Simeon Bar Joyai - Zohar 3de5 - Comunidad Israelita Bet Or

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juntos” 1112 . Pues este “Río” reúne en sí todo el misterio de los “cielos” y la fuente de la vida en este día, y el sol se perfecciona para su asignada tarea de la distribución de luz. Luego, el Salmo XXXIV, que sigue, se refiere a la Luna, cuando ella se separa del “otro lado”, como lo hace en este día, para recibir luz del sol: “De David, cuando cambió su conducta hacia Abimélej”. Cuando el “otro lado se ha separado de la “Luna', ésta se une al “Sol” y por eso este Salmo comienza, acrósticamente, con las veintidós letras del alfabeto hebreo, y significa la fusión del Sol con la Luna. Entonces sigue la unión de la Matrona con su Esposo: “Una plegaria de Moisés, el hombre de Dios” 1113 ; El tiende su mano derecha y su mano izquierda para recibirla a Ella y para unirse con Ella en unión perfecta. Siguen luego otros salmos de júbilo y anhelo ardiente. “Un salmo. Cantad al Señor un nuevo cántico, porque El ha hecho cosas maravillosas: Su diestra y su santo brazo han forjado salvación para él” 1114 . Este Salmo ha sido expuesto en otra parte, antes, y los Compañeros estuvieron perfectamente correctos en su afirmación de que lo cantaban quienes llevaban el arca sagrada. Esto corresponde al misterio de arriba: cantamos este salmo los seres vivientes, Jayot, toman el Trono para elevarlo a las alturas más elevadas. En cuanto a la pregunta de por qué se lo llama “nuevo”, si se lo repite perpetuamente, se ha de señalar el hecho de que es realmente un “canteo nuevo” porque se refiere a la luna “nueva” en el tiempo en que ella recibe luz del sol. “Su diestra y su santo brazo han forjado salvación para él”: esto denota el levantar de la mano derecha y de la izquierda para recibirla a la Luna, que significa la Shejiná cuando Ella llega a “Bet Shemesh”, la “Casa del Sol”, manos que la reciben y la llevan como los portadores del arca. Por eso se ordenó que cantara en día sábado este salmo, el XCII el “pueblo Uno”, es decir, los hijos de Israel: “Un cántico. Un salmo al día Shabat. Es bueno alabar al Señor, cantar a tu Nombre, Oh, Altísimo. Proclamar tu benignidad por la mañana y tu fidelidad por las noches”. Los Compañeros han establecido que este himno de alabanza lo cantó Adán, el primer hombre, cuando fue expulsado del Jardín de Edén, cuando el Shabat se acercó al Santo e intercedió por el ser creado. Entonces cantó este himno en honor del Shabat que le fue entregado. Es un himno de alabanza que el mundo de abajo canta al mundo de arriba, a un mundo que es todo “Shabat”, la esfera del “Rey del cual es la paz”. Es un himno del Shabat de abajo al Shabat de arriba: el Shabat de abajo, que es como la noche, canta al Shabat de arriba, que es como el día. En realidad, toda vez que se menciona el “Shabat”, se refiere a la “víspera de Shabat” —es decir a la Shejiná—, pero cuando se dice “el día de Shabat”, se designa al Shabat Superior, o sea, Tiféret. Al primero lo simboliza la Hembra, al segundo, el Varón. Así, “Y los hijos de Israel guardarán el Shabat” 1115 se refiere a la Hembra, que es la noche (hyla), y “recuerda el día del Shabat” 1116 se refiere al Varón. Así, el Shabat de aquí abajo canta un himno al Shabat de arriba. Por eso es anónimo este salmo, como verificamos que en todo lugar donde hay una referencia al mundo de abajo (la Shejiná) el Nombre se menciona efectivamente, como, por ejemplo, “Y él llamó a Moisés” 1117 . Como en este salmo se hace referencia a tina esfera más elevada, el nombre divino no se aplica al grado .inferior, exactamente como una vela no puede brillar en la luz solar. Todos los himnos que se cantan en Shabat y en su alabanza, son los apoyos para su ascensión a las regiones superiores donde es coronado arriba con superiores coronas santas todos los otros días. El servicio del Shabat continúa con la plegaria: “El alma de todo viviente bendecirá tu nombre, Oh Señor, nuestro Dios”. Los Compañeros ya han hecho algunas observaciones verdaderas sobre esta plegaria, pero la verdad real es que en Shabat nos corresponde 1112 Salmos XXXIII. 1113 Salmos XC. 1114 Salmos XCVIII. 1115 Éxodo XXXI, 16. 1116 Éxodo XX, 8. 1117 Levítico I, 1. 216

mencionar esa “alma adicional” que se le da al israelita en Sábado, que emana de “la Vida de los Mundos” (Yesod). Y como esta alma pertenece a Aquel de quien provienen todas las bendiciones y en quien ellas están presentes, que quiere irrigar y bendecir lo que se halla abajo, le está permitido bendecir este lugar. Así las almas que salen de este “Viviente” a la entrada del Shabat efectivamente bendicen ese Lugar para comunicar bendiciones al mundo de abajo que se llama el “Nombre de Abajo” (Maljut). Al mismo tiempo, la región de donde esas almas emanan bendice al Nombre de arriba, y así recibe bendiciones de abajo y de arriba y se completa en todos los aspectos. Durante otros días ella recibe bendiciones de las almas que la bendicen desde abajo, pero en Shabat ella recibe bendiciones de las almas superiores que la bendicen con cuarenta y cinco palabras de acuerdo al valor numérico de la palabra Mah (¿Qué?) Desde las palabras “el alma de todo viviente” hasta “el Dios de la primera y la última edades” hay cuarenta y cinco palabras; desde las palabras “llénense nuestras bocas de cánticos como el mar” hasta las palabras “y con nosotros” hay muy cerca de cincuenta palabras, que corresponden al valor numérico del Mi, cuyo valor numérico es cincuenta. Desde aquí siguen otras alabanzas que se resuelven en el número cien, el acabamiento de todo (a “el gran Dios”) y forman una carroza. Así, este himno de alabanza y todas las palabras que contiene son símbolos numéricos de la perfección del Shabat y de la perfección que por él se alcanza, de acuerdo al propósito Divino. Bienaventurado es el pueblo que ha aprendido cómo conducir un servicio de alabanza de una manera, bien grata. Desde aquí siguen plegarias apropiadas, en relación con la Shemá y la Amida. Está escrito: “Pero, Oh Señor, no Te alejes. Fortaleza mía, apresúrate para mi socorro” 1118 . Estas palabras las pronunció el Rey David en la hora cuando ordenó que se cantaran himnos de alabanza al Rey, de modo que se cumpliera la unidad del Sol y la Luna. Cuando él componía estas alabanzas dijo: “Pero no estés lejos de mí”. La combinación de “Tú” y “Señor” significa el misterio de la unión inseparable. “No estés lejos”, se refiere a la Shejiná, cuando asciende para ser coronada por su Esposo en el mundo de arriba, y desde allí para ascender aún más alto en el Infinito, para estar unidos allí arriba, en lo alto. Por eso dice: “no estés lejos”, es decir, no asciendas a alturas tales que nos dejarán sin Ti. Por eso, mediante este servicio de alabanza los hijos de Israel buscan unirse estrechamente a la Shejiná y su Gloria, de modo que si esta Gloria procurara elevarse, ellos se le apegarán aún y no dejarán que los abandone. Por eso, también, la plegaria apropiada (Amida) se recita quietamente, como si se hablara confidencialmente con un Rey. Porque mientras los hijos de Israel se mantienen con El en conversación confidencial, El no puede partir de ellos dejándolos solos. “Mi cierva”; así como la cierva y la gacela, aunque corren a una distancia larga, pronto regresan al lugar del cual so fueron, así también el Santo, Bendito Sea, aunque asciende a inescalables alturas de infinidad, pronto regresa. ¿Por qué es eso? Porque los hijos de Israel aquí abajo adhieren a El para no dejar que los olvide y abandone. Esta es la significación de la plegaria, “Mi cierva, apresúrate Tú para ayudarme”. Por eso corresponde que nos adhiramos al Santo, Bendito Sea, para por así decirlo, hacer que El baje de las alturas, de modo que no quedemos abandonados de él ni por un instante. Por eso, cuando pasamos rápidamente de la bendición de la Guevurá (Redención) a la Plegaria (Amida o dieciocho bendiciones), debemos asirnos a El y conducirlo aparte y conversar con El privadamente en voz quieta, en confianza, de modo que no se aleje de nosotros y no nos deje solos. Acerca de esto está escrito: “Y vosotros que adherís al Señor vuestro Dios, viviréis hoy” 1119 ; “Bendito es el pueblo que se halla en tal situación; bendito es el pueblo que tiene al Señor por su Dios” 1120 . Llegados a este punto, R. Simeón se levantó y también se levantaron los Compañeros y caminaron alejándose de] árbol en el valle. R. Eleazar dijo a su padre R. Simeón mientras 1118 Salmos XXII, 20. 1119 Deuteronomio IV, 4. 1120 Salmos CXLIV, 15. 217

mencionar esa “alma adicional” que se le da al israelita en Sábado, que emana de “la Vida de<br />

los Mundos” (Yesod). Y como esta alma pertenece a Aquel de quien provienen todas las<br />

bendiciones y en quien ellas están presentes, que quiere irrigar y bendecir lo que se halla<br />

abajo, le está permitido bendecir este lugar. Así las almas que salen de este “Viviente” a la<br />

entrada del Shabat efectivamente bendicen ese Lugar para comunicar bendiciones al mundo<br />

de abajo que se llama el “Nombre de Abajo” (Maljut). Al mismo tiempo, la región de donde<br />

esas almas emanan bendice al Nombre de arriba, y así recibe bendiciones de abajo y de arriba<br />

y se completa en todos los aspectos. Durante otros días ella recibe bendiciones de las almas<br />

que la bendicen desde abajo, pero en Shabat ella recibe bendiciones de las almas superiores<br />

que la bendicen con cuarenta y cinco palabras de acuerdo al valor numérico de la palabra Mah<br />

(¿Qué?) Desde las palabras “el alma de todo viviente” hasta “el Dios de la primera y la última<br />

edades” hay cuarenta y cinco palabras; desde las palabras “llénense nuestras bocas de cánticos<br />

como el mar” hasta las palabras “y con nosotros” hay muy cerca de cincuenta palabras, que<br />

corresponden al valor numérico del Mi, cuyo valor numérico es cincuenta. Desde aquí siguen<br />

otras alabanzas que se resuelven en el número cien, el acabamiento de todo (a “el gran Dios”)<br />

y forman una carroza. Así, este himno de alabanza y todas las palabras que contiene son<br />

símbolos numéricos de la perfección del Shabat y de la perfección que por él se alcanza, de<br />

acuerdo al propósito Divino. Bienaventurado es el pueblo que ha aprendido cómo conducir un<br />

servicio de alabanza de una manera, bien grata.<br />

Desde aquí siguen plegarias apropiadas, en relación con la Shemá y la Amida.<br />

Está escrito: “Pero, Oh Señor, no Te alejes. Fortaleza mía, apresúrate para mi socorro”<br />

1118 . Estas palabras las pronunció el Rey David en la hora cuando ordenó que se cantaran<br />

himnos de alabanza al Rey, de modo que se cumpliera la unidad del Sol y la Luna. Cuando él<br />

componía estas alabanzas dijo: “Pero no estés lejos de mí”. La combinación de “Tú” y<br />

“Señor” significa el misterio de la unión inseparable. “No estés lejos”, se refiere a la Shejiná,<br />

cuando asciende para ser coronada por su Esposo en el mundo de arriba, y desde allí para<br />

ascender aún más alto en el Infinito, para estar unidos allí arriba, en lo alto. Por eso dice: “no<br />

estés lejos”, es decir, no asciendas a alturas tales que nos dejarán sin Ti. Por eso, mediante<br />

este servicio de alabanza los hijos de Israel buscan unirse estrechamente a la Shejiná y su<br />

Gloria, de modo que si esta Gloria procurara elevarse, ellos se le apegarán aún y no dejarán<br />

que los abandone. Por eso, también, la plegaria apropiada (Amida) se recita quietamente,<br />

como si se hablara confidencialmente con un Rey. Porque mientras los hijos de Israel se<br />

mantienen con El en conversación confidencial, El no puede partir de ellos dejándolos solos.<br />

“Mi cierva”; así como la cierva y la gacela, aunque corren a una distancia larga, pronto<br />

regresan al lugar del cual so fueron, así también el Santo, Bendito Sea, aunque asciende a<br />

inescalables alturas de infinidad, pronto regresa. ¿Por qué es eso? Porque los hijos de Israel<br />

aquí abajo adhieren a El para no dejar que los olvide y abandone. Esta es la significación de la<br />

plegaria, “Mi cierva, apresúrate Tú para ayudarme”. Por eso corresponde que nos adhiramos<br />

al Santo, Bendito Sea, para por así decirlo, hacer que El baje de las alturas, de modo que no<br />

quedemos abandonados de él ni por un instante. Por eso, cuando pasamos rápidamente de la<br />

bendición de la Guevurá (Redención) a la Plegaria (Amida o dieciocho bendiciones),<br />

debemos asirnos a El y conducirlo aparte y conversar con El privadamente en voz quieta, en<br />

confianza, de modo que no se aleje de nosotros y no nos deje solos. Acerca de esto está<br />

escrito: “Y vosotros que adherís al Señor vuestro Dios, viviréis hoy” 1119 ; “Bendito es el<br />

pueblo que se halla en tal situación; bendito es el pueblo que tiene al Señor por su Dios” 1120 .<br />

Llegados a este punto, R. Simeón se levantó y también se levantaron los Compañeros<br />

y caminaron alejándose de] árbol en el valle. R. Eleazar dijo a su padre R. Simeón mientras<br />

1118 Salmos XXII, 20.<br />

1119 Deuteronomio IV, 4.<br />

1120 Salmos CXLIV, 15.<br />

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