Simeon Bar Joyai - Zohar 3de5 - Comunidad Israelita Bet Or
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la tumba? La respuesta es que en este caso “la tumba” es la potente Klipá. El alma del hombre<br />
corresponde en este respecto, y aquí, como en cualquier otra parte, lo inferior es según la<br />
pauta de lo superior. Hay, pues, tres grados del alma diferentes entre sí, aunque forman un<br />
lazo y un misterio. Mientras los huesos de su habitación humana permanecen intactos en la<br />
tumba, el néfesch también permanece allí, aunque de mala gana.<br />
Aquí hay un misterio que sólo es confiado a quienes perciben y conocen el camino de<br />
la verdad y temen el pecado. En la hora cuando la neschamá se corona arriba con la corona<br />
santa y el rúaj se halla dentro del resplandor de la luz superior en la que es admitido en los<br />
Shabats (Sábados), en los días de Luna Nueva y en las festividades, y cuando el mismo rúaj<br />
desciende muy satisfecho de estos festejos y para en el Jardín de Edén resplandeciente y<br />
radiante, en esa hora el néfesch también se levanta dentro de la tumba y asume figura en la<br />
semejanza de la forma que poseía previamente en el cuerpo viviente, y en virtud de esta<br />
imagen todos los huesos se levantan y cantan alabanzas al Santo, Bendito Sea, como está<br />
escrito: “Todos mis huesos dirán (tomamah) Oh Señor, ¿quién es como Tú?” 1144 . Y si el ojo<br />
tuviera poder y permiso para percibir tales cosas, vería en las noches de Shabats, Lunas<br />
Nuevas y en las festividades una especie de figuras cantando y alabando encima de sus<br />
tumbas al Santo. Pero la tontería de los hombres les impide tener cualquier conocimiento de<br />
tales asuntos, porque no conocen ni perciben lo que es el fundamento de sus vidas en el<br />
mundo y no tienen entendimiento para conocer la gloria del Rey Superior en este mundo que<br />
ellos pueden ver, ya sin hablar del mundo por venir, mundo que no ven. Así, no tienen<br />
percepción de la base de ninguno o del sentido intrínseco de estas cosas.<br />
En el Día de Año Nuevo, cuando el mundo es juzgado y el Trono del Juicio se halla<br />
cerca del Rey Superior, cada alma (néfesch) ronda e intercede por los vivientes. En la noche<br />
siguiente al pronunciamiento del fallo merodean tratando de descubrir cuáles decisiones se<br />
han adoptado respecto del destino de los hombres en el año venidero. A veces comunican lo<br />
que saben a los vivientes en la forma de una visión o sueño, como está escrito: “En un sueño,<br />
en una visión de la noche, cuando se posa sobre los hombres descanso profundo... abre los<br />
oídos de los hombres y sella sus instrucciones” 1145 . Es decir, el alma pone su sello a las<br />
palabras que comunica a los hijos de hombre para que puedan recibir instrucción o<br />
reprobación. En la última noche de la Festividad de Tabernáculos, cuando han salido los<br />
edictos finales del Rey y es retirada la sombra de las personas que están por morir, un cierto<br />
dignatario celestial llamado Yehudiam desciende con miríadas de seguidores y lleva esa<br />
sombra hacia arriba. Y el alma que hemos mencionado merodea y ve la sombra y vuelve a su<br />
lugar e informa del muerto a los demás: “Tal y tal viene para estar con nosotros”, refiriéndose<br />
al alma cuya sombra ha sido últimamente retirada por los esbirros angélicos. Si el fallecido<br />
era justo y ha llevado una vida buena en este mundo, se regocijan todos los muertos; pero, si<br />
no, todos ellos dicen: “¡Desgracia, desgracia! ¡Desdicha, desdicha!”<br />
Cuando los ángeles traen arriba la sombra, la entregan al servidor cuyo nombre es<br />
Metatrón, y él la toma y la lleva a su lugar debido y legítimo, como está escrito: “Como un<br />
servidor desea seriamente la sombra” 1146 . A partir de esa hora, se prepara un lugar para la<br />
neschamá de esa hombre y un lugar para su rúaj en el Jardín de Edén y un lugar para su<br />
néfesch para descansar en él durante sus errabundajes. Pues hay cierto néfesch que no tiene<br />
reposo, acerca del cual está escrito que “será lanzado, como de en medio de una onda 1147 , el<br />
cual néfesch vaga por el mundo, no teniendo descanso ni de día ni de noche, lo que es el<br />
mayor y más horrible castiga posible. Y hay también un néfesch que es “segado” junto con el<br />
1144 Salmos XXXV, 10.<br />
1145 Job XXXIII, 16.<br />
1146 Job VII, 2.<br />
1147 I Samuel XXV, 29.<br />
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