Simeon Bar Joyai - Zohar 3de5 - Comunidad Israelita Bet Or

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que le fue ofrecida: “Y si vino solo, saldrá solo”, que significa: “Si entra en este mundo solo, sin descendencia, no habiendo previamente deseada engendrar hijos, y aun ahora dejando este mundo solo, parte como una piedra arrojada de una honda, hasta que llega al lugar que se llama “la peña potente”, en el cual entra. Tan pronto como está allí, el aliento de quien es el Solitario (Samael), que ha de ser separado de su pareja femenina (Lilit), y que anda a la manera de una serpiente, alienta sobre él, e inmediatamente deja esa potente peña y, vagando solo, comienza a merodear por el mundo hasta que encuentre un “redentor” mediante el cual pueda retornar a esta tierra. Este es el significado de las palabras: “si vino solo, saldrá solo”; la referencia es a un hombre que se rehusó a casarse y engendrar hijos. Pero “si se casó”, es decir, si tuvo mujer pero no fue bendecido con hijos, no es arrojado solo, porque el Santo no deja ninguna creatura sin retribución. “Su mujer saldrá con él”: marido y mujer experimentan la transmigración y vuelven a unirse como antes. Un hombre así no se casa con mujer divorciada, pero la mujer que previamente fue su esposa y no le dio entonces hijo? puede volver a ser su esposa para que ahora ambos puedan hacer mérito corrigiendo su deficiencia. El texto continúa: “Si su amo le dio una mujer, y ella le alumbró hijos o hijas, la mujer y sus hijos serán de su amo y él saldrá solo”. La Escritura vuelve ahora al tema anterior, o sea, al caso de un hombre que “salió” sin una mujer, es decir, que nunca se casó, lo que implica que el grado que se llama “el séptimo año” lo redimirá. Este “séptimo” se llama “su amo”; el Amo de toda la tierra. Y si este Amo tendía piedad de él y lo traerá de vuelta a este mundo solo como era y le da una mujer de la clase por la cual el altar derrama lágrimas, es decir, una mujer divorciada de un hombre cuya primera esposa fue, se unen, ella le pare hijos e hijas, “la mujer y sus hijos serán de su amo”, como se explicó. Porque, dado-que ha corregido su anterior omisión, es recibido por el Rey Santo, que lo restaura a la posición propuesta para él. Se lo llama “pecador arrepentido”, porque viene a entrar en la heredad de su lugar en el río celestial siempre fluyente que es la fuente de todas las almas. Ningún obstáculo puede haber en el camino del arrepentimiento, y la palabra hebrea que significa “solo” contiene una alusión a la frase: “sobre las cimas de las eminencias de la ciudad”. 935 Es decir: así como la Sabiduría reside en lugares altos y elevados, así el hombre que se ha arrepentido de su pecado alcanza una posición eminente. Por eso los pecadores que se arrepienten pueden entrar aun allí donde no son admitidos los perfectamente justos. Con mayor seguridad el Santo acepta a cada pecador que se dirige a El. Uno así es puesto sobre el camino de la vida, y, a pesar de su anterior mancha, todo es restablecido y restaurado a su posición anterior. Aun cuando el Santo ha decretado muy solemnemente contra una persona, El perdona enteramente donde hay un arrepentimiento perfecto. Así encontramos escrito respecto de YehoyaKim: “¡Vivo Yo!, dice el Señor; aunque Konyahu, hijo de Yehoyakim, rey de Judá, fuera el anillo de sellar sobre Mi diestra, de allí te arrancaría ... escribid a este hombre como sin hijos...” 936 ; sin embargo, cuando se arrepintió y volvió de nuevo a Dios, leemos: “Y los hijos de Yejonya-Assir, etc.” 937 , mostrando que después de todo no fue sin hijos, lo que prueba que el arrepentimiento anula todos los decretos y juicios y rompe más de una cadena de hierro y nada hay que se le pueda oponer. Esto lo indican también las palabras: “Y saldrán y mirarán los cadáveres de los hombres que se rebelaron contra Mi” 938 . No dice: “que han transgredido”, sino “que transgreden”: es decir los que cometen transgresión sin pensar en arrepentimiento. Pero tan pronto como son penitentes y se remuerden por sus pecados, el Santo vuelve a recibirlos. Lo mismo se aplica aquí: este hombre, que rehusó la procreación, aunque ha pecado y dañado una parte vital, cuando se arrepiente y se dirige a El, el Santo tiene piedad y lo recibe de nuevo; porque El está lleno de misericordia hacia todas 935 Proverbios IX, 3. 936 Jeremías XXII, 22-30. 937 I Crónicas III, 17. 938 Isaías LXVI, 24. 176

Sus obras, como está escrito: “Sus tiernas misericordias están sobre todas sus obras” 939 . Sus misericordias se extienden a los animales y los pájaros, más aún, a seres humanos que saben cómo alabar a su Señor. David lo expresó así: “muchas son Tus compasiones, Oh Señor; vivifícame conforme a tus juicios” 940 . Y si sus tiernas compasiones son otorgadas a pecadores, cuanto más a hombres justos. ¿Quién necesita curación? El que está enfermo. ¿Y quién está enfermo si no el pecador? Por eso cuando pecadores se dirigen al Señor por curación y compasión, El extiende su diestra para recibirlos. Cuando Dios acerca a Sí un hombre, El lo acerca con su diestra, pero cuando El rechaza a un hombre lo hace con Su mano izquierda. Y aun cuando la mano izquierda empuja alejando, la derecha acerca, porque el Santo, Bendito Sea, no retrae Su tierna compasión de los pecadores. Observad cómo la Escritura dice primero, “Y El avanzó en el camino de su corazón” e inmediatamente después dice: “Yo he visto sus caminos, y lo sanaré: lo conduciré también y le devolveré consuelos a él y a sus penitentes” 941 . Esto muestra que aun cuando los pecadores cometan pecados deliberadamente, obrando de acuerdo a los deseos de sus propios. corazones, y sin atender a las advertencias de otros, aun para tales está preparada la curación cuando se arrepienten y comienzan a andar por el camino de la justicia. Y bien, este versículo retribuirá una consideración un poco más ceñida. La cuestión es: ¿Se refiere a los vivientes o a los ¿muertos? Porque el comienzo y el fin parecen estar en conflicto entre sí, refiriéndose la primera parte a los vivientes y la segunda a los muertos. Pero podemos interpretar así. Mientras un hombre vive y anda “avanzando en el camino de su corazón, porque es fuerte en él la inclinación mala, haciéndole difícil arrepentirse y emprender una vida nueva, el Santo, al ver la vida malgastada del que anda por el mal camino, dice: “Yo debo darle fuerza. Veo sus caminos de oscuridad, y Yo debo abrir en su corazón un camino de arrepentimiento y traer curación a su alma”. Este es el sentido de “Yo te guiaré”, como uno que toma a alguien de la mano y lo guía afuera de la oscuridad. En cuanto a la segunda parte: “e imparto consuelos a él y a sus penitentes”, este lenguaje naturalmente se aplicaría a los muertos, y así lo hace, porque ¿un pecador no está muerto aunque esté con vida? El sentido de las palabras es, entonces, como sigue. Por la gracia de Dios, cuando un hombre tiene trece años, se designan para él dos ángeles, uno a su derecha y uno a su mano izquierda. Cuando anda en camino recto estos ángeles se regocijan con él y están alegres y gozosos adhieren a él proclamando ante él: “¡Honrad la imagen del Rey”. Pero cuando se aparta de la senda de rectitud y anda en caminos torcidos, sus ángeles se afligen por él y se apartan de él. Por eso, cuando el Santo otorga al pecador gracia para arrepentirse y efectuar su retorno a la justicia, “El imparte arrepentimiento a él y consuelos a sus penitentes”, en el doble sentido de arrepentimiento y consuelo. Y et hombre vive verdadera y perfectamente, estando unido al Árbol de Vida. Y, estando unido al Árbol de Vida, se lo llama “ un hombre de arrepentimiento”, porque se ha vuelto un miembro de la Comunidad de Israel, la que se designa con la palabra “teshuvah” (arrepentimiento, retorno), y los “pecadores arrepentidos pueden entrar aun donde no son admitidos los perfectamente justos”. El Rey David dijo: “Contra Ti, contra Ti sólo he pecado, y he hecho lo malo delante de Tus ojos” 942 . La significación de esto es !a siguiente. Es posible cometer pecados que son ofensas contra Dios y contra el hombre; uno también puede cometer pecados que son ofensas contra el hombre pero no contra el Santo; pero también hay pecados que se comieren solamente contra el Santo. El pecado de David fue de esta última especie. Pero, tal vez os inclinaréis a cuestionar esto diciendo: “¿Pero qué es de su pecado con Batsheva? ¿No pecó contra el marido de ella lo mismo que contra el Santo?” Para esta inquisición hay una 939 Salmos CXLV, 9. 940 Salmos CXIX, 156. 941 Isaías LVII, 17, 18. 942 Salmos LI, 6. 177

que le fue ofrecida: “Y si vino solo, saldrá solo”, que significa: “Si entra en este mundo solo,<br />

sin descendencia, no habiendo previamente deseada engendrar hijos, y aun ahora dejando este<br />

mundo solo, parte como una piedra arrojada de una honda, hasta que llega al lugar que se<br />

llama “la peña potente”, en el cual entra. Tan pronto como está allí, el aliento de quien es el<br />

Solitario (Samael), que ha de ser separado de su pareja femenina (Lilit), y que anda a la<br />

manera de una serpiente, alienta sobre él, e inmediatamente deja esa potente peña y, vagando<br />

solo, comienza a merodear por el mundo hasta que encuentre un “redentor” mediante el cual<br />

pueda retornar a esta tierra. Este es el significado de las palabras: “si vino solo, saldrá solo”;<br />

la referencia es a un hombre que se rehusó a casarse y engendrar hijos. Pero “si se casó”, es<br />

decir, si tuvo mujer pero no fue bendecido con hijos, no es arrojado solo, porque el Santo no<br />

deja ninguna creatura sin retribución. “Su mujer saldrá con él”: marido y mujer experimentan<br />

la transmigración y vuelven a unirse como antes. Un hombre así no se casa con mujer<br />

divorciada, pero la mujer que previamente fue su esposa y no le dio entonces hijo? puede<br />

volver a ser su esposa para que ahora ambos puedan hacer mérito corrigiendo su deficiencia.<br />

El texto continúa: “Si su amo le dio una mujer, y ella le alumbró hijos o hijas, la mujer<br />

y sus hijos serán de su amo y él saldrá solo”. La Escritura vuelve ahora al tema anterior, o sea,<br />

al caso de un hombre que “salió” sin una mujer, es decir, que nunca se casó, lo que implica<br />

que el grado que se llama “el séptimo año” lo redimirá. Este “séptimo” se llama “su amo”; el<br />

Amo de toda la tierra. Y si este Amo tendía piedad de él y lo traerá de vuelta a este mundo<br />

solo como era y le da una mujer de la clase por la cual el altar derrama lágrimas, es decir, una<br />

mujer divorciada de un hombre cuya primera esposa fue, se unen, ella le pare hijos e hijas, “la<br />

mujer y sus hijos serán de su amo”, como se explicó. Porque, dado-que ha corregido su<br />

anterior omisión, es recibido por el Rey Santo, que lo restaura a la posición propuesta para él.<br />

Se lo llama “pecador arrepentido”, porque viene a entrar en la heredad de su lugar en el río<br />

celestial siempre fluyente que es la fuente de todas las almas. Ningún obstáculo puede haber<br />

en el camino del arrepentimiento, y la palabra hebrea que significa “solo” contiene una<br />

alusión a la frase: “sobre las cimas de las eminencias de la ciudad”. 935<br />

Es decir: así como la Sabiduría reside en lugares altos y elevados, así el hombre que se<br />

ha arrepentido de su pecado alcanza una posición eminente. Por eso los pecadores que se<br />

arrepienten pueden entrar aun allí donde no son admitidos los perfectamente justos. Con<br />

mayor seguridad el Santo acepta a cada pecador que se dirige a El. Uno así es puesto sobre el<br />

camino de la vida, y, a pesar de su anterior mancha, todo es restablecido y restaurado a su<br />

posición anterior. Aun cuando el Santo ha decretado muy solemnemente contra una persona,<br />

El perdona enteramente donde hay un arrepentimiento perfecto. Así encontramos escrito<br />

respecto de YehoyaKim: “¡Vivo Yo!, dice el Señor; aunque Konyahu, hijo de Yehoyakim, rey<br />

de Judá, fuera el anillo de sellar sobre Mi diestra, de allí te arrancaría ... escribid a este<br />

hombre como sin hijos...” 936 ; sin embargo, cuando se arrepintió y volvió de nuevo a Dios,<br />

leemos: “Y los hijos de Yejonya-Assir, etc.” 937 , mostrando que después de todo no fue sin<br />

hijos, lo que prueba que el arrepentimiento anula todos los decretos y juicios y rompe más de<br />

una cadena de hierro y nada hay que se le pueda oponer. Esto lo indican también las palabras:<br />

“Y saldrán y mirarán los cadáveres de los hombres que se rebelaron contra Mi” 938 . No dice:<br />

“que han transgredido”, sino “que transgreden”: es decir los que cometen transgresión sin<br />

pensar en arrepentimiento. Pero tan pronto como son penitentes y se remuerden por sus<br />

pecados, el Santo vuelve a recibirlos. Lo mismo se aplica aquí: este hombre, que rehusó la<br />

procreación, aunque ha pecado y dañado una parte vital, cuando se arrepiente y se dirige a El,<br />

el Santo tiene piedad y lo recibe de nuevo; porque El está lleno de misericordia hacia todas<br />

935 Proverbios IX, 3.<br />

936 Jeremías XXII, 22-30.<br />

937 I Crónicas III, 17.<br />

938 Isaías LXVI, 24.<br />

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