Descárgala en PDF - Universidad Iberoamericana
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8<br />
Año II Número 8 Junio-julio de 2010<br />
REVISTA DE LA UNIVERSIDAD IBEROAMERICANA ›CULTURA JUVENIL Y CONTRACULTURA AñO II JUNIO-JULIO DE 2010<br />
REVISTA DE LA UNIVERSIDAD IBEROAMERICANA<br />
Cu<strong>en</strong>tos inéditos:<br />
José Agustín y<br />
Bárbara Jacobs<br />
El futbol como<br />
religión: Javier<br />
Prado Galán, S. J.<br />
Un poema<br />
inédito:<br />
Juan Gelman,<br />
<strong>en</strong> sus 80 años<br />
›CULTURA JUVENIL<br />
Y CONTRACULTURA<br />
Juan Federico Arriola<br />
José del Bosque Joch<br />
Mónica Mayer<br />
Ignacio Padilla<br />
Ilán Semo<br />
Maritza Urteaga<br />
Castro Pozo
Índice<br />
3 Carta del Rector, Dr. José Morales Orozco, S. J.<br />
4 CULTURA JUVENIL Y CONTRACULTURA/exam<strong>en</strong>. Tribus urbanas,<br />
cultura(s) juv<strong>en</strong>il(es) y futuro de los jóv<strong>en</strong>es <strong>en</strong> México, Maritza Urteaga Castro Pozo<br />
8 CULTURA JUVENIL Y CONTRACULTURA/exam<strong>en</strong>. Contracultura<br />
como f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o de contestación social: El problema de la g<strong>en</strong>eración Nini,<br />
Juan Federico Arriola<br />
10 CULTURA JUVENIL Y CONTRACULTURA/exam<strong>en</strong>. El fuego, la<br />
hierba y la rosa negra [Notas para una semántica de la “contracultura”], Ilán Semo<br />
14 CULTURA JUVENIL Y CONTRACULTURA/exam<strong>en</strong>. De la Onda al<br />
Crack y el futuro de la literatura mexicana, Ignacio Padilla<br />
18 CULTURA JUVENIL Y CONTRACULTURA/exam<strong>en</strong>. De Marcuse<br />
y la Onda a La rosa de Guadalupe: Una radiografía de la contracultura, hoy,<br />
José del Bosque Joch<br />
22 CULTURA JUVENIL Y CONTRACULTURA/mirador. Arte y rebeldía,<br />
Mónica Mayer<br />
28 TRIVIUM/cu<strong>en</strong>to. Segunda luna de miel <strong>en</strong> Acapulco, José Agustín<br />
32 TRIVIUM/cu<strong>en</strong>to. La autora y su crítica, Bárbara Jacobs<br />
34 TRIVIUM/<strong>en</strong>sayo. El futbol como religión y lo que hacemos con nuestra<br />
soledad, Javier Prado Galán, S. J.<br />
38 DIVULGACIÓN CIENTÍFICA. La eutanasia ante el mundo<br />
contemporáneo, Alejandro Tejeda Carpio<br />
42 LA LLAMA INEXTINGUIBLE. Juan Gelman <strong>en</strong> sus 80 años: Escribir para<br />
vivir, Juan Domingo Argüelles<br />
43 LA LLAMA INEXTINGUIBLE. Problemas, Juan Gelman<br />
44 EL VIAJERO ILUSTRADO. Rulfo, un nombre <strong>en</strong> la piedra, Víctor Jiménez<br />
47 GENTE QUE CAMBIA AL MUNDO. Los alumnos de la Ibero ante la Copa<br />
Mundial de Futbol. España y Alemania, los favoritos, Francisco Deveaux Téllez Girón<br />
48 ACTUALIDAD IBERO. Entrevista con el Premio Nobel de Economía 2007. Lo<br />
fundam<strong>en</strong>tal es educar para mejorar: Eric Maskin, Ana Langner<br />
50 ACTUALIDAD IBERO. Redes de educación superior jesuita para el mundo<br />
globalizado. Delineando el futuro para un mundo humano, justo y sost<strong>en</strong>ible<br />
51 ACTUALIDAD IBERO. Michelle Obama visitó la <strong>Universidad</strong> <strong>Iberoamericana</strong>.<br />
La primera dama de Estados Unidos se reunió con estudiantes universitarios y de<br />
preparatoria<br />
52 MÚSICA PARA CAMALEONES/Qué escuchar y por qué, Beatriz Palacios<br />
54 LA VOZ DEL LIBRO/el eco de la lectura. Qué leer y por qué, Marco Antonio<br />
Campos / José Luis Ortiz<br />
55 ITINERARIO DEL OCIO. Adónde ir y por qué<br />
56 INNOVACIÓN TECNOLÓGICA. Dispositivos e instrum<strong>en</strong>tos que facilitan<br />
la vida<br />
DIRECTORIO<br />
UNIVERSIDAD IBEROAMERICANA<br />
CIUDAD DE MÉXICO<br />
Dr. José Morales Orozco, S. J. Rector<br />
Dr. Javier Prado Galán, S. J. Vicerrector<br />
Académico<br />
IBERO, REVISTA DE LA UNIVERSIDAD<br />
IBEROAMERICANA<br />
Consejo editorial Pedro Cabrero Nassar, Víctor<br />
Gavito, Miguel Ángel Granados Chapa,<br />
Vic<strong>en</strong>te Leñero, José Morales Orozco, S. J.,<br />
María Nieves Noriega de Autrey,<br />
Gonzalo Olivares Velázquez, Eug<strong>en</strong>io Páramo<br />
Ortega, S. J., Javier Prado Galán, S. J.<br />
Comité de asesores Carlos Alvarado Santoyo,<br />
José Carreño Carlón, Carlos Lugo Galera,<br />
Ignacio Padilla, Carlota Peón, Gilberto Prado<br />
Galán, Alberto Ruiz Treviño, Ilán Semo,<br />
Hel<strong>en</strong>a Varela, Gabriela Wark<strong>en</strong>tin<br />
Director Carlos Deveaux Homs<br />
Director editorial Juan Domingo Argüelles<br />
Asist<strong>en</strong>te de edición Beatriz Palacios<br />
Administración Áurea Maristany<br />
Información Angélica Cortés, Francelia Vargas<br />
Redacción Pedro R<strong>en</strong>dón<br />
revistaibero@uia.mx<br />
(55) 5950-4197<br />
GRUPO MEXICANO DE MEDIOS, S. A. DE C. V.<br />
Socios directores Elías González Rogel,<br />
Ricardo Rubio Martínez<br />
Editora Gráfica Albelia Gamboa y Vázquez<br />
V<strong>en</strong>tas Silvia Carranza Nieto y Jorge Torres<br />
Velázquez<br />
At<strong>en</strong>ción a cli<strong>en</strong>tes Lupita Espínola Medina<br />
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v<strong>en</strong>tas@gmmedios.com.mx<br />
, Revista de la <strong>Universidad</strong> <strong>Iberoamericana</strong> es una publicación bimestral de la <strong>Universidad</strong> <strong>Iberoamericana</strong> Ciudad de México y de Grupo Mexicano de Medios, S. A.<br />
de C. V., bajo la responsabilidad de la Dirección de Comunicación Institucional de la UIA. Editor responsable: Carlos Deveaux Homs, carlos.deveaux@uia.mx. Número de<br />
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Compañía Impresora El Universal, S.A. de C.V. All<strong>en</strong>de No. 176, Col. Guerrero, México 06300, D.F. Teléfono 5117-0190. Distribución: Prestadora de Servicios Cipro, S. A.<br />
de C.V. Fresas 9 Col. del Valle. Deleg. B<strong>en</strong>ito Juárez. C. P. 03100 México, D.F. La responsabilidad de los artículos publicados refleja, de manera exclusiva, la opinión de<br />
sus autores y no necesariam<strong>en</strong>te el criterio de la institución. No se devuelv<strong>en</strong> originales no solicitados ni se <strong>en</strong>tablará correspond<strong>en</strong>cia al respecto. Prohibida la reproducción<br />
parcial o total, por cualquier medio o procedimi<strong>en</strong>to, del cont<strong>en</strong>ido de la revista, sin autorización previa y expresa, por escrito, de la <strong>Universidad</strong> <strong>Iberoamericana</strong>. Año II,<br />
número 8, junio-julio de 2010. Fotografía de portada: Corbis. ISSN <strong>en</strong> trámite.
Reci<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te, la Ibero fue sede de una importante<br />
reunión de rectores de las universidades confiadas<br />
a la Compañía de Jesús <strong>en</strong> el mundo. Ante los<br />
dosci<strong>en</strong>tos participantes de más de un c<strong>en</strong>t<strong>en</strong>ar<br />
de instituciones repartidas <strong>en</strong> 33 países, el P. Adolfo Nicolás,<br />
S. J., G<strong>en</strong>eral de los jesuitas, destacó el alcance que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> la<br />
creci<strong>en</strong>te interdep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia mundial y el avance tecnológico <strong>en</strong><br />
la configuración de los l<strong>en</strong>guajes culturales de nuestra época.<br />
Consci<strong>en</strong>te de los difer<strong>en</strong>tes significados y formas <strong>en</strong> que estos<br />
f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>os son percibidos, el P. Nicolás, S. J. invitaba a id<strong>en</strong>tificar<br />
las transformaciones que se están gestando <strong>en</strong> el mundo interior<br />
de las personas y <strong>en</strong> la conviv<strong>en</strong>cia global. Hay preguntas nuevas,<br />
por ejemplo, <strong>en</strong> torno a la disparidad que existe <strong>en</strong>tre el <strong>en</strong>orme<br />
caudal de información que se puede obt<strong>en</strong>er a través de los<br />
medios electrónicos y el poco tiempo del que se dispone para<br />
su discernimi<strong>en</strong>to. La velocidad y el poco esfuerzo para obt<strong>en</strong>er<br />
esta información levantan también sus propias preguntas sobre la<br />
superficialidad del conocimi<strong>en</strong>to. Algo semejante sucede con las<br />
formidables posibilidades de comunicación que ofrec<strong>en</strong> hoy los<br />
medios electrónicos, pero que, <strong>en</strong> muchas ocasiones, contrastan<br />
con la hondura y la calidez de las relaciones cara a cara, y atizan<br />
la “globalización de la superficialidad”.<br />
Las preguntas nuevas reclaman nuevas respuestas. El número<br />
8 de IBERO constituye una mirada a las formas <strong>en</strong> las que las<br />
culturas se modifican y nos modifican <strong>en</strong> medio de esta dinámica<br />
global que, por otro lado, parece escapar al control de nuestras<br />
carta del rector<br />
g<strong>en</strong>eraciones. Es una llamada a cobrar consci<strong>en</strong>cia de esos mundos<br />
interiores que se están fraguando <strong>en</strong> el esc<strong>en</strong>ario inédito al que<br />
asistimos, y que nos exige pasión para tomarlo <strong>en</strong> las manos e<br />
imaginación para recrearlo. A difer<strong>en</strong>cia de la fantasía, que evade la<br />
realidad, la imaginación parte de ésta para transformarla. Hoy se<br />
requiere de grandes ejercicios de creatividad para constituir una<br />
fuerza cultural que promueva la verdad, la virtud, el desarrollo y<br />
la paz <strong>en</strong> nuestras sociedades.<br />
La verdad nos hará Libres<br />
Dr. José Morales Orozco, S. J.<br />
Rector<br />
IBERO 3
CULTURA JUVENIL Y CONTRACULTURA /exam<strong>en</strong><br />
4 IBERO<br />
Maritza Urteaga<br />
Castro Pozo<br />
Doctora <strong>en</strong> Ci<strong>en</strong>cias Antropológicas por<br />
la <strong>Universidad</strong> Autónoma Metropolitana.<br />
Profesora Investigadora Titular de Tiempo<br />
Completo <strong>en</strong> el Posgrado <strong>en</strong> Antropología<br />
Social <strong>en</strong> la Escuela Nacional de<br />
Antropología e Historia.<br />
Coordinadora Académica del<br />
Diplomado <strong>en</strong> Culturas Juv<strong>en</strong>iles <strong>en</strong> la<br />
UAM Iztapalapa. Coautora del libro<br />
Historias de los jóv<strong>en</strong>es <strong>en</strong> México:<br />
su pres<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> el siglo XX (2004),<br />
y autora de Por los territorios del<br />
rock: Id<strong>en</strong>tidades juv<strong>en</strong>iles y rock<br />
mexicano (1998)<br />
›Tribus urbanas,<br />
cultura(s) juv<strong>en</strong>il(es)<br />
y futuro de los<br />
jóv<strong>en</strong>es <strong>en</strong> México Foto:<br />
Corbis.
Las culturas juv<strong>en</strong>iles —más<br />
conocidas <strong>en</strong> México bajo los<br />
términos bandas, id<strong>en</strong>tidades<br />
juv<strong>en</strong>iles y, el más reci<strong>en</strong>te,<br />
tribus urbanas— han sido uno de los<br />
temas recurr<strong>en</strong>tes <strong>en</strong> la caracterización<br />
social de la juv<strong>en</strong>tud —o más<br />
precisam<strong>en</strong>te, de las juv<strong>en</strong>tudes— de<br />
las últimas décadas. La historia de la<br />
última mitad del siglo XX puede<br />
leerse desde las pres<strong>en</strong>cias juv<strong>en</strong>iles<br />
colectivas, gregarias, cuya emerg<strong>en</strong>cia,<br />
difusión, fisión, masificación y decad<strong>en</strong>cia<br />
ha estado vinculada a procesos<br />
de transnacionalización cultural.<br />
Cultura juv<strong>en</strong>il, culturas, id<strong>en</strong>tidades<br />
y tribus juv<strong>en</strong>iles son términos apar<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te similares<br />
que desde la literatura académica alud<strong>en</strong> a formas difer<strong>en</strong>tes de<br />
estudiar la juv<strong>en</strong>tud e implican difer<strong>en</strong>tes maneras de mirar lo<br />
juv<strong>en</strong>il. Id<strong>en</strong>tifican e int<strong>en</strong>tan compr<strong>en</strong>der realidades y actores<br />
empíricos <strong>en</strong> difer<strong>en</strong>tes mom<strong>en</strong>tos históricos vinculados a lo<br />
juv<strong>en</strong>il —estudiantes, jipis, bandas, id<strong>en</strong>tidades (punks, skatos,<br />
góticos, chalinillos, emos), grupos y movimi<strong>en</strong>tos (ravers, skaceros,<br />
crews), colectivos culturales— que inquietan/aterrorizan a<br />
la sociedad adulta de cada época.<br />
El proceso de constitución del sujeto jov<strong>en</strong> <strong>en</strong> México ti<strong>en</strong>e<br />
algo más de un siglo. En su conformación, juegan un papel importante<br />
las repres<strong>en</strong>taciones juv<strong>en</strong>iles de escuelas teóricas que<br />
int<strong>en</strong>tan explicar esta nueva realidad, las idealizaciones —temores<br />
y esperanzas— que las instituciones posrevolucionarias<br />
proyectaron sobre sus jóv<strong>en</strong>es <strong>en</strong> cada mom<strong>en</strong>to histórico y el<br />
cada vez mayor protagonismo del sujeto jov<strong>en</strong> <strong>en</strong> el diseño de<br />
su experi<strong>en</strong>cia cotidiana y <strong>en</strong> el resultado de su estatus como<br />
Las culturas<br />
juv<strong>en</strong>iles<br />
—más conocidas<br />
<strong>en</strong> México bajo los<br />
términos bandas,<br />
id<strong>en</strong>tidades<br />
juv<strong>en</strong>iles y, el más<br />
reci<strong>en</strong>te, tribus<br />
urbanas— han sido<br />
uno de los temas<br />
recurr<strong>en</strong>tes <strong>en</strong> la<br />
caracterización<br />
social de la<br />
juv<strong>en</strong>tud —o más<br />
precisam<strong>en</strong>te, de<br />
las juv<strong>en</strong>tudes— de<br />
las últimas décadas.<br />
categoría. Revisitar hoy algunos<br />
de estos términos puede servirnos<br />
como guía de un cierto itinerario<br />
<strong>en</strong> la construcción sociocultural de<br />
lo juv<strong>en</strong>il <strong>en</strong> el México moderno<br />
y darnos algunas pistas <strong>en</strong> torno al<br />
futuro de los jóv<strong>en</strong>es desde su investigación.<br />
Grosso modo, durante bu<strong>en</strong>a parte<br />
del siglo XX, una mirada académica<br />
percibió a los jóv<strong>en</strong>es como objetos<br />
de la socialización adulta —vía<br />
instituciones como familia, sistema<br />
escolar, trabajo, servicio militar, iglesia—<br />
<strong>en</strong>fatizando su pasividad <strong>en</strong> la<br />
recepción de estos conocimi<strong>en</strong>tos y<br />
habilidades para garantizar su moldeami<strong>en</strong>to paulatino <strong>en</strong> los<br />
parámetros de la sociedad y su tránsito a la completitud social,<br />
atribuida sólo al estatus adulto; además de trivializar y criminalizar<br />
sus comportami<strong>en</strong>tos <strong>en</strong> el pres<strong>en</strong>te.<br />
Los estudiantes, producto de la masificación de la <strong>en</strong>señanza<br />
media <strong>en</strong> la posguerra de Estados Unidos y países que vivían<br />
profundos procesos de industrialización y urbanización fueron<br />
objeto de su estudio y reflexión. Cultura Juv<strong>en</strong>il, originada <strong>en</strong><br />
el estructural funcionalismo, es una categoría que int<strong>en</strong>ta dar<br />
cu<strong>en</strong>ta de esta realidad, caracterizando a la juv<strong>en</strong>tud como<br />
grupo de edad intermedio que ti<strong>en</strong>e como función facilitar el<br />
tránsito <strong>en</strong>tre las esferas familiar e institucional adulta. Si bi<strong>en</strong><br />
estos investigadores señalan a los estudiantes como creadores<br />
de una cultura a través del consumo <strong>en</strong> su tiempo libre, trivializan<br />
su accionar al interpretarlo como parte fundam<strong>en</strong>tal<br />
<strong>en</strong> la resolución de los problemas de integración social <strong>en</strong><br />
la sociedad moderna. Esta propuesta sería contradicha por la<br />
IBERO 5
CULTURA JUVENIL Y CONTRACULTURA /exam<strong>en</strong><br />
protesta juv<strong>en</strong>il de fines de los 60 incubada precisam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> las<br />
aulas, la emerg<strong>en</strong>cia de estilos juv<strong>en</strong>iles espectaculares como los<br />
teddy boys, roquers, mods, skinheads, punks y otros <strong>en</strong> la Gran Bretaña<br />
del Estado de Bi<strong>en</strong>estar y por las propuestas teóricas para<br />
compr<strong>en</strong>der estos acontecimi<strong>en</strong>tos.<br />
Surg<strong>en</strong> dos herrami<strong>en</strong>tas conceptuales clave, contracultura y<br />
subcultura juv<strong>en</strong>iles, repres<strong>en</strong>tando a la disid<strong>en</strong>cia intelectual<br />
norteamericana y a la Escuela de Birmingham, bases de lo que<br />
será, años después, la segunda mirada sobre lo juv<strong>en</strong>il, aquella<br />
que define a la juv<strong>en</strong>tud como una construcción sociocultural<br />
que cambia de forma y de cont<strong>en</strong>ido a través del tiempo y el<br />
espacio y permite acercarse y priorizar como ángulo de mira<br />
un actor juv<strong>en</strong>il altam<strong>en</strong>te complejo y diverso <strong>en</strong> sus prácticas y<br />
percepciones sobre la vida.<br />
En México, estas propuestas recién<br />
t<strong>en</strong>drán eco <strong>en</strong> la década de<br />
1980 cuando las bandas juv<strong>en</strong>iles se<br />
conviert<strong>en</strong> <strong>en</strong> objetos de indagación<br />
académica. Al calor del debate, que<br />
pregunta por la condición juv<strong>en</strong>il de<br />
éstas y anteriores formas agregativas<br />
juv<strong>en</strong>iles (como los movimi<strong>en</strong>tos juv<strong>en</strong>iles<br />
de los 60), se someterán a crítica<br />
las nociones de Cultura Juv<strong>en</strong>il,<br />
contracultura y subcultura.<br />
Desde <strong>en</strong>tonces, la construcción del<br />
campo de estudios sobre la juv<strong>en</strong>tud<br />
ha pasado por diversos mom<strong>en</strong>tos<br />
teóricos y metodológicos, g<strong>en</strong>eralm<strong>en</strong>te<br />
producidos por la emerg<strong>en</strong>cia<br />
de nuevos actores juv<strong>en</strong>iles y de<br />
novedosas y heterogéneas formas de<br />
expresión colectivas e individuales, las<br />
cuales han int<strong>en</strong>tado ser compr<strong>en</strong>didas<br />
culturalm<strong>en</strong>te usando y/o creando<br />
nociones como banda, id<strong>en</strong>tidades,<br />
culturas y tribus juv<strong>en</strong>iles. Ellas no<br />
sólo pert<strong>en</strong>ec<strong>en</strong> a distintos dominios<br />
conceptuales; también se correspond<strong>en</strong><br />
con los difer<strong>en</strong>tes mom<strong>en</strong>tos de<br />
la investigación social <strong>en</strong> torno a lo<br />
juv<strong>en</strong>il colectivo. El término banda refiere a una forma agregativa<br />
juv<strong>en</strong>il emergida <strong>en</strong> contextos urbano-populares <strong>en</strong>tre fines<br />
de los 70 y los años 80. Es una forma de socialización paralela<br />
o alternativa a otras instituciones con una función integradora<br />
hacia d<strong>en</strong>tro y una impugnadora hacia afuera; y es también un<br />
grupo que crea un pres<strong>en</strong>te perman<strong>en</strong>te y pospone la <strong>en</strong>trada<br />
del sujeto a la vida adulta.<br />
En la década de los 90, id<strong>en</strong>tidades refiere a la puesta <strong>en</strong> esc<strong>en</strong>a<br />
de diversas repres<strong>en</strong>taciones sociales emergidas <strong>en</strong> los espacios<br />
juv<strong>en</strong>iles que reclaman para sí formas de definirse autónomas<br />
6 IBERO<br />
El término banda<br />
refiere a una<br />
forma agregativa<br />
juv<strong>en</strong>il emergida<br />
<strong>en</strong> contextos<br />
urbano-populares<br />
<strong>en</strong>tre fines de<br />
los 70 y los años<br />
80. Es una forma<br />
de socialización<br />
paralela o<br />
alternativa a<br />
otras instituciones<br />
con una función<br />
integradora hacia<br />
d<strong>en</strong>tro y una<br />
impugnadora hacia<br />
afuera.<br />
e impugnan la forma de repres<strong>en</strong>tación social institucional hegemónica<br />
sobre lo jov<strong>en</strong>. Son la base de movimi<strong>en</strong>tos juv<strong>en</strong>iles<br />
cuyas propuestas desbordan lo económico y emplazan sus acciones<br />
prioritariam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> lo sociocultural. Entre fines del siglo<br />
XX e inicios del XXI, tribus urbanas refiere a nuevas formas de<br />
agregación y socialidad al interior y <strong>en</strong>tre los grupos juv<strong>en</strong>iles,<br />
más efímeras, flexibles y sobre todo estéticas, que se estructuran<br />
de manera significativa <strong>en</strong> emociones, afectividades, poni<strong>en</strong>do<br />
<strong>en</strong> juego el s<strong>en</strong>tido de pert<strong>en</strong><strong>en</strong>cia y solidaridad de los mismos<br />
grupos a partir de la pot<strong>en</strong>cia de estar juntos.<br />
La noción culturas juv<strong>en</strong>iles refiere tanto al conjunto de experi<strong>en</strong>cias<br />
sociales expresadas colectivam<strong>en</strong>te por los jóv<strong>en</strong>es mediante<br />
la construcción de estilos distintivos, localizados fundam<strong>en</strong>talm<strong>en</strong>te<br />
<strong>en</strong> tiempos y/o espacios no<br />
institucionales, como a la aparición de<br />
microsociedades juv<strong>en</strong>iles con grados<br />
significativos de autonomía respecto<br />
de las instituciones adultas que se dotan<br />
de tiempos y espacios específicos.<br />
Prácticas y repres<strong>en</strong>taciones juv<strong>en</strong>iles<br />
al ser leídas como metáforas del<br />
cambio social reintroduc<strong>en</strong> múltiples<br />
refer<strong>en</strong>tes (clase, género, g<strong>en</strong>eración,<br />
etnia, local/global, urbano/rural) con<br />
los que los jóv<strong>en</strong>es son construidos y<br />
construy<strong>en</strong> sus mundos.<br />
Con mayor o m<strong>en</strong>or éxito, estas<br />
nociones posibilitan durante las últimas<br />
dos décadas hacer audibles las<br />
voces de segm<strong>en</strong>tos juv<strong>en</strong>iles marginados<br />
de la investigación social, revelar<br />
su heterog<strong>en</strong>eidad cultural, sus<br />
múltiples refer<strong>en</strong>tes y su complejidad,<br />
reintroduci<strong>en</strong>do al jov<strong>en</strong> como<br />
ag<strong>en</strong>te creador <strong>en</strong> el diseño de la<br />
contemporaneidad mexicana.<br />
Hoy el asunto juv<strong>en</strong>il transita hacia<br />
nuevos retos. Los estragos de décadas<br />
de inserción del país <strong>en</strong> procesos de<br />
globalización neoliberal, de quiebre<br />
del modelo de desarrollo capitalista<br />
del siglo XX, de transformaciones <strong>en</strong> las instituciones modernas<br />
(trabajo, escuela) que produjeron a los jóv<strong>en</strong>es y el ingreso del<br />
narco y del crim<strong>en</strong> organizado <strong>en</strong> el tejido social, han producido<br />
mayor desigualdad, desinstitucionalización e ingreso <strong>en</strong> la informalidad<br />
e ilegalidad económica y social <strong>en</strong> la población juv<strong>en</strong>il.<br />
La manera <strong>en</strong> que hagamos inteligible <strong>en</strong> el pres<strong>en</strong>te las tácticas<br />
y estrategias individuales y colectivas que construy<strong>en</strong> los jóv<strong>en</strong>es<br />
para vivir su cotidianeidad desde sus heterogéneos y desiguales<br />
espacios sociales, aplacará algo de su/nuestra incertidumbre por<br />
el futuro.
CULTURA JUVENIL Y CONTRACULTURA /exam<strong>en</strong><br />
como<br />
f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o de<br />
contestación social:<br />
El problema de la g<strong>en</strong>eración Nini<br />
Foto: Corbis. ›Contracultura<br />
8 IBERO<br />
¿No te hace feliz el saber que existes?<br />
Ignacio Arriola Haro, Diálogo de personajes<br />
Juan Federico Arriola<br />
Profesor Investigador del Departam<strong>en</strong>to Académico de Derecho de<br />
la <strong>Universidad</strong> <strong>Iberoamericana</strong> Ciudad de México. Columnista <strong>en</strong> el<br />
periódico El Financiero, de México, y del diario digital El Imparcial, de<br />
España. Premio Nacional de Periodismo José Pagés Llergo, <strong>en</strong> 1997, por<br />
Artículo de Fondo. Autor, <strong>en</strong>tre otros libros, de La filosofía política <strong>en</strong><br />
el p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to de Octavio Paz (2009)<br />
Urge una contracultura sobre todo de<br />
jóv<strong>en</strong>es que sepan protestar, imaginar,<br />
proponer, hacer, luchar, trabajar, educar y<br />
educarse. Mañana puede ser muy tarde.
La contracultura es un término que no aparece frecu<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te<br />
<strong>en</strong> textos de sociología, no obstante que es<br />
completam<strong>en</strong>te sociológico. La contracultura ti<strong>en</strong>e una<br />
carga positiva de afirmación de lo que un grupo quiere<br />
ser y hacer fr<strong>en</strong>te a una cultura dominante autoritaria o<br />
peor aún corrupta. Pero también la contracultura puede derivar<br />
de un movimi<strong>en</strong>to social crítico <strong>en</strong> un grupo criminal.<br />
El sociólogo mexicano Francisco Gomezjara dice que la “contracultura<br />
repres<strong>en</strong>ta pautas y propuestas de comportami<strong>en</strong>to<br />
que se erig<strong>en</strong> como alternativa a los aspectos c<strong>en</strong>trales de la<br />
cultura dominante de la sociedad” (Sociología, Porrúa, México,<br />
2000, p. 437).<br />
Para mí, el movimi<strong>en</strong>to contracultural más exitoso y puro fue el<br />
movimi<strong>en</strong>to hippie <strong>en</strong> Estados Unidos, ya que un número importante<br />
de jóv<strong>en</strong>es de ese país se <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tó a la “cultura beligerante”<br />
financiada por los factores reales de poder que fabrican todo tipo<br />
de armas conv<strong>en</strong>cionales y no conv<strong>en</strong>cionales. Este movimi<strong>en</strong>to<br />
surgió <strong>en</strong> los años ses<strong>en</strong>ta, tuvo un auge importante <strong>en</strong> los set<strong>en</strong>ta<br />
—que coexistió con la guerra estúpida e ilegal <strong>en</strong> contra del pueblo<br />
de Vietnam que duró más de una década— y se apagó <strong>en</strong> los<br />
años och<strong>en</strong>ta víctima de un capitalismo que lo devora todo.<br />
La propuesta del movimi<strong>en</strong>to contracultural hippie fue una<br />
verdadera antítesis hegeliana: acabar con la guerra y lograr la paz<br />
del mundo. Pero terminar con la industria armam<strong>en</strong>tística norteamericana<br />
era una empresa difícil de lograr, una verdadera hazaña.<br />
El pacifismo se convirtió <strong>en</strong> una cultura social importante:<br />
Nixon se escapó de sus guardaespaldas y tuvo un breve <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tro<br />
fr<strong>en</strong>te a la estatua de Lincoln <strong>en</strong> Washington con jóv<strong>en</strong>es<br />
hippies que deseaban que acabara la guerra <strong>en</strong> Vietnam: mejor<br />
hagamos la paz y el amor y no la guerra.<br />
En México, la corrupción ya se hizo una cultura dominante<br />
de autoridades y grupos criminales. La sociedad mexicana está<br />
atrapada y <strong>en</strong> el s<strong>en</strong>o de ella no hay un f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o contracultural<br />
fuerte y eficaz que cimbre las estructuras corruptoras. En nuestro<br />
país la viol<strong>en</strong>cia va <strong>en</strong> espiral. La guerra ha sido declarada<br />
sin cálculo político. Es una aberración jurídica y un desatino<br />
político: <strong>en</strong> vez de invertir más <strong>en</strong> desarrollo para la educación<br />
y la g<strong>en</strong>eración de empleos, el gobierno federal apuesta por la<br />
militarización y el gasto exacerbado <strong>en</strong> seguridad pública. En<br />
vez de cortar la fortaleza económica que ti<strong>en</strong>e la criminalidad<br />
organizada <strong>en</strong> el lavado de dinero, el gobierno federal apuesta<br />
por contestar la viol<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> ciudades y campos mexicanos.<br />
Como no hay una contracultura fuerte que ponga contra la<br />
pared al Estado mexicano y más concretam<strong>en</strong>te a las autoridades<br />
asociadas con los criminales, muchos jóv<strong>en</strong>es mexicanos sin empleo<br />
formal y sin oportunidades de estudios son reclutados por<br />
cárteles del narcotráfico a bajo costo. La mano de obra criminal<br />
también es barata.<br />
Esta g<strong>en</strong>eración es conocida como la g<strong>en</strong>eración Nini, porque<br />
ni estudia ni trabaja. Su no productividad se traduce <strong>en</strong> mayor<br />
viol<strong>en</strong>cia, mayor caos, <strong>en</strong> detrim<strong>en</strong>to del Estado de Derecho, de<br />
la democracia y los derechos humanos.<br />
La g<strong>en</strong>eración Nini está lejos de ser una propuesta contracultural,<br />
al contrario ha sido absorbida <strong>en</strong> la industria de la criminalidad<br />
y el oficio demagógico que supone que a balazos se<br />
resuelve un problema g<strong>en</strong>erado hace más de treinta años.<br />
La trem<strong>en</strong>da desigualdad social no propicia una contracultura<br />
propositiva para terminar con la viol<strong>en</strong>cia, disminuir la criminalidad<br />
organizada y hacer una verdadera reforma educativa sin<br />
ag<strong>en</strong>tes nocivos que impid<strong>en</strong> el desarrollo del país.<br />
Si bi<strong>en</strong> es cierto que miembros promin<strong>en</strong>tes de la alta sociedad<br />
mexicana, a raíz de sufrir verdaderas tragedias familiares de<br />
secuestro, extorsión y homicidio, han propuesto a través de la<br />
formación de <strong>en</strong>tidades particulares cambiar la dinámica viol<strong>en</strong>ta<br />
de México, desafortunadam<strong>en</strong>te no ha sido sufici<strong>en</strong>te. Seguimos<br />
con la conci<strong>en</strong>cia anestesiada.<br />
La contracultura puede ser criminal si cae <strong>en</strong> la desesperación<br />
de derrotar a la poderosa máquina cultural dominante que no<br />
cede espacios.<br />
Vivimos un mom<strong>en</strong>to especialm<strong>en</strong>te crítico: no hemos recuperado<br />
la calle, que la delincu<strong>en</strong>cia organizada nos ha arrebatado,<br />
hay déficit cada año <strong>en</strong> g<strong>en</strong>eración de empleos, hay seis millones<br />
de pobres más <strong>en</strong> este sex<strong>en</strong>io (Felipe Calderón dixit), más cad<strong>en</strong>as<br />
de producción rotas por la emigración de proveedores y<br />
empresarios <strong>en</strong> varias regiones del país.<br />
México necesita una contracultura intelig<strong>en</strong>te, eficaz y vali<strong>en</strong>te<br />
que desafíe a los policías, presid<strong>en</strong>tes municipales y gobernadores<br />
que han pactado con los criminales y que se han v<strong>en</strong>dido<br />
a los peores intereses.<br />
Los periodistas que con valor han señalado la sociedad criminal<br />
<strong>en</strong>tre algunas autoridades y hampones han acabado asesinados<br />
o desaparecidos. Si no hay libertad de expresión no hay<br />
democracia. T<strong>en</strong>emos una democracia emboscada.<br />
Pintar graffitti no es sufici<strong>en</strong>te, necesitamos alzar más las voces:<br />
callar es peor que “hablar mal de México”.<br />
Estoy conv<strong>en</strong>cido de que la corrupción es la cultura dominante.<br />
El derecho no es valorado por g<strong>en</strong>te de diversos sectores, más<br />
aún por los poderosos. Luego <strong>en</strong>tonces, la contracultura debe<br />
ser cívica. Gandhi es un excel<strong>en</strong>te ejemplo. Me gustaría ver un<br />
retrato de ese gran personaje hindú y espero no volver a ver un<br />
retrato de Stalin que figuró <strong>en</strong> el zócalo de la ciudad de México<br />
después de una protesta postelectoral de una izquierda sin imaginación<br />
y sin dignidad. La derecha <strong>en</strong> México quizá está peor.<br />
Urge una contracultura sobre todo de jóv<strong>en</strong>es que sepan protestar,<br />
imaginar, proponer, hacer, luchar, trabajar, educar y educarse.<br />
Mañana puede ser muy tarde.<br />
IBERO 9
CULTURA JUVENIL Y CONTRACULTURA /exam<strong>en</strong><br />
›El fuego,<br />
la hierba y la<br />
rosa negra<br />
Notas para una semántica<br />
de la “contracultura”<br />
Nosotros: el otro<br />
En el principio fue el statem<strong>en</strong>t. Toda cultura se disocia <strong>en</strong> dos<br />
niveles. En la superficie, las teorías, los discursos, la opinión pública,<br />
la diseminación de las imág<strong>en</strong>es, la retórica, los rituales, la<br />
labor de “explicar” por qué es como es, por qué podría ser de<br />
otra manera; la esfera del vuelo. Al mismo tiempo, <strong>en</strong> su subsuelo,<br />
ahí donde la experi<strong>en</strong>cia no es más que experi<strong>en</strong>cia desnuda,<br />
esa apretada red de gestos, axiomas, definiciones, automatismos,<br />
hábitos, juicios que codifican sus órd<strong>en</strong>es invisibles, digamos,<br />
imp<strong>en</strong>etrables. Foucault llamó a ese subsuelo mudo (y decisivo)<br />
el ord<strong>en</strong> de la “mirada codificada”; Deleuze, el plano de la inman<strong>en</strong>cia:<br />
ahí donde una cultura se vuelve ciega ante sí misma.<br />
Sólo hacia el final de su vida, <strong>en</strong> un ciclo de confer<strong>en</strong>cias que<br />
apareció reci<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te bajo el título de La vida de los hombres<br />
anormales, Foucault se pregunta no por las capas y las superficies<br />
de la cultura, sino por su an-geo-grafía: por la forma de la<br />
frontera interna y externa que fija los límites de aquello que<br />
resulta codificable o no desde su “mirada interna”. Es decir, la<br />
distinción <strong>en</strong>tre todo lo que puede pert<strong>en</strong>ecer a ella, y lo que<br />
ya ha dejado de pert<strong>en</strong>ecer; ese espacio, amorfo, móvil y líquido<br />
que media <strong>en</strong>tre la periferia interna y la externa de lo que una<br />
cultura puede tramitar a través de sus códigos. El mismo espacio,<br />
que no es otro más que el espacio de la experi<strong>en</strong>cia, y que está<br />
demarcado no por el exterior de esa periferia, no por el otro<br />
absoluto —digamos, el extranjero—, sino por un otro interno el<br />
10 IBERO<br />
Ilán Semo<br />
Historiador y analista político. Académico del<br />
Departam<strong>en</strong>to de Historia de la <strong>Universidad</strong><br />
<strong>Iberoamericana</strong> Ciudad de México.<br />
Coordinador del libro La memoria dividida<br />
(México, Fractal, 2006)<br />
anormal— que la define, desde su “espejo interior” —una suerte<br />
de ello social— como un extraño, un estado de anomalía del sí<br />
mismo. Un “yo” que habita nuestro propio yo <strong>en</strong> calidad de un<br />
ser extraño, que no deja de ser nosotros mismos. Ahí donde una<br />
cultura se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra ante la am<strong>en</strong>aza de la extrañeza de sí misma,<br />
de la posible pérdida del poder de su normalidad, posibilidad sin<br />
la cual no podría ni siquiera existir. Y fue acaso la movilización<br />
(incluso la personificación) moral, cultural, anímica y política (a<br />
lo largo del siglo XX) de ese “otro <strong>en</strong> nosotros”, que nos mira<br />
bajo la incautación de la promesa de normalidad, que permite<br />
delatar a esa promesa como un fin imposible, ominoso incluso,<br />
la que desde los años ses<strong>en</strong>ta impregna no el concepto sino el<br />
precepto de “contracultura”.<br />
Foto: Corbis.
El término de contracultura lleva <strong>en</strong> sí la huella de<br />
la apología de una diáspora: un “esquina bajan”, el<br />
estado individual de excepción como forma de vida:<br />
la ironía convertida <strong>en</strong> otra forma del espectáculo.<br />
Los axiomas inversos del deseo<br />
El término de contracultura lleva <strong>en</strong> sí la huella de la<br />
apología de una diáspora: un “esquina bajan”, el estado<br />
individual de excepción como forma de vida: la ironía<br />
convertida <strong>en</strong> otra forma del espectáculo. Digamos que es<br />
esa “otra cultura” que convierte a la distancia y a la aporía <strong>en</strong><br />
la condición límite de ese sistema de cont<strong>en</strong>ción, de normas<br />
predecibles de conducta, de imposiciones e imposturas sobre el<br />
cuerpo, el l<strong>en</strong>guaje y las costumbres que llamamos “cultura”.<br />
La contracultura, más que oponerse a este sistema, le infringe<br />
un daño, lo “abolla”, lo desaxiomatiza, lo banaliza. Por esto sólo<br />
puede ser <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dida a partir de una peculiar teoría del deseo, la<br />
del deseo concebido como la pulsión maquínica de un sistema:<br />
la pulsión de confirmar que todo aquello que llamamos<br />
“cultura” no es más que un mapa de axiomas y<br />
códigos que fijan de antemano las posibilidades de no<br />
dar otro s<strong>en</strong>tido al s<strong>en</strong>tido más que el de la rehabilitar y<br />
reparar perman<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te el sistema que sosti<strong>en</strong>e a esa cartografía.<br />
Ese cometido moderno, cuyo mandato es mant<strong>en</strong>er al deseo<br />
perman<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te insatisfecho.<br />
La contracultura parte de un simple pero poderoso gag: el extraño<br />
<strong>en</strong> el sistema no somos nosotros, sino el sistema <strong>en</strong> nosotros.<br />
Un gag que le permite r<strong>en</strong>ovarse interminablem<strong>en</strong>te para fijar el<br />
testimonio de esa extrañeza. Por esto, desde sus oríg<strong>en</strong>es <strong>en</strong> los<br />
años treinta, es decir, con el nacimi<strong>en</strong>to de la sociedad de masas,<br />
de la sociedad de la cinta sin fin (<strong>en</strong> la producción), de la cinta<br />
IBERO 11
CULTURA JUVENIL Y CONTRACULTURA /exam<strong>en</strong><br />
(también sin fin) del consumo que nos consume<br />
para volver a consumir, su (a)signatura reside no<br />
tanto <strong>en</strong> refutar los “valores” que hac<strong>en</strong> posible la<br />
reproducción sin cesar de esa ilusión, desilusión,<br />
sino que reside <strong>en</strong> invertirlos, <strong>en</strong> despoblarlos, <strong>en</strong><br />
esc<strong>en</strong>ificar la posibilidad de deshabitarlos.<br />
En el siglo XX hay tres mom<strong>en</strong>tos discernibles <strong>en</strong><br />
los que aparece como un síntoma y como el c<strong>en</strong>tro<br />
de una esc<strong>en</strong>a, como discurso y como multiplicidad de<br />
variaciones que fijan el límite, y sobre todo, como el sinónimo<br />
de la subversión no del ord<strong>en</strong>, sino de la “vida” tal y como la<br />
define el ord<strong>en</strong>.<br />
La desmovilización del tiempo. ¿Cómo <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der al surrealismo<br />
de los años 20 y 30 si no como un movimi<strong>en</strong>to de ord<strong>en</strong> geológico?<br />
Un movimi<strong>en</strong>to que buscaba trasladar la posibilidad de la<br />
producción del s<strong>en</strong>tido de la esfera del tiempo a la del espacio;<br />
trasladarla de la reedición sin fin del horizonte de expectativas a<br />
hurgar <strong>en</strong> las capas y subcapas de la “realidad”, de la fascinación<br />
por la utopía a la dist<strong>en</strong>sión de las heterotopías, del mundo de la<br />
ficción de lo real a lo real de la ficción del sueño. Son los mismos<br />
años <strong>en</strong> que Heidegger escribe Ser y tiempo, y la contracultura<br />
surrealista describe, pinta y pone <strong>en</strong> esc<strong>en</strong>a esa labor minera de<br />
destrabar <strong>en</strong> las capas de la “realidad” todo lo que hace de lo real<br />
un simple simulacro. Y de alguna manera, la disyunción surrea-<br />
La contracultura de los 90<br />
—darks, oms, siders, por<br />
m<strong>en</strong>cionar sus más evid<strong>en</strong>tes<br />
antípodas— invierte los términos<br />
de sus abuelos de los 60.<br />
lista escribe, sin nunca redactarlo, otro texto intuitivo cuyo título<br />
podría llamarse “ser y espacio”. La relación <strong>en</strong>tre el exist<strong>en</strong>cialismo<br />
de la posguerra, y sus anteced<strong>en</strong>tes surrealistas, no es fortuita.<br />
Ambos se propon<strong>en</strong> lidiar con y contra la sombra de Clío, que es<br />
la gran diosa de la modernidad, pero lo hac<strong>en</strong> desde el lugar de<br />
la vanguardia. Acaso, y por esto, son movimi<strong>en</strong>tos tan sólo protoanticulturales:<br />
se v<strong>en</strong> a sí mismos legislando sobre (o por <strong>en</strong>cima)<br />
de los saberes que quisieran ver propiciando el inc<strong>en</strong>dio.<br />
La domiciliación del cuerpo. La contracultura de los<br />
60 —beatniks, hippies, ops— se despliega, <strong>en</strong> cierta<br />
manera, <strong>en</strong> s<strong>en</strong>tido opuesto. Simplem<strong>en</strong>te sucede<br />
invirti<strong>en</strong>do los mapas del ord<strong>en</strong>. On the road<br />
de Kerouac quiere trazar un mapa con su propia<br />
errancia, no ceñirse a la geografía de los que ya le<br />
esperan. Los primeros síntomas de los hippies, a<br />
12 IBERO<br />
los que se les llama <strong>en</strong> un inicio misfits (fuera de lugar, sin lugar)<br />
proced<strong>en</strong> de manera similar. Su territorio no es, como el de los<br />
exist<strong>en</strong>cialistas, el p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to, sino el performance, la situación<br />
—el situacionismo incluso— la inv<strong>en</strong>ción de otros modos del<br />
ser: el cuerpo convertido <strong>en</strong> un laboratorio del desacuerdo. El<br />
primero de estos desacuerdos es la ruptura de las fantasmagorías<br />
que sosti<strong>en</strong><strong>en</strong> a la homologación de dos sintagmas irreconciliables:<br />
el desdén por la relación <strong>en</strong>tre “el amor” y el “sexo”. Los<br />
hippies <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tan la popularidad de masas que ha conseguido<br />
el “hedonismo” convertido <strong>en</strong> oferta de fin de semana con el<br />
asedio al sistema que habilita esa conjunción. Todo parece tan<br />
s<strong>en</strong>cillo, tan “inoc<strong>en</strong>te”, pero <strong>en</strong> sus capas<br />
ad<strong>en</strong>tro acontece un pequeño y gran ca-<br />
taclismo. Acaso el asedio a lo que Deleuze<br />
llamará “el sistema edípico” Si algui<strong>en</strong><br />
es la víctima de la contracultura de los 60,<br />
no hay duda de que se trata del “sujeto<br />
freudiano”. Una segunda víctima es, acaso,<br />
la espiritualidad de la guerra: lo más<br />
radical ahí donde la guerra es la signatura<br />
de la culpa, la versión estadounid<strong>en</strong>se de<br />
la guerra, es oponerle <strong>en</strong> calidad de ironía<br />
la inversión del sintagma de la espiritualidad<br />
de Occid<strong>en</strong>te. Para el imperio el pacifismo no es una consigna,<br />
es algo mucho más indescifrable, es la indigestión.<br />
La inversión de la forma. La contracultura de los 90 —darks,<br />
oms, siders, por m<strong>en</strong>cionar sus más evid<strong>en</strong>tes antípodas— invierte<br />
los términos de sus abuelos de los 60: son la lluvia de<br />
las incrustaciones, la sombra pres<strong>en</strong>cia de una periferia que periferiza<br />
a la periferia, que abate su carácter transitorio. Son el<br />
síntoma no de un estado de excepción, sino de un régim<strong>en</strong> de<br />
oclusión, una garantía perman<strong>en</strong>te de que la periferia es<br />
un modus operandi. Un modus que deshabilita, como<br />
flores negras <strong>en</strong> el asfalto, como un negro sobre negro,<br />
un duelo sobre el duelo, la maquínica t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia<br />
a suprimir (y reprimir) la multiplicidad <strong>en</strong> el Uno,<br />
la diversidad <strong>en</strong> el cons<strong>en</strong>so. Son el grato e histriónico<br />
testimonio de algo que resiste.
CULTURA JUVENIL Y CONTRACULTURA / exam<strong>en</strong><br />
›De la Onda<br />
al Crack y<br />
el futuro de<br />
la literatura<br />
mexicana<br />
Los argum<strong>en</strong>tos con que hoy explicamos<br />
la reci<strong>en</strong>te epidemia internacional<br />
de grupos literarios de ruptura y<br />
r<strong>en</strong>ovación hacia finales del siglo<br />
XX son irónicam<strong>en</strong>te los mismos<br />
que otrora se esgrimieron para desahuciar<br />
a la g<strong>en</strong>eración <strong>en</strong> la que surg<strong>en</strong>. Definidos<br />
inicialm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> términos de incógnita (<strong>en</strong> el<br />
mejor de los casos) o de franca desesperanza (<strong>en</strong> la<br />
mayoría), qui<strong>en</strong>es nacimos <strong>en</strong> la borrascosa década de<br />
los ses<strong>en</strong>ta parecíamos irremisiblem<strong>en</strong>te destinados a la inacción,<br />
la frivolidad mediática, el facilismo cultural, el individualismo<br />
a ultranza, la indifer<strong>en</strong>cia ideológica y, <strong>en</strong> fin, la asunción de que <strong>en</strong><br />
la heterog<strong>en</strong>eidad se vale todo y, por lo tanto, nada vale.<br />
No es m<strong>en</strong>or dicho estigma de la desesperanza <strong>en</strong> América Latina.<br />
Antes se diría que la indifer<strong>en</strong>cia se ac<strong>en</strong>túa <strong>en</strong> nuestros lares como<br />
corresponde a todo planteami<strong>en</strong>to crítico <strong>en</strong> aquellas partes del<br />
mundo donde la crisis es ley. Qui<strong>en</strong>es vivimos adolesc<strong>en</strong>cias latinoamericanas<br />
<strong>en</strong>tre Bahía de Cochinos y la revolución sandinista,<br />
qui<strong>en</strong>es éramos unos niños cuando José Agustín y Parménides<br />
García Saldaña publicaban sus obras rebeldes y juv<strong>en</strong>ilistas, t<strong>en</strong>emos<br />
como pocos el derecho a la suspicacia. Entre los latinoamericanos<br />
que llegaríamos a la madurez <strong>en</strong> la década de los nov<strong>en</strong>ta, la pesimista<br />
Mafalda, que se da cu<strong>en</strong>ta y se queja de todo, desplaza finalm<strong>en</strong>te<br />
al ing<strong>en</strong>uo Charlie Brown, que no se <strong>en</strong>tera de nada.<br />
También nacimos <strong>en</strong> los ses<strong>en</strong>ta los mexicanos que hace quince<br />
años quisimos describir nuestra g<strong>en</strong>eración como la G<strong>en</strong>eración<br />
Fría o la G<strong>en</strong>eración sin Conti<strong>en</strong>da, o qui<strong>en</strong>es participamos <strong>en</strong> prematuras<br />
antologías g<strong>en</strong>eracionales con títulos tan explícitos como<br />
Dispersión multitudinaria o Con la X <strong>en</strong> la fr<strong>en</strong>te. Nuestros mayores<br />
habían t<strong>en</strong>ido una conti<strong>en</strong>da, habían asistido a la revolución sexual<br />
y a la emerg<strong>en</strong>cia de los Beatles. Muchos habían participado <strong>en</strong><br />
los movimi<strong>en</strong>tos estudiantiles, habían leído novelas por primera vez<br />
14 IBERO<br />
Ignacio Padilla<br />
Narrador y <strong>en</strong>sayista. Figura destacada de la g<strong>en</strong>eración<br />
literaria d<strong>en</strong>ominada del Crack. Egresado y profesor de la<br />
<strong>Universidad</strong> <strong>Iberoamericana</strong> Ciudad de México. Autor de una<br />
ext<strong>en</strong>sa obra que ha merecido múltiples premios nacionales<br />
e internacionales. Premio Primavera de Novela 2000, <strong>en</strong><br />
España, por Amphitryon, y Premio Iberoamericano de<br />
Ensayo Debate-Casa de América 2010, por La isla de las<br />
tribus perdidas. Sus libros más reci<strong>en</strong>tes son El androide y<br />
las quimeras (Páginas de Espuma, Madrid, 2008) y La vida<br />
íntima de los <strong>en</strong>c<strong>en</strong>dedores: Animismo <strong>en</strong> la sociedad<br />
ultramoderna (Páginas de Espuma, Madrid, 2009)<br />
vinculadas con el rock como bandera, habían t<strong>en</strong>ido<br />
una conti<strong>en</strong>da y habían pagado un alto precio por<br />
ello. Nosotros, <strong>en</strong> cambio, t<strong>en</strong>íamos que apr<strong>en</strong>der<br />
varias lecciones: la literatura comprometida no<br />
servía, la literatura juv<strong>en</strong>ilista no trasc<strong>en</strong>día, y el<br />
ideal revolucionario se había ahogado <strong>en</strong> su<br />
propia sangre. Transmigrados al cable aislante<br />
de nuestros walk-m<strong>en</strong>, adalides de la idea<br />
de que somos protagonistas del Fin de Todo,<br />
cantamos a una el Himno a la Alegría fr<strong>en</strong>te a<br />
la Puerta de Brandeburgo más como un responso al<br />
final del Vali<strong>en</strong>te Mundo Nuevo que como la festiva aceptación del<br />
principio de nuestra segunda oportunidad sobre la tierra.<br />
Ocurrió, sin embargo, que <strong>en</strong> los años nov<strong>en</strong>ta estos vaticinios<br />
com<strong>en</strong>zaron a disiparse de manera dramática y por las vías m<strong>en</strong>os<br />
esperadas. De la noche a la mañana, la premura con que fuimos<br />
estigmatizados con el sello del escepticismo derivó también <strong>en</strong> una<br />
precoz fatiga ante la X que nos fue tatuada <strong>en</strong> la década de los<br />
och<strong>en</strong>ta. Si bi<strong>en</strong> es cierto que la resaca del triunfo del neoliberalismo<br />
no es m<strong>en</strong>os agobiante que la melancolía heredada de nuestros mayores,<br />
también es verdad que el desarrollo de nuestra consci<strong>en</strong>cia <strong>en</strong><br />
el mundo nos empujó de pronto a reconocer que nadie, sobre todo<br />
un artista <strong>en</strong> ciernes, puede estacionarse <strong>en</strong> la inacción o el escepticismo<br />
y aún así pret<strong>en</strong>der seguir existi<strong>en</strong>do, no digamos creando.<br />
Los primeros resultados de esta experim<strong>en</strong>tación nov<strong>en</strong>tera para<br />
<strong>en</strong>contrar lo inmarcesible <strong>en</strong> el universo de la desesperanza pued<strong>en</strong><br />
ubicarse <strong>en</strong> la participación de los jóv<strong>en</strong>es <strong>en</strong> acontecimi<strong>en</strong>tos <strong>en</strong><br />
apari<strong>en</strong>cia tan distantes como la democratización de América Latina<br />
o la ing<strong>en</strong>ua pero innegable emerg<strong>en</strong>cia de debates mundiales <strong>en</strong><br />
torno a la ecología, los derechos de las minorías, los alcances éticos<br />
de la ci<strong>en</strong>cia, la globalización, el rechazo a la beligerancia de las naciones<br />
neoliberales y la fuerza transformadora de la sociedad civil.<br />
En el arte, estas señales son aún más irregulares, si cabe, pero no
José Agustín. Fotografía de Rogelio Cuéllar.<br />
La historia misma del Crack<br />
mexicano, su efecto, su<br />
recibimi<strong>en</strong>to, su autocrítica y, sobre<br />
todo, sus perspectivas, no son muy<br />
distintas de las que hoy caracterizan<br />
a los grupos literarios que surgieron<br />
paralelam<strong>en</strong>te a él.<br />
hay duda de que <strong>en</strong>tre ellas se cu<strong>en</strong>ta la proliferación de grupos de<br />
nuevos o novísimos escritores que, <strong>en</strong> todas las latitudes y desde<br />
todos los flancos de la estética literaria, com<strong>en</strong>zaron a promover de<br />
pronto, y a veces simultáneam<strong>en</strong>te, una ruptura con el anquilosado<br />
statu quo de las literaturas que fueron escritas y leídas <strong>en</strong> los últimos<br />
treinta años del siglo XX. Por contraste con nuestros antecesores,<br />
hicimos de la literatura nuestra principal conti<strong>en</strong>da.<br />
Continuidad y ruptura, tradición y r<strong>en</strong>ovación, transitoriedad y<br />
perman<strong>en</strong>cia son sólo algunas de las síntesis paradójicas que marcan<br />
los planteami<strong>en</strong>tos, obras y pronunciami<strong>en</strong>tos de los grupos de<br />
escritores nacidos <strong>en</strong> los ses<strong>en</strong>ta que surg<strong>en</strong> inesperadam<strong>en</strong>te <strong>en</strong><br />
el último lustro del siglo XX. El m<strong>en</strong>saje de estas voces dispersas<br />
no podía ser más claro: ante la supuesta y castrante ineptitud que<br />
se nos imponía para creer <strong>en</strong> nuestra posibilidad de controlar o<br />
reformar una realidad que nos excedía, los<br />
artistas adolesc<strong>en</strong>tes de los años och<strong>en</strong>ta habíamos<br />
hallado refugio para nuestro ímpetu<br />
transformador <strong>en</strong> el campo de la ficción.<br />
Desahuciados para la vida, hallamos <strong>en</strong> la<br />
novela una forma alternativa y propositiva<br />
de exist<strong>en</strong>cia. Lectores voraces y precoces,<br />
los futuros escritores del siglo XXI alternamos<br />
nuestras horas de televisión con la<br />
lectura de clásicos y modernos. Habituados<br />
a la conviv<strong>en</strong>cia con los medios masivos de<br />
comunicación, apr<strong>en</strong>dimos que la literatura<br />
no puede estar al marg<strong>en</strong> de la tecnología,<br />
pero <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dimos también que, ante la volatilidad mediática, la literatura<br />
ti<strong>en</strong>e el don de fom<strong>en</strong>tar la perman<strong>en</strong>cia. Fr<strong>en</strong>te al fracaso<br />
parricida de nuestros hermanos mayores, asumimos que nada hay<br />
más revolucionario que la tradición, y que el rompimi<strong>en</strong>to nunca<br />
puede ser absoluto, sino que la innovación prevalece sólo si reconoce<br />
las bondades de lo antiguo como piedra de toque del rejuv<strong>en</strong>ecimi<strong>en</strong>to<br />
de lo contemporáneo.<br />
A difer<strong>en</strong>cia de los movimi<strong>en</strong>tos vanguardistas de la primera mitad<br />
del siglo XX, los diversos grupos literarios que surg<strong>en</strong> después<br />
de 1989 part<strong>en</strong> del principio de que el cambio no sirve por el<br />
cambio mismo. La r<strong>en</strong>ovación a ultranza, el desfase total e impetuoso<br />
de lo preced<strong>en</strong>te es, al m<strong>en</strong>os <strong>en</strong> las artes, una actitud suicida.<br />
Para estos grupos y estos autores, romper es sobre todo recapitular,<br />
limpiar, señalar aquello que consideran desviaciones y devaluacio-<br />
IBERO 15
CULTURA JUVENIL Y CONTRACULTURA/exam<strong>en</strong><br />
Alberto Fuguet.<br />
nes de valores estéticos preced<strong>en</strong>tes que sin embargo ti<strong>en</strong><strong>en</strong> aún<br />
absoluta vig<strong>en</strong>cia.<br />
No es aj<strong>en</strong>a América Latina a esta corri<strong>en</strong>te r<strong>en</strong>ovadora. Acaso<br />
el ejemplo más sonado de ello sea McOndo, antología de cu<strong>en</strong>tos<br />
de diversos autores latinoamericanos publicada <strong>en</strong> 1996 bajo la coordinación<br />
del chil<strong>en</strong>o Alberto Fuguet. Como los New Puritans,<br />
también McOndo v<strong>en</strong>ía acompañada de un prólogo lapidario que<br />
ponía <strong>en</strong> evid<strong>en</strong>cia los mitos y <strong>en</strong>gaños del realismo mágico, la literatura<br />
política y la narrativa juv<strong>en</strong>ilista <strong>en</strong> aras de una literatura<br />
más digna, más ambiciosa y más acorde con las frescas perspectivas<br />
que el nuevo siglo pedía a la literatura. Los cu<strong>en</strong>tos, claro está, eran<br />
tan diversos como los autores antologados, pero <strong>en</strong> todos ellos, de<br />
Fr<strong>en</strong>te al fracaso parricida de nuestros<br />
hermanos mayores, asumimos que<br />
nada hay más revolucionario que la<br />
tradición, y que el rompimi<strong>en</strong>to nunca<br />
puede ser absoluto.<br />
manera explícita o implícita, se pugnaba por una recapitulación del<br />
quehacer literario donde no cupies<strong>en</strong> los espejismos de la literatura<br />
bananera. De manera similar, aunque m<strong>en</strong>os consci<strong>en</strong>te o <strong>en</strong>fática,<br />
los novelistas colombianos de los nov<strong>en</strong>ta comi<strong>en</strong>zan su exorcismo<br />
de los fantasmas marquecianos y empr<strong>en</strong>d<strong>en</strong> un singular fr<strong>en</strong>te<br />
novelístico donde la realidad finisecular colombiana vuelve a ser<br />
tratada sin m<strong>en</strong>osprecio de la complejidad lingüística o estructural<br />
que el propio García Márquez propuso sin que ninguno de sus<br />
muchos epígonos la hubiese retomado hasta <strong>en</strong>tonces. El Crack,<br />
16 IBERO<br />
Jorge Volpi. Fotografía de Rogelio Cuéllar.<br />
ni qué decir ti<strong>en</strong>e, participa a su manera <strong>en</strong> esta corri<strong>en</strong>te sin que<br />
<strong>en</strong> ella hayan faltado el humor, la contradicción, la irrever<strong>en</strong>cia, la<br />
ambición o la necesaria vuelta a las grandes tradiciones que marcan<br />
a sus congéneres latinoamericanos o mundiales. Por lo mismo, la<br />
historia misma del Crack mexicano, su efecto, su recibimi<strong>en</strong>to, su<br />
autocrítica y, sobre todo, sus perspectivas, no son muy distintas de<br />
las que hoy caracterizan a los grupos literarios que surgieron paralelam<strong>en</strong>te<br />
a él.<br />
*<br />
Antes he indicado que los autores nacidos <strong>en</strong> los ses<strong>en</strong>ta nos refugiamos<br />
<strong>en</strong> la literatura cuando, invitados al escepticismo, descubrimos<br />
que nadie puede subsistir <strong>en</strong> el des<strong>en</strong>canto absoluto. Parejam<strong>en</strong>te,<br />
ahora cabría decir que el flujo mismo de la historia <strong>en</strong> los<br />
últimos años ha com<strong>en</strong>zado a decirnos que, para llevar cualquier<br />
propuesta literaria hasta sus últimas consecu<strong>en</strong>cias, no es posible<br />
existir sólo <strong>en</strong> el ámbito de la literatura. Cada uno de los grupos<br />
o movimi<strong>en</strong>tos que he citado —y muchos más— partieron<br />
de una esfera fundam<strong>en</strong>tal y a veces exclusivam<strong>en</strong>te literaria.<br />
Fuera de las ideologías, al marg<strong>en</strong> de los planteami<strong>en</strong>tos y<br />
exig<strong>en</strong>cias de cualquier realidad que no afectase directam<strong>en</strong>te<br />
al mundo de la ficción, estas propuestas tuvieron como<br />
plataforma una r<strong>en</strong>ovación libresca que, sin embargo, demostró<br />
muy pronto que t<strong>en</strong>ía por fuerza que trasc<strong>en</strong>der precisam<strong>en</strong>te<br />
lo libresco.<br />
Asistidos por la fuerza y la imaginación perturbadora de los medios,<br />
y apoyados acaso <strong>en</strong> borrascas editoriales que permitieron a<br />
todas estas voces sobresalir <strong>en</strong> el necesario reacomodo de los grupos<br />
g<strong>en</strong>eracionales, los autores que se pronunciaron colectivam<strong>en</strong>te <strong>en</strong><br />
la década de los nov<strong>en</strong>ta no han tardado <strong>en</strong> descubrir que el énfasis<br />
de cualquier propuesta artística es efectivo para la r<strong>en</strong>ovación siempre<br />
y cuando se le complem<strong>en</strong>te con matices y se le vincule con la<br />
realidad. Todo pronunciami<strong>en</strong>to grupal debe por fuerza equilibrar<br />
su estrid<strong>en</strong>cia inicial si no desea que la medios de comunicación, la<br />
crítica o la industria los reinv<strong>en</strong>t<strong>en</strong> a placer. En los últimos años, la<br />
autocrítica, las abdicaciones y los matices <strong>en</strong>tre estos grupos se han<br />
vuelto tan necesarios para la perman<strong>en</strong>cia de sus propuestas como<br />
las propuestas mismas lo fueron <strong>en</strong> su oportunidad.<br />
Así, a la pasión de los jóv<strong>en</strong>es que celebraron la caída del Muro de<br />
Berlín —similar a la que caracterizó los planteami<strong>en</strong>tos de los grupos<br />
de r<strong>en</strong>ovación literaria hacia el fin de siglo— se ha ido imponi<strong>en</strong>do<br />
la urg<strong>en</strong>cia de un p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to más mesurado, una actividad<br />
social y literaria más madura que sin embargo no niegue la validez<br />
de las propuestas originales.<br />
Desde luego, poco han podido todas las<br />
aclaraciones, abjuraciones y cambios de<br />
rumbo contra la canonización apresurada<br />
que los medios de comunicación y la crítica<br />
han hecho de todos estos grupos y de<br />
sus ideas, auténticas o presuntas. Excedidos<br />
por la fuerza mediática que inicialm<strong>en</strong>te<br />
les impulsó, los autores que participamos<br />
<strong>en</strong> estos movimi<strong>en</strong>tos —y aquellos que, sin<br />
desearlo, fueron vinculados con sus propuestas—<br />
hemos com<strong>en</strong>zado a compr<strong>en</strong>der que no está <strong>en</strong> nuestras<br />
manos cont<strong>en</strong>er la bola de nieve que necesariam<strong>en</strong>te echamos<br />
a rodar hace casi diez años. Bi<strong>en</strong> que mal, se ha dicho lo que debía<br />
decirse, y ahora ya son otros los actores, mecanismos y filtros los<br />
que ev<strong>en</strong>tualm<strong>en</strong>te podrán poner, con la perspectiva y el rigor necesarios,<br />
los puntos sobre las íes de todas estos movimi<strong>en</strong>tos. Nuevos<br />
autores, más aislados, más intimistas, pero no poco podridos<br />
también <strong>en</strong> literatura, vi<strong>en</strong><strong>en</strong> ahora a recoger la estafeta de lo que<br />
fue sembrado <strong>en</strong> los nov<strong>en</strong>ta.
CULTURA JUVENIL Y CONTRACULTURA /exam<strong>en</strong><br />
›De Marcuse y la<br />
Onda a La rosa de<br />
Guadalupe<br />
Cuando los jóv<strong>en</strong>es gringos colgaban pósters del<br />
Che y de Spider Man <strong>en</strong> sus dormitorios, Woodstock<br />
era campo fértil. Cuando Dany el Rojo<br />
esquivaba g<strong>en</strong>darmes con su megáfono <strong>en</strong> ristre,<br />
la poesía chorreaba por las calles de París.<br />
Cuando el reg<strong>en</strong>te de fierro Uruchurtu perseguía greñudos-sinrasurar,<br />
México no conocía al Batallón Olimpia. El romanticismo<br />
ses<strong>en</strong>tero de esas imág<strong>en</strong>es es un archivo de etiquetas. Para<br />
hacer contracultura, hoy no aplica aferrarse a las barbas de Marx.<br />
Arriesgado, a finales de los set<strong>en</strong>ta, Joaquín Sabina escribió: “Si<br />
ahora <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tro a aquel amigo, leo <strong>en</strong> el fondo de sus ojos que<br />
ya se secaron las flores de 1968”.<br />
Hay dos territorios históricos, con literaturas distintas. A unos<br />
les tocó la Escuela de Frankfurt con El hombre unidim<strong>en</strong>sional de<br />
Marcuse y esa vértebra contestataria que repres<strong>en</strong>ta un manual<br />
de subversión. En los albores del siglo XXI es precipitado <strong>en</strong>cajonar<br />
marcos teóricos. Hay una masa gelatinosa de p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to<br />
<strong>en</strong> ebullición. Aunque por ahí destacan las tribus de Michel Maffesoli,<br />
que apuntan a un movimi<strong>en</strong>to contracultural de tirada<br />
primitiva. Es decir, la contracultura de hoy como la cultura “de<br />
antes”.<br />
El legado de la bohemia, la g<strong>en</strong>eración Beat, el jipismo y la<br />
18 IBERO<br />
Una radiografía de la<br />
contracultura, hoy<br />
José del Bosque Joch<br />
Estudiante de la carrera de Comunicación <strong>en</strong> la UIA y coeditor de 8-80,<br />
Semanario de los alumnos de la <strong>Universidad</strong> <strong>Iberoamericana</strong>.<br />
Ha trabajado como guionista de televisión para Cad<strong>en</strong>a Tres. Colabora<br />
con medios impresos <strong>en</strong> el norte del país y actualm<strong>en</strong>te escribe crónicas<br />
para un proyecto de la Federación Mexicana de Futbol<br />
protesta antibélica son románticas manifestaciones y medulares<br />
despliegues culturales. El caso es que hoy, navegando sin brújula<br />
<strong>en</strong> el caldo posmoderno, esa dulce insurrección es material mercantil<br />
y de cliché que el hipster contemporáneo ha adoptado. La<br />
sustancia iconoclasta se disfraza y es complejo hallarla. Hoy, el<br />
Gran Rechazo del que hablaba Marcuse está <strong>en</strong>mascarado.<br />
La idea es negarlo todo. Como ya no hay un aparato<br />
ideológico que lance cosas como: “los refugios<br />
contra bombas pued<strong>en</strong> ser acogedores”, la idea es<br />
sacarle la l<strong>en</strong>gua a cualquier elucubración gubernam<strong>en</strong>tal.<br />
Los grandes iconos de la turbul<strong>en</strong>cia<br />
romántica ya están vacunados: el<br />
artista es un tipo New Age, la prostituta es<br />
material tóxico, el proscrito busca otra<br />
ciudadanía, el poeta rebelde es <strong>en</strong>gullido<br />
por la crítica y el g<strong>en</strong>io loco está<br />
apaciguado con ansiolíticos.<br />
Pero la contracultura <strong>en</strong> tiempos<br />
de narcos y cal<strong>en</strong>tami<strong>en</strong>to global sí<br />
ti<strong>en</strong>e un nicho. Si se desempolva un<br />
episodio del mayo parisino de 1968,<br />
Michel de Certeau rescata una anéc-
El romanticismo ses<strong>en</strong>tero de<br />
esas imág<strong>en</strong>es es un archivo<br />
de etiquetas. Para hacer<br />
contracultura, hoy no aplica<br />
aferrarse a las barbas de Marx.<br />
IBERO 19
CULTURA JUVENIL Y CONTRACULTURA /exam<strong>en</strong><br />
En tiempos de d<strong>en</strong>sas<br />
contaminaciones<br />
mediáticas, los<br />
habitantes de la<br />
Aldea Global<br />
levantan un puño<br />
cibercontracultural.<br />
dota bi<strong>en</strong> conocida. Un reportero le preguntó su opinión del<br />
movimi<strong>en</strong>to a una elevadorista. Ella respondió: “No sé qué decir,<br />
yo no t<strong>en</strong>go cultura”. Luego, un tercero agregó: “No digas eso,<br />
el conocimi<strong>en</strong>to terminó. La cultura de hoy consiste <strong>en</strong> hablar”.<br />
Yace ahí “la toma de la palabra”.<br />
Los blogs y YouTube se han convertido <strong>en</strong> recipi<strong>en</strong>tes de información<br />
sin filtros institucionales. El tema user <strong>en</strong>haced es un<br />
síntoma contracultural donde el usuario común dota de cont<strong>en</strong>idos<br />
flotantes a la red. Ya no hay una difer<strong>en</strong>cia <strong>en</strong>tre el emisor<br />
y el receptor. El masivo potaje de bits juega con opiniones tan<br />
diversas que Internet es un Leviatán incontrolable y articulado<br />
por rostros anónimos. Ante la planetaria repulsión por las instituciones<br />
gigantes, el internauta hilvana cont<strong>en</strong>idos que carec<strong>en</strong><br />
de maquillaje corporativo. Sin polvo ni colorete, el humor, por<br />
ejemplo, ha dado un salto cuántico a la realidad: ir de pastelazos<br />
prefabricados a “el Canaca”.<br />
En tiempos de d<strong>en</strong>sas contaminaciones mediáticas, los habitantes<br />
de la Aldea Global levantan un puño cibercontracultural.<br />
Furio Colombo, un escritor y periodista italiano, dijo alguna vez<br />
que los medios t<strong>en</strong>ían grandes obstáculos, como son la fuerza<br />
del poder y la c<strong>en</strong>sura. Con la información emerg<strong>en</strong>te, hoy un<br />
ejército de distintos puntos de fuga críticos es capaz de lanzar<br />
férreas of<strong>en</strong>sivas hacia el sistema. Lo cyberpunk ha sabido derretir<br />
el hierro de una Margaret Thatcher virtual.<br />
Toca reparar <strong>en</strong> que la actual efervesc<strong>en</strong>cia contracultural quizá<br />
ya no yace <strong>en</strong> la reinv<strong>en</strong>ción de símbolos ses<strong>en</strong>teros. Bob<br />
Dylan, uno de los grandes masters contraculturales de la vieja<br />
escuela, se asfixió con tanta etiqueta que le atiborró su audi<strong>en</strong>cia.<br />
Por eso ha mudado de piel tantas veces. En su última<br />
visita a México, se plantó taciturno con la vista baja<br />
e hizo lo que sabe hacer y ya, mi<strong>en</strong>tras muchos<br />
esperaban la innecesaria nostalgia de The Times<br />
they are a-Changin. Toda la vig<strong>en</strong>cia que exista<br />
<strong>en</strong> el Working Class Hero que propuso John<br />
L<strong>en</strong>non, puede ser tomada como pilar, mas no<br />
como panfleto ortodoxo. Y si se toma <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta<br />
el convulsivo <strong>en</strong>sayo de José Enrique Rodó, ante<br />
la seductora globalización, toca ver hasta dónde<br />
se sabe ser Ariel y cuándo Calibán.<br />
En las topografías musicales, es un hecho que la re-<br />
20 IBERO<br />
presión no es la misma. Ahí vi<strong>en</strong>e la plaga es un fascinante retrato<br />
impreso que va de los años cincu<strong>en</strong>ta a los set<strong>en</strong>ta. Ahí, la Onda<br />
de José Agustín, Gerardo Pardo y José Buil navega <strong>en</strong> 31 historias<br />
que van desde rebeldes sin causa y “Cuba is yanquis on”, hasta<br />
“ancianos” de 38 años que preguntan por un disco de Grateful<br />
Dead. La cosa es que <strong>en</strong> un diálogo de ese libro, refiriéndose al<br />
rock, un sacerdote dice: “Esta música es del demonio, de afeminados.<br />
Fue inv<strong>en</strong>tada por los comunistas y los liberales y ateos.<br />
Exacerba las bajas pasiones, des<strong>en</strong>fr<strong>en</strong>a las débiles m<strong>en</strong>tes juv<strong>en</strong>iles”.<br />
El rocanrol como banda sonora de la estética revolucionaria<br />
fue y es un pot<strong>en</strong>te t<strong>en</strong>táculo contracultural pero, <strong>en</strong> estos días,<br />
a veces cabe comparar el aura del proto-roquero con el “niño<br />
bi<strong>en</strong>” que juega a ser rockstar.<br />
El mundo cambió mucho <strong>en</strong> 50 años. Si se habla de Cuba o<br />
Corea del Norte, resulta paradójico que lo comunista ahora sea<br />
represivo. En ese mismo mundo, la contracultura se puede v<strong>en</strong>der<br />
a sí misma. En contra de las etiquetas, el statu quo y lo leadershit (o<br />
mierda del líder empr<strong>en</strong>dedor) están muchos. El mercado lo sabe<br />
y por eso ya se forjan productos <strong>en</strong> serie cuyo target es “el que<br />
se quiso salir”. El hip hop nació como una abrasiva manifestación<br />
contracultural y hoy se pierde <strong>en</strong> la estética exagerada del diamante<br />
y el carro “pimpeado”, para derivar <strong>en</strong> infames reguetones.<br />
Tampoco los Beatles se salvan y el sacaroso musical de Across<br />
the Universe es una mezcla viscosa de revoluciones banalizadas.<br />
En este mercado, el “consumidor difer<strong>en</strong>te” también sucumbe<br />
ante el coyoacanismo con la ropa de manta y la estética indíg<strong>en</strong>a<br />
cool. De igual forma, con el frezapatismo, la figura del guerrillerocaballero<br />
andante se reduce a “p<strong>en</strong>sar bi<strong>en</strong> bonito”.<br />
En su clavado a la posmodernidad, Michel Maffesoli expone<br />
esa vuelta a lo arcaico (pero con Internet) que son las tribus. Se<br />
dice que la g<strong>en</strong>eración v<strong>en</strong>dió su alma por un plato de l<strong>en</strong>tejas.<br />
Que vive más o m<strong>en</strong>os consci<strong>en</strong>te, amargada, triste e infecunda.<br />
La organización tribal es un f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o social de donde manan<br />
fuertes dosis de primitivismo y contracultura. De los cósmicos<br />
raves a ese conglomerado trashumante que son (o fueron) los<br />
emos, se despliega la contracultura del siglo XXI. Lo único malo<br />
es cuando la televisión busca dar su versión. Con La rosa de Guadalupe,<br />
Televisa da lecciones de una hora sobre contracultura a<br />
las mamás. Ahí, emos, darketos y punks se met<strong>en</strong> <strong>en</strong> problemas<br />
y, con l<strong>en</strong>guaje de “chavos”, se <strong>en</strong>comi<strong>en</strong>dan a “la mor<strong>en</strong>ita del<br />
Tepeyac”. Con la fuerza del deus ex machina, ella llega y resuelve<br />
todo. Los papás quedan satisfechos y la cuestión emo fue sólo<br />
un desliz efímero de sus hijos.<br />
Entonces, ¿habrá un territorio de la contracultura<br />
actual? Todo apunta a la red de redes. Esa capacidad<br />
de lanzar m<strong>en</strong>sajes sin c<strong>en</strong>sura se ha convertido <strong>en</strong><br />
la firma de una g<strong>en</strong>eración. El espectador y el<br />
internauta pued<strong>en</strong> trazar su ag<strong>en</strong>da de consumo<br />
a través las geografías del ciberespacio con una<br />
libertad de tránsito <strong>en</strong> pot<strong>en</strong>te crecimi<strong>en</strong>to. Cont<strong>en</strong>ido<br />
inc<strong>en</strong>diario, información cruda y opiniones<br />
insurrectas están <strong>en</strong> gestación. La “toma de la palabra”<br />
inicia <strong>en</strong> un teclado.
CULTURA JUVENIL Y CONTRACULTURA/mirador<br />
›Arte y rebeldía<br />
Mónica Mayer<br />
Artista conceptual, investigadora y crítica<br />
de arte. Junto con Víctor Lerma dirige el<br />
proyecto indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te Pinto mi Raya<br />
22 IBERO
El país se está desmoronando: crisis económica,<br />
política y de seguridad. La viol<strong>en</strong>cia, la corrupción<br />
y la impunidad van ganando la batalla. El tejido<br />
social está cada vez más deshilachado y la<br />
cultura sobrevive sitiada por la indifer<strong>en</strong>cia.<br />
Empecemos por marcar el contexto de este texto o, por<br />
lo m<strong>en</strong>os, plantear cómo se ve la situación desde el<br />
punto de una artista cincu<strong>en</strong>tona que cree que el arte<br />
es importante para la g<strong>en</strong>eración de conocimi<strong>en</strong>to y<br />
s<strong>en</strong>tido.<br />
En los set<strong>en</strong>tas y och<strong>en</strong>ta, cuando me tocó que me tacharan<br />
de “jov<strong>en</strong>”, la autoridad era fuerte y represora. En esa época aún<br />
creíamos <strong>en</strong> utopías. Vivíamos como <strong>en</strong> una familia tradicional y<br />
autoritaria. Bajo esas circunstancias era fácil rebelarse <strong>en</strong> contra de<br />
valores sociales rígidos y un sistema político tiránico. Desde el arte<br />
se d<strong>en</strong>unciaban las opresiones políticas y la represión sexual del<br />
sistema patriarcal. Trabajábamos <strong>en</strong> grupos para impugnar un sistema<br />
individualista y usábamos formas efímeras, como performance<br />
e instalación, para oponernos a la mercantilización del arte.<br />
Hoy estamos terminando la primera década del nuevo mil<strong>en</strong>io.<br />
Es el año del bic<strong>en</strong>t<strong>en</strong>ario de la Indep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia y el c<strong>en</strong>t<strong>en</strong>ario<br />
de la Revolución. Los fantasmas del pasado y los espectros<br />
del descont<strong>en</strong>to actual se mezclan. El país se está desmoronando:<br />
crisis económica, política y de seguridad. La viol<strong>en</strong>cia, la corrupción<br />
y la impunidad van ganando la batalla. El tejido social está<br />
cada vez más deshilachado y la cultura sobrevive sitiada por la<br />
indifer<strong>en</strong>cia. Ante esto, ¿el arte puede rebelarse? ¿Sirve de algo?<br />
¿Los artistas jóv<strong>en</strong>es están respondi<strong>en</strong>do? ¿Puede hablarse de<br />
contracultura cuando lo que hace falta es cultura?<br />
Hoy es más complejo ser jov<strong>en</strong> y rebelde. Sigui<strong>en</strong>do con<br />
la metáfora de la familia, yo diría que actualm<strong>en</strong>te vivimos <strong>en</strong> la<br />
disfuncionalidad total, con padres que por un lado son demasiado<br />
permisivos y por otro viol<strong>en</strong>tos. Ante eso es difícil rebelarse porque<br />
o se cae <strong>en</strong> el cinismo o hay que asumir el papel del adulto.<br />
Aunque no lo crean, a pesar de esta visión dramática, soy optimista.<br />
Si bi<strong>en</strong> muchos artistas jóv<strong>en</strong>es sólo están interesados <strong>en</strong><br />
colocarse <strong>en</strong> el mercado, otros tantos trabajan con convicción,<br />
creando obras y/o proyectos que están int<strong>en</strong>tando restaurar<br />
el tejido social. Por ejemplo, hay artistas que están supli<strong>en</strong>do el<br />
trabajo que deberían hacer las instituciones. Un ejemplo es La<br />
Periferia, <strong>en</strong> Mérida (http://www.galerialaperiferia.com/), que<br />
es un espacio indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te coordinado por Omar David Góngora<br />
Guzmán y Débora Carnevali Ramírez, egresados de la Escuela<br />
Superior de Artes de Yucatán.<br />
Al ver sus ev<strong>en</strong>tos y exposiciones de 2009 se nota su interés por<br />
Página opuesta: Esto está pasando sin tu permiso,<br />
Bertha Gío. Obra in situ. Curaduría: Débora Carnevali,<br />
Omar Góngora y Joaquín Peón. La Periferia, 2009.<br />
Abajo: NK603: Acción para Performer & E-Maíz, Violeta<br />
Luna. Performance. La Periferia, 2009. Fotografías de<br />
Omar Góngora, CDLD.<br />
obra de corte político, <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dido como aquel que busca cambiar<br />
su sociedad. Por ejemplo, Bertha Gio expuso Esto está pasando sin<br />
tu permiso sobre la misoginia y Violeta Luna realizó el performance<br />
NK603: Acción para performer & e-maíz sobre los transgénicos.<br />
Además de ev<strong>en</strong>tos y exposiciones, La Periferia ti<strong>en</strong>e el Laboratorio<br />
Dzityá, un c<strong>en</strong>tro de docum<strong>en</strong>tación para registrar arte<br />
efímero como performance o instalación, que incluye mucho<br />
del arte jov<strong>en</strong> actual y que es ignorado por la mayoría de las<br />
instituciones nacionales. Ellos <strong>en</strong>ti<strong>en</strong>d<strong>en</strong> que conservar la memoria<br />
<strong>en</strong> una sociedad <strong>en</strong> la que el poder siempre se apropia de<br />
la historia es un acto de def<strong>en</strong>sa personal.<br />
IBERO 23
CULTURA JUVENIL Y CONTRACULTURA/mirador<br />
Otro ejemplo es el Museo de Arte Contemporáneo de Chiapas<br />
(http://www.macchiapas.org/), una iniciativa promovida<br />
por un grupo de artistas de Tuxtla Gutiérrez que se han dado a<br />
la tarea de inv<strong>en</strong>tar esta institución. Ll<strong>en</strong>os del optimismo que<br />
da construir, han echado a andar una iniciativa que por ahora<br />
sólo existe <strong>en</strong> el plano virtual. Por lo pronto están convocando<br />
a todo mundo a difundir el proyecto y a sumarse a la lista de<br />
firmantes que lo apoyan, escribi<strong>en</strong>do los motivos por los que lo<br />
consideran valioso. Las respuestas son variadas, pero me gustó<br />
la de Gelda Yanet Navarro Pérez: “El arte nos s<strong>en</strong>sibiliza, nos<br />
permite compartirnos humanam<strong>en</strong>te, nos da la certeza de que<br />
vale la p<strong>en</strong>a existir”.<br />
También hay artistas cuya obra cuestiona las estructuras exist<strong>en</strong>tes.<br />
Me c<strong>en</strong>traré <strong>en</strong> tres performanceras que trabajan <strong>en</strong> torno<br />
a la viol<strong>en</strong>cia hacia las mujeres porque esa situación extrema<br />
ejemplifica el contexto del que hablo: cuando la autoridad no<br />
sólo no es la solución, sino que es parte del problema. Dos de<br />
ellas abordan el tema de las mujeres brutalm<strong>en</strong>te asesinadas o<br />
24 IBERO<br />
Abajo y página sigui<strong>en</strong>te: Soy totalm<strong>en</strong>te de hierro,<br />
Lor<strong>en</strong>a Wolffer. (Colaboración con Martín L. Vargas y<br />
Mónica Martínez.) México, D. F., 2000. Fotografías de<br />
Martín L. Vargas.<br />
Página sigui<strong>en</strong>te, derecha: Mapa de recuperación,<br />
Lor<strong>en</strong>a Wolffer. Experim<strong>en</strong>tica 09, Chapter, Cardiff,<br />
Gales, Inglaterra, 2009; 9th OPEN International<br />
Performance Art Festival, Beijing, China, 2009.<br />
Fotografías de James Tyson y archivo de la artista.<br />
Abajo: Mi<strong>en</strong>tras dormíamos (el caso Juárez), Lor<strong>en</strong>a<br />
Wolffer. Curr<strong>en</strong>cy 2004, Nueva York, NY, EUA, 2004; ANTI<br />
Festival, Kuopio, Finlandia, 2003; Museo Universitario del<br />
Chopo, México D.F., México, 2002; Experim<strong>en</strong>tica 02,<br />
Cardiff, Gales, 2002; Museo de la Ciudad, Querétaro,<br />
México, 2002. Audio de Rogelio Sosa. Fotografías de<br />
Martín L. Vargas.<br />
Actualm<strong>en</strong>te vivimos <strong>en</strong> la disfuncionalidad total, con<br />
padres que por un lado son demasiado permisivos y por<br />
otro viol<strong>en</strong>tos. Ante eso es difícil rebelarse porque o se cae<br />
<strong>en</strong> el cinismo o hay que asumir el papel del adulto.<br />
desaparecidas <strong>en</strong> Ciudad Juárez y la tercera trabaja <strong>en</strong> la cárcel.<br />
Cada obra pres<strong>en</strong>ta una estrategia de rebeldía y contra-cultura<br />
difer<strong>en</strong>te. Ellas son Lor<strong>en</strong>a Wolffer (1971), Lor<strong>en</strong>a Orozco Quiyono<br />
(1967) y Lor<strong>en</strong>a Méndez (1971), qui<strong>en</strong>es desde el inicio<br />
de sus carreras han abordado temas sobre derechos humanos y<br />
cuestiones de género.<br />
Lor<strong>en</strong>a Wolffer (http://www.lor<strong>en</strong>awolffer.net/) es ampliam<strong>en</strong>te<br />
conocida por sus propuestas de arte público incluy<strong>en</strong>do<br />
su contracampaña Soy totalm<strong>en</strong>te de hierro. En 2002, realizó el<br />
performance Mi<strong>en</strong>tras dormíamos (el caso Juárez), cuyo objetivo era<br />
d<strong>en</strong>unciar estos crím<strong>en</strong>es. La imag<strong>en</strong> que recibía al público era<br />
la artista acostada sobre una camilla de morgue. Al poco tiempo<br />
empezó una grabación que <strong>en</strong>umeraba los casos de las mujeres<br />
asesinadas por desconocidos o familiares. Los datos incluían<br />
nombre, edad, color de cabello, ropa usada, las formas <strong>en</strong> las que<br />
las agredieron y a veces datos de sus victimarios. Dolía escuchar.<br />
Durante este tiempo, Lor<strong>en</strong>a se s<strong>en</strong>tó, se bajó pantalones y<br />
calzones, se alzó la camiseta y trazó sobre su cuerpo las heridas
infringidas a estas mujeres. Wolffer pres<strong>en</strong>tó<br />
esta pieza <strong>en</strong> México, Estados Unidos<br />
y Europa, ayudando a visibilizar internacionalm<strong>en</strong>te<br />
el problema para presionar al<br />
gobierno.<br />
El eje c<strong>en</strong>tral del trabajo de Lor<strong>en</strong>a<br />
Orozco Quiyono es el ser humano, sus<br />
conflictos y su capacidad de transformación.<br />
Entre sus temas recurr<strong>en</strong>tes están las<br />
fronteras y el prejuicio, el diálogo y el <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tro,<br />
lo que le ha permitido <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der<br />
que la viol<strong>en</strong>cia no sólo la sufr<strong>en</strong> qui<strong>en</strong>es<br />
la padec<strong>en</strong> directam<strong>en</strong>te, sino que salpica<br />
a su alrededor creando un miedo que algunos sab<strong>en</strong> aprovechar<br />
<strong>en</strong> su propio b<strong>en</strong>eficio. Durante el Segundo Encu<strong>en</strong>tro Internacional<br />
de Performance, Performagia, que se llevó a cabo <strong>en</strong><br />
Ciudad Juárez <strong>en</strong> 2004, Lor<strong>en</strong>a Orozco pres<strong>en</strong>tó su pieza Las<br />
vivas de Juárez. La obra consistió <strong>en</strong> <strong>en</strong>trevistar a cincu<strong>en</strong>ta muje-<br />
res sobre su experi<strong>en</strong>cia como habitantes<br />
de este lugar. Grabó las conversaciones y<br />
les tomó una fotografía. Después se fue al<br />
pu<strong>en</strong>te <strong>en</strong>tre México y Estados Unidos,<br />
como para resaltar que este es un problema<br />
complejo que toca muchas fronteras,<br />
colocó dos sillas y la larga hilera de fotos<br />
<strong>en</strong> el suelo. Invitó al público a s<strong>en</strong>tarse<br />
a escuchar las grabaciones t<strong>en</strong>i<strong>en</strong>do de<br />
fr<strong>en</strong>te a una silla vacía para referirse a las<br />
mujeres a las que no podemos o las que<br />
no queremos escuchar.<br />
Lor<strong>en</strong>a Méndez no habla directam<strong>en</strong>te<br />
de las mujeres asesinadas, ni siquiera de la viol<strong>en</strong>cia, pero se mete<br />
a la boca del lobo a tratar de desarticular un problema que, <strong>en</strong> el<br />
fondo es de educación. Méndez es parte del colectivo La Lleca<br />
que empezó a trabajar <strong>en</strong> 2004 <strong>en</strong> Santa Marta Acatitla realizando<br />
un proyecto de interv<strong>en</strong>ción artística y acompañami<strong>en</strong>to.<br />
IBERO 25
CULTURA JUVENIL Y CONTRACULTURA/mirador<br />
Para ellos, el arte no se limita a la repres<strong>en</strong>tación y tampoco se<br />
queda solam<strong>en</strong>te d<strong>en</strong>tro del ámbito de lo artístico, por lo que<br />
simultáneam<strong>en</strong>te puede ser arte, militancia y proceso educativo.<br />
Como parte del colectivo, Méndez realizó una acción que va<br />
más allá de la d<strong>en</strong>uncia y la reflexión e interpela a la realidad.<br />
Impartió un taller para trabajar con los reclusos sobre sus ideas<br />
sobre la mujer y su relación con ellas. En el grupo seguram<strong>en</strong>te<br />
había qui<strong>en</strong>es estaban <strong>en</strong> la cárcel por violación o viol<strong>en</strong>cia intrafamiliar.<br />
A partir de esta labor conjunta y de los estereotipos<br />
26 IBERO<br />
¿El arte puede<br />
rebelarse?<br />
¿Sirve de algo?<br />
¿Los artistas<br />
jóv<strong>en</strong>es están<br />
respondi<strong>en</strong>do?<br />
¿Puede hablarse<br />
de contracultura<br />
cuando lo que<br />
hace falta es<br />
cultura?<br />
Lor<strong>en</strong>a Orozco Quiyono. Interv<strong>en</strong>ción urbana. Las<br />
vivas de Juárez Performagia 2004. Pu<strong>en</strong>te fronterizo<br />
Santa Fe, Ciudad Juárez, Chihuahua.<br />
Izquierda: Concurso, Lor<strong>en</strong>a Méndez. Performance.<br />
Colectivo La Lleca.<br />
sexuales que detectaron surgió la idea de Concurso, un performance<br />
<strong>en</strong> el que compararon quién t<strong>en</strong>ía más vello <strong>en</strong> las axilas.<br />
Ella resultó triunfadora, rompi<strong>en</strong>do, por lo m<strong>en</strong>os uno de los<br />
estereotipos que los presos compartían sobre las mujeres. Con<br />
suerte estos hombres también ganaron al apr<strong>en</strong>der que pued<strong>en</strong><br />
rebelarse contra las ideas que les han impuesto sobre las mujeres<br />
y sobre lo que “deb<strong>en</strong>” de ser ellos mismos.<br />
Para concluir, y volvi<strong>en</strong>do al tono del principio, los artistas<br />
están dando la batalla. Falta ver si la ganan.
TRIVIUM /cu<strong>en</strong>to<br />
28 IBERO<br />
›Segunda<br />
luna de<br />
miel <strong>en</strong><br />
Acapulco<br />
El 25 de mayo de 1974 vivía de nuevo con Misterios. Nos<br />
habíamos casado muy jov<strong>en</strong>citos, ella de dieciséis y yo<br />
de dieciocho; pero después nos separamos, con divorcio<br />
y todo, sin imaginar que unos cuantos años después nos<br />
re<strong>en</strong>contraríamos y volveríamos a vivir juntos. Para celebrarlo,<br />
la invité a pasar una “segunda luna de miel” <strong>en</strong> Acapulco.<br />
Ella accedió <strong>en</strong>cantada, porque es acapulqueña total: esbelta, cálida<br />
y s<strong>en</strong>sual. Hasta terminar la prepa vivió <strong>en</strong> el puerto, cuyos modos<br />
de ser y su l<strong>en</strong>guaje conoce muy bi<strong>en</strong>. Todavía habla aspirando la<br />
hache para que su<strong>en</strong>e como jota (“hombre” es “jombre”), lo cual a<br />
veces también hace con las eses (y “pues” se vuelve “puej”). Por mi<br />
parte, he ido a Aca infinidad de veces, con mis papás desde pequeño<br />
y después con los cuates o las n<strong>en</strong>as <strong>en</strong> turno. Pero eso fue antes de<br />
Misterios, a qui<strong>en</strong>, después de re<strong>en</strong>contrarla (de una vez hay que<br />
soltarlo), yo ya no dejaría perder y la seguiría por tierra y por mar.<br />
Ese día salimos a las ocho <strong>en</strong> mi Datsun. Tomé el volante y puse<br />
el disco de las vacas de Pink Floyd <strong>en</strong> el autoestéreo de ocho tracks<br />
que, junto a un voluminoso equipo cuadrafónico, me trajeron fayuqui<strong>en</strong>tam<strong>en</strong>te<br />
de Los Ángeles. Había tránsito <strong>en</strong> bu<strong>en</strong>a parte de la<br />
ciudad y tardamos poco más de media hora para llegar de la colonia<br />
Roma a la caseta de la autopista a Cuernavaca. Pero a partir de ahí<br />
no hubo problemas y subimos, a bu<strong>en</strong> paso, hasta Tres Marías, a más<br />
de tres mil metros de altura, la Inevitable Escala de las Quesadillas de<br />
los Viajeros Fritangueros, como nosotros, que ya con ese delicioso,<br />
aunque un tanto grasoso, combustible, pudimos seguir y admirar<br />
debidam<strong>en</strong>te los bosques de pinos profusos, húmedos, del alto Ajusco.<br />
Pasamos, con el debido respeto, la temible curva llamada la Pera,<br />
y oy<strong>en</strong>do Ziggy Stardust de David Bowie bajamos a Cuernavaca, que<br />
eludimos vía el librami<strong>en</strong>to.<br />
Media hora más tarde, ya las once, estábamos <strong>en</strong> la caseta de Alpuyeca,<br />
esquivando a los v<strong>en</strong>dedores de nieve de limón. Hicimos<br />
una escala “técnica” y <strong>en</strong>tonces Misterios quiso manejar. No, mhija,<br />
Fotografía de Rogelio Cuéllar.<br />
José Agustín<br />
Cu<strong>en</strong>tista, novelista y <strong>en</strong>sayista. Entre<br />
sus obras más importantes destacan<br />
De perfil, Se está haci<strong>en</strong>do tarde,<br />
Ciudades desiertas, Dos horas de<br />
sol, Vida con mi viuda, Arma blanca,<br />
Cu<strong>en</strong>tos completos, Tragicomedia<br />
mexicana y La contracultura<br />
<strong>en</strong> México. Uno de sus libros<br />
más reci<strong>en</strong>tes es Vuelo sobre las<br />
profundidades (Lum<strong>en</strong>, 2008)<br />
afirmé, yo voy bi<strong>en</strong>, además, si mal no recuerdo, eres medio cafre,<br />
nomás me vas a traer cardiaco todo el tiempo. Pero ella insistió e<br />
insistió, con todos sus <strong>en</strong>cantos, así es que no resistí. Respiré con<br />
calma al verla manejar bi<strong>en</strong>, segura, tranquila, ni rápido ni l<strong>en</strong>to.<br />
Recorrimos las montañas, que <strong>en</strong> esa parte son más bi<strong>en</strong> áridas<br />
pero de suaves p<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes y amplios valles. Al compás de It’s only<br />
rock’n roll, la Bella Misterios empezó a platicar. No sabía yo cómo<br />
le gustó que la invitara a Acapulco, of all places. Ya t<strong>en</strong>ía dos años<br />
sin ir y lo extrañaba, pues para ella era lo máximo. En cierta forma,<br />
yo compr<strong>en</strong>día y compartía su fervor: el puerto sin duda era el sitio<br />
favorito de todo México, pero especialm<strong>en</strong>te de los chilangos, ricos<br />
y pobres, que <strong>en</strong> semana santa se lanzaban al puerto a como diera<br />
lugar, aunque tuvieran que dormir <strong>en</strong> el célebre Hotel Camar<strong>en</strong>a,<br />
o sea, <strong>en</strong> la ar<strong>en</strong>a de la playa. La gran bahía y sus alrededores, decía<br />
Misterios <strong>en</strong>tusiasmada, contaban con playas para todos: desde las<br />
“de manso oleaje”, como Caleta, Hornitos o Puerto Marqués; las<br />
bravas, pero explorables, tipo la Condesa o el Revolcadero; o las de<br />
plano imposibles, Pie de la Cuesta por ejemplo, donde nadar era<br />
privilegio de muy pocos jinetes de las olas. En los años ses<strong>en</strong>ta,<br />
agregó, Acapulco había cambiado notablem<strong>en</strong>te; los grandes hoteles<br />
ya no eran el Club de Pesca, el Mirador o el Papagayo, sino<br />
el Presid<strong>en</strong>te, el Hilton y el Villa Vera. Caleta dejó de ser la playa<br />
favorita y se puso de moda la Condesa. Había restaurantes de todo<br />
tipo, bares, clubes nocturnos y discotecas. Y la sempiterna zona, roja<br />
por supuesto, agregué yo, famosa por sus rev<strong>en</strong>taderos El Burro y<br />
La Huerta. Algunos chavos de plano ahí se quedan y ni siquiera v<strong>en</strong><br />
el mar, como <strong>en</strong> el cu<strong>en</strong>to “En la playa”, de Parménides, precisé.<br />
Misterios sonrió. Bu<strong>en</strong>o, pues Acapulco dejó de ser el de “agua y<br />
luz, casi nada; callejones ll<strong>en</strong>os de cagada y un calor de la chingada”,<br />
y se había consolidado como gran paraíso turístico internacional,<br />
especialm<strong>en</strong>te después de las Reseñas Cinematográficas, festival<br />
de festivales que reunía las películas premiadas <strong>en</strong> Cannes, V<strong>en</strong>ecia,
El aire se refrescó conforme nos<br />
acercábamos a Chilpancingo,<br />
o Chilpo, como le dic<strong>en</strong> los<br />
chilpos, me aclaró Misterios y se<br />
soltó a reír, muy cont<strong>en</strong>ta.<br />
Fotos: Cobis.<br />
IBERO 29
Fotos: Cobis.<br />
TRIVIUM /cu<strong>en</strong>to<br />
Berlín o Hollywood, y convocaba a las grandes estrellas del cine con<br />
el correspondi<strong>en</strong>te avispero de periodistas y paparazzi; <strong>en</strong> el aeropuerto<br />
el movimi<strong>en</strong>to se había int<strong>en</strong>sificado con los vuelos directos<br />
al extranjero, y por ese rumbo, Puerto Marqués, El Revolcadero,<br />
Playa Encantada y el otrora remoto Hotel Pierre Marqués, la lujosa<br />
cárcel de Howard Hughes, empezaba a t<strong>en</strong>er compañía y después<br />
sería la zona “diamante”.<br />
Misterios me indicó el letrero Te r m i n a Mo r e l o s y <strong>en</strong>tonces<br />
cantó: “Por los caminos del sur, vámonos para Guerrero.” ¡Vámonos!,<br />
cómo chingaos no, agregué. Pasamos la desviación a Taxco y<br />
llegamos a Iguala, pero no <strong>en</strong>tramos <strong>en</strong> esa calurosísima y tamarindosa<br />
ciudad. Ahí se acababa la autopista de cuota y había que <strong>en</strong>trarle<br />
a la carretera de siempre, de una sola curveante y estrecha vía.<br />
Por suerte el tránsito, leve, nos dejó avanzar rápido durante un rato.<br />
Atravesamos el río Mezcala, que es el Balsas, y de pronto ya estábamos<br />
<strong>en</strong> la Cañada del Zopilote, una ext<strong>en</strong>sa desolación con colinas,<br />
un lecho reseco de río, muchas piedras y vegetación casi desértica.<br />
El calor aum<strong>en</strong>tó notablem<strong>en</strong>te y yo me maldije por viajar a esas<br />
horas: hubiera sido mejor salir a las seis de la mañana, como sugirió<br />
Misterios, para no asarnos. Pero tú dijiste que saliéramos a las ocho<br />
y ya ves, m<strong>en</strong>so, me asestó ella.<br />
Misterios insistió <strong>en</strong>tonces <strong>en</strong> que el viejo Acapulco (el destino de<br />
la nao de China que <strong>en</strong> realidad era de Filipinas), se desvanecía con<br />
rapidez. A lo largo de la Costera había más negocios y mi<strong>en</strong>tras los<br />
acapulqueños se apeñuscaban <strong>en</strong> el c<strong>en</strong>tro, <strong>en</strong> la colonia Cuauhtémoc,<br />
<strong>en</strong> Mozimba y <strong>en</strong> los cerros de la Mira y de La Pinzona, la<br />
acción turística se daba a partir del Papagayo (y el colindante arroyo<br />
de aguas negras que impunem<strong>en</strong>te infectaba la bahía), pasaba por<br />
la Diana, se refocilaba <strong>en</strong> la Condesa y avanzaba hacia Costa Azul,<br />
Icacos, la Base y la Escénica, algo imp<strong>en</strong>sable unos años antes. Pero<br />
30 IBERO<br />
el mar aún estaba limpio, salvo <strong>en</strong> el muelle,<br />
fr<strong>en</strong>te al zócalo, y <strong>en</strong> Caleta y Caletilla,<br />
que albergaban yates y lanchas. Acapulco no<br />
paraba de crecer y, como los bu<strong>en</strong>os lugares<br />
ya estaban ocupados o eran carísimos, los más<br />
pobres se instalaban <strong>en</strong> La Laja, <strong>en</strong> las faldas<br />
del Veladero, lo que llamaban el Anfiteatro.<br />
Acorri<strong>en</strong>tan a Acapulco, decían muchos, hay<br />
que sacarlos a patadas, y eso es exactam<strong>en</strong>te lo<br />
que van a hacer, me dijo ella, te lo juro por el<br />
honor de las hijas de mi tío Alejandro. Igual<br />
van a acabar con la guerrilla de Lucio Cabañas,<br />
la van a hacer caca, vas a ver. Gracias a la<br />
plática, y a los ci<strong>en</strong> kilómetros por hora que le<br />
gustaron a Misterios, salimos indemnes de los<br />
calorones de la Cañada del Zopilote.<br />
El aire se refrescó conforme nos acercábamos<br />
a Chilpancingo, o Chilpo, como le dic<strong>en</strong><br />
los chilpos, me aclaró Misterios y se soltó a<br />
reír, muy cont<strong>en</strong>ta. Se veía hermosísima al<br />
volante, <strong>en</strong>vuelta ahora <strong>en</strong> las canciones de<br />
Leonard Coh<strong>en</strong>. Cargamos gasolina, hicimos<br />
pis y tomamos un refresco antes de empr<strong>en</strong>der<br />
el último tramo del viaje, poco más de<br />
ci<strong>en</strong> kilómetros a través de curvas cerradísimas.<br />
Había que ir muy despacio, lo cual por<br />
otra parte permitía ver la belleza inaudita de<br />
esa parte de la sierra. Le dije a Misterios que<br />
me tocaba conducir, pero ella ronroneó ay no,<br />
mi vida; mira mi estimado José María de Jesús Alabastrino, v<strong>en</strong>go<br />
manejando rico, lo he hecho perfecto, sin aceleres, ¿no? No, pues<br />
sí, nomás no me digas Alabastrino. Pues <strong>en</strong>tonces, relájate mi bu<strong>en</strong>,<br />
hazte una chaira y échate un sueñito.<br />
Las montañas, <strong>en</strong>ormes y verdísimas, revelaban su majestuosidad<br />
cuando se abrían un poco los largos tramos de curvas <strong>en</strong> medio de la<br />
vegetación cerrada y semitropical. Pero duró poco la contemplación<br />
de la sierra porque la chistosita de Misterios temerariam<strong>en</strong>te empezó<br />
a agarrar los apretados serp<strong>en</strong>teos del camino a och<strong>en</strong>ta kilómetros<br />
por hora, y cuando podía, aceleraba más. Oye tú, le advertí, ya<br />
empezaste, bájale, aquí es peligrosísimo. Tranquilo, me respondió, yo<br />
conozco estas curvas como si fueran las mías. Muy bu<strong>en</strong>as, por cierto,<br />
dije, pero vete despacio. Qué te pasa, este tramo todos se lo echan<br />
<strong>en</strong> dos horas o más cuando se puede llegar <strong>en</strong> cuar<strong>en</strong>ta y cinco minutos.<br />
Pero con mucha suerte y un carrazo, alcancé a decir, aterrado,<br />
cuando Misterios rebasó <strong>en</strong> curva. Varios camiones de carga y tráilers<br />
avanzaban pesadam<strong>en</strong>te y por milímetros no nos estrellábamos.<br />
¡Bájale, mujer, nos vamos a matar! La muerte y yo somos comadres,<br />
me respondió, yo me muero donde quera, <strong>en</strong> la raya la primera y<br />
<strong>en</strong> el fuego el corazón, cantó muerta de la risa pero a la vez alerta al<br />
derrapar cardiacam<strong>en</strong>te. Sin bajar la velocidad, la malvada se daba el<br />
lujo de celebrar el paisaje, mira qué monte más soberbio, ése parece<br />
una de las montañas-águila de Magritte, y los árboles, qué árboles, y<br />
el arroyo, mi alma, es tan fuerte y estru<strong>en</strong>doso que parece altanero,<br />
retador, como si dijera: esto es vida, lo demás son p<strong>en</strong>dejadas.<br />
Ap<strong>en</strong>as había dicho eso cuando un horror súbito nos dominó. Había<br />
grava <strong>en</strong> una de las curvas y el Datsun, a ci<strong>en</strong> kilómetros por hora,<br />
se derrapó con viol<strong>en</strong>cia; Misterios aceleró para sacarlo del filo del<br />
abismo <strong>en</strong> el que patinamos durante segundos eternos y de milagro<br />
logró volver al asfalto. Pero ahí <strong>en</strong>tramos <strong>en</strong> un trompo vertiginoso;
En pl<strong>en</strong>o 1974 Acapulco <strong>en</strong>traba <strong>en</strong> la fase<br />
final de una transición. La población flotante<br />
no lo notaba, pero <strong>en</strong> el puerto de noches<br />
como diamante azul se experim<strong>en</strong>taban<br />
transformaciones profundas.<br />
el coche no cesó de girar hasta que se estrelló contra la pared del<br />
monte, rebotó latigueante y de nuevo fue a dar al precipicio. Misterios<br />
volanteó, acelerando, recuperó el camino milagrosam<strong>en</strong>te y<br />
todavía avanzó un poco por la carretera, pero algo nos obstruía. Por<br />
tanto, detuvo el auto <strong>en</strong> un mínimo espacio que semejaba una cuneta<br />
junto al precipicio. Respiramos agitadam<strong>en</strong>te unos segundos hasta<br />
que las bocinas de un tráiler nos hicieron reaccionar y así fuimos<br />
consci<strong>en</strong>tes de nuestra gran suerte de que ningún otro coche hubiese<br />
v<strong>en</strong>ido mi<strong>en</strong>tras patinábamos sin control. Misterios se bajó del coche<br />
a una velocidad increíble, se hincó y se puso a rezar con int<strong>en</strong>sos susurros,<br />
mi<strong>en</strong>tras yo veía todo como si fuera la primera vez, <strong>en</strong> medio<br />
de una estupefacción que sin embargo no me impidió advertir que<br />
<strong>en</strong> el estéreo de ocho tracks se oía Un día <strong>en</strong> la vida, de los Beatles,<br />
y constatar que la parte trasera del pobre Dat se hizo charamusca; la<br />
lámina rozaba con la llanta derecha y la cajuela no abría. A golpes de<br />
piedra logré despegar la salpicadera, pero me llevó un tiempo. En<br />
tanto, Misterios fue sosegándose. Se fumó un cigarrito<br />
y después, casi con un gesto heroico, me<br />
dio las llaves del coche, sin decir nada.<br />
Yo manejé hasta Tierra Colorada, donde un<br />
mecánico, que resultó bastante transa pero simpático,<br />
arregló algo “importantísimo” de la susp<strong>en</strong>sión.<br />
Continuamos el viaje con cuidados y<br />
<strong>en</strong> sil<strong>en</strong>cio, lo cual permitió que Blood on the<br />
tracks de Bob Dylan manifestara su grandeza.<br />
Durante un largo tramo un arroyo caudaloso<br />
nos acompañó chasqueando <strong>en</strong> las grandes<br />
piedras del cauce. La vegetación se hizo cada<br />
vez más tropical, empezaron a aparecer muchos<br />
pueblitos y ríos, y después vinieron las<br />
palmeras debidam<strong>en</strong>te borrachas de sol. S<strong>en</strong>tir<br />
el húmedo calorcito tropical destrabó el<br />
sil<strong>en</strong>cio de Misterios. No había nada como<br />
Cacapulco, reiteró. Su “bellísima bahía”, una<br />
de las más grandes y espectaculares del mundo,<br />
podía alojar ci<strong>en</strong>tos de navíos sin perder<br />
la proporción exacta. Eso sin contar sus caletas<br />
aledañas y la isla Roqueta, donde un<br />
empedernido burro alcohólico se bebía tan<br />
tranquilo las incontables cervezas que los turistas<br />
le ponían <strong>en</strong> la boca. También estaban<br />
los riscos de la Quebrada, con sus afamados<br />
y temerarios clavadistas, que incluso se<br />
lanzaban al abismo con los ojos v<strong>en</strong>dados<br />
y antorchas. Además, la de Acapulco t<strong>en</strong>ía<br />
una hermana m<strong>en</strong>or, casi réplica: la bahía<br />
de Puerto Marqués. Dos soberbias lagunas,<br />
la de Coyuca al norte y la de Tres Palos al<br />
sur, formaban barras con la desembocadura<br />
de los ríos Coyuca y Papagayo, riquísimas<br />
fu<strong>en</strong>tes de vida, al igual que los cerros caducifóleos<br />
del Veladero, parque nacional, los<br />
cuales, con sus sempiternos zopilotes, embellecían,<br />
nutrían y contribuían para que<br />
los huracanes veraniegos no <strong>en</strong>traran de<br />
ll<strong>en</strong>o <strong>en</strong> el puerto.<br />
Por mi parte, dije que, además de la belleza<br />
natural, Acapulco se había vuelto un sitio<br />
muy especial, un paraíso infernal, porque<br />
muchos turistas se volvían otros, mandaban al demonio sus máscaras<br />
de respetabilidad y responsabilidad, y (primero <strong>en</strong> el Bum Bum<br />
de Caleta, luego <strong>en</strong> el Tequila a Gogó y después <strong>en</strong> Paradise de la<br />
Condesa, o <strong>en</strong> Tiberius o Tugurius, además, claro, de la Zonaja), se<br />
despr<strong>en</strong>dían de las inhibiciones y represiones sociales, y según la naturaleza<br />
de cada qui<strong>en</strong> a veces se volvían <strong>en</strong>cantadores o sumam<strong>en</strong>te<br />
peligrosos. Acapulco <strong>en</strong> ese s<strong>en</strong>tido resultaba una ambival<strong>en</strong>te válvula<br />
de escape y puerta regia para los mercaderes del vicio. Pero había<br />
cuando m<strong>en</strong>os dos Acapulcos, precisaba Misterios, el del nativo, el<br />
de sus paisanos, el de adeveras, <strong>en</strong> el que el trabajo y las ocupaciones<br />
hacían que se olvidaran las playas, la diversión turística, o se las viera<br />
como aparador de lujo. Además, ante el contacto con todo tipo de<br />
culturas, directa o indirectam<strong>en</strong>te el acapulqueño ampliaba conocimi<strong>en</strong>tos,<br />
gustos, s<strong>en</strong>sibilidad. Se cosmopolitizaba más rápido que <strong>en</strong><br />
el resto del país. Las modas internacionales, bu<strong>en</strong>as y chafas, llegaban<br />
ahí antes, y el porteño cambiaba sin cambiar, seguía si<strong>en</strong>do el mismo<br />
pero con nuevas señas de id<strong>en</strong>tidad. Por otra parte, <strong>en</strong> 1974 ya era<br />
bi<strong>en</strong> visible la inmigración constante<br />
de g<strong>en</strong>te de otros estados y de todas<br />
las clases sociales que anhelaba<br />
mejorar sus condiciones de vida o<br />
simplem<strong>en</strong>te vivir muy a gusto <strong>en</strong><br />
la turística gallina de los huevos de<br />
oro. En pl<strong>en</strong>o 1974 Acapulco <strong>en</strong>traba<br />
<strong>en</strong> la fase final de una transición.<br />
La población flotante no lo notaba,<br />
pero <strong>en</strong> el puerto de noches como<br />
diamante azul se experim<strong>en</strong>taban<br />
transformaciones profundas, quizá<br />
más malas que bu<strong>en</strong>as, que después<br />
abarcarían a todo el país. De cualquier<br />
manera, concluyó Misterios, <strong>en</strong> este<br />
mom<strong>en</strong>to Acapulco es perfecto.<br />
Ya habíamos rebasado la tortuosa<br />
subida de Tres Cruces y al fin contemplamos<br />
la gran bahía de Acapulco,<br />
con las rocas del Morro y la isla<br />
Roqueta, que con su faro se asomaba<br />
por detrás de la Bocana. Ah qué maravilla.<br />
¡Bravo!, ¡autor, autor!, dijimos,<br />
pero <strong>en</strong> ese mom<strong>en</strong>to la puesta de sol<br />
nos <strong>en</strong>mudeció. Las cambiantes luces<br />
<strong>en</strong>c<strong>en</strong>didas del cielo se confundían con<br />
las artificiales pero t<strong>en</strong>aces de la “zona<br />
dorada”, que se volvía ya el principal<br />
c<strong>en</strong>tro turístico y un uptown. Pero, bu<strong>en</strong>o,<br />
ya sab<strong>en</strong>, eran “foquitos de colores,<br />
copitas con champán, mujeres vaporosas<br />
que besan y se van”.<br />
IBERO 31
TRIVIUM /cu<strong>en</strong>to<br />
(Desde la primera tarde que conversamos puse <strong>en</strong> duda la verdad<br />
que La Dueña del Hotel Poe me fue contando respecto a la composición<br />
de su Puerta sin salida. Pero, <strong>en</strong> vista de que la misión que<br />
me <strong>en</strong>cargó el editor de la If Press no fue de juzgar a su autora ni<br />
analizar sus libros, sino de averiguar, tomando <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta la limitación<br />
de que no soy <strong>en</strong>trevistadora, cómo había escrito la noveleta<br />
que añadió éxito comercial a su prestigio de crítica, expongo mi<br />
elaboración de sus palabras y que el lector decida qué creer.)<br />
Te contesto. Como un desafío a mí misma escribí Puerta sin salida.<br />
El otoño <strong>en</strong> el que yo cumplía ses<strong>en</strong>ta años me visitó <strong>en</strong> México<br />
mi sobrina de Boston, que acababa de cumplir treinta y que, universitaria<br />
y viajera emancipada, después de probar suerte <strong>en</strong> una larga y<br />
variada serie de oficios y empleos, que iban de cine <strong>en</strong> Nueva York,<br />
retiros budistas <strong>en</strong> Calcuta y cirugía de oído de no sé qué peces <strong>en</strong><br />
Alaska, a repostería <strong>en</strong> París, arqueología <strong>en</strong> Israel y <strong>en</strong>señanza de<br />
letras inglesas <strong>en</strong> Moscú, estaba finalm<strong>en</strong>te decidida a convertirse<br />
<strong>en</strong> escritora.<br />
32 IBERO<br />
›La autora y su crítica<br />
Fotografía de Rogelio Cuéllar.<br />
Bárbara Jacobs<br />
Cu<strong>en</strong>tista, <strong>en</strong>sayista y novelista. Autora,<br />
<strong>en</strong>tre otros libros, de Doce cu<strong>en</strong>tos <strong>en</strong><br />
contra, Escrito <strong>en</strong> el tiempo, Vida con mi<br />
amigo, Las hojas muertas, Juego limpio,<br />
Vidas <strong>en</strong> vilo y Flor<strong>en</strong>cia y Ruiseñor. En<br />
1987 mereció el Premio de Literatura Xavier<br />
Villaurrutia. Su más reci<strong>en</strong>te libro es Lunas<br />
(México, Era, 2010)<br />
Experi<strong>en</strong>cias que contar, le sobraban. Su vocación era auténtica y<br />
a mí me constaba. Desde niña escribía. Entre mis papeles conservo<br />
una carpeta de aquel tiempo con sus poemas, y su tal<strong>en</strong>to y s<strong>en</strong>sibilidad<br />
me habían parecido siempre tan evid<strong>en</strong>tes que la decisión<br />
que ahora me comunicaba no sólo no era novedad para mí, sino que<br />
más bi<strong>en</strong> yo llevaba tiempo esperándola. Ya la habían anunciado tantas<br />
otras señales, como una vez que viajó a verme con dos maletas<br />
grandes cuyo cont<strong>en</strong>ido eran, por decirlo así, los ci<strong>en</strong> libros que hay<br />
que leer, de Ori<strong>en</strong>te y Occid<strong>en</strong>te, de ci<strong>en</strong>cia, arte y humanidades,<br />
de la Antigüedad a nuestros días, y que, para mi asombro, durante su<br />
estancia leyó, cuando no fuera que releía, con compr<strong>en</strong>sión, además,<br />
pues, para <strong>en</strong>tret<strong>en</strong>ernos a la hora del té, me los fue sintetizando con<br />
lucidez, o me los fue revelando, ya que del conjunto yo habría leído<br />
una doc<strong>en</strong>a, aparte de que con un <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dimi<strong>en</strong>to m<strong>en</strong>or, si he de<br />
compararlo con el de ella, abrumadoram<strong>en</strong>te superior. Cuando <strong>en</strong><br />
fecha reci<strong>en</strong>te se preparaba para una maestría <strong>en</strong> creación literaria,<br />
me resistí a tutorarla. Si cedí y leí sus propuestas y textos fue para<br />
Foto: Cobis.
no defraudar la confianza que insistía <strong>en</strong> t<strong>en</strong>erme. Yo no necesitaba<br />
leerlos para saber que t<strong>en</strong>ían tanta madera literaria como su autora.<br />
Fr<strong>en</strong>te al resto de la familia, yo cont<strong>en</strong>ía la risa cuando le reprochaban<br />
los <strong>en</strong>cierros y la t<strong>en</strong>acidad con la que observaba la disciplina<br />
que se imponía sola, aun <strong>en</strong> vacaciones y contra las más elem<strong>en</strong>tales<br />
formas de conviv<strong>en</strong>cia.<br />
Siempre me recordó no a mí misma, sino a como yo habría querido<br />
ser, o a la hija que habría querido t<strong>en</strong>er. De modo que al oírla<br />
por fin decidida a dejarse de búsquedas y rodeos y convertirse ya <strong>en</strong><br />
escritora, t<strong>en</strong>ía razones para apoyarla, incluso para darle un empujoncito<br />
con tal de impedirle reposponer su decisión.<br />
En su caso, convertirse <strong>en</strong> escritora significaba tomar posesión de lo que<br />
ya era, y para posesionarse de este papel no t<strong>en</strong>ía más que escribir algo<br />
para su publicación.<br />
O así lo <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dí para darle el impulso que por fin parecía pedir.<br />
Contra su vacilación ante cómo empezar, decidí obligarla, aunque<br />
con astucia, a <strong>en</strong>cerrarse a escribir mi<strong>en</strong>tras durara su visita.<br />
—¿Cómo empezar? Nada más y nada m<strong>en</strong>os que escribi<strong>en</strong>do<br />
algo para publicar ya.<br />
Mi sobrina fue más lista, pues condicionó su acatami<strong>en</strong>to<br />
a mi plan a que yo también escribiera algo, para que la<br />
hipotética compet<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> la que nos <strong>en</strong>frascáramos fuera<br />
nuestro estímulo mutuo y motivación principal.<br />
Quise tranquilizarla al asegurarle que yo supervisaría ese tan deseado,<br />
temido y postergado comi<strong>en</strong>zo, o paso, o transformación, y no<br />
porque yo creyera que ella necesitara mi apoyo ni el de nadie, pero<br />
sí para hacerla s<strong>en</strong>tir que yo suponía que lo necesitaba. O quizá fue<br />
para que compartiera conmigo su propia puesta <strong>en</strong> marcha.<br />
Pero mi sobrina fue más lista, pues condicionó su acatami<strong>en</strong>to<br />
a mi plan a que yo también escribiera algo, para que la hipotética<br />
compet<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> la que nos <strong>en</strong>frascáramos fuera nuestro estímulo<br />
mutuo y motivación principal.<br />
Lo cierto es que acepté. Y empezamos por ver con qué contábamos.<br />
El primer determinante del experim<strong>en</strong>to que estábamos por empr<strong>en</strong>der<br />
fue el tiempo de la visita de mi sobrina, reducido a quince<br />
días, que determinaría también la ext<strong>en</strong>sión del trabajo que habríamos<br />
de empezar y completar. Quedó sobre<strong>en</strong>t<strong>en</strong>dido que básicam<strong>en</strong>te<br />
fuera prosa. Y de estos postulados dedujimos que la forma<br />
sería la de un cu<strong>en</strong>to largo o novela corta, género que suele llamarse<br />
nouvelle <strong>en</strong> su francés original, noveleta <strong>en</strong> español.<br />
Una vez con el, por así llamarlo, cont<strong>en</strong>edor, procedimos a considerar<br />
el tono con el que trataríamos de impregnarlo. Sin mayores<br />
digresiones, dispusimos que t<strong>en</strong>ía que ser un tono de juego, <strong>en</strong> especial<br />
si tomábamos <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta que la empresa pret<strong>en</strong>día destrabar a<br />
mi sobrina, equipada, ceñida, con toda la conci<strong>en</strong>cia del valor que<br />
ti<strong>en</strong>e la literatura. Es decir, debíamos proponernos abordar la tarea<br />
sin miedo, confiadas <strong>en</strong> que al darle apari<strong>en</strong>cia de juego lo podríamos<br />
lograr. Un juego te permite más acercarte a él que la Literatura.<br />
En todo caso, no aspira al Arte o la Belleza o la Verdad, sino, a lo<br />
mucho, a la diversión, ni siquiera a ganar, o a no ganar otra cosa que<br />
el espíritu de diversión con el que te permitas jugar. Y a las dos nos<br />
pareció que este tono de juego apuntaba a feria, lo que <strong>en</strong> términos<br />
filosóficos hablaba de una meta o premio banal, <strong>en</strong> oposición a lo<br />
que sería el premio o meta trasc<strong>en</strong>d<strong>en</strong>tal al que aspirara un tono, digamos,<br />
de éxito de crítica.<br />
De aquí que nos planteáramos calificar la noveleta que habríamos<br />
de escribir como éxito de v<strong>en</strong>ta, o lo opuesto a lo que habría sido<br />
proyectarla como literaria.<br />
Así, llegamos a la conclusión de que, para estas definiciones tan<br />
bi<strong>en</strong> fundam<strong>en</strong>tadas, el tema de la obra debía ser ni un punto m<strong>en</strong>os<br />
que el adecuado. Y a una de las dos se nos ocurrió que el más oportuno<br />
de los temas podía ser el del desarrollo emocional de la mujer,<br />
ya que, <strong>en</strong> primer lugar, lo conocíamos directam<strong>en</strong>te, y <strong>en</strong> segundo,<br />
al seguir una gradación natural fija, se prestaba como ninguno a ser<br />
tratado por partes o, para nuestros fines, por capítulos, lo que dividía<br />
nuestra empresa <strong>en</strong> secciones abarcables a simple vista y nos daba<br />
la estructura ideal e imprescindible para el relato. Pero, puesto que<br />
no se nos escapaba que era un tema no sólo igual desde siempre<br />
<strong>en</strong> la historia, y tan conocido y asumido <strong>en</strong> los cuatro rincones del<br />
mundo que incluso corría el riesgo de aburrir, para que despertara<br />
interés, debíamos contraponerlo a algo, a un contrapeso que, aparte<br />
de interesar, inquietara, por ejemplo, o disgustara o, <strong>en</strong> otras palabras,<br />
hiciera cimbrar la naturalidad del tema y por lo tanto, según nosotras,<br />
nos ganara un público lector aún más amplio que el del tema<br />
sin su contrapunto.<br />
(En mi Puerta sin salida, el contrapunto fue la <strong>en</strong>vidia al hombre.<br />
Así, la protagonista de mi nouvelle pasa por los estadios de su desarrollo<br />
emocional d<strong>en</strong>tro de la mayor naturalidad, pero <strong>en</strong> todo<br />
mom<strong>en</strong>to confrontados con este contrapeso.)<br />
Como resultaba obvio que la aparición del contrapunto, aun<br />
cuando nos ganara lectores, reducía la banalidad del tono de juego<br />
con el que habíamos planeado para nuestras nouvelles, pues profundizaba<br />
<strong>en</strong> el tratami<strong>en</strong>to, o le daba matices y le quitaba planicie o<br />
superficialidad, para comp<strong>en</strong>sar esta posible falla <strong>en</strong> la precisión de<br />
nuestros planes, aunque siempre <strong>en</strong> el espíritu de juego, p<strong>en</strong>sé que<br />
el carácter que le diéramos, o la tonalidad de su tono, fuera de burla,<br />
de manera que el humor que despertara <strong>en</strong> el posible lector fuera el<br />
de sátira, si no lográbamos deshacernos del todo de nuestras propias<br />
trabas para conseguir darle el de comedia, que sería el ideal.<br />
Con la finalidad de facilitar la tonalidad de burla que, yo estaba<br />
conv<strong>en</strong>cida, de paso facilitaría a mi sobrina perder el miedo a publicar<br />
o a posesionarse de su papel de escritora, debíamos imaginar o<br />
urdir las situaciones más grotescas posibles para repres<strong>en</strong>tar cada etapa<br />
del desarrollo emocional de la mujer, que fue lo que cada una hizo<br />
a su manera.<br />
IBERO 33
TRIVIUM /<strong>en</strong>sayo<br />
Javier Prado Galán, S. J.<br />
Vicerrector Académico de la <strong>Universidad</strong><br />
<strong>Iberoamericana</strong> Ciudad de México. Doctor <strong>en</strong><br />
Filosofía. Su más reci<strong>en</strong>te libro es El Marido,<br />
Don Juan y Narciso: La ética y la estética<br />
de la posmodernidad (Calima, 2009)<br />
Algui<strong>en</strong>, no sé quién, dijo<br />
que no debería uno privarse<br />
del “placer de la piedad”<br />
¿Se ha justificado alguna<br />
vez a la religión de manera<br />
más delicada?<br />
E. M. CIORAN<br />
En este <strong>en</strong>sayo ofrezco al lector, a<br />
partir de mi experi<strong>en</strong>cia como<br />
apasionado del futbol, algunas<br />
reflexiones sobre las analogías<br />
que descubro <strong>en</strong>tre el futbol y<br />
la religión. No agoto estas semejanzas. Y<br />
a partir de dos descripciones logradas del<br />
f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o religioso, la de Whitehead y la<br />
de Cioran, acometo la tarea de p<strong>en</strong>sar el<br />
futbol como religión. Voy con mi experi<strong>en</strong>cia.<br />
En mayo del 2001, un par de amigos y<br />
yo terminamos <strong>en</strong> cuclillas celebrando el<br />
gol de último minuto de Robson Luiz<br />
con el que el Santos superó al Pachuca<br />
<strong>en</strong> la final del torneo de verano de ese<br />
año. La posición <strong>en</strong> la que quedamos era<br />
a todas luces religiosa, prosternados, de<br />
rodillas y coreando el gol <strong>en</strong> un paroxismo<br />
desbordante. Algui<strong>en</strong> podría p<strong>en</strong>sar<br />
que exagero. Sin embargo el fanatismo<br />
futbolero nos lleva a este tipo de manifestaciones.<br />
Robson Luiz, a pesar de ser<br />
34 IBERO<br />
›El<br />
futbol<br />
como<br />
religión<br />
y lo<br />
que<br />
hacemos<br />
con<br />
nuestra<br />
soledad<br />
un jugador gris, se convirtió <strong>en</strong> todo un ídolo<br />
lagunero.<br />
A lo largo de mi vida he perdido la cabeza,<br />
<strong>en</strong> el futbol, por tres equipos. Mi pasión por el<br />
Santos ha sido motivada por mi orig<strong>en</strong> lagunero.<br />
El Santos ha t<strong>en</strong>ido nómina aunque no precisam<strong>en</strong>te<br />
técnicos de trayectoria probada. Por ello<br />
el f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o Santos me parece sorpr<strong>en</strong>d<strong>en</strong>te. Si<br />
revisa el amigo lector el palmarés de Quirarte,<br />
de Alfredo T<strong>en</strong>a y de Guzmán, técnicos que<br />
hicieron campeón al Santos, no verá demasiado.<br />
Sin embargo, ellos consiguieron el título<br />
gracias a una mística ejemplar.<br />
El caso del Cruz Azul es distinto. La mediocridad<br />
de la directiva de este equipo me<br />
llevó a alejarme de él de cinco años a la<br />
fecha. La directiva solía acusar a los jugadores<br />
de los resultados. Nunca fue autocrítica.<br />
La historia del Cruz Azul exitoso marca mi<br />
niñez y mi adolesc<strong>en</strong>cia. Tantos títulos de la<br />
mano de Nacho Trelles alim<strong>en</strong>tan una afición<br />
<strong>en</strong> la médula de mis huesos difícil de erradicar.<br />
Sin embargo, ahora empiezo a ver <strong>en</strong> la Má-
El gol es ahora como el<br />
milagro <strong>en</strong> la religión. Es<br />
cada vez m<strong>en</strong>os frecu<strong>en</strong>te<br />
<strong>en</strong> la vida moderna. Y<br />
cuánto nos hace falta. Es el<br />
táctico del juego. También<br />
los milagros escasean.<br />
ése que está <strong>en</strong> el imaginario del aficionado como el equipo<br />
sin remedio. Tanto segundo lugar desmadeja la autoestima de<br />
cualquiera.<br />
Alemania fue toda una maquinaria, todo un estilo triunfador<br />
de jugar futbol, alternativo al de Italia y al de Brasil. Quizá por<br />
ello me aficioné a la selección de Beck<strong>en</strong>bauer. El título del<br />
54 escapa a mi memoria. Aún no había nacido. Pero los otros<br />
dos títulos, 74 y 90, impusieron todo un modo de jugar al<br />
futbol: el futbol de fuerza. Las barridas de los def<strong>en</strong>sores<br />
alemanes arrobaron mis s<strong>en</strong>tidos. Es verdad, la Alemania de<br />
este 2010 está lejos de emular aquellas hazañas.<br />
Pero aclaremos los términos. Enti<strong>en</strong>do por religión, de<br />
manera conv<strong>en</strong>cional, el conjunto de mediaciones e instrum<strong>en</strong>tos<br />
que buscan ponerme <strong>en</strong> contacto, aunque <strong>en</strong><br />
ocasiones no lo logr<strong>en</strong>, con el Absoluto. De este modo<br />
ritos, cultos, liturgias, etcétera, forman parte del tinglado<br />
religioso. Pero no debemos confundir religión con<br />
religiosidad. La religiosidad es el anhelo de pl<strong>en</strong>itud. Me<br />
gusta decirlo con Freud: la religiosidad corresponde al<br />
“s<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>to oceánico”. Ese afán de trasc<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia que<br />
se puede traducir <strong>en</strong> mera religión o <strong>en</strong> fe, es lo que yo<br />
d<strong>en</strong>omino “religiosidad”. Y ¿qué es la fe? La fe es <strong>en</strong>tre-<br />
Fotos: Cobis. quina a los Bills de Bufalo. No al segundo lugar eterno, sino a<br />
ga después de un <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tro<br />
“real” con la divinidad. Como<br />
se puede apreciar, la definición<br />
de fe dista mucho de lo que se<br />
<strong>en</strong>ti<strong>en</strong>de por religión. En este <strong>en</strong>sayo<br />
me referiré a la religión y a<br />
la religiosidad, <strong>en</strong> relación con el<br />
futbol, sin hacer alusión <strong>en</strong> ningún<br />
mom<strong>en</strong>to a la fe. En realidad me<br />
referiré más a la religiosidad que a<br />
la religión propiam<strong>en</strong>te dicha.<br />
Whitehead afirma que la religión<br />
“es lo que hacemos con<br />
nuestra soledad”. Y bu<strong>en</strong>o, lo que<br />
hacemos con nuestra soledad nos<br />
puede remitir a la fe o simplem<strong>en</strong>te<br />
a la religión. Juan Rulfo, <strong>en</strong> El<br />
Llano <strong>en</strong> llamas, nos narra un par<br />
de historias religiosas donde es<br />
difícil apreciar la fe <strong>en</strong> el s<strong>en</strong>tido<br />
definido líneas arriba.<br />
En “Talpa” y <strong>en</strong> “Anacleto<br />
Morones” lo que t<strong>en</strong>emos<br />
IBERO 35
TRIVIUM /<strong>en</strong>sayo<br />
es religión. Y religión ali<strong>en</strong>ante. Religión <strong>en</strong> el s<strong>en</strong>tido <strong>en</strong> el que lo<br />
dijo Marx <strong>en</strong> la Introducción a la crítica de la filosofía del derecho de Hegel,<br />
religión <strong>en</strong> tanto que “opio del pueblo”. Aunque debo advertir al<br />
lector que <strong>en</strong> dicho texto Marx también alude a la función profética<br />
y de cambio de la religión.<br />
Son múltiples las analogías que exist<strong>en</strong> <strong>en</strong>tre el futbol y la religión.<br />
Hago m<strong>en</strong>ción de algunas. Tanto <strong>en</strong> el futbol como <strong>en</strong> la religión<br />
la multitud es clave. Ojalá tuviera razón Don DeLillo y el futuro de<br />
veras pert<strong>en</strong>eciese a las multitudes. No cabe duda que la multitud<br />
cu<strong>en</strong>ta con un poder exorbitante. Léase para esto a Spinoza y a<br />
Negri. Sin embargo, la masa <strong>en</strong> ocasiones se comporta de modo<br />
irracional y viol<strong>en</strong>to. Son numerosos los ejemplos de tragedias tanto<br />
<strong>en</strong> el ámbito del futbol como <strong>en</strong> el ámbito de la religión. Allí está la<br />
turba que <strong>en</strong> el Estadio Olímpico de CU sepultó a más de 10 personas,<br />
y allá quedó la viol<strong>en</strong>cia de la Noche de San Bartolomé. Los<br />
parangones y las similitudes se multiplican. A estas muchedumbres<br />
las une el futbol o la religión.<br />
Otra semejanza. El hincha y el ídolo. Tanto <strong>en</strong> el futbol como<br />
<strong>en</strong> la religión, el fanatismo lleva a la adoración. “El fanático es el<br />
hincha <strong>en</strong> el manicomio”, asegura Galeano. Y <strong>en</strong> verdad<br />
la locura está pres<strong>en</strong>te tanto <strong>en</strong> el futbol como <strong>en</strong> la<br />
religión. En la religión seguimos repudiando a los fr<strong>en</strong>éticos<br />
de Canoa. En el futbol, aparece Messi y de ese<br />
modo se alcanza a sustituir la idolatría que se tuvo por<br />
Maradona.<br />
El gol es ahora como el milagro <strong>en</strong> la religión. Es<br />
cada vez m<strong>en</strong>os frecu<strong>en</strong>te <strong>en</strong> la vida moderna.<br />
Y cuánto nos hace falta. Es el táctico del juego.<br />
También los milagros escasean. Cada vez hay<br />
más beatos sin milagros que se quedan esperando<br />
la canonización.<br />
Otra analogía. Galeano se pregunta: “¿En qué<br />
se parece el fútbol a Dios? En la devoción que le<br />
ti<strong>en</strong><strong>en</strong> muchos crey<strong>en</strong>tes y <strong>en</strong> la desconfianza que<br />
le ti<strong>en</strong><strong>en</strong> muchos intelectuales”. Intelectuales<br />
como Kipling y Borges han c<strong>en</strong>surado el futbol.<br />
Consideran que es propio de “idiotas” jugarlo y<br />
sobre todo verlo. En la religión pasa lo mismo.<br />
Muchos intelectuales profesan con orgullo su<br />
agnosticismo y estigmatizan la religión por considerarla<br />
residuo de la prehistoria de la humanidad.<br />
Así aparece Onfray con su Tratado de ateología,<br />
Comte-Sponville con su Alma del ateísmo<br />
y Hitch<strong>en</strong>s y su Dios no es bu<strong>en</strong>o. Los tres <strong>en</strong><br />
franca crítica a la religión por lo que ti<strong>en</strong>e<br />
de ali<strong>en</strong>ante y adormecedora. “En tiempos<br />
oscuros, la mejor guía para los pueblos era la<br />
36 IBERO<br />
La religión es lo que hacemos con nuestra soledad.<br />
Fantástica descripción del proceso religioso que nos<br />
lega Whitehead. Cuando estamos solos p<strong>en</strong>samos <strong>en</strong><br />
Dios, p<strong>en</strong>samos <strong>en</strong> trasc<strong>en</strong>der… Pero esto también lo<br />
podemos aplicar al futbol: el futbol es lo que hacemos<br />
con nuestra soledad.<br />
religión… Sin embargo, cuando amanece, es una ins<strong>en</strong>satez utilizar<br />
a los ciegos como guías”, advirtió Heine. Ninguno de estos p<strong>en</strong>sadores<br />
rescata el valor profético de la religión.<br />
Última analogía. Bromberger nos dice que si bi<strong>en</strong> “es cierto que<br />
se han comparado los estadios con santuarios y que existe mucha<br />
afinidad <strong>en</strong>tre la pasión por el futbol y la religión… no obstante, el<br />
futbol se difer<strong>en</strong>cia de una religión por el hecho de que no aporta<br />
ningún m<strong>en</strong>saje sobre la salvación”. Y esto es verdad. Aunque no<br />
deja de haber atisbos de salvación con “s” minúscula <strong>en</strong> la apoteosis<br />
del “dribling” de los seis ingleses por parte de Maradona.<br />
La religión es lo que hacemos con nuestra soledad. Fantástica descripción<br />
del proceso religioso que nos lega Whitehead. Cuando estamos<br />
solos p<strong>en</strong>samos <strong>en</strong> Dios, p<strong>en</strong>samos <strong>en</strong> trasc<strong>en</strong>der… Pero esto<br />
también lo podemos aplicar al futbol: el futbol es lo que hacemos<br />
con nuestra soledad. Cuando nos s<strong>en</strong>timos solos p<strong>en</strong>samos fugarnos<br />
de este mundo vi<strong>en</strong>do un bu<strong>en</strong> partido de futbol. Es un escape “divino”<br />
aunque a veces lo único que nos ofrezca sea la frustración de<br />
un partido aburrido o de un título nunca alcanzado. El futbol como<br />
religión es lo que hacemos con nuestra soledad. Lo contrario de la<br />
soledad es la comunión. No quiere decir necesariam<strong>en</strong>te<br />
que lo que hacemos con nuestra soledad sea<br />
la comunión. Pero algo de esto experim<strong>en</strong>tamos<br />
<strong>en</strong> un templo y algo de esto experim<strong>en</strong>tamos <strong>en</strong><br />
un estadio de futbol, incluso cuando está vacío.<br />
Y para terminar. Cioran describió la religión<br />
como el “placer de la piedad”. Cuando Violeta<br />
Parra <strong>en</strong> “Volver a los diecisiete” canta<br />
“volver a s<strong>en</strong>tir profundo como un niño<br />
fr<strong>en</strong>te a Dios”, alude a esta experi<strong>en</strong>cia de<br />
goce <strong>en</strong> la piedad, <strong>en</strong> la oración, <strong>en</strong> la liturgia,<br />
etc. Algunos podrían estar <strong>en</strong> desacuerdo<br />
con esta definición y verían <strong>en</strong> la<br />
religión más bi<strong>en</strong> “el dolor de la piedad”.<br />
La religión de la cruz es un argum<strong>en</strong>to a<br />
favor de lo que ellos postulan. Sin embargo,<br />
he querido ver <strong>en</strong> la religión, al valorar<br />
el aserto de Cioran, el hecho de la Resurrección<br />
que traspasa de manera gozosa el<br />
dolor de la Pasión. El futbol también puede<br />
ser definido <strong>en</strong> términos de placer. El<br />
futbol es el placer del gol, de la gambeta,<br />
del título, etcétera. El placer de jugar bello<br />
pero también de ganar, el placer de dar<br />
espectáculo pero también de triunfar. No<br />
debemos privarnos del placer de la piedad<br />
ni del placer del gol. Sudáfrica puede ser<br />
eso. ¡Salud!
divulgación ci<strong>en</strong>tífica<br />
A la memoria de María Alma Tejeda Carpio<br />
›La eutanasia<br />
ante el mundo<br />
contemporáneo<br />
M<strong>en</strong>cionar el concepto eutanasia nos indica una<br />
serie de p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>tos <strong>en</strong>contrados, ya que nos<br />
induce a p<strong>en</strong>sar o reflexionar acerca de la forma<br />
<strong>en</strong> como debemos asumir el término de<br />
nuestra exist<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> este mundo. La tecnología<br />
y la ética deberán asumir la moral como respuesta exist<strong>en</strong>cial<br />
ante el problema que nos plantea la biotecnología.<br />
Definir con claridad la palabra eutanasia nos obliga a darle el<br />
verdadero significado que posee dicho concepto <strong>en</strong> el debate<br />
ético. Una de las principales razones que aduce la tecnología <strong>en</strong><br />
el mundo actual es la lectura que hac<strong>en</strong> de la eutanasia como<br />
distanasia 1 ; dicho <strong>en</strong> otras palabras cómo la tecnología acompaña<br />
a la muerte <strong>en</strong> el último acto de la vida o<br />
sea el acto de morir.<br />
El liberalismo económico-social ha<br />
dirigido sus razones médicas y terapéuticas<br />
a sust<strong>en</strong>tar la bondad de la muerte<br />
utilizando los últimos avances de la tecnología<br />
médica o la así d<strong>en</strong>ominada biotecnología.<br />
Hablar de la eutanasia <strong>en</strong> el<br />
plano tecnológico es poner todo el poder<br />
ci<strong>en</strong>tífico y tecnológico al servicio de la “vida” <strong>en</strong> contra de la<br />
inevitable realidad que es la muerte. ¿En qué mom<strong>en</strong>to la técnica<br />
debe de asumir la impot<strong>en</strong>cia de <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tar la muerte como la<br />
única posibilidad necesaria? El papel que desempeñan el dolor,<br />
el sufrimi<strong>en</strong>to y la muerte son elem<strong>en</strong>tos fundam<strong>en</strong>tales para<br />
poder discernir acerca del ser de la muerte y del ser de la exist<strong>en</strong>cia<br />
humana (vida).<br />
El homo faber pret<strong>en</strong>de absolutizar la vida <strong>en</strong> función de la técnica<br />
cay<strong>en</strong>do <strong>en</strong> un biologismo o positivismo de corte vitalista.<br />
Reduci<strong>en</strong>do la muerte a una aplicación tecnológica que no responde<br />
a los significados fundam<strong>en</strong>tales de la exist<strong>en</strong>cia humana.<br />
La distanasia apuesta por la razón geométrica que implica una<br />
cosmovisión cartesiana de la realidad médica; si<strong>en</strong>do el mecani-<br />
38 IBERO<br />
Alejandro Tejeda Carpio<br />
Profesor de Ética y Deontología Jurídica de la <strong>Universidad</strong><br />
<strong>Iberoamericana</strong> Ciudad de México y de Ética Bursátil de la<br />
Asociación Mexicana de Intermediarios Bursátiles<br />
cismo 2 y el psicologismo 3 los instrum<strong>en</strong>tos m<strong>en</strong>tales que sust<strong>en</strong>tan<br />
dicha cosmovisión antropológica. La distanasia como interpretación<br />
de la eutanasia implica la marginación de una lectura<br />
humanista de la muerte; <strong>en</strong> el caso de la adistanasia es difer<strong>en</strong>te<br />
ya que concibe la tecnología como un medio que debe ser aplicado<br />
de manera proporcional al acto de morir ante la evid<strong>en</strong>cia<br />
de la pres<strong>en</strong>cia de la muerte.<br />
Ent<strong>en</strong>der el dolor a partir de la adistanasia implica humanizar<br />
el acto de morir con el concurso de todos los medios posibles<br />
para poder darle un s<strong>en</strong>tido humano y por <strong>en</strong>de exist<strong>en</strong>cial a la<br />
inevitable realidad de la muerte, la tecnología <strong>en</strong> la visión de la<br />
adistanasia es la aplicación prud<strong>en</strong>te de la tecnología producto<br />
Tanto el bi<strong>en</strong> como la muerte están<br />
referidos al posible significado<br />
que le asign<strong>en</strong> los implicados <strong>en</strong><br />
estas acciones de tipo moral y de<br />
ori<strong>en</strong>tación ética.<br />
de la razón ci<strong>en</strong>tífica conquistada por el hombre. El sufrimi<strong>en</strong>to,<br />
como una interpretación psíquica del dolor humano, es la herm<strong>en</strong>éutica<br />
apropiada para diseñar una cosmovisión pertin<strong>en</strong>te<br />
que no reduzca el acto de morir a una interpretación positivista.<br />
La tecnología ti<strong>en</strong>e como imperativo ético el humanizar el<br />
dolor, el sufrimi<strong>en</strong>to y por <strong>en</strong>de el acto de morir <strong>en</strong> un contexto<br />
moral y cultural <strong>en</strong> donde la civilización tecnológica responda<br />
con sus bi<strong>en</strong>es al significado fundam<strong>en</strong>tal del ser humano. La<br />
adistanasia apuesta por esta opción humanista donde la tecnología<br />
es un medio y no un fin. En el caso de la distanasia la primacía<br />
tecnológica y por <strong>en</strong>de utilitarista de la tecnología impide la<br />
adecuada humanización de la vida <strong>en</strong> las fronteras de su término<br />
o sea la muerte.
Foto: Corbis.<br />
La distanasia asume el<br />
hedonismo individualista<br />
de corte utilitarista d<strong>en</strong>tro<br />
del contexto liberal tanto<br />
a nivel económico como<br />
<strong>en</strong> sus dim<strong>en</strong>siones políticas<br />
y sociales. Este materialismo<br />
no opta por el humanismo <strong>en</strong><br />
medicina. Por este motivo es importante<br />
consolidar una cosmovisión<br />
humanista que afirme los valores <strong>en</strong> el<br />
contexto de la cultura médica.<br />
La adistanasia 4 es el inicio de una<br />
autodeterminación axiológica que<br />
pret<strong>en</strong>de inducir terapias que consolid<strong>en</strong><br />
una interpretación humanista <strong>en</strong><br />
el debate de la eutanasia. La prud<strong>en</strong>cia<br />
psicológica y médica es expresión de una solidaridad social y<br />
política que requiere de la proporción adecuada <strong>en</strong>tre la razón<br />
técnica y la aplicación de la misma; dicho <strong>en</strong> otras palabras, de la<br />
razón práctica o moral solidaria.<br />
El homo sapi<strong>en</strong>s es la manifestación evid<strong>en</strong>te de una ilustración<br />
humanista de inspiración exist<strong>en</strong>cialista. La formación<br />
especulativa del conocimi<strong>en</strong>to es secundaria con respecto a la<br />
expresión exist<strong>en</strong>cialista de la verdad subjetiva. La verdad considerada<br />
a nivel cognitivo no es sufici<strong>en</strong>te para responder al carácter<br />
subjetivo de la verdad que el exist<strong>en</strong>cialismo manifiesta a<br />
nivel ético-moral.<br />
El racionalismo tecnocrático está <strong>en</strong> debate con un exist<strong>en</strong>cialismo<br />
crítico que asume al individuo como persona. En el caso<br />
del individualismo liberal acota el terr<strong>en</strong>o social por un interés<br />
grupal o netam<strong>en</strong>te individual o narcisista.<br />
El dilema es individualismo 5 o comunitarismo; el individualismo<br />
opta por la distanasia y el comunitarismo por la adistanasia.<br />
La eutanasia <strong>en</strong> su versión tecnocrática elige la técnica como la<br />
única opción moral y ética sust<strong>en</strong>table; y minimiza el aspecto<br />
social y cultural del comunitarismo 6 , el cual pret<strong>en</strong>de una fi-<br />
nalidad claram<strong>en</strong>te apoyada<br />
<strong>en</strong> la virtud social y personal<br />
del individuo.<br />
Cuando hablamos de la<br />
ortotanasia aducimos al significado<br />
conclusivo de la terapia<br />
adistanásica, sólo <strong>en</strong> la verti<strong>en</strong>te de<br />
esta interpretación que se hace de la<br />
eutanasia es posible llegar a esta visión<br />
c<strong>en</strong>trada <strong>en</strong> la persona.<br />
El mundo contemporáneo ha v<strong>en</strong>ido<br />
a secularizar toda acción humana; este<br />
hecho le ha dado la primacía al aspecto<br />
técnico sobre el ético-moral. El utilitarismo<br />
está <strong>en</strong> una relación accid<strong>en</strong>tada<br />
con el eudemonismo de Aristóteles.<br />
Para el eudemonismo el fin ético-moral<br />
es sustancial al carácter bu<strong>en</strong>o del acto humano; <strong>en</strong> el caso del<br />
utilitarismo, el principio rector de sus acciones es el mayor placer<br />
para el mayor número de individuos. Estamos nuevam<strong>en</strong>te<br />
ante el dilema que <strong>en</strong> líneas atrás com<strong>en</strong>tábamos: individualismo<br />
o comunitarismo.<br />
Hemos recorrido la polisemia del concepto eutanasia que<br />
significa bu<strong>en</strong>a muerte, pero que es ¿bu<strong>en</strong>a muerte? Tanto el<br />
bi<strong>en</strong> como la muerte están referidos al posible significado que<br />
le asign<strong>en</strong> los implicados <strong>en</strong> estas acciones de tipo moral y de<br />
ori<strong>en</strong>tación ética.<br />
No es evid<strong>en</strong>te que la tecnología unida a la biología manifieste<br />
una clara limitación ante la evid<strong>en</strong>cia que nuestra condición<br />
mortal nos pres<strong>en</strong>ta. La biotecnología no es la panacea del bi<strong>en</strong><br />
morir. Es necesario asumir los valores como un medio indisp<strong>en</strong>sable<br />
que le asigne a la tecnología su lugar apropiado, y a la razón<br />
su utilidad moral <strong>en</strong> el quehacer de la ética médica.<br />
Hablar con claridad de la distanasia y adistanasia es el camino<br />
adecuado que las ci<strong>en</strong>cias de la salud le deb<strong>en</strong> otorgar al individuo<br />
<strong>en</strong> el mundo contemporáneo. La biotecnología con todo<br />
el ars<strong>en</strong>al impresionante que ha adquirido a través del conoci-<br />
IBERO 39
divulgación ci<strong>en</strong>tífica<br />
mi<strong>en</strong>to, no puede realizar automáticam<strong>en</strong>te el<br />
carácter responsable de la libertad que puede y<br />
debe asumir la persona <strong>en</strong> el mundo actual.<br />
La libertad es la autodeterminación del ser<br />
espiritual situado <strong>en</strong> la historia.<br />
El carácter exist<strong>en</strong>cial de la verdad es<br />
el detonante para una auténtica cultura<br />
que asuma los valores como una<br />
cosmovisión humana que t<strong>en</strong>ga como<br />
consigna la fundam<strong>en</strong>tación sust<strong>en</strong>table<br />
de una verdadera ilustración de<br />
corte humanista y trasc<strong>en</strong>d<strong>en</strong>te ll<strong>en</strong>a de<br />
s<strong>en</strong>tido.<br />
El uso correcto de la razón ci<strong>en</strong>tífica<br />
debe t<strong>en</strong>er como imperativo el valor conting<strong>en</strong>te<br />
de las posibles decisiones que ti<strong>en</strong>e<br />
el sujeto cuando utiliza terapéuticam<strong>en</strong>te los<br />
medios tecnológicos para paliar o curar un mal<br />
determinado. Es la proporción y no lo ordinario<br />
o extraordinario de la tecnología exist<strong>en</strong>te<br />
lo que va a determinar el valor moral del acto<br />
de morir.<br />
Cómo poder responder a la muerte sin aludir el aspecto finito<br />
e infinito del s<strong>en</strong>tido humano del acto de morir; leamos a Sor<strong>en</strong><br />
Kierkegaard <strong>en</strong> este tema tan polémico que es la muerte:<br />
“La desesperación es considerada como una <strong>en</strong>fermedad; es<br />
una autodestrucción, pero impot<strong>en</strong>te, incapaz de conseguir lo<br />
El papel que desempeñan el dolor, el sufrimi<strong>en</strong>to<br />
y la muerte son elem<strong>en</strong>tos fundam<strong>en</strong>tales para poder<br />
discernir acerca del ser de la muerte y del ser de la<br />
exist<strong>en</strong>cia humana (vida).<br />
1 “Distanasia es la práctica que ti<strong>en</strong>de a alejar<br />
lo más posible la muerte, prolongando la vida de un<br />
<strong>en</strong>fermo, de un anciano o de un moribundo, ya inútiles,<br />
desahuciados, sin esperanza humana de recuperación<br />
y para ello utilizando no sólo los medios ordinarios,<br />
sino los extraordinarios, muy costosos <strong>en</strong> sí mismos o<br />
<strong>en</strong> relación con la situación económica del <strong>en</strong>fermo<br />
y su familia”. Marciano Vidal <strong>en</strong>: Moral de la persona y<br />
bioética teológica, Editorial PC, Madrid, p. 510.<br />
2 El mecanicismo reduce el ser vivo a un agregado<br />
de substancias que actúan una sobre la otra con una<br />
compleja actividad físico-químicas a acciones mecánicas<br />
(movimi<strong>en</strong>to local). Esta teoría, que niega la<br />
difer<strong>en</strong>cia específica <strong>en</strong>tre el ser vivo y ser inanimado,<br />
se llama mecanicismo; el ser orgánico no sería otra<br />
cosa que una máquina perfecta, reducible y divisible<br />
<strong>en</strong> sus elem<strong>en</strong>tos.” Ramón Lucas Lucas, El hombre espíritu<br />
<strong>en</strong>carnado. Comp<strong>en</strong>dio de filosofía del hombre,<br />
Ediciones Sígueme, Salamanca, 1999, 2ª edición, p. 31.<br />
40 IBERO<br />
3 “En última instancia, el problema del psicologismo<br />
es éste. En efecto, el nombre que se le da a ese método<br />
pseudoci<strong>en</strong>tífico consist<strong>en</strong>te <strong>en</strong> deducir del orig<strong>en</strong><br />
psíquico de un acto la validez o falsedad de su cont<strong>en</strong>ido<br />
espiritual”. Víctor E. Frankl, Psicoanálisis y exist<strong>en</strong>cialismo.<br />
De la psicoterapia a la logoterapia, Fondo de<br />
Cultura Económica, México, pp. 39-40.<br />
4 “La situación contraria de la adistanasia, coincidi<strong>en</strong>do<br />
ésta con el derecho a morir dignam<strong>en</strong>te e<br />
id<strong>en</strong>tificándose con ciertos significados que se dan<br />
al término de eutanasia ‘pasiva’. Preferimos, no obstante,<br />
abandonar este concepto y suplirlo por el de<br />
adistanasia si son situaciones <strong>en</strong> las que aparece con<br />
claridad el derecho a morir dignam<strong>en</strong>te y por el de<br />
eutanasia (activa) sin son situaciones <strong>en</strong> las que se<br />
at<strong>en</strong>ta contra el respeto a la vida humana”. Marciano<br />
Vidal, op. cit., p. 506.<br />
5 “Para el individualismo liberal la comunidad es<br />
sólo el terr<strong>en</strong>o donde cada individuo persigue el con-<br />
que ella quiere. La desesperación es la <strong>en</strong>fermedad<br />
mortal; es una <strong>en</strong>fermedad <strong>en</strong> el propio yo.<br />
El desesperado es un <strong>en</strong>fermo de muerte. Esta<br />
<strong>en</strong>fermedad, aunque <strong>en</strong> un s<strong>en</strong>tido distinto<br />
al que ordinariam<strong>en</strong>te se ti<strong>en</strong>e respecto<br />
a algunas otras <strong>en</strong>fermedades, ataca<br />
las partes más nobles; y, sin embargo, el<br />
desesperado no puede morir, ya que la<br />
muerte no es aquí el último trance de<br />
la <strong>en</strong>fermedad, pues aquí la <strong>en</strong>fermedad<br />
y su torm<strong>en</strong>to consiste precisam<strong>en</strong>te <strong>en</strong><br />
no poder morirse”. 7<br />
El problema de la muerte ti<strong>en</strong>e que ver<br />
con el s<strong>en</strong>tido de la vida no solam<strong>en</strong>te con<br />
la inman<strong>en</strong>cia de la conci<strong>en</strong>cia desesperada<br />
por la condición finita del hombre. Leamos al<br />
fundador de la logoterapia <strong>en</strong> su obra Psicoanálisis<br />
y exist<strong>en</strong>cialismo: “El morir de un hombre,<br />
siempre que se trate realm<strong>en</strong>te de su morir, forma,<br />
<strong>en</strong> rigor, parte sustancial de su vivir y cierra<br />
su vida como una totalidad de s<strong>en</strong>tido”. 8<br />
Es necesario estar consci<strong>en</strong>te del valor de la vida y del valor<br />
que ti<strong>en</strong>e el acto de morir con dignidad, por este motivo la<br />
razón técnica debe estar al servicio de la persona y solam<strong>en</strong>te la<br />
proporción o prud<strong>en</strong>cia médica hará posible la aplicación correcta<br />
de los medios que utiliza la biotecnología para el único fin<br />
que nos justifica: el amor por la especie humana.<br />
cepto del bu<strong>en</strong> vivir que ha elegido por sí mismo. Las<br />
instituciones políticas, el gobierno y la ley son neutrales<br />
respecto de las concepciones rivales del bu<strong>en</strong> vivir. Prove<strong>en</strong><br />
el ord<strong>en</strong> que hace posible la actividad autónoma<br />
pero no es su función inculcar ninguna perspectiva<br />
moral”. Javier Prado Galán, Salomón <strong>en</strong> la <strong>en</strong>crucijada.<br />
Tres dilemas éticos, Calima Ediciones, Palma de Mallorca,<br />
2004, p. 37.<br />
6 “La comunidad no sólo exige el ejercicio de las<br />
virtudes para su propio mant<strong>en</strong>imi<strong>en</strong>to, sino que una<br />
de las obligaciones de la autoridad paterna es educación<br />
a los niños <strong>en</strong> la virtud. D<strong>en</strong>tro de esa comunidad<br />
se vive <strong>en</strong> la virtud”. Ibid., p. 37.<br />
7 Luis Guerrero Martínez, Kierkegaard: Los límites<br />
de la razón <strong>en</strong> la exist<strong>en</strong>cia humana, Sociedad <strong>Iberoamericana</strong><br />
de Estudios Kierkegaardianos, <strong>Universidad</strong><br />
Panamericana/Publicaciones Cruz O., pp. 158-159.<br />
8 Ibid., p. 91.
la llama inextinguible<br />
›Juan<br />
Gelman<br />
<strong>en</strong> sus<br />
años:<br />
Escribir para vivir<br />
Juan Domingo Argüelles<br />
Director editorial de IBERO<br />
42 IBERO<br />
Juan Gelman. Fotografía de Rogelio Cuéllar.
Considerado por más de un<br />
crítico como “el mayor poeta<br />
vivo de habla hispana”,<br />
Juan Gelman (Bu<strong>en</strong>os Aires,<br />
3 de mayo de 1930) ha llegado a sus 80<br />
años de edad como uno de los grandes<br />
autores líricos de Hispanoamérica.<br />
Su obra está ll<strong>en</strong>a de intelig<strong>en</strong>tes y<br />
emotivas interrogaciones sobre nuestra<br />
realidad y nuestros sueños. Por ello,<br />
Julio Cortázar dijo que “cuando Juan<br />
Gelman se pregunta se diría que nos<br />
está incitando a volvernos más lúcidam<strong>en</strong>te<br />
hacia el pasado para después ser<br />
más lúcidos fr<strong>en</strong>te al futuro”. A decir<br />
de Cortázar, los poemas de Gelman<br />
<strong>en</strong>cierran una actitud, “una manera a<br />
la vez reflexiva e instintiva de buscar<br />
lo que de veras somos sin las simplificaciones<br />
a veces suicidas que nos han<br />
arrojado tan lejos de lo nuestro”.<br />
Su vasta y extraordinaria obra poética<br />
ha sido traducida a múltiples idiomas<br />
y cada uno de sus libros reafirma la<br />
dim<strong>en</strong>sión poética y la dignidad moral<br />
de más de medio siglo de labor literaria.<br />
Citando a Marina Tsveateva, la gran<br />
poeta rusa aniquilada por el estalinismo, Juan Gelman ha dicho que<br />
“el poeta no vive para escribir. Escribe para vivir”.<br />
A lo largo de su obra poética, Gelman ha sido reconocido con una<br />
multitud de premios literarios. En 2007 mereció y recibió el Premio<br />
Cervantes de Literatura. Antes fue distinguido con el Premio Juan<br />
Rulfo de Literatura Latinoamericana y del Caribe, el Iberoamericano<br />
de Poesía Pablo Neruda y el Reina Sofía de Poesía <strong>Iberoamericana</strong>.<br />
Pero los premios, <strong>en</strong> su caso, no han sido búsqueda de notoriedad<br />
o acumulación de vanidades, sino simple consecu<strong>en</strong>cia del gran<br />
valor de su obra poética que com<strong>en</strong>zó <strong>en</strong> Arg<strong>en</strong>tina con su libro<br />
Violín y otras cuestiones (1956) y que ha continuado <strong>en</strong> México (su<br />
lugar de resid<strong>en</strong>cia, desde hace más de dos décadas) hasta llegar a<br />
Bajo la lluvia aj<strong>en</strong>a (2009), pasando por una veint<strong>en</strong>a de espléndidos<br />
libros <strong>en</strong>tre los cuales destacan especialm<strong>en</strong>te Velorio del solo<br />
(1961), Gotán (1962), Cólera buey (1964), Los poemas de Sydney West<br />
(1969), Relaciones (1973), Si dulcem<strong>en</strong>te (1980), Citas y com<strong>en</strong>tarios<br />
(1982), Anunciaciones (1988), Carta a mi madre (1989), Salarios del<br />
impío (1993), Dibaxu (1994), Incompletam<strong>en</strong>te (1997), Valer la p<strong>en</strong>a<br />
(2001), País que fue será (2004) y Mundar (2007).<br />
Problemas<br />
Juan Gelman<br />
Se desplaza el estado territorial<br />
a un gorrión que lo mira,<br />
masa esparcida <strong>en</strong> ojos negros.<br />
Come y no se repite, migajas, el alcol<br />
quema el labio para que nada sufra.<br />
El rayo rompió la nube donde<br />
navegaba un sopor escondido.<br />
Torbellinos muy altos<br />
dan y toman palabras<br />
aus<strong>en</strong>tes de sus antes.<br />
Todo lo que hac<strong>en</strong> el cielo, el agua,<br />
la tierra, el fuego, abraza<br />
lo que seremos como fuimos,<br />
los racimos que ocupan<br />
asmas de la memoria.<br />
Las alas de la almohada blanca<br />
son materia sin nombre,<br />
ignoran el plumaje del mal<br />
suyo <strong>en</strong> jardines.<br />
df/3-4-10<br />
Ha dicho que del poema nada se<br />
sabe, pues “llega, tiembla y raspa un<br />
fósforo apagado”. Por ello, vitalm<strong>en</strong>te,<br />
dice de sí: “Salgo/ sin rimas de papel/<br />
bajo los vuelos de la lluvia”. Y <strong>en</strong>tre<br />
las muchas interrogaciones que hay<br />
<strong>en</strong> sus poemas, también <strong>en</strong>contramos<br />
certidumbres, como ésta: “El día que<br />
el corazón apr<strong>en</strong>da a leer y a escribir/<br />
se verán cosas grandes:/ a Dios barri<strong>en</strong>do<br />
la vereda,/ lágrimas arrojadas<br />
al espacio/ que nunca volverán,/ los<br />
que sufr<strong>en</strong> pasarán sonri<strong>en</strong>do y/ las<br />
int<strong>en</strong>ciones de la at<strong>en</strong>ción/ harán que<br />
florezcan jazmines y otras/ ilusiones<br />
de la naturaleza”.<br />
Su epitafio (recordando a César<br />
Vallejo) ya lo escribió <strong>en</strong> País que fue<br />
será. Dice: “Un día de mayo moriré./<br />
Decirlo me limpia de morir,/ tan <strong>en</strong>mayado,<br />
tan error y el peso/ de amar<br />
el <strong>en</strong>vés de la vida./ Siempre seré lo<br />
que seré,/ c<strong>en</strong>tro de un niño/ <strong>en</strong> un<br />
cuarto sin luz”.<br />
En su discurso de junio de 1997, al<br />
recibir <strong>en</strong> su patria el Premio Nacional<br />
de Poesía, s<strong>en</strong>t<strong>en</strong>ció: “Algui<strong>en</strong> dijo<br />
que la poesía es la sombra de la memoria. Creo que, <strong>en</strong> realidad,<br />
la poesía es memoria de la sombra de la memoria. Por eso nunca<br />
morirá”. Luego, <strong>en</strong> 2005, al recibir el Premio Reina Sofía de Poesía<br />
<strong>Iberoamericana</strong>, afirmó que “la poesía vi<strong>en</strong>e del fondo de los siglos<br />
y ninguna catástrofe natural o de mano de hombre ha podido cortar<br />
su hilo poderoso. Es un hilo que nos une a todos y sólo se acabará<br />
cuando se acabe el mundo”.<br />
En 2007, al recibir el Premio Cervantes insistió <strong>en</strong> esta necesidad<br />
suprema de la poesía que ti<strong>en</strong>e el ser humano. Dijo: “Hay millones<br />
de espacios sin nombrar y la poesía trabaja y nombra lo que no ti<strong>en</strong>e<br />
nombre todavía”.<br />
La poesía para Gelman es como un milagro y nos recuerda que<br />
Chesterton decía que “lo verdaderam<strong>en</strong>te milagroso de los milagros<br />
es que a veces se produc<strong>en</strong>”.<br />
IBERO se honra al celebrar los 80 años de Juan Gelman, quizá el<br />
más importante poeta vivo de la l<strong>en</strong>gua española, y le agradece muy<br />
especialm<strong>en</strong>te el que <strong>en</strong>tregue a nuestros lectores uno de sus poemas<br />
más reci<strong>en</strong>tes, inédito hasta el mom<strong>en</strong>to, y que nos <strong>en</strong>orgullece<br />
dar a conocer.<br />
IBERO 43
EL VIAJERO ILUSTRADO<br />
›Juan Rulfo,<br />
un nombre<br />
<strong>en</strong> la piedra<br />
Víctor Jiménez<br />
Arquitecto e investigador. Director de la Fundación Juan Rulfo.<br />
Coautor del libro Inquisición y arquitectura, México, Editorial<br />
RM, 2009<br />
Fotografías: cortesía de la Fundación Juan Rulfo<br />
Amediados de la década de 1970 era yo profesor de Arquitectura<br />
<strong>en</strong> la UNAM y uno de aquellos años, con las vacaciones<br />
de verano a la vista, algún alumno me habló de su<br />
pueblo, Tlalpujahua, invitándome a conocerlo. Decía que era como<br />
un pequeño Taxco, con viejas construcciones coloniales y el mismo<br />
orig<strong>en</strong> minero. Parecía suger<strong>en</strong>te y conv<strong>en</strong>cí a mi hermano y unos<br />
amigos de ir. El lugar, aunque ya <strong>en</strong> Michoacán, no está lejos de la<br />
ciudad de México: a unos 250 kilómetros; sólo hay que cruzar el<br />
Estado de México, hacia el noroeste, pasando por Atlacomulco.<br />
Llegamos primero al último pueblo de este estado: El Oro. Su<br />
44 IBERO
El Oro y Tlalpujahua estaban <strong>en</strong>tre<br />
los c<strong>en</strong>tros mineros que el Porfiriato<br />
<strong>en</strong>tregó a las compañías extranjeras,<br />
que abandonaron el sitio a partir<br />
de la Revolución de 1910.<br />
nombre delata el mismo orig<strong>en</strong> minero (es casi un pueblo mellizo<br />
de Tlalpujahua), pero mi<strong>en</strong>tras Tlalpujahua ya era explotado durante<br />
la Colonia, el auge de El Oro coincidió con el Porfiriato. Visitamos<br />
su pequeño y elegante teatro de ópera, inaugurado nada m<strong>en</strong>os que<br />
por Enrico Caruso y, al pasar el límite interestatal, cruzamos los<br />
boscosos terr<strong>en</strong>os de la <strong>en</strong>orme mina abandonada Las Dos Estrellas.<br />
Sus desechos se acumulaban cerca del pueblo y <strong>en</strong> 1937 una corri<strong>en</strong>te<br />
los arrojó sobre un barrio de Tlalpujahua con gran número<br />
de víctimas. Este acontecimi<strong>en</strong>to es parte c<strong>en</strong>tral de la historia de<br />
la población, pero la catástrofe sólo se sumaba a otra: El Oro y Tlalpujahua<br />
estaban <strong>en</strong>tre los c<strong>en</strong>tros mineros que el Porfiriato <strong>en</strong>tregó<br />
a las compañías extranjeras, que abandonaron el sitio a partir de la<br />
Revolución de 1910 y g<strong>en</strong>eraron el colapso productivo y demográfico<br />
de toda la región.<br />
El pueblo michoacano resultó ser, <strong>en</strong> efecto, muy pintoresco, con<br />
casas y calles atractivas. En la época <strong>en</strong> que lo visitamos sus pobladores<br />
eran muy escasos —unos quini<strong>en</strong>tos ap<strong>en</strong>as—, aunque no parecía<br />
tampoco un pueblo “fantasma” como otros antiguos minerales:<br />
Pozos y Real de Catorce, por ejemplo. Las casas de Tlalpujahua estaban<br />
<strong>en</strong> pie y la g<strong>en</strong>te vivía de la explotación de pequeñas canteras<br />
para la construcción y de la fabricación de esferas de Navidad, una<br />
sorpr<strong>en</strong>d<strong>en</strong>te industria casera. El museo local, que <strong>en</strong>tonces me pareció<br />
muy bu<strong>en</strong>o, informaba sobre la historia minera del sitio y destacaba<br />
el papel de una importante familia del lugar, los Rayón, <strong>en</strong><br />
la Guerra de Indep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia. El héroe local, con la correspondi<strong>en</strong>te<br />
estatua, es Ignacio López Rayón, qui<strong>en</strong> convirtió a Tlalpujahua <strong>en</strong><br />
c<strong>en</strong>tro de resist<strong>en</strong>cia indep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>tista. Su apellido fue añadido al<br />
nombre del pueblo.<br />
IBERO 45
EL VIAJERO ILUSTRADO<br />
Los Rulfo michoacanos, como el<br />
Juan Rulfo de la fu<strong>en</strong>te, pert<strong>en</strong>ec<strong>en</strong><br />
a la misma familia del Juan Rulfo<br />
jalisci<strong>en</strong>se cuyo apellido es hoy<br />
conocido <strong>en</strong> todo el mundo.<br />
Pasamos un par de días <strong>en</strong> Tlalpujahua visitando los alrededores y<br />
los sitios de interés del pueblo mismo, como la parroquia, cuya exuberante<br />
ornam<strong>en</strong>tación interior (algo morisca) recuerda su prosperidad<br />
decimonónica. La plaza principal se había reempedrado <strong>en</strong><br />
tiempos reci<strong>en</strong>tes para permitir la instalación del mercado semanal.<br />
En medio de la misma estuvo la fu<strong>en</strong>te de piedra, que se desmontó<br />
y trasladó a una plazoleta que prolonga la principal. Ahí la vimos,<br />
con un brocal redondo y al c<strong>en</strong>tro un plinto de planta cuadrada, de<br />
un metro y medio de alto, con tres copas a manera de surtidor. En<br />
las caras del plinto leímos algo que mucho nos sorpr<strong>en</strong>dió: la fu<strong>en</strong>te<br />
había sido donada por el señor Austasio Rulfo, <strong>en</strong> 1888, por disposición<br />
de su padre, Juan Rulfo.<br />
¿Qué quería decir esto? Mi alumno no me pudo aclarar nada,<br />
lo que sólo significaba, por la escasa población del lugar, que <strong>en</strong><br />
esa época el apellido Rulfo no se relacionaba con ninguna familia<br />
todavía resid<strong>en</strong>te ahí. El donante debió ser un vecino acomodado,<br />
por la importancia de su obsequio. Vi a Juan Rulfo poco después<br />
y le dije, <strong>en</strong>tre bromeando y tratando de saber más sobre aquel hallazgo,<br />
algo como: “fíjese, don Juan, que acabo de conocer la fu<strong>en</strong>te<br />
de Juan Rulfo”. Rulfo mostró extrañeza, pero al contarle la historia<br />
tampoco parecía saber más que yo. Le pregunté si se trataba de algún<br />
ancestro suyo, pero no pude saber si t<strong>en</strong>ía noticias de aquel homónimo<br />
(más bi<strong>en</strong> de su nom de plume, que habría aparecido antes <strong>en</strong><br />
la piedra que <strong>en</strong> la literatura).<br />
He podido visitar Tlalpujahua reci<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te para seguir la pista<br />
del Juan Rulfo michoacano luego de saber, por la g<strong>en</strong>ealogista jalisci<strong>en</strong>se<br />
Guadalupe Paredes, que un cierto Juan Manuel Rulfo (del<br />
que ya t<strong>en</strong>ía noticia Claudia Rulfo, hija del escritor) había nacido<br />
<strong>en</strong> Tlalpujahua. Este tatarabuelo de Juan Rulfo fue registrado <strong>en</strong><br />
la parroquia el 25 de junio de 1772 y lo llevaron muy pequeño a<br />
Querétaro. De jov<strong>en</strong> se trasladó a Zapotlán (la actual Ciudad Guzmán)<br />
para dar orig<strong>en</strong> a la rama jalisci<strong>en</strong>se de su apellido. Alberto<br />
46 IBERO<br />
Vital, 1 biógrafo de Juan Rulfo, descubrió a<br />
una Josefa Rulfo, institutriz del michoacano<br />
Melchor Ocampo, y <strong>en</strong> su libro aparece<br />
el árbol g<strong>en</strong>ealógico familiar elaborado por<br />
Claudia Rulfo. 2 Guadalupe Paredes localizó<br />
otros Rulfo nacidos <strong>en</strong> Tlalpujahua <strong>en</strong><br />
los siglo XVIII y XIX, <strong>en</strong>tre ellos el Juan<br />
Rulfo de la fu<strong>en</strong>te del pueblo.<br />
Juan Francisco, hijo de Juan Rulfo, <strong>en</strong>contró<br />
un dato importante <strong>en</strong> el museo dedicado<br />
a los Rayón (instalado <strong>en</strong> la que fue su<br />
casa): Ignacio López Rayón se casó con María Ana Martínez Rulfo,<br />
sobrina del tatarabuelo de Juan Rulfo. También conocimos, gracias<br />
a Julio Moguel, interesado <strong>en</strong> esta historia, al historiador y artista de<br />
Tlalpujahua Gustavo Bernal, qui<strong>en</strong> descubrió <strong>en</strong>tre los recuerdos<br />
de su propia familia y el archivo municipal no pocos datos sobre los<br />
últimos Rulfo de Tlalpujahua: fueron mineros, comerciantes y participantes<br />
activos <strong>en</strong> la vida local. Algunos se trasladaron a Morelia.<br />
El antiguo c<strong>en</strong>tro minero se ha recuperado después de mi primera<br />
visita y alcanza ya algunos miles de habitantes. En los caminos de<br />
acceso hay talleres de labrado de piedra y <strong>en</strong> el pueblo se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran<br />
más fábricas y exp<strong>en</strong>dios de esferas, lo que da a Tlalpujahua una<br />
extraña atmósfera navideña todo el año. La población ha sido designada<br />
“Pueblo Mágico”, lo que permite que sus casas se mant<strong>en</strong>gan<br />
bi<strong>en</strong> conservadas, además de ofrecer alojami<strong>en</strong>to y restaurantes a<br />
los visitantes.<br />
M<strong>en</strong>ción aparte merece la mina Las Dos Estrellas. Es ahora<br />
propiedad estatal y <strong>en</strong> las últimas décadas se ha convertido <strong>en</strong> un<br />
sorpr<strong>en</strong>d<strong>en</strong>te museo de sitio. Una parte de los <strong>en</strong>ormes edificios<br />
anexos ha sido restaurada y se exhib<strong>en</strong> minerales, maquinaria y tecnología<br />
desarrolladas <strong>en</strong> el mismo lugar durante su auge. Algunas<br />
naves ti<strong>en</strong><strong>en</strong> murales modernos alusivos a su historia y se montan<br />
con frecu<strong>en</strong>cia exposiciones artísticas. Hay una cafetería con v<strong>en</strong>ta<br />
de souv<strong>en</strong>irs y se puede visitar el acceso a los socavones. Es un lugar<br />
sorpr<strong>en</strong>d<strong>en</strong>te, <strong>en</strong> medio de un hermoso bosque. Los docum<strong>en</strong>tos<br />
que se exhib<strong>en</strong> ahí, como antiguas fotografías, planos, papelería de<br />
la mina, etcétera, son de <strong>en</strong>orme valor, pero lo que más impresiona<br />
a qui<strong>en</strong> conoce este museo es que nació y se sosti<strong>en</strong>e como una<br />
iniciativa <strong>en</strong>teram<strong>en</strong>te local.<br />
Los Rulfo michoacanos, como el Juan Rulfo de la fu<strong>en</strong>te, pert<strong>en</strong>ec<strong>en</strong><br />
a la misma familia del Juan Rulfo jalisci<strong>en</strong>se cuyo apellido es<br />
hoy conocido <strong>en</strong> todo el mundo. E inevitablem<strong>en</strong>te me he preguntado,<br />
a pesar del sil<strong>en</strong>cio que Rulfo mantuvo cuando le hablé de su<br />
homónimo michoacano, si el excursionista empedernido que fue<br />
habría conocido Tlalpujahua. Creo, y <strong>en</strong> esta conjetura me acompaña<br />
su hijo Juan Francisco, que esto no se puede descartar. Si fuera el<br />
caso cabría imaginar que después de int<strong>en</strong>tar varias formas de escribir<br />
el nombre con que firmaría su obra —Juan Pérez Vizcaíno y Juan<br />
Pérez Rulfo, por ejemplo— hubiese recordado el nombre tan sólido<br />
(como muchos de los que impuso a sus personajes) del Juan Rulfo<br />
michoacano, escrito <strong>en</strong> piedra <strong>en</strong> 1888, para adoptarlo como suyo.<br />
Es imposible comprobarlo, pero no improbable del todo.<br />
Una versión difer<strong>en</strong>te de este texto aparece <strong>en</strong> el libro Nuevos indicios sobre<br />
Juan Rulfo, publicado <strong>en</strong> mayo de 2010 y coordinado por Jorge Zepeda.<br />
1 Alberto Vital, Noticias sobre Juan Rulfo: 1784-2003, Editorial RM/<strong>Universidad</strong><br />
Nacional Autónoma de México/<strong>Universidad</strong> de Guadalajara/<strong>Universidad</strong> Autónoma<br />
de Aguascali<strong>en</strong>tes/<strong>Universidad</strong> Autónoma de Tlaxcala/Fondo de Cultura Económica,<br />
México, 2003, p. 3.<br />
2 Ibid., pp. XIV-XV.
GENTE QUE CAMBIA AL MUNDO<br />
el futbol es un deporte<br />
que atrae la at<strong>en</strong>ción de<br />
millones de aficionados <strong>en</strong><br />
prácticam<strong>en</strong>te todo el orbe.<br />
La Copa del Mundo de la<br />
FIFA Sudáfrica 2010 —<strong>en</strong><br />
cuyo juego inaugural México<br />
se <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tará al anfitrión el<br />
viernes 11 de junio— motiva<br />
los sigui<strong>en</strong>tes com<strong>en</strong>tarios de<br />
algunos estudiantes de la Ibero.<br />
Hugo<br />
Gómez Soto<br />
el Mundial de<br />
Futbol es un<br />
acontecimi<strong>en</strong>to<br />
muy bu<strong>en</strong>o.<br />
Cada cuatro años<br />
uno lo espera<br />
con ansias, y mucho más si uno practica<br />
el futbol. Desde que empiezan las eliminatorias<br />
es emocionante ver avanzar a la<br />
selección mexicana hacia su calificación.<br />
Y ahora, <strong>en</strong> vísperas de la Copa del Mundo,<br />
la emoción es mayor. A mí hasta la piel<br />
se me pone chinita. Todos deseamos y esperamos<br />
que le vaya muy bi<strong>en</strong> a México.<br />
Sin embargo, si<strong>en</strong>do realistas, yo creo que<br />
el campeón será españa, porque ti<strong>en</strong>e un<br />
gran equipo, con experi<strong>en</strong>cia y juv<strong>en</strong>tud,<br />
que practica un extraordinario futbol.<br />
Estudiante de la Lic<strong>en</strong>ciatura <strong>en</strong><br />
Comunicación<br />
Daniela López Treviño<br />
Para México, el Mundial de Futbol es más mercadológico<br />
que deportivo, pues Televisa presiona mucho para<br />
que nuestro país participe. Cuando México no califica,<br />
las televisoras pierd<strong>en</strong> mucho dinero por concepto de<br />
publicidad. No lo hac<strong>en</strong> por el deporte o, <strong>en</strong> este caso,<br />
por el futbol <strong>en</strong> particular, sino por el mercado y por<br />
todo el dinero que se maneja. Mis favoritos son españa<br />
y Costa de Marfil. españa porque ti<strong>en</strong>e el mejor cuadro,<br />
y Costa de Marfil porque los africanos van con todo, son<br />
rápidos, fuertes y ti<strong>en</strong><strong>en</strong> muy bu<strong>en</strong>a visión de campo.<br />
Estudiante de la Lic<strong>en</strong>ciatura <strong>en</strong> Comunicación<br />
›Los alumnos de<br />
la Ibero ante la Copa<br />
Mundial de Futbol<br />
España y Alemania,<br />
los favoritos<br />
Entrevistas y fotografías de Francisco<br />
Deveaux Téllez Girón<br />
Adriana<br />
Prieto<br />
Gaspar del<br />
Alba<br />
Va a ser un Mundial<br />
difer<strong>en</strong>te, ya<br />
que nunca se ha<br />
jugado <strong>en</strong> África.<br />
Va a estar muy bu<strong>en</strong>o. este ev<strong>en</strong>to aligera<br />
un poco los conflictos internacionales; es<br />
casi como una pausa a los graves problemas<br />
que <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>ta el mundo. Pi<strong>en</strong>so que<br />
españa será el campeón, porque ti<strong>en</strong>e<br />
una selección supercompleta y su ritmo<br />
de juego es impresionante.<br />
Estudiante de la Lic<strong>en</strong>ciatura <strong>en</strong> Relaciones<br />
Internacionales<br />
Paola Kuri Seman<br />
el Mundial de Futbol es un espectáculo<br />
muy bu<strong>en</strong>o y divertido. Ya deseo que empiece.<br />
el que se juegue cada cuatro años lo<br />
hace muy interesante, pues si fuera más seguido,<br />
se volvería cotidiano. el futbol g<strong>en</strong>era<br />
cons<strong>en</strong>sos y pausas <strong>en</strong> los conflictos, pero<br />
también repres<strong>en</strong>ta una guerra. Lo bu<strong>en</strong>o<br />
es que se trata de una guerra deportiva.<br />
Estudiante de la Lic<strong>en</strong>ciatura <strong>en</strong><br />
Comunicación<br />
Eug<strong>en</strong>io González Betana<br />
el Mundial de Futbol es un ev<strong>en</strong>to fantástico<br />
donde se reún<strong>en</strong> los países a competir<br />
y a convivir de una manera muy bu<strong>en</strong>a.<br />
espero que México haga un bu<strong>en</strong> papel. Yo<br />
le voy a Alemania, a pesar de que acaban de<br />
lesionar a su capitán, Michael ballack. Para<br />
Sudáfrica esto repres<strong>en</strong>ta una gran inversión<br />
turística, más allá del éxito deportivo.<br />
Estudiante de la Lic<strong>en</strong>ciatura <strong>en</strong> Derecho<br />
Alfonso<br />
Rivero<br />
el Mundial de<br />
Futbol me fascina<br />
y me apasiona.<br />
es el deporte<br />
mundial por<br />
excel<strong>en</strong>cia. Mis favoritos para obt<strong>en</strong>er el<br />
campeonato son españa, <strong>en</strong> primer lugar;<br />
Alemania, <strong>en</strong> segundo, y Arg<strong>en</strong>tina <strong>en</strong><br />
tercero. Creo que México no pasará a la<br />
segunda fase. <strong>en</strong> cuanto a la importancia<br />
social, la Copa del Mundo es b<strong>en</strong>éfica<br />
porque Sudáfrica es un país pobre y le<br />
vi<strong>en</strong>e muy bi<strong>en</strong> económicam<strong>en</strong>te que<br />
este ev<strong>en</strong>to se realice allá.<br />
Estudiante de la Maestría <strong>en</strong> Administración de<br />
Servicios de Tecnología de Información<br />
Ibero 47
ACTUALIDAD IBERO<br />
Muchos años atrás, al apr<strong>en</strong>der el Teorema Fundam<strong>en</strong>tal<br />
de los Números Primos, Eric Maskin<br />
se percató de la magia que recorre el mundo<br />
de las ci<strong>en</strong>cias exactas, pues <strong>en</strong> éste, dos conceptos<br />
nada relacionados <strong>en</strong>tre sí, los números<br />
primos y el logaritmo natural, ti<strong>en</strong><strong>en</strong> un vínculo tan íntimo que<br />
dan cu<strong>en</strong>ta del espl<strong>en</strong>dor de esta sabiduría. Fue así, <strong>en</strong>tre los<br />
ladrillos que resguardan a la <strong>Universidad</strong> <strong>Iberoamericana</strong> Ciudad<br />
de México, como este ci<strong>en</strong>tífico dijo haber descubierto el<br />
pot<strong>en</strong>cial de las matemáticas.<br />
En esta casa de estudios explicó su teoría del Diseño de Mecanismos,<br />
la cual parte del principio de conseguir el bi<strong>en</strong> común a<br />
partir de los intereses individuales de las partes implicadas, de forma<br />
tal que ag<strong>en</strong>tes de mercado y administraciones estén de acuerdo<br />
y conformes <strong>en</strong> este balance y así la economía funcione de forma<br />
efici<strong>en</strong>te. También refirió su fascinación sobre las incoher<strong>en</strong>cias<br />
tan coher<strong>en</strong>tes que suced<strong>en</strong> <strong>en</strong> los procesos de las ecuaciones.<br />
¿Quieres una aproximación sobre cuantos números primos hay<br />
<strong>en</strong>tre uno y “x”? Sólo basta obt<strong>en</strong>er el logaritmo natural de ese<br />
“x” número y el resultado será impresionantem<strong>en</strong>te cercano a la<br />
respuesta de la pregunta. Cuando Maskin, futuro Premio Nobel<br />
de Economía, se dio cu<strong>en</strong>ta de esto, refiere que fue un mom<strong>en</strong>to<br />
hermoso, pues “los logaritmos y estos números no guardan<br />
ninguna relación, y a pesar de ello apareció esta conexión, por lo<br />
que vine a saber lo poderosas que son las matemáticas”.<br />
48 IBERO<br />
›<br />
Fotografía de Ylitzma Iñiguez.<br />
Entrevista con<br />
el Premio Nobel<br />
de Economía<br />
2007<br />
Lo fundam<strong>en</strong>tal es<br />
educar para mejorar:<br />
Eric Maskin<br />
Ana Langner<br />
El economista abrió los ojos al cálculo a través de la mirada<br />
de Francis Piersa, su instructor de este procedimi<strong>en</strong>to mecánico;<br />
gracias a él obtuvo su grado <strong>en</strong> Harvard, donde estudió álgebra<br />
al lado de Pierre Samuel y Richard Brauer, y análisis junto a<br />
George Mackey y Lars Ahlfors, todos ellos ci<strong>en</strong>tíficos destacados<br />
d<strong>en</strong>tro de las ci<strong>en</strong>cias exactas.<br />
Su paso por la <strong>Universidad</strong> de Harvard y la <strong>Universidad</strong> de<br />
Cambridge lo llevaron a convertirse <strong>en</strong> doctor <strong>en</strong> Matemáticas<br />
Aplicadas. Hoy día reside <strong>en</strong> el mismo departam<strong>en</strong>to que Albert<br />
Einstein ocupara <strong>en</strong> Princeton; ha sido académico de esa institución<br />
desde hace nueve años, <strong>en</strong> el Instituto de Estudios Avanzados,<br />
y es hombre de confianza de Timothy Geithner, secretario del<br />
Tesoro de Estados Unidos, y <strong>en</strong>cargado de asesorar el diseño de la<br />
nueva regulación para el sistema financiero de Estados Unidos.<br />
En 2007 se hizo merecedor del Premio Nobel, junto con<br />
los economistas norteamericanos Leonid Hurwicz y Roger B.<br />
Myerson por s<strong>en</strong>tar los cimi<strong>en</strong>tos de la teoría del Diseño de Mecanismos,<br />
la cual ayuda a id<strong>en</strong>tificar fallas del mercado para así<br />
procurar la correcta distribución de los ingresos y recursos.<br />
Raya casi <strong>en</strong> el estrellato; su teoría traspasa fronteras y su rostro<br />
es conocido <strong>en</strong> todo el gremio de la economía; no obstan-
te, conserva una cálida modestia y, con suma tranquilidad, ti<strong>en</strong>e<br />
toda la disposición para explicar a los estudiantes los hallazgos<br />
que ha realizado <strong>en</strong> la ci<strong>en</strong>cia económica. Con esta misma disposición,<br />
habló <strong>en</strong> exclusiva para IBERO acerca de América<br />
Latina, México, la corrupción, la crisis financiera y cómo los<br />
inc<strong>en</strong>tivos y la educación son piezas clave para que un sistema<br />
gubernam<strong>en</strong>tal y económico surja de <strong>en</strong>tre los escombros.<br />
A partir de su teoría de Implem<strong>en</strong>tación de<br />
Mecanismos, ¿cómo deberían interactuar la sociedad<br />
mexicana y el gobierno para lograr una reforma<br />
económica, a fin de destinarlos al desarrollo del país,<br />
el combate a la pobreza y el mejorami<strong>en</strong>to de la<br />
educación y la investigación?<br />
Pobreza, educación e investigación están relacionadas <strong>en</strong>tre sí.<br />
La llave para impulsar el desarrollo es a través de la formación.<br />
La razón por la cual persiste la pobreza, es que la g<strong>en</strong>te no ti<strong>en</strong>e<br />
oportunidades, pues no se les han brindado las herrami<strong>en</strong>tas para<br />
aprovechar todas las posibilidades que el mundo global provee.<br />
La clave aquí es <strong>en</strong>contrar la manera para darles el <strong>en</strong>tr<strong>en</strong>ami<strong>en</strong>to<br />
<strong>en</strong> educación y así desarrollar sus destrezas. Este tipo de<br />
preparación puede proveerse a través de las instituciones, como<br />
las universidades, o también a través de los empleadores y empresarios;<br />
ellos podrían invertir <strong>en</strong> las personas sin recursos, si tan<br />
sólo fueran capaces de <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der el <strong>en</strong>orme pot<strong>en</strong>cial que estas<br />
personas ti<strong>en</strong><strong>en</strong>.<br />
Sería conv<strong>en</strong>i<strong>en</strong>te que el gobierno proporcionara inc<strong>en</strong>tivos<br />
a los empresarios para que éstos a su vez capacit<strong>en</strong> a la g<strong>en</strong>te de<br />
m<strong>en</strong>or poder adquisitivo. Toda esto puede verse como un mecanismo<br />
y estudiarse a través de la Teoría de Implem<strong>en</strong>tación.<br />
¿Puede el Diseño de Mecanismos aplicarse <strong>en</strong> los<br />
sistemas electorales <strong>en</strong> países como México <strong>en</strong> los que<br />
se padece un gran problema de corrupción?<br />
Al p<strong>en</strong>sar <strong>en</strong> quién te va a repres<strong>en</strong>tar <strong>en</strong> el gobierno se puede<br />
p<strong>en</strong>sar un sistema de elección como un mecanismo. He trabajado<br />
<strong>en</strong> este problema diseñando bu<strong>en</strong>os sistemas electorales pero,<br />
tristem<strong>en</strong>te, me temo que la mayoría de<br />
estos sistemas alrededor del mundo no<br />
son empleados como se debería.<br />
Por otro lado, la corrupción es sin duda<br />
un problema muy serio que requiere<br />
abordarse mediante estrategias que contempl<strong>en</strong><br />
inc<strong>en</strong>tivos. Enfr<strong>en</strong>tar la corrupción<br />
es también cuestión de <strong>en</strong>foques;<br />
por ejemplo, <strong>en</strong> Singapur, <strong>en</strong> donde este<br />
mal permeó a la clase política, se ha <strong>en</strong>contrado la solución mediante<br />
bu<strong>en</strong>os salarios y acciones legales.<br />
En primera, el sueldo de los gobernantes, funcionarios y burócratas<br />
es alto, así, se evitan las acciones ilegales, y <strong>en</strong> segunda las<br />
consecu<strong>en</strong>cias legales por corromperse son muy altas. Si algui<strong>en</strong><br />
resulta culpable de corrupción, pasa muchos años <strong>en</strong> la cárcel.<br />
Estas medidas bi<strong>en</strong> podrían funcionar <strong>en</strong> México.<br />
¿Qué pued<strong>en</strong> hacer los gobiernos latinoamericanos<br />
para promover el compromiso social?<br />
Privilegiar la educación y el <strong>en</strong>tr<strong>en</strong>ami<strong>en</strong>to. Soy un fiel crey<strong>en</strong>te<br />
sobre la teoría de educar para mejorar. Así se t<strong>en</strong>drían las oportunidades<br />
para que cada qui<strong>en</strong> decida lo que es bu<strong>en</strong>o para él, y<br />
también a través de los educadores se puede hacer un bi<strong>en</strong> social.<br />
¿Cómo puede ser explicada la crisis actual y hacia<br />
dónde se dirige?<br />
Describiría la crisis financiera actual como un claro ejemplo del<br />
conflicto exist<strong>en</strong>te <strong>en</strong>tre los deseos de los bancos y lo que resulta<br />
bu<strong>en</strong>o para la sociedad. Las instituciones bancarias están d<strong>en</strong>tro<br />
del negocio de hacer dinero, como muchas compañías, y <strong>en</strong><br />
este <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dido deb<strong>en</strong> tomar riesgos. Esto está bi<strong>en</strong> si se limitan<br />
los peligros al banco, pues sería completam<strong>en</strong>te su decisión. El<br />
problema es que las ev<strong>en</strong>tualidades no están limitadas a los bancos.<br />
Si ellos toman una mala decisión que, <strong>en</strong> consecu<strong>en</strong>cia, les<br />
afecte, dañan también a los demás, haci<strong>en</strong>do recaer ese daño <strong>en</strong><br />
la economía de la sociedad.<br />
Los bancos no toman <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta lo que es bu<strong>en</strong>o para la sociedad,<br />
pues no se percatan de la capacidad que pose<strong>en</strong> para poner<br />
<strong>en</strong> riesgo la estabilidad económica del país cuando ejecutan<br />
sus estrategias. Para lograr un equilibrio <strong>en</strong>tre lo que los bancos<br />
quier<strong>en</strong> y lo que necesita la sociedad se requiere regulación, y reguladores<br />
gubernam<strong>en</strong>tales que pongan límites sobre los riesgos<br />
que quieran tomar las instituciones bancarias. Si este reglam<strong>en</strong>to<br />
se hubiera planteado desde el principio, nunca hubiéramos t<strong>en</strong>ido<br />
esta crisis y, desde mi punto de vista, las normatividades <strong>en</strong><br />
este campo son necesarias para el futuro.<br />
La recesión financiera actual es la más seria que se ha t<strong>en</strong>ido<br />
desde la Gran Depresión estadounid<strong>en</strong>se de la década de los<br />
treinta. Para fortuna de muchos, está dando señales de llegar a su<br />
fin y no será más fuerte que la ocurrida <strong>en</strong> 1930. Si recordamos<br />
que <strong>en</strong>tonces la tasa de desempleo estadounid<strong>en</strong>se era de aproximadam<strong>en</strong>te<br />
25% y la comparamos con la actual, que no excede<br />
el 10%, podremos <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der que se trata de un episodio m<strong>en</strong>os<br />
dramático que el anteriorm<strong>en</strong>te experim<strong>en</strong>tado.<br />
Pobreza, educación e investigación<br />
están relacionadas <strong>en</strong>tre sí. La llave<br />
para impulsar el desarrollo es a través<br />
de la formación.<br />
Desafortunadam<strong>en</strong>te, con seguridad, a México le costará más<br />
tiempo salir de esta crisis, pues dep<strong>en</strong>de de los movimi<strong>en</strong>tos que<br />
ocurran <strong>en</strong> la economía de Estados Unidos. No obstante este<br />
estado no es tan inconv<strong>en</strong>i<strong>en</strong>te para México, ya que Estados<br />
Unidos está dando fuertes muestras de mejoría financiera. Tal<br />
vez a finales de 2010 las cosas com<strong>en</strong>zarán a mejorar <strong>en</strong> todas<br />
las naciones.<br />
IBERO 49
ACTUALIDAD IBERO<br />
›Redes de<br />
educación<br />
superior jesuita<br />
para el mundo<br />
globalizado<br />
Delineando el futuro para un<br />
mundo humano, justo y sost<strong>en</strong>ible<br />
Con el interés de construir vínculos eficaces que<br />
pot<strong>en</strong>ci<strong>en</strong> la labor de las universidades y que sean<br />
acordes con los tiempos que se viv<strong>en</strong>, la <strong>Universidad</strong><br />
<strong>Iberoamericana</strong> organizó una importante reunión<br />
internacional bajo el tema “Redes de educación<br />
superior jesuita para el mundo globalizado: Delineando<br />
el futuro para un mundo humano, justo y sost<strong>en</strong>ible”, la cual<br />
tuvo lugar del 21 al 25 de abril pasado <strong>en</strong> las instalaciones de la<br />
UIA Ciudad de México.<br />
Este <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tro, que se realizó por vez primera <strong>en</strong> América<br />
Latina con la participación de rectores de universidades jesuitas<br />
de todo el mundo, tuvo <strong>en</strong>tre otros objetivos consolidar la<br />
educación católica, la id<strong>en</strong>tidad y la misión jesuíticas, establecer<br />
redes globales, colaborar más efectivam<strong>en</strong>te con otros ministerios<br />
jesuitas y tratar intelectualm<strong>en</strong>te algunos desafíos de frontera,<br />
claves para servir mejor a la sociedad y a la Iglesia.<br />
El padre Adolfo Nicolás<br />
llamó a r<strong>en</strong>ovar<br />
el compromiso de la<br />
Compañía de Jesús con el<br />
ministerio universitario.<br />
Cobró especial importancia su realización <strong>en</strong> nuestro país,<br />
considerando que México se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra <strong>en</strong> un proceso económico<br />
y social afectado por la crisis, herido por la viol<strong>en</strong>cia <strong>en</strong><br />
asc<strong>en</strong>so, y una pobreza y desigualdad <strong>en</strong>démicas, que constituy<strong>en</strong><br />
sólo un ejemplo de la gravedad de los retos que <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tan las<br />
instituciones de educación superior confiadas a la Compañía<br />
de Jesús.<br />
En su confer<strong>en</strong>cia “Profundidad de p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to, universalidad<br />
y ministerio universitario: desafíos actuales de la educación<br />
50 IBERO<br />
El padre Adolfo Nicolás, acompañado del<br />
Rector de la Ibero, José Morales Orozco, S. J.<br />
superior jesuita”, el padre Adolfo Nicolás, Prepósito G<strong>en</strong>eral de<br />
la Compañía de Jesús, propuso a la comunidad de rectores de<br />
universidades jesuitas tres puntos que repres<strong>en</strong>tan los retos de la<br />
educación jesuita <strong>en</strong> un ámbito globalizado: promover el p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to<br />
y la imaginación; redescubrir y poner <strong>en</strong> práctica, <strong>en</strong> el<br />
marco de las nuevas condiciones mundiales, la universalidad de<br />
la educación universitaria jesuita, y r<strong>en</strong>ovar el compromiso de la<br />
Compañía de Jesús con el ministerio universitario”.<br />
Enfatizó que el reto de las universidades jesuitas consiste <strong>en</strong><br />
promover nuevas formas de activar el p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to crítico y la<br />
imaginación: marcas distintivas de la educación ignaciana desde<br />
sus oríg<strong>en</strong>es.<br />
El secretario para la Educación Superior Jesuita, Paul Locatelli,<br />
dijo que este foro, <strong>en</strong>clavado <strong>en</strong> el contexto de la globalización<br />
y las nuevas tecnologías de la comunicación, fue una importante<br />
oportunidad para buscar estrategias <strong>en</strong>caminadas a mejorar la<br />
educación superior jesuita y b<strong>en</strong>eficiar a sus estudiantes, académicos,<br />
la sociedad y la Iglesia, con el abordaje de los problemas<br />
contemporáneos más serios, incluy<strong>en</strong>do sus dim<strong>en</strong>siones éticas<br />
y religiosas.<br />
Agregó que el futuro está <strong>en</strong> apr<strong>en</strong>der <strong>en</strong> un contexto global,<br />
haci<strong>en</strong>do hincapié <strong>en</strong> cómo una red global única de educación<br />
superior <strong>en</strong> el mundo, la jesuita, debe aprovechar esta oportunidad<br />
y aceptar su responsabilidad para ayudar a formar un mundo<br />
más humano, justo y sost<strong>en</strong>ible para todos, no sólo para aquellos<br />
con recursos y acceso a la educación.<br />
Durante los días de trabajo se g<strong>en</strong>eró un fructífero intercambio<br />
de experi<strong>en</strong>cias e ideas <strong>en</strong> torno a los desafíos que la educación<br />
superior <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>ta <strong>en</strong> cada una de las regiones y cómo se pued<strong>en</strong><br />
utilizar las redes de las universidades latinoamericanas para colaborar<br />
<strong>en</strong>tre sí, además de temas como la teología y la cultura, la<br />
inequidad y la pobreza, la ecología y la sust<strong>en</strong>tabilidad.<br />
Cabe señalar que <strong>en</strong> uno de los sigui<strong>en</strong>tes números de IBERO<br />
se abordará ampliam<strong>en</strong>te el tema de la educación jesuita.
En su m<strong>en</strong>saje de bi<strong>en</strong>v<strong>en</strong>ida el<br />
doctor Morales Orozco reconoció<br />
el delicado gesto de Michelle<br />
Obama de dirigirse a los jóv<strong>en</strong>es<br />
estudiantes de México.<br />
Reconocida como una de las mejores instituciones privadas<br />
de educación superior <strong>en</strong> México, la <strong>Universidad</strong><br />
<strong>Iberoamericana</strong> fue distinguida con la visita de la primera<br />
dama de Estados Unidos, Michelle Obama, <strong>en</strong> el<br />
que fue su primer viaje individual oficial al extranjero.<br />
El pasado 14 de abril, acompañada por la primera dama de<br />
México, Margarita Zavala; el Rector de la UIA, José Morales<br />
Orozco, S. J., y el embajador de Estados Unidos <strong>en</strong> México, Carlos<br />
Pascual, Michelle Obama se reunió con ci<strong>en</strong>tos de estudiantes<br />
universitarios y de preparatoria <strong>en</strong> el “Foro de estudiantes<br />
con la primera dama de Estados Unidos”.<br />
En su m<strong>en</strong>saje de bi<strong>en</strong>v<strong>en</strong>ida el doctor Morales Orozco reconoció<br />
el delicado gesto de Obama de dirigirse a los jóv<strong>en</strong>es<br />
estudiantes de México, qui<strong>en</strong>es ti<strong>en</strong><strong>en</strong> <strong>en</strong>tre sus principales preocupaciones<br />
la percepción de un futuro incierto. Afirmó que la<br />
educación es un factor determinante para combatir las causas<br />
estructurales de la viol<strong>en</strong>cia, y el mejor medio para procurar<br />
el desarrollo y el progreso de nuestros pueblos; por ello abrir<br />
oportunidades para los jóv<strong>en</strong>es es la clave para cambiar una perspectiva<br />
de incertidumbre por otra de esperanza.<br />
“Valoramos <strong>en</strong>ormem<strong>en</strong>te <strong>en</strong> usted su voluntad e interés <strong>en</strong><br />
la construcción de alternativas y oportunidades para la juv<strong>en</strong>tud,<br />
con la que esta casa de estudios, con muchos hombres y mujeres<br />
de bu<strong>en</strong>a voluntad, se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra comprometida”, le dijo el<br />
Rector de la Ibero.<br />
En repres<strong>en</strong>tación de los estudiantes, Jaime Enríquez Reynoso,<br />
alumno de Derecho <strong>en</strong> la UIA, dijo que una sociedad se <strong>en</strong>ti<strong>en</strong>de<br />
al ver a su juv<strong>en</strong>tud, por lo que calificó de bi<strong>en</strong>av<strong>en</strong>turado<br />
›Michelle<br />
Obama visitó<br />
la <strong>Universidad</strong><br />
<strong>Iberoamericana</strong><br />
La primera dama de Estados<br />
Unidos se reunió con estudiantes<br />
universitarios y de preparatoria<br />
Pedro R<strong>en</strong>dón López<br />
Redactor de IBERO<br />
a aquel que busca increm<strong>en</strong>tar la participación<br />
juv<strong>en</strong>il <strong>en</strong> la sociedad, y que la<br />
educación es la base para el desarrollo de<br />
nuestra nación.<br />
Michelle Obama se dirigió a los alumnos<br />
prov<strong>en</strong>i<strong>en</strong>tes de distintas institucio-<br />
nes educativas de la zona metropolitana, a<br />
qui<strong>en</strong>es les dijo que la responsabilidad de confrontar los desafíos<br />
característicos de nuestro tiempo pronto recaerá <strong>en</strong> ellos, una<br />
g<strong>en</strong>eración que más que cualquier otra, es capaz de acceder a la<br />
información y de relacionarse <strong>en</strong>tre sí, de organizarse y movilizarse<br />
y hallar soluciones nuevas a las mayores dificultades.<br />
Añadió que su esposo Barack Obama y el presid<strong>en</strong>te de México,<br />
Felipe Calderón, se esfuerzan por reconstruir los sistemas educativos<br />
y por g<strong>en</strong>erar oportunidades para las juv<strong>en</strong>tudes de ambas naciones,<br />
responsabilidad que deb<strong>en</strong> compartir los ciudadanos. Afirmó que no<br />
basta con cambiar las leyes y las políticas, sino que también hay que<br />
oponerse a las ideas y los supuestos equivocados de que los jóv<strong>en</strong>es,<br />
por su clase social, religión, raza o discapacidad, no merec<strong>en</strong> que se<br />
les eduque, o que las niñas no son tan capaces como los niños.<br />
Expresó su preocupación por los tiempos económicam<strong>en</strong>te<br />
difíciles que se viv<strong>en</strong> <strong>en</strong> México, <strong>en</strong> Estados Unidos y <strong>en</strong> todo<br />
el mundo, que no garantizan un futuro, incluso para los jóv<strong>en</strong>es<br />
privilegiados que asist<strong>en</strong> a una universidad. De ahí que les pidiera<br />
a los estudiantes asist<strong>en</strong>tes que p<strong>en</strong>saran por un mom<strong>en</strong>to <strong>en</strong><br />
la misión de la UIA, <strong>en</strong>focada a comprometerse <strong>en</strong> el servicio a<br />
los demás y desarrollar y difundir el conocimi<strong>en</strong>to para el logro<br />
de una sociedad libre, justa, solidaria y productiva, como lo hiciera<br />
Alberto Irezábal, recién egresado de la Ibero, cuyo proyecto<br />
de servicio social estuvo dirigido a apoyar a una comunidad indíg<strong>en</strong>a<br />
de Chiapas para la producción y v<strong>en</strong>ta efici<strong>en</strong>te del café<br />
que cultivan <strong>en</strong> sus tierras.<br />
Así, Michelle Obama confió <strong>en</strong> que cada uno de los jóv<strong>en</strong>es<br />
haga suya la labor de ayudar a los necesitados, a fin de levantar una<br />
nación más fuerte y construir juntos un mundo mejor.<br />
IBERO 51
MÚsica para caMaleones<br />
Qué<br />
ESCuCHAR<br />
y POR Qué<br />
52 IBERO<br />
Beatriz palacios<br />
Asist<strong>en</strong>te de edición de Ibero<br />
Jaramar Soto recomi<strong>en</strong>da: Lhasa, de Lhasa<br />
de Sela [2009]; March of the Zapotec, de Beirut<br />
[2009] e Inc<strong>en</strong>dio, de Los Dorados [2008]<br />
Lhasa es el último disco de la cantante Lhasa<br />
de Sela, nacida <strong>en</strong> Nueva york, de ancestros<br />
multiculturales, qui<strong>en</strong> murió el pasado 1 de<br />
<strong>en</strong>ero a los 37 años dejando únicam<strong>en</strong>te tres<br />
producciones discográficas. Lhasa, su primer<br />
disco cantado <strong>en</strong>teram<strong>en</strong>te <strong>en</strong> inglés, su l<strong>en</strong>gua<br />
materna, es profundam<strong>en</strong>te poético y bello<br />
d<strong>en</strong>tro de una gran s<strong>en</strong>cillez. Lhasa fue una<br />
artista que, sin necesidad de recurrir a grandes<br />
artilugios vocales o musicales siempre llegó a<br />
emocionar a qui<strong>en</strong>es la escucháramos. Sus canciones<br />
son directas, honestas, muy personales,<br />
autobiográficas sin duda, con ese ingredi<strong>en</strong>te<br />
valiosísimo que es difícil de definir pero que<br />
está c<strong>en</strong>trado <strong>en</strong> la honestidad, <strong>en</strong> la necesidad<br />
de un artista de transmitir s<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>tos reales<br />
Música para camaleones está dedicada a la recom<strong>en</strong>dación de obras<br />
musicales, para lo cual se ha invitado a melómanos, investigadores,<br />
expertos, editores, musicólogos y d<strong>en</strong>odados amantes de la<br />
música. En esta ocasión agradecemos a Jaramar Soto, Alejandro<br />
González del Pliego, Nora Huerta y Julio César Cruz Vásquez,<br />
el que con tanta g<strong>en</strong>tileza hayan accedido a compartir con los<br />
lectores de IBERO su experi<strong>en</strong>cia y su pasión.<br />
y que hace que una obra musical perdure y<br />
quede cerca de nosotros, sus escuchas.<br />
Beirut, la banda del muy jov<strong>en</strong> músico Zach<br />
Condon, oriundo de Santa Fe, Nuevo México,<br />
se ha convertido para mí <strong>en</strong> una refer<strong>en</strong>cia<br />
constante por su <strong>en</strong>ergía, su frescura y por<br />
la forma tan natural como integra elem<strong>en</strong>tos<br />
musicales multiculturales sin perder su l<strong>en</strong>guaje<br />
particular, ese sonido “beirut”. En March of<br />
the Zapotec ti<strong>en</strong><strong>en</strong> de invitados a los integrantes<br />
de la banda de metales Jiménez, de Teotitlán<br />
del Valle, Oaxaca, y es muy emocionante escuchar<br />
el resultado: un sonido atemporal que<br />
rompe fronteras geográficas <strong>en</strong> el que flotan la<br />
bella voz y las letras de Zach Condon.<br />
Los Dorados es uno de los grupos más brillantes<br />
de la esc<strong>en</strong>a mexicana del neojazz-rock<br />
fusión (a falta de otra manera de definirlo).<br />
Esta banda integrada por Daniel Zlotnik <strong>en</strong> el<br />
saxofón, Demián Gálvez <strong>en</strong> la guitarra, Carlos<br />
Maldonado <strong>en</strong> el bajo, y Rodrigo Barbosa<br />
<strong>en</strong> la batería, con la colaboración de DJ Rayo<br />
<strong>en</strong> las tornamesas, y t<strong>en</strong>i<strong>en</strong>do como invitado,<br />
muy especial <strong>en</strong> este disco, al trompetista de<br />
orig<strong>en</strong> vietnamita Cuong Vu, logra <strong>en</strong> Inc<strong>en</strong>dio<br />
—su tercera producción discográfica—,<br />
una madurez sorpr<strong>en</strong>d<strong>en</strong>te que los ha llevado<br />
a mom<strong>en</strong>tos de gran brillo <strong>en</strong> las interpretaciones<br />
<strong>en</strong> vivo de este material. Los Dorados,<br />
como grupo, y sus integrantes <strong>en</strong> lo individual,<br />
son sin duda expon<strong>en</strong>tes de la nueva<br />
música mexicana a los que habrá que seguir<br />
la pista.<br />
JARAMAR SOTO. Cantante, compositora y artista<br />
plástica. Su original propuesta musical trasci<strong>en</strong>de barreras<br />
temporales y geográficas al fusionar sonoridades<br />
del pasado y del pres<strong>en</strong>te, así como elem<strong>en</strong>tos multiculturales.<br />
Cu<strong>en</strong>ta con una dec<strong>en</strong>a de discos grabados,<br />
el más reci<strong>en</strong>te de ellos bajo el título Diluvio.
Alejandro González del Pliego<br />
recomi<strong>en</strong>da: Alfred Schnittke: Complete works<br />
for violin & piano [2004], y Requiem & Piano<br />
Concerto [1996], de Alfred Schnittke<br />
Después de la muerte de Shostakovich, uno<br />
de los compositores rusos más reconocidos es<br />
sin duda el músico de asc<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia alemana<br />
Alfred Schnittke (1934-1998) de qui<strong>en</strong> recomi<strong>en</strong>do<br />
dos grabaciones que conti<strong>en</strong><strong>en</strong> obras<br />
originales así como adaptaciones de otros autores.<br />
En el álbum Alfred Schnittke: Complete<br />
works for violin & piano, bajo el sello Stradivarius,<br />
destacan, además de las espléndidas interpretaciones<br />
de Francesco D’Orazio <strong>en</strong> el<br />
violín y Giampaolo Nuti al piano, tres sonatas<br />
escritas para violín y pianoforte de 1963, 1968<br />
y 1994, respectivam<strong>en</strong>te, así como una suite al<br />
estilo antiguo, de 1972, y una adaptación de la<br />
célebre melodía tradicional “Noche de paz”,<br />
del compositor austriaco Franz Xaver Gruber.<br />
La otra grabación, del sello Chandos, consta<br />
de un Réquiem y un Concierto para piano<br />
interpretados por la Capella Sinfónica y la<br />
Orquesta Sinfónica del Estado Ruso, con Igor<br />
Khudolei al piano bajo la dirección de Valeri<br />
Polyansky. En estas obras de Alfred Schnittke<br />
es posible disfrutar de su inspiración y la manera<br />
<strong>en</strong> que se nutre de grandes autores rusos<br />
como Shostakovich y Stravinsky, o bi<strong>en</strong> de los<br />
germanos Mahler y Berg.<br />
ALEJANDRO GONZÁLEZ DEL PLIEGO. Responsable<br />
de programación musical y de la Fonoteca de Radio<br />
Educación.<br />
Nora Huerta recomi<strong>en</strong>da: Mucho corazón,<br />
de Martirio [2001] y Elotitos tiernos, de<br />
Liliana Felipe [1992]<br />
Mucho corazón conti<strong>en</strong>e, como diría mi abuelita,<br />
“las canciones del ayer”, reinterpretadas<br />
por Martirio, un personaje de gafas oscuras y<br />
peineta <strong>en</strong> la cabeza, una cantaora que más<br />
bi<strong>en</strong> ti<strong>en</strong>e rasgos de rockera. Este disco fusiona<br />
de manera afortunada el jazz, el bolero, el<br />
flam<strong>en</strong>co y el tango, logrando un álbum con<br />
muchos mom<strong>en</strong>tos desgarradores que invitan<br />
a reflexionar sobre el desamor y el infortunio<br />
de los <strong>en</strong>amorados; se recomi<strong>en</strong>da escuchar<br />
con vino y bu<strong>en</strong>a compañía.<br />
De Ediciones el Hábito, Elotitos tiernos es un<br />
extraordinario disco <strong>en</strong> el que Liliana Felipe<br />
está acompañada por la Sonora Reclusur. Este<br />
álbum hace un recorrido por distintos géneros<br />
musicales: la marcha, el mer<strong>en</strong>gue, la cumbia,<br />
y <strong>en</strong> cada uno se puede disfrutar ampliam<strong>en</strong>te<br />
de las letras de la cantautora, qui<strong>en</strong> sin pudores<br />
nos <strong>en</strong>trega las canciones más <strong>en</strong>trañables, delirantes<br />
y divertidas. Es un disco para disfrutar<br />
de la ironía y profundidad de cada canción<br />
y para saborear musicalm<strong>en</strong>te el valor de las<br />
palabras. Todos los discos de esta gran compositora<br />
de orig<strong>en</strong> arg<strong>en</strong>tino y orgullosam<strong>en</strong>te<br />
nacionalizada mexicana son recom<strong>en</strong>dables.<br />
NORA HUERTA. Actriz, cantante y dramaturga, ha<br />
colaborado <strong>en</strong> producciones de televisión y <strong>en</strong> el<br />
programa El Weso de W Radio. Forma parte de la<br />
compañía de teatro de cabaret Las Reinas Chulas.<br />
Julio César Cruz Vásquez recomi<strong>en</strong>da Carmina Burana: Officium<br />
lusorum, de Mill<strong>en</strong>arium [2008] y Son de mi tierra, de Son de<br />
Madera [2009]<br />
el <strong>en</strong>samble de música antigua Mill<strong>en</strong>arium, integrado por músicos<br />
de varios países, <strong>en</strong> Carmina Burana: Officium lusorum, <strong>en</strong>trega un facsímil<br />
de los cantos goliardos conocidos bajo el nombre de Carmina<br />
burana, con una interpretación impecable, muy apropiada según la<br />
retórica y tradición del medievo y con réplicas de los instrum<strong>en</strong>tos<br />
originales de la época.<br />
Por otra parte, <strong>en</strong> Son de mi tierra, el escucha podrá apreciar lo<br />
barroco del son jarocho, aunado a la excel<strong>en</strong>te interpretación de los<br />
músicos que conforman Son de Madera, qui<strong>en</strong>es cu<strong>en</strong>tan con un<br />
legado muy importante d<strong>en</strong>tro de la canción tradicional de Veracruz,<br />
desde Mono blanco hasta Chuchumbé y Los Vega. Asimismo,<br />
destaca la conjunción de instrum<strong>en</strong>tos tradicionales con otros de<br />
difer<strong>en</strong>tes épocas y estilos.<br />
JULIO CÉSAR CRUZ VÁZQUEZ. Guitarrista, promotor cultural e integrante del<br />
grupo de música antigua Conc<strong>en</strong>tus y del <strong>en</strong>samble Voces Humanas.<br />
IBERO 53
LA VOZ DEL LIBRO/el eco de la lectura<br />
Qué leer<br />
y por Qué<br />
Marco Antonio Campos /<br />
José Luis Ortiz<br />
El liderazgo al estilo<br />
de los jesuitas<br />
José Luis Ortiz recomi<strong>en</strong>da El liderazgo al<br />
estilo de los jesuitas, de Chris Lowney [Editorial<br />
Norma, Bogotá, 2008]<br />
exist<strong>en</strong> incontables ejemplos de personas que<br />
han logrado construir grandes empresas, pero<br />
poco se ha profundizado <strong>en</strong> el proceso de<br />
formación de un líder. Necesitamos más líderes<br />
de principios y altam<strong>en</strong>te efectivos <strong>en</strong> las<br />
empresas, con liderazgo personal más confiable<br />
<strong>en</strong> el hogar y <strong>en</strong> el trabajo y más liderazgo<br />
visionario e inspirado por parte de qui<strong>en</strong>es<br />
nos <strong>en</strong>tr<strong>en</strong>an, <strong>en</strong>señan, asesoran y aconsejan;<br />
ya que las funciones fundam<strong>en</strong>tales de un líder<br />
son inspirar, alinear y formar líderes.<br />
un aporte interesante para ll<strong>en</strong>ar este vacío<br />
consiste <strong>en</strong> conocer la historia y el desarrollo<br />
de una de las empresas más grandes y antiguas<br />
del mundo: la ord<strong>en</strong> de la Compañía de Jesús.<br />
<strong>en</strong> su libro El liderazgo al estilo de los jesuitas,<br />
publicado <strong>en</strong> español por editorial Norma,<br />
Chris lowney, ex sacerdote jesuita y experim<strong>en</strong>tado<br />
ejecutivo del banco de inversiones J.<br />
esta sección de IBERO acude a los lectores expertos, a los<br />
apasionados <strong>en</strong> la lectura, y son ellos los que recomi<strong>en</strong>dan los<br />
sigui<strong>en</strong>tes libros que podrían <strong>en</strong>tregar a otros lectores experi<strong>en</strong>cias<br />
imborrables y transformadoras. Agradecemos a Marco Antonio<br />
Campos y José luis ortiz la disposición a responder nuestra<br />
<strong>en</strong>cuesta y compartir así su interés con nuestros lectores.<br />
p. Morgan, nos revela, <strong>en</strong> un relato<br />
ll<strong>en</strong>o de ejemplos, los principios<br />
que han guiado a los líderes<br />
jesuitas <strong>en</strong> sus diversas actividades<br />
durante más de 450 años.<br />
Cuando San Ignacio de loyola<br />
fundó la Compañía de<br />
Jesús <strong>en</strong> el siglo XVI, se fijó<br />
ciertos objetivos <strong>en</strong> materia de<br />
captación y desarrollo de los<br />
líderes de la organización. <strong>en</strong><br />
poco más de una g<strong>en</strong>eración,<br />
esta compañía religiosa iniciada<br />
por diez jesuitas sin capital ni plan de negocios,<br />
pero con el conocimi<strong>en</strong>to profundo sobre<br />
la clase de g<strong>en</strong>te que pret<strong>en</strong>dían reclutar<br />
y formar <strong>en</strong> la organización y las dotes que<br />
debían poseer sus líderes, llegó a ser una de<br />
las más influy<strong>en</strong>tes del mundo: como confid<strong>en</strong>tes<br />
de monarcas europeos, del emperador<br />
Ming de la China, del Shogun Japonés,<br />
del emperador mogol de la India, etcétera.<br />
Sus ideas todavía gozan de gran actualidad<br />
para los ejecutivos del siglo XXI.<br />
<strong>en</strong> las organizaciones actuales<br />
exist<strong>en</strong> jóv<strong>en</strong>es prometedores<br />
que parec<strong>en</strong> t<strong>en</strong>erlo todo para<br />
llegar a la cúspide. Sin embargo<br />
hoy sabemos que la intelig<strong>en</strong>cia,<br />
la formación y la ambición<br />
no son sufici<strong>en</strong>tes, por lo que<br />
muchos de ellos terminan estancados.<br />
estos fracasos pued<strong>en</strong><br />
atribuirse, <strong>en</strong> muchos casos, a la<br />
falta de compr<strong>en</strong>sión de las fortalezas<br />
y debilidades propias <strong>en</strong><br />
un contexto cambiante. Así, <strong>en</strong><br />
medio de las actividades diarias y urg<strong>en</strong>tes, son<br />
pocos los que quier<strong>en</strong> det<strong>en</strong>erse a reflexionar<br />
sobre el rumbo que está adoptando su carrera<br />
y su vida. los jesuitas parec<strong>en</strong> haberlo compr<strong>en</strong>dido<br />
hace varios siglos al haber desarrollado<br />
cuatro principios fundam<strong>en</strong>tales: autoconci<strong>en</strong>cia,<br />
adaptabilidad, heroísmo y amor.<br />
José Luis Ortiz. Director de la carrera de Ing<strong>en</strong>iería<br />
Mecánica del Instituto Tecnológico y<br />
de estudios Superiores de Monterrey (ITeSM),<br />
Campus Querétaro.<br />
Una jornada <strong>en</strong> el otro tiempo<br />
Marco Antonio Campos recomi<strong>en</strong>da Una jornada <strong>en</strong> el otro tiempo, de Luis Tovar [Ediciones sin Nombre, México, 2009]<br />
Cu<strong>en</strong>tista, crítico de cine, autor de un diccionario del mar, luis Tovar<br />
nos <strong>en</strong>trega ahora este libro que se colocaría <strong>en</strong>tre los raros de nuestra<br />
literatura (Una jornada <strong>en</strong> el otro tiempo), publicado por ediciones<br />
sin Nombre <strong>en</strong> 2009. Aquí Tovar se muestra un espíritu presto y<br />
<strong>en</strong> alerta que se interroga e interroga todo aquello que lo rodea.<br />
por una parte, con lucidez<br />
filosa, exhibe al hombre angustiado<br />
<strong>en</strong> su ser, la insignificancia<br />
que si<strong>en</strong>te que es —que<br />
somos— <strong>en</strong> el mundo, y el otro<br />
yo <strong>en</strong> él <strong>en</strong> el cual se descubre<br />
aterrado, y por la otra parte, se<br />
mira como un hombre lúdico,<br />
54 IBero<br />
que se deleita con las cosas simples diarias, con los cafés y el cine<br />
(del cual conoce tanto), con ciudades como México y Bogotá,<br />
con la ser<strong>en</strong>idad de las tardes, y goza la desnudez de la mujer “<strong>en</strong><br />
lo pequeño de su edad”.<br />
A m<strong>en</strong>udo se deti<strong>en</strong>e <strong>en</strong> lo nimio y lo inane, y los vuelve bella<br />
literatura. Virtuoso “hagiógrafo de naderías”, luis Tovar se escribe,<br />
o mejor, se deja escribir por las palabras que se colocan <strong>en</strong> el<br />
sitio exacto porque el azar “es el único que nunca se equivoca”.<br />
Una jornada <strong>en</strong> el otro tiempo: un libro para p<strong>en</strong>sar y p<strong>en</strong>sarse.<br />
Marco Antonio Campos. poeta, narrador, <strong>en</strong>sayista, traductor y editor<br />
Director de la colección poemas y <strong>en</strong>sayos de la uNAM. <strong>en</strong>tre sus más reci<strong>en</strong>tes<br />
libros está Viernes <strong>en</strong> Jerusalén (Visor, Madrid, 2005), V premio Casa<br />
de América de poesía Americana.
adóndE<br />
IR y<br />
pOR qué<br />
Beatriz Palacios<br />
ARTES VISUALES<br />
Paseo <strong>en</strong> mapa. Explorando las<br />
claves de América Latina<br />
a partir de un concepto museográfico lúdico<br />
<strong>en</strong> el que conviv<strong>en</strong> la ci<strong>en</strong>cia, la historia<br />
y el arte con los recursos multimedia y sistemas<br />
interactivos, esta exposición ofrece al<br />
público un viaje por la historia de américa<br />
Latina y sus indep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cias, a través de la<br />
cartografía. En la muestra, que está dividida<br />
<strong>en</strong> ocho salas temáticas, se podrán apreciar<br />
valiosos docum<strong>en</strong>tos que por primera vez se<br />
pres<strong>en</strong>tan al público, <strong>en</strong>tre ellos los originales<br />
del Tratado de Guadalupe Hidalgo con<br />
el que concluye la interv<strong>en</strong>ción de Estados<br />
unidos 1846-1848, además del mapa del<br />
cartógrafo John disturnel, que redefinió los<br />
límites de México y Estados unidos después<br />
MÚSICA<br />
Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México: Temporada primavera 2010<br />
del conflicto, y una serie de mapas espectaculares<br />
de gran valor histórico prov<strong>en</strong>i<strong>en</strong>tes<br />
de la Fundación Giménez Llor<strong>en</strong>te, de la<br />
universidad politécnica de Val<strong>en</strong>cia, España.<br />
Antiguo Colegio de San Ildefonso, hasta el 25<br />
de julio<br />
DANZA<br />
Ballet Folklórico de México de<br />
Amalia Hernández<br />
Creado hace más de cuatro décadas, el Ballet<br />
Folklórico de México ha repres<strong>en</strong>tado<br />
a nuestro país <strong>en</strong> los más importantes foros<br />
obt<strong>en</strong>i<strong>en</strong>do innumerables reconocimi<strong>en</strong>tos<br />
por su calidad artística. Cu<strong>en</strong>ta con un amplio<br />
repertorio, a través del cual ha sabido<br />
acercar a los grandes públicos, tanto mexicano<br />
como de otros países, a las manifestaciones<br />
estéticas <strong>en</strong>raizadas <strong>en</strong> nuestro folklor,<br />
MULTIDISCIPLINARIO<br />
Amé… nosotros<br />
Entre los pueblos gitano y mexicano exist<strong>en</strong> muchas raíces culturales comunes, las cuales<br />
son mostradas a través de este peculiar espectáculo multimedia donde la danza, la música, el<br />
canto y el teatro se fusionan para ofrecer al público una visión especial sobre el re<strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tro<br />
de estas culturas. Interpretada por el <strong>en</strong>samble Egiptanos, que desde hace más de un lustro se<br />
ha abocado a vincular las culturas gitana y mexicana, esta<br />
puesta <strong>en</strong> esc<strong>en</strong>a invita a reflexionar sobre la manera <strong>en</strong><br />
que varias g<strong>en</strong>eraciones de mexicanos han sido moldeados<br />
por el cine de la época de oro, así como a p<strong>en</strong>sar <strong>en</strong><br />
el valor que tuvo el séptimo arte <strong>en</strong> la tradición gitana, ya<br />
que muchos de sus miembros recurrieron al cinematógrafo<br />
para llevar diversión a los pueblos más lejanos.<br />
Teatro Helénico, hasta el 13 de julio<br />
ITINERARIO DEL OCIO<br />
La Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México, con más de 30 años<br />
de actividades ininterrumpidas, está considerada como una de las más<br />
relevantes de América Latina, y se ha pres<strong>en</strong>tado <strong>en</strong> las principales<br />
salas de México y <strong>en</strong> foros de Estados Unidos, Europa, Sudamérica y<br />
el lejano Ori<strong>en</strong>te. Entre otros reconocimi<strong>en</strong>tos, la Unión Mexicana de<br />
Críticos de Teatro y Música la nombró “La Mejor Orquesta de México<br />
de 2000” y <strong>en</strong> 2004 fue premiada con la Luna del Auditorio Nacional.<br />
En esta temporada de primavera la Filarmónica interpretará obras<br />
de Antonin Dvorak, Dmitri Shostakovich e Igor Stravinski, <strong>en</strong>tre otros<br />
compositores, bajo la batuta del director huésped Alun Francis.<br />
Sala Silvestre Revueltas del C<strong>en</strong>tro Cultural Ollin Yoliztli, hasta el 27 de junio<br />
difundi<strong>en</strong>do alrededor del mundo la música<br />
y la danza emanadas de las difer<strong>en</strong>tes regiones<br />
de México.<br />
Museo Nacional de Antropología, hasta el 27<br />
de junio<br />
Ballet Giselle<br />
La Compañía nacional<br />
de danza pres<strong>en</strong>ta <strong>en</strong><br />
esta ocasión el ballet Giselle,<br />
coreografía de Jean<br />
Coralli y Jules perrot<br />
con música de adolphe<br />
adam. Esta es una pieza<br />
fundam<strong>en</strong>tal de la danza<br />
clásica tanto por el tratami<strong>en</strong>to<br />
de los ideales románticos como por<br />
el empleo de la más refinada técnica teatral<br />
del siglo XIX, que forma parte del repertorio<br />
internacional que ofrece al público con<br />
gran éxito la agrupación de ballet clásico<br />
más repres<strong>en</strong>tativa de nuestro país.<br />
Teatro de la Ciudad, 25, 26 y 27 de junio<br />
TEATRO<br />
Eurídice<br />
Esta obra de la dramaturga y poeta Sarah<br />
Ruhl, apuesta por lo contemporáneo y<br />
muestra otro punto de vista del mito griego<br />
de Orfeo y su amada. Bajo la dirección de<br />
Otto Minera y la actuación de ana Serradilla,<br />
<strong>en</strong> lo que pareciera ser un departam<strong>en</strong>to<br />
de lujo al estilo neoyorkino, el público<br />
<strong>en</strong>contrará una Eurídice que cuestiona su<br />
destino, se pregunta sobre su relación con<br />
los hombres e incluso reta a las fuerzas del<br />
inframundo. En el montaje destaca el impecable<br />
trabajo de esc<strong>en</strong>ofonía realizado<br />
por el creador de este concepto <strong>en</strong> nuestro<br />
país y condecorado con la Medalla de Oro<br />
de Bellas artes, Rodolfo Sánchez alvarado,<br />
además de la esc<strong>en</strong>ografía e iluminación de<br />
philippe amand, y la música original de Jacobo<br />
Lieberman.<br />
Teatro Helénico, hasta el 18 de julio<br />
55 IBERO
innovación tecnológica<br />
Televisión inalámbrica<br />
La empresa china Haier lanzó su primer aparato de televisión<br />
HDTV de 32 pulgadas completam<strong>en</strong>te inalámbrico, el cual emplea<br />
la tecnología de electricidad de WiTricity y la tecnología de<br />
AMIMON para la transmisión de video de alta definición de forma<br />
inalámbrica con WHDI (Wíreless Home Digital Interface). Para la<br />
electricidad sin cables requiere de una bobina emisora de radiofrecu<strong>en</strong>cias<br />
<strong>en</strong> la parte posterior del televisor, colocada <strong>en</strong> paralelo<br />
para t<strong>en</strong>er la óptima pot<strong>en</strong>cia.<br />
Impresora sin<br />
computadora<br />
La impresora multifunción Photosmart Premium<br />
de HP además de escanear y hacer<br />
fotocopias tanto a color como <strong>en</strong> blanco<br />
y negro, imprime todo tipo de docum<strong>en</strong>tos<br />
sin requerir de una computadora.<br />
Este aparato cu<strong>en</strong>ta con conectividad<br />
vía Ethernet, WiFi y Bluetooth, lo que permite,<br />
por ejemplo, pasar las fotografías<br />
directam<strong>en</strong>te desde un celular o una PDA<br />
a la impresora para plasmarlas <strong>en</strong> papel.<br />
Asimismo, su pantalla táctil incorpora la<br />
tecnología TouchSmart, gracias a la cual<br />
se pued<strong>en</strong> editar las fotografías sin necesidad<br />
de un programa especial, logrando<br />
desde cambiar los valores de luminosidad<br />
y brillo hasta crear efectos.<br />
›Dispositivos e<br />
instrum<strong>en</strong>tos que<br />
facilitan la vida<br />
Automóvil eléctrico<br />
La empresa Zil<strong>en</strong>t comercializa <strong>en</strong> México una línea de automóviles eléctricos con<br />
tecnología canadi<strong>en</strong>se, los cuales son una bu<strong>en</strong>a opción para transportarse <strong>en</strong> la ciudad<br />
y contribuir a reducir las emisiones contaminantes. Estos vehículos no g<strong>en</strong>eran ruido,<br />
pues su motor es 100% eléctrico, y funcionan a través de un sistema de almac<strong>en</strong>ami<strong>en</strong>to<br />
de <strong>en</strong>ergía con seis baterías de ocho voltios, que se conecta a cualquier toma<br />
de corri<strong>en</strong>te, lo que se refleja <strong>en</strong> un ahorro económico considerable. Las baterías, que<br />
son reciclables, ti<strong>en</strong><strong>en</strong> una capacidad para recorrer 150 kilómetros, sufici<strong>en</strong>tes para<br />
la ciudad de México, <strong>en</strong> donde el trayecto promedio diario es de 40 kilómetros. Los<br />
automóviles Zil<strong>en</strong>t alcanzan una velocidad de hasta 90 kilómetros por hora.<br />
56 IBERO<br />
Reloj táctil para buceo<br />
El reloj Sea Touch de la firma Tissot<br />
está especialm<strong>en</strong>te diseñado para los<br />
amantes del buceo. Soporta presiones<br />
de hasta 20 atmósferas, ti<strong>en</strong>e un<br />
cierre especial para el traje de buzo,<br />
y es hermético hasta 200 metros<br />
de profundidad. Asimismo, detecta<br />
el aum<strong>en</strong>to de la presión y a partir<br />
de 1.4 metros el minutero indica la<br />
profundidad. Su cristal de zafiro no se<br />
raya, ti<strong>en</strong>e un tratami<strong>en</strong>to antirreflejos<br />
y es táctil. La función Logbook registra<br />
el desarrollo de todas las inmersiones<br />
realizadas y puede almac<strong>en</strong>ar hasta<br />
60 inmersiones por hora, clasificándolas<br />
tanto por fecha como por la profundidad<br />
alcanzada.