Simeon Bar Joyai - Zohar 3de5 - Comunidad Israelita Bet Or

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varón de la hembra, pues está dicho, “Y también la noche”; no, pues, porque están perpetuamente juntos y nunca se separan. Y la voz proclamaba: “La mañana viene y también la noche”. “Ambas están preparadas para vosotros. Desde ahora si queréis orar vuestras plegarias, en súplica ante el Rey Santo, hacedlo. Dirigíos a vuestro Señor, y venid!” Así como un padre está preparado para recibir a sus hijos pródigos y tenerles misericordia, así el Santo llama, de mañana y de noche, a Sus hijos, diciendo: “¡Venid!” Feliz es el pueblo santo cuyo Señor lo busca y lo llama que venga a El. A causa de este honor y favor el pueblo santo debe unirse y venir a la Sinagoga, Y el que viene primero se une en un vínculo con la Shejiná. En verdad, bendito aquel que? se encuentra primero en la Sinagoga, porque se halla en el grado del “Justo”, junto con la Shejiná. Este es el sentido intrínseco de las palabras “Los que me buscan temprano me encontrarán” 1092 . Efectivamente alcanza un grado elevado. Pero se puede objetar que se nos ha enseñado que cuando el Santo, Bendito Sea, entra en una Sinagoga y encuentra ¡menos que los diez varones requeridos, El se encoleriza; ¿cómo, entonces, puedes decir que uno que llega primero se une a la Shejiná y está en el grado del “Justo”? La siguiente parábola lo explicará. Un rey dictó una orden a los ciudadanos de su capital disponiendo que todos se encontraran con él en cierto lugar y en cierto momento. Cuando los demás aún se preparaban, uno se apresuró a presentarse en el lugar designado. Entonces vino el Rey y lo encontró esperando. Le preguntó dónde estaban los otros ciudadanos. El hombre contestó: “Mi Señor Rey, como veis, he llegado primero, pero mis conciudadanos están en camino y pronto se hallarán aquí, de acuerdo a la orden de Vuestra Majestad”. Esto agradó al Rey, y entró en conversación con el hombre y se volvió amigo suyo. Entre tanto llegaron los otros y el Rey los recibió graciosamente y los despachó en paz. Y bien, si nadie hubiera sido rápido y presto para obedecer la orden de su señor e informarle de la próxima llegada de sus vecinos, ¿no se habría airado más el Rey? De manera similar, cuando la Shejiná viene a la Sinagoga y encuentra en ella un hombre que ha llegado antes que cualquier otro, es para Ella como si todos estuvieran efectivamente presentes. Pues la Santa Shejiná se hace compañía con él y juntos esperan a los otros, para que puedan comenzar las oraciones. Lo llega a conocer estrechamente y lo promueve al grado de “Justo”. Pero, si ninguno hubiera venido a tiempo, ella habría dicho: “¿Por qué cuando Yo vengo no hay nadie?” 1093 . Observad que no dice “no hay diez hombres, sino nadie”, queriendo significar: No había ninguno esperando unirse conmigo y ser Mi compañero y amigo, ser un “hombre de Dios” en el grado de “Justo”. Más aún, si un día falta el hombre favorecido, Ella se preocupa mucho y averigua acerca de él, como está escrito: “¿Quién de entre vosotros teme al Señor y oye la voz de Su servidor...?” 1094 . Como lo hemos señalado, “Su servidor” es Metatrón, que desde “Seír” llama a los hombres a arrepentirse y orar. Por eso, como dijimos, el que viene temprano a la Sinagoga merece el grado “Justo”. Cuando viene la mañana y la congregación está reunida en la Sinagoga, el servicio debe comenzar con himnos y salmos de David. Ya hemos puesto en claro que el propósito de la liturgia es promover Misericordia y Bondad en la esfera más alta y en la más baja, suscitar actos redentores y despertar alegría. Este era el significado esencial del servicio Levítico: despertar amor y júbilo arriba mediante el canto y la alabanza. Desdichado aquel que en la Sinagoga se entrega a una conversación de índole secular, porque produce separación, debilita la Fe. Desdichado de él, porque no tiene parte en el Dios de Israel, porque por su falta de reverencia ante la Presencia Divina es como si negara la realidad de Ella, menospreciando la influencia del poder que viene de arriba. Pues, cuando los hijos de Israel se ocupan con cantar salmos e himnos de alabanza y con rezar, también se reúnen tres grupos de ángeles. Uno 1092 Proverbios VIII, 17. 1093 Isaías L, 2. 1094 Isaías L, 10. 206

consiste de seres santos que lo alaban a El durante el día —pues hay también los que Lo alaban de noche— en compañía de los israelitas. El segundo grupo consiste de los ángeles santos que siempre se hallan presentes en medio de Israel en cada Sanctus. y que tienen imperio sobre todos los seres celestiales que las santificaciones de Israel aquí abajo despiertan. La tercera hueste celestial se compone de las “Vírgenes” cuyo oficio es ser doncellas de honor de la Shejiná y prepararla para encontrarse con el Rev. Estos son-los grupos supremos de ángeles, que se unen a los adoradores en el canto de Salmos del Rey David. Cuando los israelitas terminan de cantar los Salmos de David, ellos mismos cantan el cántico de Moisés (“El canto del Mar”). ¿Por qué los Salmos de David vienen antes del Canto del Mar? ¿La “Ley escrita” (el Pentateuco) no tiene precedencia sobre la Ley Oral, y aun sobre los Profetas y los Hagiógrafos, formando los Salmos una parte de estos últimos? La razón es que precisamente por su importancia por encima de todos los otros himnos y porque la Comunidad de Israel sólo puede ser perfeccionada por medio de la Torá escrita, se la debe recitar en estrecha proximidad de la plegaria que se dice de sentado. A la hora en que se recita el Canto del Mar, la Comunidad de Israel es coronada con la corona con que el Santo coronará en su tiempo al Rey Mesías. Esa corona lleva grabados Nombres Santos, los mismos nombres que relucían como coronas de fuego sobre la cabeza del Santo Mismo el día en que Israel cruzó el Mar y Faraón y sus ejércitos se ahogaron en él. Por eso, ese canto debe recitarse con especial devoción, y quien es capaz de recitar este himno en el mundo presente será considerado digno de ver al Rey Mesías en la hora de Su coronación y cantar entonces este himno de redención. Todo esto está más allá de cualquier discusión. Cuando se llega al himno Yischtabaj, el Santo toma esta corona y la coloca delante Suyo, y la Comunidad de Israel se prepara para encontrarse con su Rey. La deben asistir los trece atributos de la Misericordia Divina con que ella está bendecida. Durante el curso de ese himno se enumeran estos trece aspectos de la loa: canto, alabanza; himno y salmo; fuerza y dominio; victoria, poder y grandeza; adoración y gloria y santidad, que juntos forman doce, y a los cuales se agrega Maljut, soberanía, que es el decimotercero y cuya función es unir todo el resto en un vínculo, pues la soberanía recibe bendiciones de los otros. A causa de estas cosas el adorador debe concentrar toda su mente en estos trece atributos y poner cuidado en no turbar su sagrada unidad conversando entre las líneas del himno. Quien turba esa unidad con plática secular, da lugar a que de debajo de las alas de los Querubines emerja una llama que .grita con voz potente: “¡He aquí un hombre que ha interrumpido la alabanza de la Majestad del Santo! ¡Que él mismo sea interrumpido, de modo que no vea la gloriosa majestad del Rey Santo!”, como está escrito: Y no verá la majestad del Señor” 1095 . Pues esos trece atributos son la majestad del Señor. Desde entonces Él es “el Dios a quien se debe gratitud”, una parte del referido himno. El es el Rey supremo á quien pertenece la paz perfecta. Pues todas esas alabanzas vienen a la Comunidad de Israel aquí abajo, un “cantar de los cantares” dirigido a “Salomón”, es decir, al Rey a quien pertenece la paz (shalom). Luego sigue la bendición Yotzer: “Bendito eres Tu... que formaste la luz y creaste todas las cosas”, las letras iniciales de las palabras de un versículo que contienen las veintidós letras del Alfabeto, las letras pequeñas, pues hay letras grandes y pequeñas. Las pequeñas representan la actividad Divina en el mundo inferior, y las grandes, el mundo por venir... Está escrito: “Por lo cual ella, la Shunammita, dijo a su marido: He aquí, yo sé que este que pasa de continuo cerca de nosotros es un santo varón de Dios. Ruégote, pues, que hagamos un cuartito en lo alto de la pared y pongamos para él allí una cama y una mesa y una silla y un candelero, y será que siempre que venga a nosotros, se recogerá en él” 1096 . Aquí tenemos una referencia al orden de la plegaria, “es un santo varón de Dios” se refiere al mundo superior que se sienta sobre su Trono de Gloria y del cual emanan todas las 1095 Isaías XXVI, 10. 1096 II Reyes IV, 9, 10. 207

varón de la hembra, pues está dicho, “Y también la noche”; no, pues, porque están perpetuamente<br />

juntos y nunca se separan. Y la voz proclamaba: “La mañana viene y también la<br />

noche”. “Ambas están preparadas para vosotros. Desde ahora si queréis orar vuestras<br />

plegarias, en súplica ante el Rey Santo, hacedlo. Dirigíos a vuestro Señor, y venid!” Así como<br />

un padre está preparado para recibir a sus hijos pródigos y tenerles misericordia, así el Santo<br />

llama, de mañana y de noche, a Sus hijos, diciendo: “¡Venid!” Feliz es el pueblo santo cuyo<br />

Señor lo busca y lo llama que venga a El. A causa de este honor y favor el pueblo santo debe<br />

unirse y venir a la Sinagoga, Y el que viene primero se une en un vínculo con la Shejiná. En<br />

verdad, bendito aquel que? se encuentra primero en la Sinagoga, porque se halla en el grado<br />

del “Justo”, junto con la Shejiná. Este es el sentido intrínseco de las palabras “Los que me<br />

buscan temprano me encontrarán” 1092 . Efectivamente alcanza un grado elevado. Pero se<br />

puede objetar que se nos ha enseñado que cuando el Santo, Bendito Sea, entra en una<br />

Sinagoga y encuentra ¡menos que los diez varones requeridos, El se encoleriza; ¿cómo,<br />

entonces, puedes decir que uno que llega primero se une a la Shejiná y está en el grado del<br />

“Justo”?<br />

La siguiente parábola lo explicará. Un rey dictó una orden a los ciudadanos de su<br />

capital disponiendo que todos se encontraran con él en cierto lugar y en cierto momento.<br />

Cuando los demás aún se preparaban, uno se apresuró a presentarse en el lugar designado.<br />

Entonces vino el Rey y lo encontró esperando. Le preguntó dónde estaban los otros<br />

ciudadanos. El hombre contestó: “Mi Señor Rey, como veis, he llegado primero, pero mis<br />

conciudadanos están en camino y pronto se hallarán aquí, de acuerdo a la orden de Vuestra<br />

Majestad”. Esto agradó al Rey, y entró en conversación con el hombre y se volvió amigo<br />

suyo. Entre tanto llegaron los otros y el Rey los recibió graciosamente y los despachó en paz.<br />

Y bien, si nadie hubiera sido rápido y presto para obedecer la orden de su señor e informarle<br />

de la próxima llegada de sus vecinos, ¿no se habría airado más el Rey? De manera similar,<br />

cuando la Shejiná viene a la Sinagoga y encuentra en ella un hombre que ha llegado antes que<br />

cualquier otro, es para Ella como si todos estuvieran efectivamente presentes. Pues la Santa<br />

Shejiná se hace compañía con él y juntos esperan a los otros, para que puedan comenzar las<br />

oraciones. Lo llega a conocer estrechamente y lo promueve al grado de “Justo”. Pero, si<br />

ninguno hubiera venido a tiempo, ella habría dicho: “¿Por qué cuando Yo vengo no hay<br />

nadie?” 1093 . Observad que no dice “no hay diez hombres, sino nadie”, queriendo significar:<br />

No había ninguno esperando unirse conmigo y ser Mi compañero y amigo, ser un “hombre de<br />

Dios” en el grado de “Justo”. Más aún, si un día falta el hombre favorecido, Ella se preocupa<br />

mucho y averigua acerca de él, como está escrito: “¿Quién de entre vosotros teme al Señor y<br />

oye la voz de Su servidor...?” 1094 . Como lo hemos señalado, “Su servidor” es Metatrón, que<br />

desde “Seír” llama a los hombres a arrepentirse y orar. Por eso, como dijimos, el que viene<br />

temprano a la Sinagoga merece el grado “Justo”.<br />

Cuando viene la mañana y la congregación está reunida en la Sinagoga, el servicio<br />

debe comenzar con himnos y salmos de David. Ya hemos puesto en claro que el propósito de<br />

la liturgia es promover Misericordia y Bondad en la esfera más alta y en la más baja, suscitar<br />

actos redentores y despertar alegría. Este era el significado esencial del servicio Levítico:<br />

despertar amor y júbilo arriba mediante el canto y la alabanza. Desdichado aquel que en la<br />

Sinagoga se entrega a una conversación de índole secular, porque produce separación, debilita<br />

la Fe. Desdichado de él, porque no tiene parte en el Dios de Israel, porque por su falta de<br />

reverencia ante la Presencia Divina es como si negara la realidad de Ella, menospreciando la<br />

influencia del poder que viene de arriba. Pues, cuando los hijos de Israel se ocupan con cantar<br />

salmos e himnos de alabanza y con rezar, también se reúnen tres grupos de ángeles. Uno<br />

1092 Proverbios VIII, 17.<br />

1093 Isaías L, 2.<br />

1094 Isaías L, 10.<br />

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