Portadas Asuntos ambientales (Plantas de sacrificio).indd

Informe preventivo
torial de los Municipios. Si a esto se suma la carencia de sistemas sanitarios para el manejo de desechos
sólidos y líquidos, los factores de riesgo ambientales y sanitarios se ven potenciados. En tales casos es
necesario tomar decisiones en lo referente a la reubicación de las plantas que se encuentran en medio
de las poblaciones y que aumentan los riesgos para el ambiente y la salud de los habitantes.
Respecto a la administración y certificación dada a las plantas de sacrificio se ha encontrado que del total
de las plantas encuestadas para la Clase I (13), el 100% son privadas. De ellas, el 85% de los establecimientos
de esta misma clase tienen algún tipo de clasificación o certificación. Lo cierto es que no hay
claridad por parte de los actores involucrados (inversionistas, funcionarios) en las autorizaciones que la
norma exige, por lo menos en lo que se refiere a clasificación y certificación; algunas se certifican de
acuerdo con necesidades particulares, bien sea obteniendo autorización sanitaria de funcionamiento y
refrendándola con certificación HACCP, que asegura la inocuidad, mientras otras seleccionan certificarse
con ISO que asegura la calidad en la gestión administrativa, mas no la inocuidad del proceso.
En cuanto a las plantas Clase II, 18 establecimientos correspondientes al 72% de este grupo de análisis
son privados y de éstas el 28% tiene algún tipo de clasificación o certificación. Para las Plantas Clase
III, el 46% son privadas, el 54% restante son municipales. De estas últimas el 77% tiene algún tipo
de clasificación. En esta clase hay doce plantas de sacrificio de ganado privadas y del total de las 29
plantas, 13 se encuentran certificadas.
En el país existe un mayor porcentaje de mataderos clase IV y Mínimo, lo que lleva a inferir que no
hay una racionalización en su localización ni por factores poblacionales, ni de mercado, ni de vías de
comunicación y distancias, es decir, no hay planeación en el desarrollo de la actividad. Los de esta
Clase son en un alto porcentaje de propiedad de los municipios, de hecho del universo encuestado
solamente hay 4 plantas privadas para esta clase, lo que confirma la cultura de que cada municipio
debe ser el dueño de su propio matadero sin consultar la normativa vigente y los factores ambientales,
sanitarios y de mercado que las haga viables. De los establecimientos de sacrificio Clase IV en el
país, el 1% tiene certificación por parte de las Secretarías de Salud.
Adicionalmente, en la mayoría de las plantas de sacrificio, especialmente de las clase IV y Mínimo, solo
se tiene en cuenta el concepto de sacrificio como tal y no se aborda el proceso productivo de forma
integral teniendo en cuenta la inocuidad del producto.
Respecto a la productividad dada la capacidad instalada de los mataderos, se observa que el sacrificio
que se lleva a cabo en los establecimientos de Clase I, II III y IV es inferior al máximo permitido dadas
las condiciones de infraestructura y dotación, a excepción de Bogotá. Como afirmación general se tiene
la falta de cumplimiento a la normativa aplicable a Plantas de Sacrificio Animal, Decreto 2278 de 1982
y Decreto 1036 de 1991, en una forma tal que por un lado se cuenta con una capacidad instalada en
exceso y por otro no se cumple con las dependencias, áreas y equipos básicos para su funcionamiento.
En cuanto a las áreas y equipos básicos para el funcionamiento de las plantas de sacrificio, se encontró
que se confunde el incinerador u horno crematorio (usado para destruir decomisos infectocontagio-
Procuraduría General de la Nación
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