Simeon Bar Joyai - Zohar 3de5 - Comunidad Israelita Bet Or

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juicio alguno, no puede uno recitar estos versículos pues cabe que despierta a los malos espíritus, haciéndolos aparecer y volverse activos. Para contrarrestar al temor al acusador y calumniador de almas concluimos la plegaria de Hashkivenu: “Haz, Oh Señor, que descansemos en paz”, con las palabras: “Bendito eres Tú, Oh Señor, que guardas a Tu pueblo Israel por siempre. Amén”. Para contrarrestar el temor de los muchos demonios y acusadores que se hallan ¡presentes en la noche y tienen poder para dañar a cualquiera que abandona su casa en ese tiempo, decimos: “Guarda nuestra salida y nuestro regreso en vida y en paz”. De temor a todas estas cosas libramos en confianza nuestros cuerpos, almas y espíritus al cielo arriba, al Reino Superior, y tiene dominio sobre todos ellos. Por eso recitamos cada uno las plegarias nocturnas, haciendo todo esto para contrarrestar las influencias misteriosas de los malos espíritus ahora que no hay sacrificios para tenerte a raya. A medianoche, el viento norte cuando despierta golpea contra todas las moradas de esos espíritus malévolos, partiendo en dos una potente roca gigantesca, la fortaleza del “otro lado”, y se. lanza con violencia por todas partes, arriba y abajo; y todos los malos demonios regresan a sus lugares, porque entonces su poder se halla quebrantado y no tienen influencia. Entonces, el Santo, Bendito Sea, entra en el Jardín de Edén para compartir la gozosa compañía de los justos, según re relató antes. Cuando llega la mañana, la luz de la lámpara que gobierna las horas de la medianoche se esconde ante la luz del día. Ahora tiene pleno dominio la mañana y ha pasado el reinado de la noche. Esta es la mañana de la luz prístina, la mañana que prodiga beneficencia a través de todos los mundos. De ella se empapan con alimento todos los seres celestiales y terrenos. Irriga el jardín con rocíos superiores. Cuida de todo el Universo. Hay aquí un misterio que es confiado a “quienes conocen las medidas” de las cosas espirituales. Quien ha de emprender un viaje por la mañana ha de levantarse al amanecer y en cierto momento especialmente ordenado ha de darse vuelta y mirar al este. Entonces verá una especie! de letras que asoman a través de la superficie del cielo, algunas ascendiendo y algunas descendiendo. Ellas resplandecen de aquellas letras con las cuales fueron creados los cielos y la tierra. Si el vigía conoce el misterio de las letras que forman el místico Nombre Santo de treinta y dos letras y si en esa hora las recordara con intención devota, con corazón amoroso, verá en el cielo luminoso seis veces la letra Yod, tres al lado derecho y tres al izquierdo, y también verá seis veces la Vav, que ascienden y descienden y centellean en el firmamento. Este es el número de las letras iniciales de las palabras de la bendición sacerdotal. Entonces dirán sus plegarias matinales y continuarán su viaje, porque, en verdad, la Shejiná marcha delante de él. Feliz es su suerte. Cuando llega la mañana, aparece una columna misteriosa en el Sud, en la parte del firmamento debajo de la cual se extiende el Jardín de Edén. Es esta una columna diferente de la que está en medio del Jardín. La columna ubicada en el Sud resplandece con el brillo de tres colores, tejidos en púrpura. En esa columna hay una rama, en la que se hallan sentados tres pájaros, que gorjean himnos de alabanza. Uno comienza: “¡Aleluya! ¡Alabad, oh vosotros servidores del Señor, alabad el Nombre del Señor!” Entonces el segundo prosigue el cántico así: “Bendito sea el Nombre del Señor desde ahora y por siempre jamás”. Entonces el tercero canta: “Desde el nacimiento del sol hasta donde se pone, alabado sea el Nombre del Señor” 1084 . Entonces un heraldo proclama: “¡Preparaos, oh vosotros, santos superiores, que cantáis alabanzas a vuestro Señor! ¡Preparaos para decir la alabanza del día, cuando el día se separa de la noche! Feliz es la suerte del que se levanta en la mañana de la alabanza de la Torá que lo ha absorbido en las vigilias nocturnas”. Entonces es la hora de la plegaria matinal. 204 Está escrito: “'Carga de Dumá. Alguien me da voces desde Seír. ¡Guarda! ¿Qué hay de 1084 Salmos CXIII, 1-3.

la noche? ¡Guarda!, ¿Qué hay de la noche? Respondió el guarda: La mañana viene y también la noche. Si queréis preguntar, preguntad. Volved; venid otra vez” 1085 . Este texto se ha explicado con referencias al exilio de Israel en Seír, es decir, Edom, que es Roma. Israel dice al Santo: “¡Guarda!, ¿qué hay de la noche?”, significando: “¿Qué será de nosotros en este exilio, que es como la oscuridad de la noche?” El guarda, es decir, el Santo, dice: “La mañana vino una vez, en el exilio egipcio, cuando hice que Mi luz os alumbrara, cuando os liberé, cuando os ordené para Mi servicio, cuando os di la Torá para que pudieseis lograr vida eterna, pero vosotros habéis olvidado Mi Torá”, y, por eso, también vino la “noche” de este exilio presente. Si averiguarais del “libro del Señor” 1086 y leyerais en él, encontraréis la razón y la causa de vuestro exilio y los medios de redimirse de él. Si no averiguareis allí, el Libro os llamará: “Retornad con un arrepentimiento perfecto y acercaos a Mi”. Una explicación más esotérica es la siguiente. Primero, con respecto a la palabra “carga”, se ha de notar que había seis grados en la revelación divina a los profetas: “apariencia” (Majzeh), “visión” (Jazón), “revelación” (Jezyón), “aspecto” (Jayuth), “palabra” y “carga”. Los primeros cinco grados se parecen todos a la visión de uno que ve un reflejo de luz de detrás de una pared, y algunos de ellos son como la visión de uno que ve la luz del sol a través de un farol. Pero “carga” significa que la luz venía con gran dificultad y se revelaba escasamente. Aquí hasta era una “carga de silencio” (dumá), para la que no cabe encontrar palabras. “Me dio voces desde Seír”. No dice quién llama a quién, si el Santo llama al profeta o el profeta al Santo. Pero es indudable que la profecía sugiere el secreto de la fe, y que el profeta fiel registra cómo lo llamó la voz del objeto místico de la fe, es decir, me llamó “desde Seír”. De manera similar, en otro lugar se dice “desde Seír les brilló” 1087 , no a Seír, y la razón de ello es que el objeto místico de la Fe se halla contenido en grados dentro de grados, cada uno más recóndito que el otro; vaina dentro de vaina, cerebro dentro de cerebro. Nos hemos referido a este hecho en relación a la visión de Ezequiel: “Un viento tormentoso que venía del norte, una gran nube y un fuego que se extendía, la cual nube tenía un resplandor alrededor; y de en medio del fuego una como refulgencia del Jashmal. Y procedente también de en medio del fuego se veía una semejanza de cuatro seres vivientes; y ésta era su apariencia: tenían la semejanza de hombres” 1088 . Grados dentro de grados, como dijimos. De la misma manera, el Santo, Bendito Sea, se reveló a Israel: “El vino del Sinaí”, fue el grado más oculto de revelación; “El se elevó desde Seír ante ellos”, fue una segunda revelación, más abierta, la vaina más próxima al cerebro; “El brillo desdé el Monte Paran”, es aun otro aspecto de la revelación. Luego está dicho: “El vino en medio de decenas de miles de seres santos” 1089 . Esta es la alabanza más elevada, pues aunque El Se reveló en todos esos grados, el comienzo de la revelación fue desde el lugar que es la raíz de todo, es decir, los “miles de seres santos”, el último grado superior. Así, aquí Seír, es el grado que se une al más alto. El “vigía” que se menciona aquí es Metatrón, el gobernante de la noche. Está escrito: “Vigía, ¿qué es de noche (layla)? Vigía, ¿qué es de la noche (lail)?” ¿Cuál es la diferencia entre layla y lail? Son lo misino, sólo que en una: parte de la noche reina el “otro lado”, y en la otra parte no tiene dominio; “lail” requiere contar con guardia y por eso carece de la letra hei al final, es la primera parte de la noche, antes de la noche, antes de la medianoche, “la noche (lail) de vigilias” 1090 . Desde la medianoche es “layla” 1091 . Aquí el “guardia” es Metatrón, que dijo “Viene la mañana”, la plegaria matinal que rige la noche. No se debe suponer que viene por sí sola, estando a tal punto separado el 1085 Isaías XXI, 11, 12. 1086 Isaías XXXIV, 16. 1087 Deuteranomio XXXIII, 2. 1088 Ezequiel I, 3-5. 1089 Deuteronomio XXXIII 2. 1090 Éxodo XII. 1091 Salmos CXXXIX, 13. 205

juicio alguno, no puede uno recitar estos versículos pues cabe que despierta a los malos<br />

espíritus, haciéndolos aparecer y volverse activos.<br />

Para contrarrestar al temor al acusador y calumniador de almas concluimos la plegaria<br />

de Hashkivenu: “Haz, Oh Señor, que descansemos en paz”, con las palabras: “Bendito eres<br />

Tú, Oh Señor, que guardas a Tu pueblo Israel por siempre. Amén”. Para contrarrestar el temor<br />

de los muchos demonios y acusadores que se hallan ¡presentes en la noche y tienen poder para<br />

dañar a cualquiera que abandona su casa en ese tiempo, decimos: “Guarda nuestra salida y<br />

nuestro regreso en vida y en paz”. De temor a todas estas cosas libramos en confianza<br />

nuestros cuerpos, almas y espíritus al cielo arriba, al Reino Superior, y tiene dominio sobre<br />

todos ellos. Por eso recitamos cada uno las plegarias nocturnas, haciendo todo esto para<br />

contrarrestar las influencias misteriosas de los malos espíritus ahora que no hay sacrificios<br />

para tenerte a raya. A medianoche, el viento norte cuando despierta golpea contra todas las<br />

moradas de esos espíritus malévolos, partiendo en dos una potente roca gigantesca, la<br />

fortaleza del “otro lado”, y se. lanza con violencia por todas partes, arriba y abajo; y todos los<br />

malos demonios regresan a sus lugares, porque entonces su poder se halla quebrantado y no<br />

tienen influencia. Entonces, el Santo, Bendito Sea, entra en el Jardín de Edén para compartir<br />

la gozosa compañía de los justos, según re relató antes. Cuando llega la mañana, la luz de la<br />

lámpara que gobierna las horas de la medianoche se esconde ante la luz del día. Ahora tiene<br />

pleno dominio la mañana y ha pasado el reinado de la noche. Esta es la mañana de la luz<br />

prístina, la mañana que prodiga beneficencia a través de todos los mundos. De ella se<br />

empapan con alimento todos los seres celestiales y terrenos. Irriga el jardín con rocíos<br />

superiores. Cuida de todo el Universo.<br />

Hay aquí un misterio que es confiado a “quienes conocen las medidas” de las cosas<br />

espirituales. Quien ha de emprender un viaje por la mañana ha de levantarse al amanecer y en<br />

cierto momento especialmente ordenado ha de darse vuelta y mirar al este. Entonces verá una<br />

especie! de letras que asoman a través de la superficie del cielo, algunas ascendiendo y<br />

algunas descendiendo. Ellas resplandecen de aquellas letras con las cuales fueron creados los<br />

cielos y la tierra. Si el vigía conoce el misterio de las letras que forman el místico Nombre<br />

Santo de treinta y dos letras y si en esa hora las recordara con intención devota, con corazón<br />

amoroso, verá en el cielo luminoso seis veces la letra Yod, tres al lado derecho y tres al<br />

izquierdo, y también verá seis veces la Vav, que ascienden y descienden y centellean en el<br />

firmamento. Este es el número de las letras iniciales de las palabras de la bendición<br />

sacerdotal. Entonces dirán sus plegarias matinales y continuarán su viaje, porque, en verdad,<br />

la Shejiná marcha delante de él. Feliz es su suerte. Cuando llega la mañana, aparece una<br />

columna misteriosa en el Sud, en la parte del firmamento debajo de la cual se extiende el<br />

Jardín de Edén. Es esta una columna diferente de la que está en medio del Jardín. La columna<br />

ubicada en el Sud resplandece con el brillo de tres colores, tejidos en púrpura. En esa columna<br />

hay una rama, en la que se hallan sentados tres pájaros, que gorjean himnos de alabanza. Uno<br />

comienza: “¡Aleluya! ¡Alabad, oh vosotros servidores del Señor, alabad el Nombre del<br />

Señor!” Entonces el segundo prosigue el cántico así: “Bendito sea el Nombre del Señor desde<br />

ahora y por siempre jamás”. Entonces el tercero canta: “Desde el nacimiento del sol hasta<br />

donde se pone, alabado sea el Nombre del Señor” 1084 . Entonces un heraldo proclama:<br />

“¡Preparaos, oh vosotros, santos superiores, que cantáis alabanzas a vuestro Señor! ¡Preparaos<br />

para decir la alabanza del día, cuando el día se separa de la noche! Feliz es la suerte del que se<br />

levanta en la mañana de la alabanza de la Torá que lo ha absorbido en las vigilias nocturnas”.<br />

Entonces es la hora de la plegaria matinal.<br />

204<br />

Está escrito: “'Carga de Dumá. Alguien me da voces desde Seír. ¡Guarda! ¿Qué hay de<br />

1084 Salmos CXIII, 1-3.

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