Simeon Bar Joyai - Zohar 3de5 - Comunidad Israelita Bet Or
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sois para el Señor vuestro Dios” 199 . El los llama “hijos” y ellos lo llaman a El “padre”,<br />
“Porque Tú eres nuestro padre” 200 . De ahí que está dicho: “Yo soy de mi amado y mi amado<br />
es mío”. El me eligió y yo lo elegí a El. “El guardó su rebaño entre los lirios”. El se alimentó<br />
entre los lirios, aunque están rodeados de espinas. O, también, como el lirio es rojo y su zumo<br />
es blanco, así el Santo, Bendito Sea, conduce Su mundo desde el atributo de la Justicia al<br />
atributo de la Misericordia, como está dicho: “Aunque vuestros pecados sean como escarlata,<br />
ellos serán blancos como la nieve” 201 . Una vez R. Abba estaba caminando en compañía de R.<br />
Isaac. En el camino vieron algunos lirios y R. Abba arrancó uno. R. Yose se encontró con<br />
ellos. Dijo: Verdaderamente, la Shejiná está presente aquí, porque veo algo en la mano de R.<br />
Abba, algo que significa que tiene alguna gran sabiduría para impartir, pues yo sé que II.<br />
Abba no habría arrancado este lirio si no fuese con la intención de enseñar una lección<br />
esotérica. R. Abba dijo: Siéntate, siéntate hijo mío. Todos se sentaron. R. Abba olió el lirio y<br />
dijo: ¿Qué sería el mundo sin aroma? Porque yo percibo que sin aroma el alma languidecería<br />
y por eso quemamos especias de mirto a la conclusión del Sábado.<br />
Entonces comenzó a exponer el versículo: “Mi amado es mío y yo soy de mi amado;<br />
él guarda su rebaño entre los lirios”. ¿Qué hizo que yo le perteneciera a El y que El me<br />
perteneciera a mí? El hecho de que El alimenta el mundo entre los lirios; como el lirio tiene<br />
un olor suave, es rojo y, sin embargo, se vuelve blanco cuando se lo aprieta y su aroma nunca<br />
se evapora, así el Santo, Bendito Sea, guía el mundo. Pues si así no fuera, el mundo dejaría de<br />
existir a causa del pecado del hombre. El pecado es rojo, como está dicho, “Aunque vuestros<br />
pecados sean escarlata”. El hombre pone el animal sacrificado sobre el fuego, que también es<br />
rojo. El sacerdote esparce la sangre roja en torno del altar, pero el humo que asciende al cielo<br />
és blanco. Así, el rojo se vuelve blanco; el atributo de la Justicia se vuelve el atributo de la<br />
Misericordia. En realidad el rojo es el símbolo de la justicia rigurosa y por eso los sacerdotes<br />
de Baal “sí cortan... hasta que la sangre se derrama sobre ellos” 202 . R. Isaac dijo: El rojo<br />
(sangre) y el blanco (grasa) son ofrendados para el sacrificio, y el olor asciende de los dos.<br />
Las especias de incienso son en parte rojas y en parte blancas, y el olor asciende del rojo y el<br />
blanco. Más aun, está escrito, “para ofrendarme la grasa y la sangre” 203 , es decir, de nuevo<br />
blanco y rojo. De ahí que dede la destrucción del Templo, en sustitución de ello el hombre<br />
sacrifica su propia grasa y su propia sangre, al ayunar, y así obtiene expiación. Como el lirio,<br />
que es rojo y blanco,, se vuelve enteramente blanco por medio del fuego, así el animal del<br />
sacrificio se vuelve enteramente blanco, en el humo, por medio del fuego. También ahora,<br />
cuando no hay sacrificios, cuando un hombre en su ayuno ofrenda su grasa y su sangre, el<br />
sacrificio ha de hacerse por el fuego si ha de volverse blanco y traer misericordia, porque, dijo<br />
R. Judá, el ayuno debilita los miembros y hace que el cuerpo se queme, y justamente entonces<br />
es tiempo apropiado para ofrendar la grasa y la sangre en ese fuego. A esto es lo que se llama<br />
“un altar de expiación”. Por eso es que R. Eleazar, cuando ayuna, acostumbra orar: “Tú<br />
conoces, Oh mi Dios y Dios de mis padres, que te he ofrendado mi grasa y mi sangre y que<br />
los he calcinado en el calor de la debilidad de mi cuerpo. Que sea Tu voluntad que el aliento<br />
que sale de mi boca en esta hora pueda contarse para mí como si fuese el olor que asciende<br />
del sacrificio hecho en el altar con fuego, y otorgarme favor”. Por eso se instituyó la plegaria<br />
para que tomase el lugar de los sacrificios, dado que se la ofrenda con esta intención de<br />
sacrificio.<br />
199 Deuteronomio XIV 1.<br />
200 LXIII, 16. (Que libro es)<br />
201 Isaías I, 18.<br />
202 I Reyes XVIII, 28.<br />
203 Ezequiel XLIV, 15.<br />
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