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CARGAS DE PROYECCION

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<strong>CARGAS</strong> <strong>DE</strong> <strong>PROYECCION</strong><br />

ambién podemos incrementar<br />

la velocidad<br />

inicial y la solución más<br />

sencilla para lograrlo es<br />

utilizar tubos más largos,<br />

manteniendo así<br />

durante más tiempo el empuje de los<br />

gases sobre el proyectil. Este camino<br />

tiene la limitación de que sólo es útil<br />

mientras la energía proporcionada al<br />

proyectil por la expansión de los gases<br />

sea superior a la que pierde por el<br />

rozamiento con el ánima. Según esto,<br />

la longitud ideal del tubo estará en<br />

función de la cantidad de propulsor y<br />

de su velocidad de combustión.<br />

Pero esto representa modificar<br />

la pieza de forma importante y eso son<br />

palabras mayores. Representa dinero,<br />

lo que en la situación actual de las<br />

Fuerzas Armadas de cualquier país<br />

quiere decir que no se va a conseguir.<br />

Pero estas soluciones no eliminan la<br />

más elemental de todas, el uso de una<br />

carga mayor para lanzar el proyectil.<br />

Aquí tenemos que hacer un<br />

alto para decir algo sobre la constitución<br />

de la munición de artillería en<br />

función de la carga de proyección.<br />

Según la constitución del disparo<br />

tenemos cuatro posibilidades:<br />

ARMAS 339<br />

Por Eugenio Garcés<br />

Para aumentar el alcance del proyectil pueden emplearse formas más<br />

aerodinámicas, calibres ligeramente menores, dispositivos base bleed o incluso<br />

motores cohete. Pero así sólo trabajamos sobre el proyectil y la artillería es mucho<br />

más que eso. Debemos buscar en otras direcciones.<br />

Cargas de proyección fijas independientes correspondientes<br />

a obuses británicos de 12 libras.<br />

1. Disparos engarzados, con vaina y<br />

carga de proyección fija: son los<br />

usados por la mayoría de los carros<br />

de combate y podemos considerarlos<br />

como una versión magnificada<br />

de un cartucho de fusil con un<br />

proyectil adecuado a la finalidad<br />

perseguida.<br />

2. Disparos de carga fija independiente,<br />

en los que por un lado va el<br />

proyectil y por otro una vaina sellada


340 Revista de Publicaciones Navales<br />

con la carga de proyección. Los<br />

usan los carros que no emplean el<br />

tipo anterior y tienen sobre aquél la<br />

ventaja de su menor longitud, que<br />

facilita su manejo por medios<br />

automáticos.<br />

3. Disparos semiengarzados, en los<br />

que la vaina contiene unos saquetes<br />

numerados, normalmente de material<br />

textil, con la carga de proyección.<br />

Antes del disparo se determina<br />

con qué carga se va a efectuar y el<br />

artillero saca los saquetes sobrantes<br />

de la vaina, volviendo a colocar<br />

el proyectil en ella.<br />

4. Disparos de carga variable independiente:<br />

no usan vaina, por lo que la<br />

obturación de la recámara debe<br />

hacerse por otros medios; la carga<br />

de proyección va en saquetes con<br />

los que se opera como en el caso<br />

anterior, con la salvedad de que, al<br />

no existir una vaina para contenerlos,<br />

se introduce en la recámara<br />

primero el proyectil y luego la pólvora,<br />

en dos procesos separados.<br />

Componentes principales de los módulos del sistema DM72.<br />

Si hablamos de cargas variables,<br />

lo que buscan los polvoristas<br />

es desarrollar un conjunto compuesto<br />

por el mínimo número de elementos,<br />

de forma que la adición de uno sobre<br />

los anteriores consiga un alcance tal<br />

que le proporcione un solape<br />

apreciable, aproximadamente 1/3, y un<br />

alcance máximo bastante superior.<br />

El problema que surge es que<br />

para conseguir eso hay que jugar con<br />

los tipos de pólvora, con la cantidad y<br />

con su progresividad, por lo que la<br />

composición de cada elemento,<br />

llamado saquete por su tipo de<br />

recipiente tradicional, no es necesariamente<br />

igual. Esto lleva a que de<br />

cada disparo sobren algunos saquetes<br />

que no pueden usarse y deben ser<br />

destruidos. Esto es evidentemente<br />

antieconómico, pero no sólo eso, sino<br />

que dificulta mucho la logística de las<br />

unidades de Artillería, ya que cada<br />

disparo debe llevar todas las cargas<br />

posibles, al no poder saber con


antelación a qué distancia va a<br />

efectuarse.<br />

Cargas modulares<br />

Esto ha llevado al desarrollo de<br />

las llamadas cargas modulares, que<br />

están compuestas por elementos<br />

idénticos o, como mucho, por un tipo<br />

que lleva el iniciador, que aumenta la<br />

llamarada producida por la deflagración<br />

del estopín hasta hacerla capaz de<br />

iniciar la carga y al que se añaden los<br />

módulos necesarios de otro tipo,<br />

iguales entre si. Este sistema se<br />

completa en caso necesario con una<br />

supercarga compuesta por un solo<br />

bloque de propulsor, que lleva incorporado<br />

el iniciador.<br />

Esto posibilita el que, mediante<br />

procedimientos estadísticos, se pueda<br />

dotar a la unidad de fuego de un<br />

número de módulos adecuado, con la<br />

facilidad de que en caso necesario<br />

pueda recibir más, bien sea por los<br />

procedimientos logísticos habituales o<br />

Sistemas de cargas modulares Sonchem para los obuses G5 y G6.<br />

Cargas de proyección<br />

341<br />

en préstamo de otra unidad, sin<br />

detrimento grave de las capacidades<br />

de ninguna de las dos. Otra ventaja<br />

será la de la facilidad de diseño de los<br />

sistemas de carga automática, ya que<br />

bastará con indicar qué número de<br />

módulos debe cargar para cada<br />

disparo, sin necesidad de preocuparse<br />

de prepararlos previamente o de<br />

eliminar los sobrantes del mecanismo<br />

de carga.<br />

El sistema de cargas modulares<br />

puede considerarse maduro, una<br />

vez que la OTAN, o mejor dicho<br />

algunos de sus integrantes, firmaron un<br />

documento en el que se establecían las<br />

bases para el desarrollo de un sistema<br />

de seis módulos para materiales de 155<br />

mm., constituido de tal forma que en la<br />

recámara de una pieza con tubo de 39<br />

calibres (18 l.) cupieran cinco de estos<br />

módulos y en la de 52 calibres (23 l.)<br />

los seis.<br />

Para poder hacernos una idea<br />

de los solapes en alcance buscados,


342 Revista de Publicaciones Navales<br />

estos son los valores mínimos y<br />

máximos establecidos en el mencionado<br />

documento:<br />

Por otro lado, los progresos en<br />

el tratamiento de los metales han<br />

posibilitado la fabricación de armas con<br />

mayor resistencia a la presión y al<br />

desgaste, lo que permite incrementar<br />

la presión en la recámara y la<br />

temperatura de los gases, factores que<br />

van a proporcionar una mayor<br />

velocidad al proyectil.<br />

Pero si hablamos de las<br />

cargas de proyección, no debemos<br />

olvidar los desarrollos, todavía no<br />

cristalizados en modelos operativos, de<br />

cañones con cargas de proyección<br />

líquidas, que acoplados a sistemas<br />

adecuados de cálculo, carga y puntería<br />

permitirían incrementar hasta extremos<br />

difícilmente imaginables la capacidad<br />

de las piezas para hacer varios<br />

disparos con distintos ángulos de tiro,<br />

de forma que los proyectiles impacten<br />

simultáneamente en el objetivo (lo que<br />

en términos artilleros se llama tiro de<br />

saturación), incrementando así la<br />

eficacia de las unidades.<br />

Para este sistema de cargas<br />

líquidas se han estudiado dos<br />

posibilidades:<br />

1. Colocar en la recámara toda la<br />

carga precisa antes de efectuar el<br />

disparo, tal y como se hace<br />

actualmente con los propulsores<br />

sólidos.<br />

2. Colocar en la recámara sólo una<br />

pequeña cantidad, e inyectar en<br />

cada momento la cantidad precisa<br />

para mantener en su valor optimo<br />

la presión en el interior del tubo y,<br />

por consiguiente, el empuje sobre<br />

el proyectil.<br />

Lógicamente, este último<br />

sistema es mucho más complicado y<br />

requiere apoyo computarizado en la<br />

pieza, pero proporciona prestaciones<br />

mucho mayores con unos requerimientos<br />

mecánicos menores.<br />

Cuando hablamos de elementos<br />

de cálculo para cargas líquidas,<br />

debemos tener presente la complejidad<br />

que pueden representar. Si optamos<br />

por colocar desde un primer momento<br />

toda la carga, sólo debemos calcular<br />

la cantidad de ésta precisa para<br />

conjugar el alcance deseado con el<br />

menor desgaste de la boca de fuego y<br />

los posibles requerimientos tácticos,<br />

pero podemos simplificarlo mucho en<br />

función del tipo de unidades de medida<br />

que empleemos. Si usamos como<br />

unidad fija el cm 3 , tendremos que<br />

realizar sólo un número determinado<br />

de cálculos para cada disparo, pero<br />

cuanto más pequeña sea la fracción<br />

que consideremos, más cálculos<br />

necesitaremos para saber cuál es la<br />

óptima.<br />

ZONA VELOCIDAD INIC.(m) ALCANCE MINIMO (m) ALCANCE MAXIMO (m)<br />

1 300 3.200 7.600<br />

2 425 5.400 11.700<br />

3 525 7.300 14.500<br />

4 687 10.400 19.800<br />

5 822 13.400 24.500<br />

6 945 16.900 30.000


Si, por el contrario, vamos<br />

regenerando la carga, necesitaremos<br />

unos sensores que midan la presión en<br />

el interior del tubo y la transmitan al<br />

centro de cálculo para que pueda<br />

determinar qué cantidad de propulsor<br />

habrá que inyectar en el paso siguiente<br />

para que esa presión tenga el valor<br />

óptimo. En función del resultado de ese<br />

proceso, un sistema automático de<br />

acción casi instantánea deberá extraer<br />

del depósito la dosis de propelente<br />

necesaria e inyectarla en la recámara,<br />

cuya temperatura y presión en ese<br />

momento imponen requisitos no<br />

despreciables a los elementos a utilizar<br />

en ese proceso.<br />

Desde luego, el sistema ofrece<br />

innumerables ventajas, entre las que<br />

podemos destacar la posibilidad de<br />

colocar en el objetivo, de forma<br />

simultánea, un número de proyectiles<br />

muy elevado con una sola boca de<br />

fuego, jugando con la carga de<br />

proyección y el ángulo de tiro. Esto<br />

ahora se puede hacer hasta un máximo<br />

de dos proyectiles con los sistemas en<br />

dotación en España y hasta seis con<br />

algunos materiales de última generación.<br />

Si lo pensamos fríamente, un<br />

grupo tiene tres baterías de seis piezas,<br />

lo que da un total de 18 cañones. En el<br />

estado actual, se puede hacer que<br />

cada pieza pueda tener la misma<br />

eficacia que una acción de fuego de<br />

batería y nuestros grupos pasarían a<br />

contar con la potencia de fuego de 18<br />

de estas unidades. Si conseguimos que<br />

una sola arma coloque 18 proyectiles<br />

simultáneamente en el objetivo, una<br />

batería tendría la potencia de seis<br />

grupos, y un grupo la de 18.<br />

Cargas de proyección<br />

Repercusiones<br />

343<br />

Esto tendría repercusiones<br />

tales en el empleo del arma que da<br />

miedo pensarlas: un grupo, que es lo<br />

que actualmente tiene una Brigada,<br />

podría dedicar una sección (media<br />

batería) a cada una de las agrupaciones<br />

tácticas y todavía tendría<br />

potencia de sobra para ejecutar<br />

misiones de acción de conjunto (en<br />

beneficio del conjunto de la gran<br />

unidad). Una única pieza destacada en<br />

apoyo a una compañía que cumpla una<br />

misión especifica le daría una potencia<br />

de fuego correspondiente a la que<br />

actualmente tiene una brigada.<br />

Claro que todas las monedas<br />

tienen cara y cruz. Esto representaría<br />

que los requerimientos logísticos de las<br />

unidades de artillería se multiplicarían<br />

también por 18, con los problemas que<br />

eso representa cuando hablamos de<br />

suministros con el peso y volumen de<br />

la munición de cañón, y que además<br />

necesita condiciones especiales para<br />

transporte y almacenaje. También<br />

habría que incrementar los órganos de<br />

cálculo y enlace disponibles en las<br />

unidades (FDC, destacamentos de<br />

enlace…) para permitir esas actuaciones<br />

independientes por parte de<br />

elementos que actualmente carecen de<br />

esa posibilidad.<br />

Esto de las cargas de proyección<br />

liquidas forma parte de ese futuro<br />

más o menos cercano, que podemos<br />

tener esperanzas de ver en el mercado.<br />

No ocurre lo mismo con otro de los<br />

sistemas en experimentación desde<br />

hace muchos años, los cañones<br />

eléctricos. Si bien el término es<br />

bastante amplio, hablando en puridad<br />

debemos hacer una división entre los


344 Revista de Publicaciones Navales<br />

eléctricos propiamente dichos (rail<br />

gun) y los magnéticos (coil gun).<br />

Los primeros se basan en las<br />

llamadas Fuerzas de Lorenz, que se<br />

producen cuando una corriente pasa<br />

del polo positivo de un generador al<br />

negativo mediante un contacto móvil,<br />

en este caso el proyectil. En esencia<br />

(ver figura al pie) el paso de la corriente<br />

por el puente produce un campo<br />

magnético que interactúa con el<br />

eléctrico de los raíles, produciéndose<br />

una fuerza con el sentido indicado en<br />

la figura.<br />

Si el contacto se sustituye por<br />

un proyectil, este es acelerado<br />

progresivamente a lo largo de los raíles,<br />

equivalentes al tubo de un cañón<br />

convencional, habiéndose alcanzado<br />

en las pruebas desarrolladas por el<br />

Instituto Tecnológico Militar de Serbia,<br />

velocidades de 3.000 m/seg. con<br />

proyectiles de 0,7 gr., con un cañón de<br />

70 cm. Según ese centro, con algunas<br />

modificaciones se podrían alcanzar los<br />

4.500 m/seg. y su objetivo es desarrollar<br />

un sistema capaz de lanzar el<br />

proyectil a 7.000 m/seg.<br />

Hay que reconocer que 0,7 gr.<br />

es un proyectil muy pequeño, pero si<br />

comparamos la energía cinética que<br />

tiene una bala del 5,56 OTAN con una<br />

de 4 gr. a 940 m/sg. (1.767 julios), con<br />

Principio de funcionamiento del cañón eléctrico.<br />

la que desarrolla el mecanismo serbio,<br />

contando con la velocidad más baja de<br />

las mencionadas (3.150.000 julios),<br />

veremos que la cosa tiene su interés.<br />

De hecho, los estudios desarrollados<br />

hasta ahora indican que a un proyectil<br />

animado de una energía tan grande no<br />

le haría falta carga explosiva, ya que el<br />

mero impacto bastaría para destruir el<br />

objetivo por simple fuerza bruta.<br />

Si hablamos de potencia del<br />

sistema, el modelo serbio tiene 7<br />

kilojulios, mientras que en los Estados<br />

Unidos están en estudio otros de un<br />

máximo de 64 megajulios. De hecho,<br />

la US Navy probó, el 31 de enero de<br />

2008, un sistema de 10,64 megajulios<br />

que espera empezar a desplegar no<br />

más tarde de 2025, con una velocidad<br />

inicial cercana a los 6.000 m/seg., y con<br />

una precisión tal que le permita<br />

impactar en un blanco de 5 m 2 , a 370<br />

km.<br />

Esta fabulosa precisión es en<br />

gran parte debida a la velocidad inicial,<br />

ya que hace que la trayectoria dure<br />

mucho menos tiempo y además sea<br />

más tensa y menos alterada por las<br />

condiciones climáticas, en especial el<br />

viento lateral. Lógicamente, estas<br />

armas consumen cantidades ingentes<br />

de energía eléctrica para su funcionamiento,<br />

por lo que su despliegue en<br />

plataformas de tamaño pequeño o


medio está totalmente descartado, al<br />

menos en el estado actual de la ciencia.<br />

Campo magnético creado en un bobinado por corriente<br />

eléctrica.<br />

En los cañones magnéticos la<br />

corriente no atraviesa el proyectil, sino<br />

que este está magnetizado y el cañón<br />

envuelto en una serie de espirales<br />

conductoras. Cuando pasa una<br />

corriente de muy corta duración por las<br />

espiras (pulso), crea un campo<br />

magnético que interacciona con el<br />

propio del proyectil, que como ya hemos<br />

dicho está magnetizado, luego actúa<br />

como un imán, haciéndolo moverse<br />

hacia delante en un movimiento<br />

uniformemente acelerado. Si conectamos<br />

las diferentes espiras de forma<br />

que sólo se active aquella en cuyo inte-<br />

Efecto incremental de los bobinados en un cañón magnético.<br />

* * *<br />

Cargas de proyección<br />

345<br />

rior esté el proyectil, conseguiremos un<br />

rendimiento óptimo para el consumo de<br />

energía y una máxima aceleración (ver<br />

figuras de esta página).<br />

¿Ciencia ficción? Sí, pero sólo<br />

en parte: estas armas están en estados<br />

de desarrollo tales que para poder ver<br />

los primeros prototipos realmente<br />

efectivos, sólo falta conseguir solucionar<br />

los problemas de suministro de<br />

energía, la disipación del calor<br />

generado y de los límites de magnetización<br />

de los materiales con los que<br />

están construidos los proyectiles.<br />

En el campo de las cargas de<br />

proyección todavía hay mucho que<br />

hablar. Muchos caminos podrán abrirse<br />

en un futuro, y quizás algunos de los<br />

que hemos esbozado aquí se cerrarán,<br />

la industria tiene la palabra. Lo que<br />

debemos tener como cierto es que los<br />

días de las cargas típicas de pólvora,<br />

de saquetes heterogéneos cargados a<br />

mano, han pasado a la historia y sólo<br />

es cuestión de unos pocos años para<br />

que los sistemas modulares se<br />

generalicen. El siguiente paso será muy<br />

probablemente los propulsores<br />

líquidos, y después...<br />

<strong>DE</strong> “FUERZAS <strong>DE</strong> <strong>DE</strong>FENSA Y<br />

SEGURIDAD”, Nº 384/2010

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