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8<br />

Año II Número 8 Junio-julio de 2010<br />

REVISTA DE LA UNIVERSIDAD IBEROAMERICANA ›CULTURA JUVENIL Y CONTRACULTURA AñO II JUNIO-JULIO DE 2010<br />

REVISTA DE LA UNIVERSIDAD IBEROAMERICANA<br />

Cu<strong>en</strong>tos inéditos:<br />

José Agustín y<br />

Bárbara Jacobs<br />

El futbol como<br />

religión: Javier<br />

Prado Galán, S. J.<br />

Un poema<br />

inédito:<br />

Juan Gelman,<br />

<strong>en</strong> sus 80 años<br />

›CULTURA JUVENIL<br />

Y CONTRACULTURA<br />

Juan Federico Arriola<br />

José del Bosque Joch<br />

Mónica Mayer<br />

Ignacio Padilla<br />

Ilán Semo<br />

Maritza Urteaga<br />

Castro Pozo


Índice<br />

3 Carta del Rector, Dr. José Morales Orozco, S. J.<br />

4 CULTURA JUVENIL Y CONTRACULTURA/exam<strong>en</strong>. Tribus urbanas,<br />

cultura(s) juv<strong>en</strong>il(es) y futuro de los jóv<strong>en</strong>es <strong>en</strong> México, Maritza Urteaga Castro Pozo<br />

8 CULTURA JUVENIL Y CONTRACULTURA/exam<strong>en</strong>. Contracultura<br />

como f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o de contestación social: El problema de la g<strong>en</strong>eración Nini,<br />

Juan Federico Arriola<br />

10 CULTURA JUVENIL Y CONTRACULTURA/exam<strong>en</strong>. El fuego, la<br />

hierba y la rosa negra [Notas para una semántica de la “contracultura”], Ilán Semo<br />

14 CULTURA JUVENIL Y CONTRACULTURA/exam<strong>en</strong>. De la Onda al<br />

Crack y el futuro de la literatura mexicana, Ignacio Padilla<br />

18 CULTURA JUVENIL Y CONTRACULTURA/exam<strong>en</strong>. De Marcuse<br />

y la Onda a La rosa de Guadalupe: Una radiografía de la contracultura, hoy,<br />

José del Bosque Joch<br />

22 CULTURA JUVENIL Y CONTRACULTURA/mirador. Arte y rebeldía,<br />

Mónica Mayer<br />

28 TRIVIUM/cu<strong>en</strong>to. Segunda luna de miel <strong>en</strong> Acapulco, José Agustín<br />

32 TRIVIUM/cu<strong>en</strong>to. La autora y su crítica, Bárbara Jacobs<br />

34 TRIVIUM/<strong>en</strong>sayo. El futbol como religión y lo que hacemos con nuestra<br />

soledad, Javier Prado Galán, S. J.<br />

38 DIVULGACIÓN CIENTÍFICA. La eutanasia ante el mundo<br />

contemporáneo, Alejandro Tejeda Carpio<br />

42 LA LLAMA INEXTINGUIBLE. Juan Gelman <strong>en</strong> sus 80 años: Escribir para<br />

vivir, Juan Domingo Argüelles<br />

43 LA LLAMA INEXTINGUIBLE. Problemas, Juan Gelman<br />

44 EL VIAJERO ILUSTRADO. Rulfo, un nombre <strong>en</strong> la piedra, Víctor Jiménez<br />

47 GENTE QUE CAMBIA AL MUNDO. Los alumnos de la Ibero ante la Copa<br />

Mundial de Futbol. España y Alemania, los favoritos, Francisco Deveaux Téllez Girón<br />

48 ACTUALIDAD IBERO. Entrevista con el Premio Nobel de Economía 2007. Lo<br />

fundam<strong>en</strong>tal es educar para mejorar: Eric Maskin, Ana Langner<br />

50 ACTUALIDAD IBERO. Redes de educación superior jesuita para el mundo<br />

globalizado. Delineando el futuro para un mundo humano, justo y sost<strong>en</strong>ible<br />

51 ACTUALIDAD IBERO. Michelle Obama visitó la <strong>Universidad</strong> <strong>Iberoamericana</strong>.<br />

La primera dama de Estados Unidos se reunió con estudiantes universitarios y de<br />

preparatoria<br />

52 MÚSICA PARA CAMALEONES/Qué escuchar y por qué, Beatriz Palacios<br />

54 LA VOZ DEL LIBRO/el eco de la lectura. Qué leer y por qué, Marco Antonio<br />

Campos / José Luis Ortiz<br />

55 ITINERARIO DEL OCIO. Adónde ir y por qué<br />

56 INNOVACIÓN TECNOLÓGICA. Dispositivos e instrum<strong>en</strong>tos que facilitan<br />

la vida<br />

DIRECTORIO<br />

UNIVERSIDAD IBEROAMERICANA<br />

CIUDAD DE MÉXICO<br />

Dr. José Morales Orozco, S. J. Rector<br />

Dr. Javier Prado Galán, S. J. Vicerrector<br />

Académico<br />

IBERO, REVISTA DE LA UNIVERSIDAD<br />

IBEROAMERICANA<br />

Consejo editorial Pedro Cabrero Nassar, Víctor<br />

Gavito, Miguel Ángel Granados Chapa,<br />

Vic<strong>en</strong>te Leñero, José Morales Orozco, S. J.,<br />

María Nieves Noriega de Autrey,<br />

Gonzalo Olivares Velázquez, Eug<strong>en</strong>io Páramo<br />

Ortega, S. J., Javier Prado Galán, S. J.<br />

Comité de asesores Carlos Alvarado Santoyo,<br />

José Carreño Carlón, Carlos Lugo Galera,<br />

Ignacio Padilla, Carlota Peón, Gilberto Prado<br />

Galán, Alberto Ruiz Treviño, Ilán Semo,<br />

Hel<strong>en</strong>a Varela, Gabriela Wark<strong>en</strong>tin<br />

Director Carlos Deveaux Homs<br />

Director editorial Juan Domingo Argüelles<br />

Asist<strong>en</strong>te de edición Beatriz Palacios<br />

Administración Áurea Maristany<br />

Información Angélica Cortés, Francelia Vargas<br />

Redacción Pedro R<strong>en</strong>dón<br />

revistaibero@uia.mx<br />

(55) 5950-4197<br />

GRUPO MEXICANO DE MEDIOS, S. A. DE C. V.<br />

Socios directores Elías González Rogel,<br />

Ricardo Rubio Martínez<br />

Editora Gráfica Albelia Gamboa y Vázquez<br />

V<strong>en</strong>tas Silvia Carranza Nieto y Jorge Torres<br />

Velázquez<br />

At<strong>en</strong>ción a cli<strong>en</strong>tes Lupita Espínola Medina<br />

VENTAS PUBLICIDAD (55) 5291-5577<br />

CORREO ELECTRÓNICO<br />

v<strong>en</strong>tas@gmmedios.com.mx<br />

, Revista de la <strong>Universidad</strong> <strong>Iberoamericana</strong> es una publicación bimestral de la <strong>Universidad</strong> <strong>Iberoamericana</strong> Ciudad de México y de Grupo Mexicano de Medios, S. A.<br />

de C. V., bajo la responsabilidad de la Dirección de Comunicación Institucional de la UIA. Editor responsable: Carlos Deveaux Homs, carlos.deveaux@uia.mx. Número de<br />

Certificado de Reserva otorgado por el Instituto Nacional de Derechos de Autor: 04-2009-082412294600-102. Número de Certificado de Licitud de Título:14722; número<br />

de Certificado de Licitud de Cont<strong>en</strong>ido: 12295, otorgados por la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas de la Secretaría de Gobernación. Domicilio<br />

de la publicación: Prolongación Paseo de la Reforma 880, Lomas de Santa Fe, México, D.F., C.P. 01219. Teléfono 5950-4197 y 5950-4198. Fax: 5950-4316. Impr<strong>en</strong>ta:<br />

Compañía Impresora El Universal, S.A. de C.V. All<strong>en</strong>de No. 176, Col. Guerrero, México 06300, D.F. Teléfono 5117-0190. Distribución: Prestadora de Servicios Cipro, S. A.<br />

de C.V. Fresas 9 Col. del Valle. Deleg. B<strong>en</strong>ito Juárez. C. P. 03100 México, D.F. La responsabilidad de los artículos publicados refleja, de manera exclusiva, la opinión de<br />

sus autores y no necesariam<strong>en</strong>te el criterio de la institución. No se devuelv<strong>en</strong> originales no solicitados ni se <strong>en</strong>tablará correspond<strong>en</strong>cia al respecto. Prohibida la reproducción<br />

parcial o total, por cualquier medio o procedimi<strong>en</strong>to, del cont<strong>en</strong>ido de la revista, sin autorización previa y expresa, por escrito, de la <strong>Universidad</strong> <strong>Iberoamericana</strong>. Año II,<br />

número 8, junio-julio de 2010. Fotografía de portada: Corbis. ISSN <strong>en</strong> trámite.


Reci<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te, la Ibero fue sede de una importante<br />

reunión de rectores de las universidades confiadas<br />

a la Compañía de Jesús <strong>en</strong> el mundo. Ante los<br />

dosci<strong>en</strong>tos participantes de más de un c<strong>en</strong>t<strong>en</strong>ar<br />

de instituciones repartidas <strong>en</strong> 33 países, el P. Adolfo Nicolás,<br />

S. J., G<strong>en</strong>eral de los jesuitas, destacó el alcance que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> la<br />

creci<strong>en</strong>te interdep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia mundial y el avance tecnológico <strong>en</strong><br />

la configuración de los l<strong>en</strong>guajes culturales de nuestra época.<br />

Consci<strong>en</strong>te de los difer<strong>en</strong>tes significados y formas <strong>en</strong> que estos<br />

f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>os son percibidos, el P. Nicolás, S. J. invitaba a id<strong>en</strong>tificar<br />

las transformaciones que se están gestando <strong>en</strong> el mundo interior<br />

de las personas y <strong>en</strong> la conviv<strong>en</strong>cia global. Hay preguntas nuevas,<br />

por ejemplo, <strong>en</strong> torno a la disparidad que existe <strong>en</strong>tre el <strong>en</strong>orme<br />

caudal de información que se puede obt<strong>en</strong>er a través de los<br />

medios electrónicos y el poco tiempo del que se dispone para<br />

su discernimi<strong>en</strong>to. La velocidad y el poco esfuerzo para obt<strong>en</strong>er<br />

esta información levantan también sus propias preguntas sobre la<br />

superficialidad del conocimi<strong>en</strong>to. Algo semejante sucede con las<br />

formidables posibilidades de comunicación que ofrec<strong>en</strong> hoy los<br />

medios electrónicos, pero que, <strong>en</strong> muchas ocasiones, contrastan<br />

con la hondura y la calidez de las relaciones cara a cara, y atizan<br />

la “globalización de la superficialidad”.<br />

Las preguntas nuevas reclaman nuevas respuestas. El número<br />

8 de IBERO constituye una mirada a las formas <strong>en</strong> las que las<br />

culturas se modifican y nos modifican <strong>en</strong> medio de esta dinámica<br />

global que, por otro lado, parece escapar al control de nuestras<br />

carta del rector<br />

g<strong>en</strong>eraciones. Es una llamada a cobrar consci<strong>en</strong>cia de esos mundos<br />

interiores que se están fraguando <strong>en</strong> el esc<strong>en</strong>ario inédito al que<br />

asistimos, y que nos exige pasión para tomarlo <strong>en</strong> las manos e<br />

imaginación para recrearlo. A difer<strong>en</strong>cia de la fantasía, que evade la<br />

realidad, la imaginación parte de ésta para transformarla. Hoy se<br />

requiere de grandes ejercicios de creatividad para constituir una<br />

fuerza cultural que promueva la verdad, la virtud, el desarrollo y<br />

la paz <strong>en</strong> nuestras sociedades.<br />

La verdad nos hará Libres<br />

Dr. José Morales Orozco, S. J.<br />

Rector<br />

IBERO 3


CULTURA JUVENIL Y CONTRACULTURA /exam<strong>en</strong><br />

4 IBERO<br />

Maritza Urteaga<br />

Castro Pozo<br />

Doctora <strong>en</strong> Ci<strong>en</strong>cias Antropológicas por<br />

la <strong>Universidad</strong> Autónoma Metropolitana.<br />

Profesora Investigadora Titular de Tiempo<br />

Completo <strong>en</strong> el Posgrado <strong>en</strong> Antropología<br />

Social <strong>en</strong> la Escuela Nacional de<br />

Antropología e Historia.<br />

Coordinadora Académica del<br />

Diplomado <strong>en</strong> Culturas Juv<strong>en</strong>iles <strong>en</strong> la<br />

UAM Iztapalapa. Coautora del libro<br />

Historias de los jóv<strong>en</strong>es <strong>en</strong> México:<br />

su pres<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> el siglo XX (2004),<br />

y autora de Por los territorios del<br />

rock: Id<strong>en</strong>tidades juv<strong>en</strong>iles y rock<br />

mexicano (1998)<br />

›Tribus urbanas,<br />

cultura(s) juv<strong>en</strong>il(es)<br />

y futuro de los<br />

jóv<strong>en</strong>es <strong>en</strong> México Foto:<br />

Corbis.


Las culturas juv<strong>en</strong>iles —más<br />

conocidas <strong>en</strong> México bajo los<br />

términos bandas, id<strong>en</strong>tidades<br />

juv<strong>en</strong>iles y, el más reci<strong>en</strong>te,<br />

tribus urbanas— han sido uno de los<br />

temas recurr<strong>en</strong>tes <strong>en</strong> la caracterización<br />

social de la juv<strong>en</strong>tud —o más<br />

precisam<strong>en</strong>te, de las juv<strong>en</strong>tudes— de<br />

las últimas décadas. La historia de la<br />

última mitad del siglo XX puede<br />

leerse desde las pres<strong>en</strong>cias juv<strong>en</strong>iles<br />

colectivas, gregarias, cuya emerg<strong>en</strong>cia,<br />

difusión, fisión, masificación y decad<strong>en</strong>cia<br />

ha estado vinculada a procesos<br />

de transnacionalización cultural.<br />

Cultura juv<strong>en</strong>il, culturas, id<strong>en</strong>tidades<br />

y tribus juv<strong>en</strong>iles son términos apar<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te similares<br />

que desde la literatura académica alud<strong>en</strong> a formas difer<strong>en</strong>tes de<br />

estudiar la juv<strong>en</strong>tud e implican difer<strong>en</strong>tes maneras de mirar lo<br />

juv<strong>en</strong>il. Id<strong>en</strong>tifican e int<strong>en</strong>tan compr<strong>en</strong>der realidades y actores<br />

empíricos <strong>en</strong> difer<strong>en</strong>tes mom<strong>en</strong>tos históricos vinculados a lo<br />

juv<strong>en</strong>il —estudiantes, jipis, bandas, id<strong>en</strong>tidades (punks, skatos,<br />

góticos, chalinillos, emos), grupos y movimi<strong>en</strong>tos (ravers, skaceros,<br />

crews), colectivos culturales— que inquietan/aterrorizan a<br />

la sociedad adulta de cada época.<br />

El proceso de constitución del sujeto jov<strong>en</strong> <strong>en</strong> México ti<strong>en</strong>e<br />

algo más de un siglo. En su conformación, juegan un papel importante<br />

las repres<strong>en</strong>taciones juv<strong>en</strong>iles de escuelas teóricas que<br />

int<strong>en</strong>tan explicar esta nueva realidad, las idealizaciones —temores<br />

y esperanzas— que las instituciones posrevolucionarias<br />

proyectaron sobre sus jóv<strong>en</strong>es <strong>en</strong> cada mom<strong>en</strong>to histórico y el<br />

cada vez mayor protagonismo del sujeto jov<strong>en</strong> <strong>en</strong> el diseño de<br />

su experi<strong>en</strong>cia cotidiana y <strong>en</strong> el resultado de su estatus como<br />

Las culturas<br />

juv<strong>en</strong>iles<br />

—más conocidas<br />

<strong>en</strong> México bajo los<br />

términos bandas,<br />

id<strong>en</strong>tidades<br />

juv<strong>en</strong>iles y, el más<br />

reci<strong>en</strong>te, tribus<br />

urbanas— han sido<br />

uno de los temas<br />

recurr<strong>en</strong>tes <strong>en</strong> la<br />

caracterización<br />

social de la<br />

juv<strong>en</strong>tud —o más<br />

precisam<strong>en</strong>te, de<br />

las juv<strong>en</strong>tudes— de<br />

las últimas décadas.<br />

categoría. Revisitar hoy algunos<br />

de estos términos puede servirnos<br />

como guía de un cierto itinerario<br />

<strong>en</strong> la construcción sociocultural de<br />

lo juv<strong>en</strong>il <strong>en</strong> el México moderno<br />

y darnos algunas pistas <strong>en</strong> torno al<br />

futuro de los jóv<strong>en</strong>es desde su investigación.<br />

Grosso modo, durante bu<strong>en</strong>a parte<br />

del siglo XX, una mirada académica<br />

percibió a los jóv<strong>en</strong>es como objetos<br />

de la socialización adulta —vía<br />

instituciones como familia, sistema<br />

escolar, trabajo, servicio militar, iglesia—<br />

<strong>en</strong>fatizando su pasividad <strong>en</strong> la<br />

recepción de estos conocimi<strong>en</strong>tos y<br />

habilidades para garantizar su moldeami<strong>en</strong>to paulatino <strong>en</strong> los<br />

parámetros de la sociedad y su tránsito a la completitud social,<br />

atribuida sólo al estatus adulto; además de trivializar y criminalizar<br />

sus comportami<strong>en</strong>tos <strong>en</strong> el pres<strong>en</strong>te.<br />

Los estudiantes, producto de la masificación de la <strong>en</strong>señanza<br />

media <strong>en</strong> la posguerra de Estados Unidos y países que vivían<br />

profundos procesos de industrialización y urbanización fueron<br />

objeto de su estudio y reflexión. Cultura Juv<strong>en</strong>il, originada <strong>en</strong><br />

el estructural funcionalismo, es una categoría que int<strong>en</strong>ta dar<br />

cu<strong>en</strong>ta de esta realidad, caracterizando a la juv<strong>en</strong>tud como<br />

grupo de edad intermedio que ti<strong>en</strong>e como función facilitar el<br />

tránsito <strong>en</strong>tre las esferas familiar e institucional adulta. Si bi<strong>en</strong><br />

estos investigadores señalan a los estudiantes como creadores<br />

de una cultura a través del consumo <strong>en</strong> su tiempo libre, trivializan<br />

su accionar al interpretarlo como parte fundam<strong>en</strong>tal<br />

<strong>en</strong> la resolución de los problemas de integración social <strong>en</strong><br />

la sociedad moderna. Esta propuesta sería contradicha por la<br />

IBERO 5


CULTURA JUVENIL Y CONTRACULTURA /exam<strong>en</strong><br />

protesta juv<strong>en</strong>il de fines de los 60 incubada precisam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> las<br />

aulas, la emerg<strong>en</strong>cia de estilos juv<strong>en</strong>iles espectaculares como los<br />

teddy boys, roquers, mods, skinheads, punks y otros <strong>en</strong> la Gran Bretaña<br />

del Estado de Bi<strong>en</strong>estar y por las propuestas teóricas para<br />

compr<strong>en</strong>der estos acontecimi<strong>en</strong>tos.<br />

Surg<strong>en</strong> dos herrami<strong>en</strong>tas conceptuales clave, contracultura y<br />

subcultura juv<strong>en</strong>iles, repres<strong>en</strong>tando a la disid<strong>en</strong>cia intelectual<br />

norteamericana y a la Escuela de Birmingham, bases de lo que<br />

será, años después, la segunda mirada sobre lo juv<strong>en</strong>il, aquella<br />

que define a la juv<strong>en</strong>tud como una construcción sociocultural<br />

que cambia de forma y de cont<strong>en</strong>ido a través del tiempo y el<br />

espacio y permite acercarse y priorizar como ángulo de mira<br />

un actor juv<strong>en</strong>il altam<strong>en</strong>te complejo y diverso <strong>en</strong> sus prácticas y<br />

percepciones sobre la vida.<br />

En México, estas propuestas recién<br />

t<strong>en</strong>drán eco <strong>en</strong> la década de<br />

1980 cuando las bandas juv<strong>en</strong>iles se<br />

conviert<strong>en</strong> <strong>en</strong> objetos de indagación<br />

académica. Al calor del debate, que<br />

pregunta por la condición juv<strong>en</strong>il de<br />

éstas y anteriores formas agregativas<br />

juv<strong>en</strong>iles (como los movimi<strong>en</strong>tos juv<strong>en</strong>iles<br />

de los 60), se someterán a crítica<br />

las nociones de Cultura Juv<strong>en</strong>il,<br />

contracultura y subcultura.<br />

Desde <strong>en</strong>tonces, la construcción del<br />

campo de estudios sobre la juv<strong>en</strong>tud<br />

ha pasado por diversos mom<strong>en</strong>tos<br />

teóricos y metodológicos, g<strong>en</strong>eralm<strong>en</strong>te<br />

producidos por la emerg<strong>en</strong>cia<br />

de nuevos actores juv<strong>en</strong>iles y de<br />

novedosas y heterogéneas formas de<br />

expresión colectivas e individuales, las<br />

cuales han int<strong>en</strong>tado ser compr<strong>en</strong>didas<br />

culturalm<strong>en</strong>te usando y/o creando<br />

nociones como banda, id<strong>en</strong>tidades,<br />

culturas y tribus juv<strong>en</strong>iles. Ellas no<br />

sólo pert<strong>en</strong>ec<strong>en</strong> a distintos dominios<br />

conceptuales; también se correspond<strong>en</strong><br />

con los difer<strong>en</strong>tes mom<strong>en</strong>tos de<br />

la investigación social <strong>en</strong> torno a lo<br />

juv<strong>en</strong>il colectivo. El término banda refiere a una forma agregativa<br />

juv<strong>en</strong>il emergida <strong>en</strong> contextos urbano-populares <strong>en</strong>tre fines<br />

de los 70 y los años 80. Es una forma de socialización paralela<br />

o alternativa a otras instituciones con una función integradora<br />

hacia d<strong>en</strong>tro y una impugnadora hacia afuera; y es también un<br />

grupo que crea un pres<strong>en</strong>te perman<strong>en</strong>te y pospone la <strong>en</strong>trada<br />

del sujeto a la vida adulta.<br />

En la década de los 90, id<strong>en</strong>tidades refiere a la puesta <strong>en</strong> esc<strong>en</strong>a<br />

de diversas repres<strong>en</strong>taciones sociales emergidas <strong>en</strong> los espacios<br />

juv<strong>en</strong>iles que reclaman para sí formas de definirse autónomas<br />

6 IBERO<br />

El término banda<br />

refiere a una<br />

forma agregativa<br />

juv<strong>en</strong>il emergida<br />

<strong>en</strong> contextos<br />

urbano-populares<br />

<strong>en</strong>tre fines de<br />

los 70 y los años<br />

80. Es una forma<br />

de socialización<br />

paralela o<br />

alternativa a<br />

otras instituciones<br />

con una función<br />

integradora hacia<br />

d<strong>en</strong>tro y una<br />

impugnadora hacia<br />

afuera.<br />

e impugnan la forma de repres<strong>en</strong>tación social institucional hegemónica<br />

sobre lo jov<strong>en</strong>. Son la base de movimi<strong>en</strong>tos juv<strong>en</strong>iles<br />

cuyas propuestas desbordan lo económico y emplazan sus acciones<br />

prioritariam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> lo sociocultural. Entre fines del siglo<br />

XX e inicios del XXI, tribus urbanas refiere a nuevas formas de<br />

agregación y socialidad al interior y <strong>en</strong>tre los grupos juv<strong>en</strong>iles,<br />

más efímeras, flexibles y sobre todo estéticas, que se estructuran<br />

de manera significativa <strong>en</strong> emociones, afectividades, poni<strong>en</strong>do<br />

<strong>en</strong> juego el s<strong>en</strong>tido de pert<strong>en</strong><strong>en</strong>cia y solidaridad de los mismos<br />

grupos a partir de la pot<strong>en</strong>cia de estar juntos.<br />

La noción culturas juv<strong>en</strong>iles refiere tanto al conjunto de experi<strong>en</strong>cias<br />

sociales expresadas colectivam<strong>en</strong>te por los jóv<strong>en</strong>es mediante<br />

la construcción de estilos distintivos, localizados fundam<strong>en</strong>talm<strong>en</strong>te<br />

<strong>en</strong> tiempos y/o espacios no<br />

institucionales, como a la aparición de<br />

microsociedades juv<strong>en</strong>iles con grados<br />

significativos de autonomía respecto<br />

de las instituciones adultas que se dotan<br />

de tiempos y espacios específicos.<br />

Prácticas y repres<strong>en</strong>taciones juv<strong>en</strong>iles<br />

al ser leídas como metáforas del<br />

cambio social reintroduc<strong>en</strong> múltiples<br />

refer<strong>en</strong>tes (clase, género, g<strong>en</strong>eración,<br />

etnia, local/global, urbano/rural) con<br />

los que los jóv<strong>en</strong>es son construidos y<br />

construy<strong>en</strong> sus mundos.<br />

Con mayor o m<strong>en</strong>or éxito, estas<br />

nociones posibilitan durante las últimas<br />

dos décadas hacer audibles las<br />

voces de segm<strong>en</strong>tos juv<strong>en</strong>iles marginados<br />

de la investigación social, revelar<br />

su heterog<strong>en</strong>eidad cultural, sus<br />

múltiples refer<strong>en</strong>tes y su complejidad,<br />

reintroduci<strong>en</strong>do al jov<strong>en</strong> como<br />

ag<strong>en</strong>te creador <strong>en</strong> el diseño de la<br />

contemporaneidad mexicana.<br />

Hoy el asunto juv<strong>en</strong>il transita hacia<br />

nuevos retos. Los estragos de décadas<br />

de inserción del país <strong>en</strong> procesos de<br />

globalización neoliberal, de quiebre<br />

del modelo de desarrollo capitalista<br />

del siglo XX, de transformaciones <strong>en</strong> las instituciones modernas<br />

(trabajo, escuela) que produjeron a los jóv<strong>en</strong>es y el ingreso del<br />

narco y del crim<strong>en</strong> organizado <strong>en</strong> el tejido social, han producido<br />

mayor desigualdad, desinstitucionalización e ingreso <strong>en</strong> la informalidad<br />

e ilegalidad económica y social <strong>en</strong> la población juv<strong>en</strong>il.<br />

La manera <strong>en</strong> que hagamos inteligible <strong>en</strong> el pres<strong>en</strong>te las tácticas<br />

y estrategias individuales y colectivas que construy<strong>en</strong> los jóv<strong>en</strong>es<br />

para vivir su cotidianeidad desde sus heterogéneos y desiguales<br />

espacios sociales, aplacará algo de su/nuestra incertidumbre por<br />

el futuro.


CULTURA JUVENIL Y CONTRACULTURA /exam<strong>en</strong><br />

como<br />

f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o de<br />

contestación social:<br />

El problema de la g<strong>en</strong>eración Nini<br />

Foto: Corbis. ›Contracultura<br />

8 IBERO<br />

¿No te hace feliz el saber que existes?<br />

Ignacio Arriola Haro, Diálogo de personajes<br />

Juan Federico Arriola<br />

Profesor Investigador del Departam<strong>en</strong>to Académico de Derecho de<br />

la <strong>Universidad</strong> <strong>Iberoamericana</strong> Ciudad de México. Columnista <strong>en</strong> el<br />

periódico El Financiero, de México, y del diario digital El Imparcial, de<br />

España. Premio Nacional de Periodismo José Pagés Llergo, <strong>en</strong> 1997, por<br />

Artículo de Fondo. Autor, <strong>en</strong>tre otros libros, de La filosofía política <strong>en</strong><br />

el p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to de Octavio Paz (2009)<br />

Urge una contracultura sobre todo de<br />

jóv<strong>en</strong>es que sepan protestar, imaginar,<br />

proponer, hacer, luchar, trabajar, educar y<br />

educarse. Mañana puede ser muy tarde.


La contracultura es un término que no aparece frecu<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te<br />

<strong>en</strong> textos de sociología, no obstante que es<br />

completam<strong>en</strong>te sociológico. La contracultura ti<strong>en</strong>e una<br />

carga positiva de afirmación de lo que un grupo quiere<br />

ser y hacer fr<strong>en</strong>te a una cultura dominante autoritaria o<br />

peor aún corrupta. Pero también la contracultura puede derivar<br />

de un movimi<strong>en</strong>to social crítico <strong>en</strong> un grupo criminal.<br />

El sociólogo mexicano Francisco Gomezjara dice que la “contracultura<br />

repres<strong>en</strong>ta pautas y propuestas de comportami<strong>en</strong>to<br />

que se erig<strong>en</strong> como alternativa a los aspectos c<strong>en</strong>trales de la<br />

cultura dominante de la sociedad” (Sociología, Porrúa, México,<br />

2000, p. 437).<br />

Para mí, el movimi<strong>en</strong>to contracultural más exitoso y puro fue el<br />

movimi<strong>en</strong>to hippie <strong>en</strong> Estados Unidos, ya que un número importante<br />

de jóv<strong>en</strong>es de ese país se <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tó a la “cultura beligerante”<br />

financiada por los factores reales de poder que fabrican todo tipo<br />

de armas conv<strong>en</strong>cionales y no conv<strong>en</strong>cionales. Este movimi<strong>en</strong>to<br />

surgió <strong>en</strong> los años ses<strong>en</strong>ta, tuvo un auge importante <strong>en</strong> los set<strong>en</strong>ta<br />

—que coexistió con la guerra estúpida e ilegal <strong>en</strong> contra del pueblo<br />

de Vietnam que duró más de una década— y se apagó <strong>en</strong> los<br />

años och<strong>en</strong>ta víctima de un capitalismo que lo devora todo.<br />

La propuesta del movimi<strong>en</strong>to contracultural hippie fue una<br />

verdadera antítesis hegeliana: acabar con la guerra y lograr la paz<br />

del mundo. Pero terminar con la industria armam<strong>en</strong>tística norteamericana<br />

era una empresa difícil de lograr, una verdadera hazaña.<br />

El pacifismo se convirtió <strong>en</strong> una cultura social importante:<br />

Nixon se escapó de sus guardaespaldas y tuvo un breve <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tro<br />

fr<strong>en</strong>te a la estatua de Lincoln <strong>en</strong> Washington con jóv<strong>en</strong>es<br />

hippies que deseaban que acabara la guerra <strong>en</strong> Vietnam: mejor<br />

hagamos la paz y el amor y no la guerra.<br />

En México, la corrupción ya se hizo una cultura dominante<br />

de autoridades y grupos criminales. La sociedad mexicana está<br />

atrapada y <strong>en</strong> el s<strong>en</strong>o de ella no hay un f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o contracultural<br />

fuerte y eficaz que cimbre las estructuras corruptoras. En nuestro<br />

país la viol<strong>en</strong>cia va <strong>en</strong> espiral. La guerra ha sido declarada<br />

sin cálculo político. Es una aberración jurídica y un desatino<br />

político: <strong>en</strong> vez de invertir más <strong>en</strong> desarrollo para la educación<br />

y la g<strong>en</strong>eración de empleos, el gobierno federal apuesta por la<br />

militarización y el gasto exacerbado <strong>en</strong> seguridad pública. En<br />

vez de cortar la fortaleza económica que ti<strong>en</strong>e la criminalidad<br />

organizada <strong>en</strong> el lavado de dinero, el gobierno federal apuesta<br />

por contestar la viol<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> ciudades y campos mexicanos.<br />

Como no hay una contracultura fuerte que ponga contra la<br />

pared al Estado mexicano y más concretam<strong>en</strong>te a las autoridades<br />

asociadas con los criminales, muchos jóv<strong>en</strong>es mexicanos sin empleo<br />

formal y sin oportunidades de estudios son reclutados por<br />

cárteles del narcotráfico a bajo costo. La mano de obra criminal<br />

también es barata.<br />

Esta g<strong>en</strong>eración es conocida como la g<strong>en</strong>eración Nini, porque<br />

ni estudia ni trabaja. Su no productividad se traduce <strong>en</strong> mayor<br />

viol<strong>en</strong>cia, mayor caos, <strong>en</strong> detrim<strong>en</strong>to del Estado de Derecho, de<br />

la democracia y los derechos humanos.<br />

La g<strong>en</strong>eración Nini está lejos de ser una propuesta contracultural,<br />

al contrario ha sido absorbida <strong>en</strong> la industria de la criminalidad<br />

y el oficio demagógico que supone que a balazos se<br />

resuelve un problema g<strong>en</strong>erado hace más de treinta años.<br />

La trem<strong>en</strong>da desigualdad social no propicia una contracultura<br />

propositiva para terminar con la viol<strong>en</strong>cia, disminuir la criminalidad<br />

organizada y hacer una verdadera reforma educativa sin<br />

ag<strong>en</strong>tes nocivos que impid<strong>en</strong> el desarrollo del país.<br />

Si bi<strong>en</strong> es cierto que miembros promin<strong>en</strong>tes de la alta sociedad<br />

mexicana, a raíz de sufrir verdaderas tragedias familiares de<br />

secuestro, extorsión y homicidio, han propuesto a través de la<br />

formación de <strong>en</strong>tidades particulares cambiar la dinámica viol<strong>en</strong>ta<br />

de México, desafortunadam<strong>en</strong>te no ha sido sufici<strong>en</strong>te. Seguimos<br />

con la conci<strong>en</strong>cia anestesiada.<br />

La contracultura puede ser criminal si cae <strong>en</strong> la desesperación<br />

de derrotar a la poderosa máquina cultural dominante que no<br />

cede espacios.<br />

Vivimos un mom<strong>en</strong>to especialm<strong>en</strong>te crítico: no hemos recuperado<br />

la calle, que la delincu<strong>en</strong>cia organizada nos ha arrebatado,<br />

hay déficit cada año <strong>en</strong> g<strong>en</strong>eración de empleos, hay seis millones<br />

de pobres más <strong>en</strong> este sex<strong>en</strong>io (Felipe Calderón dixit), más cad<strong>en</strong>as<br />

de producción rotas por la emigración de proveedores y<br />

empresarios <strong>en</strong> varias regiones del país.<br />

México necesita una contracultura intelig<strong>en</strong>te, eficaz y vali<strong>en</strong>te<br />

que desafíe a los policías, presid<strong>en</strong>tes municipales y gobernadores<br />

que han pactado con los criminales y que se han v<strong>en</strong>dido<br />

a los peores intereses.<br />

Los periodistas que con valor han señalado la sociedad criminal<br />

<strong>en</strong>tre algunas autoridades y hampones han acabado asesinados<br />

o desaparecidos. Si no hay libertad de expresión no hay<br />

democracia. T<strong>en</strong>emos una democracia emboscada.<br />

Pintar graffitti no es sufici<strong>en</strong>te, necesitamos alzar más las voces:<br />

callar es peor que “hablar mal de México”.<br />

Estoy conv<strong>en</strong>cido de que la corrupción es la cultura dominante.<br />

El derecho no es valorado por g<strong>en</strong>te de diversos sectores, más<br />

aún por los poderosos. Luego <strong>en</strong>tonces, la contracultura debe<br />

ser cívica. Gandhi es un excel<strong>en</strong>te ejemplo. Me gustaría ver un<br />

retrato de ese gran personaje hindú y espero no volver a ver un<br />

retrato de Stalin que figuró <strong>en</strong> el zócalo de la ciudad de México<br />

después de una protesta postelectoral de una izquierda sin imaginación<br />

y sin dignidad. La derecha <strong>en</strong> México quizá está peor.<br />

Urge una contracultura sobre todo de jóv<strong>en</strong>es que sepan protestar,<br />

imaginar, proponer, hacer, luchar, trabajar, educar y educarse.<br />

Mañana puede ser muy tarde.<br />

IBERO 9


CULTURA JUVENIL Y CONTRACULTURA /exam<strong>en</strong><br />

›El fuego,<br />

la hierba y la<br />

rosa negra<br />

Notas para una semántica<br />

de la “contracultura”<br />

Nosotros: el otro<br />

En el principio fue el statem<strong>en</strong>t. Toda cultura se disocia <strong>en</strong> dos<br />

niveles. En la superficie, las teorías, los discursos, la opinión pública,<br />

la diseminación de las imág<strong>en</strong>es, la retórica, los rituales, la<br />

labor de “explicar” por qué es como es, por qué podría ser de<br />

otra manera; la esfera del vuelo. Al mismo tiempo, <strong>en</strong> su subsuelo,<br />

ahí donde la experi<strong>en</strong>cia no es más que experi<strong>en</strong>cia desnuda,<br />

esa apretada red de gestos, axiomas, definiciones, automatismos,<br />

hábitos, juicios que codifican sus órd<strong>en</strong>es invisibles, digamos,<br />

imp<strong>en</strong>etrables. Foucault llamó a ese subsuelo mudo (y decisivo)<br />

el ord<strong>en</strong> de la “mirada codificada”; Deleuze, el plano de la inman<strong>en</strong>cia:<br />

ahí donde una cultura se vuelve ciega ante sí misma.<br />

Sólo hacia el final de su vida, <strong>en</strong> un ciclo de confer<strong>en</strong>cias que<br />

apareció reci<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te bajo el título de La vida de los hombres<br />

anormales, Foucault se pregunta no por las capas y las superficies<br />

de la cultura, sino por su an-geo-grafía: por la forma de la<br />

frontera interna y externa que fija los límites de aquello que<br />

resulta codificable o no desde su “mirada interna”. Es decir, la<br />

distinción <strong>en</strong>tre todo lo que puede pert<strong>en</strong>ecer a ella, y lo que<br />

ya ha dejado de pert<strong>en</strong>ecer; ese espacio, amorfo, móvil y líquido<br />

que media <strong>en</strong>tre la periferia interna y la externa de lo que una<br />

cultura puede tramitar a través de sus códigos. El mismo espacio,<br />

que no es otro más que el espacio de la experi<strong>en</strong>cia, y que está<br />

demarcado no por el exterior de esa periferia, no por el otro<br />

absoluto —digamos, el extranjero—, sino por un otro interno el<br />

10 IBERO<br />

Ilán Semo<br />

Historiador y analista político. Académico del<br />

Departam<strong>en</strong>to de Historia de la <strong>Universidad</strong><br />

<strong>Iberoamericana</strong> Ciudad de México.<br />

Coordinador del libro La memoria dividida<br />

(México, Fractal, 2006)<br />

anormal— que la define, desde su “espejo interior” —una suerte<br />

de ello social— como un extraño, un estado de anomalía del sí<br />

mismo. Un “yo” que habita nuestro propio yo <strong>en</strong> calidad de un<br />

ser extraño, que no deja de ser nosotros mismos. Ahí donde una<br />

cultura se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra ante la am<strong>en</strong>aza de la extrañeza de sí misma,<br />

de la posible pérdida del poder de su normalidad, posibilidad sin<br />

la cual no podría ni siquiera existir. Y fue acaso la movilización<br />

(incluso la personificación) moral, cultural, anímica y política (a<br />

lo largo del siglo XX) de ese “otro <strong>en</strong> nosotros”, que nos mira<br />

bajo la incautación de la promesa de normalidad, que permite<br />

delatar a esa promesa como un fin imposible, ominoso incluso,<br />

la que desde los años ses<strong>en</strong>ta impregna no el concepto sino el<br />

precepto de “contracultura”.<br />

Foto: Corbis.


El término de contracultura lleva <strong>en</strong> sí la huella de<br />

la apología de una diáspora: un “esquina bajan”, el<br />

estado individual de excepción como forma de vida:<br />

la ironía convertida <strong>en</strong> otra forma del espectáculo.<br />

Los axiomas inversos del deseo<br />

El término de contracultura lleva <strong>en</strong> sí la huella de la<br />

apología de una diáspora: un “esquina bajan”, el estado<br />

individual de excepción como forma de vida: la ironía<br />

convertida <strong>en</strong> otra forma del espectáculo. Digamos que es<br />

esa “otra cultura” que convierte a la distancia y a la aporía <strong>en</strong><br />

la condición límite de ese sistema de cont<strong>en</strong>ción, de normas<br />

predecibles de conducta, de imposiciones e imposturas sobre el<br />

cuerpo, el l<strong>en</strong>guaje y las costumbres que llamamos “cultura”.<br />

La contracultura, más que oponerse a este sistema, le infringe<br />

un daño, lo “abolla”, lo desaxiomatiza, lo banaliza. Por esto sólo<br />

puede ser <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dida a partir de una peculiar teoría del deseo, la<br />

del deseo concebido como la pulsión maquínica de un sistema:<br />

la pulsión de confirmar que todo aquello que llamamos<br />

“cultura” no es más que un mapa de axiomas y<br />

códigos que fijan de antemano las posibilidades de no<br />

dar otro s<strong>en</strong>tido al s<strong>en</strong>tido más que el de la rehabilitar y<br />

reparar perman<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te el sistema que sosti<strong>en</strong>e a esa cartografía.<br />

Ese cometido moderno, cuyo mandato es mant<strong>en</strong>er al deseo<br />

perman<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te insatisfecho.<br />

La contracultura parte de un simple pero poderoso gag: el extraño<br />

<strong>en</strong> el sistema no somos nosotros, sino el sistema <strong>en</strong> nosotros.<br />

Un gag que le permite r<strong>en</strong>ovarse interminablem<strong>en</strong>te para fijar el<br />

testimonio de esa extrañeza. Por esto, desde sus oríg<strong>en</strong>es <strong>en</strong> los<br />

años treinta, es decir, con el nacimi<strong>en</strong>to de la sociedad de masas,<br />

de la sociedad de la cinta sin fin (<strong>en</strong> la producción), de la cinta<br />

IBERO 11


CULTURA JUVENIL Y CONTRACULTURA /exam<strong>en</strong><br />

(también sin fin) del consumo que nos consume<br />

para volver a consumir, su (a)signatura reside no<br />

tanto <strong>en</strong> refutar los “valores” que hac<strong>en</strong> posible la<br />

reproducción sin cesar de esa ilusión, desilusión,<br />

sino que reside <strong>en</strong> invertirlos, <strong>en</strong> despoblarlos, <strong>en</strong><br />

esc<strong>en</strong>ificar la posibilidad de deshabitarlos.<br />

En el siglo XX hay tres mom<strong>en</strong>tos discernibles <strong>en</strong><br />

los que aparece como un síntoma y como el c<strong>en</strong>tro<br />

de una esc<strong>en</strong>a, como discurso y como multiplicidad de<br />

variaciones que fijan el límite, y sobre todo, como el sinónimo<br />

de la subversión no del ord<strong>en</strong>, sino de la “vida” tal y como la<br />

define el ord<strong>en</strong>.<br />

La desmovilización del tiempo. ¿Cómo <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der al surrealismo<br />

de los años 20 y 30 si no como un movimi<strong>en</strong>to de ord<strong>en</strong> geológico?<br />

Un movimi<strong>en</strong>to que buscaba trasladar la posibilidad de la<br />

producción del s<strong>en</strong>tido de la esfera del tiempo a la del espacio;<br />

trasladarla de la reedición sin fin del horizonte de expectativas a<br />

hurgar <strong>en</strong> las capas y subcapas de la “realidad”, de la fascinación<br />

por la utopía a la dist<strong>en</strong>sión de las heterotopías, del mundo de la<br />

ficción de lo real a lo real de la ficción del sueño. Son los mismos<br />

años <strong>en</strong> que Heidegger escribe Ser y tiempo, y la contracultura<br />

surrealista describe, pinta y pone <strong>en</strong> esc<strong>en</strong>a esa labor minera de<br />

destrabar <strong>en</strong> las capas de la “realidad” todo lo que hace de lo real<br />

un simple simulacro. Y de alguna manera, la disyunción surrea-<br />

La contracultura de los 90<br />

—darks, oms, siders, por<br />

m<strong>en</strong>cionar sus más evid<strong>en</strong>tes<br />

antípodas— invierte los términos<br />

de sus abuelos de los 60.<br />

lista escribe, sin nunca redactarlo, otro texto intuitivo cuyo título<br />

podría llamarse “ser y espacio”. La relación <strong>en</strong>tre el exist<strong>en</strong>cialismo<br />

de la posguerra, y sus anteced<strong>en</strong>tes surrealistas, no es fortuita.<br />

Ambos se propon<strong>en</strong> lidiar con y contra la sombra de Clío, que es<br />

la gran diosa de la modernidad, pero lo hac<strong>en</strong> desde el lugar de<br />

la vanguardia. Acaso, y por esto, son movimi<strong>en</strong>tos tan sólo protoanticulturales:<br />

se v<strong>en</strong> a sí mismos legislando sobre (o por <strong>en</strong>cima)<br />

de los saberes que quisieran ver propiciando el inc<strong>en</strong>dio.<br />

La domiciliación del cuerpo. La contracultura de los<br />

60 —beatniks, hippies, ops— se despliega, <strong>en</strong> cierta<br />

manera, <strong>en</strong> s<strong>en</strong>tido opuesto. Simplem<strong>en</strong>te sucede<br />

invirti<strong>en</strong>do los mapas del ord<strong>en</strong>. On the road<br />

de Kerouac quiere trazar un mapa con su propia<br />

errancia, no ceñirse a la geografía de los que ya le<br />

esperan. Los primeros síntomas de los hippies, a<br />

12 IBERO<br />

los que se les llama <strong>en</strong> un inicio misfits (fuera de lugar, sin lugar)<br />

proced<strong>en</strong> de manera similar. Su territorio no es, como el de los<br />

exist<strong>en</strong>cialistas, el p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to, sino el performance, la situación<br />

—el situacionismo incluso— la inv<strong>en</strong>ción de otros modos del<br />

ser: el cuerpo convertido <strong>en</strong> un laboratorio del desacuerdo. El<br />

primero de estos desacuerdos es la ruptura de las fantasmagorías<br />

que sosti<strong>en</strong><strong>en</strong> a la homologación de dos sintagmas irreconciliables:<br />

el desdén por la relación <strong>en</strong>tre “el amor” y el “sexo”. Los<br />

hippies <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tan la popularidad de masas que ha conseguido<br />

el “hedonismo” convertido <strong>en</strong> oferta de fin de semana con el<br />

asedio al sistema que habilita esa conjunción. Todo parece tan<br />

s<strong>en</strong>cillo, tan “inoc<strong>en</strong>te”, pero <strong>en</strong> sus capas<br />

ad<strong>en</strong>tro acontece un pequeño y gran ca-<br />

taclismo. Acaso el asedio a lo que Deleuze<br />

llamará “el sistema edípico” Si algui<strong>en</strong><br />

es la víctima de la contracultura de los 60,<br />

no hay duda de que se trata del “sujeto<br />

freudiano”. Una segunda víctima es, acaso,<br />

la espiritualidad de la guerra: lo más<br />

radical ahí donde la guerra es la signatura<br />

de la culpa, la versión estadounid<strong>en</strong>se de<br />

la guerra, es oponerle <strong>en</strong> calidad de ironía<br />

la inversión del sintagma de la espiritualidad<br />

de Occid<strong>en</strong>te. Para el imperio el pacifismo no es una consigna,<br />

es algo mucho más indescifrable, es la indigestión.<br />

La inversión de la forma. La contracultura de los 90 —darks,<br />

oms, siders, por m<strong>en</strong>cionar sus más evid<strong>en</strong>tes antípodas— invierte<br />

los términos de sus abuelos de los 60: son la lluvia de<br />

las incrustaciones, la sombra pres<strong>en</strong>cia de una periferia que periferiza<br />

a la periferia, que abate su carácter transitorio. Son el<br />

síntoma no de un estado de excepción, sino de un régim<strong>en</strong> de<br />

oclusión, una garantía perman<strong>en</strong>te de que la periferia es<br />

un modus operandi. Un modus que deshabilita, como<br />

flores negras <strong>en</strong> el asfalto, como un negro sobre negro,<br />

un duelo sobre el duelo, la maquínica t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia<br />

a suprimir (y reprimir) la multiplicidad <strong>en</strong> el Uno,<br />

la diversidad <strong>en</strong> el cons<strong>en</strong>so. Son el grato e histriónico<br />

testimonio de algo que resiste.


CULTURA JUVENIL Y CONTRACULTURA / exam<strong>en</strong><br />

›De la Onda<br />

al Crack y<br />

el futuro de<br />

la literatura<br />

mexicana<br />

Los argum<strong>en</strong>tos con que hoy explicamos<br />

la reci<strong>en</strong>te epidemia internacional<br />

de grupos literarios de ruptura y<br />

r<strong>en</strong>ovación hacia finales del siglo<br />

XX son irónicam<strong>en</strong>te los mismos<br />

que otrora se esgrimieron para desahuciar<br />

a la g<strong>en</strong>eración <strong>en</strong> la que surg<strong>en</strong>. Definidos<br />

inicialm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> términos de incógnita (<strong>en</strong> el<br />

mejor de los casos) o de franca desesperanza (<strong>en</strong> la<br />

mayoría), qui<strong>en</strong>es nacimos <strong>en</strong> la borrascosa década de<br />

los ses<strong>en</strong>ta parecíamos irremisiblem<strong>en</strong>te destinados a la inacción,<br />

la frivolidad mediática, el facilismo cultural, el individualismo<br />

a ultranza, la indifer<strong>en</strong>cia ideológica y, <strong>en</strong> fin, la asunción de que <strong>en</strong><br />

la heterog<strong>en</strong>eidad se vale todo y, por lo tanto, nada vale.<br />

No es m<strong>en</strong>or dicho estigma de la desesperanza <strong>en</strong> América Latina.<br />

Antes se diría que la indifer<strong>en</strong>cia se ac<strong>en</strong>túa <strong>en</strong> nuestros lares como<br />

corresponde a todo planteami<strong>en</strong>to crítico <strong>en</strong> aquellas partes del<br />

mundo donde la crisis es ley. Qui<strong>en</strong>es vivimos adolesc<strong>en</strong>cias latinoamericanas<br />

<strong>en</strong>tre Bahía de Cochinos y la revolución sandinista,<br />

qui<strong>en</strong>es éramos unos niños cuando José Agustín y Parménides<br />

García Saldaña publicaban sus obras rebeldes y juv<strong>en</strong>ilistas, t<strong>en</strong>emos<br />

como pocos el derecho a la suspicacia. Entre los latinoamericanos<br />

que llegaríamos a la madurez <strong>en</strong> la década de los nov<strong>en</strong>ta, la pesimista<br />

Mafalda, que se da cu<strong>en</strong>ta y se queja de todo, desplaza finalm<strong>en</strong>te<br />

al ing<strong>en</strong>uo Charlie Brown, que no se <strong>en</strong>tera de nada.<br />

También nacimos <strong>en</strong> los ses<strong>en</strong>ta los mexicanos que hace quince<br />

años quisimos describir nuestra g<strong>en</strong>eración como la G<strong>en</strong>eración<br />

Fría o la G<strong>en</strong>eración sin Conti<strong>en</strong>da, o qui<strong>en</strong>es participamos <strong>en</strong> prematuras<br />

antologías g<strong>en</strong>eracionales con títulos tan explícitos como<br />

Dispersión multitudinaria o Con la X <strong>en</strong> la fr<strong>en</strong>te. Nuestros mayores<br />

habían t<strong>en</strong>ido una conti<strong>en</strong>da, habían asistido a la revolución sexual<br />

y a la emerg<strong>en</strong>cia de los Beatles. Muchos habían participado <strong>en</strong><br />

los movimi<strong>en</strong>tos estudiantiles, habían leído novelas por primera vez<br />

14 IBERO<br />

Ignacio Padilla<br />

Narrador y <strong>en</strong>sayista. Figura destacada de la g<strong>en</strong>eración<br />

literaria d<strong>en</strong>ominada del Crack. Egresado y profesor de la<br />

<strong>Universidad</strong> <strong>Iberoamericana</strong> Ciudad de México. Autor de una<br />

ext<strong>en</strong>sa obra que ha merecido múltiples premios nacionales<br />

e internacionales. Premio Primavera de Novela 2000, <strong>en</strong><br />

España, por Amphitryon, y Premio Iberoamericano de<br />

Ensayo Debate-Casa de América 2010, por La isla de las<br />

tribus perdidas. Sus libros más reci<strong>en</strong>tes son El androide y<br />

las quimeras (Páginas de Espuma, Madrid, 2008) y La vida<br />

íntima de los <strong>en</strong>c<strong>en</strong>dedores: Animismo <strong>en</strong> la sociedad<br />

ultramoderna (Páginas de Espuma, Madrid, 2009)<br />

vinculadas con el rock como bandera, habían t<strong>en</strong>ido<br />

una conti<strong>en</strong>da y habían pagado un alto precio por<br />

ello. Nosotros, <strong>en</strong> cambio, t<strong>en</strong>íamos que apr<strong>en</strong>der<br />

varias lecciones: la literatura comprometida no<br />

servía, la literatura juv<strong>en</strong>ilista no trasc<strong>en</strong>día, y el<br />

ideal revolucionario se había ahogado <strong>en</strong> su<br />

propia sangre. Transmigrados al cable aislante<br />

de nuestros walk-m<strong>en</strong>, adalides de la idea<br />

de que somos protagonistas del Fin de Todo,<br />

cantamos a una el Himno a la Alegría fr<strong>en</strong>te a<br />

la Puerta de Brandeburgo más como un responso al<br />

final del Vali<strong>en</strong>te Mundo Nuevo que como la festiva aceptación del<br />

principio de nuestra segunda oportunidad sobre la tierra.<br />

Ocurrió, sin embargo, que <strong>en</strong> los años nov<strong>en</strong>ta estos vaticinios<br />

com<strong>en</strong>zaron a disiparse de manera dramática y por las vías m<strong>en</strong>os<br />

esperadas. De la noche a la mañana, la premura con que fuimos<br />

estigmatizados con el sello del escepticismo derivó también <strong>en</strong> una<br />

precoz fatiga ante la X que nos fue tatuada <strong>en</strong> la década de los<br />

och<strong>en</strong>ta. Si bi<strong>en</strong> es cierto que la resaca del triunfo del neoliberalismo<br />

no es m<strong>en</strong>os agobiante que la melancolía heredada de nuestros mayores,<br />

también es verdad que el desarrollo de nuestra consci<strong>en</strong>cia <strong>en</strong><br />

el mundo nos empujó de pronto a reconocer que nadie, sobre todo<br />

un artista <strong>en</strong> ciernes, puede estacionarse <strong>en</strong> la inacción o el escepticismo<br />

y aún así pret<strong>en</strong>der seguir existi<strong>en</strong>do, no digamos creando.<br />

Los primeros resultados de esta experim<strong>en</strong>tación nov<strong>en</strong>tera para<br />

<strong>en</strong>contrar lo inmarcesible <strong>en</strong> el universo de la desesperanza pued<strong>en</strong><br />

ubicarse <strong>en</strong> la participación de los jóv<strong>en</strong>es <strong>en</strong> acontecimi<strong>en</strong>tos <strong>en</strong><br />

apari<strong>en</strong>cia tan distantes como la democratización de América Latina<br />

o la ing<strong>en</strong>ua pero innegable emerg<strong>en</strong>cia de debates mundiales <strong>en</strong><br />

torno a la ecología, los derechos de las minorías, los alcances éticos<br />

de la ci<strong>en</strong>cia, la globalización, el rechazo a la beligerancia de las naciones<br />

neoliberales y la fuerza transformadora de la sociedad civil.<br />

En el arte, estas señales son aún más irregulares, si cabe, pero no


José Agustín. Fotografía de Rogelio Cuéllar.<br />

La historia misma del Crack<br />

mexicano, su efecto, su<br />

recibimi<strong>en</strong>to, su autocrítica y, sobre<br />

todo, sus perspectivas, no son muy<br />

distintas de las que hoy caracterizan<br />

a los grupos literarios que surgieron<br />

paralelam<strong>en</strong>te a él.<br />

hay duda de que <strong>en</strong>tre ellas se cu<strong>en</strong>ta la proliferación de grupos de<br />

nuevos o novísimos escritores que, <strong>en</strong> todas las latitudes y desde<br />

todos los flancos de la estética literaria, com<strong>en</strong>zaron a promover de<br />

pronto, y a veces simultáneam<strong>en</strong>te, una ruptura con el anquilosado<br />

statu quo de las literaturas que fueron escritas y leídas <strong>en</strong> los últimos<br />

treinta años del siglo XX. Por contraste con nuestros antecesores,<br />

hicimos de la literatura nuestra principal conti<strong>en</strong>da.<br />

Continuidad y ruptura, tradición y r<strong>en</strong>ovación, transitoriedad y<br />

perman<strong>en</strong>cia son sólo algunas de las síntesis paradójicas que marcan<br />

los planteami<strong>en</strong>tos, obras y pronunciami<strong>en</strong>tos de los grupos de<br />

escritores nacidos <strong>en</strong> los ses<strong>en</strong>ta que surg<strong>en</strong> inesperadam<strong>en</strong>te <strong>en</strong><br />

el último lustro del siglo XX. El m<strong>en</strong>saje de estas voces dispersas<br />

no podía ser más claro: ante la supuesta y castrante ineptitud que<br />

se nos imponía para creer <strong>en</strong> nuestra posibilidad de controlar o<br />

reformar una realidad que nos excedía, los<br />

artistas adolesc<strong>en</strong>tes de los años och<strong>en</strong>ta habíamos<br />

hallado refugio para nuestro ímpetu<br />

transformador <strong>en</strong> el campo de la ficción.<br />

Desahuciados para la vida, hallamos <strong>en</strong> la<br />

novela una forma alternativa y propositiva<br />

de exist<strong>en</strong>cia. Lectores voraces y precoces,<br />

los futuros escritores del siglo XXI alternamos<br />

nuestras horas de televisión con la<br />

lectura de clásicos y modernos. Habituados<br />

a la conviv<strong>en</strong>cia con los medios masivos de<br />

comunicación, apr<strong>en</strong>dimos que la literatura<br />

no puede estar al marg<strong>en</strong> de la tecnología,<br />

pero <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dimos también que, ante la volatilidad mediática, la literatura<br />

ti<strong>en</strong>e el don de fom<strong>en</strong>tar la perman<strong>en</strong>cia. Fr<strong>en</strong>te al fracaso<br />

parricida de nuestros hermanos mayores, asumimos que nada hay<br />

más revolucionario que la tradición, y que el rompimi<strong>en</strong>to nunca<br />

puede ser absoluto, sino que la innovación prevalece sólo si reconoce<br />

las bondades de lo antiguo como piedra de toque del rejuv<strong>en</strong>ecimi<strong>en</strong>to<br />

de lo contemporáneo.<br />

A difer<strong>en</strong>cia de los movimi<strong>en</strong>tos vanguardistas de la primera mitad<br />

del siglo XX, los diversos grupos literarios que surg<strong>en</strong> después<br />

de 1989 part<strong>en</strong> del principio de que el cambio no sirve por el<br />

cambio mismo. La r<strong>en</strong>ovación a ultranza, el desfase total e impetuoso<br />

de lo preced<strong>en</strong>te es, al m<strong>en</strong>os <strong>en</strong> las artes, una actitud suicida.<br />

Para estos grupos y estos autores, romper es sobre todo recapitular,<br />

limpiar, señalar aquello que consideran desviaciones y devaluacio-<br />

IBERO 15


CULTURA JUVENIL Y CONTRACULTURA/exam<strong>en</strong><br />

Alberto Fuguet.<br />

nes de valores estéticos preced<strong>en</strong>tes que sin embargo ti<strong>en</strong><strong>en</strong> aún<br />

absoluta vig<strong>en</strong>cia.<br />

No es aj<strong>en</strong>a América Latina a esta corri<strong>en</strong>te r<strong>en</strong>ovadora. Acaso<br />

el ejemplo más sonado de ello sea McOndo, antología de cu<strong>en</strong>tos<br />

de diversos autores latinoamericanos publicada <strong>en</strong> 1996 bajo la coordinación<br />

del chil<strong>en</strong>o Alberto Fuguet. Como los New Puritans,<br />

también McOndo v<strong>en</strong>ía acompañada de un prólogo lapidario que<br />

ponía <strong>en</strong> evid<strong>en</strong>cia los mitos y <strong>en</strong>gaños del realismo mágico, la literatura<br />

política y la narrativa juv<strong>en</strong>ilista <strong>en</strong> aras de una literatura<br />

más digna, más ambiciosa y más acorde con las frescas perspectivas<br />

que el nuevo siglo pedía a la literatura. Los cu<strong>en</strong>tos, claro está, eran<br />

tan diversos como los autores antologados, pero <strong>en</strong> todos ellos, de<br />

Fr<strong>en</strong>te al fracaso parricida de nuestros<br />

hermanos mayores, asumimos que<br />

nada hay más revolucionario que la<br />

tradición, y que el rompimi<strong>en</strong>to nunca<br />

puede ser absoluto.<br />

manera explícita o implícita, se pugnaba por una recapitulación del<br />

quehacer literario donde no cupies<strong>en</strong> los espejismos de la literatura<br />

bananera. De manera similar, aunque m<strong>en</strong>os consci<strong>en</strong>te o <strong>en</strong>fática,<br />

los novelistas colombianos de los nov<strong>en</strong>ta comi<strong>en</strong>zan su exorcismo<br />

de los fantasmas marquecianos y empr<strong>en</strong>d<strong>en</strong> un singular fr<strong>en</strong>te<br />

novelístico donde la realidad finisecular colombiana vuelve a ser<br />

tratada sin m<strong>en</strong>osprecio de la complejidad lingüística o estructural<br />

que el propio García Márquez propuso sin que ninguno de sus<br />

muchos epígonos la hubiese retomado hasta <strong>en</strong>tonces. El Crack,<br />

16 IBERO<br />

Jorge Volpi. Fotografía de Rogelio Cuéllar.<br />

ni qué decir ti<strong>en</strong>e, participa a su manera <strong>en</strong> esta corri<strong>en</strong>te sin que<br />

<strong>en</strong> ella hayan faltado el humor, la contradicción, la irrever<strong>en</strong>cia, la<br />

ambición o la necesaria vuelta a las grandes tradiciones que marcan<br />

a sus congéneres latinoamericanos o mundiales. Por lo mismo, la<br />

historia misma del Crack mexicano, su efecto, su recibimi<strong>en</strong>to, su<br />

autocrítica y, sobre todo, sus perspectivas, no son muy distintas de<br />

las que hoy caracterizan a los grupos literarios que surgieron paralelam<strong>en</strong>te<br />

a él.<br />

*<br />

Antes he indicado que los autores nacidos <strong>en</strong> los ses<strong>en</strong>ta nos refugiamos<br />

<strong>en</strong> la literatura cuando, invitados al escepticismo, descubrimos<br />

que nadie puede subsistir <strong>en</strong> el des<strong>en</strong>canto absoluto. Parejam<strong>en</strong>te,<br />

ahora cabría decir que el flujo mismo de la historia <strong>en</strong> los<br />

últimos años ha com<strong>en</strong>zado a decirnos que, para llevar cualquier<br />

propuesta literaria hasta sus últimas consecu<strong>en</strong>cias, no es posible<br />

existir sólo <strong>en</strong> el ámbito de la literatura. Cada uno de los grupos<br />

o movimi<strong>en</strong>tos que he citado —y muchos más— partieron<br />

de una esfera fundam<strong>en</strong>tal y a veces exclusivam<strong>en</strong>te literaria.<br />

Fuera de las ideologías, al marg<strong>en</strong> de los planteami<strong>en</strong>tos y<br />

exig<strong>en</strong>cias de cualquier realidad que no afectase directam<strong>en</strong>te<br />

al mundo de la ficción, estas propuestas tuvieron como<br />

plataforma una r<strong>en</strong>ovación libresca que, sin embargo, demostró<br />

muy pronto que t<strong>en</strong>ía por fuerza que trasc<strong>en</strong>der precisam<strong>en</strong>te<br />

lo libresco.<br />

Asistidos por la fuerza y la imaginación perturbadora de los medios,<br />

y apoyados acaso <strong>en</strong> borrascas editoriales que permitieron a<br />

todas estas voces sobresalir <strong>en</strong> el necesario reacomodo de los grupos<br />

g<strong>en</strong>eracionales, los autores que se pronunciaron colectivam<strong>en</strong>te <strong>en</strong><br />

la década de los nov<strong>en</strong>ta no han tardado <strong>en</strong> descubrir que el énfasis<br />

de cualquier propuesta artística es efectivo para la r<strong>en</strong>ovación siempre<br />

y cuando se le complem<strong>en</strong>te con matices y se le vincule con la<br />

realidad. Todo pronunciami<strong>en</strong>to grupal debe por fuerza equilibrar<br />

su estrid<strong>en</strong>cia inicial si no desea que la medios de comunicación, la<br />

crítica o la industria los reinv<strong>en</strong>t<strong>en</strong> a placer. En los últimos años, la<br />

autocrítica, las abdicaciones y los matices <strong>en</strong>tre estos grupos se han<br />

vuelto tan necesarios para la perman<strong>en</strong>cia de sus propuestas como<br />

las propuestas mismas lo fueron <strong>en</strong> su oportunidad.<br />

Así, a la pasión de los jóv<strong>en</strong>es que celebraron la caída del Muro de<br />

Berlín —similar a la que caracterizó los planteami<strong>en</strong>tos de los grupos<br />

de r<strong>en</strong>ovación literaria hacia el fin de siglo— se ha ido imponi<strong>en</strong>do<br />

la urg<strong>en</strong>cia de un p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to más mesurado, una actividad<br />

social y literaria más madura que sin embargo no niegue la validez<br />

de las propuestas originales.<br />

Desde luego, poco han podido todas las<br />

aclaraciones, abjuraciones y cambios de<br />

rumbo contra la canonización apresurada<br />

que los medios de comunicación y la crítica<br />

han hecho de todos estos grupos y de<br />

sus ideas, auténticas o presuntas. Excedidos<br />

por la fuerza mediática que inicialm<strong>en</strong>te<br />

les impulsó, los autores que participamos<br />

<strong>en</strong> estos movimi<strong>en</strong>tos —y aquellos que, sin<br />

desearlo, fueron vinculados con sus propuestas—<br />

hemos com<strong>en</strong>zado a compr<strong>en</strong>der que no está <strong>en</strong> nuestras<br />

manos cont<strong>en</strong>er la bola de nieve que necesariam<strong>en</strong>te echamos<br />

a rodar hace casi diez años. Bi<strong>en</strong> que mal, se ha dicho lo que debía<br />

decirse, y ahora ya son otros los actores, mecanismos y filtros los<br />

que ev<strong>en</strong>tualm<strong>en</strong>te podrán poner, con la perspectiva y el rigor necesarios,<br />

los puntos sobre las íes de todas estos movimi<strong>en</strong>tos. Nuevos<br />

autores, más aislados, más intimistas, pero no poco podridos<br />

también <strong>en</strong> literatura, vi<strong>en</strong><strong>en</strong> ahora a recoger la estafeta de lo que<br />

fue sembrado <strong>en</strong> los nov<strong>en</strong>ta.


CULTURA JUVENIL Y CONTRACULTURA /exam<strong>en</strong><br />

›De Marcuse y la<br />

Onda a La rosa de<br />

Guadalupe<br />

Cuando los jóv<strong>en</strong>es gringos colgaban pósters del<br />

Che y de Spider Man <strong>en</strong> sus dormitorios, Woodstock<br />

era campo fértil. Cuando Dany el Rojo<br />

esquivaba g<strong>en</strong>darmes con su megáfono <strong>en</strong> ristre,<br />

la poesía chorreaba por las calles de París.<br />

Cuando el reg<strong>en</strong>te de fierro Uruchurtu perseguía greñudos-sinrasurar,<br />

México no conocía al Batallón Olimpia. El romanticismo<br />

ses<strong>en</strong>tero de esas imág<strong>en</strong>es es un archivo de etiquetas. Para<br />

hacer contracultura, hoy no aplica aferrarse a las barbas de Marx.<br />

Arriesgado, a finales de los set<strong>en</strong>ta, Joaquín Sabina escribió: “Si<br />

ahora <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tro a aquel amigo, leo <strong>en</strong> el fondo de sus ojos que<br />

ya se secaron las flores de 1968”.<br />

Hay dos territorios históricos, con literaturas distintas. A unos<br />

les tocó la Escuela de Frankfurt con El hombre unidim<strong>en</strong>sional de<br />

Marcuse y esa vértebra contestataria que repres<strong>en</strong>ta un manual<br />

de subversión. En los albores del siglo XXI es precipitado <strong>en</strong>cajonar<br />

marcos teóricos. Hay una masa gelatinosa de p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to<br />

<strong>en</strong> ebullición. Aunque por ahí destacan las tribus de Michel Maffesoli,<br />

que apuntan a un movimi<strong>en</strong>to contracultural de tirada<br />

primitiva. Es decir, la contracultura de hoy como la cultura “de<br />

antes”.<br />

El legado de la bohemia, la g<strong>en</strong>eración Beat, el jipismo y la<br />

18 IBERO<br />

Una radiografía de la<br />

contracultura, hoy<br />

José del Bosque Joch<br />

Estudiante de la carrera de Comunicación <strong>en</strong> la UIA y coeditor de 8-80,<br />

Semanario de los alumnos de la <strong>Universidad</strong> <strong>Iberoamericana</strong>.<br />

Ha trabajado como guionista de televisión para Cad<strong>en</strong>a Tres. Colabora<br />

con medios impresos <strong>en</strong> el norte del país y actualm<strong>en</strong>te escribe crónicas<br />

para un proyecto de la Federación Mexicana de Futbol<br />

protesta antibélica son románticas manifestaciones y medulares<br />

despliegues culturales. El caso es que hoy, navegando sin brújula<br />

<strong>en</strong> el caldo posmoderno, esa dulce insurrección es material mercantil<br />

y de cliché que el hipster contemporáneo ha adoptado. La<br />

sustancia iconoclasta se disfraza y es complejo hallarla. Hoy, el<br />

Gran Rechazo del que hablaba Marcuse está <strong>en</strong>mascarado.<br />

La idea es negarlo todo. Como ya no hay un aparato<br />

ideológico que lance cosas como: “los refugios<br />

contra bombas pued<strong>en</strong> ser acogedores”, la idea es<br />

sacarle la l<strong>en</strong>gua a cualquier elucubración gubernam<strong>en</strong>tal.<br />

Los grandes iconos de la turbul<strong>en</strong>cia<br />

romántica ya están vacunados: el<br />

artista es un tipo New Age, la prostituta es<br />

material tóxico, el proscrito busca otra<br />

ciudadanía, el poeta rebelde es <strong>en</strong>gullido<br />

por la crítica y el g<strong>en</strong>io loco está<br />

apaciguado con ansiolíticos.<br />

Pero la contracultura <strong>en</strong> tiempos<br />

de narcos y cal<strong>en</strong>tami<strong>en</strong>to global sí<br />

ti<strong>en</strong>e un nicho. Si se desempolva un<br />

episodio del mayo parisino de 1968,<br />

Michel de Certeau rescata una anéc-


El romanticismo ses<strong>en</strong>tero de<br />

esas imág<strong>en</strong>es es un archivo<br />

de etiquetas. Para hacer<br />

contracultura, hoy no aplica<br />

aferrarse a las barbas de Marx.<br />

IBERO 19


CULTURA JUVENIL Y CONTRACULTURA /exam<strong>en</strong><br />

En tiempos de d<strong>en</strong>sas<br />

contaminaciones<br />

mediáticas, los<br />

habitantes de la<br />

Aldea Global<br />

levantan un puño<br />

cibercontracultural.<br />

dota bi<strong>en</strong> conocida. Un reportero le preguntó su opinión del<br />

movimi<strong>en</strong>to a una elevadorista. Ella respondió: “No sé qué decir,<br />

yo no t<strong>en</strong>go cultura”. Luego, un tercero agregó: “No digas eso,<br />

el conocimi<strong>en</strong>to terminó. La cultura de hoy consiste <strong>en</strong> hablar”.<br />

Yace ahí “la toma de la palabra”.<br />

Los blogs y YouTube se han convertido <strong>en</strong> recipi<strong>en</strong>tes de información<br />

sin filtros institucionales. El tema user <strong>en</strong>haced es un<br />

síntoma contracultural donde el usuario común dota de cont<strong>en</strong>idos<br />

flotantes a la red. Ya no hay una difer<strong>en</strong>cia <strong>en</strong>tre el emisor<br />

y el receptor. El masivo potaje de bits juega con opiniones tan<br />

diversas que Internet es un Leviatán incontrolable y articulado<br />

por rostros anónimos. Ante la planetaria repulsión por las instituciones<br />

gigantes, el internauta hilvana cont<strong>en</strong>idos que carec<strong>en</strong><br />

de maquillaje corporativo. Sin polvo ni colorete, el humor, por<br />

ejemplo, ha dado un salto cuántico a la realidad: ir de pastelazos<br />

prefabricados a “el Canaca”.<br />

En tiempos de d<strong>en</strong>sas contaminaciones mediáticas, los habitantes<br />

de la Aldea Global levantan un puño cibercontracultural.<br />

Furio Colombo, un escritor y periodista italiano, dijo alguna vez<br />

que los medios t<strong>en</strong>ían grandes obstáculos, como son la fuerza<br />

del poder y la c<strong>en</strong>sura. Con la información emerg<strong>en</strong>te, hoy un<br />

ejército de distintos puntos de fuga críticos es capaz de lanzar<br />

férreas of<strong>en</strong>sivas hacia el sistema. Lo cyberpunk ha sabido derretir<br />

el hierro de una Margaret Thatcher virtual.<br />

Toca reparar <strong>en</strong> que la actual efervesc<strong>en</strong>cia contracultural quizá<br />

ya no yace <strong>en</strong> la reinv<strong>en</strong>ción de símbolos ses<strong>en</strong>teros. Bob<br />

Dylan, uno de los grandes masters contraculturales de la vieja<br />

escuela, se asfixió con tanta etiqueta que le atiborró su audi<strong>en</strong>cia.<br />

Por eso ha mudado de piel tantas veces. En su última<br />

visita a México, se plantó taciturno con la vista baja<br />

e hizo lo que sabe hacer y ya, mi<strong>en</strong>tras muchos<br />

esperaban la innecesaria nostalgia de The Times<br />

they are a-Changin. Toda la vig<strong>en</strong>cia que exista<br />

<strong>en</strong> el Working Class Hero que propuso John<br />

L<strong>en</strong>non, puede ser tomada como pilar, mas no<br />

como panfleto ortodoxo. Y si se toma <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta<br />

el convulsivo <strong>en</strong>sayo de José Enrique Rodó, ante<br />

la seductora globalización, toca ver hasta dónde<br />

se sabe ser Ariel y cuándo Calibán.<br />

En las topografías musicales, es un hecho que la re-<br />

20 IBERO<br />

presión no es la misma. Ahí vi<strong>en</strong>e la plaga es un fascinante retrato<br />

impreso que va de los años cincu<strong>en</strong>ta a los set<strong>en</strong>ta. Ahí, la Onda<br />

de José Agustín, Gerardo Pardo y José Buil navega <strong>en</strong> 31 historias<br />

que van desde rebeldes sin causa y “Cuba is yanquis on”, hasta<br />

“ancianos” de 38 años que preguntan por un disco de Grateful<br />

Dead. La cosa es que <strong>en</strong> un diálogo de ese libro, refiriéndose al<br />

rock, un sacerdote dice: “Esta música es del demonio, de afeminados.<br />

Fue inv<strong>en</strong>tada por los comunistas y los liberales y ateos.<br />

Exacerba las bajas pasiones, des<strong>en</strong>fr<strong>en</strong>a las débiles m<strong>en</strong>tes juv<strong>en</strong>iles”.<br />

El rocanrol como banda sonora de la estética revolucionaria<br />

fue y es un pot<strong>en</strong>te t<strong>en</strong>táculo contracultural pero, <strong>en</strong> estos días,<br />

a veces cabe comparar el aura del proto-roquero con el “niño<br />

bi<strong>en</strong>” que juega a ser rockstar.<br />

El mundo cambió mucho <strong>en</strong> 50 años. Si se habla de Cuba o<br />

Corea del Norte, resulta paradójico que lo comunista ahora sea<br />

represivo. En ese mismo mundo, la contracultura se puede v<strong>en</strong>der<br />

a sí misma. En contra de las etiquetas, el statu quo y lo leadershit (o<br />

mierda del líder empr<strong>en</strong>dedor) están muchos. El mercado lo sabe<br />

y por eso ya se forjan productos <strong>en</strong> serie cuyo target es “el que<br />

se quiso salir”. El hip hop nació como una abrasiva manifestación<br />

contracultural y hoy se pierde <strong>en</strong> la estética exagerada del diamante<br />

y el carro “pimpeado”, para derivar <strong>en</strong> infames reguetones.<br />

Tampoco los Beatles se salvan y el sacaroso musical de Across<br />

the Universe es una mezcla viscosa de revoluciones banalizadas.<br />

En este mercado, el “consumidor difer<strong>en</strong>te” también sucumbe<br />

ante el coyoacanismo con la ropa de manta y la estética indíg<strong>en</strong>a<br />

cool. De igual forma, con el frezapatismo, la figura del guerrillerocaballero<br />

andante se reduce a “p<strong>en</strong>sar bi<strong>en</strong> bonito”.<br />

En su clavado a la posmodernidad, Michel Maffesoli expone<br />

esa vuelta a lo arcaico (pero con Internet) que son las tribus. Se<br />

dice que la g<strong>en</strong>eración v<strong>en</strong>dió su alma por un plato de l<strong>en</strong>tejas.<br />

Que vive más o m<strong>en</strong>os consci<strong>en</strong>te, amargada, triste e infecunda.<br />

La organización tribal es un f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o social de donde manan<br />

fuertes dosis de primitivismo y contracultura. De los cósmicos<br />

raves a ese conglomerado trashumante que son (o fueron) los<br />

emos, se despliega la contracultura del siglo XXI. Lo único malo<br />

es cuando la televisión busca dar su versión. Con La rosa de Guadalupe,<br />

Televisa da lecciones de una hora sobre contracultura a<br />

las mamás. Ahí, emos, darketos y punks se met<strong>en</strong> <strong>en</strong> problemas<br />

y, con l<strong>en</strong>guaje de “chavos”, se <strong>en</strong>comi<strong>en</strong>dan a “la mor<strong>en</strong>ita del<br />

Tepeyac”. Con la fuerza del deus ex machina, ella llega y resuelve<br />

todo. Los papás quedan satisfechos y la cuestión emo fue sólo<br />

un desliz efímero de sus hijos.<br />

Entonces, ¿habrá un territorio de la contracultura<br />

actual? Todo apunta a la red de redes. Esa capacidad<br />

de lanzar m<strong>en</strong>sajes sin c<strong>en</strong>sura se ha convertido <strong>en</strong><br />

la firma de una g<strong>en</strong>eración. El espectador y el<br />

internauta pued<strong>en</strong> trazar su ag<strong>en</strong>da de consumo<br />

a través las geografías del ciberespacio con una<br />

libertad de tránsito <strong>en</strong> pot<strong>en</strong>te crecimi<strong>en</strong>to. Cont<strong>en</strong>ido<br />

inc<strong>en</strong>diario, información cruda y opiniones<br />

insurrectas están <strong>en</strong> gestación. La “toma de la palabra”<br />

inicia <strong>en</strong> un teclado.


CULTURA JUVENIL Y CONTRACULTURA/mirador<br />

›Arte y rebeldía<br />

Mónica Mayer<br />

Artista conceptual, investigadora y crítica<br />

de arte. Junto con Víctor Lerma dirige el<br />

proyecto indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te Pinto mi Raya<br />

22 IBERO


El país se está desmoronando: crisis económica,<br />

política y de seguridad. La viol<strong>en</strong>cia, la corrupción<br />

y la impunidad van ganando la batalla. El tejido<br />

social está cada vez más deshilachado y la<br />

cultura sobrevive sitiada por la indifer<strong>en</strong>cia.<br />

Empecemos por marcar el contexto de este texto o, por<br />

lo m<strong>en</strong>os, plantear cómo se ve la situación desde el<br />

punto de una artista cincu<strong>en</strong>tona que cree que el arte<br />

es importante para la g<strong>en</strong>eración de conocimi<strong>en</strong>to y<br />

s<strong>en</strong>tido.<br />

En los set<strong>en</strong>tas y och<strong>en</strong>ta, cuando me tocó que me tacharan<br />

de “jov<strong>en</strong>”, la autoridad era fuerte y represora. En esa época aún<br />

creíamos <strong>en</strong> utopías. Vivíamos como <strong>en</strong> una familia tradicional y<br />

autoritaria. Bajo esas circunstancias era fácil rebelarse <strong>en</strong> contra de<br />

valores sociales rígidos y un sistema político tiránico. Desde el arte<br />

se d<strong>en</strong>unciaban las opresiones políticas y la represión sexual del<br />

sistema patriarcal. Trabajábamos <strong>en</strong> grupos para impugnar un sistema<br />

individualista y usábamos formas efímeras, como performance<br />

e instalación, para oponernos a la mercantilización del arte.<br />

Hoy estamos terminando la primera década del nuevo mil<strong>en</strong>io.<br />

Es el año del bic<strong>en</strong>t<strong>en</strong>ario de la Indep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia y el c<strong>en</strong>t<strong>en</strong>ario<br />

de la Revolución. Los fantasmas del pasado y los espectros<br />

del descont<strong>en</strong>to actual se mezclan. El país se está desmoronando:<br />

crisis económica, política y de seguridad. La viol<strong>en</strong>cia, la corrupción<br />

y la impunidad van ganando la batalla. El tejido social está<br />

cada vez más deshilachado y la cultura sobrevive sitiada por la<br />

indifer<strong>en</strong>cia. Ante esto, ¿el arte puede rebelarse? ¿Sirve de algo?<br />

¿Los artistas jóv<strong>en</strong>es están respondi<strong>en</strong>do? ¿Puede hablarse de<br />

contracultura cuando lo que hace falta es cultura?<br />

Hoy es más complejo ser jov<strong>en</strong> y rebelde. Sigui<strong>en</strong>do con<br />

la metáfora de la familia, yo diría que actualm<strong>en</strong>te vivimos <strong>en</strong> la<br />

disfuncionalidad total, con padres que por un lado son demasiado<br />

permisivos y por otro viol<strong>en</strong>tos. Ante eso es difícil rebelarse porque<br />

o se cae <strong>en</strong> el cinismo o hay que asumir el papel del adulto.<br />

Aunque no lo crean, a pesar de esta visión dramática, soy optimista.<br />

Si bi<strong>en</strong> muchos artistas jóv<strong>en</strong>es sólo están interesados <strong>en</strong><br />

colocarse <strong>en</strong> el mercado, otros tantos trabajan con convicción,<br />

creando obras y/o proyectos que están int<strong>en</strong>tando restaurar<br />

el tejido social. Por ejemplo, hay artistas que están supli<strong>en</strong>do el<br />

trabajo que deberían hacer las instituciones. Un ejemplo es La<br />

Periferia, <strong>en</strong> Mérida (http://www.galerialaperiferia.com/), que<br />

es un espacio indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te coordinado por Omar David Góngora<br />

Guzmán y Débora Carnevali Ramírez, egresados de la Escuela<br />

Superior de Artes de Yucatán.<br />

Al ver sus ev<strong>en</strong>tos y exposiciones de 2009 se nota su interés por<br />

Página opuesta: Esto está pasando sin tu permiso,<br />

Bertha Gío. Obra in situ. Curaduría: Débora Carnevali,<br />

Omar Góngora y Joaquín Peón. La Periferia, 2009.<br />

Abajo: NK603: Acción para Performer & E-Maíz, Violeta<br />

Luna. Performance. La Periferia, 2009. Fotografías de<br />

Omar Góngora, CDLD.<br />

obra de corte político, <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dido como aquel que busca cambiar<br />

su sociedad. Por ejemplo, Bertha Gio expuso Esto está pasando sin<br />

tu permiso sobre la misoginia y Violeta Luna realizó el performance<br />

NK603: Acción para performer & e-maíz sobre los transgénicos.<br />

Además de ev<strong>en</strong>tos y exposiciones, La Periferia ti<strong>en</strong>e el Laboratorio<br />

Dzityá, un c<strong>en</strong>tro de docum<strong>en</strong>tación para registrar arte<br />

efímero como performance o instalación, que incluye mucho<br />

del arte jov<strong>en</strong> actual y que es ignorado por la mayoría de las<br />

instituciones nacionales. Ellos <strong>en</strong>ti<strong>en</strong>d<strong>en</strong> que conservar la memoria<br />

<strong>en</strong> una sociedad <strong>en</strong> la que el poder siempre se apropia de<br />

la historia es un acto de def<strong>en</strong>sa personal.<br />

IBERO 23


CULTURA JUVENIL Y CONTRACULTURA/mirador<br />

Otro ejemplo es el Museo de Arte Contemporáneo de Chiapas<br />

(http://www.macchiapas.org/), una iniciativa promovida<br />

por un grupo de artistas de Tuxtla Gutiérrez que se han dado a<br />

la tarea de inv<strong>en</strong>tar esta institución. Ll<strong>en</strong>os del optimismo que<br />

da construir, han echado a andar una iniciativa que por ahora<br />

sólo existe <strong>en</strong> el plano virtual. Por lo pronto están convocando<br />

a todo mundo a difundir el proyecto y a sumarse a la lista de<br />

firmantes que lo apoyan, escribi<strong>en</strong>do los motivos por los que lo<br />

consideran valioso. Las respuestas son variadas, pero me gustó<br />

la de Gelda Yanet Navarro Pérez: “El arte nos s<strong>en</strong>sibiliza, nos<br />

permite compartirnos humanam<strong>en</strong>te, nos da la certeza de que<br />

vale la p<strong>en</strong>a existir”.<br />

También hay artistas cuya obra cuestiona las estructuras exist<strong>en</strong>tes.<br />

Me c<strong>en</strong>traré <strong>en</strong> tres performanceras que trabajan <strong>en</strong> torno<br />

a la viol<strong>en</strong>cia hacia las mujeres porque esa situación extrema<br />

ejemplifica el contexto del que hablo: cuando la autoridad no<br />

sólo no es la solución, sino que es parte del problema. Dos de<br />

ellas abordan el tema de las mujeres brutalm<strong>en</strong>te asesinadas o<br />

24 IBERO<br />

Abajo y página sigui<strong>en</strong>te: Soy totalm<strong>en</strong>te de hierro,<br />

Lor<strong>en</strong>a Wolffer. (Colaboración con Martín L. Vargas y<br />

Mónica Martínez.) México, D. F., 2000. Fotografías de<br />

Martín L. Vargas.<br />

Página sigui<strong>en</strong>te, derecha: Mapa de recuperación,<br />

Lor<strong>en</strong>a Wolffer. Experim<strong>en</strong>tica 09, Chapter, Cardiff,<br />

Gales, Inglaterra, 2009; 9th OPEN International<br />

Performance Art Festival, Beijing, China, 2009.<br />

Fotografías de James Tyson y archivo de la artista.<br />

Abajo: Mi<strong>en</strong>tras dormíamos (el caso Juárez), Lor<strong>en</strong>a<br />

Wolffer. Curr<strong>en</strong>cy 2004, Nueva York, NY, EUA, 2004; ANTI<br />

Festival, Kuopio, Finlandia, 2003; Museo Universitario del<br />

Chopo, México D.F., México, 2002; Experim<strong>en</strong>tica 02,<br />

Cardiff, Gales, 2002; Museo de la Ciudad, Querétaro,<br />

México, 2002. Audio de Rogelio Sosa. Fotografías de<br />

Martín L. Vargas.<br />

Actualm<strong>en</strong>te vivimos <strong>en</strong> la disfuncionalidad total, con<br />

padres que por un lado son demasiado permisivos y por<br />

otro viol<strong>en</strong>tos. Ante eso es difícil rebelarse porque o se cae<br />

<strong>en</strong> el cinismo o hay que asumir el papel del adulto.<br />

desaparecidas <strong>en</strong> Ciudad Juárez y la tercera trabaja <strong>en</strong> la cárcel.<br />

Cada obra pres<strong>en</strong>ta una estrategia de rebeldía y contra-cultura<br />

difer<strong>en</strong>te. Ellas son Lor<strong>en</strong>a Wolffer (1971), Lor<strong>en</strong>a Orozco Quiyono<br />

(1967) y Lor<strong>en</strong>a Méndez (1971), qui<strong>en</strong>es desde el inicio<br />

de sus carreras han abordado temas sobre derechos humanos y<br />

cuestiones de género.<br />

Lor<strong>en</strong>a Wolffer (http://www.lor<strong>en</strong>awolffer.net/) es ampliam<strong>en</strong>te<br />

conocida por sus propuestas de arte público incluy<strong>en</strong>do<br />

su contracampaña Soy totalm<strong>en</strong>te de hierro. En 2002, realizó el<br />

performance Mi<strong>en</strong>tras dormíamos (el caso Juárez), cuyo objetivo era<br />

d<strong>en</strong>unciar estos crím<strong>en</strong>es. La imag<strong>en</strong> que recibía al público era<br />

la artista acostada sobre una camilla de morgue. Al poco tiempo<br />

empezó una grabación que <strong>en</strong>umeraba los casos de las mujeres<br />

asesinadas por desconocidos o familiares. Los datos incluían<br />

nombre, edad, color de cabello, ropa usada, las formas <strong>en</strong> las que<br />

las agredieron y a veces datos de sus victimarios. Dolía escuchar.<br />

Durante este tiempo, Lor<strong>en</strong>a se s<strong>en</strong>tó, se bajó pantalones y<br />

calzones, se alzó la camiseta y trazó sobre su cuerpo las heridas


infringidas a estas mujeres. Wolffer pres<strong>en</strong>tó<br />

esta pieza <strong>en</strong> México, Estados Unidos<br />

y Europa, ayudando a visibilizar internacionalm<strong>en</strong>te<br />

el problema para presionar al<br />

gobierno.<br />

El eje c<strong>en</strong>tral del trabajo de Lor<strong>en</strong>a<br />

Orozco Quiyono es el ser humano, sus<br />

conflictos y su capacidad de transformación.<br />

Entre sus temas recurr<strong>en</strong>tes están las<br />

fronteras y el prejuicio, el diálogo y el <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tro,<br />

lo que le ha permitido <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der<br />

que la viol<strong>en</strong>cia no sólo la sufr<strong>en</strong> qui<strong>en</strong>es<br />

la padec<strong>en</strong> directam<strong>en</strong>te, sino que salpica<br />

a su alrededor creando un miedo que algunos sab<strong>en</strong> aprovechar<br />

<strong>en</strong> su propio b<strong>en</strong>eficio. Durante el Segundo Encu<strong>en</strong>tro Internacional<br />

de Performance, Performagia, que se llevó a cabo <strong>en</strong><br />

Ciudad Juárez <strong>en</strong> 2004, Lor<strong>en</strong>a Orozco pres<strong>en</strong>tó su pieza Las<br />

vivas de Juárez. La obra consistió <strong>en</strong> <strong>en</strong>trevistar a cincu<strong>en</strong>ta muje-<br />

res sobre su experi<strong>en</strong>cia como habitantes<br />

de este lugar. Grabó las conversaciones y<br />

les tomó una fotografía. Después se fue al<br />

pu<strong>en</strong>te <strong>en</strong>tre México y Estados Unidos,<br />

como para resaltar que este es un problema<br />

complejo que toca muchas fronteras,<br />

colocó dos sillas y la larga hilera de fotos<br />

<strong>en</strong> el suelo. Invitó al público a s<strong>en</strong>tarse<br />

a escuchar las grabaciones t<strong>en</strong>i<strong>en</strong>do de<br />

fr<strong>en</strong>te a una silla vacía para referirse a las<br />

mujeres a las que no podemos o las que<br />

no queremos escuchar.<br />

Lor<strong>en</strong>a Méndez no habla directam<strong>en</strong>te<br />

de las mujeres asesinadas, ni siquiera de la viol<strong>en</strong>cia, pero se mete<br />

a la boca del lobo a tratar de desarticular un problema que, <strong>en</strong> el<br />

fondo es de educación. Méndez es parte del colectivo La Lleca<br />

que empezó a trabajar <strong>en</strong> 2004 <strong>en</strong> Santa Marta Acatitla realizando<br />

un proyecto de interv<strong>en</strong>ción artística y acompañami<strong>en</strong>to.<br />

IBERO 25


CULTURA JUVENIL Y CONTRACULTURA/mirador<br />

Para ellos, el arte no se limita a la repres<strong>en</strong>tación y tampoco se<br />

queda solam<strong>en</strong>te d<strong>en</strong>tro del ámbito de lo artístico, por lo que<br />

simultáneam<strong>en</strong>te puede ser arte, militancia y proceso educativo.<br />

Como parte del colectivo, Méndez realizó una acción que va<br />

más allá de la d<strong>en</strong>uncia y la reflexión e interpela a la realidad.<br />

Impartió un taller para trabajar con los reclusos sobre sus ideas<br />

sobre la mujer y su relación con ellas. En el grupo seguram<strong>en</strong>te<br />

había qui<strong>en</strong>es estaban <strong>en</strong> la cárcel por violación o viol<strong>en</strong>cia intrafamiliar.<br />

A partir de esta labor conjunta y de los estereotipos<br />

26 IBERO<br />

¿El arte puede<br />

rebelarse?<br />

¿Sirve de algo?<br />

¿Los artistas<br />

jóv<strong>en</strong>es están<br />

respondi<strong>en</strong>do?<br />

¿Puede hablarse<br />

de contracultura<br />

cuando lo que<br />

hace falta es<br />

cultura?<br />

Lor<strong>en</strong>a Orozco Quiyono. Interv<strong>en</strong>ción urbana. Las<br />

vivas de Juárez Performagia 2004. Pu<strong>en</strong>te fronterizo<br />

Santa Fe, Ciudad Juárez, Chihuahua.<br />

Izquierda: Concurso, Lor<strong>en</strong>a Méndez. Performance.<br />

Colectivo La Lleca.<br />

sexuales que detectaron surgió la idea de Concurso, un performance<br />

<strong>en</strong> el que compararon quién t<strong>en</strong>ía más vello <strong>en</strong> las axilas.<br />

Ella resultó triunfadora, rompi<strong>en</strong>do, por lo m<strong>en</strong>os uno de los<br />

estereotipos que los presos compartían sobre las mujeres. Con<br />

suerte estos hombres también ganaron al apr<strong>en</strong>der que pued<strong>en</strong><br />

rebelarse contra las ideas que les han impuesto sobre las mujeres<br />

y sobre lo que “deb<strong>en</strong>” de ser ellos mismos.<br />

Para concluir, y volvi<strong>en</strong>do al tono del principio, los artistas<br />

están dando la batalla. Falta ver si la ganan.


TRIVIUM /cu<strong>en</strong>to<br />

28 IBERO<br />

›Segunda<br />

luna de<br />

miel <strong>en</strong><br />

Acapulco<br />

El 25 de mayo de 1974 vivía de nuevo con Misterios. Nos<br />

habíamos casado muy jov<strong>en</strong>citos, ella de dieciséis y yo<br />

de dieciocho; pero después nos separamos, con divorcio<br />

y todo, sin imaginar que unos cuantos años después nos<br />

re<strong>en</strong>contraríamos y volveríamos a vivir juntos. Para celebrarlo,<br />

la invité a pasar una “segunda luna de miel” <strong>en</strong> Acapulco.<br />

Ella accedió <strong>en</strong>cantada, porque es acapulqueña total: esbelta, cálida<br />

y s<strong>en</strong>sual. Hasta terminar la prepa vivió <strong>en</strong> el puerto, cuyos modos<br />

de ser y su l<strong>en</strong>guaje conoce muy bi<strong>en</strong>. Todavía habla aspirando la<br />

hache para que su<strong>en</strong>e como jota (“hombre” es “jombre”), lo cual a<br />

veces también hace con las eses (y “pues” se vuelve “puej”). Por mi<br />

parte, he ido a Aca infinidad de veces, con mis papás desde pequeño<br />

y después con los cuates o las n<strong>en</strong>as <strong>en</strong> turno. Pero eso fue antes de<br />

Misterios, a qui<strong>en</strong>, después de re<strong>en</strong>contrarla (de una vez hay que<br />

soltarlo), yo ya no dejaría perder y la seguiría por tierra y por mar.<br />

Ese día salimos a las ocho <strong>en</strong> mi Datsun. Tomé el volante y puse<br />

el disco de las vacas de Pink Floyd <strong>en</strong> el autoestéreo de ocho tracks<br />

que, junto a un voluminoso equipo cuadrafónico, me trajeron fayuqui<strong>en</strong>tam<strong>en</strong>te<br />

de Los Ángeles. Había tránsito <strong>en</strong> bu<strong>en</strong>a parte de la<br />

ciudad y tardamos poco más de media hora para llegar de la colonia<br />

Roma a la caseta de la autopista a Cuernavaca. Pero a partir de ahí<br />

no hubo problemas y subimos, a bu<strong>en</strong> paso, hasta Tres Marías, a más<br />

de tres mil metros de altura, la Inevitable Escala de las Quesadillas de<br />

los Viajeros Fritangueros, como nosotros, que ya con ese delicioso,<br />

aunque un tanto grasoso, combustible, pudimos seguir y admirar<br />

debidam<strong>en</strong>te los bosques de pinos profusos, húmedos, del alto Ajusco.<br />

Pasamos, con el debido respeto, la temible curva llamada la Pera,<br />

y oy<strong>en</strong>do Ziggy Stardust de David Bowie bajamos a Cuernavaca, que<br />

eludimos vía el librami<strong>en</strong>to.<br />

Media hora más tarde, ya las once, estábamos <strong>en</strong> la caseta de Alpuyeca,<br />

esquivando a los v<strong>en</strong>dedores de nieve de limón. Hicimos<br />

una escala “técnica” y <strong>en</strong>tonces Misterios quiso manejar. No, mhija,<br />

Fotografía de Rogelio Cuéllar.<br />

José Agustín<br />

Cu<strong>en</strong>tista, novelista y <strong>en</strong>sayista. Entre<br />

sus obras más importantes destacan<br />

De perfil, Se está haci<strong>en</strong>do tarde,<br />

Ciudades desiertas, Dos horas de<br />

sol, Vida con mi viuda, Arma blanca,<br />

Cu<strong>en</strong>tos completos, Tragicomedia<br />

mexicana y La contracultura<br />

<strong>en</strong> México. Uno de sus libros<br />

más reci<strong>en</strong>tes es Vuelo sobre las<br />

profundidades (Lum<strong>en</strong>, 2008)<br />

afirmé, yo voy bi<strong>en</strong>, además, si mal no recuerdo, eres medio cafre,<br />

nomás me vas a traer cardiaco todo el tiempo. Pero ella insistió e<br />

insistió, con todos sus <strong>en</strong>cantos, así es que no resistí. Respiré con<br />

calma al verla manejar bi<strong>en</strong>, segura, tranquila, ni rápido ni l<strong>en</strong>to.<br />

Recorrimos las montañas, que <strong>en</strong> esa parte son más bi<strong>en</strong> áridas<br />

pero de suaves p<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes y amplios valles. Al compás de It’s only<br />

rock’n roll, la Bella Misterios empezó a platicar. No sabía yo cómo<br />

le gustó que la invitara a Acapulco, of all places. Ya t<strong>en</strong>ía dos años<br />

sin ir y lo extrañaba, pues para ella era lo máximo. En cierta forma,<br />

yo compr<strong>en</strong>día y compartía su fervor: el puerto sin duda era el sitio<br />

favorito de todo México, pero especialm<strong>en</strong>te de los chilangos, ricos<br />

y pobres, que <strong>en</strong> semana santa se lanzaban al puerto a como diera<br />

lugar, aunque tuvieran que dormir <strong>en</strong> el célebre Hotel Camar<strong>en</strong>a,<br />

o sea, <strong>en</strong> la ar<strong>en</strong>a de la playa. La gran bahía y sus alrededores, decía<br />

Misterios <strong>en</strong>tusiasmada, contaban con playas para todos: desde las<br />

“de manso oleaje”, como Caleta, Hornitos o Puerto Marqués; las<br />

bravas, pero explorables, tipo la Condesa o el Revolcadero; o las de<br />

plano imposibles, Pie de la Cuesta por ejemplo, donde nadar era<br />

privilegio de muy pocos jinetes de las olas. En los años ses<strong>en</strong>ta,<br />

agregó, Acapulco había cambiado notablem<strong>en</strong>te; los grandes hoteles<br />

ya no eran el Club de Pesca, el Mirador o el Papagayo, sino<br />

el Presid<strong>en</strong>te, el Hilton y el Villa Vera. Caleta dejó de ser la playa<br />

favorita y se puso de moda la Condesa. Había restaurantes de todo<br />

tipo, bares, clubes nocturnos y discotecas. Y la sempiterna zona, roja<br />

por supuesto, agregué yo, famosa por sus rev<strong>en</strong>taderos El Burro y<br />

La Huerta. Algunos chavos de plano ahí se quedan y ni siquiera v<strong>en</strong><br />

el mar, como <strong>en</strong> el cu<strong>en</strong>to “En la playa”, de Parménides, precisé.<br />

Misterios sonrió. Bu<strong>en</strong>o, pues Acapulco dejó de ser el de “agua y<br />

luz, casi nada; callejones ll<strong>en</strong>os de cagada y un calor de la chingada”,<br />

y se había consolidado como gran paraíso turístico internacional,<br />

especialm<strong>en</strong>te después de las Reseñas Cinematográficas, festival<br />

de festivales que reunía las películas premiadas <strong>en</strong> Cannes, V<strong>en</strong>ecia,


El aire se refrescó conforme nos<br />

acercábamos a Chilpancingo,<br />

o Chilpo, como le dic<strong>en</strong> los<br />

chilpos, me aclaró Misterios y se<br />

soltó a reír, muy cont<strong>en</strong>ta.<br />

Fotos: Cobis.<br />

IBERO 29


Fotos: Cobis.<br />

TRIVIUM /cu<strong>en</strong>to<br />

Berlín o Hollywood, y convocaba a las grandes estrellas del cine con<br />

el correspondi<strong>en</strong>te avispero de periodistas y paparazzi; <strong>en</strong> el aeropuerto<br />

el movimi<strong>en</strong>to se había int<strong>en</strong>sificado con los vuelos directos<br />

al extranjero, y por ese rumbo, Puerto Marqués, El Revolcadero,<br />

Playa Encantada y el otrora remoto Hotel Pierre Marqués, la lujosa<br />

cárcel de Howard Hughes, empezaba a t<strong>en</strong>er compañía y después<br />

sería la zona “diamante”.<br />

Misterios me indicó el letrero Te r m i n a Mo r e l o s y <strong>en</strong>tonces<br />

cantó: “Por los caminos del sur, vámonos para Guerrero.” ¡Vámonos!,<br />

cómo chingaos no, agregué. Pasamos la desviación a Taxco y<br />

llegamos a Iguala, pero no <strong>en</strong>tramos <strong>en</strong> esa calurosísima y tamarindosa<br />

ciudad. Ahí se acababa la autopista de cuota y había que <strong>en</strong>trarle<br />

a la carretera de siempre, de una sola curveante y estrecha vía.<br />

Por suerte el tránsito, leve, nos dejó avanzar rápido durante un rato.<br />

Atravesamos el río Mezcala, que es el Balsas, y de pronto ya estábamos<br />

<strong>en</strong> la Cañada del Zopilote, una ext<strong>en</strong>sa desolación con colinas,<br />

un lecho reseco de río, muchas piedras y vegetación casi desértica.<br />

El calor aum<strong>en</strong>tó notablem<strong>en</strong>te y yo me maldije por viajar a esas<br />

horas: hubiera sido mejor salir a las seis de la mañana, como sugirió<br />

Misterios, para no asarnos. Pero tú dijiste que saliéramos a las ocho<br />

y ya ves, m<strong>en</strong>so, me asestó ella.<br />

Misterios insistió <strong>en</strong>tonces <strong>en</strong> que el viejo Acapulco (el destino de<br />

la nao de China que <strong>en</strong> realidad era de Filipinas), se desvanecía con<br />

rapidez. A lo largo de la Costera había más negocios y mi<strong>en</strong>tras los<br />

acapulqueños se apeñuscaban <strong>en</strong> el c<strong>en</strong>tro, <strong>en</strong> la colonia Cuauhtémoc,<br />

<strong>en</strong> Mozimba y <strong>en</strong> los cerros de la Mira y de La Pinzona, la<br />

acción turística se daba a partir del Papagayo (y el colindante arroyo<br />

de aguas negras que impunem<strong>en</strong>te infectaba la bahía), pasaba por<br />

la Diana, se refocilaba <strong>en</strong> la Condesa y avanzaba hacia Costa Azul,<br />

Icacos, la Base y la Escénica, algo imp<strong>en</strong>sable unos años antes. Pero<br />

30 IBERO<br />

el mar aún estaba limpio, salvo <strong>en</strong> el muelle,<br />

fr<strong>en</strong>te al zócalo, y <strong>en</strong> Caleta y Caletilla,<br />

que albergaban yates y lanchas. Acapulco no<br />

paraba de crecer y, como los bu<strong>en</strong>os lugares<br />

ya estaban ocupados o eran carísimos, los más<br />

pobres se instalaban <strong>en</strong> La Laja, <strong>en</strong> las faldas<br />

del Veladero, lo que llamaban el Anfiteatro.<br />

Acorri<strong>en</strong>tan a Acapulco, decían muchos, hay<br />

que sacarlos a patadas, y eso es exactam<strong>en</strong>te lo<br />

que van a hacer, me dijo ella, te lo juro por el<br />

honor de las hijas de mi tío Alejandro. Igual<br />

van a acabar con la guerrilla de Lucio Cabañas,<br />

la van a hacer caca, vas a ver. Gracias a la<br />

plática, y a los ci<strong>en</strong> kilómetros por hora que le<br />

gustaron a Misterios, salimos indemnes de los<br />

calorones de la Cañada del Zopilote.<br />

El aire se refrescó conforme nos acercábamos<br />

a Chilpancingo, o Chilpo, como le dic<strong>en</strong><br />

los chilpos, me aclaró Misterios y se soltó a<br />

reír, muy cont<strong>en</strong>ta. Se veía hermosísima al<br />

volante, <strong>en</strong>vuelta ahora <strong>en</strong> las canciones de<br />

Leonard Coh<strong>en</strong>. Cargamos gasolina, hicimos<br />

pis y tomamos un refresco antes de empr<strong>en</strong>der<br />

el último tramo del viaje, poco más de<br />

ci<strong>en</strong> kilómetros a través de curvas cerradísimas.<br />

Había que ir muy despacio, lo cual por<br />

otra parte permitía ver la belleza inaudita de<br />

esa parte de la sierra. Le dije a Misterios que<br />

me tocaba conducir, pero ella ronroneó ay no,<br />

mi vida; mira mi estimado José María de Jesús Alabastrino, v<strong>en</strong>go<br />

manejando rico, lo he hecho perfecto, sin aceleres, ¿no? No, pues<br />

sí, nomás no me digas Alabastrino. Pues <strong>en</strong>tonces, relájate mi bu<strong>en</strong>,<br />

hazte una chaira y échate un sueñito.<br />

Las montañas, <strong>en</strong>ormes y verdísimas, revelaban su majestuosidad<br />

cuando se abrían un poco los largos tramos de curvas <strong>en</strong> medio de la<br />

vegetación cerrada y semitropical. Pero duró poco la contemplación<br />

de la sierra porque la chistosita de Misterios temerariam<strong>en</strong>te empezó<br />

a agarrar los apretados serp<strong>en</strong>teos del camino a och<strong>en</strong>ta kilómetros<br />

por hora, y cuando podía, aceleraba más. Oye tú, le advertí, ya<br />

empezaste, bájale, aquí es peligrosísimo. Tranquilo, me respondió, yo<br />

conozco estas curvas como si fueran las mías. Muy bu<strong>en</strong>as, por cierto,<br />

dije, pero vete despacio. Qué te pasa, este tramo todos se lo echan<br />

<strong>en</strong> dos horas o más cuando se puede llegar <strong>en</strong> cuar<strong>en</strong>ta y cinco minutos.<br />

Pero con mucha suerte y un carrazo, alcancé a decir, aterrado,<br />

cuando Misterios rebasó <strong>en</strong> curva. Varios camiones de carga y tráilers<br />

avanzaban pesadam<strong>en</strong>te y por milímetros no nos estrellábamos.<br />

¡Bájale, mujer, nos vamos a matar! La muerte y yo somos comadres,<br />

me respondió, yo me muero donde quera, <strong>en</strong> la raya la primera y<br />

<strong>en</strong> el fuego el corazón, cantó muerta de la risa pero a la vez alerta al<br />

derrapar cardiacam<strong>en</strong>te. Sin bajar la velocidad, la malvada se daba el<br />

lujo de celebrar el paisaje, mira qué monte más soberbio, ése parece<br />

una de las montañas-águila de Magritte, y los árboles, qué árboles, y<br />

el arroyo, mi alma, es tan fuerte y estru<strong>en</strong>doso que parece altanero,<br />

retador, como si dijera: esto es vida, lo demás son p<strong>en</strong>dejadas.<br />

Ap<strong>en</strong>as había dicho eso cuando un horror súbito nos dominó. Había<br />

grava <strong>en</strong> una de las curvas y el Datsun, a ci<strong>en</strong> kilómetros por hora,<br />

se derrapó con viol<strong>en</strong>cia; Misterios aceleró para sacarlo del filo del<br />

abismo <strong>en</strong> el que patinamos durante segundos eternos y de milagro<br />

logró volver al asfalto. Pero ahí <strong>en</strong>tramos <strong>en</strong> un trompo vertiginoso;


En pl<strong>en</strong>o 1974 Acapulco <strong>en</strong>traba <strong>en</strong> la fase<br />

final de una transición. La población flotante<br />

no lo notaba, pero <strong>en</strong> el puerto de noches<br />

como diamante azul se experim<strong>en</strong>taban<br />

transformaciones profundas.<br />

el coche no cesó de girar hasta que se estrelló contra la pared del<br />

monte, rebotó latigueante y de nuevo fue a dar al precipicio. Misterios<br />

volanteó, acelerando, recuperó el camino milagrosam<strong>en</strong>te y<br />

todavía avanzó un poco por la carretera, pero algo nos obstruía. Por<br />

tanto, detuvo el auto <strong>en</strong> un mínimo espacio que semejaba una cuneta<br />

junto al precipicio. Respiramos agitadam<strong>en</strong>te unos segundos hasta<br />

que las bocinas de un tráiler nos hicieron reaccionar y así fuimos<br />

consci<strong>en</strong>tes de nuestra gran suerte de que ningún otro coche hubiese<br />

v<strong>en</strong>ido mi<strong>en</strong>tras patinábamos sin control. Misterios se bajó del coche<br />

a una velocidad increíble, se hincó y se puso a rezar con int<strong>en</strong>sos susurros,<br />

mi<strong>en</strong>tras yo veía todo como si fuera la primera vez, <strong>en</strong> medio<br />

de una estupefacción que sin embargo no me impidió advertir que<br />

<strong>en</strong> el estéreo de ocho tracks se oía Un día <strong>en</strong> la vida, de los Beatles,<br />

y constatar que la parte trasera del pobre Dat se hizo charamusca; la<br />

lámina rozaba con la llanta derecha y la cajuela no abría. A golpes de<br />

piedra logré despegar la salpicadera, pero me llevó un tiempo. En<br />

tanto, Misterios fue sosegándose. Se fumó un cigarrito<br />

y después, casi con un gesto heroico, me<br />

dio las llaves del coche, sin decir nada.<br />

Yo manejé hasta Tierra Colorada, donde un<br />

mecánico, que resultó bastante transa pero simpático,<br />

arregló algo “importantísimo” de la susp<strong>en</strong>sión.<br />

Continuamos el viaje con cuidados y<br />

<strong>en</strong> sil<strong>en</strong>cio, lo cual permitió que Blood on the<br />

tracks de Bob Dylan manifestara su grandeza.<br />

Durante un largo tramo un arroyo caudaloso<br />

nos acompañó chasqueando <strong>en</strong> las grandes<br />

piedras del cauce. La vegetación se hizo cada<br />

vez más tropical, empezaron a aparecer muchos<br />

pueblitos y ríos, y después vinieron las<br />

palmeras debidam<strong>en</strong>te borrachas de sol. S<strong>en</strong>tir<br />

el húmedo calorcito tropical destrabó el<br />

sil<strong>en</strong>cio de Misterios. No había nada como<br />

Cacapulco, reiteró. Su “bellísima bahía”, una<br />

de las más grandes y espectaculares del mundo,<br />

podía alojar ci<strong>en</strong>tos de navíos sin perder<br />

la proporción exacta. Eso sin contar sus caletas<br />

aledañas y la isla Roqueta, donde un<br />

empedernido burro alcohólico se bebía tan<br />

tranquilo las incontables cervezas que los turistas<br />

le ponían <strong>en</strong> la boca. También estaban<br />

los riscos de la Quebrada, con sus afamados<br />

y temerarios clavadistas, que incluso se<br />

lanzaban al abismo con los ojos v<strong>en</strong>dados<br />

y antorchas. Además, la de Acapulco t<strong>en</strong>ía<br />

una hermana m<strong>en</strong>or, casi réplica: la bahía<br />

de Puerto Marqués. Dos soberbias lagunas,<br />

la de Coyuca al norte y la de Tres Palos al<br />

sur, formaban barras con la desembocadura<br />

de los ríos Coyuca y Papagayo, riquísimas<br />

fu<strong>en</strong>tes de vida, al igual que los cerros caducifóleos<br />

del Veladero, parque nacional, los<br />

cuales, con sus sempiternos zopilotes, embellecían,<br />

nutrían y contribuían para que<br />

los huracanes veraniegos no <strong>en</strong>traran de<br />

ll<strong>en</strong>o <strong>en</strong> el puerto.<br />

Por mi parte, dije que, además de la belleza<br />

natural, Acapulco se había vuelto un sitio<br />

muy especial, un paraíso infernal, porque<br />

muchos turistas se volvían otros, mandaban al demonio sus máscaras<br />

de respetabilidad y responsabilidad, y (primero <strong>en</strong> el Bum Bum<br />

de Caleta, luego <strong>en</strong> el Tequila a Gogó y después <strong>en</strong> Paradise de la<br />

Condesa, o <strong>en</strong> Tiberius o Tugurius, además, claro, de la Zonaja), se<br />

despr<strong>en</strong>dían de las inhibiciones y represiones sociales, y según la naturaleza<br />

de cada qui<strong>en</strong> a veces se volvían <strong>en</strong>cantadores o sumam<strong>en</strong>te<br />

peligrosos. Acapulco <strong>en</strong> ese s<strong>en</strong>tido resultaba una ambival<strong>en</strong>te válvula<br />

de escape y puerta regia para los mercaderes del vicio. Pero había<br />

cuando m<strong>en</strong>os dos Acapulcos, precisaba Misterios, el del nativo, el<br />

de sus paisanos, el de adeveras, <strong>en</strong> el que el trabajo y las ocupaciones<br />

hacían que se olvidaran las playas, la diversión turística, o se las viera<br />

como aparador de lujo. Además, ante el contacto con todo tipo de<br />

culturas, directa o indirectam<strong>en</strong>te el acapulqueño ampliaba conocimi<strong>en</strong>tos,<br />

gustos, s<strong>en</strong>sibilidad. Se cosmopolitizaba más rápido que <strong>en</strong><br />

el resto del país. Las modas internacionales, bu<strong>en</strong>as y chafas, llegaban<br />

ahí antes, y el porteño cambiaba sin cambiar, seguía si<strong>en</strong>do el mismo<br />

pero con nuevas señas de id<strong>en</strong>tidad. Por otra parte, <strong>en</strong> 1974 ya era<br />

bi<strong>en</strong> visible la inmigración constante<br />

de g<strong>en</strong>te de otros estados y de todas<br />

las clases sociales que anhelaba<br />

mejorar sus condiciones de vida o<br />

simplem<strong>en</strong>te vivir muy a gusto <strong>en</strong><br />

la turística gallina de los huevos de<br />

oro. En pl<strong>en</strong>o 1974 Acapulco <strong>en</strong>traba<br />

<strong>en</strong> la fase final de una transición.<br />

La población flotante no lo notaba,<br />

pero <strong>en</strong> el puerto de noches como<br />

diamante azul se experim<strong>en</strong>taban<br />

transformaciones profundas, quizá<br />

más malas que bu<strong>en</strong>as, que después<br />

abarcarían a todo el país. De cualquier<br />

manera, concluyó Misterios, <strong>en</strong> este<br />

mom<strong>en</strong>to Acapulco es perfecto.<br />

Ya habíamos rebasado la tortuosa<br />

subida de Tres Cruces y al fin contemplamos<br />

la gran bahía de Acapulco,<br />

con las rocas del Morro y la isla<br />

Roqueta, que con su faro se asomaba<br />

por detrás de la Bocana. Ah qué maravilla.<br />

¡Bravo!, ¡autor, autor!, dijimos,<br />

pero <strong>en</strong> ese mom<strong>en</strong>to la puesta de sol<br />

nos <strong>en</strong>mudeció. Las cambiantes luces<br />

<strong>en</strong>c<strong>en</strong>didas del cielo se confundían con<br />

las artificiales pero t<strong>en</strong>aces de la “zona<br />

dorada”, que se volvía ya el principal<br />

c<strong>en</strong>tro turístico y un uptown. Pero, bu<strong>en</strong>o,<br />

ya sab<strong>en</strong>, eran “foquitos de colores,<br />

copitas con champán, mujeres vaporosas<br />

que besan y se van”.<br />

IBERO 31


TRIVIUM /cu<strong>en</strong>to<br />

(Desde la primera tarde que conversamos puse <strong>en</strong> duda la verdad<br />

que La Dueña del Hotel Poe me fue contando respecto a la composición<br />

de su Puerta sin salida. Pero, <strong>en</strong> vista de que la misión que<br />

me <strong>en</strong>cargó el editor de la If Press no fue de juzgar a su autora ni<br />

analizar sus libros, sino de averiguar, tomando <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta la limitación<br />

de que no soy <strong>en</strong>trevistadora, cómo había escrito la noveleta<br />

que añadió éxito comercial a su prestigio de crítica, expongo mi<br />

elaboración de sus palabras y que el lector decida qué creer.)<br />

Te contesto. Como un desafío a mí misma escribí Puerta sin salida.<br />

El otoño <strong>en</strong> el que yo cumplía ses<strong>en</strong>ta años me visitó <strong>en</strong> México<br />

mi sobrina de Boston, que acababa de cumplir treinta y que, universitaria<br />

y viajera emancipada, después de probar suerte <strong>en</strong> una larga y<br />

variada serie de oficios y empleos, que iban de cine <strong>en</strong> Nueva York,<br />

retiros budistas <strong>en</strong> Calcuta y cirugía de oído de no sé qué peces <strong>en</strong><br />

Alaska, a repostería <strong>en</strong> París, arqueología <strong>en</strong> Israel y <strong>en</strong>señanza de<br />

letras inglesas <strong>en</strong> Moscú, estaba finalm<strong>en</strong>te decidida a convertirse<br />

<strong>en</strong> escritora.<br />

32 IBERO<br />

›La autora y su crítica<br />

Fotografía de Rogelio Cuéllar.<br />

Bárbara Jacobs<br />

Cu<strong>en</strong>tista, <strong>en</strong>sayista y novelista. Autora,<br />

<strong>en</strong>tre otros libros, de Doce cu<strong>en</strong>tos <strong>en</strong><br />

contra, Escrito <strong>en</strong> el tiempo, Vida con mi<br />

amigo, Las hojas muertas, Juego limpio,<br />

Vidas <strong>en</strong> vilo y Flor<strong>en</strong>cia y Ruiseñor. En<br />

1987 mereció el Premio de Literatura Xavier<br />

Villaurrutia. Su más reci<strong>en</strong>te libro es Lunas<br />

(México, Era, 2010)<br />

Experi<strong>en</strong>cias que contar, le sobraban. Su vocación era auténtica y<br />

a mí me constaba. Desde niña escribía. Entre mis papeles conservo<br />

una carpeta de aquel tiempo con sus poemas, y su tal<strong>en</strong>to y s<strong>en</strong>sibilidad<br />

me habían parecido siempre tan evid<strong>en</strong>tes que la decisión<br />

que ahora me comunicaba no sólo no era novedad para mí, sino que<br />

más bi<strong>en</strong> yo llevaba tiempo esperándola. Ya la habían anunciado tantas<br />

otras señales, como una vez que viajó a verme con dos maletas<br />

grandes cuyo cont<strong>en</strong>ido eran, por decirlo así, los ci<strong>en</strong> libros que hay<br />

que leer, de Ori<strong>en</strong>te y Occid<strong>en</strong>te, de ci<strong>en</strong>cia, arte y humanidades,<br />

de la Antigüedad a nuestros días, y que, para mi asombro, durante su<br />

estancia leyó, cuando no fuera que releía, con compr<strong>en</strong>sión, además,<br />

pues, para <strong>en</strong>tret<strong>en</strong>ernos a la hora del té, me los fue sintetizando con<br />

lucidez, o me los fue revelando, ya que del conjunto yo habría leído<br />

una doc<strong>en</strong>a, aparte de que con un <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dimi<strong>en</strong>to m<strong>en</strong>or, si he de<br />

compararlo con el de ella, abrumadoram<strong>en</strong>te superior. Cuando <strong>en</strong><br />

fecha reci<strong>en</strong>te se preparaba para una maestría <strong>en</strong> creación literaria,<br />

me resistí a tutorarla. Si cedí y leí sus propuestas y textos fue para<br />

Foto: Cobis.


no defraudar la confianza que insistía <strong>en</strong> t<strong>en</strong>erme. Yo no necesitaba<br />

leerlos para saber que t<strong>en</strong>ían tanta madera literaria como su autora.<br />

Fr<strong>en</strong>te al resto de la familia, yo cont<strong>en</strong>ía la risa cuando le reprochaban<br />

los <strong>en</strong>cierros y la t<strong>en</strong>acidad con la que observaba la disciplina<br />

que se imponía sola, aun <strong>en</strong> vacaciones y contra las más elem<strong>en</strong>tales<br />

formas de conviv<strong>en</strong>cia.<br />

Siempre me recordó no a mí misma, sino a como yo habría querido<br />

ser, o a la hija que habría querido t<strong>en</strong>er. De modo que al oírla<br />

por fin decidida a dejarse de búsquedas y rodeos y convertirse ya <strong>en</strong><br />

escritora, t<strong>en</strong>ía razones para apoyarla, incluso para darle un empujoncito<br />

con tal de impedirle reposponer su decisión.<br />

En su caso, convertirse <strong>en</strong> escritora significaba tomar posesión de lo que<br />

ya era, y para posesionarse de este papel no t<strong>en</strong>ía más que escribir algo<br />

para su publicación.<br />

O así lo <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dí para darle el impulso que por fin parecía pedir.<br />

Contra su vacilación ante cómo empezar, decidí obligarla, aunque<br />

con astucia, a <strong>en</strong>cerrarse a escribir mi<strong>en</strong>tras durara su visita.<br />

—¿Cómo empezar? Nada más y nada m<strong>en</strong>os que escribi<strong>en</strong>do<br />

algo para publicar ya.<br />

Mi sobrina fue más lista, pues condicionó su acatami<strong>en</strong>to<br />

a mi plan a que yo también escribiera algo, para que la<br />

hipotética compet<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> la que nos <strong>en</strong>frascáramos fuera<br />

nuestro estímulo mutuo y motivación principal.<br />

Quise tranquilizarla al asegurarle que yo supervisaría ese tan deseado,<br />

temido y postergado comi<strong>en</strong>zo, o paso, o transformación, y no<br />

porque yo creyera que ella necesitara mi apoyo ni el de nadie, pero<br />

sí para hacerla s<strong>en</strong>tir que yo suponía que lo necesitaba. O quizá fue<br />

para que compartiera conmigo su propia puesta <strong>en</strong> marcha.<br />

Pero mi sobrina fue más lista, pues condicionó su acatami<strong>en</strong>to<br />

a mi plan a que yo también escribiera algo, para que la hipotética<br />

compet<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> la que nos <strong>en</strong>frascáramos fuera nuestro estímulo<br />

mutuo y motivación principal.<br />

Lo cierto es que acepté. Y empezamos por ver con qué contábamos.<br />

El primer determinante del experim<strong>en</strong>to que estábamos por empr<strong>en</strong>der<br />

fue el tiempo de la visita de mi sobrina, reducido a quince<br />

días, que determinaría también la ext<strong>en</strong>sión del trabajo que habríamos<br />

de empezar y completar. Quedó sobre<strong>en</strong>t<strong>en</strong>dido que básicam<strong>en</strong>te<br />

fuera prosa. Y de estos postulados dedujimos que la forma<br />

sería la de un cu<strong>en</strong>to largo o novela corta, género que suele llamarse<br />

nouvelle <strong>en</strong> su francés original, noveleta <strong>en</strong> español.<br />

Una vez con el, por así llamarlo, cont<strong>en</strong>edor, procedimos a considerar<br />

el tono con el que trataríamos de impregnarlo. Sin mayores<br />

digresiones, dispusimos que t<strong>en</strong>ía que ser un tono de juego, <strong>en</strong> especial<br />

si tomábamos <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta que la empresa pret<strong>en</strong>día destrabar a<br />

mi sobrina, equipada, ceñida, con toda la conci<strong>en</strong>cia del valor que<br />

ti<strong>en</strong>e la literatura. Es decir, debíamos proponernos abordar la tarea<br />

sin miedo, confiadas <strong>en</strong> que al darle apari<strong>en</strong>cia de juego lo podríamos<br />

lograr. Un juego te permite más acercarte a él que la Literatura.<br />

En todo caso, no aspira al Arte o la Belleza o la Verdad, sino, a lo<br />

mucho, a la diversión, ni siquiera a ganar, o a no ganar otra cosa que<br />

el espíritu de diversión con el que te permitas jugar. Y a las dos nos<br />

pareció que este tono de juego apuntaba a feria, lo que <strong>en</strong> términos<br />

filosóficos hablaba de una meta o premio banal, <strong>en</strong> oposición a lo<br />

que sería el premio o meta trasc<strong>en</strong>d<strong>en</strong>tal al que aspirara un tono, digamos,<br />

de éxito de crítica.<br />

De aquí que nos planteáramos calificar la noveleta que habríamos<br />

de escribir como éxito de v<strong>en</strong>ta, o lo opuesto a lo que habría sido<br />

proyectarla como literaria.<br />

Así, llegamos a la conclusión de que, para estas definiciones tan<br />

bi<strong>en</strong> fundam<strong>en</strong>tadas, el tema de la obra debía ser ni un punto m<strong>en</strong>os<br />

que el adecuado. Y a una de las dos se nos ocurrió que el más oportuno<br />

de los temas podía ser el del desarrollo emocional de la mujer,<br />

ya que, <strong>en</strong> primer lugar, lo conocíamos directam<strong>en</strong>te, y <strong>en</strong> segundo,<br />

al seguir una gradación natural fija, se prestaba como ninguno a ser<br />

tratado por partes o, para nuestros fines, por capítulos, lo que dividía<br />

nuestra empresa <strong>en</strong> secciones abarcables a simple vista y nos daba<br />

la estructura ideal e imprescindible para el relato. Pero, puesto que<br />

no se nos escapaba que era un tema no sólo igual desde siempre<br />

<strong>en</strong> la historia, y tan conocido y asumido <strong>en</strong> los cuatro rincones del<br />

mundo que incluso corría el riesgo de aburrir, para que despertara<br />

interés, debíamos contraponerlo a algo, a un contrapeso que, aparte<br />

de interesar, inquietara, por ejemplo, o disgustara o, <strong>en</strong> otras palabras,<br />

hiciera cimbrar la naturalidad del tema y por lo tanto, según nosotras,<br />

nos ganara un público lector aún más amplio que el del tema<br />

sin su contrapunto.<br />

(En mi Puerta sin salida, el contrapunto fue la <strong>en</strong>vidia al hombre.<br />

Así, la protagonista de mi nouvelle pasa por los estadios de su desarrollo<br />

emocional d<strong>en</strong>tro de la mayor naturalidad, pero <strong>en</strong> todo<br />

mom<strong>en</strong>to confrontados con este contrapeso.)<br />

Como resultaba obvio que la aparición del contrapunto, aun<br />

cuando nos ganara lectores, reducía la banalidad del tono de juego<br />

con el que habíamos planeado para nuestras nouvelles, pues profundizaba<br />

<strong>en</strong> el tratami<strong>en</strong>to, o le daba matices y le quitaba planicie o<br />

superficialidad, para comp<strong>en</strong>sar esta posible falla <strong>en</strong> la precisión de<br />

nuestros planes, aunque siempre <strong>en</strong> el espíritu de juego, p<strong>en</strong>sé que<br />

el carácter que le diéramos, o la tonalidad de su tono, fuera de burla,<br />

de manera que el humor que despertara <strong>en</strong> el posible lector fuera el<br />

de sátira, si no lográbamos deshacernos del todo de nuestras propias<br />

trabas para conseguir darle el de comedia, que sería el ideal.<br />

Con la finalidad de facilitar la tonalidad de burla que, yo estaba<br />

conv<strong>en</strong>cida, de paso facilitaría a mi sobrina perder el miedo a publicar<br />

o a posesionarse de su papel de escritora, debíamos imaginar o<br />

urdir las situaciones más grotescas posibles para repres<strong>en</strong>tar cada etapa<br />

del desarrollo emocional de la mujer, que fue lo que cada una hizo<br />

a su manera.<br />

IBERO 33


TRIVIUM /<strong>en</strong>sayo<br />

Javier Prado Galán, S. J.<br />

Vicerrector Académico de la <strong>Universidad</strong><br />

<strong>Iberoamericana</strong> Ciudad de México. Doctor <strong>en</strong><br />

Filosofía. Su más reci<strong>en</strong>te libro es El Marido,<br />

Don Juan y Narciso: La ética y la estética<br />

de la posmodernidad (Calima, 2009)<br />

Algui<strong>en</strong>, no sé quién, dijo<br />

que no debería uno privarse<br />

del “placer de la piedad”<br />

¿Se ha justificado alguna<br />

vez a la religión de manera<br />

más delicada?<br />

E. M. CIORAN<br />

En este <strong>en</strong>sayo ofrezco al lector, a<br />

partir de mi experi<strong>en</strong>cia como<br />

apasionado del futbol, algunas<br />

reflexiones sobre las analogías<br />

que descubro <strong>en</strong>tre el futbol y<br />

la religión. No agoto estas semejanzas. Y<br />

a partir de dos descripciones logradas del<br />

f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o religioso, la de Whitehead y la<br />

de Cioran, acometo la tarea de p<strong>en</strong>sar el<br />

futbol como religión. Voy con mi experi<strong>en</strong>cia.<br />

En mayo del 2001, un par de amigos y<br />

yo terminamos <strong>en</strong> cuclillas celebrando el<br />

gol de último minuto de Robson Luiz<br />

con el que el Santos superó al Pachuca<br />

<strong>en</strong> la final del torneo de verano de ese<br />

año. La posición <strong>en</strong> la que quedamos era<br />

a todas luces religiosa, prosternados, de<br />

rodillas y coreando el gol <strong>en</strong> un paroxismo<br />

desbordante. Algui<strong>en</strong> podría p<strong>en</strong>sar<br />

que exagero. Sin embargo el fanatismo<br />

futbolero nos lleva a este tipo de manifestaciones.<br />

Robson Luiz, a pesar de ser<br />

34 IBERO<br />

›El<br />

futbol<br />

como<br />

religión<br />

y lo<br />

que<br />

hacemos<br />

con<br />

nuestra<br />

soledad<br />

un jugador gris, se convirtió <strong>en</strong> todo un ídolo<br />

lagunero.<br />

A lo largo de mi vida he perdido la cabeza,<br />

<strong>en</strong> el futbol, por tres equipos. Mi pasión por el<br />

Santos ha sido motivada por mi orig<strong>en</strong> lagunero.<br />

El Santos ha t<strong>en</strong>ido nómina aunque no precisam<strong>en</strong>te<br />

técnicos de trayectoria probada. Por ello<br />

el f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o Santos me parece sorpr<strong>en</strong>d<strong>en</strong>te. Si<br />

revisa el amigo lector el palmarés de Quirarte,<br />

de Alfredo T<strong>en</strong>a y de Guzmán, técnicos que<br />

hicieron campeón al Santos, no verá demasiado.<br />

Sin embargo, ellos consiguieron el título<br />

gracias a una mística ejemplar.<br />

El caso del Cruz Azul es distinto. La mediocridad<br />

de la directiva de este equipo me<br />

llevó a alejarme de él de cinco años a la<br />

fecha. La directiva solía acusar a los jugadores<br />

de los resultados. Nunca fue autocrítica.<br />

La historia del Cruz Azul exitoso marca mi<br />

niñez y mi adolesc<strong>en</strong>cia. Tantos títulos de la<br />

mano de Nacho Trelles alim<strong>en</strong>tan una afición<br />

<strong>en</strong> la médula de mis huesos difícil de erradicar.<br />

Sin embargo, ahora empiezo a ver <strong>en</strong> la Má-


El gol es ahora como el<br />

milagro <strong>en</strong> la religión. Es<br />

cada vez m<strong>en</strong>os frecu<strong>en</strong>te<br />

<strong>en</strong> la vida moderna. Y<br />

cuánto nos hace falta. Es el<br />

táctico del juego. También<br />

los milagros escasean.<br />

ése que está <strong>en</strong> el imaginario del aficionado como el equipo<br />

sin remedio. Tanto segundo lugar desmadeja la autoestima de<br />

cualquiera.<br />

Alemania fue toda una maquinaria, todo un estilo triunfador<br />

de jugar futbol, alternativo al de Italia y al de Brasil. Quizá por<br />

ello me aficioné a la selección de Beck<strong>en</strong>bauer. El título del<br />

54 escapa a mi memoria. Aún no había nacido. Pero los otros<br />

dos títulos, 74 y 90, impusieron todo un modo de jugar al<br />

futbol: el futbol de fuerza. Las barridas de los def<strong>en</strong>sores<br />

alemanes arrobaron mis s<strong>en</strong>tidos. Es verdad, la Alemania de<br />

este 2010 está lejos de emular aquellas hazañas.<br />

Pero aclaremos los términos. Enti<strong>en</strong>do por religión, de<br />

manera conv<strong>en</strong>cional, el conjunto de mediaciones e instrum<strong>en</strong>tos<br />

que buscan ponerme <strong>en</strong> contacto, aunque <strong>en</strong><br />

ocasiones no lo logr<strong>en</strong>, con el Absoluto. De este modo<br />

ritos, cultos, liturgias, etcétera, forman parte del tinglado<br />

religioso. Pero no debemos confundir religión con<br />

religiosidad. La religiosidad es el anhelo de pl<strong>en</strong>itud. Me<br />

gusta decirlo con Freud: la religiosidad corresponde al<br />

“s<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>to oceánico”. Ese afán de trasc<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia que<br />

se puede traducir <strong>en</strong> mera religión o <strong>en</strong> fe, es lo que yo<br />

d<strong>en</strong>omino “religiosidad”. Y ¿qué es la fe? La fe es <strong>en</strong>tre-<br />

Fotos: Cobis. quina a los Bills de Bufalo. No al segundo lugar eterno, sino a<br />

ga después de un <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tro<br />

“real” con la divinidad. Como<br />

se puede apreciar, la definición<br />

de fe dista mucho de lo que se<br />

<strong>en</strong>ti<strong>en</strong>de por religión. En este <strong>en</strong>sayo<br />

me referiré a la religión y a<br />

la religiosidad, <strong>en</strong> relación con el<br />

futbol, sin hacer alusión <strong>en</strong> ningún<br />

mom<strong>en</strong>to a la fe. En realidad me<br />

referiré más a la religiosidad que a<br />

la religión propiam<strong>en</strong>te dicha.<br />

Whitehead afirma que la religión<br />

“es lo que hacemos con<br />

nuestra soledad”. Y bu<strong>en</strong>o, lo que<br />

hacemos con nuestra soledad nos<br />

puede remitir a la fe o simplem<strong>en</strong>te<br />

a la religión. Juan Rulfo, <strong>en</strong> El<br />

Llano <strong>en</strong> llamas, nos narra un par<br />

de historias religiosas donde es<br />

difícil apreciar la fe <strong>en</strong> el s<strong>en</strong>tido<br />

definido líneas arriba.<br />

En “Talpa” y <strong>en</strong> “Anacleto<br />

Morones” lo que t<strong>en</strong>emos<br />

IBERO 35


TRIVIUM /<strong>en</strong>sayo<br />

es religión. Y religión ali<strong>en</strong>ante. Religión <strong>en</strong> el s<strong>en</strong>tido <strong>en</strong> el que lo<br />

dijo Marx <strong>en</strong> la Introducción a la crítica de la filosofía del derecho de Hegel,<br />

religión <strong>en</strong> tanto que “opio del pueblo”. Aunque debo advertir al<br />

lector que <strong>en</strong> dicho texto Marx también alude a la función profética<br />

y de cambio de la religión.<br />

Son múltiples las analogías que exist<strong>en</strong> <strong>en</strong>tre el futbol y la religión.<br />

Hago m<strong>en</strong>ción de algunas. Tanto <strong>en</strong> el futbol como <strong>en</strong> la religión<br />

la multitud es clave. Ojalá tuviera razón Don DeLillo y el futuro de<br />

veras pert<strong>en</strong>eciese a las multitudes. No cabe duda que la multitud<br />

cu<strong>en</strong>ta con un poder exorbitante. Léase para esto a Spinoza y a<br />

Negri. Sin embargo, la masa <strong>en</strong> ocasiones se comporta de modo<br />

irracional y viol<strong>en</strong>to. Son numerosos los ejemplos de tragedias tanto<br />

<strong>en</strong> el ámbito del futbol como <strong>en</strong> el ámbito de la religión. Allí está la<br />

turba que <strong>en</strong> el Estadio Olímpico de CU sepultó a más de 10 personas,<br />

y allá quedó la viol<strong>en</strong>cia de la Noche de San Bartolomé. Los<br />

parangones y las similitudes se multiplican. A estas muchedumbres<br />

las une el futbol o la religión.<br />

Otra semejanza. El hincha y el ídolo. Tanto <strong>en</strong> el futbol como<br />

<strong>en</strong> la religión, el fanatismo lleva a la adoración. “El fanático es el<br />

hincha <strong>en</strong> el manicomio”, asegura Galeano. Y <strong>en</strong> verdad<br />

la locura está pres<strong>en</strong>te tanto <strong>en</strong> el futbol como <strong>en</strong> la<br />

religión. En la religión seguimos repudiando a los fr<strong>en</strong>éticos<br />

de Canoa. En el futbol, aparece Messi y de ese<br />

modo se alcanza a sustituir la idolatría que se tuvo por<br />

Maradona.<br />

El gol es ahora como el milagro <strong>en</strong> la religión. Es<br />

cada vez m<strong>en</strong>os frecu<strong>en</strong>te <strong>en</strong> la vida moderna.<br />

Y cuánto nos hace falta. Es el táctico del juego.<br />

También los milagros escasean. Cada vez hay<br />

más beatos sin milagros que se quedan esperando<br />

la canonización.<br />

Otra analogía. Galeano se pregunta: “¿En qué<br />

se parece el fútbol a Dios? En la devoción que le<br />

ti<strong>en</strong><strong>en</strong> muchos crey<strong>en</strong>tes y <strong>en</strong> la desconfianza que<br />

le ti<strong>en</strong><strong>en</strong> muchos intelectuales”. Intelectuales<br />

como Kipling y Borges han c<strong>en</strong>surado el futbol.<br />

Consideran que es propio de “idiotas” jugarlo y<br />

sobre todo verlo. En la religión pasa lo mismo.<br />

Muchos intelectuales profesan con orgullo su<br />

agnosticismo y estigmatizan la religión por considerarla<br />

residuo de la prehistoria de la humanidad.<br />

Así aparece Onfray con su Tratado de ateología,<br />

Comte-Sponville con su Alma del ateísmo<br />

y Hitch<strong>en</strong>s y su Dios no es bu<strong>en</strong>o. Los tres <strong>en</strong><br />

franca crítica a la religión por lo que ti<strong>en</strong>e<br />

de ali<strong>en</strong>ante y adormecedora. “En tiempos<br />

oscuros, la mejor guía para los pueblos era la<br />

36 IBERO<br />

La religión es lo que hacemos con nuestra soledad.<br />

Fantástica descripción del proceso religioso que nos<br />

lega Whitehead. Cuando estamos solos p<strong>en</strong>samos <strong>en</strong><br />

Dios, p<strong>en</strong>samos <strong>en</strong> trasc<strong>en</strong>der… Pero esto también lo<br />

podemos aplicar al futbol: el futbol es lo que hacemos<br />

con nuestra soledad.<br />

religión… Sin embargo, cuando amanece, es una ins<strong>en</strong>satez utilizar<br />

a los ciegos como guías”, advirtió Heine. Ninguno de estos p<strong>en</strong>sadores<br />

rescata el valor profético de la religión.<br />

Última analogía. Bromberger nos dice que si bi<strong>en</strong> “es cierto que<br />

se han comparado los estadios con santuarios y que existe mucha<br />

afinidad <strong>en</strong>tre la pasión por el futbol y la religión… no obstante, el<br />

futbol se difer<strong>en</strong>cia de una religión por el hecho de que no aporta<br />

ningún m<strong>en</strong>saje sobre la salvación”. Y esto es verdad. Aunque no<br />

deja de haber atisbos de salvación con “s” minúscula <strong>en</strong> la apoteosis<br />

del “dribling” de los seis ingleses por parte de Maradona.<br />

La religión es lo que hacemos con nuestra soledad. Fantástica descripción<br />

del proceso religioso que nos lega Whitehead. Cuando estamos<br />

solos p<strong>en</strong>samos <strong>en</strong> Dios, p<strong>en</strong>samos <strong>en</strong> trasc<strong>en</strong>der… Pero esto<br />

también lo podemos aplicar al futbol: el futbol es lo que hacemos<br />

con nuestra soledad. Cuando nos s<strong>en</strong>timos solos p<strong>en</strong>samos fugarnos<br />

de este mundo vi<strong>en</strong>do un bu<strong>en</strong> partido de futbol. Es un escape “divino”<br />

aunque a veces lo único que nos ofrezca sea la frustración de<br />

un partido aburrido o de un título nunca alcanzado. El futbol como<br />

religión es lo que hacemos con nuestra soledad. Lo contrario de la<br />

soledad es la comunión. No quiere decir necesariam<strong>en</strong>te<br />

que lo que hacemos con nuestra soledad sea<br />

la comunión. Pero algo de esto experim<strong>en</strong>tamos<br />

<strong>en</strong> un templo y algo de esto experim<strong>en</strong>tamos <strong>en</strong><br />

un estadio de futbol, incluso cuando está vacío.<br />

Y para terminar. Cioran describió la religión<br />

como el “placer de la piedad”. Cuando Violeta<br />

Parra <strong>en</strong> “Volver a los diecisiete” canta<br />

“volver a s<strong>en</strong>tir profundo como un niño<br />

fr<strong>en</strong>te a Dios”, alude a esta experi<strong>en</strong>cia de<br />

goce <strong>en</strong> la piedad, <strong>en</strong> la oración, <strong>en</strong> la liturgia,<br />

etc. Algunos podrían estar <strong>en</strong> desacuerdo<br />

con esta definición y verían <strong>en</strong> la<br />

religión más bi<strong>en</strong> “el dolor de la piedad”.<br />

La religión de la cruz es un argum<strong>en</strong>to a<br />

favor de lo que ellos postulan. Sin embargo,<br />

he querido ver <strong>en</strong> la religión, al valorar<br />

el aserto de Cioran, el hecho de la Resurrección<br />

que traspasa de manera gozosa el<br />

dolor de la Pasión. El futbol también puede<br />

ser definido <strong>en</strong> términos de placer. El<br />

futbol es el placer del gol, de la gambeta,<br />

del título, etcétera. El placer de jugar bello<br />

pero también de ganar, el placer de dar<br />

espectáculo pero también de triunfar. No<br />

debemos privarnos del placer de la piedad<br />

ni del placer del gol. Sudáfrica puede ser<br />

eso. ¡Salud!


divulgación ci<strong>en</strong>tífica<br />

A la memoria de María Alma Tejeda Carpio<br />

›La eutanasia<br />

ante el mundo<br />

contemporáneo<br />

M<strong>en</strong>cionar el concepto eutanasia nos indica una<br />

serie de p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>tos <strong>en</strong>contrados, ya que nos<br />

induce a p<strong>en</strong>sar o reflexionar acerca de la forma<br />

<strong>en</strong> como debemos asumir el término de<br />

nuestra exist<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> este mundo. La tecnología<br />

y la ética deberán asumir la moral como respuesta exist<strong>en</strong>cial<br />

ante el problema que nos plantea la biotecnología.<br />

Definir con claridad la palabra eutanasia nos obliga a darle el<br />

verdadero significado que posee dicho concepto <strong>en</strong> el debate<br />

ético. Una de las principales razones que aduce la tecnología <strong>en</strong><br />

el mundo actual es la lectura que hac<strong>en</strong> de la eutanasia como<br />

distanasia 1 ; dicho <strong>en</strong> otras palabras cómo la tecnología acompaña<br />

a la muerte <strong>en</strong> el último acto de la vida o<br />

sea el acto de morir.<br />

El liberalismo económico-social ha<br />

dirigido sus razones médicas y terapéuticas<br />

a sust<strong>en</strong>tar la bondad de la muerte<br />

utilizando los últimos avances de la tecnología<br />

médica o la así d<strong>en</strong>ominada biotecnología.<br />

Hablar de la eutanasia <strong>en</strong> el<br />

plano tecnológico es poner todo el poder<br />

ci<strong>en</strong>tífico y tecnológico al servicio de la “vida” <strong>en</strong> contra de la<br />

inevitable realidad que es la muerte. ¿En qué mom<strong>en</strong>to la técnica<br />

debe de asumir la impot<strong>en</strong>cia de <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tar la muerte como la<br />

única posibilidad necesaria? El papel que desempeñan el dolor,<br />

el sufrimi<strong>en</strong>to y la muerte son elem<strong>en</strong>tos fundam<strong>en</strong>tales para<br />

poder discernir acerca del ser de la muerte y del ser de la exist<strong>en</strong>cia<br />

humana (vida).<br />

El homo faber pret<strong>en</strong>de absolutizar la vida <strong>en</strong> función de la técnica<br />

cay<strong>en</strong>do <strong>en</strong> un biologismo o positivismo de corte vitalista.<br />

Reduci<strong>en</strong>do la muerte a una aplicación tecnológica que no responde<br />

a los significados fundam<strong>en</strong>tales de la exist<strong>en</strong>cia humana.<br />

La distanasia apuesta por la razón geométrica que implica una<br />

cosmovisión cartesiana de la realidad médica; si<strong>en</strong>do el mecani-<br />

38 IBERO<br />

Alejandro Tejeda Carpio<br />

Profesor de Ética y Deontología Jurídica de la <strong>Universidad</strong><br />

<strong>Iberoamericana</strong> Ciudad de México y de Ética Bursátil de la<br />

Asociación Mexicana de Intermediarios Bursátiles<br />

cismo 2 y el psicologismo 3 los instrum<strong>en</strong>tos m<strong>en</strong>tales que sust<strong>en</strong>tan<br />

dicha cosmovisión antropológica. La distanasia como interpretación<br />

de la eutanasia implica la marginación de una lectura<br />

humanista de la muerte; <strong>en</strong> el caso de la adistanasia es difer<strong>en</strong>te<br />

ya que concibe la tecnología como un medio que debe ser aplicado<br />

de manera proporcional al acto de morir ante la evid<strong>en</strong>cia<br />

de la pres<strong>en</strong>cia de la muerte.<br />

Ent<strong>en</strong>der el dolor a partir de la adistanasia implica humanizar<br />

el acto de morir con el concurso de todos los medios posibles<br />

para poder darle un s<strong>en</strong>tido humano y por <strong>en</strong>de exist<strong>en</strong>cial a la<br />

inevitable realidad de la muerte, la tecnología <strong>en</strong> la visión de la<br />

adistanasia es la aplicación prud<strong>en</strong>te de la tecnología producto<br />

Tanto el bi<strong>en</strong> como la muerte están<br />

referidos al posible significado<br />

que le asign<strong>en</strong> los implicados <strong>en</strong><br />

estas acciones de tipo moral y de<br />

ori<strong>en</strong>tación ética.<br />

de la razón ci<strong>en</strong>tífica conquistada por el hombre. El sufrimi<strong>en</strong>to,<br />

como una interpretación psíquica del dolor humano, es la herm<strong>en</strong>éutica<br />

apropiada para diseñar una cosmovisión pertin<strong>en</strong>te<br />

que no reduzca el acto de morir a una interpretación positivista.<br />

La tecnología ti<strong>en</strong>e como imperativo ético el humanizar el<br />

dolor, el sufrimi<strong>en</strong>to y por <strong>en</strong>de el acto de morir <strong>en</strong> un contexto<br />

moral y cultural <strong>en</strong> donde la civilización tecnológica responda<br />

con sus bi<strong>en</strong>es al significado fundam<strong>en</strong>tal del ser humano. La<br />

adistanasia apuesta por esta opción humanista donde la tecnología<br />

es un medio y no un fin. En el caso de la distanasia la primacía<br />

tecnológica y por <strong>en</strong>de utilitarista de la tecnología impide la<br />

adecuada humanización de la vida <strong>en</strong> las fronteras de su término<br />

o sea la muerte.


Foto: Corbis.<br />

La distanasia asume el<br />

hedonismo individualista<br />

de corte utilitarista d<strong>en</strong>tro<br />

del contexto liberal tanto<br />

a nivel económico como<br />

<strong>en</strong> sus dim<strong>en</strong>siones políticas<br />

y sociales. Este materialismo<br />

no opta por el humanismo <strong>en</strong><br />

medicina. Por este motivo es importante<br />

consolidar una cosmovisión<br />

humanista que afirme los valores <strong>en</strong> el<br />

contexto de la cultura médica.<br />

La adistanasia 4 es el inicio de una<br />

autodeterminación axiológica que<br />

pret<strong>en</strong>de inducir terapias que consolid<strong>en</strong><br />

una interpretación humanista <strong>en</strong><br />

el debate de la eutanasia. La prud<strong>en</strong>cia<br />

psicológica y médica es expresión de una solidaridad social y<br />

política que requiere de la proporción adecuada <strong>en</strong>tre la razón<br />

técnica y la aplicación de la misma; dicho <strong>en</strong> otras palabras, de la<br />

razón práctica o moral solidaria.<br />

El homo sapi<strong>en</strong>s es la manifestación evid<strong>en</strong>te de una ilustración<br />

humanista de inspiración exist<strong>en</strong>cialista. La formación<br />

especulativa del conocimi<strong>en</strong>to es secundaria con respecto a la<br />

expresión exist<strong>en</strong>cialista de la verdad subjetiva. La verdad considerada<br />

a nivel cognitivo no es sufici<strong>en</strong>te para responder al carácter<br />

subjetivo de la verdad que el exist<strong>en</strong>cialismo manifiesta a<br />

nivel ético-moral.<br />

El racionalismo tecnocrático está <strong>en</strong> debate con un exist<strong>en</strong>cialismo<br />

crítico que asume al individuo como persona. En el caso<br />

del individualismo liberal acota el terr<strong>en</strong>o social por un interés<br />

grupal o netam<strong>en</strong>te individual o narcisista.<br />

El dilema es individualismo 5 o comunitarismo; el individualismo<br />

opta por la distanasia y el comunitarismo por la adistanasia.<br />

La eutanasia <strong>en</strong> su versión tecnocrática elige la técnica como la<br />

única opción moral y ética sust<strong>en</strong>table; y minimiza el aspecto<br />

social y cultural del comunitarismo 6 , el cual pret<strong>en</strong>de una fi-<br />

nalidad claram<strong>en</strong>te apoyada<br />

<strong>en</strong> la virtud social y personal<br />

del individuo.<br />

Cuando hablamos de la<br />

ortotanasia aducimos al significado<br />

conclusivo de la terapia<br />

adistanásica, sólo <strong>en</strong> la verti<strong>en</strong>te de<br />

esta interpretación que se hace de la<br />

eutanasia es posible llegar a esta visión<br />

c<strong>en</strong>trada <strong>en</strong> la persona.<br />

El mundo contemporáneo ha v<strong>en</strong>ido<br />

a secularizar toda acción humana; este<br />

hecho le ha dado la primacía al aspecto<br />

técnico sobre el ético-moral. El utilitarismo<br />

está <strong>en</strong> una relación accid<strong>en</strong>tada<br />

con el eudemonismo de Aristóteles.<br />

Para el eudemonismo el fin ético-moral<br />

es sustancial al carácter bu<strong>en</strong>o del acto humano; <strong>en</strong> el caso del<br />

utilitarismo, el principio rector de sus acciones es el mayor placer<br />

para el mayor número de individuos. Estamos nuevam<strong>en</strong>te<br />

ante el dilema que <strong>en</strong> líneas atrás com<strong>en</strong>tábamos: individualismo<br />

o comunitarismo.<br />

Hemos recorrido la polisemia del concepto eutanasia que<br />

significa bu<strong>en</strong>a muerte, pero que es ¿bu<strong>en</strong>a muerte? Tanto el<br />

bi<strong>en</strong> como la muerte están referidos al posible significado que<br />

le asign<strong>en</strong> los implicados <strong>en</strong> estas acciones de tipo moral y de<br />

ori<strong>en</strong>tación ética.<br />

No es evid<strong>en</strong>te que la tecnología unida a la biología manifieste<br />

una clara limitación ante la evid<strong>en</strong>cia que nuestra condición<br />

mortal nos pres<strong>en</strong>ta. La biotecnología no es la panacea del bi<strong>en</strong><br />

morir. Es necesario asumir los valores como un medio indisp<strong>en</strong>sable<br />

que le asigne a la tecnología su lugar apropiado, y a la razón<br />

su utilidad moral <strong>en</strong> el quehacer de la ética médica.<br />

Hablar con claridad de la distanasia y adistanasia es el camino<br />

adecuado que las ci<strong>en</strong>cias de la salud le deb<strong>en</strong> otorgar al individuo<br />

<strong>en</strong> el mundo contemporáneo. La biotecnología con todo<br />

el ars<strong>en</strong>al impresionante que ha adquirido a través del conoci-<br />

IBERO 39


divulgación ci<strong>en</strong>tífica<br />

mi<strong>en</strong>to, no puede realizar automáticam<strong>en</strong>te el<br />

carácter responsable de la libertad que puede y<br />

debe asumir la persona <strong>en</strong> el mundo actual.<br />

La libertad es la autodeterminación del ser<br />

espiritual situado <strong>en</strong> la historia.<br />

El carácter exist<strong>en</strong>cial de la verdad es<br />

el detonante para una auténtica cultura<br />

que asuma los valores como una<br />

cosmovisión humana que t<strong>en</strong>ga como<br />

consigna la fundam<strong>en</strong>tación sust<strong>en</strong>table<br />

de una verdadera ilustración de<br />

corte humanista y trasc<strong>en</strong>d<strong>en</strong>te ll<strong>en</strong>a de<br />

s<strong>en</strong>tido.<br />

El uso correcto de la razón ci<strong>en</strong>tífica<br />

debe t<strong>en</strong>er como imperativo el valor conting<strong>en</strong>te<br />

de las posibles decisiones que ti<strong>en</strong>e<br />

el sujeto cuando utiliza terapéuticam<strong>en</strong>te los<br />

medios tecnológicos para paliar o curar un mal<br />

determinado. Es la proporción y no lo ordinario<br />

o extraordinario de la tecnología exist<strong>en</strong>te<br />

lo que va a determinar el valor moral del acto<br />

de morir.<br />

Cómo poder responder a la muerte sin aludir el aspecto finito<br />

e infinito del s<strong>en</strong>tido humano del acto de morir; leamos a Sor<strong>en</strong><br />

Kierkegaard <strong>en</strong> este tema tan polémico que es la muerte:<br />

“La desesperación es considerada como una <strong>en</strong>fermedad; es<br />

una autodestrucción, pero impot<strong>en</strong>te, incapaz de conseguir lo<br />

El papel que desempeñan el dolor, el sufrimi<strong>en</strong>to<br />

y la muerte son elem<strong>en</strong>tos fundam<strong>en</strong>tales para poder<br />

discernir acerca del ser de la muerte y del ser de la<br />

exist<strong>en</strong>cia humana (vida).<br />

1 “Distanasia es la práctica que ti<strong>en</strong>de a alejar<br />

lo más posible la muerte, prolongando la vida de un<br />

<strong>en</strong>fermo, de un anciano o de un moribundo, ya inútiles,<br />

desahuciados, sin esperanza humana de recuperación<br />

y para ello utilizando no sólo los medios ordinarios,<br />

sino los extraordinarios, muy costosos <strong>en</strong> sí mismos o<br />

<strong>en</strong> relación con la situación económica del <strong>en</strong>fermo<br />

y su familia”. Marciano Vidal <strong>en</strong>: Moral de la persona y<br />

bioética teológica, Editorial PC, Madrid, p. 510.<br />

2 El mecanicismo reduce el ser vivo a un agregado<br />

de substancias que actúan una sobre la otra con una<br />

compleja actividad físico-químicas a acciones mecánicas<br />

(movimi<strong>en</strong>to local). Esta teoría, que niega la<br />

difer<strong>en</strong>cia específica <strong>en</strong>tre el ser vivo y ser inanimado,<br />

se llama mecanicismo; el ser orgánico no sería otra<br />

cosa que una máquina perfecta, reducible y divisible<br />

<strong>en</strong> sus elem<strong>en</strong>tos.” Ramón Lucas Lucas, El hombre espíritu<br />

<strong>en</strong>carnado. Comp<strong>en</strong>dio de filosofía del hombre,<br />

Ediciones Sígueme, Salamanca, 1999, 2ª edición, p. 31.<br />

40 IBERO<br />

3 “En última instancia, el problema del psicologismo<br />

es éste. En efecto, el nombre que se le da a ese método<br />

pseudoci<strong>en</strong>tífico consist<strong>en</strong>te <strong>en</strong> deducir del orig<strong>en</strong><br />

psíquico de un acto la validez o falsedad de su cont<strong>en</strong>ido<br />

espiritual”. Víctor E. Frankl, Psicoanálisis y exist<strong>en</strong>cialismo.<br />

De la psicoterapia a la logoterapia, Fondo de<br />

Cultura Económica, México, pp. 39-40.<br />

4 “La situación contraria de la adistanasia, coincidi<strong>en</strong>do<br />

ésta con el derecho a morir dignam<strong>en</strong>te e<br />

id<strong>en</strong>tificándose con ciertos significados que se dan<br />

al término de eutanasia ‘pasiva’. Preferimos, no obstante,<br />

abandonar este concepto y suplirlo por el de<br />

adistanasia si son situaciones <strong>en</strong> las que aparece con<br />

claridad el derecho a morir dignam<strong>en</strong>te y por el de<br />

eutanasia (activa) sin son situaciones <strong>en</strong> las que se<br />

at<strong>en</strong>ta contra el respeto a la vida humana”. Marciano<br />

Vidal, op. cit., p. 506.<br />

5 “Para el individualismo liberal la comunidad es<br />

sólo el terr<strong>en</strong>o donde cada individuo persigue el con-<br />

que ella quiere. La desesperación es la <strong>en</strong>fermedad<br />

mortal; es una <strong>en</strong>fermedad <strong>en</strong> el propio yo.<br />

El desesperado es un <strong>en</strong>fermo de muerte. Esta<br />

<strong>en</strong>fermedad, aunque <strong>en</strong> un s<strong>en</strong>tido distinto<br />

al que ordinariam<strong>en</strong>te se ti<strong>en</strong>e respecto<br />

a algunas otras <strong>en</strong>fermedades, ataca<br />

las partes más nobles; y, sin embargo, el<br />

desesperado no puede morir, ya que la<br />

muerte no es aquí el último trance de<br />

la <strong>en</strong>fermedad, pues aquí la <strong>en</strong>fermedad<br />

y su torm<strong>en</strong>to consiste precisam<strong>en</strong>te <strong>en</strong><br />

no poder morirse”. 7<br />

El problema de la muerte ti<strong>en</strong>e que ver<br />

con el s<strong>en</strong>tido de la vida no solam<strong>en</strong>te con<br />

la inman<strong>en</strong>cia de la conci<strong>en</strong>cia desesperada<br />

por la condición finita del hombre. Leamos al<br />

fundador de la logoterapia <strong>en</strong> su obra Psicoanálisis<br />

y exist<strong>en</strong>cialismo: “El morir de un hombre,<br />

siempre que se trate realm<strong>en</strong>te de su morir, forma,<br />

<strong>en</strong> rigor, parte sustancial de su vivir y cierra<br />

su vida como una totalidad de s<strong>en</strong>tido”. 8<br />

Es necesario estar consci<strong>en</strong>te del valor de la vida y del valor<br />

que ti<strong>en</strong>e el acto de morir con dignidad, por este motivo la<br />

razón técnica debe estar al servicio de la persona y solam<strong>en</strong>te la<br />

proporción o prud<strong>en</strong>cia médica hará posible la aplicación correcta<br />

de los medios que utiliza la biotecnología para el único fin<br />

que nos justifica: el amor por la especie humana.<br />

cepto del bu<strong>en</strong> vivir que ha elegido por sí mismo. Las<br />

instituciones políticas, el gobierno y la ley son neutrales<br />

respecto de las concepciones rivales del bu<strong>en</strong> vivir. Prove<strong>en</strong><br />

el ord<strong>en</strong> que hace posible la actividad autónoma<br />

pero no es su función inculcar ninguna perspectiva<br />

moral”. Javier Prado Galán, Salomón <strong>en</strong> la <strong>en</strong>crucijada.<br />

Tres dilemas éticos, Calima Ediciones, Palma de Mallorca,<br />

2004, p. 37.<br />

6 “La comunidad no sólo exige el ejercicio de las<br />

virtudes para su propio mant<strong>en</strong>imi<strong>en</strong>to, sino que una<br />

de las obligaciones de la autoridad paterna es educación<br />

a los niños <strong>en</strong> la virtud. D<strong>en</strong>tro de esa comunidad<br />

se vive <strong>en</strong> la virtud”. Ibid., p. 37.<br />

7 Luis Guerrero Martínez, Kierkegaard: Los límites<br />

de la razón <strong>en</strong> la exist<strong>en</strong>cia humana, Sociedad <strong>Iberoamericana</strong><br />

de Estudios Kierkegaardianos, <strong>Universidad</strong><br />

Panamericana/Publicaciones Cruz O., pp. 158-159.<br />

8 Ibid., p. 91.


la llama inextinguible<br />

›Juan<br />

Gelman<br />

<strong>en</strong> sus<br />

años:<br />

Escribir para vivir<br />

Juan Domingo Argüelles<br />

Director editorial de IBERO<br />

42 IBERO<br />

Juan Gelman. Fotografía de Rogelio Cuéllar.


Considerado por más de un<br />

crítico como “el mayor poeta<br />

vivo de habla hispana”,<br />

Juan Gelman (Bu<strong>en</strong>os Aires,<br />

3 de mayo de 1930) ha llegado a sus 80<br />

años de edad como uno de los grandes<br />

autores líricos de Hispanoamérica.<br />

Su obra está ll<strong>en</strong>a de intelig<strong>en</strong>tes y<br />

emotivas interrogaciones sobre nuestra<br />

realidad y nuestros sueños. Por ello,<br />

Julio Cortázar dijo que “cuando Juan<br />

Gelman se pregunta se diría que nos<br />

está incitando a volvernos más lúcidam<strong>en</strong>te<br />

hacia el pasado para después ser<br />

más lúcidos fr<strong>en</strong>te al futuro”. A decir<br />

de Cortázar, los poemas de Gelman<br />

<strong>en</strong>cierran una actitud, “una manera a<br />

la vez reflexiva e instintiva de buscar<br />

lo que de veras somos sin las simplificaciones<br />

a veces suicidas que nos han<br />

arrojado tan lejos de lo nuestro”.<br />

Su vasta y extraordinaria obra poética<br />

ha sido traducida a múltiples idiomas<br />

y cada uno de sus libros reafirma la<br />

dim<strong>en</strong>sión poética y la dignidad moral<br />

de más de medio siglo de labor literaria.<br />

Citando a Marina Tsveateva, la gran<br />

poeta rusa aniquilada por el estalinismo, Juan Gelman ha dicho que<br />

“el poeta no vive para escribir. Escribe para vivir”.<br />

A lo largo de su obra poética, Gelman ha sido reconocido con una<br />

multitud de premios literarios. En 2007 mereció y recibió el Premio<br />

Cervantes de Literatura. Antes fue distinguido con el Premio Juan<br />

Rulfo de Literatura Latinoamericana y del Caribe, el Iberoamericano<br />

de Poesía Pablo Neruda y el Reina Sofía de Poesía <strong>Iberoamericana</strong>.<br />

Pero los premios, <strong>en</strong> su caso, no han sido búsqueda de notoriedad<br />

o acumulación de vanidades, sino simple consecu<strong>en</strong>cia del gran<br />

valor de su obra poética que com<strong>en</strong>zó <strong>en</strong> Arg<strong>en</strong>tina con su libro<br />

Violín y otras cuestiones (1956) y que ha continuado <strong>en</strong> México (su<br />

lugar de resid<strong>en</strong>cia, desde hace más de dos décadas) hasta llegar a<br />

Bajo la lluvia aj<strong>en</strong>a (2009), pasando por una veint<strong>en</strong>a de espléndidos<br />

libros <strong>en</strong>tre los cuales destacan especialm<strong>en</strong>te Velorio del solo<br />

(1961), Gotán (1962), Cólera buey (1964), Los poemas de Sydney West<br />

(1969), Relaciones (1973), Si dulcem<strong>en</strong>te (1980), Citas y com<strong>en</strong>tarios<br />

(1982), Anunciaciones (1988), Carta a mi madre (1989), Salarios del<br />

impío (1993), Dibaxu (1994), Incompletam<strong>en</strong>te (1997), Valer la p<strong>en</strong>a<br />

(2001), País que fue será (2004) y Mundar (2007).<br />

Problemas<br />

Juan Gelman<br />

Se desplaza el estado territorial<br />

a un gorrión que lo mira,<br />

masa esparcida <strong>en</strong> ojos negros.<br />

Come y no se repite, migajas, el alcol<br />

quema el labio para que nada sufra.<br />

El rayo rompió la nube donde<br />

navegaba un sopor escondido.<br />

Torbellinos muy altos<br />

dan y toman palabras<br />

aus<strong>en</strong>tes de sus antes.<br />

Todo lo que hac<strong>en</strong> el cielo, el agua,<br />

la tierra, el fuego, abraza<br />

lo que seremos como fuimos,<br />

los racimos que ocupan<br />

asmas de la memoria.<br />

Las alas de la almohada blanca<br />

son materia sin nombre,<br />

ignoran el plumaje del mal<br />

suyo <strong>en</strong> jardines.<br />

df/3-4-10<br />

Ha dicho que del poema nada se<br />

sabe, pues “llega, tiembla y raspa un<br />

fósforo apagado”. Por ello, vitalm<strong>en</strong>te,<br />

dice de sí: “Salgo/ sin rimas de papel/<br />

bajo los vuelos de la lluvia”. Y <strong>en</strong>tre<br />

las muchas interrogaciones que hay<br />

<strong>en</strong> sus poemas, también <strong>en</strong>contramos<br />

certidumbres, como ésta: “El día que<br />

el corazón apr<strong>en</strong>da a leer y a escribir/<br />

se verán cosas grandes:/ a Dios barri<strong>en</strong>do<br />

la vereda,/ lágrimas arrojadas<br />

al espacio/ que nunca volverán,/ los<br />

que sufr<strong>en</strong> pasarán sonri<strong>en</strong>do y/ las<br />

int<strong>en</strong>ciones de la at<strong>en</strong>ción/ harán que<br />

florezcan jazmines y otras/ ilusiones<br />

de la naturaleza”.<br />

Su epitafio (recordando a César<br />

Vallejo) ya lo escribió <strong>en</strong> País que fue<br />

será. Dice: “Un día de mayo moriré./<br />

Decirlo me limpia de morir,/ tan <strong>en</strong>mayado,<br />

tan error y el peso/ de amar<br />

el <strong>en</strong>vés de la vida./ Siempre seré lo<br />

que seré,/ c<strong>en</strong>tro de un niño/ <strong>en</strong> un<br />

cuarto sin luz”.<br />

En su discurso de junio de 1997, al<br />

recibir <strong>en</strong> su patria el Premio Nacional<br />

de Poesía, s<strong>en</strong>t<strong>en</strong>ció: “Algui<strong>en</strong> dijo<br />

que la poesía es la sombra de la memoria. Creo que, <strong>en</strong> realidad,<br />

la poesía es memoria de la sombra de la memoria. Por eso nunca<br />

morirá”. Luego, <strong>en</strong> 2005, al recibir el Premio Reina Sofía de Poesía<br />

<strong>Iberoamericana</strong>, afirmó que “la poesía vi<strong>en</strong>e del fondo de los siglos<br />

y ninguna catástrofe natural o de mano de hombre ha podido cortar<br />

su hilo poderoso. Es un hilo que nos une a todos y sólo se acabará<br />

cuando se acabe el mundo”.<br />

En 2007, al recibir el Premio Cervantes insistió <strong>en</strong> esta necesidad<br />

suprema de la poesía que ti<strong>en</strong>e el ser humano. Dijo: “Hay millones<br />

de espacios sin nombrar y la poesía trabaja y nombra lo que no ti<strong>en</strong>e<br />

nombre todavía”.<br />

La poesía para Gelman es como un milagro y nos recuerda que<br />

Chesterton decía que “lo verdaderam<strong>en</strong>te milagroso de los milagros<br />

es que a veces se produc<strong>en</strong>”.<br />

IBERO se honra al celebrar los 80 años de Juan Gelman, quizá el<br />

más importante poeta vivo de la l<strong>en</strong>gua española, y le agradece muy<br />

especialm<strong>en</strong>te el que <strong>en</strong>tregue a nuestros lectores uno de sus poemas<br />

más reci<strong>en</strong>tes, inédito hasta el mom<strong>en</strong>to, y que nos <strong>en</strong>orgullece<br />

dar a conocer.<br />

IBERO 43


EL VIAJERO ILUSTRADO<br />

›Juan Rulfo,<br />

un nombre<br />

<strong>en</strong> la piedra<br />

Víctor Jiménez<br />

Arquitecto e investigador. Director de la Fundación Juan Rulfo.<br />

Coautor del libro Inquisición y arquitectura, México, Editorial<br />

RM, 2009<br />

Fotografías: cortesía de la Fundación Juan Rulfo<br />

Amediados de la década de 1970 era yo profesor de Arquitectura<br />

<strong>en</strong> la UNAM y uno de aquellos años, con las vacaciones<br />

de verano a la vista, algún alumno me habló de su<br />

pueblo, Tlalpujahua, invitándome a conocerlo. Decía que era como<br />

un pequeño Taxco, con viejas construcciones coloniales y el mismo<br />

orig<strong>en</strong> minero. Parecía suger<strong>en</strong>te y conv<strong>en</strong>cí a mi hermano y unos<br />

amigos de ir. El lugar, aunque ya <strong>en</strong> Michoacán, no está lejos de la<br />

ciudad de México: a unos 250 kilómetros; sólo hay que cruzar el<br />

Estado de México, hacia el noroeste, pasando por Atlacomulco.<br />

Llegamos primero al último pueblo de este estado: El Oro. Su<br />

44 IBERO


El Oro y Tlalpujahua estaban <strong>en</strong>tre<br />

los c<strong>en</strong>tros mineros que el Porfiriato<br />

<strong>en</strong>tregó a las compañías extranjeras,<br />

que abandonaron el sitio a partir<br />

de la Revolución de 1910.<br />

nombre delata el mismo orig<strong>en</strong> minero (es casi un pueblo mellizo<br />

de Tlalpujahua), pero mi<strong>en</strong>tras Tlalpujahua ya era explotado durante<br />

la Colonia, el auge de El Oro coincidió con el Porfiriato. Visitamos<br />

su pequeño y elegante teatro de ópera, inaugurado nada m<strong>en</strong>os que<br />

por Enrico Caruso y, al pasar el límite interestatal, cruzamos los<br />

boscosos terr<strong>en</strong>os de la <strong>en</strong>orme mina abandonada Las Dos Estrellas.<br />

Sus desechos se acumulaban cerca del pueblo y <strong>en</strong> 1937 una corri<strong>en</strong>te<br />

los arrojó sobre un barrio de Tlalpujahua con gran número<br />

de víctimas. Este acontecimi<strong>en</strong>to es parte c<strong>en</strong>tral de la historia de<br />

la población, pero la catástrofe sólo se sumaba a otra: El Oro y Tlalpujahua<br />

estaban <strong>en</strong>tre los c<strong>en</strong>tros mineros que el Porfiriato <strong>en</strong>tregó<br />

a las compañías extranjeras, que abandonaron el sitio a partir de la<br />

Revolución de 1910 y g<strong>en</strong>eraron el colapso productivo y demográfico<br />

de toda la región.<br />

El pueblo michoacano resultó ser, <strong>en</strong> efecto, muy pintoresco, con<br />

casas y calles atractivas. En la época <strong>en</strong> que lo visitamos sus pobladores<br />

eran muy escasos —unos quini<strong>en</strong>tos ap<strong>en</strong>as—, aunque no parecía<br />

tampoco un pueblo “fantasma” como otros antiguos minerales:<br />

Pozos y Real de Catorce, por ejemplo. Las casas de Tlalpujahua estaban<br />

<strong>en</strong> pie y la g<strong>en</strong>te vivía de la explotación de pequeñas canteras<br />

para la construcción y de la fabricación de esferas de Navidad, una<br />

sorpr<strong>en</strong>d<strong>en</strong>te industria casera. El museo local, que <strong>en</strong>tonces me pareció<br />

muy bu<strong>en</strong>o, informaba sobre la historia minera del sitio y destacaba<br />

el papel de una importante familia del lugar, los Rayón, <strong>en</strong><br />

la Guerra de Indep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia. El héroe local, con la correspondi<strong>en</strong>te<br />

estatua, es Ignacio López Rayón, qui<strong>en</strong> convirtió a Tlalpujahua <strong>en</strong><br />

c<strong>en</strong>tro de resist<strong>en</strong>cia indep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>tista. Su apellido fue añadido al<br />

nombre del pueblo.<br />

IBERO 45


EL VIAJERO ILUSTRADO<br />

Los Rulfo michoacanos, como el<br />

Juan Rulfo de la fu<strong>en</strong>te, pert<strong>en</strong>ec<strong>en</strong><br />

a la misma familia del Juan Rulfo<br />

jalisci<strong>en</strong>se cuyo apellido es hoy<br />

conocido <strong>en</strong> todo el mundo.<br />

Pasamos un par de días <strong>en</strong> Tlalpujahua visitando los alrededores y<br />

los sitios de interés del pueblo mismo, como la parroquia, cuya exuberante<br />

ornam<strong>en</strong>tación interior (algo morisca) recuerda su prosperidad<br />

decimonónica. La plaza principal se había reempedrado <strong>en</strong><br />

tiempos reci<strong>en</strong>tes para permitir la instalación del mercado semanal.<br />

En medio de la misma estuvo la fu<strong>en</strong>te de piedra, que se desmontó<br />

y trasladó a una plazoleta que prolonga la principal. Ahí la vimos,<br />

con un brocal redondo y al c<strong>en</strong>tro un plinto de planta cuadrada, de<br />

un metro y medio de alto, con tres copas a manera de surtidor. En<br />

las caras del plinto leímos algo que mucho nos sorpr<strong>en</strong>dió: la fu<strong>en</strong>te<br />

había sido donada por el señor Austasio Rulfo, <strong>en</strong> 1888, por disposición<br />

de su padre, Juan Rulfo.<br />

¿Qué quería decir esto? Mi alumno no me pudo aclarar nada,<br />

lo que sólo significaba, por la escasa población del lugar, que <strong>en</strong><br />

esa época el apellido Rulfo no se relacionaba con ninguna familia<br />

todavía resid<strong>en</strong>te ahí. El donante debió ser un vecino acomodado,<br />

por la importancia de su obsequio. Vi a Juan Rulfo poco después<br />

y le dije, <strong>en</strong>tre bromeando y tratando de saber más sobre aquel hallazgo,<br />

algo como: “fíjese, don Juan, que acabo de conocer la fu<strong>en</strong>te<br />

de Juan Rulfo”. Rulfo mostró extrañeza, pero al contarle la historia<br />

tampoco parecía saber más que yo. Le pregunté si se trataba de algún<br />

ancestro suyo, pero no pude saber si t<strong>en</strong>ía noticias de aquel homónimo<br />

(más bi<strong>en</strong> de su nom de plume, que habría aparecido antes <strong>en</strong><br />

la piedra que <strong>en</strong> la literatura).<br />

He podido visitar Tlalpujahua reci<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te para seguir la pista<br />

del Juan Rulfo michoacano luego de saber, por la g<strong>en</strong>ealogista jalisci<strong>en</strong>se<br />

Guadalupe Paredes, que un cierto Juan Manuel Rulfo (del<br />

que ya t<strong>en</strong>ía noticia Claudia Rulfo, hija del escritor) había nacido<br />

<strong>en</strong> Tlalpujahua. Este tatarabuelo de Juan Rulfo fue registrado <strong>en</strong><br />

la parroquia el 25 de junio de 1772 y lo llevaron muy pequeño a<br />

Querétaro. De jov<strong>en</strong> se trasladó a Zapotlán (la actual Ciudad Guzmán)<br />

para dar orig<strong>en</strong> a la rama jalisci<strong>en</strong>se de su apellido. Alberto<br />

46 IBERO<br />

Vital, 1 biógrafo de Juan Rulfo, descubrió a<br />

una Josefa Rulfo, institutriz del michoacano<br />

Melchor Ocampo, y <strong>en</strong> su libro aparece<br />

el árbol g<strong>en</strong>ealógico familiar elaborado por<br />

Claudia Rulfo. 2 Guadalupe Paredes localizó<br />

otros Rulfo nacidos <strong>en</strong> Tlalpujahua <strong>en</strong><br />

los siglo XVIII y XIX, <strong>en</strong>tre ellos el Juan<br />

Rulfo de la fu<strong>en</strong>te del pueblo.<br />

Juan Francisco, hijo de Juan Rulfo, <strong>en</strong>contró<br />

un dato importante <strong>en</strong> el museo dedicado<br />

a los Rayón (instalado <strong>en</strong> la que fue su<br />

casa): Ignacio López Rayón se casó con María Ana Martínez Rulfo,<br />

sobrina del tatarabuelo de Juan Rulfo. También conocimos, gracias<br />

a Julio Moguel, interesado <strong>en</strong> esta historia, al historiador y artista de<br />

Tlalpujahua Gustavo Bernal, qui<strong>en</strong> descubrió <strong>en</strong>tre los recuerdos<br />

de su propia familia y el archivo municipal no pocos datos sobre los<br />

últimos Rulfo de Tlalpujahua: fueron mineros, comerciantes y participantes<br />

activos <strong>en</strong> la vida local. Algunos se trasladaron a Morelia.<br />

El antiguo c<strong>en</strong>tro minero se ha recuperado después de mi primera<br />

visita y alcanza ya algunos miles de habitantes. En los caminos de<br />

acceso hay talleres de labrado de piedra y <strong>en</strong> el pueblo se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran<br />

más fábricas y exp<strong>en</strong>dios de esferas, lo que da a Tlalpujahua una<br />

extraña atmósfera navideña todo el año. La población ha sido designada<br />

“Pueblo Mágico”, lo que permite que sus casas se mant<strong>en</strong>gan<br />

bi<strong>en</strong> conservadas, además de ofrecer alojami<strong>en</strong>to y restaurantes a<br />

los visitantes.<br />

M<strong>en</strong>ción aparte merece la mina Las Dos Estrellas. Es ahora<br />

propiedad estatal y <strong>en</strong> las últimas décadas se ha convertido <strong>en</strong> un<br />

sorpr<strong>en</strong>d<strong>en</strong>te museo de sitio. Una parte de los <strong>en</strong>ormes edificios<br />

anexos ha sido restaurada y se exhib<strong>en</strong> minerales, maquinaria y tecnología<br />

desarrolladas <strong>en</strong> el mismo lugar durante su auge. Algunas<br />

naves ti<strong>en</strong><strong>en</strong> murales modernos alusivos a su historia y se montan<br />

con frecu<strong>en</strong>cia exposiciones artísticas. Hay una cafetería con v<strong>en</strong>ta<br />

de souv<strong>en</strong>irs y se puede visitar el acceso a los socavones. Es un lugar<br />

sorpr<strong>en</strong>d<strong>en</strong>te, <strong>en</strong> medio de un hermoso bosque. Los docum<strong>en</strong>tos<br />

que se exhib<strong>en</strong> ahí, como antiguas fotografías, planos, papelería de<br />

la mina, etcétera, son de <strong>en</strong>orme valor, pero lo que más impresiona<br />

a qui<strong>en</strong> conoce este museo es que nació y se sosti<strong>en</strong>e como una<br />

iniciativa <strong>en</strong>teram<strong>en</strong>te local.<br />

Los Rulfo michoacanos, como el Juan Rulfo de la fu<strong>en</strong>te, pert<strong>en</strong>ec<strong>en</strong><br />

a la misma familia del Juan Rulfo jalisci<strong>en</strong>se cuyo apellido es<br />

hoy conocido <strong>en</strong> todo el mundo. E inevitablem<strong>en</strong>te me he preguntado,<br />

a pesar del sil<strong>en</strong>cio que Rulfo mantuvo cuando le hablé de su<br />

homónimo michoacano, si el excursionista empedernido que fue<br />

habría conocido Tlalpujahua. Creo, y <strong>en</strong> esta conjetura me acompaña<br />

su hijo Juan Francisco, que esto no se puede descartar. Si fuera el<br />

caso cabría imaginar que después de int<strong>en</strong>tar varias formas de escribir<br />

el nombre con que firmaría su obra —Juan Pérez Vizcaíno y Juan<br />

Pérez Rulfo, por ejemplo— hubiese recordado el nombre tan sólido<br />

(como muchos de los que impuso a sus personajes) del Juan Rulfo<br />

michoacano, escrito <strong>en</strong> piedra <strong>en</strong> 1888, para adoptarlo como suyo.<br />

Es imposible comprobarlo, pero no improbable del todo.<br />

Una versión difer<strong>en</strong>te de este texto aparece <strong>en</strong> el libro Nuevos indicios sobre<br />

Juan Rulfo, publicado <strong>en</strong> mayo de 2010 y coordinado por Jorge Zepeda.<br />

1 Alberto Vital, Noticias sobre Juan Rulfo: 1784-2003, Editorial RM/<strong>Universidad</strong><br />

Nacional Autónoma de México/<strong>Universidad</strong> de Guadalajara/<strong>Universidad</strong> Autónoma<br />

de Aguascali<strong>en</strong>tes/<strong>Universidad</strong> Autónoma de Tlaxcala/Fondo de Cultura Económica,<br />

México, 2003, p. 3.<br />

2 Ibid., pp. XIV-XV.


GENTE QUE CAMBIA AL MUNDO<br />

el futbol es un deporte<br />

que atrae la at<strong>en</strong>ción de<br />

millones de aficionados <strong>en</strong><br />

prácticam<strong>en</strong>te todo el orbe.<br />

La Copa del Mundo de la<br />

FIFA Sudáfrica 2010 —<strong>en</strong><br />

cuyo juego inaugural México<br />

se <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tará al anfitrión el<br />

viernes 11 de junio— motiva<br />

los sigui<strong>en</strong>tes com<strong>en</strong>tarios de<br />

algunos estudiantes de la Ibero.<br />

Hugo<br />

Gómez Soto<br />

el Mundial de<br />

Futbol es un<br />

acontecimi<strong>en</strong>to<br />

muy bu<strong>en</strong>o.<br />

Cada cuatro años<br />

uno lo espera<br />

con ansias, y mucho más si uno practica<br />

el futbol. Desde que empiezan las eliminatorias<br />

es emocionante ver avanzar a la<br />

selección mexicana hacia su calificación.<br />

Y ahora, <strong>en</strong> vísperas de la Copa del Mundo,<br />

la emoción es mayor. A mí hasta la piel<br />

se me pone chinita. Todos deseamos y esperamos<br />

que le vaya muy bi<strong>en</strong> a México.<br />

Sin embargo, si<strong>en</strong>do realistas, yo creo que<br />

el campeón será españa, porque ti<strong>en</strong>e un<br />

gran equipo, con experi<strong>en</strong>cia y juv<strong>en</strong>tud,<br />

que practica un extraordinario futbol.<br />

Estudiante de la Lic<strong>en</strong>ciatura <strong>en</strong><br />

Comunicación<br />

Daniela López Treviño<br />

Para México, el Mundial de Futbol es más mercadológico<br />

que deportivo, pues Televisa presiona mucho para<br />

que nuestro país participe. Cuando México no califica,<br />

las televisoras pierd<strong>en</strong> mucho dinero por concepto de<br />

publicidad. No lo hac<strong>en</strong> por el deporte o, <strong>en</strong> este caso,<br />

por el futbol <strong>en</strong> particular, sino por el mercado y por<br />

todo el dinero que se maneja. Mis favoritos son españa<br />

y Costa de Marfil. españa porque ti<strong>en</strong>e el mejor cuadro,<br />

y Costa de Marfil porque los africanos van con todo, son<br />

rápidos, fuertes y ti<strong>en</strong><strong>en</strong> muy bu<strong>en</strong>a visión de campo.<br />

Estudiante de la Lic<strong>en</strong>ciatura <strong>en</strong> Comunicación<br />

›Los alumnos de<br />

la Ibero ante la Copa<br />

Mundial de Futbol<br />

España y Alemania,<br />

los favoritos<br />

Entrevistas y fotografías de Francisco<br />

Deveaux Téllez Girón<br />

Adriana<br />

Prieto<br />

Gaspar del<br />

Alba<br />

Va a ser un Mundial<br />

difer<strong>en</strong>te, ya<br />

que nunca se ha<br />

jugado <strong>en</strong> África.<br />

Va a estar muy bu<strong>en</strong>o. este ev<strong>en</strong>to aligera<br />

un poco los conflictos internacionales; es<br />

casi como una pausa a los graves problemas<br />

que <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>ta el mundo. Pi<strong>en</strong>so que<br />

españa será el campeón, porque ti<strong>en</strong>e<br />

una selección supercompleta y su ritmo<br />

de juego es impresionante.<br />

Estudiante de la Lic<strong>en</strong>ciatura <strong>en</strong> Relaciones<br />

Internacionales<br />

Paola Kuri Seman<br />

el Mundial de Futbol es un espectáculo<br />

muy bu<strong>en</strong>o y divertido. Ya deseo que empiece.<br />

el que se juegue cada cuatro años lo<br />

hace muy interesante, pues si fuera más seguido,<br />

se volvería cotidiano. el futbol g<strong>en</strong>era<br />

cons<strong>en</strong>sos y pausas <strong>en</strong> los conflictos, pero<br />

también repres<strong>en</strong>ta una guerra. Lo bu<strong>en</strong>o<br />

es que se trata de una guerra deportiva.<br />

Estudiante de la Lic<strong>en</strong>ciatura <strong>en</strong><br />

Comunicación<br />

Eug<strong>en</strong>io González Betana<br />

el Mundial de Futbol es un ev<strong>en</strong>to fantástico<br />

donde se reún<strong>en</strong> los países a competir<br />

y a convivir de una manera muy bu<strong>en</strong>a.<br />

espero que México haga un bu<strong>en</strong> papel. Yo<br />

le voy a Alemania, a pesar de que acaban de<br />

lesionar a su capitán, Michael ballack. Para<br />

Sudáfrica esto repres<strong>en</strong>ta una gran inversión<br />

turística, más allá del éxito deportivo.<br />

Estudiante de la Lic<strong>en</strong>ciatura <strong>en</strong> Derecho<br />

Alfonso<br />

Rivero<br />

el Mundial de<br />

Futbol me fascina<br />

y me apasiona.<br />

es el deporte<br />

mundial por<br />

excel<strong>en</strong>cia. Mis favoritos para obt<strong>en</strong>er el<br />

campeonato son españa, <strong>en</strong> primer lugar;<br />

Alemania, <strong>en</strong> segundo, y Arg<strong>en</strong>tina <strong>en</strong><br />

tercero. Creo que México no pasará a la<br />

segunda fase. <strong>en</strong> cuanto a la importancia<br />

social, la Copa del Mundo es b<strong>en</strong>éfica<br />

porque Sudáfrica es un país pobre y le<br />

vi<strong>en</strong>e muy bi<strong>en</strong> económicam<strong>en</strong>te que<br />

este ev<strong>en</strong>to se realice allá.<br />

Estudiante de la Maestría <strong>en</strong> Administración de<br />

Servicios de Tecnología de Información<br />

Ibero 47


ACTUALIDAD IBERO<br />

Muchos años atrás, al apr<strong>en</strong>der el Teorema Fundam<strong>en</strong>tal<br />

de los Números Primos, Eric Maskin<br />

se percató de la magia que recorre el mundo<br />

de las ci<strong>en</strong>cias exactas, pues <strong>en</strong> éste, dos conceptos<br />

nada relacionados <strong>en</strong>tre sí, los números<br />

primos y el logaritmo natural, ti<strong>en</strong><strong>en</strong> un vínculo tan íntimo que<br />

dan cu<strong>en</strong>ta del espl<strong>en</strong>dor de esta sabiduría. Fue así, <strong>en</strong>tre los<br />

ladrillos que resguardan a la <strong>Universidad</strong> <strong>Iberoamericana</strong> Ciudad<br />

de México, como este ci<strong>en</strong>tífico dijo haber descubierto el<br />

pot<strong>en</strong>cial de las matemáticas.<br />

En esta casa de estudios explicó su teoría del Diseño de Mecanismos,<br />

la cual parte del principio de conseguir el bi<strong>en</strong> común a<br />

partir de los intereses individuales de las partes implicadas, de forma<br />

tal que ag<strong>en</strong>tes de mercado y administraciones estén de acuerdo<br />

y conformes <strong>en</strong> este balance y así la economía funcione de forma<br />

efici<strong>en</strong>te. También refirió su fascinación sobre las incoher<strong>en</strong>cias<br />

tan coher<strong>en</strong>tes que suced<strong>en</strong> <strong>en</strong> los procesos de las ecuaciones.<br />

¿Quieres una aproximación sobre cuantos números primos hay<br />

<strong>en</strong>tre uno y “x”? Sólo basta obt<strong>en</strong>er el logaritmo natural de ese<br />

“x” número y el resultado será impresionantem<strong>en</strong>te cercano a la<br />

respuesta de la pregunta. Cuando Maskin, futuro Premio Nobel<br />

de Economía, se dio cu<strong>en</strong>ta de esto, refiere que fue un mom<strong>en</strong>to<br />

hermoso, pues “los logaritmos y estos números no guardan<br />

ninguna relación, y a pesar de ello apareció esta conexión, por lo<br />

que vine a saber lo poderosas que son las matemáticas”.<br />

48 IBERO<br />

›<br />

Fotografía de Ylitzma Iñiguez.<br />

Entrevista con<br />

el Premio Nobel<br />

de Economía<br />

2007<br />

Lo fundam<strong>en</strong>tal es<br />

educar para mejorar:<br />

Eric Maskin<br />

Ana Langner<br />

El economista abrió los ojos al cálculo a través de la mirada<br />

de Francis Piersa, su instructor de este procedimi<strong>en</strong>to mecánico;<br />

gracias a él obtuvo su grado <strong>en</strong> Harvard, donde estudió álgebra<br />

al lado de Pierre Samuel y Richard Brauer, y análisis junto a<br />

George Mackey y Lars Ahlfors, todos ellos ci<strong>en</strong>tíficos destacados<br />

d<strong>en</strong>tro de las ci<strong>en</strong>cias exactas.<br />

Su paso por la <strong>Universidad</strong> de Harvard y la <strong>Universidad</strong> de<br />

Cambridge lo llevaron a convertirse <strong>en</strong> doctor <strong>en</strong> Matemáticas<br />

Aplicadas. Hoy día reside <strong>en</strong> el mismo departam<strong>en</strong>to que Albert<br />

Einstein ocupara <strong>en</strong> Princeton; ha sido académico de esa institución<br />

desde hace nueve años, <strong>en</strong> el Instituto de Estudios Avanzados,<br />

y es hombre de confianza de Timothy Geithner, secretario del<br />

Tesoro de Estados Unidos, y <strong>en</strong>cargado de asesorar el diseño de la<br />

nueva regulación para el sistema financiero de Estados Unidos.<br />

En 2007 se hizo merecedor del Premio Nobel, junto con<br />

los economistas norteamericanos Leonid Hurwicz y Roger B.<br />

Myerson por s<strong>en</strong>tar los cimi<strong>en</strong>tos de la teoría del Diseño de Mecanismos,<br />

la cual ayuda a id<strong>en</strong>tificar fallas del mercado para así<br />

procurar la correcta distribución de los ingresos y recursos.<br />

Raya casi <strong>en</strong> el estrellato; su teoría traspasa fronteras y su rostro<br />

es conocido <strong>en</strong> todo el gremio de la economía; no obstan-


te, conserva una cálida modestia y, con suma tranquilidad, ti<strong>en</strong>e<br />

toda la disposición para explicar a los estudiantes los hallazgos<br />

que ha realizado <strong>en</strong> la ci<strong>en</strong>cia económica. Con esta misma disposición,<br />

habló <strong>en</strong> exclusiva para IBERO acerca de América<br />

Latina, México, la corrupción, la crisis financiera y cómo los<br />

inc<strong>en</strong>tivos y la educación son piezas clave para que un sistema<br />

gubernam<strong>en</strong>tal y económico surja de <strong>en</strong>tre los escombros.<br />

A partir de su teoría de Implem<strong>en</strong>tación de<br />

Mecanismos, ¿cómo deberían interactuar la sociedad<br />

mexicana y el gobierno para lograr una reforma<br />

económica, a fin de destinarlos al desarrollo del país,<br />

el combate a la pobreza y el mejorami<strong>en</strong>to de la<br />

educación y la investigación?<br />

Pobreza, educación e investigación están relacionadas <strong>en</strong>tre sí.<br />

La llave para impulsar el desarrollo es a través de la formación.<br />

La razón por la cual persiste la pobreza, es que la g<strong>en</strong>te no ti<strong>en</strong>e<br />

oportunidades, pues no se les han brindado las herrami<strong>en</strong>tas para<br />

aprovechar todas las posibilidades que el mundo global provee.<br />

La clave aquí es <strong>en</strong>contrar la manera para darles el <strong>en</strong>tr<strong>en</strong>ami<strong>en</strong>to<br />

<strong>en</strong> educación y así desarrollar sus destrezas. Este tipo de<br />

preparación puede proveerse a través de las instituciones, como<br />

las universidades, o también a través de los empleadores y empresarios;<br />

ellos podrían invertir <strong>en</strong> las personas sin recursos, si tan<br />

sólo fueran capaces de <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der el <strong>en</strong>orme pot<strong>en</strong>cial que estas<br />

personas ti<strong>en</strong><strong>en</strong>.<br />

Sería conv<strong>en</strong>i<strong>en</strong>te que el gobierno proporcionara inc<strong>en</strong>tivos<br />

a los empresarios para que éstos a su vez capacit<strong>en</strong> a la g<strong>en</strong>te de<br />

m<strong>en</strong>or poder adquisitivo. Toda esto puede verse como un mecanismo<br />

y estudiarse a través de la Teoría de Implem<strong>en</strong>tación.<br />

¿Puede el Diseño de Mecanismos aplicarse <strong>en</strong> los<br />

sistemas electorales <strong>en</strong> países como México <strong>en</strong> los que<br />

se padece un gran problema de corrupción?<br />

Al p<strong>en</strong>sar <strong>en</strong> quién te va a repres<strong>en</strong>tar <strong>en</strong> el gobierno se puede<br />

p<strong>en</strong>sar un sistema de elección como un mecanismo. He trabajado<br />

<strong>en</strong> este problema diseñando bu<strong>en</strong>os sistemas electorales pero,<br />

tristem<strong>en</strong>te, me temo que la mayoría de<br />

estos sistemas alrededor del mundo no<br />

son empleados como se debería.<br />

Por otro lado, la corrupción es sin duda<br />

un problema muy serio que requiere<br />

abordarse mediante estrategias que contempl<strong>en</strong><br />

inc<strong>en</strong>tivos. Enfr<strong>en</strong>tar la corrupción<br />

es también cuestión de <strong>en</strong>foques;<br />

por ejemplo, <strong>en</strong> Singapur, <strong>en</strong> donde este<br />

mal permeó a la clase política, se ha <strong>en</strong>contrado la solución mediante<br />

bu<strong>en</strong>os salarios y acciones legales.<br />

En primera, el sueldo de los gobernantes, funcionarios y burócratas<br />

es alto, así, se evitan las acciones ilegales, y <strong>en</strong> segunda las<br />

consecu<strong>en</strong>cias legales por corromperse son muy altas. Si algui<strong>en</strong><br />

resulta culpable de corrupción, pasa muchos años <strong>en</strong> la cárcel.<br />

Estas medidas bi<strong>en</strong> podrían funcionar <strong>en</strong> México.<br />

¿Qué pued<strong>en</strong> hacer los gobiernos latinoamericanos<br />

para promover el compromiso social?<br />

Privilegiar la educación y el <strong>en</strong>tr<strong>en</strong>ami<strong>en</strong>to. Soy un fiel crey<strong>en</strong>te<br />

sobre la teoría de educar para mejorar. Así se t<strong>en</strong>drían las oportunidades<br />

para que cada qui<strong>en</strong> decida lo que es bu<strong>en</strong>o para él, y<br />

también a través de los educadores se puede hacer un bi<strong>en</strong> social.<br />

¿Cómo puede ser explicada la crisis actual y hacia<br />

dónde se dirige?<br />

Describiría la crisis financiera actual como un claro ejemplo del<br />

conflicto exist<strong>en</strong>te <strong>en</strong>tre los deseos de los bancos y lo que resulta<br />

bu<strong>en</strong>o para la sociedad. Las instituciones bancarias están d<strong>en</strong>tro<br />

del negocio de hacer dinero, como muchas compañías, y <strong>en</strong><br />

este <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dido deb<strong>en</strong> tomar riesgos. Esto está bi<strong>en</strong> si se limitan<br />

los peligros al banco, pues sería completam<strong>en</strong>te su decisión. El<br />

problema es que las ev<strong>en</strong>tualidades no están limitadas a los bancos.<br />

Si ellos toman una mala decisión que, <strong>en</strong> consecu<strong>en</strong>cia, les<br />

afecte, dañan también a los demás, haci<strong>en</strong>do recaer ese daño <strong>en</strong><br />

la economía de la sociedad.<br />

Los bancos no toman <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta lo que es bu<strong>en</strong>o para la sociedad,<br />

pues no se percatan de la capacidad que pose<strong>en</strong> para poner<br />

<strong>en</strong> riesgo la estabilidad económica del país cuando ejecutan<br />

sus estrategias. Para lograr un equilibrio <strong>en</strong>tre lo que los bancos<br />

quier<strong>en</strong> y lo que necesita la sociedad se requiere regulación, y reguladores<br />

gubernam<strong>en</strong>tales que pongan límites sobre los riesgos<br />

que quieran tomar las instituciones bancarias. Si este reglam<strong>en</strong>to<br />

se hubiera planteado desde el principio, nunca hubiéramos t<strong>en</strong>ido<br />

esta crisis y, desde mi punto de vista, las normatividades <strong>en</strong><br />

este campo son necesarias para el futuro.<br />

La recesión financiera actual es la más seria que se ha t<strong>en</strong>ido<br />

desde la Gran Depresión estadounid<strong>en</strong>se de la década de los<br />

treinta. Para fortuna de muchos, está dando señales de llegar a su<br />

fin y no será más fuerte que la ocurrida <strong>en</strong> 1930. Si recordamos<br />

que <strong>en</strong>tonces la tasa de desempleo estadounid<strong>en</strong>se era de aproximadam<strong>en</strong>te<br />

25% y la comparamos con la actual, que no excede<br />

el 10%, podremos <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der que se trata de un episodio m<strong>en</strong>os<br />

dramático que el anteriorm<strong>en</strong>te experim<strong>en</strong>tado.<br />

Pobreza, educación e investigación<br />

están relacionadas <strong>en</strong>tre sí. La llave<br />

para impulsar el desarrollo es a través<br />

de la formación.<br />

Desafortunadam<strong>en</strong>te, con seguridad, a México le costará más<br />

tiempo salir de esta crisis, pues dep<strong>en</strong>de de los movimi<strong>en</strong>tos que<br />

ocurran <strong>en</strong> la economía de Estados Unidos. No obstante este<br />

estado no es tan inconv<strong>en</strong>i<strong>en</strong>te para México, ya que Estados<br />

Unidos está dando fuertes muestras de mejoría financiera. Tal<br />

vez a finales de 2010 las cosas com<strong>en</strong>zarán a mejorar <strong>en</strong> todas<br />

las naciones.<br />

IBERO 49


ACTUALIDAD IBERO<br />

›Redes de<br />

educación<br />

superior jesuita<br />

para el mundo<br />

globalizado<br />

Delineando el futuro para un<br />

mundo humano, justo y sost<strong>en</strong>ible<br />

Con el interés de construir vínculos eficaces que<br />

pot<strong>en</strong>ci<strong>en</strong> la labor de las universidades y que sean<br />

acordes con los tiempos que se viv<strong>en</strong>, la <strong>Universidad</strong><br />

<strong>Iberoamericana</strong> organizó una importante reunión<br />

internacional bajo el tema “Redes de educación<br />

superior jesuita para el mundo globalizado: Delineando<br />

el futuro para un mundo humano, justo y sost<strong>en</strong>ible”, la cual<br />

tuvo lugar del 21 al 25 de abril pasado <strong>en</strong> las instalaciones de la<br />

UIA Ciudad de México.<br />

Este <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tro, que se realizó por vez primera <strong>en</strong> América<br />

Latina con la participación de rectores de universidades jesuitas<br />

de todo el mundo, tuvo <strong>en</strong>tre otros objetivos consolidar la<br />

educación católica, la id<strong>en</strong>tidad y la misión jesuíticas, establecer<br />

redes globales, colaborar más efectivam<strong>en</strong>te con otros ministerios<br />

jesuitas y tratar intelectualm<strong>en</strong>te algunos desafíos de frontera,<br />

claves para servir mejor a la sociedad y a la Iglesia.<br />

El padre Adolfo Nicolás<br />

llamó a r<strong>en</strong>ovar<br />

el compromiso de la<br />

Compañía de Jesús con el<br />

ministerio universitario.<br />

Cobró especial importancia su realización <strong>en</strong> nuestro país,<br />

considerando que México se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra <strong>en</strong> un proceso económico<br />

y social afectado por la crisis, herido por la viol<strong>en</strong>cia <strong>en</strong><br />

asc<strong>en</strong>so, y una pobreza y desigualdad <strong>en</strong>démicas, que constituy<strong>en</strong><br />

sólo un ejemplo de la gravedad de los retos que <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tan las<br />

instituciones de educación superior confiadas a la Compañía<br />

de Jesús.<br />

En su confer<strong>en</strong>cia “Profundidad de p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to, universalidad<br />

y ministerio universitario: desafíos actuales de la educación<br />

50 IBERO<br />

El padre Adolfo Nicolás, acompañado del<br />

Rector de la Ibero, José Morales Orozco, S. J.<br />

superior jesuita”, el padre Adolfo Nicolás, Prepósito G<strong>en</strong>eral de<br />

la Compañía de Jesús, propuso a la comunidad de rectores de<br />

universidades jesuitas tres puntos que repres<strong>en</strong>tan los retos de la<br />

educación jesuita <strong>en</strong> un ámbito globalizado: promover el p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to<br />

y la imaginación; redescubrir y poner <strong>en</strong> práctica, <strong>en</strong> el<br />

marco de las nuevas condiciones mundiales, la universalidad de<br />

la educación universitaria jesuita, y r<strong>en</strong>ovar el compromiso de la<br />

Compañía de Jesús con el ministerio universitario”.<br />

Enfatizó que el reto de las universidades jesuitas consiste <strong>en</strong><br />

promover nuevas formas de activar el p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to crítico y la<br />

imaginación: marcas distintivas de la educación ignaciana desde<br />

sus oríg<strong>en</strong>es.<br />

El secretario para la Educación Superior Jesuita, Paul Locatelli,<br />

dijo que este foro, <strong>en</strong>clavado <strong>en</strong> el contexto de la globalización<br />

y las nuevas tecnologías de la comunicación, fue una importante<br />

oportunidad para buscar estrategias <strong>en</strong>caminadas a mejorar la<br />

educación superior jesuita y b<strong>en</strong>eficiar a sus estudiantes, académicos,<br />

la sociedad y la Iglesia, con el abordaje de los problemas<br />

contemporáneos más serios, incluy<strong>en</strong>do sus dim<strong>en</strong>siones éticas<br />

y religiosas.<br />

Agregó que el futuro está <strong>en</strong> apr<strong>en</strong>der <strong>en</strong> un contexto global,<br />

haci<strong>en</strong>do hincapié <strong>en</strong> cómo una red global única de educación<br />

superior <strong>en</strong> el mundo, la jesuita, debe aprovechar esta oportunidad<br />

y aceptar su responsabilidad para ayudar a formar un mundo<br />

más humano, justo y sost<strong>en</strong>ible para todos, no sólo para aquellos<br />

con recursos y acceso a la educación.<br />

Durante los días de trabajo se g<strong>en</strong>eró un fructífero intercambio<br />

de experi<strong>en</strong>cias e ideas <strong>en</strong> torno a los desafíos que la educación<br />

superior <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>ta <strong>en</strong> cada una de las regiones y cómo se pued<strong>en</strong><br />

utilizar las redes de las universidades latinoamericanas para colaborar<br />

<strong>en</strong>tre sí, además de temas como la teología y la cultura, la<br />

inequidad y la pobreza, la ecología y la sust<strong>en</strong>tabilidad.<br />

Cabe señalar que <strong>en</strong> uno de los sigui<strong>en</strong>tes números de IBERO<br />

se abordará ampliam<strong>en</strong>te el tema de la educación jesuita.


En su m<strong>en</strong>saje de bi<strong>en</strong>v<strong>en</strong>ida el<br />

doctor Morales Orozco reconoció<br />

el delicado gesto de Michelle<br />

Obama de dirigirse a los jóv<strong>en</strong>es<br />

estudiantes de México.<br />

Reconocida como una de las mejores instituciones privadas<br />

de educación superior <strong>en</strong> México, la <strong>Universidad</strong><br />

<strong>Iberoamericana</strong> fue distinguida con la visita de la primera<br />

dama de Estados Unidos, Michelle Obama, <strong>en</strong> el<br />

que fue su primer viaje individual oficial al extranjero.<br />

El pasado 14 de abril, acompañada por la primera dama de<br />

México, Margarita Zavala; el Rector de la UIA, José Morales<br />

Orozco, S. J., y el embajador de Estados Unidos <strong>en</strong> México, Carlos<br />

Pascual, Michelle Obama se reunió con ci<strong>en</strong>tos de estudiantes<br />

universitarios y de preparatoria <strong>en</strong> el “Foro de estudiantes<br />

con la primera dama de Estados Unidos”.<br />

En su m<strong>en</strong>saje de bi<strong>en</strong>v<strong>en</strong>ida el doctor Morales Orozco reconoció<br />

el delicado gesto de Obama de dirigirse a los jóv<strong>en</strong>es<br />

estudiantes de México, qui<strong>en</strong>es ti<strong>en</strong><strong>en</strong> <strong>en</strong>tre sus principales preocupaciones<br />

la percepción de un futuro incierto. Afirmó que la<br />

educación es un factor determinante para combatir las causas<br />

estructurales de la viol<strong>en</strong>cia, y el mejor medio para procurar<br />

el desarrollo y el progreso de nuestros pueblos; por ello abrir<br />

oportunidades para los jóv<strong>en</strong>es es la clave para cambiar una perspectiva<br />

de incertidumbre por otra de esperanza.<br />

“Valoramos <strong>en</strong>ormem<strong>en</strong>te <strong>en</strong> usted su voluntad e interés <strong>en</strong><br />

la construcción de alternativas y oportunidades para la juv<strong>en</strong>tud,<br />

con la que esta casa de estudios, con muchos hombres y mujeres<br />

de bu<strong>en</strong>a voluntad, se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra comprometida”, le dijo el<br />

Rector de la Ibero.<br />

En repres<strong>en</strong>tación de los estudiantes, Jaime Enríquez Reynoso,<br />

alumno de Derecho <strong>en</strong> la UIA, dijo que una sociedad se <strong>en</strong>ti<strong>en</strong>de<br />

al ver a su juv<strong>en</strong>tud, por lo que calificó de bi<strong>en</strong>av<strong>en</strong>turado<br />

›Michelle<br />

Obama visitó<br />

la <strong>Universidad</strong><br />

<strong>Iberoamericana</strong><br />

La primera dama de Estados<br />

Unidos se reunió con estudiantes<br />

universitarios y de preparatoria<br />

Pedro R<strong>en</strong>dón López<br />

Redactor de IBERO<br />

a aquel que busca increm<strong>en</strong>tar la participación<br />

juv<strong>en</strong>il <strong>en</strong> la sociedad, y que la<br />

educación es la base para el desarrollo de<br />

nuestra nación.<br />

Michelle Obama se dirigió a los alumnos<br />

prov<strong>en</strong>i<strong>en</strong>tes de distintas institucio-<br />

nes educativas de la zona metropolitana, a<br />

qui<strong>en</strong>es les dijo que la responsabilidad de confrontar los desafíos<br />

característicos de nuestro tiempo pronto recaerá <strong>en</strong> ellos, una<br />

g<strong>en</strong>eración que más que cualquier otra, es capaz de acceder a la<br />

información y de relacionarse <strong>en</strong>tre sí, de organizarse y movilizarse<br />

y hallar soluciones nuevas a las mayores dificultades.<br />

Añadió que su esposo Barack Obama y el presid<strong>en</strong>te de México,<br />

Felipe Calderón, se esfuerzan por reconstruir los sistemas educativos<br />

y por g<strong>en</strong>erar oportunidades para las juv<strong>en</strong>tudes de ambas naciones,<br />

responsabilidad que deb<strong>en</strong> compartir los ciudadanos. Afirmó que no<br />

basta con cambiar las leyes y las políticas, sino que también hay que<br />

oponerse a las ideas y los supuestos equivocados de que los jóv<strong>en</strong>es,<br />

por su clase social, religión, raza o discapacidad, no merec<strong>en</strong> que se<br />

les eduque, o que las niñas no son tan capaces como los niños.<br />

Expresó su preocupación por los tiempos económicam<strong>en</strong>te<br />

difíciles que se viv<strong>en</strong> <strong>en</strong> México, <strong>en</strong> Estados Unidos y <strong>en</strong> todo<br />

el mundo, que no garantizan un futuro, incluso para los jóv<strong>en</strong>es<br />

privilegiados que asist<strong>en</strong> a una universidad. De ahí que les pidiera<br />

a los estudiantes asist<strong>en</strong>tes que p<strong>en</strong>saran por un mom<strong>en</strong>to <strong>en</strong><br />

la misión de la UIA, <strong>en</strong>focada a comprometerse <strong>en</strong> el servicio a<br />

los demás y desarrollar y difundir el conocimi<strong>en</strong>to para el logro<br />

de una sociedad libre, justa, solidaria y productiva, como lo hiciera<br />

Alberto Irezábal, recién egresado de la Ibero, cuyo proyecto<br />

de servicio social estuvo dirigido a apoyar a una comunidad indíg<strong>en</strong>a<br />

de Chiapas para la producción y v<strong>en</strong>ta efici<strong>en</strong>te del café<br />

que cultivan <strong>en</strong> sus tierras.<br />

Así, Michelle Obama confió <strong>en</strong> que cada uno de los jóv<strong>en</strong>es<br />

haga suya la labor de ayudar a los necesitados, a fin de levantar una<br />

nación más fuerte y construir juntos un mundo mejor.<br />

IBERO 51


MÚsica para caMaleones<br />

Qué<br />

ESCuCHAR<br />

y POR Qué<br />

52 IBERO<br />

Beatriz palacios<br />

Asist<strong>en</strong>te de edición de Ibero<br />

Jaramar Soto recomi<strong>en</strong>da: Lhasa, de Lhasa<br />

de Sela [2009]; March of the Zapotec, de Beirut<br />

[2009] e Inc<strong>en</strong>dio, de Los Dorados [2008]<br />

Lhasa es el último disco de la cantante Lhasa<br />

de Sela, nacida <strong>en</strong> Nueva york, de ancestros<br />

multiculturales, qui<strong>en</strong> murió el pasado 1 de<br />

<strong>en</strong>ero a los 37 años dejando únicam<strong>en</strong>te tres<br />

producciones discográficas. Lhasa, su primer<br />

disco cantado <strong>en</strong>teram<strong>en</strong>te <strong>en</strong> inglés, su l<strong>en</strong>gua<br />

materna, es profundam<strong>en</strong>te poético y bello<br />

d<strong>en</strong>tro de una gran s<strong>en</strong>cillez. Lhasa fue una<br />

artista que, sin necesidad de recurrir a grandes<br />

artilugios vocales o musicales siempre llegó a<br />

emocionar a qui<strong>en</strong>es la escucháramos. Sus canciones<br />

son directas, honestas, muy personales,<br />

autobiográficas sin duda, con ese ingredi<strong>en</strong>te<br />

valiosísimo que es difícil de definir pero que<br />

está c<strong>en</strong>trado <strong>en</strong> la honestidad, <strong>en</strong> la necesidad<br />

de un artista de transmitir s<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>tos reales<br />

Música para camaleones está dedicada a la recom<strong>en</strong>dación de obras<br />

musicales, para lo cual se ha invitado a melómanos, investigadores,<br />

expertos, editores, musicólogos y d<strong>en</strong>odados amantes de la<br />

música. En esta ocasión agradecemos a Jaramar Soto, Alejandro<br />

González del Pliego, Nora Huerta y Julio César Cruz Vásquez,<br />

el que con tanta g<strong>en</strong>tileza hayan accedido a compartir con los<br />

lectores de IBERO su experi<strong>en</strong>cia y su pasión.<br />

y que hace que una obra musical perdure y<br />

quede cerca de nosotros, sus escuchas.<br />

Beirut, la banda del muy jov<strong>en</strong> músico Zach<br />

Condon, oriundo de Santa Fe, Nuevo México,<br />

se ha convertido para mí <strong>en</strong> una refer<strong>en</strong>cia<br />

constante por su <strong>en</strong>ergía, su frescura y por<br />

la forma tan natural como integra elem<strong>en</strong>tos<br />

musicales multiculturales sin perder su l<strong>en</strong>guaje<br />

particular, ese sonido “beirut”. En March of<br />

the Zapotec ti<strong>en</strong><strong>en</strong> de invitados a los integrantes<br />

de la banda de metales Jiménez, de Teotitlán<br />

del Valle, Oaxaca, y es muy emocionante escuchar<br />

el resultado: un sonido atemporal que<br />

rompe fronteras geográficas <strong>en</strong> el que flotan la<br />

bella voz y las letras de Zach Condon.<br />

Los Dorados es uno de los grupos más brillantes<br />

de la esc<strong>en</strong>a mexicana del neojazz-rock<br />

fusión (a falta de otra manera de definirlo).<br />

Esta banda integrada por Daniel Zlotnik <strong>en</strong> el<br />

saxofón, Demián Gálvez <strong>en</strong> la guitarra, Carlos<br />

Maldonado <strong>en</strong> el bajo, y Rodrigo Barbosa<br />

<strong>en</strong> la batería, con la colaboración de DJ Rayo<br />

<strong>en</strong> las tornamesas, y t<strong>en</strong>i<strong>en</strong>do como invitado,<br />

muy especial <strong>en</strong> este disco, al trompetista de<br />

orig<strong>en</strong> vietnamita Cuong Vu, logra <strong>en</strong> Inc<strong>en</strong>dio<br />

—su tercera producción discográfica—,<br />

una madurez sorpr<strong>en</strong>d<strong>en</strong>te que los ha llevado<br />

a mom<strong>en</strong>tos de gran brillo <strong>en</strong> las interpretaciones<br />

<strong>en</strong> vivo de este material. Los Dorados,<br />

como grupo, y sus integrantes <strong>en</strong> lo individual,<br />

son sin duda expon<strong>en</strong>tes de la nueva<br />

música mexicana a los que habrá que seguir<br />

la pista.<br />

JARAMAR SOTO. Cantante, compositora y artista<br />

plástica. Su original propuesta musical trasci<strong>en</strong>de barreras<br />

temporales y geográficas al fusionar sonoridades<br />

del pasado y del pres<strong>en</strong>te, así como elem<strong>en</strong>tos multiculturales.<br />

Cu<strong>en</strong>ta con una dec<strong>en</strong>a de discos grabados,<br />

el más reci<strong>en</strong>te de ellos bajo el título Diluvio.


Alejandro González del Pliego<br />

recomi<strong>en</strong>da: Alfred Schnittke: Complete works<br />

for violin & piano [2004], y Requiem & Piano<br />

Concerto [1996], de Alfred Schnittke<br />

Después de la muerte de Shostakovich, uno<br />

de los compositores rusos más reconocidos es<br />

sin duda el músico de asc<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia alemana<br />

Alfred Schnittke (1934-1998) de qui<strong>en</strong> recomi<strong>en</strong>do<br />

dos grabaciones que conti<strong>en</strong><strong>en</strong> obras<br />

originales así como adaptaciones de otros autores.<br />

En el álbum Alfred Schnittke: Complete<br />

works for violin & piano, bajo el sello Stradivarius,<br />

destacan, además de las espléndidas interpretaciones<br />

de Francesco D’Orazio <strong>en</strong> el<br />

violín y Giampaolo Nuti al piano, tres sonatas<br />

escritas para violín y pianoforte de 1963, 1968<br />

y 1994, respectivam<strong>en</strong>te, así como una suite al<br />

estilo antiguo, de 1972, y una adaptación de la<br />

célebre melodía tradicional “Noche de paz”,<br />

del compositor austriaco Franz Xaver Gruber.<br />

La otra grabación, del sello Chandos, consta<br />

de un Réquiem y un Concierto para piano<br />

interpretados por la Capella Sinfónica y la<br />

Orquesta Sinfónica del Estado Ruso, con Igor<br />

Khudolei al piano bajo la dirección de Valeri<br />

Polyansky. En estas obras de Alfred Schnittke<br />

es posible disfrutar de su inspiración y la manera<br />

<strong>en</strong> que se nutre de grandes autores rusos<br />

como Shostakovich y Stravinsky, o bi<strong>en</strong> de los<br />

germanos Mahler y Berg.<br />

ALEJANDRO GONZÁLEZ DEL PLIEGO. Responsable<br />

de programación musical y de la Fonoteca de Radio<br />

Educación.<br />

Nora Huerta recomi<strong>en</strong>da: Mucho corazón,<br />

de Martirio [2001] y Elotitos tiernos, de<br />

Liliana Felipe [1992]<br />

Mucho corazón conti<strong>en</strong>e, como diría mi abuelita,<br />

“las canciones del ayer”, reinterpretadas<br />

por Martirio, un personaje de gafas oscuras y<br />

peineta <strong>en</strong> la cabeza, una cantaora que más<br />

bi<strong>en</strong> ti<strong>en</strong>e rasgos de rockera. Este disco fusiona<br />

de manera afortunada el jazz, el bolero, el<br />

flam<strong>en</strong>co y el tango, logrando un álbum con<br />

muchos mom<strong>en</strong>tos desgarradores que invitan<br />

a reflexionar sobre el desamor y el infortunio<br />

de los <strong>en</strong>amorados; se recomi<strong>en</strong>da escuchar<br />

con vino y bu<strong>en</strong>a compañía.<br />

De Ediciones el Hábito, Elotitos tiernos es un<br />

extraordinario disco <strong>en</strong> el que Liliana Felipe<br />

está acompañada por la Sonora Reclusur. Este<br />

álbum hace un recorrido por distintos géneros<br />

musicales: la marcha, el mer<strong>en</strong>gue, la cumbia,<br />

y <strong>en</strong> cada uno se puede disfrutar ampliam<strong>en</strong>te<br />

de las letras de la cantautora, qui<strong>en</strong> sin pudores<br />

nos <strong>en</strong>trega las canciones más <strong>en</strong>trañables, delirantes<br />

y divertidas. Es un disco para disfrutar<br />

de la ironía y profundidad de cada canción<br />

y para saborear musicalm<strong>en</strong>te el valor de las<br />

palabras. Todos los discos de esta gran compositora<br />

de orig<strong>en</strong> arg<strong>en</strong>tino y orgullosam<strong>en</strong>te<br />

nacionalizada mexicana son recom<strong>en</strong>dables.<br />

NORA HUERTA. Actriz, cantante y dramaturga, ha<br />

colaborado <strong>en</strong> producciones de televisión y <strong>en</strong> el<br />

programa El Weso de W Radio. Forma parte de la<br />

compañía de teatro de cabaret Las Reinas Chulas.<br />

Julio César Cruz Vásquez recomi<strong>en</strong>da Carmina Burana: Officium<br />

lusorum, de Mill<strong>en</strong>arium [2008] y Son de mi tierra, de Son de<br />

Madera [2009]<br />

el <strong>en</strong>samble de música antigua Mill<strong>en</strong>arium, integrado por músicos<br />

de varios países, <strong>en</strong> Carmina Burana: Officium lusorum, <strong>en</strong>trega un facsímil<br />

de los cantos goliardos conocidos bajo el nombre de Carmina<br />

burana, con una interpretación impecable, muy apropiada según la<br />

retórica y tradición del medievo y con réplicas de los instrum<strong>en</strong>tos<br />

originales de la época.<br />

Por otra parte, <strong>en</strong> Son de mi tierra, el escucha podrá apreciar lo<br />

barroco del son jarocho, aunado a la excel<strong>en</strong>te interpretación de los<br />

músicos que conforman Son de Madera, qui<strong>en</strong>es cu<strong>en</strong>tan con un<br />

legado muy importante d<strong>en</strong>tro de la canción tradicional de Veracruz,<br />

desde Mono blanco hasta Chuchumbé y Los Vega. Asimismo,<br />

destaca la conjunción de instrum<strong>en</strong>tos tradicionales con otros de<br />

difer<strong>en</strong>tes épocas y estilos.<br />

JULIO CÉSAR CRUZ VÁZQUEZ. Guitarrista, promotor cultural e integrante del<br />

grupo de música antigua Conc<strong>en</strong>tus y del <strong>en</strong>samble Voces Humanas.<br />

IBERO 53


LA VOZ DEL LIBRO/el eco de la lectura<br />

Qué leer<br />

y por Qué<br />

Marco Antonio Campos /<br />

José Luis Ortiz<br />

El liderazgo al estilo<br />

de los jesuitas<br />

José Luis Ortiz recomi<strong>en</strong>da El liderazgo al<br />

estilo de los jesuitas, de Chris Lowney [Editorial<br />

Norma, Bogotá, 2008]<br />

exist<strong>en</strong> incontables ejemplos de personas que<br />

han logrado construir grandes empresas, pero<br />

poco se ha profundizado <strong>en</strong> el proceso de<br />

formación de un líder. Necesitamos más líderes<br />

de principios y altam<strong>en</strong>te efectivos <strong>en</strong> las<br />

empresas, con liderazgo personal más confiable<br />

<strong>en</strong> el hogar y <strong>en</strong> el trabajo y más liderazgo<br />

visionario e inspirado por parte de qui<strong>en</strong>es<br />

nos <strong>en</strong>tr<strong>en</strong>an, <strong>en</strong>señan, asesoran y aconsejan;<br />

ya que las funciones fundam<strong>en</strong>tales de un líder<br />

son inspirar, alinear y formar líderes.<br />

un aporte interesante para ll<strong>en</strong>ar este vacío<br />

consiste <strong>en</strong> conocer la historia y el desarrollo<br />

de una de las empresas más grandes y antiguas<br />

del mundo: la ord<strong>en</strong> de la Compañía de Jesús.<br />

<strong>en</strong> su libro El liderazgo al estilo de los jesuitas,<br />

publicado <strong>en</strong> español por editorial Norma,<br />

Chris lowney, ex sacerdote jesuita y experim<strong>en</strong>tado<br />

ejecutivo del banco de inversiones J.<br />

esta sección de IBERO acude a los lectores expertos, a los<br />

apasionados <strong>en</strong> la lectura, y son ellos los que recomi<strong>en</strong>dan los<br />

sigui<strong>en</strong>tes libros que podrían <strong>en</strong>tregar a otros lectores experi<strong>en</strong>cias<br />

imborrables y transformadoras. Agradecemos a Marco Antonio<br />

Campos y José luis ortiz la disposición a responder nuestra<br />

<strong>en</strong>cuesta y compartir así su interés con nuestros lectores.<br />

p. Morgan, nos revela, <strong>en</strong> un relato<br />

ll<strong>en</strong>o de ejemplos, los principios<br />

que han guiado a los líderes<br />

jesuitas <strong>en</strong> sus diversas actividades<br />

durante más de 450 años.<br />

Cuando San Ignacio de loyola<br />

fundó la Compañía de<br />

Jesús <strong>en</strong> el siglo XVI, se fijó<br />

ciertos objetivos <strong>en</strong> materia de<br />

captación y desarrollo de los<br />

líderes de la organización. <strong>en</strong><br />

poco más de una g<strong>en</strong>eración,<br />

esta compañía religiosa iniciada<br />

por diez jesuitas sin capital ni plan de negocios,<br />

pero con el conocimi<strong>en</strong>to profundo sobre<br />

la clase de g<strong>en</strong>te que pret<strong>en</strong>dían reclutar<br />

y formar <strong>en</strong> la organización y las dotes que<br />

debían poseer sus líderes, llegó a ser una de<br />

las más influy<strong>en</strong>tes del mundo: como confid<strong>en</strong>tes<br />

de monarcas europeos, del emperador<br />

Ming de la China, del Shogun Japonés,<br />

del emperador mogol de la India, etcétera.<br />

Sus ideas todavía gozan de gran actualidad<br />

para los ejecutivos del siglo XXI.<br />

<strong>en</strong> las organizaciones actuales<br />

exist<strong>en</strong> jóv<strong>en</strong>es prometedores<br />

que parec<strong>en</strong> t<strong>en</strong>erlo todo para<br />

llegar a la cúspide. Sin embargo<br />

hoy sabemos que la intelig<strong>en</strong>cia,<br />

la formación y la ambición<br />

no son sufici<strong>en</strong>tes, por lo que<br />

muchos de ellos terminan estancados.<br />

estos fracasos pued<strong>en</strong><br />

atribuirse, <strong>en</strong> muchos casos, a la<br />

falta de compr<strong>en</strong>sión de las fortalezas<br />

y debilidades propias <strong>en</strong><br />

un contexto cambiante. Así, <strong>en</strong><br />

medio de las actividades diarias y urg<strong>en</strong>tes, son<br />

pocos los que quier<strong>en</strong> det<strong>en</strong>erse a reflexionar<br />

sobre el rumbo que está adoptando su carrera<br />

y su vida. los jesuitas parec<strong>en</strong> haberlo compr<strong>en</strong>dido<br />

hace varios siglos al haber desarrollado<br />

cuatro principios fundam<strong>en</strong>tales: autoconci<strong>en</strong>cia,<br />

adaptabilidad, heroísmo y amor.<br />

José Luis Ortiz. Director de la carrera de Ing<strong>en</strong>iería<br />

Mecánica del Instituto Tecnológico y<br />

de estudios Superiores de Monterrey (ITeSM),<br />

Campus Querétaro.<br />

Una jornada <strong>en</strong> el otro tiempo<br />

Marco Antonio Campos recomi<strong>en</strong>da Una jornada <strong>en</strong> el otro tiempo, de Luis Tovar [Ediciones sin Nombre, México, 2009]<br />

Cu<strong>en</strong>tista, crítico de cine, autor de un diccionario del mar, luis Tovar<br />

nos <strong>en</strong>trega ahora este libro que se colocaría <strong>en</strong>tre los raros de nuestra<br />

literatura (Una jornada <strong>en</strong> el otro tiempo), publicado por ediciones<br />

sin Nombre <strong>en</strong> 2009. Aquí Tovar se muestra un espíritu presto y<br />

<strong>en</strong> alerta que se interroga e interroga todo aquello que lo rodea.<br />

por una parte, con lucidez<br />

filosa, exhibe al hombre angustiado<br />

<strong>en</strong> su ser, la insignificancia<br />

que si<strong>en</strong>te que es —que<br />

somos— <strong>en</strong> el mundo, y el otro<br />

yo <strong>en</strong> él <strong>en</strong> el cual se descubre<br />

aterrado, y por la otra parte, se<br />

mira como un hombre lúdico,<br />

54 IBero<br />

que se deleita con las cosas simples diarias, con los cafés y el cine<br />

(del cual conoce tanto), con ciudades como México y Bogotá,<br />

con la ser<strong>en</strong>idad de las tardes, y goza la desnudez de la mujer “<strong>en</strong><br />

lo pequeño de su edad”.<br />

A m<strong>en</strong>udo se deti<strong>en</strong>e <strong>en</strong> lo nimio y lo inane, y los vuelve bella<br />

literatura. Virtuoso “hagiógrafo de naderías”, luis Tovar se escribe,<br />

o mejor, se deja escribir por las palabras que se colocan <strong>en</strong> el<br />

sitio exacto porque el azar “es el único que nunca se equivoca”.<br />

Una jornada <strong>en</strong> el otro tiempo: un libro para p<strong>en</strong>sar y p<strong>en</strong>sarse.<br />

Marco Antonio Campos. poeta, narrador, <strong>en</strong>sayista, traductor y editor<br />

Director de la colección poemas y <strong>en</strong>sayos de la uNAM. <strong>en</strong>tre sus más reci<strong>en</strong>tes<br />

libros está Viernes <strong>en</strong> Jerusalén (Visor, Madrid, 2005), V premio Casa<br />

de América de poesía Americana.


adóndE<br />

IR y<br />

pOR qué<br />

Beatriz Palacios<br />

ARTES VISUALES<br />

Paseo <strong>en</strong> mapa. Explorando las<br />

claves de América Latina<br />

a partir de un concepto museográfico lúdico<br />

<strong>en</strong> el que conviv<strong>en</strong> la ci<strong>en</strong>cia, la historia<br />

y el arte con los recursos multimedia y sistemas<br />

interactivos, esta exposición ofrece al<br />

público un viaje por la historia de américa<br />

Latina y sus indep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cias, a través de la<br />

cartografía. En la muestra, que está dividida<br />

<strong>en</strong> ocho salas temáticas, se podrán apreciar<br />

valiosos docum<strong>en</strong>tos que por primera vez se<br />

pres<strong>en</strong>tan al público, <strong>en</strong>tre ellos los originales<br />

del Tratado de Guadalupe Hidalgo con<br />

el que concluye la interv<strong>en</strong>ción de Estados<br />

unidos 1846-1848, además del mapa del<br />

cartógrafo John disturnel, que redefinió los<br />

límites de México y Estados unidos después<br />

MÚSICA<br />

Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México: Temporada primavera 2010<br />

del conflicto, y una serie de mapas espectaculares<br />

de gran valor histórico prov<strong>en</strong>i<strong>en</strong>tes<br />

de la Fundación Giménez Llor<strong>en</strong>te, de la<br />

universidad politécnica de Val<strong>en</strong>cia, España.<br />

Antiguo Colegio de San Ildefonso, hasta el 25<br />

de julio<br />

DANZA<br />

Ballet Folklórico de México de<br />

Amalia Hernández<br />

Creado hace más de cuatro décadas, el Ballet<br />

Folklórico de México ha repres<strong>en</strong>tado<br />

a nuestro país <strong>en</strong> los más importantes foros<br />

obt<strong>en</strong>i<strong>en</strong>do innumerables reconocimi<strong>en</strong>tos<br />

por su calidad artística. Cu<strong>en</strong>ta con un amplio<br />

repertorio, a través del cual ha sabido<br />

acercar a los grandes públicos, tanto mexicano<br />

como de otros países, a las manifestaciones<br />

estéticas <strong>en</strong>raizadas <strong>en</strong> nuestro folklor,<br />

MULTIDISCIPLINARIO<br />

Amé… nosotros<br />

Entre los pueblos gitano y mexicano exist<strong>en</strong> muchas raíces culturales comunes, las cuales<br />

son mostradas a través de este peculiar espectáculo multimedia donde la danza, la música, el<br />

canto y el teatro se fusionan para ofrecer al público una visión especial sobre el re<strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tro<br />

de estas culturas. Interpretada por el <strong>en</strong>samble Egiptanos, que desde hace más de un lustro se<br />

ha abocado a vincular las culturas gitana y mexicana, esta<br />

puesta <strong>en</strong> esc<strong>en</strong>a invita a reflexionar sobre la manera <strong>en</strong><br />

que varias g<strong>en</strong>eraciones de mexicanos han sido moldeados<br />

por el cine de la época de oro, así como a p<strong>en</strong>sar <strong>en</strong><br />

el valor que tuvo el séptimo arte <strong>en</strong> la tradición gitana, ya<br />

que muchos de sus miembros recurrieron al cinematógrafo<br />

para llevar diversión a los pueblos más lejanos.<br />

Teatro Helénico, hasta el 13 de julio<br />

ITINERARIO DEL OCIO<br />

La Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México, con más de 30 años<br />

de actividades ininterrumpidas, está considerada como una de las más<br />

relevantes de América Latina, y se ha pres<strong>en</strong>tado <strong>en</strong> las principales<br />

salas de México y <strong>en</strong> foros de Estados Unidos, Europa, Sudamérica y<br />

el lejano Ori<strong>en</strong>te. Entre otros reconocimi<strong>en</strong>tos, la Unión Mexicana de<br />

Críticos de Teatro y Música la nombró “La Mejor Orquesta de México<br />

de 2000” y <strong>en</strong> 2004 fue premiada con la Luna del Auditorio Nacional.<br />

En esta temporada de primavera la Filarmónica interpretará obras<br />

de Antonin Dvorak, Dmitri Shostakovich e Igor Stravinski, <strong>en</strong>tre otros<br />

compositores, bajo la batuta del director huésped Alun Francis.<br />

Sala Silvestre Revueltas del C<strong>en</strong>tro Cultural Ollin Yoliztli, hasta el 27 de junio<br />

difundi<strong>en</strong>do alrededor del mundo la música<br />

y la danza emanadas de las difer<strong>en</strong>tes regiones<br />

de México.<br />

Museo Nacional de Antropología, hasta el 27<br />

de junio<br />

Ballet Giselle<br />

La Compañía nacional<br />

de danza pres<strong>en</strong>ta <strong>en</strong><br />

esta ocasión el ballet Giselle,<br />

coreografía de Jean<br />

Coralli y Jules perrot<br />

con música de adolphe<br />

adam. Esta es una pieza<br />

fundam<strong>en</strong>tal de la danza<br />

clásica tanto por el tratami<strong>en</strong>to<br />

de los ideales románticos como por<br />

el empleo de la más refinada técnica teatral<br />

del siglo XIX, que forma parte del repertorio<br />

internacional que ofrece al público con<br />

gran éxito la agrupación de ballet clásico<br />

más repres<strong>en</strong>tativa de nuestro país.<br />

Teatro de la Ciudad, 25, 26 y 27 de junio<br />

TEATRO<br />

Eurídice<br />

Esta obra de la dramaturga y poeta Sarah<br />

Ruhl, apuesta por lo contemporáneo y<br />

muestra otro punto de vista del mito griego<br />

de Orfeo y su amada. Bajo la dirección de<br />

Otto Minera y la actuación de ana Serradilla,<br />

<strong>en</strong> lo que pareciera ser un departam<strong>en</strong>to<br />

de lujo al estilo neoyorkino, el público<br />

<strong>en</strong>contrará una Eurídice que cuestiona su<br />

destino, se pregunta sobre su relación con<br />

los hombres e incluso reta a las fuerzas del<br />

inframundo. En el montaje destaca el impecable<br />

trabajo de esc<strong>en</strong>ofonía realizado<br />

por el creador de este concepto <strong>en</strong> nuestro<br />

país y condecorado con la Medalla de Oro<br />

de Bellas artes, Rodolfo Sánchez alvarado,<br />

además de la esc<strong>en</strong>ografía e iluminación de<br />

philippe amand, y la música original de Jacobo<br />

Lieberman.<br />

Teatro Helénico, hasta el 18 de julio<br />

55 IBERO


innovación tecnológica<br />

Televisión inalámbrica<br />

La empresa china Haier lanzó su primer aparato de televisión<br />

HDTV de 32 pulgadas completam<strong>en</strong>te inalámbrico, el cual emplea<br />

la tecnología de electricidad de WiTricity y la tecnología de<br />

AMIMON para la transmisión de video de alta definición de forma<br />

inalámbrica con WHDI (Wíreless Home Digital Interface). Para la<br />

electricidad sin cables requiere de una bobina emisora de radiofrecu<strong>en</strong>cias<br />

<strong>en</strong> la parte posterior del televisor, colocada <strong>en</strong> paralelo<br />

para t<strong>en</strong>er la óptima pot<strong>en</strong>cia.<br />

Impresora sin<br />

computadora<br />

La impresora multifunción Photosmart Premium<br />

de HP además de escanear y hacer<br />

fotocopias tanto a color como <strong>en</strong> blanco<br />

y negro, imprime todo tipo de docum<strong>en</strong>tos<br />

sin requerir de una computadora.<br />

Este aparato cu<strong>en</strong>ta con conectividad<br />

vía Ethernet, WiFi y Bluetooth, lo que permite,<br />

por ejemplo, pasar las fotografías<br />

directam<strong>en</strong>te desde un celular o una PDA<br />

a la impresora para plasmarlas <strong>en</strong> papel.<br />

Asimismo, su pantalla táctil incorpora la<br />

tecnología TouchSmart, gracias a la cual<br />

se pued<strong>en</strong> editar las fotografías sin necesidad<br />

de un programa especial, logrando<br />

desde cambiar los valores de luminosidad<br />

y brillo hasta crear efectos.<br />

›Dispositivos e<br />

instrum<strong>en</strong>tos que<br />

facilitan la vida<br />

Automóvil eléctrico<br />

La empresa Zil<strong>en</strong>t comercializa <strong>en</strong> México una línea de automóviles eléctricos con<br />

tecnología canadi<strong>en</strong>se, los cuales son una bu<strong>en</strong>a opción para transportarse <strong>en</strong> la ciudad<br />

y contribuir a reducir las emisiones contaminantes. Estos vehículos no g<strong>en</strong>eran ruido,<br />

pues su motor es 100% eléctrico, y funcionan a través de un sistema de almac<strong>en</strong>ami<strong>en</strong>to<br />

de <strong>en</strong>ergía con seis baterías de ocho voltios, que se conecta a cualquier toma<br />

de corri<strong>en</strong>te, lo que se refleja <strong>en</strong> un ahorro económico considerable. Las baterías, que<br />

son reciclables, ti<strong>en</strong><strong>en</strong> una capacidad para recorrer 150 kilómetros, sufici<strong>en</strong>tes para<br />

la ciudad de México, <strong>en</strong> donde el trayecto promedio diario es de 40 kilómetros. Los<br />

automóviles Zil<strong>en</strong>t alcanzan una velocidad de hasta 90 kilómetros por hora.<br />

56 IBERO<br />

Reloj táctil para buceo<br />

El reloj Sea Touch de la firma Tissot<br />

está especialm<strong>en</strong>te diseñado para los<br />

amantes del buceo. Soporta presiones<br />

de hasta 20 atmósferas, ti<strong>en</strong>e un<br />

cierre especial para el traje de buzo,<br />

y es hermético hasta 200 metros<br />

de profundidad. Asimismo, detecta<br />

el aum<strong>en</strong>to de la presión y a partir<br />

de 1.4 metros el minutero indica la<br />

profundidad. Su cristal de zafiro no se<br />

raya, ti<strong>en</strong>e un tratami<strong>en</strong>to antirreflejos<br />

y es táctil. La función Logbook registra<br />

el desarrollo de todas las inmersiones<br />

realizadas y puede almac<strong>en</strong>ar hasta<br />

60 inmersiones por hora, clasificándolas<br />

tanto por fecha como por la profundidad<br />

alcanzada.

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