Simeon Bar Joyai - Zohar 3de5 - Comunidad Israelita Bet Or
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BO<br />
Éxodo X, 1 - XIII, 16<br />
Y el Señor dijo a Moisés: Anda a Faraón, porque Yo he endurecido su corazón. R.<br />
Judá comenzó aquí con el versículo: Bienaventurado es el pueblo que conoce el sonido<br />
regocijante; Oh Señor, ellos andarán en la luz de tu rostro 305 .<br />
Exclamó: Cuan importante es para el hombre el andar por los caminos del Santo,<br />
Bendito Sea, y guardar los mandamientos de la Torá, para que pueda ser digno del mundo por<br />
venir y triunfar sobre las acusaciones, tanto en la tierra como en el cielo. Porque así como hay<br />
acusadores del hombre aquí abajo, así hay también acusadores arriba.. Pero aquellos que<br />
guardan los mandamientos de la Torá y andan en justicia, en temor de su Señor, nunca<br />
carecerán de intercesores en el cielo, pues, acaso no está escrito: “Si hay con él un ángel<br />
intercesor, uno entre mil... entonces es gracioso con él y dice: líbralo de bajar al foso: yo he<br />
encontrado un rescate” 306 . R. Jiyá le dijo: ¿Por qué ha de necesitar el hombre un ángel para<br />
que interceda por él? ¿No está escrito: “El Señor será tu confianza y guardará tu pie de ser tomado”<br />
307 ; “el Señor te guardará de todo mal” 308 bis. Pues efectivamente, el Santo Mismo ve<br />
todo lo que el hombre hace, ya sea bueno o malo, como está escrito: “¿Puede un hombre ocultarse<br />
en lugares secretos que yo no lo vea” 309 . R. Judá respondió: ¡Efectivamente, hablas<br />
verdad! Pero también está escrito que Satán dijo: “Pero tiende tu mano y toca su hueso y su<br />
carne”, y que el Santo Mismo dijo a Satán: “Y tú me persuades contra él” 310 , lo que prueba<br />
que se dio a los poderes del “otro lado” permiso para que; pudiesen levantarse contra el<br />
hombre por causa de los actos que efectuó en este mundo. Y en todo esto los caminos del<br />
Santo están ocultos, y excede a mi capacidad el seguirlos, porque estos son los estatutos del<br />
Santo, que los hombres no deben examinar demasiado estrechamente, salvo aquellos hombres<br />
que andan por el camino de la sabiduría y así son en verdad dignos de penetrar en las sendas<br />
veladas de la Torá y de este modo comprender las verdades ocultas en ellas.<br />
R. Eleazar discurrió entonces sobre el versículo: Y hubo un día cuando los hijos de<br />
Dios vinieron a estar ante el Señor y entre ellos vino también Satán 311 . Este “día” —dijo—<br />
era Día de Año Nuevo, en el cual el Santo juzga al mundo. “Los hijos de Dios” son los seres<br />
superiores designados para vigilar las acciones de la humanidad. La expresión “hallarse ante<br />
el Señor” es paralela al versículo “Todos los ejércitos del cielo de pie junto a él, a su mano<br />
derecha y a su izquierda” 312 . Pero en este versículo tiene un significado más especial: poner<br />
de manifiesto el amor del Santo a Israel. Porque los mensajeros que están designados para<br />
vigilar las obras de los hombres merodean de acá para allá por el mundo, reuniendo los actos<br />
de todas las creaturas de modo que en el Día de Año Nuevo, el día del Juicio, puedan<br />
encontrarse ante el Señor con su carga de acusaciones. Y de todos los pueblos de la tierra,<br />
sólo hay uno, Israel, cuyas obras ellos examinan cuidadosamente y en detalle, porque los<br />
israelitas son los hijos del Santo en un sentido particular y cuando sus obras no concuerdan<br />
con el propósito Divino, ellos efectivamente debilitan el poder del Santo, pero cuando ellos<br />
305 Salmos LXXXIX, 16.<br />
306 Job XXXIII, 23-24.<br />
307 Proverbios III, 26.<br />
308 Salmos CXXI, 7.<br />
309 Jeremías XXIII, 24.<br />
310 Job II, 3-4.<br />
311 Job I, 6.<br />
312 I Reyes XXII, 19.