Simeon Bar Joyai - Zohar 3de5 - Comunidad Israelita Bet Or
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egipcios bebieron sangre.<br />
Observad que cuando el Santo, Bendito Sea, se prepara a infligir castigo a las naciones<br />
idólatras, el “lado izquierdo” despierta y cambia la blancura de la luna en sangre; luego los<br />
lagos y charcos de abajo se llenan también de sangre. Así el castigo del injusto es<br />
efectivamente sangre. Además, cuando sobre un pueblo pende la condena de sangre, es la<br />
sangre de asesinato ejecutado por otro pueblo a quien Dios trae contra él.<br />
Pero contra Egipto, el Santo, Bendito Sea, no optó por levantar otra nación, pues en tal<br />
caso también podía sufrir Israel que vivía en medio de los egipcios. Por eso El castigó a los<br />
egipcios haciendo que sus corrientes de agua se cambiaran en sangre de modo que no<br />
pudieran beber de ellas. Y como el poder supramundano de Egipto estaba centrado en el Nilo,<br />
el Santo ejerció primero su voluntad sobre ese principado, de modo que, siendo el Nilo una de<br />
sus dividinades, pudiese ser humillado ante todo su poder más elevado. También salió sangre<br />
de los ídolos menores, como está escrito: “y habrá sangre por todo el país de Egipto, en<br />
recipientes de madera y en recipientes de piedra” 279 .<br />
R. Jiyá se levantó una noche para estudiar la Torá, hallándose con él R. Yose el<br />
menor, que aún era un joven. R. Jiyá comenzó citando: “Sigue tu camino, come tu pan con<br />
júbilo y bebe tu vino con corazón alegre. Pues Dios acepta ahora tus obras” 280 . Dijo: ¿Por qué<br />
dijo esto Salomón? En verdad todas las palabras de Salomón las expresó él en sabiduría, y<br />
cuando un hombre sigue por el camino del Santo, El lo acerca y le da paz y quietud, de modo<br />
que goza su pan y su vino, complaciéndose el Santo con él y con su obra. Entonces dijo el<br />
joven: Si esto es todo lo que las palabras significan, ¿dónde está su gran sabiduría? R. Jiyá<br />
respondió: Hijo mío, cocina .bien tu comida (“cuando llegues a la madurez”) y comprenderás.<br />
Dijo el joven: Aun sin cocinar (“aun antes de que yo madure”) entendí el significado de ellas.<br />
R. Jiyá dijo: ¿Cómo es eso? El respondió: una vez oí de mi padre que en este versículo<br />
Salomón exhorta al hombre a coronar la <strong>Comunidad</strong> de Israel con regocijo, que es el “Lado<br />
Derecho”, representado por el pan, y luego con vino, que es el “Lado Izquierdo”, para que ella<br />
pueda ser firme en la fe, pues el júbilo completo y perfecto está en la unión de “Derecha” e<br />
“Izquierda”. Y cuando ella está entre las dos, el mundo se encuentra lleno de bendición,<br />
gracia y rectitud y generosidad. Y todo esto se cumple cuando el Santo, Bendito Sea, está<br />
satisfecho con las obras de los hombres. Entonces se fue a él R. Jiyá, y lo besó y dijo:<br />
Seguramente, mi intención fue decir esto, pero deliberadamente dejé que tú lo dijeras,<br />
pensando que eres demasiado joven, y ahora advierto que el Santo desea coronarte con la<br />
Torá.<br />
Entonces R. Jiyá comenzó a exponer el versículo: Di a Aarón, toma tu vara y extiende<br />
tu mano sobre las aguas de Egipto. ¿Por qué Aarón y no Moisés?, preguntó. Dijo: porque el<br />
Santo, Bendito Sea, ha dicho: Aarón representa el principio del agua, y el lado Izquierdo está<br />
deseoso de llevar por sí mismo el agua. Cuadra así que Aarón, el cual emana de dicho lado,<br />
pueda conmoverlo para tomar posesión de las aguas, con lo que ellas se convertirán en sangre.<br />
Obsérvese que primero fue golpeado el más bajo de los grados. R. Simeón dijo: El Santo,<br />
Bendito Sea, comenzó con el grado más bajo, golpeando a cada uno, sucesivamente, con cada<br />
dedo de Su mano. Y cuando El alcanzó el más elevado, pasó a través de Egipto, mató a todos<br />
los primogénitos del país, pues los primogénitos representaron el grado más alto y selecto de<br />
todos. Obsérvese, además, que Faraón era el gobernante de las aguas, como se dice a su<br />
respecto: “El gran dragón que yace en medio de sus ríos” 281 . Por esta razón la conversión de<br />
su río en sangre fue la primera plaga. Luego siguieron las ranas que con potentes chillidos y<br />
279 Isaías XXXIV, 6.<br />
280 Eclesiastés IX, 7.<br />
281 Ezequiel XXIX, 3.<br />
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