Simeon Bar Joyai - Zohar 3de5 - Comunidad Israelita Bet Or
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todo lo acumulado en él, como está escrito: “Que la tierra produzca creatura viviente según su<br />
especie” 1067 . Este fue el quinto día de los “árboles del Líbano”.<br />
El sexto ordenamiento fue el día en que el apiryon se completó, y fuera de ese sexto<br />
día de la Creación no puede haber acabamiento ni energía vital. Pero cuando ese día llegó a su<br />
longitud, el apiryon se completó, con muchos espíritus, muchas almas, muchas vírgenes<br />
hermosas, con privilegio para morar en el Palacio del Rey. En el acabamiento de este día se<br />
completaron también los cinco días anteriores, y las esferas superior e inferior están<br />
perfectamente unidas en amistad, en regocijo y en un ardiente deseo de la compañía de su<br />
Rey. Así fue santificado el apiryon con santificaciones superiores y coronado con sus coronas,<br />
hasta que finalmente fue exaltado con la Corona del Descanso y se lo designó con un nombre<br />
noble, un nombre de santidad, o sea, Shabat (Sábado), que anuncia descanso y paz, la perfecta<br />
armonización de todas las cosas tanto arriba como abajo. Este es el significado de las palabras<br />
“El Rey Salomón le hizo un apiryon de los árboles del Líbano”. Quien es digno de este<br />
Apiryon es digno de todas las cosas, es digno de descansar en la paz de la sombra del Santo,<br />
como está escrito: “Me senté bajo la sombra de él con gran deleite” 1068 . Y ahora, estando<br />
nosotros sentados bajo la sombra de esta paz, corresponde que observemos que realmente<br />
moramos a la sombra del Santo, en ese apiryon, y permanezcamos siempre allí; y debemos<br />
coronar este lugar con coronas supremas, de modo que los árboles de ese apiryon puedan ser<br />
inducidos a cubrirnos con una sombra aun más vivificante.<br />
Comenzaron, pues, a discurrir sobre asuntos santos y supremos. Primero habló R.<br />
Simeón, diciendo: Está escrito: “Ellos tomarán de una ofrenda pesada: de parte de cada uno<br />
cuyo corazón es deseoso tomaréis mi ofrenda”. “Ellos tomarán de mi”. Esto significa que<br />
quien aspira a la piedad y a la camaradería con el Santo, Bendito Sea, no debe ser negligente o<br />
remiso en su devoción, sino que debe estar pronto y dispuesto para traer sacrificios de acuerdo<br />
a lo que puede: “de acuerdo a lo que el Señor te ha bendecido” 1069 . Es verdad que está<br />
escrito: “Venid, comprad vino y leche sin dinero y sin precio” 1070 , y esto con referencia a<br />
obra en nombre del Santo. Pero esto sólo indica que mientras el conocimiento del Santo y de<br />
Su Torá se puede adquirir sin precio o gasto, el hacer buenas acciones en mérito al Cielo<br />
requiere sacrificio y debe ser “pagado” con precio completo; de otro modo, el que obra no es<br />
digno de hacer descender sobre sí el espíritu de santidad de lo alto. En el Libro de hechicería<br />
del cual Aschmedai enseñó al Rey Salomón, está escrito que quien desea apartar de sí el<br />
espíritu de impureza y someter ese espíritu, debe estar preparado para pagar lo que se le<br />
requiera en retribución por el cumplimiento de sus deseos. Porque el espíritu de impureza<br />
tienta al corazón del hombre con muchos halagos, En cambio, el espíritu de santidad no es así:<br />
reclama un precio pleno y esfuerzo tenso, purificación del propio yo y de la morada, devoción<br />
del corazón y del alma; y aun así, será afortunado si tiene la suerte de elevar su morada<br />
consigo. Por eso, uno debe ser cuidadoso y andar rectamente según las sendas y los caminos<br />
de la justicia, sin apartarse ni a la derecha ni a la izquierda. Porque, de no ser así, aunque haya<br />
entrado en un hombre, partirá de él inmediatamente, y luego le será difícil rectificarse. De ahí<br />
la expresión “Que compren (lakaj también significa comprar) a Mi”. De cada hombre: de<br />
cada uno que merece llamarse “hombre”, es decir, de cada uno que prevalece sobre su mala<br />
inclinación. “Que lo da gustosamente, con su corazón”, o sea, aquel que place al Santo,<br />
porque El, el Señor, es el “Corazón”, como está escrito: “Mi corazón te dice” 1071 ; “la roca de<br />
mi corazón” 1072 . Así, también aquí, “Tomaréis a mi una pesada ofrenda de aquel que bien me<br />
1067 Génesis I, 24.<br />
1068 Cantar de los Cantares II, 3.<br />
1069 Deuteromomio XVI, 10.<br />
1070 Isaías LV, 1.<br />
1071 Salmos XXVII, 9.<br />
1072 Salmos LXXIII, 21.<br />
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