Simeon Bar Joyai - Zohar 3de5 - Comunidad Israelita Bet Or
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de su Amo a través del espíritu de la Sabiduría. Acerca de esto, un texto tradicional nos dice<br />
que hay aguas que sostienen a hombres sabios y otras aguas que engendran hombres necios,<br />
de acuerdo a los diversos ríos que se ramifican a todos lados. Y bien, los ríos egipcios<br />
engendran maestros de hechicerías de varias clases, y de diez grados, como las enumera el<br />
versículo, “uno que empleaba la adivinación, un adivino, o un encantador, o uno que<br />
consultaba a un espectro o a un espíritu familiar, o un nigromante” 285 . Aquí tenemos diez<br />
especies de hechicería. Y en ese tiempo el Santo, Bendito Sea, extendió Su dedo y turbó los<br />
arroyos y ríos de Egipto de modo que sus peces de sabiduría fueron confundidos: algunas<br />
aguas se volvieron sangre, otras arrojaban pequeños peces de ninguna monta y sobre los<br />
cuales nunca se posaba el espíritu de hechicería.<br />
Entonces vino sobre ellos la plaga llamada arov (literalmente mezcla, es decir, mezcla<br />
de varias bestias) que alegóricamente indica que el Todopoderoso confundió sus artes<br />
mágicas de manera que sus prácticas no eran capaces de juntarlas, de remendarlas. Más aún,<br />
esa confusión produjo una mezcla de una especie perversa e híbrida similar a aquellas a que<br />
se refieren las palabras de la Escritura: “No sembrarás tu campo con dos especies de simiente;<br />
ni te pondrás un vestido de dos especies de material mezcladas juntas” 286 . Muchas fueron<br />
entonces las legiones que se agitaron arriba, pero el Santo, Bendito Sea, las confundió a todas.<br />
Estos fuertes actos que realizó el Todopoderoso se cumplieron con levantar una de sus manos<br />
contra el Egipto, arriba y abajo, fue entonces que la sabiduría del Egipto pereció, como la<br />
Escritura dice: “Y la sabiduría de sus sabios perecerá, y el entendimiento de sus hombres<br />
prudentes será ocultado” 287 . Observad, además, el pronunciamiento: “Y yo confundiré al<br />
Egipto con el Egipto” 288 , es decir, el Egipto celestial con el Egipto terrenal. Porque las<br />
legiones celestiales están a cargo de las terrenales, y unas y otras fueron juntas puestas en<br />
desorden. Fueron confundidas en lo alto de modo que los egipcios no pudieran derivar<br />
inspiración de las fuentes celestiales como antes. Fue con este objetó que el Todopoderoso<br />
trajo sobre ellos el arov, o mezcla y confusión, manifestada en una mezclada horda de bestias<br />
que los asaltó. Y lo mismo la plaga de gusanos, engendrados del polvo de la tierra. Observad<br />
que todo lo que es engendrado sobre la tierra crece por él estímulo de un Capitán que lo tiene<br />
a su cargo y que todo sobre la tierra es modelado según una pauta celestial. Hay en lo alto<br />
siete firmamentos, y hay siete zonas de tierra. Correspondientemente, en el mundo inferior<br />
hay firmamentos de siete grados y siete zonas de tierra. Estas, como lo han expuesto los<br />
Compañeros, están dispuestas como los escalones de una escalera, elevándose una encima de<br />
otra, y cada zona tiene diez divisiones, de modo que hay setenta en total. Cada una de éstas<br />
está presidida por un Capitán, y los setenta Capitanes tienen a su cargo las setenta naciones de<br />
la tierra. A su vez, estas setenta divisiones terrestres limitan y rodean a Tierra Santa, como<br />
dioe la Escritura: “Pues, es el lecho de Salomón; hay en torno sesenta hombres fuertes, de los<br />
fuertes hombres de Israel” 289 y hay, además de los sesenta mencionados, diez ocultos entre<br />
ellos. Todas estas rodean a Tierra Santa. Esto se refiere al mundo superior, y lo mismo se<br />
halla reproducido en el mundo inferior. Y bien, en ese tiempo el Santo, Bendito Sea, extendió<br />
Su dedo sobre la zona que fue otorgada a los egipcios, y una llama de fuego pasó por todo el<br />
trecho y secó todo el suelo aluvial, con el resultado de que el polvo de la tierra generó<br />
gusanos. Fue Aarón quien golpeó el polvo, para mostrar que la mano derecha del Santo,<br />
Bendito Sea, quiebra a Sus enemigos, como leemos: “Tu diestra, Oh Señor, quiebra en<br />
285 Deuteronomio XVIII, 10-11.<br />
286 Levítico XIX, 19.<br />
287 Isaías XXIX, 14.<br />
288 Isaías XIX, 2.<br />
289 Cantar de los Cantares III.<br />
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