido pase<br />

de pecho. Fueron las mejores «piezas» de<br />

su trabajo y en ambos toros se le aplaudió.<br />

<strong>Rafael</strong> Solano (Solanito), al que<br />

debemos decir que le tocaron los toros<br />

menos lidiables, para poderles dominar de<br />

frente, se encontró con que el primero era un<br />

tanto manso y, por ello, el diestro se apresuró<br />

a liquidarlo. La faena a su segundo aún estuvo<br />

más descafeinada, porque el toro estaba<br />

desganado para embestir, logrando<br />

aplaudirse sólo en las banderillas, aunque se<br />

le aplaudieron varios quites.<br />

A nuestro paisano de Puerto Real se<br />

le ovacionaron por todo lo alto una serie de<br />

temerarias y ajustadas gaoneras –la quietud<br />

fue su identidad torerar-, que recetó a su<br />

primero, al que también le dio dos ayudados,<br />

igualmente jaleados. Pero pronto la res se<br />

manifestó con recelos, se desganó en las<br />

acometidas y el singular diestro comenzó a<br />

desconfiar. Semejante actitud la llaman «de<br />

contra estilo» en el toreo, que no en la pintura,<br />

provocando las naturales discrepancias de<br />

caracteres en las personas. Acabó con su<br />

76<br />

<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />

desganado enemigo de un pinchazo y<br />

estocada al cuarto de la tarde, contando con<br />

el de rejones. A su segundo, último del<br />

festejo, le hizo una buena faena, por sus<br />

medidos y poderosos doblones, y al que dio<br />

una serie de pases con ambas manos,<br />

sufriendo algunos derrotes, que como<br />

siempre, el de Puerto Real aguantó con valor,<br />

pero falló con la de acero.<br />

NOTA. Nueve días antes de la corrida,<br />

concretamente, el 15 de abril, se pintaron por<br />

primera vez las rayas de los picadores sobre<br />

el albero, por Orden del Ministerio de<br />

Gobernación.<br />

1959:<br />

Mayo:<br />

17:<br />

El sólo nombre de <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> fue<br />

ornato de las ferias españolas más<br />

importantes. En el recuerdo están el rabo a<br />

un Miura en Sevilla en 1954 y la gran faena al<br />

toro, llamado Mariscal, marcado con el<br />

número 19 y de pelaje negro, de D. Clemente<br />

Tassara, el (17-05-1959), que inspiró al<br />

cronista del periódico ABC, Antonio Díaz-<br />

Cañabate, una de sus mejores crónicas. El<br />

mismo año, también durante el serial<br />

madrileño de San Isidro –sin duda en otra<br />

corrida-, el toro de nombre Rosaledo, también<br />

marcado con el nº 19, de pelaje negro, de la<br />

misma ganadería, obtuvo del premio al mejor<br />

toro de dicho serial, por su extraordinario<br />

comportamiento en los tres tercios de la lidia.<br />

Ocupó el décimo lugar de la lista y de los 46<br />

toros premiados entre 1950 y 1996.<br />

La citada «lista» es como sigue:<br />

1951: Rizador, nº 25, cárdeno, de don Felipe<br />

Pablo Romero. 1952: Cachiporra, nº 44,<br />

negro, de don Fermín Bohóquez Gómez.<br />

1953: Escamillo, nº 44, negro, de don Antonio<br />

Urquijo. 1954: Italiano, nº 208, negro, de don<br />

Antonio Urquijo. 1955: Lunero, nº 74, negro<br />

bragado, de don Carlos Núñez. 1956:<br />

Farolero, nº 18, negro, de doña Eusebia<br />

Galache. 1957: Grasito, nº 26, negro, de don<br />

El PUERTO de SANTA MARÍA


<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />

Antonio Pérez Tabernero Sanchón de San<br />

Fernando. 1958: Rosaledo, nº 21, cárdeno,<br />

de don Felipe Pablo Romero. 1959: Mariscal,<br />

nº 19, negro, de don Clemente Tassara.<br />

La Feria de San Isidro madrileña,<br />

repetimos, no sólo supone el ciclo más largo<br />

de corridas y, por tanto, el de mayor número<br />

de toros lidiados, acercándose durante los<br />

últimos años a los treinta festejos celebrados,<br />

sino también, en líneas generales, las de<br />

mayores exigencias sobre las condiciones<br />

que deben reunir los toros, aunque a veces,<br />

el desmedido celo de algunos grupos de<br />

aficionados por el tamaño de los toros, peso<br />

y armadura, más bien parecen que quisieran<br />

resucitar los ancestrales toros pintados en la<br />

cueva rupestre de Altamira. Y sin embargo,<br />

ya es bien sabido que los toros demasiado<br />

grande y pesados, no son siempre aptos para<br />

una lidia artística y, como se casan pronto,<br />

se dedican a defenderse dando cornadas.<br />

Agosto:<br />

02:<br />

La reseña de la corrida celebrada en<br />

la Plaza Real de El Puerto de Santa María, la<br />

tarde veraniega del (02-08-1959), debe<br />

comenzarse, con todos los merecimientos,<br />

citando en especialmente al ganadero D.<br />

Juan Guardiola, porque encierro que nos<br />

envió, con divisa grana y oro –según el<br />

cronista- «… tuvieron el tratamiento de usía,<br />

ya que fueron todos de fina lámina, gran trapío<br />

y tuvieron entre cinco y seis años; es decir,<br />

que traían la madera de los toros de antes.»<br />

Pese a que estábamos en 1959, todos los<br />

espectadores conocedores comprendieron<br />

que esos toros eran los que hacían falta para<br />

llevar a la Fiesta por su antiguo y justo cauce.<br />

¿Qué dirían de los de hoy? Porque los<br />

«guardiolas» tenían caras de pocos amigos<br />

y menos genas de fiesta populachera, así que<br />

acometieron con casta brava al percal y,<br />

además, como debía ser, «sobrados de<br />

patas», sin despegar las armaduras del peto,<br />

para llegar al último tercio «con el aplomo y<br />

desarrollando el comportamiento de su edad.<br />

El PUERTO de SANTA MARÍA<br />

Apuntes biográficos y profesionales - I<br />

Y la reseña de las actuaciones de los<br />

diestros la iniciamos con el cabeza de la terna,<br />

«El Torero de Isla», que reaparecía después<br />

de las dos cogidas –la de Madrid y la de<br />

Zaragoza-, se encontró de salida con un toro<br />

cuya presencia fue recibida con una gran<br />

ovación de los espectadores, y con Juan<br />

García (Mondeño). Este astado arrancó tres<br />

tablas de una barrera y rasgó dos capotes<br />

con la misma facilidad que se parte un papel<br />

de fumar, achuchando de salida al diestro a<br />

la salida de unos lances, rasgándole la<br />

taleguilla de tal forma que hubo de continuar<br />

la lidia con un pantalón blanco de «paisano»<br />

y sin chaquetilla, dejando ver su acrisolada<br />

veteranía y sus sobrados conocimientos con<br />

«aquellos de antaño.»<br />

Y como de costumbre, se entregó en<br />

cuerpo y alma toreras a la concurrencia, pese<br />

a lo sucedido. «Con la franela estuvo medido,<br />

justo y porfión.» A sus dos enemigos, que<br />

llegaron punteando en demasía, los remató<br />

de dos medias en su sitio, siendo ovacionado<br />

y teniendo que responder reiteradas veces a<br />

quienes le aclamaban desde los tendidos. Se<br />

rumoreaba que esa tarde era su penúltima<br />

corrida, la que hacía el número 15 de sus<br />

actuaciones en la Plaza Real –la onceava de<br />

Juan García (Mondeño) y la séptima de<br />

Antonio González-, pero fue la última de su<br />

primera etapa, pues reapareció en El Puerto<br />

siete años después, concretamente el (10-<br />

07-1966), toreando dos tarde más ese mismo<br />

año, siendo su verdadera última corrida la<br />

tarde del (21-08-1966), habiendo actuado en<br />

la Plaza Real en 18 ocasiones.<br />

De Juan García (Mondeño) hay que<br />

decir, a juicio del cronista, que «… si genial<br />

estuvo en la última corrida (6, a pie de la página<br />

78) en El Puerto, la de esta tarde la superó»,<br />

ya que realizó su mejor faena desde que vistió<br />

el traje de luces. Los cuatro ayudados, los<br />

dados en redondo y los naturales de su firma,<br />

con su mágica cadencia y quietud, fueron<br />

además kilométricos por la manera de alargar<br />

el brazo, consiguiendo su magistral faena.<br />

Pero a la hora de la suerte suprema no le<br />

77


Apuntes biográficos y profesionales - I<br />

acompañó la suerte y todo se quedó en varias<br />

vueltas al ruedo. Fue una verdadera lástima,<br />

«pues la faena fue honda, cargada de<br />

sentimientos y de gran belleza.»<br />

Y el que cerró la terna y la tarde torera,<br />

el sevillano Antonio González, tampoco se<br />

amilanó ante la envergadura de sus cuajados<br />

enemigos, a los que el rabo les llegaba a<br />

barrer la arena, ofreciendo con ellos un curso<br />

de buen toreo. «Con la capuchuela estuvo<br />

elegante –nos reseña el cronista-, tanto al<br />

lancear como en sus garbosas chicuelinas.<br />

En su primero, el público saboreó su faena<br />

con ambas manos, y como lo desplomó con<br />

media lagartijera fulminante, tuvo quedar la<br />

vuelta al ruedo y saludar desde el tercio. Con<br />

su segundo encastado enemigo entabló una<br />

enconada y porfiada lucha, pues llegó el toro<br />

al último tercio un tanto quedado y defendiéndose<br />

peligrosamente, llegando a<br />

puntearle, lo que provocó una cálida respuesta<br />

de toda la concurrencia, que el<br />

sevillano agradeció saludando como debe<br />

ser, con la montera en mano.<br />

(Cartel en la página nº 77).<br />

1959:<br />

Octubre:<br />

12:<br />

<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez toreó en la<br />

temporada de 1959 un total de 19 corridas.<br />

En una de ellas, celebrada en la Plaza de<br />

Toros de Zaragoza, durante las tradicionales<br />

de las fiestas de la Virgen del Pilar, fue cogido<br />

muy aparatosamente por un toro del marqués<br />

de Domecq, al entrar a matar, que le produjo<br />

una herida en la región auricular izquierda,<br />

de pronóstico menos grave. Se le concedió<br />

la oreja del astado, que los miembros de su<br />

cuadrilla le llevaron a la enfermería de la plaza.<br />

A modo de resumen en Andalucía, en<br />

la Real Maestranza de Caballería de Sevilla,<br />

se celebraron en 1959 un total de once<br />

78<br />

<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />

corridas de toros y diecisiete novilladas,<br />

además de tres festivales a beneficio de la<br />

Vejez del Torero, el Ateneo y Manuel Ponce.<br />

Este año se concedieron tres alternativas:<br />

Juan Mondeño, el (29-03-1959), Antonio<br />

González, el (28-05-1959) y Antonio Cobos,<br />

el (29-09-1959). Apadrinaron los nuevos<br />

doctores Antonio Ordóñez (Mondeño y<br />

González) y Joaquín Bernardó, a Antonio<br />

Cobos. Los testigos fueron, Manolo Vázquez,<br />

Curro Romero y Trincheira, con reses de don<br />

Raimundo Moreno de Guerra, don Clemente<br />

Tassara y don Salvador Guardiola, respectivamente.<br />

Fue el primer año de gerencia<br />

empresarial de don Diodoro Canorea. En las<br />

corridas feriales triunfaron los diestros Curro<br />

Romero (dos orejas en el toro de su<br />

presentación como matador de toros),<br />

Manolo Vázquez y Antonio Ordóñez, con dos<br />

orejas cada uno; <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>,(dos orejas),<br />

Juan García (Mondeño) y Curro Girón. Éste<br />

resultó cogido por un toro de don José Matías<br />

Cobaleda, el (24-04-1959). Curro Girón, con<br />

setenta corridas, y Gregorio Sánchez, con<br />

sesenta y dos, ocuparon los primeros<br />

puestos en el escalafón.<br />

1960:<br />

<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> tan sólo se vistió de<br />

torero en cinco ocasiones y decidió<br />

abandonar la profesión en la que tantos<br />

triunfos lograra. Grande fue la sorpresa de<br />

los aficionados cuando la temporada de 1966<br />

retornó a los ruedos. Desde entonces, gustó<br />

de ayudar en sus inicios a varios novilleros,<br />

entre ellos, a sus paisanos Francisco Rivera<br />

(Paquirri) y Ruiz Miguel, que tuvieron mucho<br />

que agradecerle. Reapareció en 1966.<br />

Se decía que su atípico y poco<br />

agraciado físico no era el mejor envoltorio para<br />

que el gran público apreciase la cristalina<br />

Pasa a la página nº. 80.<br />

(6) Efectivamente, la tarde del 12 de julio anterior, Juan García (Mondeño) se comportó<br />

como «un maestro de maestros», alternando nada más ni nada menos que con los<br />

poderosos diestros Luis Miguel Dominguín y Antonio Ordóñez, que lidiaron seis toros de<br />

D. José Benítez Cubero.<br />

El PUERTO de SANTA MARÍA


<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />

El PUERTO de SANTA MARÍA<br />

Apuntes biográficos y profesionales - I<br />

79


Apuntes biográficos y profesionales - I<br />

80<br />

<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />

Viene de la página nº. 78. siempre estuvo atento a evitar sustos con<br />

pureza de su toreo. <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> sólo pudo<br />

contratar 5 corridas de toros en la temporada<br />

de 1960, lo que le empujó a retirarse de los<br />

ruedos. Desde entonces, gustó de ayudar en<br />

sus inicios a varios novilleros, entre ellos, a<br />

sus paisanos Francisco Rivera (Paquirri) y<br />

Ruiz Miguel, que tuvieron mucho que agradecerle.<br />

Siguiendo con <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>, volví a<br />

verlo en 1961, esta vez en el cortijo de<br />

Bolaños, de don José Luis Osborne Vázquez,<br />

inolvidable amigo con el que muchas veces,<br />

en la sacristía de las Bodegas Osborne de El<br />

Puerto de Santa María, compartí con él el<br />

aromático Fino Coquinero, platicando de<br />

toros -o bien en la sacristía de las Bodegas<br />

de González Byass, charlando sobre el<br />

Parque Nacional de Doñana y su rica fauna<br />

silvestre, con el señor marqués de Bonanza,<br />

don Manuel María González Gordon, dueño<br />

de las Bodegas, al que los suyos y este<br />

servidor le llamábamos «Tío Manolo», pues<br />

tal era su inmensa categoría humana y<br />

sencillez-, cada vez que durante las<br />

vacaciones, iba a El Puerto y a Jerez a pasar<br />

unos días de descanso con la que después<br />

sería mi querida esposa, doña Alicia Abreu<br />

Portillo.<br />

Allí estaba <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>, con don<br />

José María Pemán y José Luis Osborne,<br />

cuando llegamos todos los asambleístas del<br />

XIV Congreso Internacional de la Unión de<br />

Estudiantes de Veterinaria, del que fue<br />

Presidente el después notabilísimo político<br />

español, el doctor don Luis Mardones Sevilla<br />

y este servidor de ustedes, Secretario<br />

organizador. <strong>Rafael</strong> estuvo llevando con el<br />

ilustre ganadero la tienta de las becerras que<br />

nos ofrecieron, seguida de los correspondientes<br />

capotazos y muletazos deshilvanados<br />

por parte de los congresistas más<br />

atrevidos. Hasta algunos estudiantes de<br />

detrás de la entonces cortina de acero,<br />

hicieron sus pinitos con el percal... , como el<br />

joven Tabakobich, y probaron las amarguras<br />

de los revolcones, pero <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong><br />

oportunos y brillantes quites, que todos los<br />

asistentes extranjeros jalearon.<br />

Platicando después de la tienta con<br />

mi paisano <strong>Rafael</strong> -sin dejar de saborear la<br />

riquísima paella de mariscos obsequiada por<br />

las Bodegas Osborne, que siempre se ha<br />

distinguido por sus atenciones… ¡Y así<br />

siguen!-, sobre la calidad biológica tan<br />

deficientes de muchas becerras tentadas, él<br />

manifestó su preocupación por la flojedad que<br />

presentaron... y ¡fíjate! -decía-, que las más<br />

bravas y nobles, las mejores, son las que<br />

más se caen... Lo cual resulta de lo más<br />

lógico, ya que a mayor temperamento y<br />

casta, más desequilibrio se presenta entre<br />

las órdenes emanadas del centro cerebral de<br />

la bravura y la incapacidad de los órganos<br />

motores para cumplirlas. Las añojas menos<br />

tempe-ramentales, las menos nerviosas, y a<br />

la vez más disminuida en acometividad,<br />

lógicamente, no se caían tanto.<br />

1966:<br />

La reaparición de <strong>Rafael</strong> en 1966 fue<br />

como la de «Antoñete» en Madrid, con casi<br />

45 años de edad logró que la nueva crítica le<br />

diera el sitio que no le habían dado los<br />

cronistas de los años 50. En San Isidro de<br />

1967 cuajó una de las faenas imborrables que<br />

han tenido lugar en la Monumental de Las<br />

Ventas, que realiza a un toro de Higuero, y en<br />

Barcelona el 1 de octubre, el toro llamado;<br />

Capuchino», de la ganadería de Hoyo de la<br />

Gitana, le pegó una cornada gravísima que lo<br />

puso al borde de la muerte . Este percance,<br />

una cornada que le atravesó el muslo<br />

izquierdo, precipitó su retirada en 1968.<br />

Tuve el privilegio, cita un cronista, de<br />

conocerle, allá en su Isla de San Fernando.<br />

Juntos, en compañía del periodista<br />

salmanquino Alfonso Navalón y del matador<br />

Francisco Ruiz Miguel, participamos en un<br />

tentadero en casa de Manolo Camacho,<br />

donde fuimos en compañía del querido amigo<br />

Oscar Aguerrevere Vegas, entonces alto<br />

El PUERTO de SANTA MARÍA


<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />

ejecutivo de Viasa. El levante hizo que los<br />

bisoños nos tapáramos, pero la lección del<br />

maestro fue grande en el dominio de los<br />

elementos y de las reses. Al día siguiente nos<br />

refugiamos con <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> y su primo<br />

Paco <strong>Ortega</strong> en La Venta de Vargas, el sitio<br />

más torero de toda Andalucía. Estuvo locuaz,<br />

sentencioso, habló del toreo de ayer, del arte<br />

de siempre. Los cuadros de Franconeti y del<br />

Silverio, como las fotos de la Paquera de<br />

Jerez y de La Niña de los Peines y las de<br />

aquellos toreros antiguos que cuelgan sus<br />

pesados trajes dorados de las viejas paredes<br />

de la Cádiz torera, fueron los oídos de la<br />

última lección del toreó que le escuché a<br />

<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>.<br />

Marzo:<br />

24:<br />

El (24-03-1966), luego de una faena<br />

brillante al bravo y noble toro, de nombre<br />

Martincho, de la ganadería de Manuel<br />

Martínez, en la Monumental «Plaza México»<br />

–la más grande del Mundo-, con el corte de<br />

dos orejas, el diestro <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> se ganó<br />

la Oreja de Oro.<br />

Julio:<br />

10:<br />

<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>, que en la temporada<br />

de 1960 tan sólo se vistió de torero en cinco<br />

ocasiones, ninguna de ellas en la Plaza Real<br />

–en ésta toreó la última corrida de su primera<br />

etapa la tarde (02-08-1959)-, decidiendo<br />

abandonar la profesión, cuya noticia hizo<br />

pensar a los aficionados que la Fiesta perdería<br />

un gran valor por su hombría y pundonor, en<br />

la que tantos triunfos lograra, dejó gratamente<br />

sorprendido a todos los aficionados cuando<br />

la temporada de 1966 retornó a los ruedos<br />

para, en lucha con su edad y su excesivo<br />

peso, continuar exitosamente su carrera<br />

taurina. El acontecimiento, que resultó un<br />

«triple triunfo y gran cartel», tuvo lugar en la<br />

Plaza Real de El Puerto de Santa María, el<br />

(10-07-1966), en cuya corrida toreó ganado<br />

de D. Carlos Núñez, alternando con Juan<br />

El PUERTO de SANTA MARÍA<br />

Apuntes biográficos y profesionales - I<br />

García (Mondeño) y Sebastián Palomo<br />

(Linares), logrando cortar las dos orejas y el<br />

rabo a su segundo enemigo, antes de salir a<br />

hombros del emblemático coso. Y es que,<br />

necesitado económicamente, tuvo que volver<br />

a los toros, en la sexta de las 8 veces que<br />

volvió a cruzar la Puerta Grande y en la que<br />

logró cortar un total 24 orejas y 3 rabos-, en<br />

presencia de dos jóvenes valientes como<br />

Juan García (Mondeño) y Palomo Linares.<br />

Pero para no perder su desgraciado sino de<br />

verse siempre perseguido por las cornadas,<br />

un toro le fracturó un brazo en la plaza malagueña<br />

de Motril a final de temporada.<br />

Pero vayámos a la reseña de D. José<br />

María Rojas Guillén, para decir que el la tarde<br />

del citado 10 de julio, los Herederos del<br />

ganadero gaditano D. Carlos Núñez embarcaron<br />

en su dehesa de Los Derramaderos<br />

una corrida terciadita en peso y trapío, pero<br />

de uniforme exterior, brava para los montados,<br />

con destino a la Plaza Real de El<br />

Puerto de Santa María, siendo los mejores<br />

toros los lidiados en tercero y cuarto lugares,<br />

que lidiaron los diestros <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong><br />

Domínguez, Juan García (Mondeño) y<br />

Sebastián Palomo (Linares).<br />

«El Torero de la Isla» -que fue saludado<br />

entusiásticamente por la concurrencia<br />

en agradecimiento a su regreso a El Puerto,<br />

manifestación que agradeció cruzando sus<br />

brazos en el pecho con el cariño y afecto que<br />

él prodigaba como nadie-, veroniqueó de<br />

salida a sus dos enemigos de la forma clásica<br />

a que nos tenía acostumbrados. Fue, sin<br />

duda, por lo que brindó su primer enemigo a<br />

todo el público, toreándolo muy bien por la<br />

derecha, muy ceñido al toro y de forma reposada,<br />

iluminando a todos con su veteranía.<br />

El toro le puntea en un buen número de pases<br />

de pecho y al ligar el otro se le vence su<br />

enemigo, que lo remató con media estocada<br />

en corto y por derecho, saliendo rebotado.<br />

Otros dos pinchazos y el se echó el bicho.<br />

Vuelta al ruedo. A su segundo le dobló muy<br />

bien por bajo y le citó al natural para ejecutar<br />

una buena serie de muletazos que abrochó<br />

81


Apuntes biográficos y profesionales - I<br />

con el de pecho. Se estiró el diestro y mandó<br />

muy bien la embestida con la derecha. Otra<br />

serie de naturales muy mandones y toreros,<br />

a la que siguió unas manoletinas muy a su<br />

creador. Entró con su perfección habitual a<br />

matar, colocando media estocada honda en<br />

todo lo alto –según investigaciones posteriores,<br />

la espada seccionó totalmente a nivel<br />

del arco de la arteria aorta- muriendo el toro<br />

sin puntilla. Dos orejas y rabo.<br />

El «Torero de Puerto Real», nuestro<br />

paisano y tocayo Juan García (Mondeño), nos<br />

dice el cronista que «toreó muy tranquilo a la<br />

verónica.» Empezó su primera faena con<br />

naturales que ligó con el de pecho. Su enemigo<br />

tenía una pobre arrancada, haciendo<br />

todo el trabajo el diestro. Ejecutó manoletina<br />

«sui géneris», que el público aplaudió con<br />

fuerzas, para dejar dos pinchazos y una<br />

entera. Ovación y vuelta. A su segundo le hizo<br />

una faena de cinco estatuarios con su<br />

peculiar e inaudita quietud, el «estatismo» que<br />

le caracterizó y que aplicó a todos los hechos<br />

de su vida. El toro se le arrancaba con mucho<br />

gas pero él lo domina y manda a fuerza de<br />

exponer. Otra serie de manoletinas de su<br />

propia cosecha, para un pinchazo y estocada<br />

sin puntilla. Dos orejas y rabo, invitando a sus<br />

compañeros de terna a saludar al público<br />

desde el tercio.<br />

Linares lanceó muy bien de salida y<br />

la faena de muleta la configuró a base de<br />

naturales, estirándose mucho y vaciando<br />

excelentemente a su enemigo. Otra serie con<br />

la izquierda, en un palmo de terreno. Derechazos<br />

muy mandones. En la suerte<br />

suprema, se perfiló muy cerca y, encunándose<br />

materialmente sobre el morrillo, cobró<br />

una estocada sin puntilla. Dos orejas y rabo.<br />

A su segundo y último de la gloriosa tarde, lo<br />

toreó con valor y temple por naturales y en<br />

82<br />

<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />

redondos, ejecutando uno de pecho arriesgando<br />

muchísimo. Dos pinchazos y estocada.<br />

Ovación, para seguidamente, salir los<br />

tres espadas a hombros.<br />

(Cartel en la página siguiente).<br />

1966:<br />

Julio:<br />

31:<br />

Cuando la tarde del (31-07-1966) se<br />

lidió el encierro, de la ganadería sevillana de<br />

D. José Benítez Cubero (7), en la Plaza Real<br />

de El Puerto de Santa María faltaban apenas<br />

40 días para que se cumplieran 27 años de<br />

la presentación oficial de sus novillos en la<br />

Plaza de Toros de Madrid, hecho que tuvo<br />

lugar el (10-09-1939), y aquella tarde calurosa<br />

los diestros <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez, Jaime<br />

Ostos y Juan García (Mondeño) cortaron un<br />

total de nueve orejas, saliendo los tres a<br />

hombros por la Puerta Grande, después de<br />

haber sido paseados por el ruedo al terminar<br />

la corrida. Si bien, al ser rematado el tercer<br />

astado, un ramo de guapas señoritas, perfectamente<br />

identificadas con el acto, en unión<br />

de los toreros, realizaron una colecta a<br />

beneficio de la Cruz Rojas, que se celebró el<br />

«día de la banderita.»<br />

La reseña relaciona los pesos de los<br />

toros, por orden de lidia, que arrojaron una<br />

media de 463 kilos de peso en vivo. Ya para<br />

esa fecha hacía más de medio siglo largo que<br />

se había alterado la denominación que la<br />

Zootecnia aplicaba a los astados que con<br />

cuatro años, en lugar de llamarlos «novillos»,<br />

comenzaron a llamarlos impropiamente<br />

«toros.» La corrida que comentamos, pues,<br />

era de novillos, tal y como, salvo excepciones,<br />

se vienen corriendo en toda España y<br />

América. Ya casi ningún diestro lidia astados<br />

Pasa a la página nº 84.<br />

(7) En el tradicional serial taurino de la Feria madrileña de San Isidro de 1961, el toro de<br />

nombre Sanluqueño, marcado con el nº 78, de pelaje negro, de don Benítez Cubero,<br />

obtuvo del premio al mejor toro de dicho serial, por su extraordinario comportamiento en<br />

los tres tercios de la lidia. Ocupó el doceavo lugar de la lista y de los 46 toros premiados<br />

entre 1950 y 1996.<br />

El PUERTO de SANTA MARÍA


<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />

El PUERTO de SANTA MARÍA<br />

Apuntes biográficos y profesionales - I<br />

83


Apuntes biográficos y profesionales - I<br />

Viene de la página nº 82.<br />

con las tablas dentarias totalmente desarrolladas,<br />

hecho que coincide al cumplir un<br />

vacuno los cinco años. De aquellos toros<br />

lidiados con más de cinco años y hasta con<br />

ocho por Lagartijo y Frascuelo no se han<br />

vuelto a ver por las Plazas de Toros, aunque<br />

<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> era de los poquísimos lidiadores<br />

que estos años, de las décadas que él<br />

toreaba, estaba capacitado para enfrentarse<br />

exitosamente a ellos. El Cordobés, que fue<br />

un parteaguas en la Fiesta Brava, le puso la<br />

guinda al pastel de forma definitiva y los<br />

minitoros e inválidos o de desecho, a los que<br />

se les podía hacer de todo tipo de mojigangas,<br />

quedaron establecidos para desgracia de<br />

nuestra Fiesta Nacional.<br />

Y pese a lo dicho, la reseña de aquella<br />

corrida de novillos dice que fue «una de las<br />

más completas de las que se han venido<br />

celebrando por estos contornos desde hace<br />

algunos años.» Pero, curiosamente, sigue<br />

diciendo: «Los toros de Benítez Cuberos<br />

resultaron desiguales», así que, «de las más<br />

completas», nada. De todas formas, los<br />

aficionados recordaban la tarde del anterior<br />

10 de julio el «triple triunfo y gran cartel» -<br />

precisamente con otra «corrida terciadita» de<br />

los Herederos de D. Carlos Núñez, y en la<br />

que también la terna salió a hombros de la<br />

Plaza Real, de ahí que los aficionados<br />

ofrecieran una buena entrada en todos los<br />

tendidos.<br />

<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> recogió a su primero<br />

con seis verónicas, rematadas con media,<br />

para seguidamente comenzar el trasteo con<br />

la muleta dando dos muletazos por alto, cinco<br />

naturales y el de pecho. Otra tanda del mismo<br />

porte, más derechazos, el de la firma y tres<br />

ayudados, para terminar a su enemigo con<br />

una de sus magistrales estocadas, rodando<br />

de forma fulminante. Dos orejas y, según el<br />

cronista, con petición de rabo, que por cuenta<br />

cortó uno de sus subalternos y el diestro arrojó<br />

a la arena. A su segundo, cuarto de la tarde,<br />

lo recibió con tres verónicas y media, para<br />

no realizar ningún quite que mencionar. El<br />

84<br />

<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />

burel presentó en el último tercio las<br />

consecuencias de haber sido picado en<br />

demasía y estaba quedado, así que <strong>Rafael</strong> le<br />

toreó por naturales lentos, varios derechazos,<br />

dos circulares, unos ayudados y tres manoletinas,<br />

acabándolo de un pinchazo hondo y<br />

una entera. Fuerte ovación, una oreja, vueltas<br />

y saludos.<br />

Jaime Ostos recogió a su primero con<br />

cinco verónicas y dos chicuelitas. Brindó a la<br />

concurrencia desde el centro del anillo,<br />

realizando seguidamente un largo trasteo con<br />

pases de todas las marcas, pero haciéndolo<br />

todo el torero, ya que el cornúpeta acometía<br />

sin ganas. Se impusieron los conocimientos<br />

del diestro, que hizo doblar al astado de media<br />

estocada muy efectiva. Cortó las dos orejas,<br />

siendo la tercera vez de las tres que la cruzó<br />

en triunfo, habiendo actuado en dicha plaza<br />

en seis ocasiones, en las que cortó 7 orejas.<br />

A su segundo enemigo, quinto del encierro,<br />

lo recibió con tres excelentes verónicas y un<br />

vistoso quite. Brindó la faena al empresario<br />

Francisco Casado, para seguidamente<br />

trastearlo por bajo y derechazos muy ceñidos,<br />

derramando valor; dos naturales, varios<br />

ayudados y en redondo, a un toro ya muy al<br />

borde del agotamiento por el exceso de<br />

castigo (minitoros, de poco peso y mucha<br />

vara, propios para espontáneos), para<br />

acabarlo con dos medias estocadas, para ser<br />

pitado en el arrastre, mientras que el diestro<br />

era ovacionado, saludando desde el tercio.<br />

El «Torero fraile» de Puerto Real<br />

recibió al su primero con cinco verónicas y al<br />

hacer un quite salió trompicado sin consecuencias.<br />

Con la muleta, pases por bajo,<br />

cinco naturales rematados con el de pecho,<br />

y otra serie de la misma firma con temple y<br />

mando, cerrándola con otro de pectoral.<br />

Después le dio sus peculiares manoletinas<br />

(8 y 9, a pie de la página 86), nuevos pases de<br />

todas las marcas, para acabar con un<br />

pinchazo bien señalado y una entera. Dos<br />

orejas. Relata el cronista que «cuando habían<br />

sonado los clarines para dar salida al último<br />

Pasa a la página nº. 86.<br />

El PUERTO de SANTA MARÍA


<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />

El PUERTO de SANTA MARÍA<br />

Apuntes biográficos y profesionales - I<br />

85


Apuntes biográficos y profesionales - I<br />

de la tarde, se arrojó al ruedo un veterano<br />

espontáneo aficionado, llamado D. Ramón<br />

Bohórquez, de sesenta y dos años, casado<br />

y con siete hijos –como <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> y éste<br />

servidor de ustedes-, y propietario de La Venta<br />

«El Corneta», que lógicamente fue detenido<br />

(9). Se limitó Mondeño, un tanto desairado, a<br />

dar unos lances y con la franela roja uno<br />

derecha-zos excelentes, seguidos de unos<br />

redondos, tres circulares, tres naturales y un<br />

ayudado ligado con el de pecho, dos<br />

«mondeñinas» de su peculiar estilo,<br />

recibiendo una sonada ovación, para matar<br />

de una entera y le con-cedieron las dos orejas.<br />

En otra crónica se dice: <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong><br />

Domínguez, Juan García (Mondeño) y<br />

Sebastián Palomo (Linares) –corrida que fue<br />

conocida como la del «Abuelo, el padre –<br />

padrecito- y el Hijo-, alternaron en la Plaza<br />

Real de El Puerto de Santa María, el (31-07-<br />

1966), cortándole <strong>Ortega</strong> dos orejas y rabo a<br />

uno de sus enemigos. Necesitado económicamente,<br />

<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> reapareció por<br />

segunda vez ese día. En lucha con su peso<br />

excesivo y con sus 45 años de edad, cortó<br />

tres orejas y saliendo a hombros por la Puerta<br />

Grande, la séptima de las 8 veces que volvió<br />

a cruzarla, logrando en total 24 orejas y 3<br />

86<br />

<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />

rabos, en presencia de dos jóvenes valientes<br />

como Juan García (Mondeño) y Sebastián<br />

Palomo (Linares). Pero para no perder su<br />

desgraciado sino de verse siempre perseguido<br />

por las cornadas, un toro le fracturó un<br />

brazo en la plaza malagueña de Motril a final<br />

de temporada.<br />

1966:<br />

Agosto:<br />

28:<br />

El ganadero D. José Benítez Cubero,<br />

anunciado en los carteles, fue sustituido por<br />

D. Carlos Núñez, con otro encierro en la<br />

Plaza Real para cubrir «la corrida cenital del<br />

Puerto», como cita el cronista, y la sustitución<br />

de Antonio Ordóñez por <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>, y la<br />

sustitución de los toros, los aficionados se<br />

hicieron en la calle «mangas y capirotes para<br />

todos los gustos… y, a pesar de todo, los<br />

tendidos ofrecieron una buena entrada. Antes<br />

de comenzar se guardó un minuto de silencio<br />

en memoria del banderillero Antonio Rizo<br />

Pastor, muerto hacía unas fechas la Plaza<br />

de Toros de Bilbao y también en recuerdo del<br />

aniversario XIX de Manolete.<br />

<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez refrendó su<br />

triunfo del pasado 31 de julio en sus dos<br />

(8) «Mondeñina»: Se trata, en principio, de una «manoletina» inventada por Juan García<br />

(Mondeño) en principio, sólo que con la diferencia en que en la «mondeñina» el torero no<br />

gira, sino que se queda completamente de perfil. Una vez el toro pasa, es cuando el<br />

torero gira sobre sí mismo. Pero como me dice el maestro «Querido Manuel –Cruz Vélez,<br />

aficionado y amigo-, nunca he dado una «mondeñina» con la izquierda. Este negativo está<br />

al revés» Y como yo le digo: «Maestro alguna vez tenía que ser.......y quién encuentra el<br />

negativo. Puedo «voltear» la foto y me la dedica otra vez, pero ese «voltear» del Adobe<br />

Photoshop, le tuvo que sonar a «revolcón».<br />

(9) D. Ramón quiso hacer con el toro de Mondeño lo que sí logró realizar en Madrid el<br />

diestro Miguel Mateos (Miguelín), al que a muchos sólo le sonará su nombre de aquel día<br />

de mayo de 1968 que, en Madrid, en Las Ventas, se tiró de espontáneo, vestido de<br />

chaqueta y creo que hasta con corbata, para irse a un toro que toreaba Manuel Benítez (el<br />

Cordobés), para a cuerpo limpio, sin trampa ni cartón, demostrar al respetable –era<br />

grande la rivalidad con el Califa- que fue capaz, y lo era, no sólo de hacerle desplantes a<br />

aquel toro sino de subirse encima como si fuese un burro para, veinticuatro horas<br />

después, y sigo escribiendo de memoria, ya de luces, formara un alboroto de los grandes<br />

en dicho coso y, porque así era, después de dejarse ir esa oportunidad de poner el pie en<br />

el acelerador hasta conquistar la cumbre del toreo.<br />

El PUERTO de SANTA MARÍA


<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />

El PUERTO de SANTA MARÍA<br />

Apuntes biográficos y profesionales - I<br />

<strong>Rafael</strong> ORTEGA<br />

Sustituyó a ANTONIO ORDÓÑEZ<br />

87


Apuntes biográficos y profesionales - I<br />

enemigos, a los toreó admirablemente a la<br />

verónica clásica, que era lo suyo, realizando<br />

dos magníficas faenas de muleta, ligando<br />

muy artísticamente sus pases largos y<br />

profundos, que fueron coronados con una<br />

serie de adornos y una espectacular estocada,<br />

cayendo sus enemigos sin puntilla,<br />

como lograba acabarlos este diestro,<br />

cortando dos orejas en su primero y otra, con<br />

petición de una segunda en su segundo.<br />

Juan García Jiménez (Mondeño),<br />

iluminó su artístico toreo con esa singular<br />

personalidad y buen hacer dominador a sus<br />

dos toros, a los que sacó el mayor partido<br />

posible, triunfando a ley. Lo mismo con el<br />

capote que con la muleta giró los brazos<br />

admirablemente, rematando a su primero con<br />

una estocada de efecto fulminante, que le<br />

valió la dos orejas, y a su segundo, muy<br />

apagado y sosete, pero con peligro evidente,<br />

le dio una estocada y dos descabellos, siendo<br />

ovacionado y saludando el torero delsde el<br />

tercio, con la montera en la mano.<br />

Francisco Rivera (Paquirri) -que era<br />

la décima vez que actuaba en El Puerto, de<br />

ellas nueve novilladas (10)-, por lo que se<br />

presentaba como recién estrenado matador,<br />

luchó y venció con los dos malos bichos que<br />

le tocaron en suerte. Su primero fue retirado<br />

por cojear demasiado y seguidamente le salió<br />

uno de esos bicharracos que se colaba<br />

peligrosamente y, además, poniendo los<br />

pitones por delante como afilados puñales y<br />

corneando en el centro de la suerte cuando<br />

lo pasaba con la muleta, pero el valiente<br />

diestro Barbarte supo con vista y maestría<br />

burlar sus inciertas acometidas, sacándole<br />

algunos buenos muletazos, por lo que fue<br />

largamente aplau-dido, al compás que el<br />

88<br />

<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />

montuno era pitado en el arrastre. El cronista,<br />

con alegría nos relata que «el éxito grande,<br />

se le entregó en el sexto y último del encierro,<br />

al que recibió de salida con una artística y<br />

limpia afarolada de rodilla –que quedó<br />

inmortalizada en un monumento junto a la<br />

Plaza Real- siguió con lances y colocó tres<br />

soberbios pares de banderillas, realizando<br />

con la franela una artística faena «pisando<br />

siempre ese sitio de los buenos toreros», que<br />

levantó una clamor de admiración y de palmas<br />

bien refrendadas y culminadas con la<br />

tizona, con una seguridad y acierto a la<br />

manera que empleaba la suya el famoso Cid<br />

Campeador, llevándose las dos orejas y el<br />

rabo -siendo la primera vez de las doce veces<br />

que lo logró, toreando en dicha plaza un total<br />

de 20 corridas, en las que cortó un total de<br />

33 orejas y 7 rabos-, con salida a hombros<br />

acompañado de <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>, ya que<br />

Mondeño se negó a que le encumbraran -<br />

siendo la quinta vez de las cinco que la cruzó<br />

en las 13 veces que actuó en dicha plaza,<br />

cortando un total de 15 orejas y 3 rabos-., en<br />

una corrida que fue entretenida, interesante<br />

y de momentos tan artísticos como vistosos.<br />

Fue la última corrida de <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> en El<br />

Puerto.<br />

1966<br />

Octubre:<br />

16:<br />

<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> fue cogido la tarde del<br />

(16-10-1966) en la Plaza de Toros de Motril<br />

(Granada) por una res del ganadero Espinosa<br />

de los Monteros, que le fracturó el cúbito y<br />

radio del brazo derecho, por lo que hubo de<br />

dar por terminada sus actuaciones en el<br />

mismo año de su vuelta a los ruedos.<br />

(10) Recibió su alternativa el (11-08-1966), en la Monumental de Barcelona y el (29-11-<br />

1970), la confirmó en la plaza México. El (18-09-1966) toreó nuevamente en la Plaza Real<br />

de El Puerto de Santa María (Cádiz), cortando dos orejas y rabo de uno de sus enemigos,<br />

saliendo por la Puerta Grande, la segunda vez de las doce veces que lo logró, toreando<br />

en dicha plaza un total de 20 corridas, en las que cortó un total de 33 orejas y 7 rabos.<br />

El PUERTO de SANTA MARÍA


<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />

1967:<br />

En el festejo del día del Corpus de<br />

Madrid en 1967 llevó a cabo una de las faenas<br />

más puras vistas en esta plaza que se viera<br />

enturbiada por el plante de Curro Romero a<br />

torear y matar a su segundo toro. El acontecimiento<br />

provocó que su obra maestra<br />

pasará a un segundo plano, y quedará sólo<br />

en las retinas de algunos buenos aficionados<br />

y de la crítica taurina.<br />

Aquella misma temporada toreó cinco<br />

tardes en la Monumental de Barcelona, unas<br />

actuaciones ganadas en la plaza y no en los<br />

despachos. Y así hasta otra grave cornada<br />

en el mes de octubre con la que cierra<br />

temporada. Sus 47 años de edad, las<br />

secuelas de la última cornada que le había<br />

atravesado el muslo y las 28 que le antecedieron,<br />

le hacen retirarse definitivamente<br />

en aquel año del 68. A partir de entonces<br />

algún que otro festival hasta el último, en Jerez<br />

en el 1985, para el que se prepara mental y<br />

físicamente, y en el que corta con gran éxito<br />

dos orejas y rabo.<br />

Abril:<br />

En la Feria de Abril de 1967, dentro<br />

del tradicional serial taurino de la Real<br />

Maestranza de Caballería de Sevilla, estuvo<br />

conformado por 13 corridas de toros y una<br />

novillada. Triunfaron en la misma los diestros<br />

Antonio Ordóñez, Curro Romero, <strong>Rafael</strong><br />

<strong>Ortega</strong>, Francisco Rivera (Paquirri) y Juan<br />

García (Mondeño).<br />

Mayo:<br />

25:<br />

<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> y Curro Romero<br />

alternaron en un mano a mano en la<br />

Monumental de Las Ventas, de Madrid el (25-<br />

05-1967), durante la Feria de San Isidro.<br />

<strong>Ortega</strong> le realizó o cuajó una gran faena a un<br />

toro de Contreras, propiedad de don Miguel<br />

Higueros, que fue un modelo de pureza y<br />

calidad, y por la que le dieron otras dos orejas.<br />

Por su parte, Curro Romero se negó a matar<br />

uno de los suyos, de la ganadería de Cortijo-<br />

El PUERTO de SANTA MARÍA<br />

Apuntes biográficos y profesionales - I<br />

liva, por considerar que estaba toreado, de<br />

ahí que las orejas de <strong>Ortega</strong> quedaron<br />

eclipsadas en la Prensa por el escándalo<br />

provocado por Curro Romero.<br />

Octubre:<br />

01:<br />

<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>, en la segunda temporada<br />

de su reaparición, circuló por la misma<br />

senda que la primera en esta de 1967, ya que<br />

tras torear veinte corridas, con frecuentes<br />

triunfos, fue cogido en la Monumental de<br />

Barcelona el (01-10-1967) por el toro, llamado<br />

Capuchino, del hierro de «Hoyo de la<br />

Gitana», que le infringió una cornada que le<br />

atravesó el muslo izquierdo por su tercio<br />

medio. Aquella tarde le había otorgado la<br />

alternativa a Adolfo Rojas, en presencia de<br />

Francisco Rivera (Paquirri). Tuvo en el verano<br />

unas actuaciones sensacionales. Este<br />

percance precipitó su retirada en 1968, tras<br />

lidiar en este último año 8 corridas<br />

Desde que hizo su debut con<br />

picadores, la tarde del (11-08-1946), en la<br />

Plaza de Toros de Ceuta, hasta su última<br />

corrida en la Plaza de Toros de Madrid, tras<br />

algunos años de retirada, transcurrieron<br />

prácticamente 20 años, y de su postrera<br />

actuación madrileña aún quedan muchos<br />

aficionados que seguirán recordando gratamente<br />

aquella corrida de su reaparición, en<br />

la Feria de San Isidro de 1967, en la que cortó<br />

dos orejas a un toro de Contreras, por una<br />

inenarrable faena con el capote, la muleta y<br />

la espada; curiosamente, esa tarde abrileña<br />

Curro Romero se negó a matar un toro; y lo<br />

que son los aficionados: produjo más<br />

expectación el mitin de Curro (el día anterior<br />

había obtenido un gran éxito) –una prueba<br />

más de la inclinación populachera de la Fiesta<br />

Brava, por parte de los ignorantes, más que<br />

el arte del toreo- , que la memorable tarde de<br />

<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>, quien tuvo que retirarse<br />

definitivamente poco después, tras otra<br />

gravísima cogida sufrida en la Monumental<br />

Plaza de Toros de Barcelona.<br />

89


Apuntes biográficos y profesionales - I<br />

1967:<br />

Octubre:<br />

01::<br />

0 <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>, en la segunda<br />

temporada de su reaparición, circuló por la<br />

misma senda que la primera en esta de 1967,<br />

ya que tras torear veinte corridas, con<br />

frecuentes triunfos, fue cogido en la<br />

Monumental de Barcelona el (01-10-1967) por<br />

el toro, llamado Capuchino, del hierro de<br />

«Hoyo de la Gitana», que le infringió una<br />

cornada que le atravesó el muslo izquierdo<br />

por su tercio medio. Aquella tarde le había<br />

otorgado la alternativa al diestro venezolano<br />

Adolfo J. Rojas Flores, de manos de <strong>Rafael</strong><br />

<strong>Ortega</strong>, al cederle la muerte del toro, llamado<br />

Jarretero, negro bragado, núm. 57, con 477<br />

kgrs., cortando una oreja; , en presencia de<br />

Francisco Rivera (Paquirri). Tuvo en el verano<br />

unas actuaciones sensacionales. Este<br />

percance precipitó su retirada en 1968, tras<br />

lidiar en este último año 8 corridas.<br />

16:<br />

<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> fue cogido la tarde del<br />

(16-10-1966) en la Plaza de Toros de Motril<br />

(Granada) por una res del ganadero Espinosa<br />

de los Monteros, que le fracturó el cúbito y<br />

radio del brazo derecho, por lo que hubo de<br />

dar por terminada sus actuaciones en el<br />

mismo año de su vuelta a los ruedos.<br />

1968:<br />

La temporada de 1968 compartiría el<br />

éxito en San Isidro con una constante en su<br />

profesión, las cornadas.<br />

Septiembre:<br />

01:<br />

<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>, en la tercera<br />

temporada de su reaparición, toreó ocho<br />

funciones, y no le faltó la cogida, que en esta<br />

ocasión, se produjo en la Plaza de Toros de<br />

Marbella (Málaga), el (01-09-1968), por un<br />

astado de doña Ana Romero, que le ocasionó<br />

contusión profunda a nivel de la región cervicobraquial<br />

izquierda, conmoción cerebral y<br />

90<br />

<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />

contusiones múltiples en la cara, de pronóstico<br />

reservado. Fue ésta su temporada<br />

postrera. Su reaparición, es justo reconocerlo,<br />

a pesar de la natural merma de sus<br />

facultades físicas, estuvo presidida por el<br />

pundonor, la valentía, los innegables éxitos,<br />

como el logrado en la Plaza Real de El Puerto<br />

de Santa María, en 1966, así como en las<br />

Plazas de Toros de Madrid y Barcelona, y las<br />

cogidas, que junto a su excepcional estilo<br />

como magistral estoqueador, fueron las<br />

características principales de este memorable<br />

diestro de San Fernando (Cádiz).<br />

<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>, aburrido y maltratado<br />

por los toros y las empresas, sin recoger el<br />

premio que exigían sus méritos, se despidió<br />

definitivamente del toreo el (01-09-1968) en<br />

la plaza de Marbella (Málaga), después de<br />

matar una corrida de Ana Romero, la novena<br />

que sólo sumó esa temporada y en la que<br />

también resultó herido. Su ya larga labor de<br />

ayuda a los novilleros de la provincia gaditana<br />

fue incrementada notablemente y cada vez<br />

que podía se trasladaba a la villa de Puerto<br />

Real (Cádiz) y visitaba la Peña Taurina<br />

Mondeño, conversando largas horas con mi<br />

tío carnal, don Ramón Zaldívar del Cid Muñoz,<br />

que era el presidente de la Peña en aquellos<br />

años. Tuve la oportunidad de ver a <strong>Rafael</strong><br />

<strong>Ortega</strong> y hablar con él en numerosas<br />

ocasiones y de verle en decenas de corridas.<br />

Toreó por última vez en la Plaza de Toros de<br />

Ecija, en 1968, y, retirado, dirigió la Escuela<br />

de Tauromaquia de Cádiz, en El Puerto de<br />

Santamaría, de la que salieron Ruiz Miguel,<br />

José Luis Galloso y Jesulín de Ubrique. Con<br />

el tiempo se le puso en su verdadero lugar:<br />

entre los grandes del toreo. Allá, en el cielo,<br />

descansará en paz entre los maestros de su<br />

categoría.<br />

1980:<br />

En junio de 1980 publicó una<br />

conferencia que, bajo el título de «El toreo<br />

puro», es referencia obligada para muchos<br />

aficionados. Y también por entonces fue<br />

nombrado director de la Escuela Taurina de<br />

El PUERTO de SANTA MARÍA


<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez<br />

Cádiz, en la que estuvo enseñando las bases<br />

del toreo hasta que el cáncer le minó su vida<br />

en dicha ciudad, el (18-12-1997), a quien<br />

había sido a lo largo de su carrera taurina<br />

«mucho más que una espada.»<br />

1997:<br />

Diciembre:<br />

18:<br />

<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> Domínguez, matador<br />

de toros, nacido en San Fernando (Cádiz), el<br />

(04-07-1921), falleció en la misma ciudad el<br />

(18-12-1997), a los 76 años de edad y tras<br />

20 de ejercer su profesión. Sobrino del<br />

banderillero <strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong> (Cuco de Cádiz)<br />

–que actuó mucho en Madrid en las novilladas<br />

durante muchos años, terminando como<br />

auxiliar del rejoneador José Belmonte-, por<br />

El PUERTO de SANTA MARÍA<br />

Apuntes biográficos y profesionales - I<br />

lo que acaso influyera en su vocación tal<br />

influencia familiar, pero se inició al toreo con<br />

vocación tardía, vistiéndose de por primera<br />

vez de luces en 1945, pero con una sobriedad<br />

y pundonor ejemplares, para terminar siendo<br />

un gran torero y, sobre todo, un hombre cabal.<br />

Sus cualidades humana le hicieron acreedor<br />

a llevarse el profundo y multitudinario cariño<br />

que incontables amigos y aficionados, que<br />

debieron servir de valiosísimo salvoconducto<br />

para disfrutar de pase automático al Paraíso.<br />

1999:<br />

Febrero:<br />

27:<br />

Festival en su recuerdo en El Puerto<br />

de Santa María, en la tarde del 27 de febrero<br />

de 1999.<br />

<strong>Rafael</strong> <strong>Ortega</strong>, uno de los mejores estoqueadores de la historia de la<br />

tauromaquia está ahí, en grupo escultórico, en su ciudad natal, para<br />

orgullo de todos los gaditanos. Fue inaugurado en octubre de 2000<br />

(Foto de archivo).<br />

91

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