Simeon Bar Joyai - Zohar 3de5 - Comunidad Israelita Bet Or
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656 .<br />
¿Qué es, entonces, el hombre? ¿Consiste él solamente de piel, carne, huesos y nervios?<br />
No, lo esencial del hombre es su alma. La piel, la carne, los huesos y los nervios sólo son una<br />
cubierta exterior, las meras vestiduras, pero ellos no son el hombre. Cuando el hombre parte<br />
de este mundo se despoja de todas estas vestiduras. La piel con la que se cubre y todos esos<br />
huesos y nervios tienen todos un simbolismo en el misterio de la Sabiduría Superior, que<br />
corresponde a lo que es arriba. El simbolismo de la piel, como ha enseñado el Maestro, está<br />
en conexión con las palabras: “El que extiende los cielos como una cortina” 657 ; y, luego: “y<br />
pieles de carneros teñidas de rojo y pieles de tejones... 658 . Estas pieles son una vestidura que<br />
protege a una vestidura, o sea, la extensión de los cielos, que es la vestidura exterior de lo<br />
Divino. Las cortinas (del Tabernáculo) son las vestiduras internas, que corresponden a la piel<br />
sobre la carne. Los huesos y los nervios simbolizan los Carros de los Ejércitos Celestiales, que<br />
están adentro. Todas éstas son vestiduras sobre lo que está adentro, lo cual también es el<br />
misterio del Hombre Superior, que es el más interior. Lo mismo se encuentra aquí abajo. El<br />
hombre es algo interno, y sus vestiduras corresponden a lo que es arriba. Como hemos dicho,<br />
los huesos y los nervios corresponden a los Carros y Ejércitos. La carne es una cubierta para<br />
esos ejércitos y carros y se manifiesta hacia afuera y simbólicamente está conectada con el<br />
“otro lado”, con el elemento puramente sensual. La piel, cubriendo todo, corresponde a los<br />
firmamentos que cubren todas las cosas. Y todas éstas son meramente vestiduras con las<br />
cuales cubrirse, porque adentro está el hombre esencial. Todo lo de abajo corresponde a lo<br />
que es arriba. Esta es la significación de las palabras: “Y Dios creó al hombre a Su propia<br />
imagen; a la imagen de Dios El lo creó”. Esotéricamente, el hombre abajo corresponde<br />
enteramente al Hombre arriba. En el firmamento, que cubre todo el universo, vemos<br />
diferentes figuras formadas por la conjunción de estrellas y planetas para hacernos conocer<br />
cosas ocultas y misterios profundos. Así, también, sobre la piel que cubre nuestro cuerpo y<br />
que es como el firmamento del cuerpo, que cubre todo, hay figuras y diseños, las estrellas y<br />
los planetas del firmamento del cuerpo, la piel por la cual los de corazón sabio pueden ver las<br />
cosas ocultas y los misterios profundos que esas figuras indican y expresan en la forma<br />
humana. Acerca de esto está escrito: “los que contemplan los cielos, los que miran las<br />
estrellas” 659 . Pero todo esto sólo se puede discernir en el caso de las .estrellas, en un cielo<br />
claro, y, en el hombre, cuando el rostro brilla y no está nublado por la ira, pues entonces se<br />
aplica otra regla. Pero cuando los rostros de los hombres son serenos y están en su estado<br />
normal, sus figuras y lineamientos revelan a los sabios los pensamientos internos y las<br />
propensiones de la mente. Así, por las líneas de las manos y de los dedos es posible discernir<br />
hechos ocultos de la personalidad de un hombre. Ellos son las estrellas “brillantes que revelan<br />
las variedades de los tipos humanos y sus relaciones con los tesoros superiores.<br />
Más todavía, proveerás (literalmente, verás) de todo al pueblo. .. R. Simeón dijo: No<br />
dice, “elegirás”, sino “verás”, es decir, por medio del don de visión interna de las<br />
características que hemos mencionado. Todas están indicadas en este versículo: “Mirarás” se<br />
refiere al cabello; “de todo él pueblo”, a la frente; “por hombres capaces”, al rostro;<br />
“temerosos de Dios”, a los ojos; “hombres de verdad” a los labios; y 'colectores de codicia”, a<br />
las manos. Todos éstos son los signos para conocer a los hombres, es decir, signos para<br />
aquellos sobre quienes se posa el espíritu de sabiduría. Y, sin embargo, Moisés no tuvo<br />
necesidad de estos signos, pues leemos: “y Moisés escogió hombres hábiles de entre todo<br />
656 Job X, 11.<br />
657 Salmos CIV, 2.<br />
658 Éxodo XXV, 5, en relación con el tabernáculo.<br />
659 Isaías XLVII, 13.<br />
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