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Simeon Bar Joyai - Zohar 3de5 - Comunidad Israelita Bet Or

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estas tres llaves debajo de las ramas de! Árbol de Vida. Luego estas tres se vuelven una.<br />

Entonces, la cuarta y última llave, que lleva la segunda letra Hei, se junta a las tres que se<br />

volvieron una. Y todas las huestes angélicas entran, por medio de esas llaves, en el Jardín de<br />

Edén, donde proclaman, a una sola voz, la unidad Divina en el mismo momento en que ella se<br />

proclama aquí abajo. Entonces, la Shejiná, la Novia, es conducida al Palacio del Rey, Su<br />

Novio, porque ahora El se halla completo en toda su belleza superior y puede proveerla de<br />

todo lo que Ella necesita. Así, sus ayudantes. La traen a El en silencio. ¿Por qué en silencio?<br />

Para que ningún “extraño”, ninguna mala potencia, pueda participar en el júbilo de ella. Así<br />

como El se unió arriba de acuerdo a seis aspectos, así también Ella se une abajo según otros<br />

seis aspectos, de modo que la unidad pueda completarse, arriba y. abajo, coma está escrito:<br />

“El Señor será Uno y su Nombre Uno” 1099 . Seis palabras arriba —Shemá Israel YHVH<br />

Elóhim YHVH ejad, correspondientes a los seis aspectos, y seis palabras abajo, baruj shem<br />

kevod maljutó leolam vaed (Bendito sea el Nombre de la gloria de su reino para siempre), que<br />

corresponden a los otros seis aspectos. El Señor es uno arriba, y Su Nombre es Uno abajo.<br />

Decimos esta respuesta silenciosamente, aunque es una triunfante expresión de la “Unidad, a<br />

causa del “mal ojo”, que aún tiene poder bajo la presente dispensación….<br />

Pero en la futura Edad Mesiánica, cuando el “mal ojo” haya dejado de existir y no<br />

tenga dominio alguno sobre este mundo, proclamaremos abiertamente y en voz alta la Unidad<br />

Divina y su pleno cumplimiento. En el presente, como el “otro lado” aún adhiere a la Shejiná,<br />

Ella no es enteramente Una, y, por eso, aunque en e! tiempo presente proclamamos la unidad,<br />

lo hacemos silenciosa mente, simbolizándola con las letras de la palabra vaed (siempre), que<br />

por ciertas permutas, equivalen a las de la palabra ejad (uno). Pero en el tiempo que será,<br />

cuando ese otro lado sea apartado de la Shejiná y desaparezca del mundo, esa unidad será<br />

proclamada abiertamente. Cuando Ella entra bajo el palio y se une con el Rey Superior,<br />

despertamos el júbilo de la Derecha y de la Izquierda, como está, escrito: “Amarás al Señor tu<br />

Dios con todo tu corazón”, etc., es decir, sin temor o presagio, porque el “otro lado” no se<br />

acerca y no tiene poder aquí. Pero mientras, Sus servidoras La traen al Rey, ellas deben<br />

mantener un grande y solemne silencio. De esto es simbólico Jacob. Antes de su muerte,<br />

cuando estuvo por hablar del “fin de los días”, y la Shejiná lo abandonó, dijo a sus hijos:<br />

“Acaso alguna mancha está pegada a mi o a mi simiente?”. Pero ellos respondieron: “No, no<br />

hay tal mancha, ni hay falta alguna. Tu corazón sólo el Uno lo posee, y, en cuanto nos<br />

concierne, nosotros no tenemos contacto con el “otro lado o con alguno de sus esbirros”. Al<br />

contrarío, nosotros, como tú, sólo estamos unidos con el Rey, pues toda nuestra voluntad y<br />

propósito fue separarnos del “otro lado”. Entonces dijo Jacob: “Bendito sea el Nombre de la<br />

gloria de Su Reino por siempre jamás”. En esa hora Jacob y sus hijos se convirtieron por un<br />

lapso en retratos vivientes de la Shejiná aquí abajo. Jacob simbolizaba los seis lados del<br />

mundo superior como un todo único, y sus hijos fueron modelados a la semejanza de los seis<br />

aspectos como se manifiestan en el mundo inferior. Ahora el deseaba revelarles cierto “'fin”,<br />

porque, como lo hemos señalado antes, en otra parte, hay un “fin de los días” (Ketz hayamim),<br />

que se refiere al Reino Santo, al misterio de la Fe, al misterio del Reino del Cielo. Y otro “fin<br />

de los días” (Ketz hayamim) que es el misterio del Rey Culpable, del “otro Rey” gobernante<br />

de los poderes de la oscuridad, y a este fin se lo llama “el fin de toda carne”. Y bien, cuando<br />

Jacob percibió que la Shejiná se retraía de él, interrogó a sus hijos en la forma que indicamos.<br />

Y así Jacob y sus hijos proclamaron la unión del mundo de arriba y del mundo de abajo, así<br />

también debemos hacerlo nosotros. Bendito es aquel que concentra su mente y su voluntad,<br />

con anhelo y humildad, en ese misterio. Bienaventurado es él en este mundo y en el mundo<br />

por venir. R. Jamnuna el Anciano dijo: Esta promoción de la unidad en realidad ha sido<br />

1099 Zacarías XIV, 9.<br />

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